28 Días

(28 Days)

Por Rozefire

Traducido por Inuhanya e IR-CHAN

------

------

Capítulo 13

Remordimiento

------

------

Tres días habían pasado… y Kagome aún estaba viva, haciendo que Kouga repensara su predicción sobre su muerte. Había tomado más muestras de sangre y las envió para examinar. Por supuesto había tenido que hacer el gracioso comentario de que Kagome probablemente estaría muerta para cuando tuvieran los resultados.

De todas formas… Kagome no se sentía tan maravillosa de morir. Kouga la hacía sentir incómoda… que morir pasaba y lo único que podía hacerse era predecirla. En tanto, no había visto evidencia de que estuviera trabajando en una cura…

Inuyasha había sido mejor en su libro. Bromeaba con ella… sabía que trabajaba en una cura. Algunas veces se había escabullido de noche para ir a encontrar algo de acción arriba en las salas de juegos… una vez lo había encontrado trabajando en un laboratorio… o más como durmiendo en el laboratorio.

Había entrado para revisar que no hubiera roto sus cadenas, sólo para descubrir que había caído rendido trabajando en su cura. Su corazón realmente se había llenado de calor por él. Le había dado esperanza y la había tratado como un ser humano… Kouga la trataba como un paciente. Él se distanció y ya había decidido que moriría pronto así que no había caso en esforzarse extra por una cura.

Pero él la había sorprendido.

"Llamé a tu familia y la cité aquí hoy para discutir un posible tratamiento para tu virus." El Doctor Kouga se sentó a los pies de la cama de Kagome mientras la madre y el abuelo de Kagome estaban vacilantes a su lado.

"Qué tratamiento?" preguntó la Sra. Higurashi tranquilamente, pero obviamente estaba esperanzada.

"Puede ser un poco radical… pero no veo ningún daño en intentarlo." Kouga se encogió. "De todas formas va a morir, así que el riesgo vale aceptarlo, creo."

La mano de Kagome se movió ligeramente ante su despreocupación. Inuyasha había sido casual… pero de alguna forma esto era diferente. Era ser casual sin preocuparse. Inuyasha había sido casual porque había sabido que era como Kagome lo aceptaría. A Kouga no le importaba.

"Qué tratamiento?" preguntó Kagome repitiendo la pregunta de su madre.

"Lo que estoy proponiendo es una completa transfusión de sangre." Kouga fue al grano. "Pero con tu cuerpo en tan frágil estado normalmente estaría pidiendo por una muerte segura. Pero si funciona entonces hay una oportunidad de que el virus sea eliminado de tu sistema."

"Y mejoraré?"

"Sí."

El abuelo de Kagome frunció. "Por qué el otro doctor no sugirió esto?"

"Probablemente no se le ocurrió." Kouga sonrió levemente, haciendo a Kagome querer patearlo. Y probablemente lo hubiera intentado si no estuviera sentado en sus pies. "Pero no puedo estar cien por ciento seguro de que esto funcionará. Y durante el procedimiento no podremos darte sedantes o anestesia porque el virus lo rechaza y te hace ajustarte. Así que el dolor tendría que soportarse…"

"Cuáles son la probabilidades de que ella soporte?" preguntó la Sra. Higurashi, su padre colocó una gentil mano en su hombro.

"No puedo estar seguro, pero rudamente diría alrededor del área de… quince por ciento de éxito y completa recuperación."

A Kagome no le gustaron esas probabilidades, y debió haberse reflejado en su rostro.

"Es mejor que el cero por ciento de probabilidad de sobrevivir, Kagome." Le dijo Kouga directamente. "Quieres intentarlo?"

Kagome no respondió. Simplemente se giró en su cama y cerró sus ojos, terminando la discusión. La muerte para entonces era una idea más bienvenida… porque estar viva sólo era un dolor tras otro, físico y mental…

Estaba cansada de vivir.

------

"Entonces vas a dejarlos dejarte morir?" Sango no la entendía. "Por qué?"

"Porque…" Kagome agarró otro globo y lo reventó con un par de tijeras.

"Porque?" Sango retiró sus globos de Eduardo manos de tijera antes de que los fuertes estallidos le destrozaran los nervios.

"Porque quiero morir." Kagome suspiró con un frunce mientras tiraba las tijeras y comenzaba a rodar fuera del pabellón de Sango. Sango sólo la siguió.

"Entonces ahora eres suicida?" Sango frunció. "Te das cuenta de lo patético que suena? No recuerdas escuchar sobre personas que quieren morir y recuerdas querer gritarles dejar de ser unos patéticos tontos llorones y salir a conseguir una cita?"

"No es ser suicida. Se llama aceptación." Kagome frunció mientras sus ruedas chirreaban. "Pasé por todas las fases como dijo Inuyasha. Negación, Rabia, Negociación, Depresión y Aceptación. Acepto que voy a morir - no hay forma de que pueda regresar… estoy cansada… Y alguien me traerá aceite para esta maldita rueda!"

Sango volteó sus ojos y agarró los mangos detrás de Kagome para enderezar la silla.

"Suelta!" Gritó Kagome enojada.

"No - Voy a llevarte a ver a alguien."

------

Miroku miró a Inuyasha al otro lado de la mesa en la cafetería. Estaba contento de que el idiota no pudiera encontrar el corazón para comer, merecía sufrir. "No puedo creer que fueras y le dijeras eso después de lo que te dije."

"No quiero que se apegue a mi." Gruñó Inuyasha.

"Tampoco quiero que se apegue a un tonto como tú." Espetó Miroku. "Pero si va a morir entonces al menos hazla feliz."

"Qué hay de mi?" respondió Inuyasha. "De esta forma su dolor sólo durará un tiempo porque pronto morirá. Pero si me apego a ella entonces mi dolor durará toda la vida."

Miroku frunció sus ojos. "Cobarde."

"Deja de decir eso!" Siseó él. "Sango también dijo eso."

"Lo sé. Sólo estoy recordándotelo." Miroku cruzó sus brazos. "Estas preocupado porque si te apegas a ella entonces destrozará tu corazón cuando muera? Estás diciendo que te enamorarías de ella… porque eso no es bueno."

Inuyasha golpeó su cuchara furioso contra la mesa, apretando su mentón para evitar espetarle a Miroku.

"Pero… si sabes que te enamorarás… eso no significa que ya estás ENAMORADO de ella?"

"Maldición Miroku!" Inuyasha golpeó su puño. "Pasas demasiado tiempo alrededor de Sango, sabes! Toda esa perceptibilidad se te está pegando - no es natural para ti ser así de comprensivo!"

"Puedo ver de dónde vienes…" Miroku asintió con conocimiento. "Puedo ver cómo mi comprensión de tu estado emocional podría hacerte sentir irritado, molesto y enojado… pero sabes que siempre puedes hablar conmigo. Estoy escuchando…"

"No molestes…" Los ojos de Inuyasha habían mirado hacia otro lado al comienzo de toda esa basura. Se levantó significativamente y fue a traer un café nuevo desde que había dejado el primero enfriarse antes de que tuviera la oportunidad de beberlo.

Así era lo mucho que estaba afectándolo Kagome.

"Oiga Dogtor!" gritó una furiosa voz.

Ah… esto haría valer el día. Inuyasha volteó con una maliciosa sonrisa. "Sí?"

"Qué demonios se supone que es esto?" El repartidor se condujo en su silla de ruedas y señaló su yeso.

"Esa sería una escayola." Dijo Inuyasha simplemente. "Nosotros los doctores lo inventamos para sostener tu pierna para que no se rompa al final… quieres que lo retire y lo deje? Porque te lo advierto… tu pierna podría caer."

"Sé lo que es - POR QUÉ es rosado!" Claramente el hombre estaba ultrajado.

"Eso no es rosado." Inuyasha lo miró. "Es pardo rojizo…"

"Es ROSADO fluorescente, radioactivo y de luz de árbol de Navidad!"

"Podría ser…" Inuyasha se encogió. "Cómo voy a saber? No se supone que los perros son ciegos al color?"

"Recibirá lo que merece…!" el repartidor le disparó una peligrosa mirada, antes de parecer pensativo. "A menos que sea por correo!"

"Grandioso, entonces sólo tendré a alguien más para entregarlo." Inuyasha sonrió. "Hay alguien más reemplazándote en este momento. En realidad me gusta más…todo ese cabello rubio y cuerpo firme… que pena que ese overol lo esconda."

El repartidor se fue otra vez, gruñendo bajo su respiración.

"Tranquilo estafador!" gritó Miroku. "Son cincuenta yenes - cobraré la mitad porque él lo pidió."

Inuyasha frunció otra vez mientras colocaba su taza bajo el dispensador de café y presionaba el botón. La máquina era tan rápida como una ballena varada… y permaneció ahí esperando irritado porque continuara.

"Revisando el café?" Kouga llegó a su lado. "Cómo te metes todo eso? Debes beber un galón de esa cosa cada hora."

La única persona con la que Inuyasha no quería tratar se había aparecido. Tuvo que trabajar especialmente duro para contener su temperamento, no le rompería la nariz a este hombre… no sería justo para Kagome tener un doctor pudín.

"Sabes, apenas me diste a Kagome a tiempo." Kouga sonrió antes de ponerse serio. "Encontré un tratamiento para ella… qué pena que le hayas lavado el cerebro para pensar que la muerte es la única cura."

"Qué tratamiento sería?" preguntó Inuyasha, tratando de no sonar muy interesado.

"Una completa transfusión de sangre."

Inuyasha se bufó de repente. "Piensas que funcionará? Has visto sus resultados de laboratorio. El virus no sólo está en su torrente sanguíneo, ha invadido las células de sus órganos y músculos - eso es por qué no puede caminar. Tonto. Eso es obvio. Seguro que te desharás del virus en su sangre pero aún habrá virus en sus tejidos. Se multiplicarán otra vez y regresarás al comienzo."

Kouga lo miró, viendo su error de una vez.

"Y eso sólo sería si ella sobrevive a la transfusión lo cual seriamente dudaría." Inuyasha le dio una disgustada mirada. "Viviría más sin que tú la mediques."

"Bueno, al menos tengo la cara para tratar a un paciente moribundo. Le das un vistazo y vas corriendo a esconderte detrás de tu mamá."

La mano de Inuyasha dejó caer el platillo que sostenía con un golpe. "NO hables de mi madre."

En una mesa cercana, Kikyo y Aki miraban preocupadas a los dos doctores. Miroku no estaba preocupado. Estaba feliz de sentarse y dejarlos pelear.

"Sí." Kouga sonrió. "Y no creo que encajes para ser doctor aquí. La única razón por la que pasaste fue por el Doctor Hatsuyo. Si algún otro anciano te hubiese enseñado, habrías fallado miserablemente. Apuesto que él hizo todos los exámenes por ti. Era parcial."

Inuyasha ladeó su cabeza levemente… antes de alcanzar a su lado por un pastel de limón… y lo estrelló en el rostro de Kouga. Un silencio rodeó la cafetería… arruinado sólo por el Sr. Takeo quien miraba los alrededores ciegamente. "Qué? Qué pasó? Por qué tan callados?"

Kouga limpió tranquilamente el pastel de su rostro para ver a Inuyasha igualmente calmado. Ellos permanecieron así por un momento antes de que Kouga lanzara duro su puño, chocándolo contra la quijada de Inuyasha, haciendo que su cabeza se echara hacia atrás. Y la pelea comenzó.

"Kouga! Basta! Inuyasha!" Kikyo corrió cuando los dos jóvenes cayeron al piso, Inuyasha encima golpeando repetidamente a Kouga en la cara. "Inuyasha!"

Ella no era lo fuerte suficiente, incluso con Aki, para separarlos a los dos y miró implorante a Miroku quien estaba sentado en su silla, obviamente sin intención de interferir. Podía ver que Kouga también había pedido la ira de Inuyasha.

"Miroku!" siseó Kikyo. "Haz algo!"

"Oh…" Miroku aclaró su garganta antes de llamar en un vago tono. "Inuyasha…?"

El llamado falló en llevar a Inuyasha o a Kouga a un alto y Miroku se le encogió a Kikyo quien lo miró. "Gracias por nada!"

Aki tuvo una mejor idea. Forzosamente medio separó a Inuyasha de Kouga para así quedar entre ellos. "Continúen peleando y entonces saldré lastimada y entonces demandaré."

Ella había dicho la palabra mágica D, y de una vez los doctores detuvieron sus forcejeos y se miraron mutuamente. Inuyasha dio una última retaliación de golpear la cabeza de Kouga contra el piso y comenzó a levantarse, pero no antes de que Kouga golpeara su mentón con su pie, comenzando de nuevo la pelea.

"La oficina de los abogados está por el corredor!" Espetó Kikyo. "Voy ahora?"

"No!" gritaron los dos y se separaron bruscamente, jadeando por aire. Para entonces Kouga tenía un ojo negro y un labio roto. Inuyasha tenía una quijada lastimada y unos cortes en sus puños.

"Cristo…" Kikyo los levantó con una reprochante mirada. "Kouga - regresa a tu piso - Inuyasha - tu próximo paciente llega para su examen de próstata en cinco minutos, vayan!"

"No puedes ordenarnos!" Espetó Kouga.

"En realidad… puede…" Inuyasha tocó tentativamente su quijada, haciendo mueca ante el dolor. "Es la Hermana…"

"Muévelo Doctor!" Kikyo le espetó a Kouga antes de girar hacia Inuyasha. "Iré contigo a la recepción."

"Por qué? Temes que huya?" Retó Inuyasha.

"Lo hiciste la ultima vez que un paciente entró para su examen de próstata."

------

"Se supone que debía animarme?" le preguntó Kagome a Sango mientras dejaban el pabellón.

"Bueno…" Sango suspiró y afirmó. "Sí…"

"Bueno no funcionó."

"Por supuesto que no - él no estaba ahí." Sango cruzó sus brazos enojada. "Se supone que iba a mostrarte que hay un punto para tomar riesgos como la transfusión de sangre."

"Oh sí…" Kagome aplaudió. "El hecho de que se desmayó esta mañana realmente me motiva."

"Bueno al menos la enfermera te dio aceite para tus ruedas."

"Supongo que eso hace que mi vida valga un rato…"

"Deja el sarcasmo, Kagome." Dijo Sango cansadamente.

"Lo siento… es sólo…" Kagome miró furiosa el piso. "Es sólo que… oh, no importa…"

"No, dime."

"Pensé que conocía a Inuyasha…" Kagome suspiró y dejó que Sango guiara su silla. "Pero entonces se dio la vuelta y dijo todas esas cosas… no puedo creer que me hiciera eso."

"Estaba asustado." Dijo Sango suavemente. "Créeme… no las dijo en serio."

"No estuviste ahí, no lo sabrías." Dijo Kagome enojada. "Fue tan brusco y… y ahora estoy con Kouga… y voy a morir miserablemente… y saber que voy a morir miserable me hace aún más miserable…"

"Aún quieres morir?"

"Nunca quiero morir…" Kagome frotó sus ojos, contrarrestando las lágrimas antes de que se extendieran. "Sólo pensé que si tenía que morir… al menos tendría a alguien como Inuyasha guiándome… pero no lo está más…"

"Lo siento…" Sango tocó su hombro.

"No es tu culpa." Dijo Kagome rápidamente. "Tengo que irme, se supone que Kouga va a pasar por mi habitación a darme mi medicina."

Ella rápidamente soltó su silla del agarre de Sango y siguió su propio camino. Sango la observó por un momento antes de suspirar y voltear para ir a la cafetería y encontrar a Miroku.

Kagome estaba tan profunda en sus pensamientos que casi pierde a Inuyasha. Casi. Se detuvo rápidamente y retrocedió un poco para mirar por el corredor que había pasado. Sintió una punzada de celos verlo alejarse de ella con una de las enfermeras jefe. Se mantenía tocando su rostro por alguna razón… bueno al menos él se mantenía retirándola cuando ella lo hacía.

Se llamaba espiar, pero Kagome observó un poco más para ver a dónde iban. De repente Kikyo detuvo a Inuyasha a medio camino y alcanzó para besarlo.

El corazón de Kagome se detuvo con un grito ahogado mientras observaba. Inuyasha no se separó… o hizo mucho por detenerla o motivarla. Terminó rápidamente y Kikyo se adelantó.

No pudo soportarlo más y se alejó fuera de vista… pero su corazón estaba teniendo problemas en comenzar de nuevo… literalmente…

Un dolor horrible se extendió por su pecho al lado izquierdo y pudo sentir a su corazón latiendo dolorosamente duro e irregularmente fuerte. Ella colocó su mano sobre su pecho, apretando sus dedos contra sus costillas mientras jadeaba por aire que parecía escapársele.

Estaba teniendo un infarto…?

De repente la silla de ruedas era muy estrecha, no podía moverse, no podía respirar… tuvo que salir. Ella se levantó, tambaleó unos pasos antes de que sus piernas se doblaran y cayera al suelo. Su corazón aún estaba corriendo tan rápido que pensó que explotaría…

Kagome desesperadamente luchaba por algo que la ayudara, algo a qué aferrarse… cualquier cosa. Pero estaba sola en medio de un corredor desierto. Inuyasha estaba rodeando la esquina… o no? Tal vez se había ido…

Ella levantó la mirada y vio alrededor, pensando vagamente en el cuadro que colgaba en la pared opuesta. Lo había pasado tantas veces.

La oscuridad pareció envolver todo su cuerpo y el dolor se desvaneció de una vez cuando la oscuridad alcanzó su cabeza… y se entregó sin pelear. Estaba cansada… quería descansar.

------

Kouga rodeó la esquina con una hoja de lechuga fría contra su ojo. Al momento que ubicó a Kagome maldijo, en voz alta.

"Mierda…" él corrió a su lado y asimiló su pálida complexión antes de revisar su pulso…

Él maldijo otra vez y golpeó su beeper para reunir cualquier cantidad de enfermeras y paramédicos disponibles. Tal vez había una oportunidad de que aún pudiera revivirla.

------

Continuará…

------