Los personajes no me pertenecen son de la gran Rumiko Takahashi. Esta historia, sin ánimo de lucro, está basada en la incompleta "Juegos por Internet" de JessMellark99.
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Capítulo 2: El cumpleaños
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En la actualidad
El despertador lleva rato sonando pero estoy tan dormida que me cuesta reaccionar. Mientras intento desperezarme noto que mi prometido acerca su mano a mi pecho y se pega a mi espalda, es evidente que está excitado. No puedo evitar formar una mueca rápida de disgusto, ¡menos mal que no puede verme!. Intento zafarme pero no me deja, me agarra más fuerte mientras se restriega contra mi.
―Cariño, suéltame, voy a llegar tarde al trabajo ―le digo mientras forcejeo de nuevo.
―Quédate un ratito más por favor, te necesito ―se nota que hoy tiene el día libre y ha decido comenzarlo con una buena sesión de sexo mañanero. Pero yo no tengo tiempo para estas cosas, así que le doy un empujón y salgo rápidamente de la cama.
―¡Te he dicho que no! por tu culpa voy a llegar tarde ―le increpo mientras cojo una muda de la cómoda y me encierro rápidamente en el baño echando el pestillo.
La verdad es que me siento mal por él, sé que parte de su desesperación es culpa mía. Hace meses que lo tengo abandonado, sexualmente hablando, pero los dos hemos estado con mucho trabajo y prácticamente nos rendimos agotados en cuanto llegamos al dormitorio...No se porqué me miento, en el fondo sé que no es eso. He tenido mucho estrés laboral, eso es verdad, es lo que tiene ser una profesional de éxito. Pero la verdadera razón por la que no estoy dejando que me toque es por él, mi amante virtual, mi SexyMousse. Sé que suena muy ilógico, pero cada vez que mi prometido me toca tengo la sensación de que no es lo correcto. ¡Me siento tan absurda! Todo por alguien a quien ni siquiera conozco.
Cuando salgo del baño ya vestida me observa desde la cama adormilado, apoyado en un brazo.
―Akane, perdóname por lo de antes ―agacha la cabeza cual cachorrito arrepentido y no puedo evitar sonreírle de vuelta.
―No te preocupes, la culpa es mía por dormilona. ―me acerco a darle un fugaz beso y corro rauda hacia la puerta― Nos vemos por la tarde, no te olvides de mandar los emails con las invitaciones, te quiero ―digo, aunque cada vez esas palabras suenan más vacías.
―Yo también te quie...―pero no termino de escucharle ya que salgo como alma que lleva el diablo de nuestro apartamento. ¡Mierda! Al fondo del pasillo las puertas del ascensor están empezando a cerrarse.
―¡Por favor, esperen! ―grito desesperada. No tengo tiempo para que el ascensor vuelva a recorrer los 42 pisos de nuevo.
Gracias a dios alguien me oye y detiene el aparato el tiempo justo para introducirme en él. Mientras trato de recuperar el aliento, miro a la persona que estaba dentro y le sonrío.
―Gracias Ranma, me has salvado ―él ahoga una risita y le vuelve a dar al botón. Lleva unos hot pants, una camiseta negra de tirantes que resalta sus músculos y unos auriculares colgando de los hombros, es evidente que va a dar su carrera matinal. No puedo evitar pensar en lo bueno que está, siempre fue un niño muy guapo pero la madurez le ha sentando de maravilla.
Le conozco desde pequeño, crecimos juntos. Éramos vecinos en el pequeño barrio de Nerima. Nuestros padres eran muy amigos, por lo que nosotros pasábamos el día en casa de uno u otro.
Teníamos muchas cosas en común: A los dos nos encantaban las artes marciales y comer helado hasta hartarnos. Soñábamos con viajar a unas pozas encantadas que había en China y queríamos fundar un dojo cuando fuésemos mayores. Se puede decir que era mi mejor amigo, casi como mi hermano. Pero, antes de terminar el instituto, mi hermana Kasumi se casó y mi padre decidió que nos mudásemos todos a la casa de su marido en Ryugenzawa. En ese momento fue un shock pensar que no lo volvería a ver, ya que empezaba a sentir cosas por él, pero visto con perspectiva quizá fue lo mejor. Prometimos escribirnos para no perder el contacto pero los años, la distancia y la falta de tiempo hicieron su magia y, excepto por la consabida felicitación navideña, no supe más de él hasta hace unos años.
¿Sabéis lo que dicen de que el mundo es un pañuelo? pues es verdad. Cuando por fin regresé a la ciudad, tras haber terminado la universidad y haber estado un tiempo ejerciendo mi profesión en otro lugar, resultó que mi mejor amigo de la infancia vivía en un apartamento al lado del que acabamos de alquilar. Y no solo eso, además el maravilloso y prometedor trabajo por el que mi prometido nos hizo mudarnos hasta aquí, resultó ser en la empresa de la familia de Ranma. Porque ese niño, cuyo padre parecía vestir siempre con harapos y que se pasaba la vida escondiéndose de los acreedores en nuestra casa, acabó siendo el heredero de una gran fortuna.
Siempre creímos que el tío Genma era viudo, pero en realidad solo estaba escondiéndose de su mujer. Ella reapareció hace unos años, echándole en cara el haberla separado de su hijo en pos de una excelencia en las artes marciales que nunca llegó a conseguir. Parece ser que, según un acuerdo que firmaron cuando Ranma apenas tenía 2 años, su padre se comprometió a llevárselo para entrenarlo y convertirlo en el mejor artemarcialista de Japón antes de que fuese mayor de edad. Depositaron en su cuenta una considerable suma que debía alcanzar para que viviesen con comodidad todos esos años. Si lo conseguía, podría acceder a la fortuna de la familia de su mujer, y si no, debía divorciarse de ella. Genma estuvo dando tumbos con el niño un par de años hasta que se le acabó el dinero y entonces corrió a esconderse a un lugar donde pensó que su mujer nunca le iba a encontrar. Pero se equivocó. Ahora Ranma Saotome era el multimillonario heredero de un gran holding empresarial que dirigía su madre y no había vuelto a saber nada de su viejo.
―Un poco tarde, ¿no marimacho? ―comenta burlón mientras le fulmino con la mirada. Sé que lo hace para que salte, antes solíamos discutir mucho por tonterías de este estilo, pero ya somos adultos así que tengo que controlar las ganas de mandarlo a volar― Por cierto recibí la invitación a vuestra fiesta de compromiso, es mañana, ¿verdad?
―Si, mañana en nuestro apartamento, ¿vendrás? ―El ascensor decelera y las puertas se abren. Ranma me cede el paso y yo me apresuro a salir.
―No me perdería la fiesta de compromiso de mi socio por nada del mundo― dice mirándome con sus penetrantes ojos azules mientras se pone los auriculares y comienza a correr en sentido opuesto al mío dándome una preciosa vista de sus trabajados glúteos. ¿¡Pero en qué estoy pensando!?
Decido coger un taxi para llegar lo más rápido posible a la oficina. Trabajo en el estudio de arquitectura de Yoshimitsu Miwa(1), un reconocido arquitecto. Era mi "ídolo" cuando estudiaba la carrera y nunca pensé que acabaría siendo contratada por él. Aunque la verdad es que en persona solo le he visto un par de veces. Cómo es famoso viaja mucho, y deja el estudio a cargo de su mano derecha Hinako Ninomiya, que lo dirige con mano de hierro…¡a veces hasta tengo la sensación de haber vuelto al colegio!
Cuando por fin llego a mi destino, la secretaría me dice que la Srta. Hinako me espera en la sala de reuniones. ¡Mierda seguro que me despiden!, o como mínimo me voy a llevar una buena bronca por el retraso.
Tomo aire antes de girar el pomo y entonces escucho un sonoro ¡SORPRESA! a la vez que una lluvia de confeti cae sobre mi. Por un momento me quedo congelada y no logro entender qué está pasando.
―Es tu cumpleaños, ¿no? ― pregunta mi amiga Akari al ver mi cara de confusión. ¡Claro! con todo el agobio de que llegaba tarde y el percance con mi prometido, se me había olvidado. El resto de mis compañeros me sonríen con condescendencia y murmuran algo de que es culpa del estrés pre boda. ¡Si ellos supieran!
Suspiro, muevo la cabeza para alejar cualquier pensamiento negativo y decido disfrutar del rico aperitivo que han preparado en mi honor. Luego sacan una preciosa tarta y me dicen que pida un deseo antes de soplar las velas. Cuando trato de hacerlo, lo único que invade mi mente es ese chico que no conozco y que ronda en mis fantasías más locas. Al final decido alejarlo de mis pensamientos y soplar las velas. Todos vuelven a gritar cantando "es una chica excelente" y me abrazan.
¡Tengo suerte de sentirme tan querida en mi trabajo! pero me entristece ver que ellos han recordado mi cumpleaños mientras que, el que se supone es el hombre más importante de mi vida, no.
―Akane por qué pones esa cara tan triste. ¿No te gusta el pastel?
―Es que no se acordó de mi cumpleaños ― le digo. Akari comprende a quién me refiero y me mira con lástima.
―Lo siento mucho cielo, pero ya sabes que tu prometido es un idiota.
―¡Eso NO es verdad!.
―Claro que lo es y lo sabes, lo que pasa es que le perdonas todo porque te escudas en que ha hecho grandes cosas por ti. Aunque nunca me has dicho qué cosas son esas para que le guardes tal devoción a ese imbécil egoísta, porque es evidente que no estás enamorada de él. ―Me quedo blanca ante tal afirmación. Claro que le quiero, igual no es un amor como el de las películas, pero tengo toda la vida para conseguir que lo sea. La gente nos mira así que decido dejarlo estar y me retiro a mi sitio murmurando que ya hablaríamos.
Ha sido un día agotador, nos ha llegado un requerimiento del proyecto del aeropuerto que estamos desarrollando y nos ha costado reajustarlo todo para cumplirlo. Así que estaba deseando llegar a casa, quitarme los dichosos tacones y tirarme en la cama a descansar la espalda.
Oigo el móvil que dejé cargando en el salón pero prefiero que salte el contestador, necesito un par de minutos así antes de incorporarme de nuevo. Cuando por fin escucho el mensaje veo que es mi prometido avisando de que llegará tarde. No hay felicitación...no sé qué esperaba.
No puedo evitar sentirme algo triste y decepcionada. Pero finalmente decido centrarme en lo positivo: voy a tener la casa para mi sola, lo que significa que puedo aprovechar y disfrutar de un candente encuentro con mi SexyMousse. Así que, vuelvo corriendo al dormitorio portátil en mano, me acomodo en la cama e inicio sesión. Mi Ciber compañero parece que me ha leído la mente porque ya está conectado.
[Shampoo:
Hola guapo, me echabas de menos?
...o es que estabas esperando a otra amante mientras yo no estaba
SexyMousse:
En realidad estaba rogando por que te conectases, por eso siempre estoy activo
Sabes que desde hace meses eres la única para mi]
Esas palabras me emocionan más de lo que me gustaría admitir.
[Shampoo:
Me alegra saberlo
SexyMousse:
Quieres jugar?]
Siento que empiezo a excitarme de solo leerle. Es como si una voz grave y sensual me surrase esas palabras al oído, mi cuerpo se calienta al instante.
[Shampoo:
Por supuesto, lo estoy deseando]
Veo que tarda en contestar y cuando lo hace no puedo evitar sentir una gran decepción
[SexyMousse:
Lo siento princesa, me acaba de surgir una cosa que no puedo rechazar
Luego seguimos]
Cierro el portátil con fuerza y me levanto frustrada y algo enojada de la cama. ¡Ni esto me sale bien hoy! Podría desahogarme yo sola pero desde que le conozco ya no es lo mismo. Así que decido ir a la cocina y sacar del congelador un bote de helado de chocolate con wasabi. En cuanto empiezo a comerlo a cucharadas, suena el timbre así que voy a abrir la puerta, helado en mano.
―¿Qué quieres idiota? ―pregunto irritada a un sonriente Ranma.
―Vine a la fiesta ―y sin esperar invitación entra en mi casa y se dirige al salón. ¡Genial, lo que me faltaba!
―La única fiesta que hay aquí es entre mi helado y yo ―contesto mientras me siento a su lado en el sofá. A veces creo que se toma demasiadas confianzas cuando está en mi casa.
―Pero es tu cumpleaños, ¿no? ―Le miro sorprendida y feliz, él sí se acordó. Entonces se lleva la mano al bolsillo de la chaqueta y me tiende una pequeña cajita rosa.
Le miro asombrada mientras la abro con manos temblorosas. Dentro hay una cadena con una preciosa Sakura blanca colgando. ¡No puedo creer que todavía recuerde cuál es mi flor favorita! siento como unas lágrimas de emoción se acumulan al borde de mis ojos.
―Es precioso, muchas gracias. No tenías porqué hacerlo.
―Tranquila no es nada. Además así me aseguro de que, cuando sea mi cumpleaños, me vas a regalar algo sensacional ―dice guiñandome un ojo. Sonrío feliz y, cuando estoy a punto de contestarle, la puerta de casa se abre y mi prometido entra por ella.
Shinnosuke nos mira sorprendido y frunce ligeramente el ceño cuando sus ojos se detienen en Ranma. Son buenos amigos pero, aunque nunca me ha dicho nada, siempre he notado que no le gusta que se acerque a mi.
―Hola bebé ―se acerca a darme un posesivo beso en los labios― Hola Ranma ¿Qué haces aquí?
―Solo estaba haciendo una pequeña visita amistosa Shinnosuke, pero ya me voy ―diciendo esto se levanta del sofá, le estrecha la mano a lo occidental y se dirige a la puerta. Yo le acompaño como buena anfitriona. Cuando estoy a punto de cerrar se gira y me mira.
―Se acordó ―inmediatamente sé a lo que se refiere por lo que niego con la cabeza.
―Lo siento Akane, ya sabes que tiene muchas cosas en la cabeza, no se lo tomes en cuenta. ―se acerca y deposita un cálido beso de despedida cerca de la comisura de mis labios mientras me susurra un feliz cumpleaños. Siento que me arde la piel con ese contacto y un cosquilleo recorre mi interior mientras veo su característica trenza perderse al final del pasillo donde se encuentra su apartamento.
Cuando vuelvo junto a mi prometido, él me mira con la ceja levantada pero no dice nada. Murmura que está algo cansado y que se va a acostar. Yo me vuelvo a sentar en el sofá con mi bote de helado amigo, mientras acaricio el colgante que sigue en mi mano. ¡Estoy feliz de que Ranma haya vuelto a mi vida!. Con ese pensamiento me meto en la ducha para prepararme antes de ir a dormir.
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(1) Yoshimitsu Miwa es un personaje secundario del manga "Marmalade Boy'' de Wataru Yoshizumi. Inicialmente pensé en poner a Tadao Ando, que es mi arquitecto japonés favorito, pero me pudo la vena friki. Si no lo habéis leído o visto su anime, os lo recomiendo. En España y latinoamérica lo emitieron bajo el nombre de "la familia crece"
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Hola a todos, por fin sabemos quién es el misterioso prometido de Akane ¿Os sorprendió? Hubo varios que votaron porque fuese el mismo Ranma pero no le haría eso al trenzudo, me parece imposible un universo en el que no pueda dejar satisfecha a Akane. Por otro lado Shinnosuke siempre me ha parecido el rival mas fuerte de Ranma desde el punto de vista amoroso. Es verdad que a penas sale en el manga y que, si no ceñimos al cannon, Akane no parece sentir nada por él salvo gratitud, pero aun siendo así es el que puso mas en jaque la relación de los prometidos mas famosos de Nerima.
Por otro lado ,algunos me preguntaron si el sexting se consideraría infidelidad. Yo creo que depende de cada uno y de cada relación. Hay personas que creen que solo con un beso ya se es infiel y otros que para ello hay que llegar al sexo o incluso solo al coito (como Bill Clinton y su famosa felación que para el no entraba dentro de ser adúltero). Lo importante es tener definidos esos límites con tu pareja...en el caso de Akane ella intenta auto convencerse de que el sexting no es infidelidad y que es solo un juego, como le dijo Yuka...aunque un juego poco inocente a estas alturas je, je.
No lo he dicho antes, pero si en algún momento del fic veis alguna falta de ortografía o palabra incompleta (que se que FF a veces se traga las cosas) estaría muy agradecida si me avisaseis. A pesar de mi dislexia soy una fanática de la buena ortografía y no me gustaría pecar en este sentido.
Por último, quiero agradecer nuevamente vuestros cariñosos reviews y ánimos para seguir con la historia. Y a mis betas SakuraSaotome y LumLumLove por su apoyo incondicional y por las charlas absurdas que tenemos por whatsapp y que animan mis estresantes semanas.
Besos a todos. Luz
