-Simplemente hay que convencerlos- se dijo a si mismo mientras esperaba en el vestíbulo. Se acomodaba las mangas de la camisa por debajo del saco y la corbata, pues aunque fuese un diplomático no estaba habituado a usarlas. –Al fin y al cabo podría resultar siendo una buena inversión-

"Puede pasar ahora" le dijo el mayordomo, asomando su cabeza desde detrás de la puerta doble. Ni lento ni perezoso, siguió al delgado hombrecillo de bigote fino hasta el salón donde lo esperaban.

Sentados alrededor de una larga mesa, ocho representantes de las diferentes regiones del mundo lo miraban con frialdad, aunque educadamente escondían un desprecio y un odio que no eran nada nuevo para él. Hizo una leve seña con su mano a manera de saludo, y dispuso de la única silla disponible en el salón. Una vez sentado, y de entre el incomodo silencio que inundaba el salón, saco su maleta, la coloco estrepitosamente sobre la mesa, causando el sobresalto de algunos, y abriéndola saco de ella una serie de hojas, que hizo pasar al representante a su derecha, este fue pasando el puñado hasta que cada uno tuvo una copia.

"Estos son," comenzó la explicación. "los planes que tengo para hacer con el Jardín, como verán mis intenciones no incluyen una armada, o una fortaleza, solo devolver la institución a su estado de centro educacional y cultural, además de preservar el valor histórico que propone." Hubo una ligera pausa mientras los delegados leían los documentos, el delegado de Esthar fue el primero en hablar, aparentemente siendo el único interesado. Un hombre alto, de facciones alargadas y túnicas púrpura que colgaban de sus brazos y cintura.

"¿Tiene usted los fondos para sustentar esto?" pregunto, haciendo referencia no a la cantidad, sino al manejo de recursos.

"Mi dinero ha de ser suficiente para reconstruir el complejo; sin embargo estaré necesitando de la ayuda monetaria de algunos contribuidores, y por supuesto, la autorización del gobierno de Balamb." Al decir esto volteo hacia una mujer de avanzada edad, talvez de unos setenta años, que a pesar del transcurrir del tiempo, aun conservaba algunos mechones rubios, y dos ojos azules, brillantes. La dama lo vio melancólicamente, y dándole otro vistazo rápido a los esquemas se dirigió al joven.

"Señor Cerios, debo recordarle que solo soy una representante, y que no tengo injerencia en las decisiones de mi gobierno, sin embargo tiene mi voto en lo que concierne salvar el Jardín." Sus ojos se mantenían clavados sobre Cerios, él por otra parte, miraba hacia un punto de la mesa mientras materializaba sus ideas.

"¿Usted estudio en el Jardín no es cierto?" La anciana asintió con la cabeza. "¿Como era estudiar ahí?" Sin embargo, antes de que la anciana pudiese responder el representante de Galdabia, un hombre robusto, con una gran barba pelirroja, se levanto alzando la vos.

"¡Le recuerdo Cerios, que esta reunión es para discutir la posibilidad de que le dejemos hacer su proyecto, así que vayamos al grano! Tengo suficiente que hacer para perder mi tiempo en esta tontería." Cerios no se inmuto ante esto, dio vuelta a las paginas hasta llegar a la hoja 7 de su panfleto, todos imitaron su movimiento.

"En la pagina siete señores," comento con suavidad. "explico mi proyecto, su ubicación, estructura, función y demás. Cualquier aspecto legal, que me concierna, lo discutiré ahora."

Cada cual se tomo su tiempo para repasar el folleto, después de algunos minutos, la representante de Balamb, la doctora Trepe, hablo con entusiasmo en su vos.

"¡¿Así que planea extender el campo! Es una empresa ambiciosa Admani, ¿como piensas mantener este lugar?" La sonrisa en su cara demostraba sobresalto y emoción, a la vez que un tanto de preocupación.

"Estoy conciente de que los ingresos que me den los estudiantes no serian suficientes para sustentar los gastos, por eso si miran la pagina nueve, podrán observar los proyectos de inversión que me gustaría agregar, comercios varios, para disfrute de estudiantes y visitantes, servicio de exterminio de monstruos, y, siempre y cuando todos estemos de acuerdo, me gustaría continuar la labor de los Seed como mercenarios. Ya que la ejecución de hechiceras ha quedado en manos del comité Esthari y las tropas Galdabianas." El representante de Esthar y Galdabia se miraron el uno al otro cuando Cerios dijo esto, si bien el proyecto para que la autoproclamada Liga Eliminadora de hechiceras, o LEH había sonado tentador en un principio, había resultado en un desastre, dejando el trabajo en manos de ex-miembros de Seed la ultima ves que una hechicera había aparecido, trabajo que cumplieron sin demora. "Además me gustaría la ayuda del gobierno de Balamb en lo que concierne a instalar un centro para la investigación de Fuerzas Guardianas, a cargo mío, como estudioso de las artes de invocación y utilización de espíritus."

Hubo un cuchicheo entre algunos delegados, pero ningún reclamo, a falta también de ninguna aprobación, Admani prosiguió con la explicación: "Necesito saber su respuesta a mas tardar el viernes, ya que quiero comenzar la construcción lo mas pronto posible, y espero contar con todas las autorizaciones necesarias."

"Balamb no tiene quejas, solo tendré que pasar este informe a mis superiores para confirmar su autorización." Asintió Trepe.

"Nuestra tribu no tiene injerencia en estos asuntos" suspiro un Shumi sentado al fondo de la mesa. "tiene nuestra aprobación"

"Dolet se compromete a ayudar en lo posible" afirmo su delegado, sentado frente a Cerios, de bigote abundante y traje formal. "siempre y cuando esto no signifique un peligro para nuestro país."

"Las líneas de trenes tendrán que ser extendidas si se quiere poner una estación en el Jardín," se mofo el representante de la Republica independiente de Timber. "Pero creo que nuestro gobierno no tiene inconveniente con esto. Sin embargo tendrá que enfrentar a la prensa Cerios."

"Estoy preparado para ello." Rió Cerios. "¿Triba?"

"Ya que nuestro propio Jardín ha sido destruido no veo inconveniente en apoyar la construcción de este, bajo la condición de que no reconstruya el Jardín en Triba." La representante de Triba era una mujer de cabello castaño, muy agresiva aunque discreta al hablar, y que dejo a Cerios sin nada que decir.

"Solo faltan Galdabia, Centra y Esthar." Se quedo mirando a los tres representantes que, sentados uno junto al otro, se daban miradas penetrantes el uno al otro.

"¿El Jardín será una empresa privada, o estatal?" pregunto asertivamente el representante de Esthar, lanzándole a Admani una mirada seria.

"No someteré al Jardín a reglamentos de gobierno, se mantendrá como era, tierra neutral con las leyes de la convivencia universal," la expresión de Cerios paso de su despreocupación habitual a una seriedad mortífera. Mirando con desprecio a Esthar y Galdabia. "Y no aceptare, bajo ninguna circunstancia, la presencia de tropas, o armamento militar en mi Jardín, de ser así, no esperen clemencia."

"Sin embargo Cerios," replico el Galdabiano, haciendo lucir sus insignias de general. "al no estar bajo nuestras reglas se esta arriesgando a que tomemos al Jardín como una amenaza, y entonces, se repetiría el Florecimiento."

Todos en la sala quedaron callados. El Florecimiento había sido la corta guerra que se había librado entre las naciones del mundo, y los para ese entonces renovados Jardines de Balamb, Triba, y Galdabia, y el recién formado Jardín de Esthar. La guerra culmino con la destrucción de los tres Jardines principales, ya que el de Esthar se retracto antes de que sufriese mayores daños, y aun seguía funcional en su país de origen. El Jardín de Balamb era ahora solo las ruinas que Admani había encontrado hacia dos meses, invisibles al mundo entre los espesos bosques.

"Eso no volverá a pasar." Dijo Cerios, lanzando una mirada inconsciente pero vacía contra la amplia ventana, el sol se filtraba entre los vitrales y a través de los árboles en el exterior para dar un matiz de sombras al cuarto, Admani se levanto y comenzó a caminar alrededor de la mesa, lentamente mientras hablaba. "El Florecimiento se dio por la ineptitud de quienes controlaban las fuerzas para usarlas, mas les aseguro que esto no pasara sobre mi vigilancia; las fuerzas del Jardín se mantendrán replegadas contra cualquier situación política o catastrófica, no daremos el primer golpe de no ser golpeados primero."

Para entonces, se encontraba detrás de la silla del representante de Esthar, se detuvo y pregunto: "Que dicen caballeros."

"Centra acepta, mas no apoya al Jardín en ninguna circunstancia." Dijo su representante, hombre bajo y delgado, calvo y de nariz pequeña, con una vos parecida a una corneta.

"Galdabia acepta siempre y cuando el armamento del Jardín se mantenga a raya, y nada se oculte, en especial en aspectos militares." Cerios volvió a su silla, y viendo fijamente al representante Galdabiano, asintió con la cabeza.

"Esthar aceptara, y propone una conexión cercana entre ambos Jardines, al ser los últimos dos de su tipo en existencia. Aportes de todas clases, intercambio de estudiantes y protección brindadas el uno al otro." Admani, mas interesado en esto, volvió a su expresión jubilosa, y con una amplia sonrisa dio un si a la proposición del delegado.

"Entonces así se hará." Dijo conservando una ancha sonrisa a través del rostro. "Les aseguro que será el resurgir de la belleza que alguna ves oculto el Jardín." Diciendo esto sus ojos se encontraron con los de Quistis, ella lo miro con intriga, a la vez que recogía sus cosas y se disponía a irse. "Ahora señores, si me permiten, tengo una junta con mis patrocinadores en un par de horas, y me gustaría dispondré de ese tiempo.

"Bien, convocare a otra reunión en caso de ser necesario." Gruño el Galdabiano. "Hasta entonces Cerios, espero que este asunto no se le salga de las manos." Se retiro junto con el representante de Centra, seguidos por el de Triba y el Sumí, que al parecer tomarían el mismo vuelo de vuelta a sus tierras. La representante de Timber se quedo en una conversación con el de Esthar, y salieron muy entretenidos hablando sobre algo de proyectos oceánicos. Dolet fue el ultimo en marcharse, llevando consigo un interminable papeleo y tratando de meterlo en su maletín. Admani sin embargo, se quedo en la puerta, esperando a que Quistis saliese.

"¿Tiene como retirarse señora?" le pregunto con disimulo.

"Posiblemente tomare el tren," suspiro Quistis. "¿Por qué pregunta?"

"Tengo café hecho para mis invitados en la cocina, y estaría encantado de oír alguna historia de el viejo Jardín." La expresión de Cerios era sincera, así que la dama no tuvo inconveniente en dar una elegante sonrisa y asentir con la cabeza.

"Pues vera," le dijo mientras caminaban por el pasillo hacia las escaleras. "Yo me gradué de maestra muy joven, cosa que no me sorprendió ya que siempre fui muy estudiosa, pero vera que una noche, después de cierta misión a Dolet…"

Talvez deba disculparme por la brevedad de este segundo capitulo, pero les aseguro que los próximos serán mas largos, ahora que termine con la politiquería. Posiblemente agregare mas personajes de FF8 en futuros capítulos, incluso GF's, sin embargo no supongo poner a todos, solo a los necesarios.

PD: Sean educados: Lean, y dejen crítica, buena o mala