Miraba el techo de la habitación mientras meditaba, meditaba sobre mi futuro, sobre lo que seguía y lo que haría, aún no sabía cómo le diría a Kate que mi nuevo empleo estaría cerca, muy cerca de ella, sabía que ella lo desaprobaría, mi mayor temor era que moviera sus influencias y me obligará a dejar mi nuevo empleo, no estaba seguro de cuanto podría influir en mi futuro o si tendría la intención de hacerlo cuando supiera lo que estaba por ocurrir, sentí el estómago revuelto, aún ahora después de tanto tiempo me sentía intimidado por ella, sonreí recordando aquel día, el primer día que la vi, fue amor a primera vista.

10 años antes

Corrí por la calle, tropecé con algo en el suelo, rodé un par de metros y solté lo que llevaba en mis manos, cuando por fin pude levantar mi cara del suelo apenas podía ver, mis ojos estaban llenos de tierra, mis rodillas raspadas y los pantalones rotos, toqué mi mejilla donde una leve inflamación comenzaba a sentirse, escupí la sangre que se acumulaba dentro de mi boca, y me dejé caer sobre el suelo una vez mas.

Todo había sido una locura, escapar no fue fácil o eso creí hasta que el sonido de unos tacones me hizo mirar hacia atrás.

-Te rendiste por fin.- un par de piernas fue lo primero que vi, ella se inclinó y me miró con cierto asco.- eres un asco.- dijo moviendo las manos.

-lo tienes?.- dijo un hombre detrás de ella.

-si, tu idea funcionó.- dijo riendo y haciendo la seña al hombre para que me levantara del suelo.

-tus padres saben que hacen tu y tus amigos en su tiempo libre?.- preguntó la mujer y entonces vi su cara, era hermosa, era la mujer de mis sueños, pero tenía un pequeño problema, un leve detalle colgaba de su cuello, la placa de policía reluciente que me dijo que estaba en problemas.

-tu cara me es familiar, niño bonito.- dijo una vez más el hombre.

-creo que se le cayó un diente.- dijo ella pateando algo en el suelo y soltó una carcajada que me hizo enfurecer pero que me vi obligado a ignorar pues el hombre juntaba mis manos detrás de mi espalda y ponía las esposas en mis muñecas.

Una hora más tarde estaba sentado en una sala, solo en una mesa y un pañuelo húmedo en mi mano con el que trataba de limpiar el desastre que era mi cara, podía escuchar los murmullos detrás de la puerta, mis labios se torcieron cuando la mujer entró y me miró con cierta frialdad.

-que hacías allí?.- preguntó con furia mientras permanecía de pie y colocaba sus manos sobre la mesa.

-nada.- dije ignorando sus palabras en cierta medida.

-cuantos años tienes… 16?.- la miré sin contestar.- ya no eres un niño, sabes que podrías ir a la cárcel?.- de nuevo guardé silencio.- si no hablas tu, lo harán tus amigos.

-no son mis amigos.

-pues uno de ellos está por hacer un trato, tu en cambio podrías pasar los próximos 25 años en prisión, pero veo que no te importa, no te preocupes, tendrás mucho tiempo para pensar, claro que…

-25 años, solo tome una estúpida bolsa del suelo, y era mía, ellos no son mis amigos, ellos me robaron, solo recuperé mis cosas.

-claro, me vas a decir que no tienes nada que ver en esto.- la vi arrojar una fotografía, el cuerpo de un hombre con un disparo en la cabeza me hizo devolver el contenido de mi estomago.

-Que le pasa?.- dije limpiando mi boca.- que asco, yo no vi nada, no hice nada.

-solo corriste, huiste de una escena de crimen, un homicidio.

-ya le dije que no se nada.

-Te juzgaran como adulto…

-Soy un adulto y no hice nada, solo fui a recuperar mis cosas.

-que edad tienes?

-18.

-eres un niño.- dijo riéndose.

-soy un hombre, quieres que te lo demuestre.- me levante poniendo mi mano sobre mi entrepierna justo antes de que mi hermano entrará por la puerta.

-que demonios haces idiota.- vocifero.

-esta mujer me acusa de algo que no hice.

-que asco.- dijo.- apestas.- me miró de arriba abajo.- donde estabas?

-el idiota de Harrison y sus amigos me robaron, solo recuperaba mis cosas.- Steve me miró.- no se de que demonios me hablan, yo no mate a nadie.

-podemos hablar.- le escuché decir Y luego ambos salieron de la sala.

Unos minutos más tarde mi hermano entró, la mujer había desaparecido, lo vi abrir las esposas y luego me tomó por la camisa.

-por que demonios tienes que arruinarlo todo.

-no hice nada.

- y que hacías allí?

-ya te lo dije, Harrison me robó.

-y que era tan importante para ir tras ellos, no te dije que los ignoraras, hoy es el cumpleaños de mamá, que te pasa, tienes mierda en la cabeza.

-ya te dije que no hice nada.

-que hacías allí?.- grito.

-era el obsequio de mamá , Harrison se burlo de mi, me vio salir de la tienda y me siguió, sus amigos me quitaron el obsequio y tenía que recuperarlo, estoy harto de él y estoy harto de ti, de que nunca me creas, si papá estuviera aquí sería diferente… puedo irme ya.

-Rick… yo…

-Quiero irme ya, perdí el obsequio de mamá y estoy echo un asco.- me levanté de la silla y caminé hacia la puerta.

Me dolía todo, pero me dolía más saber que mi propio hermano no me creyera, aunque no era nada nuevo, él se había convertido en el hombre de la casa y yo solo era un niño a sus ojos, cada vez que algo ocurría era mi culpa, caminé por el pasillo, aquella mujer me miró al pasar, mi cabello cubría mis ojos, caminé cabizbajo y furioso, el día estaba arruinado y no tenía más dinero.

-oye.- dijo la voz detrás de mi- se te olvida esto.- su mano extendió una caja con un moño.- lo arregle un poco.

-el obsequio de mi madre estaba en la caja.- gracias.- dije apenas y salí.

Dos días después me llevé la sorpresa de mi vida, la misma mujer llegaba a casa, lucia diferente, vestía un hermoso vestido negro, que se ajustaba a su cuerpo, su cabello suelto, su rostro maquillado y el aroma a cerezas lo inundaba todo, esa noche mi hermano había invitado a su novia, la que según él, era su futura esposa, el problema era que aquella mujer y la policía que me había interrogado aquel día, eran la misma.