Fan fic de " Slayers " by Ameban. Todos los derechos de autor están reservados a Hajime Kanzaka y Rui Araizumi y Tokyo TV, SOFTX; los personajes y el contexto. El argumento y personajes muy secundarios, son míos. Comentarios y opiniones, al final de la obra.
Esta versión es ligeramente distinta a otras que circulan por la red; la historia es la misma pero se encuentra ligeramente actualizada en cuanto al nombre de hechizos y objetos principalmente. Agradezco a QP/Diana y Toshiko la información que me ha facilitado. Ah, y este fic no está relacionado con "25"!
NOTAS DE LA AUTORA: esta es la última versión de la historia. Tras haber tenido acceso a más información y leído las novelas de "Slayers", entre otras cosas, la historia ha sido cambiada sustancialmente en algunos puntos, escenas, y diálogos. Recomiendo volver a leerla.
" El FIN DE UNA LARGA BÚSQUEDA "
Capítulo-6. " Cada Loco con su Viaje "
Naga se sentía confusa. Tal vez fuera un
mero cambio anímico causado por el creciente frío
nocturno que, según se aproximaba el invierno, después
de casi dos meses de viaje hacia el norte, se iba haciendo cada vez
más notable, o tal vez fuese por el crepitar de las llamas de
la hoguera que marcaban el ritmo de su danza... Pero la verdad es que
aquella fría noche en medio de aquel bosquecillo de alerces y
fresnos, se veía embargada por un montón de ideas
confusas de procedencias extrañas. Alzó la vista y miró
disimuladamente a su socio y compañero: él no
contemplaba el fuego, sino que tenía la vista dirigida hacia
la espesura del bosque; sus cabellos plateados resplandecían
de rojo al reflejar la danzarinas llamas del fuego y su expresión
era más dura y distante que de costumbre... esa quimera
también parecía sumergida en sus pensamientos.
Ese
era uno de los puntos que intrigaban a Naga desde que empezó a
tomar conciencia sobre lo misterioso de su compañero y empezó
a plantearse dudas sobre su verdadera identidad. Al principio había
pensado en él como otro más de los muchos criminales a
los que había perseguido por conseguir una buena suma de
dinero, salvo por la dificultad de que este parecía ser un
mago bastante poderoso y la fama de cruel y despiadado que el
"Ma-Kenshi" arrastraba consigo... Naga había oído
muchas historias acerca de ese mago espadachín que ocultaba su
rostro a la gente y que mataba a quien fuera solo por conseguir
orihalcón. Pero después de lo sucedido en Mosiquita y
múltiples pequeños detalles ocurridos desde que lo
conoció en persona y no por la fama, habían desmentido
esa idea inicial de que Zelgadiss solo era un mago loco y cruel
sediento de poder y riquezas. Y tenía múltiples motivos
para pensar así, empezando Zelgadiss parecía disponer
de un amplio conocimiento sobre magia y también sobre otros
hechiceros con renombre, como a Ellis, Rezo, o los tales Dimia el
Azul, y Hansiford el Blanco de Atlas. También parecía
saber como conseguir la Biblia Cleir original o lo ocurrido en
Sailarg para que la ciudad desapareciese de esa forma ...e incluso
Naga habría apostado a que él debía saber algo
sobre como había muerto Fibrizo y se había derrumbado
la Barrera de los Demonios. Pero claro, todo esto podía tener
la explicación de que Zelgadiss, habiendo buscado con tanta
ansia cualquier cosa que le diese poder, no ya solo oriharlcón,
podía haberle llevado a enterarse de muchas de esas cosas...
de la misma forma que Naga sabía que Mipros ya no era una
isla, porque ella y Lina cambiaron el curso de la historia.
Por
otra parte seguía estaba intrigada a causa de las múltiples
acusaciones de la justicia que había contra él;
incluso ella misma haría valorado volver a intentar su captura
ahora que le tenía tan cerca con tal de cobrar una buena suma
Pero eso la habría llevado a un enfrentamiento directo
en su contra y con unos resultados muy inciertos teniendo en cuenta
las actuales circunstancias, además de perder la oportunidad
de hacerse con la copia de la Biblia Cleir... A Naga le podía
la avaricia, y la posibilidad de tener en su poder algo tan sumamente
valioso como la Biblia Cleir estaba por encima de un (buen) puñado
de monedas.
Pero la verdad es que, según le iba conociendo,
le parecía muy improbable que Zelgadiss fuese capaz de cometer
ni la mitad de los crímenes de los que se le acusaba. Es
cierto que tenía un aspecto monstruoso debido a su
condición de quimera (por ahí circulaban muchas
historias que explicaban su aspecto, como, por ejemplo, que era hijo
de un demonio y una humana) y que era un fuerte y poderoso mago hábil
también en la esgrima (cosa que Naga incomodaba bastante).
Pero Naga obviaba esas cosas ya que estaba familiarizada en cierta
medida con las quimeras, y que las quimeras humanas eran usadas como
"fuerza de choque" por muchos nobles y otras gentes
importantes para defender sus propios intereses... así que no
se sentía tan intimidada por lo que un puñado de
campesinos pudiera decir. Por otra parte, ella sabía de su
belleza y lo apetecible de su físico y él en ningún
momento había intentado sobrepasarse con ella y, por lo
que había sido capaz de comprobar, nunca abusaba de su poder
más allá de lo estrictamente necesario, como lo
ocurrido en Mosiquita. ¿Era ese hombre de rostro pétreo
realmente el cruel asesino del que hablaba la gente? Naga estaba
empezando a pensar que no, que nada de lo que se decía era
totalmente cierto... Podía ser que fuese igual que Lina: Naga
conocía bien su fama, y sabía que Lina podía
llegar a ser muy bruta, pero eso no quitaba que en el fondo fuese una
buena persona (cosa que Naga tenía que admitir muy a su
pesar).. Tal vez el caso de Zelgadiss era similar y él solo
acarrease con las culpas de un señor poderoso y déspota.
Pero eso no aclaraba el misterio más cuando solo tenía claros unos cuantos detalles. Primero; él debió ser humano en el pasado y de alguna forma acabó convirtiéndose en esa cosa, como solía ocurrir con las quimeras humanas. En segundo lugar, a partir de ahí ejecutó todos (o casi todos) los crímenes que se le imputaban y que eso, unido a su aspecto deforme, le llevaba a ir de esa forma y no tratar prácticamente con los demás... de hecho, incluso con ella misma, solo hablaba lo estrictamente necesario. En tercer lugar estaba claro que, al irle conociendo, Naga supo que él ansiaba acabar con todo eso y empezar de nuevo... por eso buscaba la Biblia Cleir tan insistente. Y ya por último es que, y no tenía ni idea de cómo, Zelgadiss tenía o tuvo una compañera de viaje que era sacerdotisa. A esa conclusión había llegado de forma obvia tras ver que todos aquellos con los que se habían encontrado y que ya le conocían ( por algún motivo más agradable que "Te voy a matar como no me des ese pedazo de oriharlcón"), la habían confundido a ella con esa sacerdotisa; y por otro lado, estaba el hecho de que él llevaba en la muñeca puesto ese amuleto de chalza que llevan las sacerdotisa blancas. Y para más INRI, encima esa sacerdotisa y ella misma se debían parecer bastante físicamente para que a ella, la Gran Serpiente Blanca, la confundiesen con una simple hechicera que practica magia blanca... y además, era de Seillon, como demostraba el tipo de talismán. De todas formas también había que señalar otro detalle sobre esa quién fuera: para Zelgadiss esa sacerdotisa debía significar algo pues si no, no llevaría puesto encima ese talismán suyo... Pero, ¿¡qué clase de loca se interesaría por un enfermo como ese?; o él en ella, porque si se le parecía tanto, podría ser que... ¡Por favor, qué tontería: ese era un pensamiento propio de Lina!
En cualquier caso Zelgadiss había
conseguido ganarse su respeto y eso era algo que a ella no le
gustaba. Para Naga el tema era muy simple: todo el mundo era inferior
a ella de algún modo y no había otra forma de que
fuesen las cosas. Pero una cosa estaba clara, si su pelo fuese
efectivamente de plata, ella misma ya le habría rapado la
cabeza.
- ¿En qué piensas, Naga...? -preguntó de repente
sin girarse hacia ella. La Serpiente dio un bote al oírlo
tan inesperadamente.
- ¡ ...En nada de interés! -respondió apurada y se arropó con su capa al notar una ola de aire frío.
-¡No mientas; me estabas mirando! -contestó con seguridad pero sin volverse, tan solo mirándola de reojo- ... Mirabas mi cara y te asustaba pensar quién soy yo a pesar de lo poderosa que te crees ser: he visto esa reacción en mucha gente. -
Naga gruñó poniendo mala cara.
-¡Soy una maga muy poderosa; deberías saberlo ya! -contestó con firmeza. Zelgadiss asintió con la cabeza en silencio.
- Es cierto: eres muy poderosa, pero te asusto... A todos les ocurre lo mismo. -
Naga le miró largamente y finalmente contestó:
-Te equivocas si crees que yo me asustaría por tener a una quimera como compañero de viaje. He visto a muchas antes que a ti... Pero sí pensaba que estaba confusa respecto a ti; para mí siempre te he visto como un criminal y ahora... –
-¡No te equivoques; puede que efectivamente si lo sea! -contestó esbozando una sonrisa maliciosa para luego cambiar rápidamente de tema tal y como solía hacer.- ...Por cierto; no te he dado las gracias...-
-¿Qué ...? -
- Por rescatarme y liberarme de la maldición de Kari. -explicó con sencillez.
- Tuviste suerte de que te encontrara a tiempo... y de que lleves ese talismán de chalza puesto. El hexagrama que hay en él equilibra las fuerzas positivas anulando los hechizos de magia negra y ofensivos -contestó con picardía, demostrando que ella también tenía conocimientos de magia blanca. Y, efectivamente, la quimera alzó la mano y acarició el amuleto con suavidad, pero sin que ninguna emoción especial apareciese en su rostro. -La verdad es que tuviste suerte; a pesar de lo poderosa que soy, apenas practico algo de magia blanca...-
-
Ya veo, pero he entendido lo que has dicho. Tienes razón, fui
afortunado.-contestó Zelgadiss en el mismo tono carente de
pasión.
Naga se dio cuenta de que poco más iba a
poder averiguar, y desvió la conversación hacia otros
derroteros.
-A
propósito ¿Cómo piensas que podemos encontrar la
Biblia Cleir? Sigo pensando que buscar las Tablas Originales,
es la mejor forma.-interrumpió para cambiar de
tema.
Zelgadiss se giró haciendo crujir el suelo hojarasca ante su peso y la miró directamente a la cara.
- Las Tablas se encuentran en un desierto que hay en el interior de un templo en las montañas próximas a Vezendy en el ducado de Kaalmart. -
- Eso esta cerca de las montañas de Kataatr y es peligroso cruzarlas en invierno... - la quimera asintió con la cabeza.- ...Lo mejor sería ir allí a través de Femenil. -explicó con naturalidad.
- ¿¡Qué dices? -exclamó de repente Zelgadiss al oír esa sugerencia.
Naga le miró sorprendida y luego asintió con la cabeza.
- Si... Es lo más sensato. Es cierto que allí les esta prohibida la entrada a los hombres, pero desde hace cosa de dos años, ya no es así. Por lo visto un grupo de viajeros descubrió que Miwan, la hija de la reina de Femenil, no era princesa sino príncipe y... -
- ¡¡No hace falta que sigas: estoy informado! -
Naga le miró más perpleja aún, ¿su compañero había palidecido visiblemente o es que de repente le parecía que era más azul que de costumbre?
-¿Por qué te asustas tanto, Zelgadiss?- exclamó ella con cierto tono jocoso- Aunque seas un hombre, si conseguimos un pase especial por ser hechiceros, podremos atravesar Femenil sin ningún problema... y es lo mejor ahora que el invierno está tan próximo. -
Zel la miró con dureza sin llegar a recuperar la compostura; Naga estaba resultando tremendamente juiciosa, algo raro en ella. Era cierto que la situación en Femenil había cambiado y que ahora los hombres, sobretodo con conocimientos de magia, podían cruzar sus fronteras y permanecer allí un tiempo limitado; pero él no podía olvidar que todo eso era gracias a él mismo... Si no se hubiese interesado por Miwan, tal vez la situación política de Femenil no hubiese cambiado. Pero ¡maldita sea! Miwan se reveló contra su madre porque él le aconsejó que lo hiciese, y lo hizo porque en ese momento... le gustaba. Apretó los dientes intentando hinchar su orgullo de alguna forma. Sabía que lo que Naga decía era cierto, viajar atravesando las montañas en pleno invierno era suicida incluso para él, pero la idea de volver a Femenil y que, por algún motivo la reina o el propio Miwan le vieran y reconociesen, cosa que era fácil que ocurriera, era algo aterrador... ¿¡Cómo podía volver a mirar a la cara a aquel chico que le estaba tan agradecido por lo que había hecho? ¿¡Qué haría la reina si le volvía a ver? ¿¡Y si Miwan se enteraba de los verdaderos motivos de Zelgadiss? Pero, aún así, Naga tenía razón y conseguir la Biblia Cleir era lo más importante.
- ...De acuerdo entonces; atravesaremos Femenil para ir a Vezendy. -contestó por fin reuniendo valor y Naga sonrió ante su confirmación.
En ese momento la joya del su brazalete exhaló una suave luz azulada.
Lina volvía a ejecutar el mismo camino que casi cinco años atrás había hecho cuando abandonó su pueblo y su hermana para viajar, conocer mundo y hacer su vida en principio dedicándose al negocio de la magia y luego intentar convertirse en una gran hechicera... con la salvedad de que esta vez no lo hacía sola. En aquella ocasión partió con apenas trece años, una capa encantada donde guardaba su equipaje y un montón de conocimientos de magia que aún no había tenido oportunidad de poner en practica, además de grandes dosis de avaricia, poder, fama y muchas ilusiones. Sin embargo ahora lo hacía con una capa repleta de equipajes y tesoros, mucho poder y experiencia acumulados... y con un espadachín atolondrado de quien sentía estar enamorada, a lo que se añadía una despótica y poderosa hermana que era una de las principales razones que la habían impulsado a efectuar su primer viaje.
Al igual que la primera vez, no
tenía ni idea de qué era lo que podía pasar,
salvo por tener un mal presentimiento: ¿para qué
negarlo si iba con su hermana que no tenía otra intención
que la de llegar a ser aún más poderosa? Encima Gaury,
por extraño que pareciese de alguien que parece que solo le
interesa divertirse y acompañar a Lina donde quería que
ella fuese, también tenía sus propios planes y estos no
tenían nada que ver de forma directa con su autoproclamada
misión de protegerla... Aunque, eso sí, sus motivos
eran plenamente justificables.
Pero el principal motivo de su
inquietud es que, en el fondo, ir en busca de la Biblia Cleir de
nuevo era a causa de Xeros... ¿Acaso el repentino interés
de Luna por conseguirla era una sutil maniobra del Sacerdote-Bestia
por cumplir otro de los retorcidos planes de los Señores de
los demonios? Lina sabía que desde que Rezo resucitara a
Shabranygudú y ella (con ayuda, tenía que reconocerlo)
acabase con él, se había visto envuelta en retorcidas
maniobras por parte de los Señores Demonios para llevar acabo
sus planes. Por ese motivo Xeros la instigó a buscar la Biblia
Cleir; por eso mató a Gaarv y sus secuaces, por eso acabó
con Fibrizo, y por eso Xeros la acompañó durante el
viaje al Mundo Exterior.
El mundo en general, y su vida en
particular, habían sufrido profundos cambios en un corto lapso
de tiempo que, si se estudiaba, comenzaba justo desde el momento que
consiguió la estatuilla de Oliharcón tras asaltar a "La
Guarida del Dragón" ...¡No; no era así! ¡Todo
aquello había ocurrido desde el momento en que abandonó
su hogar, de la misma forma que estaba haciendo ahora! ¿¡Y
si efectivamente, cada vez que la Piedra de Sarvia aparece, cambia el
curso de la historia como parecía estar ocurriendo en ese
momento? ¿¡Y si ahora la historia volviera a repetirse
y el mundo evolucionase de una forma totalmente impredecible? Y
en ese caso ¿¡sería el mundo o su mundo?
Era una idea espeluznante.
Miró de nuevo la aldea que la vio nacer y contempló los viñedos teñidos de morado ante la incipiente cosecha; grandes carros tirados por yuntas de bueyes o mulas atravesaban los campos pesadamente mientras cargaban el fruto de la industria nacional de Zefiria; nada que ver con las ricas ciudades de Seillon o las llanuras esteparias del imperio de Elmekia... Ese era su hogar, pero los acontecimientos de su vida la hacían ajena a todo aquello.
Echó un último vistazo a su pueblo y suspiró profundamente en un intento de alejar de su mente todas aquellas ideas y reunir el valor suficiente para poder aguantar a su hermana durante el viaje a Vezendy... Afortunadamente no estaba muy lejos.
Amelia y Shilfild habían tenido suerte de encontrar un gran chozo de pastores abandonado para poder pasar la noche en medio del campo. Hacía frío y no habían visto ni un mal pueblo donde poder pernoctar, así que aquel hallazgo casual les había permitido pasar una cálida noche sin ningún problema... al menos mientras que al caballito blanco y la mulilla torda de Shilfild no se les ocurriera hacer de la paja del chozo su cena.
Una vez que consumieron una frugal cena a basado en cecina y zarzamoras recogidas por el camino y que poco tenía que ver con los banquetes a los que estaban acostumbradas cuando viajaban con Lina, ambas sacerdotisas trazaron un rudimentario mapa sobre el suelo del chozo inscrito en una estrella de cinco puntas y orientada hacia el norte. Shilfild hizo materializarse su Oráculo en medio del mapa y se dirigió a Amelia.
- ...Ahora debes convocar el tuyo y pensar en tu hermana. -le explicó.
Amelia asintió en silencio y se llevó la mano que aún conservaba su otro talismán de chalza al pecho de forma penitente mientras asía la gran joya azul que tenía allí, en tanto que apoyaba la otra sobre las de su cinturón. Shilfild cerró los ojos y empezó a concentrarse en el suyo mientras gesticulaba complejamente sobre la bola de este que empezó a brillar con una luz blanquecina.
Entonces Shilfild empezó a presenciar las imágenes y recuerdos que tenía Amelia sobre su hermana en el centro de la bola de cristal que coronaba su oráculo. Era cierto, ambas se parecían mucho, pero vio que a la vez eran muy distintas; Gracia era más alta y en líneas generales, mucho más desarrollada... Tenía su misma vitalidad, pero esta se enfocaba solo hacia sí misma de una forma que más que emplear era derrochar su propia energía. Sencillamente su espíritu era distinto.
- ...Concéntrate en Sadgria; ahora que ya tengo su espíritu, puedo saber si esta allí. -
Amelia volvió a asistir y proyectó en su mente las imágenes que recordaba sobre su paso por Sadgria, incluido todo lo ocurrido con Bolan y Gaury, así que cuando Shilfild vio estos recuerdos dio un respingo y perdió la concentración.
- ¿¡Qué es esto, Amelia? -exclamó alterada- ¡¡He visto que disfrazasteis a mi querido Gaury de chica y que un hombretón le pedía matrimonio ! ¿¡Fue eso lo que pasó cuando estuvisteis en Sadgria?-
Amelia no pudo evitar reírse avergonzada perdiendo de esa forma la concentración.
- ...Si... es que... ¿ No te lo había dicho ? Eso fue lo que pasó. -se excusó.
Shilfild parecía estar muy indignada.
- ¡Mi Gaury-sama! Seguro que eso de vestirlo de mujer fue idea de Lina. - dijo muy ofendida. -¡Amelia: piensa en Sadgria, pero ni-se-te-ocurra-pensar-esas-cosas! ¡No entiendo cómo tuvisteis valor como para hacerle eso a mi Gaury! -
Shilfild estaba muy confundida y turbada, sus mejillas habían enrojecido notablemente ante la indignación y Amelia prefirió no seguir dándole más vueltas al asunto, así que volvió a efectuar la misma operación y se concentró en el momento en que creyó ver a Gracia en Sadgria.
A Shilfild le llevó un rato poder sincronizares de nuevo con la mente de Amelia, aún estaba alterada por los recuerdos que acababa de presenciar y eso la hacía perder concentración, pero aún así volvió a concentrarse tenazmente hasta que finalmente exhaló un fuerte suspiro y el Oráculo cayó al suelo rodando sobre si mismo y sin desprender ningún brillo.
-...¡No la encuentro, Amelia! -exclamó cansinamente ante el estupor de su amiga. - Puede que mi Oráculo solo no baste o que ya no esté allí, pero no puedo percibir su presencia en Sadgria. Lo siento mucho...-
- ¿¡Qué no está en Sadgria? -exclamó desilusionada; la idea de haber perdido el rastro de su hermana ahora que ya la había localizado después de tantos años, era algo horrible. - ¡... Entonces, ¿donde está! ¿Cómo puedo encontrarla? -
Shilfild suspiró profundamente y luego miró a su amiga con aire esperanzador.
- Será difícil pero podemos intentarlo de otra forma... -se explicó y Amelia la miró sin comprender.- Tendrás que ayudarme con tu Oráculo y concentrarte todo lo que puedas en ella... -
- ¿Cómo, si mi Oráculo está incompleto? Me falta uno de los chalza -
- Déjame que lo intente; ya te diré lo que tienes que hacer. De momento, solo piensa en tu hermana como has hecho antes...-explicó Shilfild sin preguntar por qué Amelia no tenía todos sus amuletos.
Amelia volvió a cerrar los ojos y adoptó idéntica postura a la de la vez anterior mientras que Shilfild volvía a convocar su Oráculo de la misma forma. Entonces volvió a sentir a Gracia como aquella presencia que Amelia sentía en sus recuerdos, e intentó buscar su proyección sobre el mapa dibujado en el suelo, pero no era suficiente...
- Pon tu mano derecha sobre mi Oráculo, Amelia...-pidió concentrándose aún más.- Proyecta tus recuerdos directamente sobre él. -
Amelia hizo lo propio y notó que Shilfild apoyaba también su mano derecha sobre los chalza de su cinturón y cartuchera que desprendieron la característica luz azulona; en ese instante sintió como sus poderes se unía estrechamente en uno solo y se veían multiplicados. Era una sensación extraña ver cómo a través de ambos Oráculos su poder barría leguas de distancia buscando la presencia de su hermana, pero al mismo tiempo, también era algo muy cansado. Ambas empezaron a sudar profusamente hasta que, de repente, los Oráculos brillaron intensamente y se sintieron atraídas como por un imán, momento en el que el bastón de Shilfild cayó al suelo con la bola apuntando a algún lugar entre el reino de Dills y el Ducado de Kalmaart.
Las sacerdotisas se derrumbaron jadeantes y sudorosas al ver concluidos sus esfuerzos.
- Mira...mi Oráculo nos indica donde se encuentra ahora; esta cerca de Kalmaart.- explicó Shilfild.
-¡Eso significa que, si nos damos prisa, pronto la alcanzaremos! -exclamó Amelia riendo con alegría.- ¡Es fantástico!
Shilfild rió al unísono cohibida por su entusiasmo.
- Si...la verdad es que ha sido más fácil de lo que pensaba. -puntualizó y Amelia la miró sin comprender.- El mundo es muy grande y tu hermana podría haber estado perfectamente más allá de la Barrera, así que encontrar a alguien, aunque sea un pariente tan cercano, es muy difícil.- explicó.
- Entonces... ¿ por qué crees que ha sido ? -
Shilfild negó con la cabeza sin saber que responder.
- No lo sé... La única forma que se me ocurre es que ella tenga alguna especie de "faro" que orientase nuestra búsqueda desde su posición. Puede que ella estuviese pensando en ti en ese momento. -explicó -...Cuando la localizamos sentí como si algo tirara de nosotras.-
- ¡Si; es verdad!... ¡Puede que mi hermana se estuviese acordando de mí! -exclamó Amelia alegremente, pero rápidamente enmudeció sin que su amiga lo notara. "No, no creo que fuese ella; lo que yo he sentido es más bien la señal de mi propio amuleto chalza." pensó para sí mientras que veía como Shilfild se agachaba para recoger el bastón de su Oráculo.
El Plano Astral era un mundo totalmente distinto al material donde vivían los humanos y el resto de las criaturas cuyo espíritu estaba estrechamente ligado a un cuerpo físico. Allí las reglas de lo corpóreo definidas por espacio-tiempo eran distintas y las criaturas que allí habitaban eran puramente espirituales que se movían como solas conciencias por su propio poder. Xeros conocía bien aquel mundo, técnicamente hablando, era su hogar, y aunque había pasado eones desde su nacimiento en él y otros tantos vivido allí, lo cierto es que, aunque viajase al mundo terrenal de los humanos, siempre acababa volviendo allí. Pero que fuese su hogar no era la única razón, él era un demonio de alto rango, cierto, pero debía su vida a alguien más; alguien muy importante para él y sobre cuya obediencia basaba su existencia. Ya había estado bastante tiempo fuera y debía volver a verla.
Era una "estancia" oscura, solo se veía iluminada un gran diván jalonado con un fino dosel de gasa sobre el que estaba reclinada una extraordinaria mujer de ondulante cabellera dorada y ojos rasgados de color violeta típicos de los demonios; vestía una fina túnica de seda y llevaba puestos numerosos colgantes y pulseras. Xeros se materializó ante ella y se aproximó a la mujer para luego arrodillarse respetuosamente mientras la tomaba por una mano.
- Mi señora; ya me tienes aquí de nuevo. -la saludó de una forma exageradamente formal en él.
Zellas Metallum espiró un anillo de humo de tabaco sobre la cabeza de su sacerdote coronándolo con ella.
- Me alegro de volver a verte, mi Xeros. -exclamó con tranquilidad.- No has estado mucho tiempo fuera, pero me gustaría saber el porqué de la visita a todos esos humanos.-
Zellas se incorporó y la miró con una expresión cargada de reverencia y los ojos brillantes.
- Perdonadme, mi señora. -comenzó a decir humildemente.- pero lo cierto es que me aburría y decidí ir a verlos dándome una vuelta por su mundo. -
Zellas le miró esbozando una sonrisa.
- Comprendo... Es divertido reírse de esos humanos y yo también me aburro aquí en el Plano Astral.- se explicó sin ningún atisbo de sarcasmo.- Aquí pueden pasar siglos sin que ocurra nada interesante. -
- Entonces, ¿ no os he ofendido, mi señora? -preguntó Xeros vacilante.
La Señora de las Bestias soltó una risotada.
- No, por supuesto que no: yo también me he reído viendo cómo juegas con ellos.- se explicó y extendió una mano para acariciarle suavemente la mejilla.-...Siempre me han gustado tus métodos, Xeros; hacen que incluso nuestro propósito sea más divertido y eres tremendamente eficaz .-
Xeros la miró sorprendido ante ese gesto y la contempló con los ojos brillantes mientras que ella se explicaba sonriendo.
- Me alegro de que no os haya molestado; temía habeos ofendido de alguna forma...-
Xeras retiró la mano de su mejilla y su postura se tornó algo más tensa.
- Sin embargo hay algo que si me preocupa... - comenzó a decir y su sacerdote la miró sin comprender.-... Es cierto que te has reído a costa de Lina Invers, pero tu visita ha tenido consecuencias inesperadas.-
- Temo no saber a que os referís... -
- Después de tu visita, su hermana mayor que parece es incluso más poderosa que ella, me imagino que sabrás porqué, ha decidido ir en busca de las Tablas de la Biblia Cleir... -Xeros dio un respingo al oír eso. - Lina Invers es lo bastante poderosa como para suponer un peligro para nosotros; te recuerdo que ella acabó con la última resurrección de nuestro Señor Ojo de Rubí y también con el Señor Fibrizo, así que conviene tenerla vigilada... -comenzó a explicarse Xeras.- ...pero si Luna Invers es un peligro mayor que ella si se tiene en cuenta su verdadera identidad, y aunque hasta ahora no se haya decidido a actuar, si consigue acceder a los conocimientos de la Biblia Cleir, entonces tendremos un gran problema . -
Xeros miró a su señora totalmente perplejo ante esa declaración.
- ¡Perdonadme, mi Señora: me hago cargo de lo ocurrido! -suplicó agachando la cabeza .- ¡Pero sabed que nunca valoré esa posibilidad! ¡No estamos tan seguros de que Luna sea que se dice que es y no tuve en cuenta ese detalle sin confirmar! -
- Cierto, así que no te preocupes; aún podemos interceder a nuestro favor si los manejamos correctamente.-declaró quitándole importancia. - De momento solo vigílame a las Invers, especialmente a Luna... y a esa tal Naga.-
- Así lo haré, Señora. -
Xeras soltó otro anillo de humo y le miró de nuevo, esta vez con una expresión ya más relajada.
- Bueno, cuéntame... ¿Qué tal están esas Guías Turísticas que te has traído? -
Continua en el Cap-7.
