El auditorio se fue llenando con los estudiantes, la prensa, maestros, cámaras, y el propio personal del Jardín; sobre el pedestal frente a ellos, Admani Cerios repasaba sus notas y se acomodaba el saco tratando de librarse de su nerviosismo. En definitiva prefería trabajar por debajo del público que frente a ellos, pero, según decían sus asesores de imagen, un director no puede dejar de ser una figura pública, no en su propio colegio.
La junta comenzó poco antes de que los estudiantes terminasen de acomodarse, entre ellos Kat, Tom y Alejandro. Los reporteros alistaron su equipo y los presentadores de alrededor de cinco distintos noticieros hicieron una breve introducción al escenario. Minutos después, una mujer subió al pedestal, vestida con un vestido rojo corto y varios papeles en su mano.
"Probando, probando. ¿Esta encendido¿Si?" volteo a ver a un técnico en el extremo del escenario que le hizo una seña con la mano para que comenzara. "Bienvenidos, todos, profesores, la prensa, y por supuesto nuestros nuevos estudiantes. Como sabrán, este lugar, durante los últimos sesenta años había sido considerado un monumento a batallas y glorias pasadas, un gigante caído en nuestro pasado. Gracias a la ayuda de los gobiernos, y el idealismo del señor Cerios, hoy vuelve a la vida dichosamente, y nos reúne para celebrar su regreso. Este es, si nos complace verlo así, el sueño de unos pocos que sirve a muchos, la dicha de uno, vuelta para todos. Para hablarles de lo que ha sido este camino, y lo que va detrás de la mente de su creador, aquí esta el señor Admani Cerios." Un aplauso cortes siguió a la secretaria mientras bajaba del pedestal, mientras que su jefe subía lentamente los escalones. El público vio subir al joven director, postrarse frente a ellos, y quedarse mudo de sorpresa. Kat, Tom, y Alejandro se hundieron en su asiento pensando en las clases de invocación que harían de tomar por un error estúpido.
"B-Buenos días." Tartamudeo Admani. "Disculpen, no soy bueno con las multitudes." trato de fingir una sonrisa pero solo logro torcer su cara de forma grotesca, luego miro hacia las notas que traía consigo. "No hace mucho, hombres y mujeres de gran valentía fueron formados entre estas mismas paredes. Este lugar, ha sido testigo de batallas, victorias, derrotas, amor, poder…" de nuevo se quedo sin habla. Algunos estudiantes dejaron escapar una risa o voltearon a ver a otra parte. "Mi meta fue restaurar una gloria pasada, un esplendor, un honor inigualable a mis ojos." Recordó el motivo por el que hacia esto, todo lo que había pasado para lograrlo, y principalmente la tarde cuando entro por primera vez al Jardín en ruinas. En un segundo, una llama de pasión se encendió en los ojos de Admani, puso sus notas a un lado y hablo de frente, con tanto despecho que parecería furioso. "Vivir en el pasado no nos llevara a ningún lugar que hacia atrás; no quiero que recordemos lo que sucedió aquí, sino que ganemos nuestro propio merito como lo hicieron en el pasado. Se que no solo es posible, sino inevitable, que seamos guerreros, mercenarios nos llaman, pero al fin y al cabo, a través de esto hemos escrito una historia, y si es que debemos convertirnos en lo que algunos llamaron una escoria, que así sea. No es lo que vean en nosotros, sino nuestra esencia, lo que refleja lo que en verdad somos; cada uno de mis estudiantes, encontrara en si su guerrero, y aprenderá a usarlo para su beneficio, y por aquellos que desee servir. Este Jardín no vivirá de glorias pasadas: La gloria es nuestra por derecho!" Ádmani se calmo, organizo de nuevo sus notas, y esperó; el auditorio se quedo en silencio, luego, un rugido de euforia estallo entre los asientos cuando varios estudiantes se levantaron a aplaudir al director, seguidos por los demás alumnos a su lado, los maestros, y por ultimo el personal. Algo entre las bélicas palabras de Cerios había tocado un nervio en ellos, talvez incluso despertado el espíritu guerrero del que Admani hablaba. "Gracias." Tomo sus papeles y bajo del pedestal muy satisfecho.
La señora Quistis se levanto para recibirlo en las sillas junto al escenario, y le ayudo a sentarse, pues para entonces, Ádmani ya había perdido su entusiasmo y sus piernas le empezaban a fallar. Tom, Kat y Alejandro comentaban, al igual que sus compañeros, lo inusual de su director, pero ellos hablaban de él de forma distinta; prácticamente ninguno de los estudiantes en el auditorio conocía al director como ellos tres. Antes de que Kat pudiese seguir elogiando el cabello del señor Cerios, una mujer subió al escenario y pidió silencio; no tendría mas de 35 años, tenia el cabello castaño y facciones redondas, tras de ella, venían dos hombres, ambos de saco y corbata, que seguidamente dieron dos respectivos discursos, uno sobre el pasado del Jardín, y el otro sobre la corta vida y gran obra del maestro Ádmani Cerios. Ambos discursos sin embargo, fueron igual de largos, tediosos, y monótonos, al punto en que Alejandro cayo dormido en su silla antes de que terminara el primer hombre, e incluso el mismo Ádmani cabeceaba mientras mencionaban los logros de su vida en el campo de batalla y en la política.
La asamblea termino con un aviso de parte de la coordinación, que exigía a todos los alumnos reportarse en sus salones durante la tarde para recibir un horario de clases básico, y escoger al menos tres asignaturas opcionales. Tom y Kat despertaron a Alejandro llamándole por su apodo "Tato", y salieron poco después que la prensa lo hiciera detrás del director.
"Bueno…" bostezo Tato. "Al menos solo tenemos que elegir dos asignaturas."
"A ver, repíteme eso que no entendí." Le dijo Kat.
"Que…awww… tenemos que llevar invocación con el señor Cerios. ¿Si te acuerdas no?" Se tambaleaba un poco al caminar por el sueño, ni siquiera estaba seguro para donde iba.
"Cierto." Dijo Tom. "pero esperemos un rato antes de ir a la inscripción. Yo aun no se que mas elegir."
"Creo que nadie." Admitió Kat.
"No vhas a llwevar…aaww!... pistoleria?" le pregunto Tato.
"¿Armas de fuego? Supongo que esa va a ser mi clase de táctica en batalla. Estaba planeando llevar camuflaje, o infiltración como clase extra." Kat siempre había sido el tipo de chica aplicada. Pensaba todo lo que hacia con anticipación, tenia memoria de elefante y reflejos de gato, y no dejaba que nada de lo que hacia saliese de su control aunque eso significara mantener en línea a Tom y Tato.
"Yo fijo… bombas… me guuuusta explotar cosas… awww!" Tato se tambaleo y cayo sobre Tom, que se lo quito de encima con un codazo.
"¡Ya despierta!" le grito, quitándoselo de encima. Kat se soltó a reír mientras Tato insistía en reclinarse sobre Tom, y él lo empujaba en dirección contraria bastante molesto. Después de que Tato despertase a punta de golpes, los tres hicieron camino a los dormitorios para terminar de desempacar y ordenar sus cosas.
Kat entro a su habitación acomodándose un mechón de cabello detrás de la oreja; era costumbre que cuando tenia el cabello así de largo fuese difícil de acomodar. Se fue directamente al fondo del cuarto y abrió las persianas para dejar entrar un poco de luz a la grisácea habitación, luego volvió a las dos maletas que le faltaban por desempacar. Tomo la primera, una valija plateada con sellos herméticos, y la puso sobre su cama donde la luz podía reflejarse en ella. Adentro había varias cajas de municiones distintas, selladas con letras para reconocerlas, y además un rifle bastante grande, un Ulises, de fuego medio y alta potencia, su arma predilecta entre las que su abuelo le había enseñado a usar. La saco, y pulió el cañón con un pedazo de tela que también venia en la maleta, luego saco la caja de municiones que portaba la letra R de "rápida" y cargo tres tiros, apunto hacia la pared, imaginando un posible enemigo, y luego volvió a colocarla sobre la cama. Se acostó sobre el borde de la cama, con su cabeza colgando y sus ojos cerrados, y escucho a alguien tocar en su puerta, abrió los ojos solo un poco para poder ver que efectivamente era Alejandro, rodó sobre la cama, tomo el rifle en el camino y se coloco en el borde opuesto de la cama apuntando a su amigo con el rifle apoyado sobre el colchón.
"¿Que pasa?" le pregunto apuntando con cuidado a su pecho.
"Se nota que no pierdes el tiempo para practicar." Dijo Alejandro con paciencia y aun soñoliento. "Tomas y yo íbamos a tomar una taza de…" Una música suave en tono ascendente llamo su atención antes de poder terminar; venia de los parlantes en el salón común.
"LES INFORMAMOS QUE ESTA NOCHE SE LLEVARA A CABO UN BAILE INAUGURAL CON COMIDA GRATUITA PARA LOS ESTUDIANTES, ESPERAMOS SU ASISTENCIA A LAS SIETE DE LA NOCHE EN EL SALON MAYOR EN EL AREA OESTE. MUCHAS GRACIAS."
"…de té. ¿Quieres una?"
"Claro." Kat ya había bajado el rifle desde el anuncio, ahora lo estaba guardando de nuevo en su estuche. Alejandro se devolvió al salón común donde Tom estaba calentando el agua para el té. Se sentó en el lado opuesto de la mesa y se acomodo la boina con el reflejo en el vidrio.
"¿Ustedes van a ir a la fiesta?" pregunto Kat un segundo después asomándose entre el marco de la puerta de su cuarto.
"Si mis chicas van yo voy." Dijo Tato en su usual tono macho man.
"Eres igualito a mi bisabuelo…" suspiro Kat. "¿Tom?"
"Si tu vas yo voy." Le dijo sirviendo las tazas de agua caliente.
"Perfecto, voy a desempacar mi vestido." Se esfumo a su cuarto y cerro la puerta. "¡No me molesten mientras me cambio!" les grito desde adentro.
"Le estas dando demasiada pelota." Murmuro Alejandro a Tom. Tom lo miro como queriéndole decir: "no me vengas a molestar mientras se ocupaba de remojar la bolsa de té en la taza. "Hazme caso, no le pongas tanta atención, un poco de indiferencia le atraería. Yo se de eso."
"¿Entonces ese es tu secreto?" rió Tom. Tato le respondió con un talvez mientras hundía su bolsa de té. "Creo que ella lo sabe pero no me corresponde. Pero no me dice nada para que no se arruine nuestra amistad."
"Por eso te dije que no te enredaras con ella." Lo regaño Tato. "Tantas chicas bonitas en un lugar donde nadie te conoce, y tu te tienes que quedar con la que ibas a la playa? Deberías intentar buscarte a alguien mas, solo para despejarte."
"Dones son dones…" suspiro Tom dirigiendo a su amigo una sonrisa confidente que él devolvió con una confiada carcajada.
"En eso tienes razón."
Alejandro se fue inusualmente temprano en la noche, solo avisándole a Tom que sus chicas lo estaban esperando en el salón y que no les podía faltar, se fue poco antes de las seis y diez. Tom decidió esperar a Kat un poco mas, pero cuando a las seis y cuarenta aun no salía de su habitación, decidió irse solo. El dormitorio aun tenía bastante gente que no estaba lista o que había decidido no ir a la inauguración, pero estaba bastante callado, al punto en que se podía oír la música y el barullo en el salón de baile al otro lado del Jardín. En el pasillo el silencio se volvía incuso mas espeso, y las sombras que venían de los árboles a los lados del camino parecían sostener una tensión superficial.
"¡Espera!" Saliendo de los dormitorios Kat corría a lo que podía con sus tacones intentando alcanzarlo y viéndose molesta. Estaba usando un vestido azul oscuro abierto en la pierna izquierda y se había arreglado el cabello con unas prensas azules a la izquierda también. "Como son maleducados tu y él, por poco y me dejan botada."
"Tato tenia que ir a buscar a sus nenas, y yo te espere casi una hora y media a que te alistaras y aun así no saliste." Le reclamo Tom
"¿Cual es tu punto¿A poco no me veo bien como para esperarme ese rato?" le dijo de forma picara mientras los dos volvían a caminar por el pasillo.
"No para tardar hora y media…" Kat lo golpeo en el brazo en reproche pero luego paso su brazo entre el suyo.
"Vamos, vas a ser mi pareja hoy." A Tom no se le ocurrió nada más que asentir con la cabeza y seguir caminando, sin embargo ya se imaginaba lo que diría Alejandro al verlo entrar con Kat del brazo.
El salón de baile no había cambiado nada desde que Quistis lo recordaba, aunque había tenido que ser reconstruido, era una reparación impresionante que rescataba esos recuerdos empolvados. Ádmani estaba sentado a su lado, con una gran sonrisa en su rostro y mirando a los jóvenes bailar mientras pensaba: "talvez esta noche tengamos suerte y se digne a aparecer…"
Kat y Tom entraron al salón, y no hicieron más que unirse a la multitud de entrantes que se maravillaban con el lujo de la cúpula y la pista de baile. Pero la ilusión no duro por mucho, mientras Tom buscaba a Alejandro para ver la expresión en su rostro, Kat había puesto sus ojos sobre un muchacho que usaba un saco blanco.
"Si me disculpas." Le dijo a Tom soltándose de su brazo. "Me voy a explorar… diviértete!" Antes de que Tom pudiese idear algo que decir, ya Kat se había ido corriendo en dirección al chico y lo había dejado solo.
"Que demo…" logro balbucear un segundo después mirando a Kat acercarse al chico y empezar a conversar. "Bah… quien la necesita." Se dijo a si mismo.
Se acerco a la mesa de bocadillos y tomo un mini sándwich, mientras se lo comía, encontró a Tato, con un grupo de chicas a un lado de la pista de baile, tomando turnos para bailar con varias y repartiendo guiños fugases a las demás. Había perdido de vista a Kat, pero eso solo le molestaba más; sabia que estaba en algún lugar del salón con el tipo del saco blanco. Aburrido, empezó a caminar alrededor de la pista de baile a ver que podía encontrar. La mayoría de las personas venían en grupos pequeños, con los amigos que acababan de hacer en el dormitorio, las chicas mas dispuestas a bailar que los chicos se metían a bailar al ritmo de la música que pusiesen, techno, rumba, ska, cumbia e incluso regue, los chicos se sentaban en algún lugar, hablaban, o los menos tímidos, como Alejandro, buscaban alguna chica con quien bailar, o mas de una en el caso de nuestro galán. Al poco rato de estar viendo bailar, y aun sin ánimos para disfrutar de la fiesta, Tom se tropezó con la mesa donde estaba sentado Ádmani Cerios, su director, junto con la anciana que lo había acompañado en la cafetería y en el discurso, y otros dos sujetos inmersos en un juego de cartas del Triple Traid. En cuanto Ádmani lo vio se levanto con una sonrisa algo sarcástica y le estrecho la mano, llevaba un saco largo de color plateado opaco y unos guantes negros con inscripciones en blanco como antiguos símbolos.
"¿Como estas muchacho¿Disfrutando de la fiesta? Ven, te quiero presentar a alguien." Lo tomo del hombro y lo arrastro a su mesa, donde lo sentó junto a la anciana. "Oh… ahora que lo recuerdo, no se tu nombre… serias tan amable?"
"Thomas."
"Thomas claro!" exclamo Ádmani. "Bien, esta es la señora Quistis Trepe, ella solía estudiar aquí de joven. Bueno, no aquí, en el viejo Jardín, pero tu me entiendes."
"Es un gusto señora" le dijo dándole un beso en la mejilla.
"Igualmente muchacho." Le dijo ella. "¿Que te parece la reconstrucción de este salón de bailes¿No es magnifico? Me parece que es una fiesta bastante animada para comenzar un periodo de clases."
"Lo es señora." Respondió Tom mecánicamente. No quería ser descortés, pero tampoco pretendía pasar la noche con ellos.
"Y aun así." Dijo Quistis. "tu estas aquí, hablando con una anciana y un hombre en ves de estar bailando con tus amigos. ¿Algo te perturba?"
"Para serle sincero señora…" en un segundo, su mirada planeo sobre la pista de baile, y una chica al otro lado del salón atrapo su atención: Kat. Estaba por continuar hablando, terminar la conversación rápidamente, ir a buscarla y sacarla a bailar, pero no tardo en aparecer en escena el chico con el saco blanco, remolcado de la mano de Kat a bailar. Tom se quedo callado sin darse cuenta. Mientras tanto, Ádmani y la señora Trepe acercaron sus cabezas a la de Tom, una de cada lado, para tener una perspectiva de lo que él veía.
"¿Es esa chica no?" dijo Ádmani sacando a Tom de su trance. "¿la del vestido azul con el chico del saco blanco?"
"¡Ah si! Estaba contigo en el café ahora en la tarde, se ve que es muy dulce." Admitió la señora Trepe. "Pero no eres tu el que baila con ella. ¿O si?"
"No sea tonta señora." Dijo Tom olvidando su respeto. "¿no ve que esta bailando con… algún pingüino albino?"
"Mmm… y aun estas aquí, discutiendo con una señora y tu director por que no estas bailando con la chica que quieres." Se burlo Ádmani. "Te diré algo, si algo he aprendido de las mujeres en estos años, es que quedarse babeando por ellas es muy divertido, pero poco eficaz." Tom no tomo esto nada bien, empezó a reflejar su enojo en su rostro. "Si no le muestras algo que le pueda interesar, estará bailando con pingüinos albinos frente a ti hasta que decida irse con un oso polar para no esperar a una estatua de hielo que babea¿me doy a entender?"
"Ádmani… dime que no vas a usar metáforas así en clase…" murmuro la señora Trepe.
"Tiene razón." Exclamo Tom levantándose.
"Muchacho…" le dijo la señora Trepe jalando de la manga de su saco. "No seas precipitado… si vas ahora parecerás un bruto mas que un pretendiente. Tomate tu tiempo y encuentra el momento indicado para hacer lo que Ádmani te dijo que hicieras… fuese lo que fuese que dijera."
"Esta bien… gracias." Se despidió de ambos y se encamino alrededor del salón para llegar donde estaba Kat.
"¿Va a meter la pata verdad?" pregunto Ádmani. Quistis asintió con la cabeza.
Tom camino rápidamente alrededor del salón de baile, acercándose a Kat como asteroide en curso de colisión, pero con cada paso mas cerca de ella y del pingüino albino iba perdiendo la confianza que Cerios y Trepe le habían dado. Para el punto en que estaba suficientemente cerca de Kat como para que ella lo viese ya había perdido todo su combustible de valor y ahora estaba urgente de una ruta de salida. Muy tarde, Kat lo había visto, y había notado inmediatamente que estaba más perdido que un cactuar en la caverna de fuego. Sin embargo no era la única, Tato, milagrosamente, se había percatado de un SOS amigo en la zona, y ya estaba en camino a rescatarlo de las redes de la vergüenza. Llego con él cruzando entre la gente, lo como del hombro, volteo a mirar a Kat que los miro de forma despectiva y luego se fueron del montón. De vuelta en la mesa de bocadillos Alejandro le dio un refresco para calmar las ansias y le pidió que le explicara como pudiese que carajo hacia parado en medio de la gente como un tarado. Tom le explico lo que pudo sobre la charla con Ádmani y sobre su reacción impulsiva, pero todo empeoraba en la mente de Tato.
"¿Estas loco¡Eso era lo último que debiste hacer! Ahora ya sabe que eres un cobarde…" Tom estaba por reclamar pero Tato lo interrumpió. "Lo siento, pero lo eres, al menos en esto. Mira, yo pensaba que ella, tu y yo bailaríamos después, como amigos, cuando yo hubiera terminado con mis chicas y Kat con su chico, y entonces tu tendrías una oportunidad mas segura… pero no contaba con esto, ahora mi plan se fue oficialmente a la mierda."
"Demonios…" suspiro Tom, apoyándose en la mesa de bocadillos. "Supongo que ahora solo queda hacer lo que me aconsejaste ¿no?"
"talvez." Dijo Tato con orgullo. "Ese tipo Cerios si que esta loco…"
"Y que lo digas…" Ambos se quedaron viendo el baile un tiempo más, solo sombras y luces, mucho movimiento al ritmo. Las chicas de Tato volvieron a buscarlo, él se despidió de Tom diciéndole que no se deprimiera y se fue con ellas. Tom pensó por un momento en Kat, más de pronto todo se detuvo la música, el baile, las luces se encendieron y se escuchaban gritos en el lado lejano del salón, cerca de las ventanas. Corrió a ver que pasaba. Había un chico, algo mayor que él, de pie frente a una mujer tirada en el suelo, el chico tenia la mirada pérdida en sus pies, y su mano derecha emanaba un humo ligero y gris. El chico no se movía, pero la mujer estaba aterrada, salio corriendo en cuanto pudo levantarse y se oculto detrás de una columna; ya había varia gente que había formado un circulo alrededor de el muchacho, aunque suficientemente lejos por prevención. El muchacho levanto la mirada, había un símbolo quemado en su frente, una cruz de algún tipo, sus ojos estaban incendiados con furia, levanto su mano de nuevo y Tom pudo ver que tenia la misma marca en su mano.
"…Sed de venganza…" murmuro. Su mano se encendió en fuego azul y apunto hacia ningún lugar especifico en medio de la multitud, un torrente de fuego se extendió, la gente se hecho para atrás y de entre ellos salio Ádmani Cerios colocando sus nudillos al frente. Tom pudo ver como las inscripciones en sus guantes brillaban a la vez que disolvía las llamas de un golpe separando sus manos.
"Interesante…" escucho que el señor Cerios se decía a si mismo. "No eres a quien esperaba, de hecho no espere verte nunca, pero me honra llegar a verte."
"¡Intruso¡Maldito parásito!" el joven volvió a gritar, cargando una bola de fuego, esta vez roja, en su mano y corriendo hacia Ádmani. Lo golpeo con tanta fuerza que las personas alrededor se tuvieron que hacer hacia atrás por el calor, sin embargo, no fue un golpe directo, una leve aura rosa cubrió a Ádmani al momento del impacto, y evito que se quemara.
"Triste…" dijo, mas para el chico que para alguien mas. "Ni siquiera eres real, solo un recuerdo. En fin, hora de que te calmes." Junto sus manos al lado de su torso, una al contrario de la otra, los símbolos en sus guantes volvieron a brillar; de pronto se comenzó a reconocer una figura detrás de Ádmani, una especie de criatura, no muy clara, con ojos rojos muy intensos, sus manos en la misma posición que las del hombre. "¡Aruneo: extinción!" la criatura y Ádmani se movieron al mismo tiempo, abriéndose y colocándose delante del pecho; del pecho de la criatura salio una luz blanca muy tenue, que cayo como roció sobre el chico. El muchacho se estremeció un momento, luego se tambaleo y cayo al suelo, dormido.
La gente se quedo en silencio un momento viendo la escena, una chica y un chico se acercaron al muchacho e intentaron despertarlo. Después de un momento el joven despertó, quejándose de una jaqueca, toda la gente aplaudió entonces la actuación de Ádmani ante lo que para los conocedores era obviamente un exorcismo muy eficaz. Tuvo que conservar la modestia y después de dar un par de "gracias" y "de nada" se marcho por el lado de Tom. Al verlo no evito hacer un gesto de confidencia y murmurarle: "No te veo con tu chica¿metiste la pata verdad?" e irse sutilmente entre la gente que le hacia paso.
Tom se quedo mirando como ayudaban al chico a levantarse y lo llevaban a un banco para que descansara, el DJ no tardo en poner de nuevo la música, apagar la luz y la gente continúo en su baile sin ningún contratempio más. Algo en la marca que había llevando el chico, se le hacia familiar, aunque no recordara de donde, pues entre mas intentaba recordar, menos podía evitar empezar a preguntarse que persona en verdad era Ádmani Cerios.
