28 Días
(28 Days)
Por Rozefire
Traducido por Inuhanya e IR-CHAN
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Capítulo 14
Realización
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"Estás nervioso?" preguntó Inuyasha, haciendo sonar sus guantes de goma.
"Um…" el hombre se movió nerviosamente desde donde estaba sentado en la mesa. "Lo estoy ahora que se mantiene sonando esos guantes."
Inuyasha le destelló una breve sonrisa. "Bien. Ahora sólo tenemos que esperar a que Aki llegue de una vez y entonces podemos… examinar tu próstata-"
Él fue interrumpido cuando la puerta se abrió y Aki entró terminando su bebida. "Siento llegar tarde – sólo estaba-"
"Comiendo. Entiendo. Ahora vamos a hacer y a terminar con esto." Inuyasha contuvo un escalofrío. Esta había sido la razón número uno de por qué había protestado sobre volverse doctor.
Justo entonces el buscador de Aki sonó y ella bajó la mirada. "Es Kouga. Uno de sus pacientes ha colapsado… necesita paramédicos para revivirla. Debo ir?"
Ella levantó la mirada sólo para encontrar la puerta cerrándose y a Inuyasha por ningún lado. Ella suspiró. "Cualquier excusa para huir…" Aunque no dudó en seguirlo.
El paciente golpeó los dedos contra la mesa al ser abandonado. "Qué descortés."
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Las enfermeras más cercanas estuvieron en escena pronto, junto con Kikyo.
"Qué pasó?" preguntó ella cuando encontró a Kouga agachado sobre el pálido cuerpo de Kagome.
"Se desmayó, necesitamos revivirla." Él le lanzó el estetoscopio a Kikyo. "Revisa si su corazón comienza a latir – ustedes dos – traigan una cama y un desfibrilador."
Las otras dos enfermeras se apresuraron.
"Comienza la RCP." Dijo Kikyo de una vez.
"Lo sé." Espetó Kouga irritado. No le gustaba que una simple enfermera le dijera qué hacer.
Rápidamente levantó su cabeza hacia atrás y comenzó a presionar en su pecho. Kikyo mantuvo el estetoscopio al lado de sus manos y esperó por el susodicho latido, pero nada llegó. Justo antes de que Kouga pudiera cerrar su boca sobre la boca de Kagome para introducir aire en sus pulmones, Inuyasha llegó, seguido rápidamente por Aki.
"Qué pasó?" demandó él.
"Qué parece?" espetó Kouga. "Golpeó la pared. Su hora llegó."
Inuyasha gruñó. "Idiota - a ella le quedan dos semanas!" él empujó a Kouga e ignoró la nerviosa mirada que Kikyo le envió. "Tú sólo concéntrate en su pecho yo le daré la respiración!"
"Ella es mi paciente!" espetó Kouga.
"Dejen de ser tan posesivos y hagan algo antes de que sea muy tarde!" les dijo Kikyo a ambos, callándolos primeramente.
Inuyasha fue quien cerró su boca sobre la de Kagome y sopló. Kouga continuó golpeando su pecho furioso. Aki esperó ansiosamente, agachándose para sostener la mano de Kagome en caso de que despertara.
"No está funcionando." Dijo Kouga finalmente, deteniendo su trabajo. "Hora de muerte es-"
"Cállate!" Inuyasha lo golpeó sonoramente en la cabeza. "Continúa!"
"Está muerta, Inuyasha!"
"Aki!" Inuyasha le indicó a l joven hacer el trabajo de Kouga. Ella miró nerviosa al doctor de cabello oscuro antes de moverse para agacharse al lado de Inuyasha y continuar presionando intermitente.
Pasó un corto tiempo antes de que Kikyo saltara. "Tiene pulso!"
Bueno todo había sido bueno mientras duró. Finalmente todo el dolor y el cansancio habían desaparecido y estaba rodeada por nada. Ella ERA nada. No había dolor, ni Inuyasha, ni placer, ni emoción. Pero era pacífico y calmado…
Ella protestó fuerte y vocalmente cuando el dolor regresó por todo su cuerpo y fue regresada a la tierra. Lo primero de lo que fue consciente, asombrosamente era de la presencia de la boca de alguien cerca a la suya. Por alguna razón sólo sabía que era de Inuyasha… y así retiró su cabeza y se concentró en encogerse y morir otra vez.
"Kagome - quédate con nosotros." Ella escuchó la voz de una mujer llamándola. Sabía que era Kikyo…
"No…" protestó ella débilmente mientras manos agarraban sus hombros y costados para enderezarla. Se rehusaba a abrir sus ojos… no quería estar aquí…
Kouga retiró a Inuyasha del camino y rápidamente ayudó a Kagome a sentarse mientras llegaba la cama. "No te esfuerces Kagome, has pasado por mucho… chica valiente."
Su cuello estaba al alcance… y no estaba mirando…
Inuyasha tuvo que luchar por evitar que sus manos se cerraran alrededor de la garganta de Kouga, sólo para escuchar el satisfactorio ahogo que causaría. Pero no mientras sostuviera a Kagome - no quería que Kouga la dejara caer.
Inuyasha sólo podía observar inútilmente mientras las enfermeras y Kouga ayudaban a levantar a Kagome a la cama y comenzaban a alejarla. Kouga miró a Inuyasha con una sonrisa y un saludo. "Gracias perrito, ahora puedes regresar a trabajar. No te necesitamos más."
Los puños de Inuyasha se cerraron inconscientemente a sus lados hasta que sintió a Aki tirar de su manga. "Doctor? Su paciente aún está esperando por su examen de próstata."
Inuyasha se tensó. "En realidad… Aki… me siento un poco débil, querida… voy a ir a recostarme en algún lugar…"
Él pretendió tambalearse hasta que volteó la esquina, antes de dispararse hacia la cafetería. Se había dado cuenta de algo muy importante.
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"Crees que estará bien?" preguntó Sango sobre los juegos de cuna que estaba haciendo con Miroku.
"No lo sé…" Miroku se encogió. Él también había sido llamado por Kouga, pero como no había sido de mucha utilidad no había ido. "Supongo que sabremos cómo está cuando Inuyasha aparezca."
"No - no tomes ese - toma ese hilo junto a ese…"
"Lo siento…" Miroku corrigió su agarre.
"De cualquier forma…" continuó Sango. "Conoces bien a Inuyasha. Qué hará si ella está bien?"
"Andar malgeniado…" se encogió él.
"Y si está muerta?"
"Más malgeniado?" Miroku se veía perdido. "Es difícil de decir con ese joven… tiene un límite de tres emociones. Rabia, irritación y risa ante cosas horribles."
"Eso es lo que pensé…" Sango se concentró en los juegos.
"Oye - nunca sabes. Podría entrar aquí llorando en unos minutos." Miroku se encogió otra vez.
"Sí verdad. Ese será el día que pida por mi ayuda profesional." Sango suspiró. "Realmente espero que ella esté bien…"
De repente una voz irrumpió en su conversación. "Sango! Necesito tu ayuda profesional!"
"Quién demonios…?" Sonaba como a Inuyasha, pero no podía ser cierto. Sango levantó la vista y lo vio corriendo hacia ellos. Finalmente alcanzó la mesa, sacó a Miroku de su asiento opuesto a Sango y se sentó en su lugar.
"Necesito tu ayuda!" él golpeó la mesa para enfatizar su punto.
"Felicitaciones, Inuyasha." Miroku frotó su ofendido hombro mientras se movía para sentarse al lado de Sango. "El primer paso es admitir que necesitas ayuda."
"Pensé que no necesitabas un psiquiatra?" Sango dejó caer su hilo sobre la mesa y le frunció duro.
"No un psiquiatra - necesito una mujer."
"Busca la tuya." Miroku lanzó un posesivo brazo alrededor de los hombros de Sango quien continuaba mirando a Inuyasha con preocupación.
"Al menos admites que ahora es tuya." Inuyasha lo miró. "El primer paso hacia el compromiso, escuché."
El brazo de Miroku soltó el hombro de Sango antes de que alguien más lo notara.
Sango ignoró la competencia de machos. "Entonces cuál es el problema?"
"Kagome murió y-"
"Lo siento tanto…" Sango levantó una mano hacia su boca en shock.
"Espera - déjame terminar. Murió pero luego despertó, y me di cuenta de algo." Inuyasha parecía increíblemente nervioso entonces.
"Qué?" presionó Sango.
"Soy un completo idiota bastardo."
Miroku sonrió. "Felicitaciones - admitirlo es el primer-"
"Esa broma sólo funciona una vez en la misma conversación, Miroku." Le dijo Sango significativamente antes de regresar a Inuyasha. "Bueno, al menos no estás engañándote más."
"Probablemente me odia - y con toda razón, no me importa." Inuyasha le frunció a la mesa. "Pero me he dado cuenta que pronto VA a morir…"
"No digas eso." Sango frunció. "Kouga aún podría encontrar una cura."
"No… no lo hará." Inuyasha movió su cabeza. "He continuado mi búsqueda y he llegado a un mortal final. He analizado el virus, el veneno que estaba en la picadura de abeja, el Xycrophobin y no hay NADA que pueda contrarrestar los efectos del virus."
"Vaya…" Miroku hizo una mueca. "Entonces… entonces VA a morir?"
"Has continuado trabajando en ella?" Sango se veía asombrada. "Eso es muy… amable… de ti Inuyasha."
"Gracias, pero ese no es el punto. Va a morir infeliz y no puedo soportar verla así." Él tomó uno de los paquetes de azúcar del tazón y comenzó a jugar con él. "Y es por mi que es infeliz… no sé qué hacer."
Sango resopló. "No es obvio?"
Inuyasha la miró. "Sango, soy un hombre, tienes que decir las cosas por nosotros."
"Ve a DECIRLE cómo te sientes!" Gritó Sango con angustia. "Maldición - puedes ser un genio pero cuando se refiere a personas eres tan pesado como-"
"Sango - lenguaje, querida."
Sango se calmó un poco. "Lo siento… pero te tomó tanto tiempo darte cuenta lo tonto que estabas siendo?"
Inuyasha le frunció. "Bueno, cuando Kikyo me besó me di cuenta que-"
"Tú hiciste qué!" Sango y Miroku le gritaron al mismo tiempo, haciendo retroceder un poco a Inuyasha en su silla.
"Por qué?" demandó Sango.
"Cuán estúpido puedes ser!" gruñó Miroku.
"Qué si Kagome vio - qué si lo descubre!"
"Estará destrozada!"
"Te odiará para siempre!"
"Cómo pudiste besar a Kikyo!"
"Cielos - esa imagen es peor que la imagen de Aki con el Doctor Hatsuyo… ew…"
"Qué estabas pensando!"
Inuyasha retrocedió un poco. "Está bien! Calma! Fue un error! Pero ella se me lanzó y estaba tan sorprendido que no pude moverme. Quiero decir… qué harías tú si Kikyo te besara Miroku?"
Miroku abrió su boca para hablar antes de mirar de lado a Sango quien estaba mirándolo intensamente. "Me abstengo de responder esa pregunta por temor a tener mis espinillas abolladas por los zapatos de Sango."
La mesa saltó y Miroku gritó ahogadamente de dolor cuando Sango decidió patearlo de todas formas.
"Sugiero que vayas ahora." Dijo Sango, ignorando los movimientos de Miroku. "Ve a explicarle antes de que sea muy tarde."
"Pero no puedo verla. No es mi paciente - y si la directiva lo descubre seré despedido." Inuyasha suspiró.
"Bueno sólo si lo descubren." Señaló Miroku. "Yo sería despedido si alguien descubre sobre Sango y yo - me importa?"
"Vive al extremo, Inuyasha." Le dijo Sango. "Ve ahora o también abollaré tus espinillas."
Viendo la obvia agonía en la que estaba Miroku, Inuyasha decidió que escuchar a Sango probablemente era la decisión más sabia. Titubeó sólo por un momento antes de levantarse y salir de la cafetería.
En realidad le tomó un tiempo encontrar a Kagome. Había sido movida de su antigua habitación al pabellón de Cuidados Intensivos. Tenía una nueva habitación para ella, aún más grande que la última y muchos equipos de emergencia alrededor de la cama. Kagome estaba dormida… y mientras avanzaba tranquilamente hacia la cama se dio cuenta lo pequeña que se veía… y tan frágil.
La enfermera probablemente estaría por ahí en un rato para revisarla… así que no tenía mucho tiempo. Pero no podía ponerse a despertarla… se veía agotada.
Con un pequeño suspiro se desplomó en la silla al lado de su cama y apoyó sus codos en el borde. Si hubiera estado despierta estaba seguro que se habría alejado de él. No la habría culpado. Tal vez era mejor para ella estar dormida. Quería hablarle… decirle por qué había hecho lo que había hecho… pero indudablemente lo interrumpiría y probablemente lo haría sentir aún peor.
Así que comenzó su conversación con ella, sin ella… cierto.
"Lo siento…" dijo él de repente. Esas dos pequeñas palabras no iban a mejorar todo, lo sabía. Pero era una buena forma de comenzar como ninguna. Realmente no sabía por qué lo sentía específicamente… básicamente lo sentía por todo. "Siento no haber encontrado una cura… siento haber dicho todas esas cosas… siento haber besado a Kikyo - pero para ser justo ELLA me besó. Fui usado. Me sentí tan violado…"
Actuando por el voto de compasión con una joven durmiente no iba a funcionar. Él movió su cabeza y se preguntó cómo iba a arreglarlo todo cuando despertara. Miró su débil mano por un momento, antes de alcanzar y tomarla en la suya, sintiendo lo fría que estaba.
"He estado pensando sobre lo que dije… y ahora me doy cuenta lo real… realmente egoísta que he sido." Él suspiró, descansó su mentón en su palma y distraídamente observó su rostro serenamente calmado. "Tenías razón cuando dijiste que estaba asustado de apegarme. Te alejé porque estaba asustado por mi… si morías y te amaba entonces yo… sería miserable por mucho tiempo supongo…"
Él frunció profundamente por un momento antes de cerrar sus ojos y dejar caer su cabeza para descansar en su antebrazo que descansaba en la cama al lado de sus manos unidas. Cuando habló parcialmente fue amortiguado por la cama.
"No pensé que serías infeliz ahora… fui estúpido… espero que me perdones." Inuyasha apretó su mano. "Viéndote así… me odio por eso. Es por mi que estás… haría cualquier cosa por hacerte feliz otra vez… amaría… Te amaría si eso significa hacerte feliz… aún si significa matarme después…"
Ella le creería cuando le dijera todo eso? Aceptaría su disculpa?
"Kagome… aún si me rechazas todavía te amaré. Me dolerá cuando te vayas… así que no seas generosa después y recházame en caso de que me duela cuando mueras. No me importa eso… es muy tarde ahora, te amo…"
Cómo reaccionaría a eso?
"Confía en mi al enamorarme de una mujer moribunda… finalmente conozco a la chica que quiero… y está muriendo… Y lo más gracioso es que lo supe todo el tiempo y no pude detenerme de amarte!" Él sonrió a pesar de sí mismo. "He visto lo que eres… te conozco. Puedes ser brava y destructiva… aún más destructiva que yo… pero no lo escondes. Eres dulce y preocupada y agradable de tener alrededor… hasta que alguien te molesta. No puedo salvarte pero quiero hacerte feliz mientras pueda…"
De repente su mano apretó la suya en respuesta y él se sentó para ver que estaba parpadeando hacia el techo.
"Estás despierta…?" susurró él.
"Estuve despierta… todo el tiempo…" dijo ella planamente.
"Entonces tú-"
"Shh…" ella cerró sus ojos y se volteó en su cama para encararlo, recogiéndose levemente y colocó su mano para descansarla bajo su mentón. "Estoy cansada… quédate conmigo…"
Ella cayó dormida, apropiadamente esta vez, e Inuyasha la observó por un momento antes de suspirar. Él recostó su cabeza en la cama, y cerró sus ojos. En realidad no había dormido en unos días… así que no fue difícil para él dormirse.
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Mientras tanto el pobre Sr. Paciente de la Próstata todavía estaba esperando por su doctor…
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Y en otro lugar…
Miroku llegó a recepción para encontrar a Kikyo haciendo su trabajo normal, aparentemente más animada de lo que había estado en un tiempo. Sospechaba que había sido porque había besado a cierto doctor.
Estuvo por preguntar sobre eso cuando ubicó un destello de púrpura en el mesón. Desvió su mirada hacia el origen y sonrió.
Ah… Inuyasha finalmente había dejado su pluma púrpura desatendida y al aire libre. Se arrepentiría de eso después.
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Continuará…
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