Disclaimer: la mayoría de los personajes mencionados son propiedad de Stephenie Meyer.


Capítulo beteado por Flor y Yani. Infinitas gracias por toda su ayuda, chicas.


Capítulo 4

Mantuve la boca abierta al bajar del auto.

—¿Una cabaña con un lago hediondo? —inquirí.

Todos voltearon a verme y no entendí el porqué.

Era una cabaña horrible rodeada por las montañas de Tennessee en pleno verano, con los intensos rayos del sol sobre nuestras cabezas, temperaturas tan altas que casi desintegraban nuestros jodidos cuerpos y, para rematar, mosquitos picandonos al por mayor por culpa de un lago putrefacto.

—¡Genial! Lo que siempre quise —murmuré sarcástico.

Jasper encogió sus hombros. Su rostro estaba enrojecido y estaba transpirando por el infernal calor que hacía.

—Pensé que sería buena idea —dijo—, el senderismo es beneficioso. Tú mismo dijiste que te urgía más tiempo al aire libre y que necesitabas respirar aire puro y no sé qué más.

Había imaginado una playa, a Bella en bikini y yo corriendo detrás de ella, pero no, Jasper tenía que arruinarlo.

Bufé.

—Yo puedo decir muchas estupideces al mismo tiempo, Jazz, y no me debes creer una sola palabra —admití.

—Sí, jamás le creas —se entrometió mi hermana, pero la ignoré.

—A mí me gusta —opinó Alice con un gesto de asco que no pudo disimular, caminó unos pasos hacia nosotros colgándose del brazo de Jasper. Este solo suspiró desanimado—, estamos lejos del molesto ruido de la ciudad.

Tanya puso los ojos en blanco y, con los labios fruncidos, empezó a recorrer la amplia cabaña de dos pisos. Admitía que por dentro era menos fúnebre y no tenía mal olor. No obstante, lo que menos importaba era la estúpida cabaña sino Bella, ella veía fascinada cada mueble del interior, como si eso la hiciera dichosa.

Quise ponerme igual de feliz que ella así que cambié mi humor y estuve detrás de ella por si necesitaba algo . Con Bella todo era sencillo, a ella le causaba felicidad hasta el graznar de un pájaro o el aleteo de una mosca y con horror descubrí que mis emociones estaban dependiendo de ella.

Es decir, ella reía y automáticamente yo parecía imbécil sonriendo, ella fruncía su entrecejo y ahí estaba yo encabronado por saber la razón y queriendo compensar su molestia.

Esto no podía estar pasando, me alejé de ella por escasos minutos, sí, tampoco la dejaría sola por demasiado tiempo. Le di su espacio y acomodé mis pertenencias en la habitación que compartiría con Jasper y, después de que nadie quisiese salir, terminamos en la sala de estar viendo películas.

Tanya terminó dormida en el sofá con las piernas extendidas sobre el regazo de Jasper. Quien, por cierto, fingió la mayor parte de la tarde que estaba dormido, tan solo para no entablar conversación con Alice que no paraba de parlotear.

Y luego estaba ella.

Bella fue la única que realmente se emocionó con Titanic. Después de que la vi limpiar sus lágrimas,se incorporó, estiró sus piernas mostrando más piel con esos diminutos pantaloncillos cortos que usaba y se encaminó hacia fuera.

Ya había caído la noche y de ninguna manera la dejaría sola. Fui tras ella.

Bella caminó hacia donde estaba el auto estacionado y se sentó sobre el capó mirando hacia el cielo estrellado. Se veía pensativa, alcanzaba a distinguir una sonrisa en sus labios. De pronto se fue recostando y se mantuvo ahí, solo tendida sobre el capó.

La poca iluminación del estacionamiento me permitía seguir apreciando su silueta, así que con más entusiasmo me acerqué.

—¿Por qué estás tan pensativa?

El cuerpo de Bella se estremeció, la había asustado. Ella se sentó y, manteniendo su sonrisa, dio un par de palmadas sobre la lámina, sin pensar me senté a su lado.

—Estaba pensando en mí —explicó—. Antes de salir de casa tuve una discusión con mamá, ella no quiere que estudie nada relacionado a la moda. —Sus hombros cayeron, estaba desilusionada pero mantenía su sonrisa—. Jake me dice que debo acatar los consejos que mis padres me den. Estoy confundida porque no quiero hacer algo que no me agrade, se trata de mi futuro y no me quiero equivocar.

Resoplé.

Resultaba cansino escuchar ese jodido nombre en cada conversación.

—Nuestros padres ya tomaron sus propias decisiones, acertadas o no. Ahora nos toca a nosotros hacer lo propio y si tú quieres estudiar moda, hazlo. Los consejos que nuestros padres nos den no deben ser tomados al pie de la letra, uno también puede cometer errores, estamos en esta vida para aprender, ¿no? Imagina si yo hubiera tomado en cuenta los consejos de mi padre de que estudiara medicina al igual que mi mejor amigo, ahora mismo estaría llorando por todos los rincones del jodido estrés que eso provoca, lo he visto en tu hermano. —Sonreí al recordar a Emmett—. Ni Renée ni nadie puede intervenir en tus decisiones, así como tampoco podemos acatar sus consejos tal y como ellos lo dicen.

Bella volteó hacia mí y pasó una mano por mi pelo, con sus dedos jugando entre mis hebras. Sonrió.

—Me gusta hablar contigo porque siempre tienes una respuesta para todo.

Le di un guiño.

—Soy un tipo de mundo, nena. —De un salto bajé del auto—. Vamos, sube en mi espalda, debo llevarte adentro.

Bella no protestó. Ella se aferró a mi cuello y envolvió mis caderas con sus piernas.

—No me la quiero pasar encerrada —dijo mientras la llevaba en mi espalda y afianzaba sus muslos desnudos entre mis manos, podría salirme una jodida hernia discal y yo sería el hombre más feliz con tal de cargar con su peso y que sus tetas se aplastaran contra mi espalda—. Mañana deberíamos salir a explorar, debe haber algo divertido en este lúgubre paisaje.

De inmediato imaginé mi cuerpo zambullirse en aguas pantanosas con tal de darle un poco de diversión.

.

A la mañana siguiente, Bella y yo fuimos los primeros en despertar, después de comer un simple cereal y cepillar nuestros dientes salimos sin avisar a nadie. Nos adentramos entre la seca vegetación con nuestras mochilas a los hombros.

No me gustaba usar reloj, pero supuse que caminamos dos horas cuesta arriba.

—Deberíamos regresar. —La voz de Bella era temerosa—. Estoy cansada.

—¿Quieres que te cargue?

—No, tú debes estar igual de cansado que yo, mejor volvamos.

Sí estaba cansado, mas nunca me mostraría débil y menos con Bella. Sujeté su mano y la animé a caminar conmigo más allá del espeso matorral donde la hierba se enredada entre nuestro calzado, sin embargo, después de otro recorrido, ella seguía reacia a seguir avanzando. Nos detuvimos y observé su rostro acalorado, sus ojitos mostraban preocupación, así que supe que no debía forzarla.

—Volvamos.

Se asomó una sonrisa de entre sus labios. Siendo ella quien tirara de mí con suficiente fuerza. Sin embargo, fui yo quien no me moví, necesitaba tiempo con ella a solas y sabía que al volver a la cabaña mi hermana se encargaría de robarla de mí.

—Solo déjame descansar un rato —pedí sentándome bajo la sombra de un árbol.

Estaba meditando el pretexto perfecto, bien podía decir que me dolía un pie cuando un piquete se sintió en mi espalda, seguido de otro y otro. Empecé a pasar mis manos con desesperación porque la sensación empezaba a ser dolorosa y peor fue cuando se extendió por mi cuerpo.

—¡Edward! —exclamó—. ¡Estás lleno de hormigas!

Bajé mi vista y miré mis zapatos y pantalón siendo atacado por esos insectos rojos.

Mierda.

Bella se acercó e intentó ayudarme a quitar esas infernales hormigas sin que sus manos dieran abasto, y menos lo hacían las mías. De inmediato dejé caer mi mochila al mismo tiempo que empecé a recibir golpes.

No me podía concentrar.

Bella azotaba una camisa sobre mi rostro con tal fuerza que parecía querer matarme.

—Espera… —logré decirle pero ella no me escuchó y siguió golpeándome como si fuese un condenado mientras las hormigas seguían picándome.

No había opción: Bella terminaba conmigo o lo harían las hormigas.

Me saqué la camiseta por la cabeza y Bella cedió. No tuve tiempo para ver su reacción porque desabroché el cinturón y bajé mis pantalones despojándome de mi calzado y calcetines. Aún había hormigas caminando por mi pálida piel.

De hecho había más hormigas de las que creí por mis pies y sentía que estaban picando mi espalda.

—¡Ayúdame! —demandé al ver que no se movió de su lugar.

Bajó su vista y algo cohibida se acercó. Sus manos empezaron a pasar por mi espalda mientras recorría de arriba abajo.

Dios, esas manos eran suaves, muy suaves en mi piel.

—Tu… —se aclaró la garganta— espalda es ancha.

Esas simples palabras me hicieron volver hacia ella. Bella me recorrió con la mirada, sí, ella lo hizo antes de relamer sus labios y mirar fijamente mi parte delantera.

Debí sentirme algo presumido porque sus ojos seguían sobre mi enorme paquete, pero las picaduras de las hormigas no me dejaban pensar en ello, empecé a rascarme.

—No sabía —dudó— que tenías el cuerpo tonificado.

Sonreí. ¿Así que no me habías puesto atención? No sabía si enojarme o no.

¡Al diablo las hormigas! Ignoré los piquetes, ya me había humillado suficiente por hoy.

—Sí, tengo una rutina y soy muy fiel a seguirla. —Sostuve su mano e hice que tocara mis abdominales. Ella se maravilló mordiendo su labio.

—Son duros.

Reí cuando ella misma recorrió mi pecho y bíceps con la punta de sus dedos.

Mi sonrisa se borró en el momento que sus ojos hicieron contacto con los míos, fue raro lo que se sintió a nuestro alrededor, sobre todo en mi cuerpo que ya había reaccionado.

Agradecí que de pronto quitara sus ojos de mí y empezara a levantar mi ropa. La lanzó sobre mi pecho.

—Vístete, debemos irnos —ordenó de mala gana.

Ella no me vio poniendo los ojos en blanco.

.

Al llegar a la cabaña todos nos miraron de forma extraña, no hicieron preguntas de nada solo se quedaron pensativos cuando Bella se escabulló en su habitación y no salió el resto del día.

Los siguientes tres días ella y yo empezamos a quedarnos hasta largas horas de la noche, después de que todos se fueran a dormir Bella y yo salíamos a caminar y terminábamos recostados sobre el capó del auto de Jasper solo conversando de cosas triviales.

Sin embargo, la noche era extraña, el bochorno del día seguía atrapado en el ambiente y nos mantenía transpirando como caballos.

Bella suspiró.

Ese gesto me hizo verla, ella miraba hacia el lago y su sonrisa fue enorme cuando me volteó a ver.

—¿A que no eres capaz de meterte a ese lago? —me retó.

Enarqué las cejas, mirándola.

—Sabes que lo haré.

—Quiero verlo.

Me bajé del capó y caminé decidido hasta quedar frente al lago. Empecé a desvestirme y, en el proceso, comprendí que muy posiblemente ella quería verme sin ropa, me volví hacia atrás y Bella estaba frente a mí dejándome con mi respiración atascada al verla desvestirse.

No quería bajar mi vista, era un caballero, sin embargo, mi lado patán ganó y me hizo mirar que estaba solo en ropa interior; su sostén tenía estampado de pequeños corazones de colores. Era tierno.

Sin quitar mis ojos de los suyos me desvestí quedándome en bóxer.

Reímos al tiempo que entrelazamos nuestros dedos dispuestos a saltar.

—¡A la cuenta de tres, dos… uno! —gritó.

Y nuestros cuerpos se sumergieron en el agua rancia, era lo más asqueroso que había hecho pero tenía cierta diversión estar llenos de algas, barro y soportando el olor pútrido del agua.

Bella se abrazó a mi cuello sin estar dispuesta a hundirse. Por supuesto que nunca iba a permitir que le pasara nada. Afiancé su redondo y firme trasero con mis palmas en un acercamiento demasiado íntimo cuando envolvió mis caderas con sus hermosas piernas.

Me quedé sin aliento, sin poderme mover y deseé que otra parte de mi cuerpo también permaneciera inmóvil.

—Necesitaremos una buena ducha para quitarnos este olor —mencionó con una sonrisa.

Nuestros rostros a escasos centímetros y ese olor a rancio rodeándonos, no era lo más romántico, desde luego que no, sin embargo, yo quería probar sus labios.

Me acerqué tanto que nuestras narices se tocaron y nuestros alientos se mezclaron, mi corazón empezó a palpitar fuerte y lo sentí retumbar en mi pecho.

No podía seguir negándome a ella y lo que me hacía sentir.

—Bella —mi voz fue un débil susurro, temía que se alejara pero ella no lo hizo sino que se aferró a mis hombros—, yo…

Cerré mis párpados en el justo momento que mi labio inferior rozó los de ella, inclinando mi cabeza en el ángulo perfecto para adueñarme de su boca, estaba por cerrar la distancia cuando…

—¿Qué están haciendo aquí?


Hola, está por empezar esa etapa que ustedes desean, espero que les guste. Por lo pronto me gustaría leer sus opiniones.

Recuerden que participo en martes de adelantos en el grupo de Élite Fanfiction y para quienes gusten echar una mirada a imágenes alusivas respecto a cada capítulo pueden unirse a mi grupo de Facebook, el link está en mi perfil.

Agradecida por la oportunidad que le dan a la historia, por sus favoritos y Follows.

Aquí los nombres de quienes amablemente comentaron el capítulo anterior: alejandra1987, roberouge, Franciscab25, ALBANIDIA, Car Cullen Stewart Pattinson, Smedina, Paula, Torrespera172, Edbell mansen, patito feo, Patty,,Dulce Carolina, Isis Janet, Eli, Flor Mcarty, Cassandra Cantu, Verónica, Lore562, Maiisa, NarMaVeg, cocoa blizzard, Diannita Robles, Gabby352, Iza, Rosemarie28, Noriitha, Pepita GY, Estefania Rivera, saraipineda44, Lili Cullen-Swan, Santa Ramirez, Ana, mrs puff, Adyel, tocayaloquis, Lily, PaolaValencia, Antonella Masen, Moni, Lizdayanna, Mapi13, Elizabeth Marie Cullen, Peerla Salvatore Swan, Adriu, Jade HSos, Diana, rociolujan y comentarios Guest.

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