Los personajes no me pertenecen son de la gran Rumiko Takahashi. Esta historia, sin ánimo de lucro, está basada en la incompleta "Juegos por Internet" de JessMellark99.

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Capítulo 12: Despedida de soltera

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Llevo varios días flotando en un mar de sensaciones que se escapan a mi control, fingiendo ante el mundo ser feliz cuando por dentro solo hay desolación.

El otro día, cuando Shinno regresó a casa y le conté que había hecho lo que me había pedido, me sentí bien al ver lo feliz que le hacía. Parecía que mis palabras le hubiesen devuelto la vida y fue como si la deuda que había adquirido con él años atrás estuviera saldada. Había hecho lo correcto. Su alegría nos envolvió a los dos y acabamos haciendo tiernamente el amor. Pero ese momento de paz y bienestar fue muy efímero y en cuanto el silencio de la madrugada me envolvió, ligeramente interrumpido por el ronquido de fondo de mi prometido, volví a sentirme mal.

Con el paso de los días me he ido hundiendo más y más en un pozo del que no creo poder salir. Un agujero negro en mi corazón, una tumba que he cavado yo sola.

—Akane, ¿estás bien? —vuelvo en mí rápidamente. Mi reflejo me devuelve la mirada, sorprendida y ausente.

—Si, ya salgo —Estoy en el probador de la tienda de novias luciendo mi flamante vestido de corte occidental.

—La dependienta quiere saber si tiene algún problema el arreglo, como llevas mas de 5 minutos ahí dentro —No me había percatado de que llevaba tanto tiempo perdida en mi mente. Últimamente no consigo conectar con la realidad, solo fluyo de un sitio a otro haciendo lo que se espera de mi.

Salgo del probador y la chica de la tienda, que tenía cara de susto, rápidamente pasa a su modo profesional alabando mi figura, lo bonita que me veo, lo maravilloso que va a salir todo y no sé qué gilipolleces más. Cada vez estoy más harta de este mundo de novias lleno de cursilería, glamour y falsedad.

—¿Te vas a hacer algún recogido? Normalmente las novias se dejan crecer el pelo para hacerse un moño bajo, pero tu tienes mucha personalidad para eso y seguro que te verías hermosa con una flor a un lado… —sigue parloteando sin parar.

¿Qué sabrá ella de mi personalidad? ¿Acaso me conoce? ¡Solo nos hemos visto 5 veces por el amor de Kami! A veces ni yo misma sé quien soy, el único que de verdad parecía conocerme era Ra…

—Akane cielo, ¿seguro que estás bien? —Akari me mira preocupada, lleva días viéndome así pero yo no he querido contarle más, ni a ella ni a Yuka. Ninguna sabe lo que Shinno me pidió, ni que he dejado de hablar con él… ninguna sabe de mi vacío. Asiento y sonrío pero se que no se refleja en mi mirada. Ella me mira con pesar pero no dice nada.

Vuelvo al probador para quitarme el odioso vestido, cada vez me agobia mas verme con él. Sentir la textura suave de la tela rozándome la espalda me genera ganas de arrancármelo a tirones para que deje de quemar mi piel, de perforar mi conciencia.

Solo tengo que aguantar un par de días más y todo estará bien. Me iré de viaje a París con el hombre que he elegido y todo será perfecto… tiene que serlo.

Salgo de la tienda acordando con la dependienta el envío de la compra a mi casa justo el día antes del evento. Me despido de mi amiga declinando su invitación a un café y me pierdo entre las calles de Tokio. Sé que Akari quiere hablar, averiguar de manera sutil qué me pasa, pero yo solo quiero estar sola regodeándome en mi tristeza.

La ciudad está preciosa en esta época del año pero apenas me doy cuenta. Ando despacio simulando mirar escaparates pero solo puedo fijarme en el reflejo de mi mirada sin vida. Se que hay gente a mi alrededor, que me empujan entre el bullicio de transeúntes, me desplazan en la marea que va de un lado para otro haciendo lo que deben hacer, como hormiguitas afanadas en su tarea, como burros con los flanco de la visión tapados marchando en línea recta hacia su destino, como intento hacer yo.

El cielo empieza a ennegrecerse, la noche se aproxima y, sin darme apenas cuenta, he llegado a los alrededores de mi bloque de pisos. Algo al fondo atrae mi atención sacándome del estado melancólico en el que llevo horas inmersa. Hay un hombre atractivo, con el cabello trenzado, acercándose al portal por el otro extremo de la acera. Mis pies se paran bruscamente, los latidos de mi corazón se congelan. El parece detenerse también al percatarse de mi presencia. Nuestras miradas se cruzan, la suya es hielo puro. Se le ve demacrado, como si hubiese perdido de un plumazo ese aire de galán de dorama que irradiaba y se hubiese convertido en un fantasma de lo que era, en un náufrago desaliñado y solitario en una isla desierta. Segundos después, noto como acelera el paso y se mete rápidamente en el edificio. Cuando llego al vestíbulo ya no está, solo queda el recuerdo de su perfume trayendo a mi mente esa época feliz que ya no volverá.

Subo hasta mi piso y me hundo en la cama con la cabeza bajo la almohada mientras las lágrimas vuelven a recorrer mis ojos.

El pozo se hace todavía más profundo.


—Buenos días bebé —un tierno beso me despierta sacándome del mundo de pesadillas en el que he caído tras horas de insomnio y una pastilla para dormir.

—Buenos días, ¿qué hora es? —me restriego los ojos para intentar despejarme. La luz que entra por la ventana me indica que hace tiempo que ha empezado el día.

—Son las doce. Sé que te cuesta dormir por los nervios de la boda así que he preferido dejarte hacerlo hasta tarde. Una novia con ojeras no es elegante —comenta guiñándome un ojo mientras parafrasea a la fotógrafa que vino a vernos el otro día para ultimar detalles—. Ahora dúchate mientras te preparo un café y algo ligero… te tengo una sorpresa para la tarde.

—¿Una sorpresa? —El tener a Shinno en casa a estas horas sí que es una novedad. Es verdad que a partir de hoy está disfrutando de los días que le da la empresa por la boda pero tenía la sensación de que, como adicto al trabajo que se ha vuelto, iba a ignorarlos y seguir yendo de todos modos.

—Si, pero si te lo cuento ya no tiene gracia, ¿no? Solo te diré que necesito que luego te pongas algo bonito y elegante pero no demasiado formal.

Pasamos el resto del día juntos descansando y charlando. Desde que corté lazos con Ranma, Shinno se ha vuelto más cariñoso. Casi parece que vuelve a ser ese chico sencillo de un pueblo boscoso que dedicaba su tiempo libre a cuidar de los animales, en vez del ejecutivo agresivo y distante con el que he convivido últimamente.

En cuanto empieza a oscurecer me visto como me indicó y salimos en el coche. Según van pasando las calles un temor se va formando en la boca de mi estómago. El mal presentimiento que se cumple cuando detiene el coche frente a un hotel, muy conocido para mi desgracia, y le da las llaves al mozo está en la puerta.

—¿Es aquí? —consigo decir sin que mi voz tiemble.

—Si mi amor, tu sorpresa está dentro —sonríe mientras me ayuda a descender del vehículo y me coge de la mano para ingresar.

Una vez en el vestíbulo miro angustiada a la zona de recepción, Kiema está en su sitio mirando en nuestra dirección ¡mierda! Intento agachar ligeramente la cabeza permitiendo que mi pelo tape parcialmente mi rostro. Al no llevar la peluca morada no debería reconocerme desde esta distancia pero no puedo evitar agobiarme al respecto. Siento un gran alivio cuando observo que se gira para atender el teléfono, ignorándome.

Mi prometido avanza conmigo hacia uno de los salones que bordean el hall y, al abrir las puertas, veo con asombro que todos nuestros amigos están reunidos disfrutando de buena música, comida y bebida.

—Es nuestra despedida de solteros —dice alegre Shinno—. Se que no querías celebrar una, pero los chicos insistieron… además es conjunta… y no hay strippers.

—Está bien, muchas gracias cariño me encanta —respondo mientras simulo una sonrisa.

Cuando hace unas semanas Yuka insistió en que debíamos ir a un Boy's para celebrar el fin de mi soltería, me negué en redondo. Nunca me ha gustado este tipo de cosas y mucho menos desde que se ha puesto de moda seguir la "tradición" occidental de vestir a la novia como penes de plástico en la cabeza y llevarla a un club con tíos que se desnudan y restriegan contra ella. Eso puso en un aprieto a mi prometido ya que, si yo no tenía ese tipo de celebración, quedaba muy desconsiderado que él hiciera la suya. Le dije que no me importaba que, mientras que no acabase follándose a una bailarina del vientre, podía irse con sus amigos pero no pareció convencido… y este es el resultado. Bueno, no me puedo quejar, el ambiente es agradable y estoy rodeada de la gente que me importa… bueno, de casi toda.

—Akane ¡a que es fantástico! —Yuka se acerca a saludarnos luciendo un despampanante vestido rojo que resalta sus pechos y hace que mi sencillo vestido blanco con cinturón azul parezca un babi de colegio—. Ya sabes que hubiese preferido ver tíos cubiertos de aceite quitándose la ropa, pero hay que reconocer que la comida está espectacular. Enhorabuena Shinno.

Mi prometido le hace una inclinación de cabeza algo incómodo y nos deja solas para ir a charlar con sus amigos. Akari se acerca a nosotras del brazo de Ryoga que me saluda con un afectuoso beso.

Pasamos un par de horas conversando sobre China, Ryoga acaba de regresar de un viaje de trabajo y nos narra su experiencia en ese país. Después nos acercamos a la zona del buffet y la charla se torna en halagos sobre lo maravilloso que se ve todo, lo rica que está la comida y lo bonito del salón de fiestas.

—La verdad es que no se como ha hecho Shinno para reservar este sitio, tenía entendido que estaba muy solicitado y se necesitaba casi un año de anticipación.

—¿No lo sabías? —me responde Ryoga— El hotel es propiedad de la familia Saotome, seguro que la señora Nodoka le ha ayudado a conseguir la reserva —La sola mención de ese apellido me estremece—, de hecho el magnífico dojo que tiene lo reformó Ranma en persona. Me trajo a verlo una vez y ¡es una pasada! —Eso explica porque me resultaban familiares los kanjis colgados en la pared—. Por cierto, ¿dónde está? No me ha parecido verlo y se me hace raro siendo vosotros tan amigos.

La inocente afirmación del chico cae como una losa sobre mi. Mi rostro se ensombrece y tengo que hacer acopio de todas mis fuerzas para evitar las lágrimas. Akari que, a pensar de no haberle contado nada, ha intuido lo que me pasa tira del brazo de su novio en dirección a la pista rogándole por un baile.

Una vez desaparecen Yuka me mira con malévola curiosidad pero, antes de que logre articular palabra, Shinno aparece en mi rescate.

—¿Te importa que te la robe un segundo? —ella pone mala cara mirando la mano que agarra mi brazo, seguro que estaba deseando cotillear, sin embargo murmura un cortés por supuesto y se aleja en dirección a la barra de bebidas.

Shinno me lleva hacia una esquina y me tiende una pequeña pieza de plástico. La miro anonadada, los recuerdos de una tarjeta parecida resurgen golpeándome.

—¿Y esto? —Disimulo mientras bloqueo en mi mente todo lo que viví con él.

—He pensado que nos merecemos pasar una noche especial, así que he reservado una habitación —Luego la inseguridad le embarga al contemplar mi reacción—, me pareció romántico…pero si quieres lo dejamos.

—No, está bien —asiento sonriendo con falsedad.

—¡Genial! Es la habitación 117 en la planta 25 (1). Si te parece, disfruta un rato más de la fiesta con tus amigos y quedamos dentro de una hora, ¿vale?

Vuelvo a asentir y él se aleja para seguir atendiendo a los invitados. En cuanto me quedo sola oigo un carraspeo a mis espaldas. Al girarme contemplo con pavor que se trata de Kiema, quien me hace un gesto disimulado para que la siga fuera del salón. Una vez ahí, de manera discreta mete en mi mano otra llave.

—El caballero de la 161 le espera en 5 minutos.

—No pienso ir —aseguro haciendo un intento por devolverle el objeto. Ella da un paso atrás.

—Quédesela, la decisión es suya… yo he cumplido mi trabajo —Y se aleja rumbo a recepción.

Vuelvo la mirada hacia la sala que acabo de abandonar sopesando si contarle a Yuka o Akari la insólita petición en busca de consejo, pero no hay tiempo así que me dirijo rumbo a los ascensores y marco el número 38. Llegó el momento de cerrar este asunto de una vez y descubrir quién es el hombre que se oculta en la oscuridad. No voy a tardar mucho así que tendré tiempo de sobra para llegar a mi cita con Shinno… incluso a volver al salón y cotillearles a mis amigas qué ha pasado antes de ir con mi prometido.

Mi corazón empieza a cabalgar acelerado, los nervios se apoderan de mí y me falta el aliento. Creo que voy a vomitar pero reúno todo el coraje posible para serenarme y seguir adelante. Necesito hacer esto para convencerme a mí misma de que he tomado la decisión correcta, de que mi futuro está junto a mi prometido.

Cuando entro en la suite Saffron todo está iluminado. Es una sensación rara poder ver finalmente cómo está decorado este sitio en el que he estado tantas veces. Me adentro en dirección al dormitorio del que también parece salir la luz. Por lo visto mi desconocido ha tenido la misma idea que yo de conocernos sin tapujos.

Al abrir la puerta mis ojos recorren la estancia hasta llegar a la ventana contra la que se recorta una figura masculina de espalda ancha y largo cabello negro. Lleva un elegante traje de chaqueta azul oscuro. Las luces de la vida nocturna Tokiota proporcionan un curioso reflejo en su melena.

Inicialmente no se mueve, ajeno a mi presencia, luego se va girando poco a poco dejándome helada. Frente a mis ojos se encuentra mi ex mejor amigo mirándome con esos ojos color océano llenos de calidez y miedo.

—¿Qué haces aquí? —preguntó asustada y confundida.

—Creo que sabes perfectamente qué estoy haciendo aquí.

Niego con la cabeza de manera histérica. No, no puede ser cierto, no puede ser él. Aunque si me detengo a analizarlo todo me indica que es verdad, que él es el hombre al que sin vacilar he entregado mi cuerpo, que es la persona a la que le he contado mis más oscuros secretos. Cuando la verdad se asienta en mi cerebro siento que la habitación da vueltas, me voy a desmayar. Doy un par de respiraciones profundas tratando de calmarme mientras la rabia empieza a recorrerme de los pies a la cabeza.

—No quería que pasara de esta forma —susurra avergonzado.

—Me mentiste —digo bajito más para mi con la mirada perdida, pero luego la rabia estalla y le mis ojos arden en dirección a los suyos— ¡ME MENTISTE! ¿Por qué lo hicisteis? ¿Sabías que era yo todo este tiempo?

—No —responde asustado por mi explosión—. No lo supe hasta ese día en tu cuarto, cuando vi la sesión encendida de tu ordenador con nuestras conversación abierta de fondo. Entonces me di cuenta de que tu eras la mujer con la que había estado chateando todos esos meses. Al principio no supe como reaccionar, por eso huí en vez de enfrentarte. Luego no quise decirte la verdad porque sabía que te morirías de vergüenza, te retraerías y lo negarías todo buscando alguna excusa ridícula para justificarte. Así que preferí ver hasta dónde serías capaz de llegar con tu desconocido.

—¡Me manipulaste! —le acuso—, aquella tarde en mi apartamento yo tenía pensado no acudir a nuestra "primera cita" pero tu empezaste a hablar de este hotel y… —Si las miradas matasen.

—Sé que obré mal Akane, que hice todo lo que estaba en mi mano para persuadirte y forzar a que vinieses a nuestros encuentros. Cuando descubrí que tu relación con Shinno no era tan perfecta como aparentaba debí haberme armado de valor y haberte dicho que te quiero, que siempre lo he hecho… pero me pudo la vanidad de saberte mía aunque fuese por unos breves instantes en línea, me pudo el deseo de intentar que fuese algo más aunque fuese un efímero sueño…Lo siento mucho Akane.

Da un paso hacia a mi pero yo retrocedo.

—Me siento estúpida, Ranma —digo incrédula por sus palabras—. Eres el dueño de este hotel, ¡con razón sabías siempre cuando llegaba!. Seguro que la recepcionista tiene una foto mía y por eso ha podido reconocerme hoy sin peluca… me siento tan tonta por haber siquiera venido disfrazada a nuestros encuentros, por haber pensado que MI mejor amigo nunca podría ser tan rastrero.

—No digas eso. No supe manejar la situación y lo siento de veras…pero te mentiría si te dijese que me arrepiento de todo lo que pasó entre nosotros, porque esa página online me acercó a ti de una forma que nunca pensé lograr y nuestros encuentros me permitieron ver debajo de esa coraza que te habías construido los años que hemos estados separados.

—Qué estupideces estás diciendo. No solo me engañas ¡¿si no que encima ahora dices estar orgulloso de haberlo hecho?! Dime Ranma, ¿todo esto fue un juego para ti? La escenita esa de la confesión y de decir que estabas enamorado de mi ¿también eran parte de tu juego?

—¡Nooo, claro que no! He sido totalmente sincero respecto a eso. Te quiero con locura Akane y se que tu también sientes lo mismo, solo tienes que tomar mi mano y aceptar la verdad de la que huyes —Extiende su mano y mueve la cabeza de mi hacia él indicando un nosotros. Pero yo estoy lo suficiente enojada y dolida como para no aceptarlo aunque me muera por hacerlo.

—Tengo que irme —digo dando la vuelta y marchando hacia la puerta.

Él retiene mi brazo, al igual que hace unos días en su apartamento cuando le dije que no podíamos ser amigos. El contacto me quema y me derrite, siento un agradable hormigueo que me recorre yendo directamente hasta mi centro y eso me cabrea todavía más. Me manipuló aparentando ser el amante perfecto, fingiendo ser un desconocido que parecía conocerme mejor que yo. ¡Qué ilusa fui! ¡Cómo no me di cuenta de todas las señales! Caí en sus redes como una adolescente y me dejé envolver sin siquiera replantearme las cosas. Ahora lo veo todo tan claro que me daría de cabezazos con la pared por mi estupidez.

Con un movimiento brusco me suelto y me giro para encararlo. Mi reacción y el iracundo fuego que irradia mi aura le ponen nervioso.

—No me toques Ranma Saotome —digo con vehemencia— ¡ni se te ocurra volver a acercarte a mí!

Salgo corriendo de la habitación sin darle tiempo a reaccionar. El ascensor sigue parado en esta planta, lo que es un alivio ya que en un segundo estoy dentro y he conseguido presionar el botón del piso 25 antes de verle surgir por la puerta de la habitación sin tiempo a llegar hasta mí y detener el aparato.

Mientras me dirijo al lugar donde debí haber ido desde el principio, el peso de lo que acaba de pasar me aplasta haciendo que resbale hasta el suelo envuelta en lágrimas. El cabreo ha desaparecido y no puedo parar de llorar. Descubrir que todo ha sido una mentira y un juego me parte el corazón. Más aún al darme cuenta de que tiene razón. Yo también estoy enamorada de él. Mi cuerpo convulsiona por el llanto.

Me hundo todavía más en ese pozo de desesperación en el que llevo días inmersa.

Cuando suena la campanita anunciando la llegada a la planta marcada, me incorporo y trato de tranquilizarme. Necesito unos minutos en el vestíbulo para poder normalizar la respiración y secar las lágrimas. Menos mal que a estas horas la gente debe estar cenando y nadie puede verme en este estado tan lamentable mientras recupero la compostura, retoco mi maquillaje con la ayuda de un espejo de bolso, y ordeno a mis piernas moverse rumbo a la habitación en la que he quedado con mi prometido. Espero que me dé tiempo a darme una ducha rápida antes de que él llegue y así pueda disimular los ojos hinchados que no he logrado arreglar con el maquillaje.

Cuando llego a la habitación 117, bastante antes de lo acordado, observo que la puerta está entreabierta. Extrañada la abro completamente y, por segunda vez en el día, mi mundo se rompe en pedazos. Shinno se encuentra frente a mí besando apasionadamente a una mujer con un llamativo vestido rojo, a la que reconozco sin problema.

El grito ahogado que no consigo retener entre mis labios hace que ambos se separen en el acto. Mi prometido me observa horrorizado pero Yuka me dirige una sonrisa satisfecha. Mientras consigo recuperarme de la impresión él se acerca a mi lentamente con los brazos en alto para tratar de calmarme.

—Akane, mi amor, no es lo que piensas… déjame explicarte…

Pero no puede continuar cuando mi rodilla se incrusta en sus preciados huevos haciendo que se doble sin aliento.

—Pe-pe-pen-sé que e-eras tú —consigue articular mientras le miro asqueada—, llegó por detrás y empezó a besarme…y yo…yo…

—¡Oh por Kami Shinno! No esperarás que Akane crea eso, ¿verdad? —La zorra de mí amiga pone en palabras mis pensamientos mientras se acerca a nosotros—. Somos amantes desde hace más de un año y, sinceramente, estoy encantada de que nos hayas descubierto porque estaba harta de fingir que no amo a este hombre.

Los ojos del imbécil de Shinnosuke se desorbitan tras estas palabras. Vuelve a abrir la boca para intentar emitir alguna excusa barata pero me adelanto.

—Me dais asco, sois una basura.

—¿Acaso tú te crees mejor? —replica Yuka con aire de superioridad—. Tú, que te has estado varios meses acostando también con otro hombre.

Que me deje así de expuesta me llena de vergüenza, aunque no debería, y no puedo evitar sonrojarme ligeramente y mirar en dirección a mi "prometido" para ver su reacción. Yuka vuelve a sonreír con prepotencia como si yo fuese un bufón contratado para entretenerla.

—No te preocupes amiga, él ya lo sabe y no le importa. De hecho fue idea suya el que te registrase en la página de sexo para así no sentirse tan culpable por acostarse conmigo.

Contemplo a Shinnosuke con asombro. ¿Me he teletransportado a un mundo paralelo bizarro y no me he dado cuenta? Porque esto es demasiado retorcido incluso para ser una pesadilla.

—¿Es eso verdad? —le encaro. Él no responde y me mira entre avergonzado y arrepentido.

—¿Ves como tengo razón? Él disfruta demasiado conmigo, tú eres demasiado mojigata para satisfacerle…bueno, eras —Su retorcida sonrisa se amplía—, porque ahora eres incluso más puta que yo ¿no?

No me puedo contener y le cruzo la cara con todas mis fuerzas. Me mira ofendida mientras él consigue incorporarse con la mano todavía en sus pelotas y da un paso hacia nosotras. No se si tiene miedo a que nos enzarcemos en una pelea de gatas o qué pero me da igual, ya no soporto estar mas tiempo en presencia de esta escoria. Cuando me giro con intención de marcharme. Ella da la estocada definitiva.

—Nunca le importaste querida, solo estaba contigo por lástima por el tema de la violación —Se lo ha contado, no solo me ha traicionado de manera física sino que también a compartido con ella mis pesadillas, mi mayor secreto—. Él me quiere a mí.

Aprieto los puños con fuerza para evitar volverme y darle otro puñetazo a él por canalla y a ella tirarle de los pelos por hija de puta hasta dejarla calva. Continúo la marcha con paso firme mientras escucho al traidor moverse en mi dirección mientras me llama desesperado diciendo que no es verdad, que me ama... ¡Qué falso suena!

Cuando estoy a mitad del pasillo, la puerta del ascensor se abre mostrándome el rostro desencajado de Ranma al otro lado. Me detengo abruptamente, no puedo seguir adelante pero tampoco puedo dar media vuelta. No sé qué hacer, a quién enfrentar, esto me sobrepasa, me cuesta respirar y el pulso martillea en mis oídos. Noto un ligero mareo y poco a poco todo se va oscureciendo mientras me tambaleo y derrumbo en medio de los hombres que han sido mis dos amores, mis dos traiciones.

Y la tapa del pozo se cierra.

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(1) tomo/volumen del manga en el que sale Shinnosuke

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¡Feliz domingo a todos!

Espero que este capitulo os guste mas que el anterior que, visto el número de reviews que tuvo, no os debió hacer mucha gracia. Aunque también es verdad que hay gente que me dijo que dejó un comentario que no llegó así que igual fue error de fanfiction.

Bueno ya cayó la bomba o, mejor dicho, las bombas. Todos os quejabais de que la pobre Akane no se enteraba de nada y de que a ver cuando llegaba el momento en el que descubriese la verdad sobre su amante o su prometido, pues aquí lo tenéis ¿qué os ha parecido? ¿Os lo esperabais? Se que prácticamente todos pensabais que Shinnosuke tenía una amante y muchos acertasteis que era Yuka, ¿pero alguno imaginó que fue el propio Shinno el que maquinó que Akane entrase en la página de ciber sexo? En el próximo capítulo podréis saber un poco mas acerca de eso y de lo que hará la peliazul cuando se despierte de su desmallo.

Muchos pedíais sangre con el manipulador y, como me dijeron mis queridas betas SakuraSaotome y LumLumLove, Akane se ha quedado a gusto a repartir tortas...a Ranma no le tocó su ración porque en el fondo me da penita, que si no habría hecho que le diese con el mazo.

Shinnosuke se confió y descuidó y le han pillado, cosa que a Yuka no ha parecido importarle. ¿Creéis que la mala amiga lo ha hecho aposta? Ranma el pobre quería arreglar las cosas pero era evidente que el traicionado orgullo de Akane no se lo iba a poner fácil.

Lo del pozo del final espero que se entienda. Durante todo el capitulo Akane nota que se va hundiendo poco a poco en un pozo del que siente que no va a poder salir, un agujero en su corazón. Al final, cuando se desmaya abrumada por los hechos y todo se vuelve negro, es como si hubiesen cerrado la tapa de ese pozo.

Ya solo me queda dar las gracias a todos aquellos que os habéis molestado en dejarme un comentario, se que cuesta mucho y me encanta recibirlos. También agradezco a todas las personas anónimas que me leéis, a las páginas que avisan de mis actualizaciones en las RRSS y a mis queridas y locas betas (os adoro)

Espero actualizar en tres semanas. Con cariño

Luz