Capítulo beteado por Flor y Yani. Infinitas gracias por toda su ayuda, chicas.


Disclaimer: la mayoría de los personajes mencionados son propiedad de Stephenie Meyer.

Capítulo 14

Edward… —Bella sollozó haciendo que mi corazón palpitara rápido—. Tenemos que hablar.

—¿Qué ocurre, Bella? —Mi voz fue, vergonzosamente, apenas un hilo audible.

Discutí con mamá —lloró—, ella quiere que te deje. Dice que no me convienes y que me dejarás por otra, no la soporto.

Desde siempre supe que no era el favorito de Renée, pero no era justo que atormentara a Bella todo el tiempo tan solo porque no era de su agrado.

La señora se había encargado de dejar en claro que no me quería y estaba resignado. Aceptaba que nunca sería su yerno favorito, lo que nunca aceptaría era los malos tratos a su hija.

—Nena, no la escuches. Trata de ignorarla.

Me cansa, Edward. No soporto que hable de ti y cómo se refiere de ese modo despectivo a tu persona. A pesar de que la ignoro me duele, es cansino escucharla decir todo el tiempo que me dejarás por otra, no soporto oírla.

Me senté de nuevo frente a Emmett, bajo su atenta mirada.

—No importa lo que digan, Bella. Yo te amo a ti y espero que confíes en mi amor porque te aseguro que no habrá nadie más que no seas tú.

Te amo, Edward. Y confío plenamente en ti.

—Me alegra saberlo, nena —sonreí—, no quiero que llores más. Por favor, cualquier cosa habla conmigo, confía en mí.

Lo haré siempre. Te amo y estaré esperando tu regreso.

—Te amo más, nena. No me olvides.

Emmett rodó los ojos.

—Debo reconocer que nunca te había visto siendo tan ridículo —articuló burlón—. ¿Qué pasó con mi hermana?

—Tu mamá la ha estado atormentando, diciéndole cosas hirientes acerca de mí.

—Mamá y Bella nunca han tenido la mejor relación.

—Eso lo sé, me enferma que la trate mal. Renée se comporta como si no quisiera a su propia hija.

Emmett resopló, sus ojos concentrados en la botella de cerveza.

—Mamá es muy difícil, pero con Bella siempre se ha ensañado más. Esa es una de las razones por la que papá y ella discuten tanto.

—Emmett, desde que recuerdo tus padres siempre han discutido.

—¿Sabes? Muchas veces he deseado que se separen, es demasiado desgastante escuchar sus discusiones.

—¿Por qué crees que sucede?

—No sé —murmuró—, amo a mi madre, pero no puedo negar que es la persona más difícil que he conocido. Renée está simplemente enojada con la vida. No tiene una razón para estar molesta, ella solo lo está y quiere que todos lo sepan.

Bebió un trago de cerveza.

—Nunca te lo dije, pero creo que una de las razones de haber elegido una universidad fuera del estado fue mamá, no quería seguir estando cerca de su toxicidad —reveló.

—Los adultos se complican la vida por todo, espero que tú no te vuelvas igual.

Emmett rio.

—Espero que no, y si llega a pasar por favor dame un buen golpe.

—Con todo gusto, cuñado.

La sonrisa de Emmett se borró de sus labios. Había vuelto ese ceño fruncido.

—No empieces, Cullen.

—¿Qué? Eso somos… cuñados.

—Ni en tus mejores sueños te casarás con mi hermana.

Recargué los codos en la encimera y lo miré burlón.

—Creo que sí estoy dispuesto a hacerla mí esposa —confesé. No sabía hasta qué punto bromeaba—. Si llega a suceder espero que al tener cuarenta no terminemos jugando billar, eso es lo más aburrido del mundo.

—Dices eso porque eres un jodido perdedor que no sabe jugar billar. Así que cambiemos de tema, no quiero que volvamos a hablar de mi hermana.

—Entonces, ¿amigos? —Extendí mi mano.

Emmett rodó los ojos antes de estrechar mi mano con un fuerte apretón.

—Antes debes prometerme que cuidarás mucho a mi hermana.

Llevé una mano a mi pecho.

—Con mi vida —le dije.

Ese fuerte saludo fue el regreso de nuestra amistad.

¿Cambiamos?, sí.

¿Crecimos?, también.

En los meses siguientes nos dimos cuenta que éramos amigos y que la confianza seguía existiendo entre nosotros, sin embargo, esa línea de hablar de nuestras vidas amorosas se mantuvo por lo bajo.

En noviembre volví a casa por Acción de Gracias. Fue la primera vez que pasé la noche en casa de los Swan, disfrutando la cena al lado de ellos, y como el novio oficial que era, me quedé ahí hasta después de medianoche.

Las vacaciones decembrinas se volvieron difíciles al quedarme sin empleo, tuve que buscar otro trabajo en una cafetería donde no ganaba lo suficiente para ahorrar. De igual forma el regalo de mi chica estuvo listo el 25.

En ese tiempo solo pude viajar para Navidad y Nochevieja. Mi tiempo se empezó a volver más complicado, no obstante siempre había un momento para hablar con Bella.

En febrero tuve miedo de que el poco tiempo que teníamos terminara destruyendo nuestros sentimientos.

Sin embargo, apenas tuve oportunidad viajé a Seattle, fue en marzo y pasé una semana entera junto a ella.

Nos dimos cuenta que nuestra relación había comenzado a tener cambios, no sabía exactamente cómo nombrarlos, pero algo en mí había cambiado por ella y la prueba fue que muchas veces no usamos preservativos, solo tuvimos esa necesidad de entrega sin barreras de por medio.

Seguía siendo un celoso de mierda, eso no lo podía cambiar, aun así mi amor por ella era más resistente.

Cuanto más pasaba el tiempo, más crecía mi cariño hacia Bella.

.

.

Estábamos a principios de mayo.

Bella tenía su baile de graduación en tres semanas y le había prometido ir y estar con ella.

Nada podía salir mal.

Hasta que recibí una llamada un martes por la mañana.

—¿Qué tienes, Bella? —pregunté—, ¿por qué lloras, nena?

Nervioso empecé a caminar por mi habitación. Eran las siete de la mañana y Bella nunca hablaba temprano.

Tengo un retraso —susurró logrando que me quedara atónito, simplemente no podía reaccionar y tanto mi voz como mi corazón no estaban funcionando con normalidad—. ¿Edward?, ¿me escuchas?

Todo empezó a dar vueltas en la habitación. Caminé hasta mi cama y traté de respirar hondo. Ya podía oír jodidas voces burlándose de mí y de todos esos consejos que me había dado papá.

Dios. Miré hacia el techo cómo buscando una respuesta, mas no vi nada. La respuesta era clara, varias veces no habíamos usado condón y estas eran las consecuencias.

Me aclaré la garganta cuando fui consciente del llanto de Bella.

—¿Estás segura? —pregunté sintiéndome el peor de los imbéciles.

Sí, soy muy regular y llevo un mes sin…

—¿¡Un mes!? Dios, Bella, ¿por qué no me lo dijiste? —Empecé a tirarme el pelo.

¡Qué mierda! Que el Edward del futuro se preocupara por la calvicie, no yo.

Estoy asustada, Edward —musitó.

¿Ahora cómo mierda vas a resolver esto? —increpó mi hermana mientras seguía escuchando el llanto de mi novia al fondo—. Bella no tiene ni dieciocho años, idiota. Ni siquiera se ha graduado de secundaria. Tienes que venir, no puedes dejarla sola.

—¡No la dejaré! —dejé claro—. Trataré de llegar hoy mismo. Bella… —dije su nombre para que escuchara que no estaba sola—, lo resolveremos juntos, nena. Te amo.

Empecé a caminar en círculos por toda la habitación mientras tiraba de mi pelo. Sabía que debía hablarlo con alguien, pero Emmett no era precisamente el indicado.

Podía imaginar mi cuerpo siendo triturado por sus puños cuando le dijese que posiblemente embaracé a su hermana. No, definitivamente Emmett estaba fuera de la lista. Entonces a mi mente llegó Jasper…

Con torpeza en mis dedos marqué su número, el timbre sonó varias veces, sin embargo, nunca contestó.

Resignado, tomé una respiración profunda y empecé a hacer mi maleta para viajar a Seattle.

.

Al llegar a casa, mamá se sorprendió mucho al verme aparecer por la puerta. Por supuesto que le di mil excusas del porqué estaba ahí y también me di cuenta de que no creyó ninguna de las mentiras.

No perdí tiempo y fui a la habitación de mi hermana, sabía que Bella se había refugiado ahí por el resto del día.

—Edward… —Apenas me vio y se arrojó a mis brazos. La abracé y cerré los ojos fuertemente para evitar que Tanya me siguiera asesinando con la mirada.

—Estoy aquí —susurré—, contigo.

Acuné su rostro y pude ver lo demacrado que estaba, tenía círculos oscuros alrededor sus ojos y su piel pálida, sin color.

—¿Te hiciste una prueba de embarazo? —pregunté sintiendo que mi corazón se salía por la boca.

Bella negó.

—Estaba esperándote.

Tanya, con la intensidad que la caracterizaba, tiró del brazo de mi chica y ambas caminaron al baño.

Fueron los cinco minutos más largos de mi joven vida. Me sentía caer desde un precipicio, se me dificultó la respiración y yo simplemente intentaba sobrevivir. Estaba aterrado y cualquiera que fuera el resultado no dejaría sola a mi Bella.

Cuando ella apareció por la puerta del baño y vi sus ojos vidriosos por las lágrimas lo supe, no había más qué decir.

—Es positivo —dijo Tanya.

La habitación comenzó a dar vueltas, me desvanecería. Sin embargo, debía sacar fuerza, ahora yo no importaba sino ella. Sintiendo las piernas débiles me acerqué y la envolví en mis brazos.

—Tranquila —quise hacerla sentir seguridad—, todo estará bien.

— Mi papá va a matarte.

Antes me mataría Carlisle mientras mamá querría revivirme y lo poco que quedara de mí sería aniquilado por Charlie y Renée. Prácticamente ya imaginaba a mi Bella viuda antes de casarse conmigo.

La única solución era: mi mente se puso en blanco.

—Vámonos —la palabra fue clara—, vivamos juntos.

Los ojos de Bella se abrieron muy grandes. Estaba tan sorprendida que su boca seguía abierta.

—¿Qué diablos estás proponiendo? —Mi hermana intervino tirando de la tela de mi camisa.

Inspiré hondo y la ignoré. Tan solo me enfoqué en los orbes cafés de mi chica.

—Escápate conmigo, Bella —pedí.

No había solución. No quería dejarla. No podía.

—Sí —aceptó Bella y no supe cómo sentirme—, me quiero ir contigo.

Le sonreí. Quizá en el fondo era lo que siempre había querido.

—¿¡Se han vuelto locos!? —Tanya empezó con sus sermones—. No pueden escapar. Edward, piensa bien la situación —acunó mi rostro—, no pueden irse, Bella es menor de edad y tú no, así que te meterás en problemas.

—Pronto cumpliré dieciocho —intervino Bella—. Me quiero ir con Edward, quiero estar con él.

Tanya se restregó las manos en el rostro visiblemente impaciente.

—No dejaré que hagan esa idiotez —murmuró.

—Tú dijiste que me apoyarías siempre —replicó Bella—, no puedes abandonarme ahora, lo prometiste.

Tanya tiró fuertemente de su cabello rubio haciendo una mueca de dolor.

—Los dos me volverán loca —nos dijo antes de sujetar nuestras manos—. No pueden huir por un embarazo no planeado, deben hablar con nuestros padres y listo, quizá ellos tengan una solución.

—¿Para qué? —preguntó Bella—. Mamá de todos modos me echará de casa, lo ha repetido hasta el cansancio. Así que prefiero irme con Edward.

—Edward, medita bien lo que harás —susurró Tanya—, no pueden irse. Le romperás el corazón a mamá.

—No dejaré a Bella sola —articulé con determinación. Era mi última palabra.

Los hombros de Tanya se hundieron.

—Como sé que no entrarán en razón, les ayudaré —aseguró—, ¿por dónde empezamos?

Bella y yo sonreímos al vernos a los ojos.

No sabía dónde estaba pisando, lo que sabía era que quería permanecer junto a Bella y solo con ella a donde el destino nos llevara.


Nos leemos en el capítulo final, muchísimas gracias por la oportunidad.

Recuerden que participo en martes de adelantos en el grupo de Élite Fanfiction y para quienes gusten ver imágenes alusivas respecto a cada capítulo pueden unirse a mi grupo de Facebook, el link está en mi perfil.

Tengo dos historias más en proceso por si gustan darle una oportunidad, Bombón 🍭 y LMTSE 😈 están a su disposición en mi perfil de Fanfiction.

*No pude anotar todos los nombres porque no son visibles en los comentarios ni me llegan al correo, disculpen*.

Aquí los nombres de quienes amablemente comentaron el capítulo anterior: Isis Janet, Estefania Rivera, Diannita Robles, Car Cullen Stewart Pattinson, patito feo, Ninacara, marlene28(no tienes una idea como valoro tus palabras, llegan en el momento que más necesito, gracias) Pepita GY (estuviste dándome todo el ánimo que necesitaba 🍋) , alejandra1987, BereB, bellaliz, Adriana Ruiz, Lily, Lili Cullen-Swan, rociolujan, Noriitha, mrs puff, Dulce Carolina, Sanveronica, cocoa blizzard, PaolaValencia, Veronica, Adriu, tocayaloquis, Adyel, NarMaVeg, Smith, Liz Barraza, Cassandra Cantu, Peerla Salvatore Swan, Pancardo, mony17, Gabby352, Patty, Torrespera172 (extraño muchísimo dedicarles unas palabras a cada una Perita, recibe un gran abrazo cariñoso) Elizabeth Marie Cullen, Vampiremmangel, saraipineda44, Mapi13, Antonella Masen, Ana, Cinthyvillalobo, francicullen, Rosemarie28, Diana, EmilyChase, Ale Stewart.

¡Gracias totales por leer!🌻