Ranma ½ es propiedad de Rumiko Takahashi
Nota: Esta es una traducción al español de mi fanfic en inglés titulado "El infierno verde." Para evitar confusión entre las dos versiones, decidí cambiarle el título.
Perdido en el Amazonas
Por
Dr Facer
-1-
Existe una selva en donde, si llegas a perderte, descubrirás que casi toda la luz del sol es bloqueada por el espeso follaje sobre tu cabeza. El aire es cálido y húmedo y plagado con la peste de vegetación podrida; aquí el suelo es suave y pegajoso, debido a que casi siempre estás andando sobre lodo. Es un lugar donde numerosos insectos viven con el único objetivo de usarte como huésped y comerte vivo. Este es un lugar que hospeda animales que pueden matarte en un instante: serpientes venenosas y gigantes, jaguares, arañas, incluso los cerdos salvajes son muy peligrosos. Es un lugar donde un río inmenso y aparentemente infinito fluye, un río de aguas sucias y oscuras en el que habitan peces mortíferos: pirañas carnívoras, peces parásitos que pueden entrar en tu cuerpo para beber tu sangre, voraces peces similares a serpientes que pueden pegarse a tu abdomen para consumir tus entrañas.
Además están las enloquecedoras noches de esta selva. Son tan oscuras que es como si las sombras estuvieran intentando robarte el aliento. Las noches, sin embargo, no son silenciosas. Están llenas de terribles ruidos hechos por insectos y animales por igual. Y la noche es, por mucho, el dominio de un enorme ejército de mosquitos que sólo desea comerte vivo. Otras criaturas también disfrutan la noche: las arañas cazan en la oscuridad, los jaguares también y si eso no es bastante, las serpientes también suelen cazar sus presas por la noche.
Y a pesar de todo esto, en realidad es un de los lugares más hermosos del mundo.
Hablamos de la selva Amazónica. También conocida como 'El infierno Verde.'
Y es aquí en donde un joven artista marcial conocido como Ryoga Hibiki ha estado perdido durante los últimos quince días.
-2-
—El río. De Nuevo —. Murmuró Ryoga sin entusiasmo. Había estado intentando evitarlo. Desde que quedó maldito en Jusenkyo, ha aprendido a evitar ríos y lagos cuando está lejos de la civilización. Luego de mirar las turbias aguas por unos minutos, se preguntó si tal vez seguir el río sería buena idea. La gente normalmente vive cerca de los ríos.
—Y en realidad necesito comprar algo de comer —. Ryoga se había quedado sin comida enlatada y fideos instantáneos cinco días antes y cazar animales para comer era algo que no le gustaba hacer. No cazaba mucho antes de la maldición y ahora lo detestaba; convertirse en un pequeño cerdo que normalmente es considerado un delicioso bocadillo ha cambiado su opinión acerca de la cacería.
También necesita conseguir agua potable, ya que hasta ahora la sucia agua del río le ha parecido imposible de beber; (Ryoga sólo se ha atrevido a beberla en tres ocasiones, después de hervirla primero seis veces y de filtrarla bien con una de sus camisas). Esperando en silencio encontrar un pueblo, el muchacho reanudó su camino.
Algo después, el chico perdido se detuvo y se sentó bajo un árbol. El sol descendía lentamente, marcando el fin de ese día. El muchacho sabía lo que eso significaba: Los zancudos vendrían y estarían sobre él como perros rabiosos.
—Odio a esos insectos —. Ryoga suspiró mientras preparaba su confiable tienda. Debido a la humedad y al calor, habría preferido dormir al aire libre, pero luego de intentarlo en su primera noche en esta selva y ser casi picado hasta la muerte por los malditos mosquitos, descubrió que era mejor soportar dormir dentro de la casa de campaña, ya que sin importar qué tan incómodo era, siempre era mejor que ser picado por cientos de zancudos hambrientos. Apresurándose, el muchacho terminó de levantar su campamento y deseó poder pasar una noche tranquila.
Horas más tarde, un sonido extraño lo despertó. Al principio Ryoga pensó que eran los monos, pero cuando el ruido no cesó, recordó que nunca había visto a los monos activos durante la noche. Lentamente, el muchacho abrió los ojos y tan silenciosamente como pudo, miró a su alrededor, tratando de descubrir qué era lo que rascaba su tienda. Estaba muy oscuro para poder ver algo pero a pesar de la oscuridad, Ryoga se dio cuenta por el sonido que su indeseado visitante estaba frente a él.
-Sssshhheeee…-
-Sssshhheeee…-
—¿Qué diablos…? — Murmuró. El sonido se hizo más fuerte y Ryoga sintió cómo algo se presionaba contra el lado de su tienda
-Sssshhheeee…-
-Sssshhheeee…-
El sonido era más fuerte ahora y no sólo eso, ¡la tienda se movía, lo que fuera que estuviera allá afuera, estaba intentando entrar y era lo bastante fuerte como para mover la tienda con él adentro!
Y entonces, el muchacho escuchó el sonido que menos quería escuchar en ese momento…
-Riiiippp!-
El animal estaba intentando entrar. A juzgar por el sonido, Ryoga pensó que era un felino grande, probablemente un tigre, lo cual era algo que podía enfrentar de ser necesario. En ese instante, Ryoga se alegró de no temer a los gatos como Ranma. Alcanzando su linterna, Ryoga se preparó para expulsar al animal.
La columna de luz de la linterna de Ryoga encontró su objetivo al instante, revelando un gran gato anaranjado y con manchas negras por todo el cuerpo. Era un jaguar, el felino con la mordida más poderosa del mundo, capaz de partir el cráneo de un jabalí con sus mandíbulas; el animal también poseía garras mortales y era bastante fuerte. De hecho, era lo suficiente como para darle a Ryoga una buena pelea en el pequeño espacio que tenía para defenderse.
Por el otro lado, ver al jaguar le dio al muchacho una pista sobre su ubicación. Los Jaguares eran uno de los dos gatos salvajes más grandes que había en América. Ryoga aprendió eso en una ocasión cuando se perdió en México.
—Hola señor gato —, dijo Ryoga, tratando de darle firmeza a su voz —. ¿Por qué no se va? Estoy seguro de que preferiría comer otra cosa y no a mi.
El gato no se movió y se limitó a mirar al adolescente desde fuera de la tienda, como si estuviera desafiándolo.
—Ah, ¿no quieres irte? — Ryoga levantó su pesado paraguas y apuntó al gato con él —. No te gustará si utilizo esto. Te lo garantizo.
El jaguar gruñó y levantó una de sus patas delanteras, rasguñando la punta del paraguas, casi como si estuviera diciendo que no estaba asustado.
—Que gato tan listo —, A pesar de sí mismo, Ryoga no pudo evitar reír en voz baja y bajó su paraguas —. ¡Shooo, vete ya, no tengo ganas de pelear contigo!
Entonces, el jaguar hizo algo extraño. Algo muy extraño: ronroneó, entró a la tienda y se hizo ovillo en una esquina.
—¡Oye, sal de aquí! — Gritó Ryoga al tiempo que intentaba tomar al enorme felino para lanzarlo fuera de su tienda.
-GRRrrooooWWWllllLLL!-
Dejando muy en claro que no quería que lo tocaran con ese gruñido acompañado de un veloz golpe de sus garras, el jaguar logró asustar a Ryoga, que terminó al otro lado de la tienda.
—Muy bien, quédate allí si quieres —. Dijo el muchacho mientras sus manos le temblaban un poco. Claro que Ryoga no estaba asustado, para nada. Bien… quizás un poco. Verán, Ryoga tiene esta aversión extrema hacia cualquier cosa de dientes grandes que intenta morderlo, cortesía de una ocasión en la que fue perseguido por lobos cuando estaba en su forma de cerdo.
Y entonces, se escuchó otro sonido, un zumbido. Los mosquitos habían llegado. Un segundo después, Ryoga sintió al primero en su brazo y lo aplastó de inmediato. Más vendrían pronto, y el lo sabía.
—¡Maldito gato! — Refunfuñó Ryoga. El felino no sólo lo había sacado de su tienda para poder dormir allí, también la había arruinado.
—¡Ahora todos los malditos zancudos podrán entrar! — Al final, Ryoga terminó saliendo de su tienda y, varios metros más allá, se escondió bajo las raíces de un enorme árbol. Logró dormirse hasta mucho más tarde, luego de ignorar un nube de mosquitos por lo que se sintió como horas.
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Sigue: Capítulos 3 y 4.
Notas:
Esta historia está inscrita en la Dinámica de Octubre de la Página Mundo Fanfics de InuYasha y Ranma #Dulce_truco_o_fic.
