Los personajes no me pertenecen son de la gran Rumiko Takahashi. Esta historia, sin ánimo de lucro, está basada en la incompleta "Juegos por Internet" de JessMellark99.

.

..

Capítulo 14: Jusenkyo

.

..

Desde el otro lado de la puerta, una intensa mirada de color océano me observa con miedo y esperanza. No lleva su habitual traje de chaqueta, con el que me había acostumbrado a verlo estos últimos años, si no que vuelve a vestir esa camisa roja de corte chino con pantalones amplios y bailarinas que usaba en el instituto.

Parece cansado. El amago de sonrisa que lucía su rostro cuando abrí la puerta ha desaparecido al ver mi ceño fruncido.

Una parte de mi, la que golpea furiosamente contra mi caja torácica, se alegra de verle, mientras la más racional está muy molesta por haber huido para nada.

—¿Puedo pasar? —pregunta con cautela.

—No, puedes marcharte por donde has venido y desaparecer de mi vista.

—Sabes que no voy a hacer semejante cosa. He venido hasta aquí para hablar contigo y lo haré quieras o no…tu decides si pretendes que sea a voz en grito en el pasillo —amenaza elevando una ceja. La actitud tímida y compungida del principio ha dado paso a la soberbia propia de su orgullo.

Tengo ganas de mandarle a la mierda y cerrar la puerta es su perfecta nariz. ¡Este hombre me saca de quicio! Pero consigo controlar mi genio y razonar que Ranma es capaz de perseguirme por todo el hotel ventilando nuestros problemas y no quiero que nadie se entere de mis intimidades. Así que, a regañadientes, me hago a un lado y le dejo pasar, procurando guardar las distancias.

Él camina hasta el fondo de la sala donde hay unas preciosas butacas con vistas a la terraza privada y la poza. Cuando hace ademán de sentarse, suelto un bufido y le asesino con la mirada lo que le congela en el sitio, de pie frente a mi.

—No pienso sentarme a charlar hasta que no respondas mi pregunta.

—¿Qué pregunta? —replica sorprendido. Supongo que estaba tan nervioso por mi reacción al abrir la puerta que ni me ha oído.

—Que me expliques cómo narices me has encontrado, para empezar.

—¡Ah eso! Pues fue más sencillo de lo que esperaba, la verdad. He de reconocer que inicialmente me preocupé y ofusqué, porque te fuiste del hotel sin paradero conocido y no respondías a mis llamadas. Luego solo tuve que hacer memoria y recordar que, cuando éramos niños, siempre dijiste que éste sería el lugar ideal para alejarte de los problemas —Abro la boca para protestar pero me silencia poniendo un dedo sobre mis labios. Retrocedo asustada ¿en qué momento se ha acercado tanto?— y antes de que me lo preguntes, te registraste como Shampoo Saotome, dudo que no quisieras que diese con tu habitación.

Gruño en desacuerdo y me doy la vuelta para ocultar el rubor de mi rostro mientras respiro para calmarme.

—No pienso darte la razón con eso —Le enfrento de nuevo.

—Tú misma, pero los dos sabemos que en el fondo es verdad —comenta encogiéndose de hombros como si acabase de decir una obviedad.

La sangre hierve de indignación en mis entrañas pero no puedo refutarlo, mi subconsciente me ha traicionado de la manera más tonta posible, lo que me jode todavía más, así que antes de estallar cual volcán decido centrarme en la segunda pregunta.

—Ranma, ¿por qué has venido? Creo que mi marcha dejó muy claro que no quería veros, a ninguno de los dos, por un tiempo.

—Es que… no podía dejar las cosas así. Te hice daño, lo sé…fui un cobarde, pero tienes que perdonarme —responde levantándose preocupado—. En el fondo nunca te mentí solo te oculté cosas… no es lo mismo. No puedes comparar lo mío con lo que te hizo ese cabrón, no puedes meternos en el mismo saco…

—¡Me manipulaste! —contrarrestó indignada.

—Eso no es verdad. Puede que la primera vez si que sacase adrede el nombre del hotel, en la conversación en tu apartamento, para así persuadirte de acudir a la cita. Pero la segunda vez que viniste fue cosa tuya. ¡Hasta me sorprendiste! Tuve que pedirle a Kiema que te entretuviera en lo que llegaba sin que me vieras y preparaba todo —Elevo una ceja y le miro con sorna—. Vaaale…reconozco que estaba elaborando un plan para que volvieses al hotel pero no hizo falta, no se que pasó por tu mente en ese ascensor pero yo no tuve nada que ver…hasta me contuve de besarte ¡y tenía unas ganas locas de hacerlo sin usar a SexyMouse como escudo!

Suspiro, esta discusión no está llevando a ningún lado. Me dejo caer derrotada en el sofá mientras él, dudoso, acaba escogiendo hacerlo en el de enfrente.

—Por favor Akane, tienes que escucharme. De verdad que mi intención nunca fue engañarte ni hacerte daño —implora.

—Pero lo hiciste. Y me duele incluso más que las mentiras de Shinnosuke.

—Eso no tiene sentido, ese te la estuvo pegando por meses, quien sabe si años, ¡y con tu mejor amiga!. Yo solo omití que era conmigo con quien chateabas y te encontrabas en el hotel.

—Pero yo confiaba en ti, en el fondo incluso más que en él. Te entregué mi corazón sin saberlo y lo pisoteaste al engañarme ¿acaso no lo ves? ¿Y qué hay de mi orgullo? Dudo que si fuese al contrario tú hubieses reaccionado de otro modo. Además… —No puedo continuar, empiezo a notar como se está formando un nudo en la garganta y necesito parar para organizar mis ideas y calmarme.

Después de unos minutos de silencio él me anima a seguir.

—¿Además…?

—Tu sabías que él me estaba engañando y no me dijiste nada. ¿Qué clase de amigo hace eso? ¡¿Dónde queda tu supuesto amor si consientes en que me traicionen así?! Eh ¿Dime?

—Yo… todavía me fustigo por eso —responde avergonzado—, mi primera reacción fue avisarte pero no quería que pareciese que lo hacía porque tenía intenciones ocultas detrás.

—¿Y pretendes que me crea eso? ¡Por dios pero si ni me había dado cuenta que te gustaba! Yo diría que más bien lo hiciste por algún código de colegueo masculino.

—¡No todos los tíos consideran que por engañar a la novia se es más macho!, a mi eso no me va, seas o no tú la implicada… Y puede que tú no te hubieses percatado de mis sentimientos pero yo sabía que él sí que lo intuía. Si hubiese corrido a decírtelo me habría hecho quedar de embustero agarrándose a eso y le habrías creído ¡cómo hacías con todo lo que salía de su puta boca!

Tengo ganas de protestar pero un gesto de su mano me silencia.

—No lo niegues porque es verdad. Además yo solo le di un plazo de tiempo para que fuese él quién te lo contara, si no pensaba hacerlo yo… como de hecho intenté aquella vez en tu oficina ¿recuerdas?

Ahora todo encaja, las peleas entre esos dos. Las frases a medias. La insistencia de Shinnosuke con que me alejara de él… ¡Me siento tan estúpida!

Dejo caer mi cabeza sobre el respaldo con pesar y me quedo un rato observando el techo. Su tono blanco es relajante y me permite centrarme en estructurar de nuevo mis pensamientos antes de incorporarme de nuevo y fijar mis ojos en los suyos.

—Está bien, te escucho ¿Qué eras lo que querías contarme?

—Antes necesito que me prometas que no me vas a interrumpir, por favor —suplica. Hago un asentimiento de cabeza y él continúa—. Te conozco casi desde que tengo memoria. Siempre fuiste muy importante para mi pero no fue hasta los once años que me percaté de que… no quiero entrar en detalles que seguramente te escandalizarían y acabarías rompiendo tu promesa de no interrumpirme, pero básicamente a esa edad fue cuando me di cuenta de que te veía como algo más que una hermana o amiga, fue en ese momento cuando entendí que estaba enamorado de ti.

Al principio me resistí pensando que estaba confundido, dándome excusas absurdas, pero mi corazón no mentía y cuando lo acepté me sentí mejor… Claro que en ese entonces era un chico muy tímido y tenía miedo de tu reacción por lo que decidí callarme y seguir como siempre. No quería fastidiar nuestra amistad y que te alejaras de mi… pero al entrar en la adolescencia el sentimiento se fue haciendo cada vez más fuerte e insoportable. Ardía de deseo cuando veía cómo tu cuerpo iba madurando y comían los celos cuando notaba que el resto se daba cuenta e intentaba acercarse a ti. No fue hasta ese baile del instituto que decidí ser valiente y declararme. Pero tu padre tenía otros planes y, lo que inicialmente iba a ser algo romántico, se convirtió en una despedida que me dejó el alma destrozada y me impidió abrirte finalmente mi corazón. Igual recuerdas que hice un vago intento que frustró tu hermana pero, pensándolo fríamente estoy seguro de que al final no habría sido capaz de terminar mi alegato igualmente.

Luego, cuando finalmente os fuisteis, no pude evitar sentirme molesto y acabar tomándolo como algo personal. Me dolía no tenerte cerca, me sentía estúpido por mi cobardía todos esos años, me deprimía pensar que pudieses conocer a alguien más que ocupase tu corazón y te hiciese olvidarme… por lo que decidí no escribirte demasiado y así dejar morir nuestra amistad. Después de lo que me contase, esa vez en la que pensabas que te sincerabas con un extraño, entendí cuán equivocado estaba. Tenía que haber seguido pendiente de ti, debí ofrecerte mi apoyo e igual así hubiese adivinado las intenciones de ese malnacido que tenías por cuñado y te habría protegido de él, como me correspondía… se que de haber sido así Shinnosuke no habría entrado jamás en tu vida y nuestra historia habría sido distinta… pero ya no tiene caso fustigarse con eso.

Años después, cuando mi madre y sus millones aparecieron en mi vida, todo cambió. Las mujeres me llovían por todas parte y la fama de Don Juan que me otorgó la prensa no ayudó a mitigarlo así que opté por aprovecharme de ello, ocultar la timidez que me caracterizaba y convertirme en un hombre seguro de mi mismo que hacía que todas las féminas se derritieran nada más verme —No pude evitar rodar mis ojos cuando llegó a ese punto de la historia, más si se dio cuenta no pareció afectarle ya que prosiguió con la misma— …pero eso solo fue de cara a la galería, aunque todas las semanas apareciese en las revistas con una chica diferente colgada del brazo, en realidad solo tuve un par de noviazgos cortos y algún que otro rollo. Por mucho que mi madre insistiera en la necesidad de casarme y engendrar un heredero, no me veía lo suficientemente enamorado de ellas como para llevar la relación más lejos.

Y, en cuanto volviste a aparecer en mi vida feliz al lado de Shinnosuke, todo volvió a cambiar. El sentimiento que creía muerto y enterrado resurgió con fuerza y empecé a sentirme incómodo ligando con chicas en un bar… por eso recurrí a la aplicación de sexo, era la única forma de desfogar mis instintos más básicos sin tener la sensación de estar engañándote…a pesar de no tener nada contigo. Además las chicas con las que chateaba enseguida me mandaban fotos y, en pocas sesiones, querían conocerme en persona y no todo dependía de mi mano —mi cara de asco en este punto le hizo soltar una carcajada—. Ahí fue cuando te encontré en la red. Desde un comienzo llamaste mi atención. Aunque tenía varios chats recurrentes con mujeres muy complacientes, al poco lograste que dejase mis demás contactos para centrarme solo en ti… hasta creí que por fin me estaba enamorando de alguien más y que te había conseguido sacar de mi sistema. Luego descubrí que no todo era perfecto en vuestra relación y que tu flamante prometido te estaba engañando. Eso me enfadó como no puedes hacerte idea. Una parte de mi estaba deseosa de decírtelo y jugar esa baza para conseguirte, pero otra quería ser un buen amigo y no romper tu burbuja de felicidad. Además teóricamente había encontrado a alguien en la red a quien amar. Y, si bien no te había podido borrar del todo de mi cabeza, sabía que con el tiempo lo conseguiría porque esa persona al otro lado de la línea era especial y solo necesitaba convencerla para vernos y poder empezar una relación normal… pero luego resultaste ser tú y todo se descontroló sin poder evitarlo. El resto ya lo sabes, solo me queda reiterar que lo siento en el alma. Sé que debí ser más valiente, no solo en el instituto si no también hace unos meses, y nunca, nunca, dejaré de recriminarme por ello… por no haber obrado de otro modo… por haber sido menos egoísta y volver a perderte en el proceso…

Pero esta vez no me voy a rendir, no pienso retroceder, no voy a esconderme. Se que estamos hechos el uno para el otro y que nuestro futuro es estar juntos. Por eso te pido, con toda la humildad de la que soy capaz, que por favor me perdones y reconsideres tu decisión de alejarme.

Sé que puedo hacerte feliz... que podemos ser felices, JUNTOS.

.

Aunque gran parte de lo que me ha contado ya lo sabía, no puedo evitar emocionarme. La última frase ha generado un agradable calorcito en mi corazón que solo confirma lo que hace tiempo sé pero no había querido admitir hasta esa fatídica noche: Quiero a este hombre con locura.

Ranma toma mi introspectivo silencio como un rechazo. Se levanta con la mirada gacha, dolida y confundida, de aquel que ha perdido un combate por primera vez en su vida. Y se encamina con pesar rumbo a la puerta.

Mi corazón se retuerce por verlo así, por mucho que me hiera al orgullo ya he tomado mi decisión… pero antes necesito ratificar algo.

—E-e-entonces ¿de verás sientes todo eso por mi?

Él se gira con un brillo de esperanza en los ojos.

—Si, siempre lo he sentido y siempre lo haré.

Doy un paso en su dirección.

—Y… ¿no vas a volver a ocultarme nada importante nunca más?

Ahora el que da un paso hacia mí es él

—Lo prometo —Su semblante refleja determinación.

Vuelvo a avanzar y desvío mi mirada al suelo.

—No sé, me has hecho mucho daño Ranma.

Otro paso.

—Y no dejo de fustigarme por ello… pero por favor, si sientes por mi una minúscula parte de lo que yo por ti, perdóname. Me conformo con eso.

Llamadme irracional pero sus últimas palabras me han conmovido de tal forma que no he podido evitar tirarme sobre él y apoderarme de sus labios. Al principio no reacciona por la sorpresa, pero rápidamente se sobrepone y empieza a corresponderme con igual pasión.

—E-es-to no significa que te haya perdonado del todo —recalco aprovechando el hiato para tomar aire.

—Tendré que hacer méritos entonces —asegura elevándome por las nalgas para volver a comer fieramente mi boca mientras me estrella sin mucha delicadeza contra la corredera de papel. Mis piernas automáticamente le envuelven, lo que Ranma aprovecha para restregarme, en un movimiento cadencioso, su ya despierta hombría.

Pero no iba a dejarle tomar el mando, no esta vez, por lo que cogiendo impulso nos roto quedando él atrapado contra la puerta que, debilitada, acaba cediendo terminando ambos enredados sobre el suelo de la terraza.

—¡Ja, ja, ja! —reímos al unísono—. Cuando se enteren en recepción nos van a matar…

—No lo harán, tranquila —asegura dedicándome una sonrisa pícara—. Creo que se me pasó decirte que también soy el dueño de este hotel.

Eso explica cómo consiguió que le dijesen el nombre de los huéspedes y averiguase el número de mi habitación. Debería ofenderme con ese descubrimiento, pero no puedo evitar seguir riendo divertida.

—¡Tramposo!

—Con tal de estar contigo, siempre —responde guiñándome un ojo coqueto.

Voy a morir de amor con este hombre, o de combustión espontánea ya que volvemos a fundirnos en el apasionado beso, retozando en el frío suelo cuál animales en celo.

Después de no se cuanto tiempo, Ranma decide recuperar el control y nos incorpora hasta acabar sentados, mientras saca mi vestido por la cabeza. Sus ojos brillan en una mezcla de deseo y amor al recorrer mi piel expuesta con la mirada. Tengo la cabeza algo embotada ya que toda mi concentración está centrada en esa dureza sobre la que palpita mi centro, pero tengo claro una cosa.

—Ahora mando yo —le ronroneo melosa deteniendo sus manos, que iban prestas a abrir el cierre de mi sujetador.

Con una lentitud parsimoniosa y sensual empiezo a desabotonar su camisa roja de corte chino aprovechando la lamer cada centímetro de piel desnuda que asoma en el proceso. Después de desabrochar el lazo que sujeta sus pantalones y tirar de ellos quitando ropa interior incluida, me separo ligeramente para admirarle. Puede que hayamos tenido varios encuentros sexuales pero, por culpa del dichoso pañuelo, esta es la primera vez que le veo sin ropa. La boca se me seca mientras recorro con hambre ese delicioso cuerpo esculpido a base de ejercicio y buena genética. ¡Kami es perfecto! Con esos abdominales que invitan a la locura y ese espectacular miembro erguido de proporciones perfectas que me ha llevado a la luna en más de una ocasión. Mi núcleo se aprieta solo de verlo.

Una gota rebelde de sudor empieza a bajar tentadoramente desde su garganta invitándome a realizar el mismo recorrido. Poco a poco mis labios se van acercando a su destino pero, antes de llegar, su protesta me detiene.

—Te recuerdo que me prometiste que podría chupártela cuando pudiese mirarte a la cara mientras lo hacía —aseguro a la vez que, de un rápido movimiento, engullo su masculinidad sin romper el contacto visual.

Los ojos de Ranma centellean y se cierran un instante para volver a abrirlos en una mirada profunda y lujuriosa. Un sonido gutural sale de su boca antes de que, sin poder evitarlo, eche la espalda para atrás alzando sus caderas hacia mi.

—Joder Akane —exclama con voz ronca.

Su reacción me enciende sobremanera. Nunca me ha entusiasmado realizar sexo oral, lo consideraba mas un deber que otra cosa, pero una vez que la Akane tonta y complaciente desapareció, esta mujer que estoy aprendiendo a ser ahora, sin ataduras autoimpuestas, ni deudas, me está permitiendo disfrutar de cosas que jamas imaginé. Pudiendo descubrir quién soy realmente… consiguiendo volver a ser la Akane fuerte y autosuficiente que dejé por el camino .

Sonrió satisfecha con su miembro todavía entre mis labios, luego lo sacó despacio sin perder la conexión con sus ennegrecidos ojos. Enrosco mi lengua alrededor, empujo de nuevo para correr mi lengua desde su base hasta su punta mientras envuelvo mis dedos alrededor de su longitud y los muevo de ida y vuelta lentamente.

Nunca rompo la conexión visual. Los ojos de Ranma arden en los míos, mientras su expresión se retuerce de placer y sus músculos se flexionan con cada lamida.

Su respiración se acelera mientras sigo mi trabajo marcando un ritmo creciente de succiones largas intercaladas con otras centradas en su punta. De tanto en tanto, decido mimarle usando mi lengua para recorrer su longitud, mientras mis manos nunca dejan de masajear sus bolas.

—A-a-ka-ne… si sigues a-a-si no voy a aguantaaar.

Le doy un último chupetón antes de incorporarme y tirar de su brazo para que haga lo mismo. Nos dirijo hacia la poza y, con un movimiento de cabeza, le indico que se meta dentro mientras yo termino de deshacerme de la ropa que me faltaba por quitar, de la manera más sensual posible. Su ardiente mirada sigue mis movimientos quemándome sin siquiera tocarme. Su mano acaricia cadenciosamente su hombría que reluce tras mi asalto.

Una vez desnuda me sumerjo en el agua. Él se ha sentado en la parte menos profunda de manera que, cuando me coloco de pie en frente, el agua apenas tapa la mitad de mis muslos dejando mi sexo al descubierto.

No necesito decirle nada, rápidamente sus manos empujan mis nalgas para acercarme lo más posible mientras su lengua se enreda en mi centro. Ronroneo de placer con sus diestras atenciones que hacen que mi placer escale y mi interior palpite descontrolado.

—¿Te gusta? —cuestiona arrastrando su lengua desde mi abertura hasta el clítoris. Mis caderas se sacuden en respuesta.

Su mano derecha resbala por mi glúteo hasta conseguir introducirme el pulgar, reservando los otros para mantener el empuje de mi cuerpo contra su boca. La otra mano prefiere ir más al norte hasta dar con mis pechos que amasa con presteza. Un fuerte pellizco a mi pezón a la vez que me embiste con el dedo y succiona enérgicamente mi núcleo, me lleva al borde de la locura.

—¡Di mi nombre Akane!… que… quede… claro… que… sabes… que… soy… yo…

Mis piernas empiezan a temblar cuando la presión aumenta, y exploto en un delicioso y potente orgasmo gritando su nombre. Necesito agárrame a sus hombros para no caer desplomada. Sus ojos brillan con satisfacción y lujuria.

Sin detenerme a recuperar el aliento, desciendo mi cuerpo para sentarme a horcajadas sobre él y comienzo a besarle. A tientas, agarro su hinchado miembro, lo alineó con mi entrada y lo introduzco con estudiada lentitud.

Un profundo suspiro escapa de nuestras bocas cuando nos acoplamos del todo. Me separo ligeramente para poder mirarlo a los ojos mientras comienzo un movimiento envolvente con mis caderas levantándome ligeramente para volver a introducirle hasta el fondo.

—Por Kami, no se que es mejor si follarte pudiendo ver tus preciosos ojos o que tengas el control —murmura extasiado.

—Ji, ji pensaba que por una vez haríamos el amor.

—Yo siempre te he hecho el amor princesa —su voz cargada de amor dispara mi ya acelerado pulso.

Aferra mi pezón chupando y mordisqueando mientras se presiona contra mi en estocadas largas y duras.

Mantenemos ese ritmo lento y sensual durante bastante tiempo hasta que la necesidad obliga a Ranma a tomarme por las caderas y girarme para colocarme al borde de la poza y embestirme con fuerza. Sabía que su carácter dominante le iba a hacer difícil resistirse a mandar, por muy sensual que en un principio le pareciese. Antes de recriminarselo, sus dedos mágicos se encargan de distraer mis posibles protestas jugando con mi desprotegido centro y arrancando febriles exclamaciones de placer.

—He pensado que podríamos llamar a la poza la de Akane excitada, ¿te parece? —responde picarón a mis delirantes gemidos.

—Cállate idiota —exclamo en respuesta fingiéndome ofendida, aunque el rubor de mis mejillas y la compulsiva fricción de mis caderas contra su mano, me restan veracidad.

—Pero soy tu idiota —ronronea mordisqueando mi cuello.

—Siempre.

Sus labios encuentran los míos de nuevo mientras me sigue embistiendo con ardiente necesidad hasta llegar al punto sin retorno. Mi vientre comienza a tensarse para estallar mientras que él se corre a su vez con una violenta sacudida.

Me derrumbo en el suelo sin fuerzas para soportarme. Ranma, con medio cuerpo todavía dentro de la poza, apoya su cabeza en mi estómago mientras recupera el aliento. Su cálida respiración contra mi ombligo manda pequeñas descargas a mi centro que reactivarían mis ganas si no estuviera tan cansada.

Después de un rato él se incorpora, sale de la poza para ponerse el pantalón y taparme con su camisa antes de sentarse en el suelo, acomodándome en su regazo y abrazarme con fuerza. Un cómodo silencio cargado de sentimiento nos envuelve. Por primera vez en mucho tiempo me siento completa.

Algo húmedo rozando mi hombro llama mi atención.

—¿Estás llorando?

—Un hombre nunca llora —replica con la típica cantinela que le decía su padre de pequeño.

—Eso es una estupidez —Trato de separarme para verlo, él se resiste un poco pero finalmente afloja el agarre.

Tiene los ojos llenos de emoción que ha desbordado en un par de traviesas lágrimas que ruedan por sus pómulos. Se que se avergüenza de ello, por ser poco varonil, pero no puedo evitar que me produzca mucha ternura. Le acerco la mano a la mejilla y la acarició suavemente. Él me sonríe de vuelta.

—No puedo creer que el gran Ranma Saotome esté llorando por echar un polvo —le pincho para aliviar su bochorno.

—¡Eh! ¿No se supone que habíamos hecho el amor? —contesta alzando ligeramente el mentón, fingiendo estar ofendido.

No puedo evitar soltar una carcajada.

—Perdóneme usted, parece que el pervertido que me obligó a usar la palabra polla en las sensibles de sexting, se ha puesto sentimental.

Ahora el que pasa a desternillarse es él. Luego respira hondo y se pone serio. Eso me hace sentir nerviosa, recordando la declaración de amor que me hizo hace rato en la sala.

—Durante un angustioso día he creído que te había perdido… y llevo tanto tiempo soñando con esto que no he podido evitar emocionarme… o eso o me he vuelto una nenaza y estoy ovulando…¡Auch!

Le doy un golpe en el hombro por idiota ¿como puede soltar algo tan bonito y al segundo siguiente fastidiarlo con semejante tontería?

Se frota la zona afectada como si le doliera. Su mirada se vuelve más intensa como si intentase mirar a través de mis ojos y encontrar mi alma. Puedo sentir cómo su corazón se acelera en el pecho y el mío responde conforme.

—A partir de ahora voy a esforzarme por hacerte feliz, porque merezca la pena esta oportunidad que me ha dado la vida…no, que me has dado tú y que no te arrepientas —Sus ojos vuelven a brillar con emoción contenida— Déjame repetirte que te quiero, Akane (1).

—Yo también te quiero Ranma —le digo al fin.

Ranma no puede verse más dichoso y eso me hace feliz también.

Una fina lluvia comienza a caer sobre nosotros mientras nos fundimos en un profundo beso.

No sé lo que nos deparará el futuro, pero estoy segura de que sea lo que sea seremos capaces de afrontarlo juntos, como debe ser, como siempre debió haber sido.

FIN

.

..


(1) Salvo la palabra "repetirte", frase de unas de las escenas finales del último tomo del manga en su traducción al castellano (no se si las imágenes que he visto en internet con el "te amo" en vez del "te quiero"son de ediciones latinoamericanas o traducciones hechas por los fans) Yo soy de las personas que piensan que él solo lo pensó pero que de alguna forma Akane le oyó sin pronunciar palabra. Tanto por la forma del "bocadillo" en el que está escrita la frase como por lo que ella dice varias páginas después de "es como si lo hubieras dicho". Pero cada uno es libre de interpretar ese momento como quiera, lo importante es que es uno de los más esperados del manga y el que más disfruté dado que al final la Sensei Rumiko nos dejó sin el ansiado beso.

.

..

¡Feliz domingo!

¿Qué tal os está tratando el verano? En mi país ahora mismo estamos en plena ola de calor y es horrible. Menos mal que llevo una semana de vacaciones sin apenas salir de la piscina. La dos últimas semanas de trabajo fueron muy duras, sin tiempo para respirar, por lo que en cuanto pillé las vacas me tiré un par de días durmiendo y sin tocar el ordenador. Luego ya decidí ponerme sería y escribir este capítulo.

Sé que podía haberle dado mas vueltas y alargar mas la historia haciendo que no le perdonara y que pasasen mas cosas antes de que llegase el momento pero, sinceramente, prefiero los fics cortitos a aquellos que se pasan en un "si pero no pero si" eterno que acaba cansando, o los que, por alargarlo, meten tanta paja que acaba fastidiando la historia. Además es mi primer fic y, como os comenté cuando lo empecé, quería hacer algo sencillo de capítulos cortos, para no agobiarme y llegar la meta... el fabuloso "complete".

Por otro lado, desde el principio supe que quería darles un final feliz en Jusenkyo, como el que me habría gustado leer en el manga. Por eso me basé en éste para recrear la última escena del capítulo (la ropa que llevan, la postura, la frase...) Inicialmente lo había hecho más dramático, con lagrimones como en el original, pero mis betas me hicieron ver que eso no tenía sentido si Ranma no pensase que Akane había muerto por lo que decidí transformar la escena en una mas divertida y socarrona, acorde con el resto del fic.

Ahora solo falta el epilogo, que tengo medio escrito desde hace tiempo. Como quiero disfrutar de lo que me queda de vacaciones no os voy asegurar publicarlo rápido así, si me animo a hacerlo, os doy una alegría, y si no no os decepcionáis.

Por último, muchiiiiiisimas gracias por vuestros cariñosos y divertidos reviews y por el apoyo recibido contra los haters. También por todos los follows y las recomendaciones que hacen de esta historias en algunas páginas de facebook. Me animan mucho a seguir escribiendo y a replantearme la idea de que este sea mi único fic.

Y a SakuraSaotome y LumLumLove por su inestimable ayuda y por dedicar el poco tiempo que tienen a leer mis chorradas y corregir mi falta de tildes. Al final no hemos podido quedar este mes pero espero que pronto podamos hacerlo.

Sin mas, un abrazo cariñoso a todos desde la tórrida España.

Luz