Hola a todos, antes de que me maten por la demora de cuatro meses... les digo aquí esta el siguiente capi, que me ha costado... así que disfrutenlo a los pocos que lo leen:

Buscando y encontrado

Si hay algo que no es sencillo, es correr por tu vida en una playa, la peor vía de escape que pudieron tomar, ya que la arena te complica mucho la vida, pero al menos les dio ventaja sobre aquellos guardias, que hace bastante rato dejaron atrás, Haruka se apoyo contra una roca, recuperado un poco s respiración agitada, después de todo a pesar de ser corredora, una cosa es correr en una pista y otra muy distinta sobre arena y con zapatos de vestir. Una vez que recuperó el aliento, levanto una mirada molesta hacia sus compañeros, esa es una palabra mejor… ya que amigos, no es la adecuada, los cuales aun intentaba de recupera el aliento después de su carrera titánica por la playa.

Se puede saber… que rayos fue lo ¡¿qué sucedió?! –pregunto dejando en clara evidencia el enojo que había en su ser, después de todo fue interrumpida mientras conocía a una chica linda – Exijo una explicación.

Pues… lo que… pasó… fue culpa de… este idiota –decía Shiro con la voz entrecortada, para luego toser un poco y aclara su voz – Sucedió que nuestro querido, amigo e idiota, se le dio… por ser Casanova y corteja una que otra mujer… y justamente escoge a la menos indicada.

No me traten así –iba a reclamar el castaño en cuestión pero un par de miradas asesinas verdes y negros, hacia su persona, lo obligaron a callarse de inmediato –Sigan… nomás.

Bien como decía –continuo relato Shiro.

FLASH BACK

Cuando su gran apetito fue satisfecho, mejor dicho parecían muertos de hambre, ya que arrasaron prácticamente con casi toda la mesa de banquete, entre ellos dos solos y para tratar de "disimular", se fueron a dar una vuelta por ahí, para que no les descubra que… fueron los que se acabaron con la comida. Ambos chicos caminan entre los invitados, pero aparte de la comida… parecía aburrida la dichosa fiesta, no había gran cosa, tal vez… después de todo este plan si era una mala idea.

Donde se habrá metido Haruka –murmuro Ryota, buscando a su querida amiga con la mirada, pero lo cierto es que cierto pelinegro lo escucho perfectamente, no pudo evitar un gesto burlón en su rostro, además todos conocía un pequeño secreto del joven castaño.

No te preocupes por ella, de seguro está bien, por ahí haciendo de las suyas, ya sabes… coqueteado con alguna chica bonita por ahí –lo dicho capto la atención del castaño que molesto le regreso la mirada e iba a decir algo pero Shiro no se lo permitió – Tú sabes muy bien como es nuestra Haruka… es una mujer hecha y derecha, no te debes preocupar por ella… además… sabes muy bien que es un imposible para ti.

El pelinegro se adelanto algunos pasos mientras el castaño, por su parte cabizbajo, suspiro profundamente mientras se decía a sí mismo – Pero nada me cuesta… el intento –alcanzo enseguida a su amigo y bueno teniendo en cuenta lo dicho por Shiro, pues había que aprovechar de que se encontraban ahí – Ey Shi… que te parece si, aprovechado que estamos aquí… conseguimos alguna chica linda para nosotros –el tono de su voz era desafiante, pues apenas termino de decir su idea, los ojos de Shiro tomaron un brillo oscuro, después de todo Shiro, de los tres, era el que tenía la fama de ser todo un Don Juan.

Me parece bien, además aquí… hay muchas chicas jóvenes –dijo divertido, un poco de diversión no le hace mal a nadie, aparte… la idea era que Shiro, no le siguiera echado en cara al joven castaño, sobre una dura realidad, que representaba cierta rubia… que hace rato que se les perdió.

Ambos chicos se dispusieron en la tarea, para Shiro con su buen físico y su buena labia para seducir, pronto ya tenía a tres jóvenes damas, casi a sus pies literalmente, en cambio por su parte Ryota, no estaba teniendo mucho éxito en la misión de conseguir, así sea una simple chica, esta sí que era mala suerte, no era justo… después de todo él fue el de la idea de venir a esta fiesta y los dos colados que trajo… se lo pasaban de maravilla. Pero entonces como un milagro caído del cielo, una bella dama de piel blanca como la porcelana y cabellera rubia, capto su atención de inmediato, por su vestimenta parecía un poco mayor, pero no creía que fuera mucho.

Perfecto… es hermosa, y esta será mi noche –se dijo para sí mismo, quizás ahora si la divina providencia le concedía una mina de oro, en recompensa por esta osadía. Se acercó a dicha dama, de la cual tomo su mano con caballerosidad y un cortés beso en el dorso de su mano, para enseguida emprende su plan de seducción – Una bella dama como usted… que hace sola, en esta velada, me permite hacerle compañía –dicha dama ante tal comentario, no pudo evitar un leve rubor y una pequeña sonrisa – Tiene una sonrisa tan bella… -Ryota iba bien en su discurso seductor de halagos cuando de repente siente que alguien le da una palmadita al hombro – Me encuentro ocupado –fue su respuesta sin siquiera mira atrás, pero entonces la dama en cuestión, le soltó la mano y le indico con la mano que volteara, cosa que de inmediato hizo el castaño y sorpresa… uno de los guardianes de la mansión, lo miraba con cara de pocos amigos, era un hombre musculoso, piel blanca, cabellos caoba, de mirada café penetrante, vestido en un traje elegante blanco, de acuerdo a la temática de la fiesta. En definición, no todo lo que brilla es oro.

Que hace… usted hablando con MI esposa –dijo el grandulón haciendo énfasis en "mi", en un tono de voz demasiado grave, esto ponía a Ryota en un serio problema, ya que este tipo lo escrudiñaba con la mirada buscando algo.

Lo lamento mucho, déjeme decirle que tiene una esposa muy hermosa –dijo espantado pero aparentado estar tranquilo, relajado, implorado a todos los dioses que este sujeto lo dejara tranquilo – Entonces… me retiro –era el momento de emprende la graciosa huida, pero el grandulón lo sujeto del hombro deteniéndolo.

Aparte de que has osado ponerle los ojos a mi esposa… me permite su tarjeta de acceso a la fiesta –menciono dicho hombre, con un tono de voz más serio de lo normal.

Para que se la necesito mostrar –aquello lo irrito, aparte de lo obvio… quien necesita una tarjeta de acceso a una fiesta, eso es algo muy tonto, simplemente ir con la vestimenta hacía obvio que era invitado.

Todos los invitados… tienen una, es una fiesta privada después de todo y a usted… no lo recuerdo haberlo visto en la entrada –esto capto de inmediato la atención del castaño, que miro más detalladamente al grandulón, era uno de los ¡guardianes de la casa! Sin saber qué hacer y con los nervios a flor de piel, solo le quedo un plan… HUIR.

Verá… no…sé de qué me habla, así que con permiso –ni bien termino de decir la última palabra, salió corriendo por su vida ante la mirada de sorpresa de la dama que hace un momento cortejaba y la mirada molesta del grandulón, quién con un movimiento de cabeza le indico a dos guardianes más cercanos la dirección, hacia donde había huido el castaño, quien en su proceso de escape… causo un gran alboroto jalado consigo mismo, a su compañero más cercano. El pobre Shiro solo pudo aprecia como una "gacela" se acercaba hacia donde estaba.

SHIRO VAMONOS! –grito espantado Ryota a la vez que con un movimiento jaló al pelinegro, quien sin más remedio y atónito, tuvo que seguirle en aquella persecución a muerte.

FIN DEL FLASH BACK

Es decir que… tú nos delataste –la rubia intentaba de contener el grito de enojo que contenía en su garganta – Si serás… idiota –se le acerco de manera amenázate, claro por culpa de este sujeto, fue interrumpida mientras conocía a cierta señorita de cabellos aguamarina, pero antes de que pudiera hacer algo, una mano se posó en su hombro deteniéndola.

Recuerdas porque vinimos aquí –decía Shiro mientras una sonrisa malévola asomaba en su rostro – Ustedes tenían… una apuesta y quien se delataba primero… asumiría la consecuencia –ambos mirando hacia Ryota, quien recordado dicha apuesta, pensaba aplica de nuevo su plan de escape – Iré por él… desde hoy mismo cumple su labor –el pelinegro parecía divertido de la situación y fue detrás del castaño mientras Haruka se quedaba ahí parada, lo cierto es que fue un alivio saber que ella no cumpliría el castigo… dirigió su vista hacia la mansión, donde seguramente estaría aquella linda chica, respiro profundamente ojala la vida… le permita volver a verla, en otra ocasión.

Espero… poder verla, aunque pido… mucho –una sonrisa de tonta asomo en sus labios y luego volvió su mirada hacia sus amigos, que estaban teniendo una riña, algo infantil, contuvo la risa que le ocasionaba – Chicos… ya vámonos de aquí, o nos encontrará –se acercó a sus amigos mientras en su mente vagaba la imagen de cierta diosa marina bailando.

%%%%%%%%%%

El tiempo a veces nos juega cruel y en el caso de Michiru Kaioh, pasaba demasiado lento y estaba siendo muy cruel con ella, ya había pasado unas dos semanas de su fiesta de cumpleaños y desde esa noche, no había podido olvidar el bello chico que conoció, sin embargo luego se entero por su padre… que era un colado, él con dos chicos más, se habían metido en la fiesta y causado el alboroto con que el que se dio fin a la fiesta, a veces que su padre se pasaba con la seguridad pero no servía al final de cuentas, sin embargo parecía una niña tonta, ya que esperaba poder volver a verlo, que cumpliera con su promesa… cosa que era, vamos seamos honestos, imposible, eso la desanimaba, ya que bueno… era lindo conocer alguien que piensa igual que tú, acerca de una fiesta de cumpleaños aburrida. Era otro día común y corriente en su vida, salió de la mansión, subió a la limusina y fue rumbo hacia el instituto, sus pensamientos iba y venía sobre unos ojos verdes, que por más que intentara evitar pensar, le gustaba… pero qué clase de tonterías pensaba… solo era un muchacho que no volvería a ver nunca más.

A veces me pasó imaginado tonterías… con lo grande que es Tokio –suspiro con resignación mientras la limusina estacionaba frente a la escuela de bellas artes a la que asistía, después de toda una gran artista, deben mantener sus habilidades mejoradas. Apenas bajo escucho el ruido de unas motocicletas que llamó su atención.

Supongo que ha de ser… esas competencias estúpidas -se dijo mientras veía algunas motocicletas, bajando por la calle a toda velocidad – Hombres y su testosterona -negó mientras ingresaba a dicho instituto, sin percatarse de que alguien se detuvo a obsérvala.

Adentró una chica de cabello castaño, ojos violetas, casi contemporánea a su edad, la esperaba con una amplia sonrisa, quien apenas la vio levanto una mano en señal de saludo, que correspondida de inmediato – Michiru! –se acercó la chica corriendo a ella – ¿qué tal?... crees que hoy si puedas terminar la pintura… sabes que eres muy exigente contigo misma.

Hitomi, no lo creo, siento que algo me falta… para poder continuar, como quien dice… un toque a la inspiración para poder terminar –miro a la chica de ojos azules, cabello castaño claro, de su misma estatura y con un cuerpo esbelto – Y será mejor que entremos… no será que tu madre, nos mate por no asistir a clases, mejor dicho… te mate a ti –sujeto a la chica del brazo, mientras la arrastraba al interior del edificio.

Ambas chicas ingresaron, caminaron por los pasillos, hasta uno de los salones, el cual era amplio, paredes de un color celeste tenue y con grandes ventanales que daba vista al jardín que además en su base poseía maceteros con una variedad de flores pequeñas coloridas, dentro tenía dos cabestrillos y varias pinturas hechas, muchas de ellas de la propia Michiru, en uno de los cabestrillos se encontraba un gran cuadro que estaba cubierto por una tela. Cada una acomodó sus cosas sobre una amplia mesa que se encontraba en el centro de ese salón y se dispusieron a ponerse las ropas apropiadas para su hora diaria de pintura. La verdad era que Michiru era la maestra de Hitomi, una chica de la misma edad y clase social que ella, la madre de ella y su padre eran buenos amigos de la infancia y por tanto ambas se conoce desde pequeñas, la pequeña diferencia es que eran muy opuestas… Hitomi simplemente era una rebelde y por tanto dolor de cabeza de su madre, solo que llego a un trato con su madre, le dejaría tener libertad de ciertas cosas… solo si tomaba clases de pintura y era mejor si la maestra se trataba de la propia Michiru.

La aguamarina descubrió el gran lienzo cubierto por la tela, la pintura del cuadro mostraba a una joven sentada debajo de una palmera, desde donde contemplaba el atardecer, al fondo se apreciaba el sol ocultándose, había un gran risco y no muy lejos de ese risco, se veía a los delfines jugando entre las aguas, a simple vista era una pintura hermosa pero a los ojos de Michiru, le faltaba aun algo.

Muy bien… empecemos –dijo la aguamarina iniciando así la clase.

Dicha clase transcurrió con normalidad, la aguamarina pasó más tiempo enseñándole nuevas técnicas a Hitomi y que esta le suplicara que la dejara salir más temprano, cosa que la distraía bastante y así evito mira su propia pintura, por más que lo intentara no podía encontrar ese algo que le faltaba para poder terminarlo, aquello era demasiado frustrante, para cuando la clase culminó, como era de esperarse la chica castaña se cambio de ropa rápidamente y luego de una efusiva despedida, salir como alma que lleva el diablo, era lindo tener que trata con ella, aunque a momentos le causara dolor de cabeza.

Contempló su pintura un momento más, antes de tener que cubrirla de nuevo con la tela blanca – Me pregunto si se me habrá ido el toque –suspiro- Quisiera saber que me falta, para poder terminarla –cubrió finalmente la pintura y agarro su bolso, sabía que la limosina no vendría por ella ese día, ya que su padre a esa misma hora requería los servicios del chofer y por tanto volvería sola.

Salió del instituto, lo dicho Hitomi se fue como alma que lleva el diablo, porque ya ni se la veía y sin más fue calle abajo pero un ruido la alerto de que alguien la seguía, por lo que acelero más su paso, parecía que ya corría, doblo en la esquina y una motocicleta acelero dando una vuelta brusca para situarse enfrente suyo, impidiéndole el caso, no pudo contener un grito de pánico.

NO TENGO NADA DE VALOR! –dijo muerta de miedo y acto seguido uso su bolso para golpear al motociclista, el cual no vio venir el golpe, cayéndose con moto y todo al suelo de manera ruidosa, entonces retomo su camino para alejase, fue entonces cuando una voz la detuvo en el acto.

Por los dioses… este ha sido el reencuentro más original de mi vida –aquella voz le sonaba familiar, regreso la mirada para ver al "maladro", que en ese momento se estaba poniendo de pie para luego quitarse el casco, dejando al descubierto una cabellera rubia ceniza, seguido de unos ojos verdes, que la dejaron fría de la sorpresa –Debo decir… que es un gusto volver a verla Michiru, pero procuraré la próxima no asustarla, por suerte… –dio unas palmaditas al casco que sostenía bajo su brazo – Esto me protegió de lo contrario tendría el rostro marcado.

Yo… yo… –no sabía que decir, sujetaba su bolso con fuerza y se moría de la vergüenza, pero es que le parecía un delincuente, aunque siendo honesta ahora sonaba a una excusa muy tonta – Lo siento mucho Haruka-san! –Estaba muy avergonzada – No sabía que era usted… pensé en otra cosa.

La rubia no pudo evitar la carcajada que soltó, le parecía muy gracioso, estaba segura de su pensamiento – No se preocupe… entiendo muy bien que pensó, déjenme remediar este mal entendido… le parece si le invito un café, creo que eso es lo que toma las chicas como usted –dijo aun risueña, mientras se agachaba a recoger su motocicleta. Michiru no podía aparta la mirada de Haruka, aparte de la única ocasión en que lo ha visto, le parece un chico muy atractivo, aunque para su ojo de artista hay algo que no encaja en ese chico, pero sus observaciones sería para después – Pues no tiene que preocuparse por ser tan formal –se acerco a él y le sonrió de una manera sincera, no sabía que ella podía sonreír de esa manera – Acepto su invitación, si recuerdo bien… dejamos una conversación a medias, cuando sus camaradas se lo llevaron para huir de seguridad –dijo de manera risueña y coqueta, lo que provoco una risa en la rubia.

Entonces permítame disculpame por ello también, la invitare a comer algo y así retomamos nuestra conversación de esa noche –dice mientras se sube a su motocicleta y le hace un gesto con la mano a la aguamarina para que suba, quien la mira algo insegura – Tranquila, estas en buenas manos… sé conducir con responsabilidad.

Sus palabras le dieron la confianza necesaria y sin más se subió, sujetándose con fuerza de la cintura de Haruka y por tanto la moto se puso anda en movimiento, lo que la obligo a sujetarse con más fuerza, fue entonces cuando se dio cuenta de lo que no encajaba. Una cintura pequeña pero definida, ese tipo de curva solo pertenece a las mujeres, su sonrojo fue muy busco y agradecía estar de espaldas para que no viera su rostro, Haruka era una ¿mujer?

El recorrido se le hizo muy corto o es que estar abrazada con Haruka le era muy agradable, ni cuenta se dio cuando se detuvieron frente a una pequeña cafetería y la voz de Haruka, la saco de su ensoñación.

Por más que me gusta sentir tus brazos alrededor mío, tengo que decir que ya llegamos –volvió a sonrojarse de golpe, y sin más bajo de la motocicleta procurando que no viera su rostro, pero la rubia si lo vio – No tienes que esconderte… te ves muy hermosa así de sonrojada –le dijo en tono serio pero también era dulce y tierno, lo que provocó que la mirada- Ves… eres hermosa Michiru. Ven entremos.

Entraron la decoración era sencilla, paredes de ladrillo que le daba un aspecto rústico al lugar, mesas y sillas de madera oscura a juego, uno que otros carteles había en las paredes y la iluminación era baja, lo que le daba un aspecto más intimido al lugar. Tomaron asiento en una mesa y no tardo mucho en que sus órdenes fueran tomadas por una camarera.

Bien en que estamos en ese día –dijo Haruka captando la atención de la aguamarina – Así creo que me decía cuáles eran sus gustos –la miro a los ojos, aquello volvió a provocar un leve rubor en las mejillas de Michiru, de algo ya estaba segura, esto no pasaba muy seguido.

Le decía que me sorprendiera que no lo supiera, las bellas artes… la pintura y la música, con especial énfasis toco el violín –le sonrió de manera animada – Y recuerdo que me dijo que en sus gustos estaban los deportes y los vehículos, hace un momento he comprobado que lo de los vehículos es cierto.

Si es cierto, me siento libre cuando voy a grandes velocidades –mencionó, en eso traer sus pedidos y mientras se disponen a beber del café sigue con su conversación – Te digo algo… no sabes cuánto me alegra volver a verte, no me encontraba seguro… cuando te vi ingresa al instituto de bellas artes, por eso espere hasta que salieras, para asegurarme… tenía muchas ganas de volver a verte.

¿Me estabas esperando? –pregunto sorprendida por ello – Lamento haberte hecho esperar desperdiciar mucho tiempo –se disculpo pues sus clases con Hitomi, solía dura dos horas, la de hoy duro casi tres debido a que su estudiante, se dormía a ratos.

Si y no tienes que disculparte, después de todo la espera ha valido la pena, estaba empezado a creer que no volvería a verte de nuevo –ambos rieron por el comentario, pero lo cierto es que pensaba iguales – Además que manera más particular tienes para saluda preciosa, usare mi casco más seguido.

Realmente lamento eso, tampoco quiero arruinar tu bello rostro –dijo sin pensarlo, eso hizo que Haruka se sonrojara un poco y le gusto, acaso le estaba coqueteando, esto era nuevo. Pero entonces recordó que tenía una pequeña interrogante que preguntar – Etto… Haruka-san, le puedo hacer una pregunta… si no es mucha molestia, es usted… ¿una chica? –bebió un sorbo de su taza de café, porque no sabía que tanto tentaba a la suerte y es que en todo el momento que llevaban ahí, se percato de que el rostro del "rubio" tenía algunas facciones delicadas por no decir que su cuerpo le resultaba curioso, pero no podía estar segura debido a la vestimenta, así que lo más seguro era pregunta.

Haruka respiro profundamente, estaba sorprendida que la descubriera de manera tan fácil y más una chica como esta, le clavo su verde mirada a los ojos de ella, no podía engañar a esta chica y sin más contesto – Si Michiru, lo soy… ahora te pregunto ¿cómo lo supo? –quería saber cómo supo, aquello que cuidaba mucho.

Cuando me sujete de ti, tienes una cintura definida y varios de tus rasgos son delicados, como los de una mujer –respondió aunque por dentro estaba nerviosa, la rubia tenía la mirada clavada en ella y se la sostenía – Te dije que soy pintora y las facciones del cuerpo humano, son muy obvias ante mis ojos.

Déjame decirte que tus ojos son muy bueno, pero también son muy hermosos… me parece que son la ventana a un hermoso mar –dijo sinceramente la rubia para luego sonreírle de manera cálida – Me has sorprendido, que me descubrieras… eres la primera.

Tomare eso como un halago… pero ¿no estás molesta?, digo he descubierto tu secreto por tus palabras –la miro atenta mientras Haruka bebía el último sorbo a su taza de café para luego brindarle una sonrisa.

Estoy sorprendida, pero tienes razón tu ojo de artista te ha permitido saberlo, pero ahora que sea un secreto entre las dos… solo pocas personas sabe eso, sobre mi –le guiño el ojo aun sonriendo y Michiru no pudo evitar sentirse halagada por ello.

Pasaron un poco más de tiempo hablando de trivialidades, la verdad es que estar al lado de Haruka era realmente muy agradable y divertido, además era cosa de Michiru o a ratos aparecía coqueteos entre ellas, no le interesaba mucho… porque le gustaba que fuera así. Cuando cayeron en cuenta de la hora, mejor dicho el cielo ya era de noche y por tanto muy tarde. La misma rubia se ofreció a llevarla a su casa, salieron de ahí y se subieron, como es obvio la rubia conocía perfectamente la dirección de Michiru. Sabía que tomaron mucho tiempo y eso era debido a que Haruka iba despacio ya que quería disfrutar a la compañía de la aguamarina, por lo cual a propósito tomo la ruta más larga, lo que no sabía es que el sentimiento era mutuo, es extraño como puedes llevarte tan bien con una persona que apenas conoces. Michiru por su parte le encantaba estar con Haruka y agradecía que tomara el camino más largo, porque ese camino contiene una vista muy bella del mar y apreciarla en la noche, era un espectáculo hermoso para sus ojos, aunque su mente estaba teniendo una pequeña fantasía en donde Haruka y ella camina por la orilla de la playa durante la noche, enserio… apenas la conocía y ya andaba imaginado cosas. Pero la dura realidad saca a uno de su ensoñación, llegaron a la mansión.

Bien hermosa señorita, hemos llegando –dijo estacionado frente a la entrada principal, la mansión era muy imponente y demostraba poder y riqueza, algo de lo que era propio el padre de Michiru, pero vio que la chica en cuesta no se movía – Hey… Michi, puedes moverte… ya hemos llegando –dijo alegre.

Lo sé –suspiro con resignación mientras se bajaba y regresaba a mirar a Haruka – Muchas gracias Haruka por traerme a casa, ha sido muy lindo poder volver a verte –mencionó con una sonrisa – Espero volver a verte algún día –se despidió y dio media vuelta pero la rubia sujeto su brazo deteniéndola, aquel contacto la hizo estremecer, haciendo que regrese a mirarla, notando una sonrisa un tanto misteriosa en la joven de ojos verdes.

Espero que no sea algún día… desde la noche de la fiesta, he esperando por volver a verte, te he buscando y por fin te he encontrado… así que espero verte más pronto de lo que crees, tu compañía es muy dulce y me gusta –su voz era baja con un tono dulce y tierno, que hizo estremecer a la aguamarina, Haruka la soltó con cuidado y le brindo una sonrisa – Que tengas una linda noche Michiru, nos veremos pronto –se puso su casco y encendió la moto poniéndola en funcionamiento acelerando para marcharse, que acaba de hacer.

Michiru se encontraba muy sonrojada y estaba segura de oír perfectamente los latidos de su corazón a todo ritmo, muy acelerados. Mantenía la mirada por donde se había ido la rubia, quien obviamente ya había desaparecido de su visión y en el fondo de sus corazón esperaba que aquellas palabras fueran ciertas, esperaba poder verla pronto. Una brisa la hizo temblar de frío, haciéndole que debía de entrar ya a casa y así lo hizo mientras en su mente se repetía: "esta ha sido el mejor día de mi vida".

Continuara…

Espero que les guste mucho, me he tomando una semana entera, sin dormir para poder hacerlo, la mente bloqueada y caótica no es una gran ayuda y más si pasas mucho tiempo leyendo libros, si parte de mi demora se debe a eso y a que en los últimos meses he pasado por una situación muy difícil, y pues en fin trate de desarrolla este capi más para no quedarme dormida en clases, si soy una descarada en clases y más con una computadora en mano. Pero bien espero que les guste este capitulo, iba a ser subido el jueves pero por leer recién puedo subirlo y recordado Aida Ross creo que me mencionaste algo con unas películas y te puedo decir que si me base más en Romeo y Julieta para ese capi, pero la otra peli no la he visto. Así que sin más decir y para demostrar que no me he muerto... estoy algo enferma ahorita si, pero sigo viva y molestado. Espero que les guste y procurare ahora si escribir más seguido, ya saben que sus comentarios, reviews, sugerencias, amenazas y todo lo leeré con gusto. Saludos.