Disclaimer: la mayoría de los personajes mencionados son propiedad de Stephenie Meyer.

Capítulo beteado por Flor y Yani. Infinitas gracias por toda su ayuda, chicas.

Capítulo 3

Me removí sobre el colchón y las sábanas, retorciéndome.

—Anoche estaba perfecto —dijo Tan—, demasiada casualidad que justo hoy se sienta mal.

—Tu hermano no tiene por qué mentir —aclaró mamá pasando una mano por mi frente. Pensé que si no fuera porque estaba fingiendo hubiera levantado mi pulgar hacia ella por ser tan comprensiva conmigo—. Pueden posponer el viaje para el próximo fin de semana y no pasa nada. Ahora será mejor que lo dejemos descansar.

Escuché la puerta cerrarse para segundos después sentir una fuerte patada en mi trasero, me quejé.

—¡Te odio, te odio! —exclamó Tanya mientras me golpeaba con sus palmas, yo empecé a toser para no reír—. Lo estás haciendo a propósito, Edward.

—¡Detente, Tanya! —Ahí estaba mi defensora con esa melodiosa voz que ya empezaba a adorar—. Edward de verdad está enfermo, tan solo míralo, se ve fatal.

Me volteé y abrí los ojos de inmediato. ¿Qué estaba tratando de decir?

La recorrí con la mirada: Bella mantenía sus gafas de sol sobre su cabeza mientras vestía un sencillo vestido color verde, se veía muy bien y mis ojos la recorrieron una vez más tan solo para estar seguro.

—Lo conozco, Bella, y sé perfectamente que está mintiendo. —Tanya me dio un rodillazo y fue tan fuerte que me retorcí de verdad—. Hablaré con Jared, le explicaré que el viaje se cancela.

Hice una mueca. No estaba fingiendo que había dolido el golpe en mi costado, aún así mantuve mis ojos cerrados. Me quedé quieto cuando un ligero peso se posó a mi lado.

Abrí los ojos y me percaté del rostro pensativo de Bella.

—¿Estás enojada? —No pude evitar preguntar.

Ella sonrió débilmente.

—¿No estás muy enfermo? —contraatacó.

—Yo pregunté primero. —Necesitaba saber, porque si ella decía que quería ir a ese estúpido viaje era capaz de llevarla tan solo para verla feliz. Bueno, eso no tanto, pero me convertiría en su payaso oficial con tal de hacerla reír siempre.

Ella soltó un suspiro entrecortado mientras jugaba con sus uñas.

—Tal vez lo mejor fue no ir —susurró—, no me siento lista aún.

Fruncí el entrecejo. Era curioso y necesitaba saber de qué hablaba, con más ánimo me acomodé en la cama, sentándome junto a ella.

—¿Lista para qué?

—Bueno, ya sabes… —dudó—, Jake y yo tendríamos tiempo para poder dar ese paso.

—Ah —murmuré aún más interesado—. ¿Quieres decir qué tú y él…?

—Por supuesto que no. Jake ha sido muy paciente conmigo, él tampoco ha estado con nadie más y ambos estamos buscando el momento ideal.

Puse brevemente los ojos en blanco.

Aunque algo en mi interior me hacía ponerme feliz por conocer un hecho que no era de mi incumbencia.

—Pero se supone que ustedes tienen una relación estable, ¿no? —seguí indagando—. Pensé que tener sexo era normal para estar de novios por tantos años.

—Para nada, cuando Jake y yo empezamos a ser novios teníamos trece años. No teníamos experiencia en nada. Hemos aprendido muchas cosas juntos, hasta dar un buen beso nos costó tiempo…

Enarqué las cejas intentando no imaginar nada. Ya mi cerebro empezaba a reproducir November Rain de Guns N'Roses.

—Hasta poder darnos un faje fue difícil.

—Comprendo lo que me dices —respondí sin humor—, solo que me cuesta creer que el tipo sea un aburrido de mierda.

Dejó un manotazo en mi brazo.

—Jake es un caballero —lo defendió.

Acerqué mi rostro al de ella, mezclando nuestras respiraciones, y la miré enfadado.

—Por muy caballero que sea, no deja de ser hombre. Bueno, si es que de verdad lo es.

Ella abrió la boca dispuesta a defenderlo de nuevo, arrugó su nariz y estrechó sus ojos sin quitarme la mirada.

—No todos son como tú —espetó, saliendo de la cama.

—Realmente todos quisieran ser como yo, incluso él.

Bella sonrió llevándose las manos a las caderas.

—No seas tonto, Eddie, nadie quiere ser como tú, créeme.

—Entonces, supongamos que nadie quiere ser como yo, pero te aseguro que muchas sí quieren estar conmigo.

Bella rodó los ojos teatralmente y eso me molestó.

—Incluso tú. —No sabía de dónde había salido eso pero ya lo había soltado, jamás dejaría caer mi ego herido.

—¿Yo? —Se llevó una mano al pecho y se echó a reír con fuerza—. Eso nunca pasará.

Quería decirle que apostemos, en cambio jamás la haría sentir así. Era demasiado valiosa para una simple apuesta.

—¿Ya estarás contento? —cuestionó mi hermana al volver, enojada como estaba tiró de la mano de Bella y la acercó a ella—. No pueden cambiar sus planes —le explicó—, ellos tienen sus vacaciones familiares la siguiente semana y no pueden cancelar, lo siento, nena. Tu gran noche tendrá que esperar.

Tanya volvió a verme y fue momento de cubrir mi rostro con la sábana. A los segundos recibí otro rodillazo que me hizo quedar como perro herido.

.

En la última calada del cigarro solté el humo por la boca y dio directo en la ventana que rápidamente se llenó de vapor. Emmett y Jasper llevaban una hora narrando sus aventuras en Las Vegas mientras yo no podía dejar de ver que Bella y el idiota de su novio estaban tumbados sobre el césped.

Tenía un jodido humor de mierda para importarme las vivencias que mis dos amigos contaban.

—¿Por qué no salimos? —murmuré—. El otro día leí que nuestra piel necesita respirar aire puro para relajar nuestro sistema nervioso.

Volteé cuando no escuché sonido alguno. Emmett y Jasper compartieron miradas y luego se echaron a reír a carcajadas.

Mis labios formaron una línea recta.

—¿De qué mierda se ríen? —me quejé—. Estoy tratando de mantener mi vida más saludable y se me antoja pasar tiempo al aire libre.

—Edward, nadie cree esa idiotez que te estás inventando —argumentó Jasper—, sobre todo cuando estás fumando en una habitación cerrada. Mejor vamos por una cervezas, anda —se incorporó de la cama—, disfrutemos el verano.

—Vamos a la piscina —sugirió Emmett ignorándome por completo y caminando con Jasper más allá de la puerta.

Caminé como idiota tras de ellos. Al bajar las escaleras escuché que los Swan discutían, lo hacían casi siempre y no había novedad en los gritos chillones que Renée daba.

Igual seguí a Emmett y Jasper que se encaminaron al patio trasero de la casa logrando que con cada paso una punzada en el estómago se arremolinara con fuerza en mis entrañas. Era una sensación rara de no querer ver lo que mi cabeza se empezaba a imaginar. Y es que no comprendía por qué los padres de Bella veían normal que su hija estuviera en el patio trasero de su casa con el novio, tumbados sobre el pasto y compartiendo arrumacos como dos enamorados.

Lo peor fue cuando los vi besándose, mi estómago se revolvió. Era un acto lascivamente asqueroso porque el tipo ni sabía besar.

Sin pensar pateé una pelota y justo fue a golpear la pierna del idiota. Lo miré a la espera de que dijera algo, sin embargo, él solo sonrió como imbécil y pateó de forma débil la pelota hacia mí.

—Hola, Eddie —saludó Bella sacudiendo su mano.

—Ah, hola.

La vi incorporarse y tirar de la mano del novio. No. Que no me lo vaya a presentar.

—Te presento a Jake, mi novio —dijo Bella de lo más feliz—. Jacob, él es Edward, mi mejor amigo.

El tipo era alto, casi de mi tamaño. Pero en lugar de portarse todo un alfa y gruñón, él extendió su mano hacia mí, saludándome como si fuéramos grandes amigos.

¿Por qué maldita sea no dejaba de sonreír? Lo miré fijamente y supuse que era por el gran tamaño de sus dientes, parecía que estaba forzado a mostrarlos todo el tiempo.

—Hola, Edward —dijo él—. Bella me ha hablado mucho de ti.

Apreté más fuerte su mano mientras la sacudía con todo mi coraje.

—Ah… —murmuré—, ¿así que hablas de mí? —Eso fue dirigido a Bella, ella sonrió y me sentí sonriendo de inmediato.

—Eres mi persona favorita —confesó.

¿Escuchaste eso imbécil? Soy su favorito.

—¡Cullen, vámonos! —gritó Emmett—. Iremos a tu casa, la piscina nos espera.

En ese momento odié que fuéramos los únicos en tener piscina, mi padre nunca debió mandar a construir semejante distracción para el vecindario.

—Yo también tengo que irme —pronunció el entrometido—. Te voy a extrañar, Bells —se dirigió a Bella sosteniendo las manos de ella—. Me harás mucha falta estas semanas.

Los miré con aburrimiento y en espera de lo que fuera a decir Bella, no obstante ella solo asintió y no supe cómo interpretar esa sonrisa desganada, tal vez ella también estaba aburrida de él ¿y cómo no? Si el imbécil nunca la llevaba a ningún lado. Era demasiado correcto y estaba bien, Bella merecía todo el respeto del mundo.

Un fuerte y pesado brazo rodeó mis hombros. Era Emmett que tiraba de mí hacia la piscina de casa.

—¿Qué pasa contigo, Eddie? —indagó—. Últimamente estás muy distraído, luces como un tipo raro y pensativo.

—Quizás está enamorado —bromeó Jasper.

Lo miré y, al ver su rostro sereno y sin ninguna sonrisa, supe que no bromeaba. Eso me asustó como el infierno, ¿cómo iba a enamorarme? ¿Por qué? No tenía sentido.

Al llegar a la piscina ellos de inmediato se sumergieron en el agua mientras yo me senté en una tumbona tratando de reflexionar lo que había dicho Jasper.

Es que yo no podía estar enamorado, no era posible. Podía comprender y ligeramente entender que Bella me gustaba, pero no podía ser más que una simple atracción, algo pasajero que quizá en unos días quedaría olvidado. Sí, eso debía ser así, así que me sentaría a esperar a que ese jodido día llegara.

Tomé una cerveza y decidí dejarlo correr. No me preocuparía más por nada ni por nadie.

Suspiré ruidosamente.

La vida era genial.

Apenas di el primer trago y me empecé a ahogar cuando la vi. Bella llevaba un bikini azul y corría muy feliz por la orilla de la piscina mientras mi hermana la correteaba.

Dulce Jesús. ¿Qué es lo que quieres de mí?

Apreté los párpados para no mirar porque mis ojos estaban fijos en ese par de hermosos pechos.

Sacudí la cabeza.

Haría lo posible por no pensar en ella.

.

—¿No saldrás a ningún lado? —preguntó Jasper haciéndose el interesante.

Llevaba media hora haciéndole preguntas de todo tipo a Bella y ya me estaba exasperado su interés.

—El viaje que teníamos se canceló, así que es muy probable que me quede en casa todo el verano —respondió ella de forma educada.

—Deberíamos hacer un viaje juntos —sugirió Jasper dejando su cerveza en la orilla de la piscina.

Más interesado por saber de qué hablaban, nadé hasta donde estaban y me metí en medio de ellos, reí al ver sus rostros. El agua escurría por mi cara pero eso era lo menos importante, yo quería saber qué respondería Bella.

—Sería genial —dijo—, ¿por qué no vamos todos juntos? Un viaje entre amigos, puedo invitar a Alice. —Bella batió las pestañas a Jasper y este solo frunció los labios.

Quise preguntar por qué tenía que mirarlo de esa forma. No era necesario que pestañeara en exageración. Ella era hermosa y ese pestañeo solo lograba que se viera más tentadora.

—Es que yo no puedo ir —se lamentó Emmett nadando hasta nosotros—, debo tomar algunas clases extras y lo haré estos días.

—Oh —murmuró Bella muy desilusionada—, entonces pasaremos el verano en casa, no hay problema.

—Pueden organizar el viaje sin mí —opinó Emmett más animado. Él era capaz de todo con tal de ver feliz a su hermana menor.

De pronto me miró y puso su mano en mi hombro:

—Sé que puedo confiar en ti, Cullen. La cuidarás, ¿verdad?

Asentí sonriendo.

Claro que me encargaría de cuidarla y sin pensar lo haría con mi vida.

Hola, esperando que este capítulo sea de su agrado.

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