La mañana de aquel lunes fue distinta, subí la escalera como lo hacía todos los días, salude a un par de compañeros por el pasillos, revise las órdenes del día y luego de recibir instrucciones del jefe, caminé de vuelta a la salida, en el pasillo Ryan y Esposito bebían café.

-Listo para otro día en las calles.- ambos chocaron los puños conmigo.

-listo.- y pasé de largo hacia la escalera.

Antes de llegar al final del pasillo, la vi, Kate estaba sentada en la silla frente a su escritorio, hablaba por teléfono, tenía un gesto serio y un lápiz en la boca, me miró solo unos segundos y podría jurar que aquella tímida sonrisa era para mi.

El día fue duro, un par de asaltantes, un grupo de escolares de paseo por el museo, un hombre en un árbol que juraba que podía volar y una maquina descompuesta en mitad del camino rumbo al estadio , hicieron mi día bastante entretenido, pero yo solo pensaba en volver a la oficina, quería ver su rostro de nuevo, quería ver su sonrisa y quería fantasear con la posibilidad de que aquello fuese para mi; pero al llegar ella no estaba allí, según un compañero les habían llamado una hora antes por un homicidio en el centro y quizá no volvería esa tarde.

Volví a casa un poco desilusionado, la esperanza era algo que se negaba morir, yo no quería pensar que me había equivocado, me fui a la cama temprano, estaba cansado, muy cansado.

La mañana siguiente, de nuevo la vi, ella leía un informe, me armé de valor y caminé hasta ella, ella me miró en cuanto me pare junto al escritorio.

-diga oficial?.- me miró con seriedad.

-yo, le traje esto detective, espero que sea de su agrado.- y di la vuelta luego de poner el vaso desechable sobre el escritorio, bajé la escalera con rapidez no sin antes echar un vistazo a su escritorio, ella me miraba y sonreía mientras bebía el café que había ordenado pensando en ella.

La mañana siguiente la bebida fue sustituida por una manzana y la siguiente un té que supuse le gustaría, la costumbre de llevarle algo cada mañana se hizo rutina y a mi me encantaba verla sonreír y tal vez fuese mi imaginación pero podía sentir el roce de sus dedos con los míos cada vez y tal vez también era una alucinación mía pero creía que aquel leve roce lo provocaba ella.

Pronto aquella sensación dejó de ser mi imaginación, Kate parecía esperar cada mañana el café que solía llevarle, incluso antes de salir por algún llamado ella esperaba que yo apareciera y luego se iba, entonces me permití ser más atrevido, una tarde la vi sola en su escritorio todos se habían ido ya y yo me había retrasado por procesar un arresto, ella escribía y yo simplemente me acerqué y aclaré mi garganta antes de hablar.

-detective Beckett, Kate… estas ocupada?

-dime.-siguió escribiendo.

-yo, bueno, si tu, pensé que tal vez, podríamos ir, salir, tomar algo.- dije con suma torpeza y ella rió a carcajadas.

-me estas invitando a salir?

-si, no, yo, bueno si, no tienes una cita, verdad?, quizá tu novio, pareja, no se moleste si bebemos una cerveza, como compañeros.

-Mi novio.

-si, ya sabes el hombre con el que sales.

-oh si, ese hombre, no, él no tendrá problema alguno.

-bien, pues te veo abajo.

-claro.

Espere en la puerta principal algunos minutos, peine mi cabello mientras me veía en el cristal de la ventana y acomode mi camisa en el pantalón, suspiré y no pude evitar abrir la boca cuando la vi aparecer, ella había recogido su cabello, sus labios lucían más rojos y el aroma de su perfume podía percibirse a corta distancia.

-nos vamos.- dijo con naturalidad.

-claro, andando.

Nos sentamos en la barra al llegar, ella movía su dedo enredándolo en su cabello y yo disimulaba torpemente no mirarla, pero era imposible.

-no te dije todo.

-acerca de que?

-de los arrestos relacionados con asuntos internos y tu pequeño trabajo como espía.

-a no.

-hubo un pequeño dato, que omití.

-y cual fue?

-recuerdas aquel hombre, el informante?

-si, no podría olvidarlo, lo tuve frente a mis narices y lo dejé ir.

-Pudo pasarle a cualquiera, en fin, su nombre apareció en una lista que no se supone que existiera.

-oh vaya, que clase de lista?

-bueno, tengo sospechas de que él engaño a Steve, estoy casi segura de que él le llamó el día que murió y también pienso que le estuvo dando información falsa, aunque no estoy cien por ciento segura, cabe aún la posibilidad de que él sepa mucho más de lo que creemos.

-suspiré.- creí que ya no investigabas.

-no lo hacía, al menos no hasta que leí su nombre en esa lista, y aún no se si quiero seguir buscando algo más.

-entiendo.

-solo surgió.

-bien.

-bien

Nos quedamos en silencio un par de minutos, no quería volver a investigar, no quería toparme de nuevo con una pared que nos impidiera saber la verdad, pero que probabilidades había de que ese resultado fuese positivo, mis manos se movieron nerviosas, quizá la esperanza era mínima y quizá no habría un resultado pero nada perdíamos con dejar abierta la puerta a la esperanza.

-no era lo que querías escuchar.

-No, pero, supongo que esta bien, podríamos no abandonar la investigación en su totalidad, quizá solo no dejar pasar alguna otra pista.

-eso creo yo también.

De nuevo hubo un par de minutos de silencio hasta que ella decidió cambiar el tema.

-Y como vas con lo de ser detective.

-eso, va un poco lento, parece que debería tener un año más de experiencia para poder hacer el intento.

-ya veo.

-si, bueno, no me quejo, estoy aprendiendo mucho con los chicos y contigo.-una notificación llegó a su teléfono en ese momento. -debes irte?

-no, solo me confirmaron una cita mañana.

-Ok… pensé que te llamaba…

-Quien?, mi novio?

-si.

-Rick no tengo un novio o pareja, no estoy saliendo con nadie.

-Y el sujeto del otro dia?

-él, es un conocido que me ayudaba con una venta, quiero vender el departamento, es grande para mi, quiero algo más pequeño.

-Oh vaya, yo pensé que tu y él… ya sabes, el era muy cariñoso contigo y yo creí que ustedes, que tu…

-Entiendo.

-entonces no sales con alguien. -afirme.

-no.

De alguna manera su respuesta me hizo sentir aliviado por que por primera vez tuve la esperanza y la oportunidad de decirle lo que sentía y no iba a desperdiciarlo, no esta vez.

La acompañe a casa, besé su mejilla tan cerca de sus labios como pude para despedirme y ella me miro curiosa, pero yo quería tomarme las cosas con calma, aunque no mucha.

Unos días después, de nuevo la invité a salir, ella no se negó, me imaginé que esperaba pacientemente mi siguiente movimiento, imaginé que se preguntaba hasta donde llegaría con mi plan.

Ambos bailábamos una danza lenta y calmada, llena de detalles, llena de pequeñas situaciones en las que la cautela era mucha pero las ganas demasiadas.

Pronto me di cuenta de que el segundo aniversario luctuoso de Steve se acercaba, esta vez sólo un pequeño discurso por parte del capitán fue todo lo que tuvimos como ceremonia para recordar a mi hermano y a un par más de elementos, la mañana fue tranquila y por la tarde decidimos ir a beber una par de cervezas con el resto de nuestros compañeros, la tarde fue emotiva para todos pero coincidimos en que todos habían sido buenos elementos y merecían ser recordados por años.

De nuevo caminé con Kate hasta su nuevo departamento, ella tomó las llaves antes de abrir la puerta y giro sobre sus talones para mirarme.

-quieres pasar?

-quieres que pase?

-yo he preguntado primero.- dijo con una sonrisa, podía ver los efectos del alcohol en sus ojos.

-aun así no pude negarme.- siendo así, puedo aceptar la oferta.

Kate saco un par de tazas y preparo café, la vi caminar de un lado a otro en la cocina, su nuevo departamento era pequeño pero lindo, tenia solo una habitación una sala de estar y una cocina, la terraza en la ventana y una pequeña área descubierta por donde podías ver el cielo y las nubes pasar.

-así que ahora prefieres vivir sola.

-por ahora.- dijo llevando las tazas y colocándolas sobre la mesa.

-Y… que haces en tus ratos libres?.- dije después de beber un poco de café.

-No tengo ratos libres, me mantengo ocupada, todo el tiempo.

-vaya.

-y tu?

-juego videojuegos y arreglo desperfectos en casa, parece que Steve no era precisamente esa clase de hombre.

-lo se, yo siempre terminaba haciendo lo que necesitaba en casa.- ambos reímos.- el era un poco despistado… y tu, no tienes a nadie, no sales con nadie?

-no, yo, bueno si he salido un par de veces pero creo que sigo buscando algo más.

-entiendo, la chica de tus sueños.

-algo así.

-pues te esta tomando tiempo.

-digamos que ya la encontré, solo quiero tomarme mi tiempo.

-y ella lo sabe?

-no lo sé.

-cuanto misterio.- la vi sonreír.

-apuesto a que no conocías esta parte de mi.

-No, steve no era precisamente romántico, y siempre decía que tu eras demasiado inmaduro para tomar las cosas con seriedad.

-bueno ya ves que no, estaba esperando mi oportunidad.

-y yo puedo saber quien es?

-bueno, no se… si estés preparada.

-solo dilo.

-bien, es una larga historia.

-Rick…

-Tú. – solté sin pensar.

-yo.- dijo ella sin mucha sorpresa.

-no te sorprende.

-ya lo sabía.

-como?

-Steve me lo dijo… un par de noches después de que te fuiste, nosotros tuvimos una pequeña discusión y el, solo lo dijo, dijo que una de las razones por las que te habías ido era por que tenias sentimientos hacia mi.

-Y eso te molesta.

-no supe que pensar, era una situación diferente.

-y ahora?.- pregunté más que intrigado.

-ahora… ahora no lo se.

- crees que podría tener una oportunidad.- dije tomando los dedos de su mano con suavidad.- he sentido que nos hemos acercado, he sentido esto por años pero no quiero que creas que voy muy rápido, esperé hasta ahora y puedo esperar un poco más, si me dices que tengo una oportunidad.

Kate me miró y luego miró mis dedos sobre los suyos, la vi suspirar, tal vez todo era demasiado apresurado para ella, tal vez era aún muy pronto, aunque habían pasado ya dos años desde que Steve ya no estaba con nosotros, sentí incertidumbre, sentí miedo de que ella me rechazara pero contrario a lo que podía pensar, ella me miró a los ojos, esperé ansioso una respuesta que llegó en la forma de un beso, al que correspondí de manera suave, sin prisa, rodee su cintura con mi brazo y luego de unos segundos apoye mi frente en la suya.

-Podríamos intentarlo.- dijo en voz baja.- solo no quieras correr antes de poder caminar, esto es nuevo para mi también.

-Lo se.

Volví a besar sus labios, besé su mejilla y luego levante su mano para besar sus dedos, me despedí de ella y volví a casa con la esperanza de que quizá esto se convertiría en algo más, algo bueno para los dos.