Jamás me expondría a un peligro innecesario y lo admito, podría decir que soy un poco loco pero también soy cauteloso, no quiero ver a mi madre sufrir no quiero ver a Kate sufrir y lo menos que podría hacer es mantenerme a salvo y lo conseguí por un buen tiempo, hasta aquella noche, Esposito y yo hacíamos vigilancia, un par de sujetos sospechosos de tráfico de armas se escondía en un viejo edificio fuera de la mancha urbana, hacia frío y aunque era el turnando Kate en la vigilancia decidí tomar su lugar, mis dedos estaban fríos y dolían, el aire acondicionado del auto permanecía apagado, bebíamos café caliente y por momentos nos turnábamos para tomar pequeñas siestas cuando el cansancio se hacia presente, la noche había sido aburrida, sin novedades, los tipos al parecer dormían y no habían hecho nada extraño, las luces del l8gar estaban apagadas y nuestras expectativas se habían ido reduciendo mientras el reloj avanzaba.
Cerca de las 4 de la mañana un auto se estacionó unos metros antes, del nuestro, un hombre bajó y luego una mujer no nos vieron aún cuando la mujer se quedó parada unos segundos mirándo nuestro auto, ambos nos miramos aliviados cuando la mujer siguió su camino, su rostro me era un tanto familiar pero no fue hasta una hora después que supe quien era.
La luz de la puerta principal se encendió y la pareja entro al edificio, sus manos iban entrelazadas lo que nos hizo suponer que eran una pareja románticamente relacionada y tras unos segundos de espera la luz volvió a apagarse haciendo que nos mantuviéramos a la expectativa.
-deberíamos entrar?.- pregunté.
-no, solo tenemos que reportarlo y si es necesario alguien vendrá.
-bien.
Aquella hora mientras miraba la puerta me hizo pensar el rostro de la mujer me era bastante familiar a decir verdad, el color de su cabello sin embargo era distinto al que recordaba.
-creo que he visto a esa mujer antes.
-si, donde?
-no lo se estoy pensando.
Miré mi reloj una vez más y entonces lo recordé, aquella mujer había sido compañera mía en el ejercito pero había sido dada de baja luego de ser sorprendida robando equipo militar al negarse a decir lo que haría con dicho equipo la habían separado de sus funciones y luego de su puesto.
-ya se quien es.- dije de pronto.
-quien.
-estuvimos juntos en el ejercito.
-pues parece que ha superado esa etapa, y que hará aquí?.
- seria mejor estar muy atentos esto podría salirse de control.
Una media hora más tarde, miré mi reloj por enésima vez, para entonces estaba aburrido y el sueño amenazaba con vencerme, decidí entonces bajar del auto y caminar un poco para estirar las piernas, me aleje un par de metros, el viento frío entumecía mi cara y mis dedos, un sonido fuerte se escuchó año lejos, corrí tan rápido como pude al auto y subí.
-que fue eso?
-no tengo idea.
-deberíamos investigar.
-no, no podemos irnos de aquí.
-pero…
-basta castle, nos quedamos aquí, alguien de equipo lo revisara, nuestro trabajo es aquí y no los vamos a mover.
La siguiente media hora lo único que hice fue mirar el espejo retrovisor buscando algo que me diera el motivo para salir del auto e ir a investigar, pero aquello parecía más difícil de lo que parecía y pronto el cielo comenzó a cambiar de color para dar paso al día y aquella tarea estaba por terminar de no ser por un pequeño detalle.
El auto que nos reemplazaría se acercó lentamente y se detuvo detrás de nosotros, mis ojos se cerraban y mis piernas dolían, estiré mis brazos sobre mi cabeza y luego de unos segundos las luces del auto parpadearon haciéndonos saber que podíamos retirarnos, vi la puerta principal abriéndose al mismo tiempo que avanzábamos, miré por el espejo, la mujer, esa que conocía salió y se detuvo al lado del auto que nos había relevado, la observé hablar con el agente en el asiento de copiloto y luego sin avisar saco un arma de su bolso y disparo en repetidas ocasiones.
Salí del auto tan rápido como pude, empuñe mi arma y corrí disparando hacia la mujer, no me detuve en ningún momento, mis manos temblaban, hacia mucho que no le disparaba a alguien y mucho menos que le viese caer víctima de mis balas, vi el cuerpo de la mujer en el suelo, la puerta seguía abierta y desde adentro se escuchó un sonido fuerte que impactó mi pierna y me hizo caer al suelo.
No supe que paso, todo ocurrió tan rápido que en cuestión de minutos el edifico estaba rodeado, el agente que nos había relevado yacía en el asiento medio muerto , su compañero había salido por el otro lado y ahora se había unido al grupo de oficiales que repelían la agresión.
Escuche la voz de Esposito, me miraba preocupado.
-ey chico estas bien?
-no me digas chico.- dije sosteniendo mi pierna.- como se ve?
-vivirás.
Un par de horas más tarde me encontraba en el hospital, mi madre tomaba mi mano mientras esperaba que Kate apareciera.
-al menos tendrá la oportunidad de matarte con sus manos.- dijo mi madre mofandose de mi suerte.
-eso no es gracioso madre, y estaba haciendo mi trabajo, era mi deber, ella lo entenderá.
-ajá.- dijo mi madre y luego se levantó de la silla.
El sonido de sus tacones resonó por el pasillo e irremediablemente supe que ella se acercaba, mis manos sudaban y mi respiración comenzaba a hacerse pesada.
-ella apareció frente a mi.- que demonios pensabas, que… que… -las lágrimas corrieron por sus mejillas.
-Kate yo…
-tu eres un idiota, eso eres.
-sabes que es mi trabajo y solo reaccioné a lo que sucedía.
-lo se, lo sé.- dijo mientras se acercaba a mi.- es solo que… yo… tu…
-la abracé con fuerza.- no paso nada más, perdóname, no volverá a suceder, lo prometo, lo juro.- Kate temblaba mientras lloraba en mis brazos.- solo pensaba en ti y en volver a casa.
Kate sonrió tímidamente y luego besó mis labios.
-no me dejes.
-primero muerto.-ella golpeo mi hombro.
La mañana siguiente salí del hospital, estaría en casa, reposando, mis heridas al final no eran graves pero tendría que quedarme en casa pues mi recuperación tomaría algunos días.
-volveré por la noche.
-Me dejaras aquí sólito.
-te las arreglaras.
-no, no quiero quedarme aquí todo el día.
-te puedo llevar a casa de tu madre.
-pensé que te quedarías conmigo.
-Pues pensaste mal.
-vamos Kate, solo un ratito, un poquito.-junte mis manos.
-Ella suspiró. – no puedo, tenemos que seguridad con la investigación, se acerca en fin de semana, lo pasaré contigo.
-bueno.
Ese sería un día muy, muy largo, sin ella en casa. Era miércoles y el jueves no fue diferente, Kate se levantaba al amanecer y volvía muy tarde en la noche, me sentí un inútil, me hacía falta ir al trabajo y mantenerme ocupado, pase la tarde jugando videojuegos y me quede dormido sentado en el sillón, no fue hasta pasada la media noche que Kate llegó y me despertó.
-Rick, que haces aquí?
-me he dormido mientras jugaba.
-andando.- paso mi brazo sobre sus hombros y me ayudo a llegar a la cama.
-te extraño.-dije medio dormido.
-yo también.
La mañana siguiente ella se había ido cuando desperté y me sentí increíblemente solo cuando puse mi mano sobre su almohada y la sentí fría. Suspiré desanimado, en mi visión sobre lo que sucedería, Kate se quedaba conmigo y hacíamos el amor en cada uno de los rincones del departamento pero mi visión se volvió borrosa en su lugar apareció la soledad y una cama fría.
La tarde del viernes, me encontraba sentado en la pequeña terraza cuando Kate llegó, el sol comenzaba a caer dando paso a la noche, la brisa fría y los sonidos de la ciudad me acompañaban, lq escuché caminar por el salón y luego el sonido desapareció, imaginé que había ido a la habitación, no lq escuché cuandl se acercó a mí pues iba descalza.
-que haces aquí?, hace frío.
-lo se.
-estas enojado?
-no.
-estas molesto por algo.- afirmó.
-aburrido.
-bueno… eso lo pod3mls arreglar, quieres jugar?
-no, Tommy bocafloja me ganó, ya no quiero jugar.
-no mencioné que clase de juego.
-no estoy de humor.
-oh vaya, eso no lo vi venir.
Unos minutos más tarde la miré caminar rumbo a la cocina, preparaba algo que olía muy bien, me senté cerca de la cocina y la observé, sus pies cubiertos por unos gruesos calcetines, unos pantalones ajustados y un suéter algo viejo y desgastado, el cuadro era completado por su cabello medio recogido en una liga y su cuello apenas visible.
-que haces.- pregunté.
-nada.
-me das?
-creí que no estabas de humor para nada.
-lo siento, estoy aburrido, he estado encerrado sin hacer nada, no fue mi intención.
-muy bien.
-Kate.- me puse de pie como pude.- perdóname, me he dejado llevar, se que has estado trabajando mucho estos días y no es justo que te trate así.
-ella me miró y no pronuncio palabra por varios segundos.- solo quería abrazarte, saber que estas bien, que estas aquí.
-entiendo, lo entiendo bien, no tomé en cuenta tus sentimientos, no sabía que… no sabía cuánto esto te afectaría.
-yo… te amo Rick, pero no quiero pasar otra vez por todo eso, no quiero volver a sentir la angustia, el miedo, la incertidumbre, es que no estoy preparada para eso.
-realmente lo lamento.- me acerqué a ella para abrazarla.- soy un estúpido.
-no, es nuestro trabajo ya debería saberlo.-dijo resignada.
-claro pero eso no significa que debes aceptarlo, al menos no todo… por que no vienes conmigo, veamos una película, pediré la cena y tu podrás descansar.
El resto de la tarde no hicimos más que estar sentado viendo televisión, algo que normalmente no hacíamos, no había tiempo para ese tipo de cosas y no era solo eso, sino también el poder compartir en silencio nuestro tiempo juntos.
El siguiente lunes me desperté muy temprano con la noticia de que aquel compañero que había sido baleado durante el cambio en la vigilancia, falleció durante la madrugada, había luchado por su vida durante 5 días, todos los quedé conocimos estábamos devastados, el siguiente fin de semana se llevaría a cabo un homenaje en su memoria y aunque no dejaba de ser doloroso, la vida seguía y teníamos que volver a trabajar como todos los días.
Algunos días después de aquello y con el alta médica me presente en el trabajo, aquella mañana Kate y yo llegamos juntos, tomé su mano durante todo el camino y la observé mientras subía al elevador y luego, antes de bajar, besé sus labios y me despedí de ella al salir.
Pase la mañana pensando en la posibilidad de que nuestra situación cambiará, la situación que había vivido me había hecho pensar en lo que quería hacer, como quería que nuestra relación siguiera y después del mediodía tome la decisión quizá no cambiaría nada pero que significaría todo.
