Planear no es precisamente lo mío, organizar aquello me había sido bastante más difícil de lo que hubiese pensado pero en mi defensa debo decir que soy algo perfeccionista y mis intenciones no eran mínimas, yo quería que la noche fuese especial, espectacular, pero sobre todo quería que fuese la mejor noche de ambos en mucho tiempo.

El cuarto aniversario luctuoso de Steve pasó, decidí dejar pasar un par de semanas antes de llevar a cabo mi plan, dos días antes había recibido un paquete, dentro de el, había un anillo y yo tenía todas mis esperanzas puestas en ese anillo y en mi inteligencia para llevar a cabo mi plan.

La tan esperada noche llegó, lleve a Kate a un restaurante algo modesto pero lindo, ordené la comida por ambos y llevé el anillo dentro de la pequeña caja en mi bolsillo, después de la cena, caminamos tomados de la mano, llegamos hasta la torre iluminada en el centro y me detuve, suspiré agobiado y un tanto angustiado, aunque no sabia bien porque.

Hablamos unos minutos y luego sin previo aviso me arrodille y me dispuse a hablar mientras ella me miraba expectante y al mismo tiempo ligeramente sorprendida.

-Kate Beckett, quieres ser mi esposa?.-ella miró el anillo dentro de la caja.- se que no es como lo mereces y que quizá pide haberlo hecho mejor pero me conoces y te conozco y te amo, nos amamos y siento que esto es lo correcto, el siguiente paso, soy el hombre más afortunado en el mundo por que te tengo y tengo la fortuna de que me ames como yo te amo, prometo que me esforzaré por que nuestra vida juntos no sea perfecta pero si sea la mejor. – le miré a los ojos esperando su respuesta, ella permanecía inmóvil, miraba la caja en la mano en silencio.- Kate si esto es apresurado, si no es lo que quieres lo entenderé, solo he sido un poco impulsivo pero tu, yo, creo que es lo mas natural.- ella me interrumpió poniendo un dedo sobre mi boca.

-si.- dijo tímidamente.-si quiero.- dijo y extendió su mano para que colocara el anillo en su dedo.

Ambos sonreímos, me puse de pie, rodee su cintura con ambos brazos y besé sus labios con lentitud, con amor y con deseo.

La vuelta a casa fue rápida, en cuanto entramos Kate tomó mi mano y me arrastro a la habitación donde de inmediato nuestra ropa desapareció y nuestros cuerpos desnudos se unieron para dar fin a la velada.

Kate miró el anillo en su dedo mientras yo acariciaba su espalda, ella parecía pensar en mil cosas y no me atreví a sacarla de sus pensamientos, no hasta que ella besó mi mejilla y luego mis labios, apoyó la cabeza en mi pecho y suspiró una vez más antes de dormirse en mis brazos.

La mañana siguiente Kate se levantó antes que yo, la ví aparecer semidesnuda llevando un par de tazas de café, creí estar soñando, la piel suave de su pecho se asomó levemente bajo la poca ropa que vestía, su sonrisa iluminó la habitación y la humedad de sus labios sobre los míos me hizo suspirar.

-ya quiero que sea otoño, hacerte el amor hasta cansarme, quiero vivir el resto de mi vida a tu lado.

-ella me miró fijamente y sonrió.- bueno aun falta un poco para eso.

-crees que es apresurado?

-no.

-debería vestirme o llegaremos tarde.

-espo me llamó, hay un lugar al que debo ir antes, te veré más tarde.

-bien… pues, entonces, cuídate mucho, te veré más tarde.

Ambos salimos en direcciones opuestas, la vi alejarse por la calle mientras el viento revolvía su cabello y el sonido de sus pasos se alejaba de mi.

Era mediodía cuando la vi salir del elevador, sonreía como siempre, lucia hermosa, más aun que cualquier otro día, besó mis labios fugazmente y luego se dirigió a la morgue.

-sentí la mano de alguien en mi espalda.- así que van a casarse?.- dijo Ryan detrás de mi.

-estoy muy enamorado de ella.- dije sin apartar la vista del pasillo ahora vacío.

-eso se nota.

-solo quiero que todo salga bien.

Ryan sonrió y luego se fue por el mismo pasillo por donde ella se había ido, no podía dejar de imaginarla con un vestido de novia pero entonces tuve una duda, ella vestiría de novia por segunda vez, tuve muchas dudas al respecto , la verdad era que esta era una primera vez para mi y quería que fuese la última también, pero ella ya había pasado por el proceso y si ahora solo quería que fuese algo más relajado, quizá tendría que hablar seriamente al respecto con ella.

Algunos días pasaron mientras yo intentaba abordar el tema sin mucho éxito, mis manos sudaban la mañana que decidí hacer la temible pregunta, ella me miró curiosa, ambos teníamos el mismo día libre y mientras desayunábamos me atreví a hacer la pregunta o preguntas.

-Pensé en comprar un traje, para la boda, ya sabes.

-Claro.- dijo sin prestar atención.

-Aun no se de que color… tu que piensas?

-bueno, es tu decisión.

-si… yo…pensé que el negro estaría bien.

-ajá.- dijo mirando algo en su teléfono.

-o quizá uno azul pastel con esas cosas graciosas que se ponen en el cuello y zapatos blancos.

-lo que tu quieras cariño.

-Kate, estas escuchando lo que digo.

-Si claro.

-Kate, mírame.- tome su cara con ambas manos obligándola a mirarme.

-que pasa?

-es lo que yo quiero saber, estoy hablando pero tu no estas aquí.

-suspiró.- no es nada.

-bueno, no lo creo, si te tiene completamente distraída.

-lo se, lo sé, es solo que estaba, estoy pensando en muchas cosas.

-Puedo ayudarte, es el trabajo, es algo personal.

-es todo.

-la boda?

-me pone un poco nerviosa.

-Entiendo, no eres la única.

-lo sé, lo siento.

-esta bien, si quieres posponerlo, lo haremos, no llevamos prisa.

-No, no es eso… yo me he sentido un poco nostálgica es todo, no por ser la segunda va a ser menos tedioso.

-que quieres hacer entonces.

-Posponerlo no es opción, es solo que me ha traído recuerdos, que… que me ponen… triste, supongo.

-lo entiendo perfectamente, si quieres tiempo…

-no, ya dije que no es eso, solo, no hace falta.

-bien.

- mañana tengo algunas cosas que hacer temprano no iré al trabajo contigo.

-Bien.

-bien.

Kate siguió en silencio algunos minutos más, no me atreví a romper el silencio con mis preguntas, preferí esperar a que fuese ella quien retomara de nuevo nuestra concentración.

Poco antes del medio día, Kate volvió de hacer algunas compras y se sentó en el sillón sin prestar atención, sentí su cabeza apoyada en mi hombro.

-Quieres dormir?

-no…yo, solo quiero quedarme así en silencio.

-bien.

Me pregunté en repetidas ocasiones si estaba tomando la decisión correcta, después de todo, el perder a mi hermano de esa manera debió ser bastante agobiante, era lógico que ella estuviese confundida aunque no quisiera admitirlo, el tiempo pasó y unos minutos más tarde la vi levantarse, sirvió agua en un vaso y luego se paro frente a la ventana mientras yo le seguía con la mirada y trataba de adivinar su siguiente movimiento, ella suspiró, me quede en silencio, esperando, intentando no perder la cabeza.

-Te amo.- dijo de pronto, haciendo que le mirara con detenimiento y luego sentí un enorme vacío en el estomago.

Tuve miedo de que ella se arrepintiera, de que decidiera que realmente no quería hacerlo, mi corazón latía con rapidez, parecía prepararse para la tragedia, respiré profundo y luego sentí el sudor recorriendo mi frente hasta caer sobre mi hombro, Kate permanecía inmutable, impasible, a mi las manos me sudaban mientras trataba de entender lo que ocurría, suspiré completamente agobiado, me amaba, si, pero que si ese amor no era suficiente, que si el amor que había sentido por mi hermano aún estaba allí, flotando, esperando a salir, esperando el momento justo.

La vi sonreír ligeramente, apenas una leve sonrisa, su mano recogió parte de su cabello y luego me miró, aquello había durado, unos minutos pero para mi habían sido horas, Kate guardaba para ella muchas cosas, cosas de las que nunca hablaba y que yo, me había negado a mencionar solo porque no tenía el valor suficiente para enfrentarme a ello, a eso que quizá no debía ser mencionado, la vi caminar lentamente hacia donde me encontraba aún sentado, mis labios se movieron pero no pronunciaron palabra, por alguna razón las palabras daban vueltas en mi cabeza pero se negaban a salir, se negaban a ser mencionadas, ella se sentó a mi lado y apoyo la cabeza en mi hombro, yo solo podía sentir mi corazón acelerado, mis manos sudorosas y un escalofrío recorriéndome lentamente.

-dime que hiciste cuando te fuiste.

-nada, solo trabajar.

-entiendo.

-es que no es importante, en el ejercito solo cumples ordenes, horarios y tu trabajo es solo ese, teníamos que aprender rápido y hacerlo todo bien.

-y cuando te fuiste de allí?

-bueno, yo decidí que quería ser como mi padre y mi hermano, yo quería… quería que el estuviese orgulloso de mí, aunque siempre sentí que no llenaría jamás sus expectativas.

-eso crees?

-si.

-nunca hablaste con él, en todo ese tiempo, nunca tuvieron comunicación.

-no mucho, mi madre era la que servía de enlace… él nunca te lo dijo.

-Steve no hablaba de ti, yo se que se preocupaba por ti, pero era demasiado orgulloso, testarudo y odiaba no tener la razón al menos cuando de ti se trataba.

-Aun no logro entender por que era asi, porque le molestaba tanto, yo debo reconocer que no se lo puse fácil cuando papá murió pero fue difícil para mi que él ya no estuviera con nosotros, en verdad me esforzaba pero era muy estúpido y los problemas me perseguían.

-Claro.- dijo ella sonriendo.- lo de estúpido lo entiendo.

-muy graciosa… puedo preguntarte algo?

-pregunta.

-bueno, es…yo.- aclare mi garganta.- se que lo de mi hermano no fue fácil y se que todo fue muy rápido, sabes, el estaba un día y luego al siguiente ya no, entonces yo, pensé… que… quizá…

-crees que estoy dudando?

-no, bueno si.

-no son dudas, es solo que por un momento me he sentido confundida, steve era tan distinto y si, me enamoré de él… pero, ahora es distinto, porque lo que siento por ti es diferente, es distinto a lo que sentí por él, simplemente no hay una comparación, no estoy dudando si es lo que has creído, estoy lista para dar este paso y estoy segura de que quiero que sea contigo.

Suspiré sintiéndome aliviado, si, quizá necesitaba escucharlo de su boca, quizá necesitaba que ella me diese seguridad y quizá había sido ridículo de mi parte sentirme así, pero la figura de mi hermano era algo que aún pesaba sobre mi.

Una noche, dos semanas antes de la boda algo ocurrió, un hombre llamó, era .edianoche cuando el teléfono sonó, me levanté un tanto adormilado, miré la pantalla intentando identificar de quien se trataba sin mucho éxito.

-quien es?.- pregunté.

-Eres Richard?

-si

-alguien me dijo que investigabas la muerte de tu hermano.

-Quien eres?, por que llamas ahora?, es esto una broma?

-no, yo tengo algo que puedo darte, solo si te interesa.

-que es?

-debemos vernos.

-cuando?

-el próximo viernes, te mandare la dirección.

-pero quien eres?

La llamada terminó sin recibir una respuesta, Kate me miraba tan confundida como yo, quien era esa persona, que quería y por que ahora, después de todo este tiempo aparecía diciendo que tenía información sobre la muerte de mi hermano