Capítulo 1. Despierta a la realidad, idiota.
― Me convertiré en Hokage, y tendrán que grabar mi Sharingan y mis gafas en el monumento al Hokage.
El grito con entusiasmo mientras una sonrisa genuina bordeaba sus labios, frente a él estaba rin Nohara mirándolo con los ojos llenos de total sorpresa.
Pero eso duro un segundo, ella inmediatamente sonrió, no burlándose, si no una sonrisa que reflejaba que ella se estaba tomando completamente enserio las payasadas que este niño estaba diciendo.
Obito sonrió incluso más ampliamente, al ver eso, y luego mientras sus mejillas se sonrojaban, agrego como una ocurrencia tardía.
—es por eso que . . . ― Obito se rascó tímidamente su mejilla, mientras miraba hacia otro lado. ― es por eso que tú debes de observarme.
Él se sintió extremadamente avergonzado, y por un momento rezo porque su voz no haya llegado a los oídos de la niña, pero cuando volvió a mirar, ella lo miraba fijamente.
Su rostro estaba cerca, demasiado cerca, Obito retrocedió con un salto cayendo al suelo en el proceso.
― ¿por-por qué hiciste eso?
Le grito mientras trataba de ocultar su sonrojo.
La chica lo miro mientras inclinaba la cabeza confundida, luego sonrió, y respondió.
― dijiste que te observara, ¿no?, eso estaba haciendo.
Por un momento óbito se quedó en silencio, y bajo la mirada.
Luego con una enorme sonrisa levanto un pulgar a la chica y grito a todo pulmón.
― sí, tu solo obsérvame, me convirtiere en el Hokage más fuerte de todos y salvare el mundo, y detendré las guerras.
Estaba seguro en ese momento, que sus sueños eran posibles, y entonces con una sonrisa y sin vacilar, sin dudar que ese sueño se volvería realidad y que rin estaría hay para verlo, el sonrió con una sonrisa sin pretensiones e inocente en el mejor de los casos.
De la forma en que solo un niño puede ver el futuro, con ojos soñadores y inocentes, el esperaba con ansias ese futuro.
La luna estaba debajo de sus pies y era de un color rojo grotesco, el viento comenzaba a golpear la planicie en la cual se encontraba. Un aullido gutural lentamente se escurría desde todas direcciones, y se desvanecía en la nada.
Y este mismo hacia que la forma de la luna se desdibujará y ondulara a su alrededor, retorciéndola, destruyéndola pero siempre brillando con un desolador destello de color blanco debajo de él, sus pies estaban hundidos hasta los tobillos en un líquido cálido.
Era pegajoso, y como no podía ser de otra manera era rojo, un color rojo oscuro, las estrellas estaban por todo el cielo despejado, sobre un papel tapiz de color azul marino, como si fuera nada menos que miles de millones de puntos brillantes.
Obito Uchiha estaba en medio de este paisaje.
Desolado, agobiado y aterrorizado.
Obito Uchiha miro el charco rojo, como si observando eso, pudiera encontrar algo que él deseaba en este momento. . . una respuesta.
Ahora ya No se podía escuchar nada. Incluso el viento se había detenido en este punto, y el solo podía escuchar el goteo de las lágrimas que salían de su único ojo bueno. Lagrimas que caen mezclándose con el agua y con la sangre, y estas provocaban una serie de ondulaciones en el charco debajo de él. Su pupila era de un color rojo escarlata, incluso más profundo que el de la misma sangre, este tenía una extraña forma que podría llegar a parecerse a un remolino, formado por tres aspas que se conectaban entre sí.
Las lágrimas, se mezclaban con la sangre, y el olor a oxido se extendía por todo el lugar. El ya conocía ese olor, las múltiples veces que lo había olido, fue por que alguien había resultado herido o había muerto.
Pero es este momento ese olor era tan fuerte y tan real, que casi provoco que vomitara.
Su pelo estaba húmedo y pegajoso, su cuerpo mismo estaba cubierto de sangre, así como la túnica de color café oscuro, que por la poca iluminación se podría confundir con el color negro, que llevaba encima.
El silencio era asfixiante, Terriblemente asfixiante.
Él quería gritar, quería destruir todo lo que lo rodeaba, quería destrozar este silencio que lo rodeaba. No quería estar en silencio, porque de esa manera no podía escapar de los pensamientos que recorrían su cabeza.
Pero no podía, no tenía la fuerza para hacerlo, estaba agotado, deshecho, sin esperanza. Incluso si seguía buscando un motivo por el cual gritar, por el cual poder desatar la frustración que golpeaba su débil corazón, no podía encontrarlo.
O Más bien, incluso si lo hacía, incluso si gritaba a los cuatro vientos, incluso si seguía matando sin descanso, todo era inútil.
Obito sintió el peso de lo que había pasado sobre su pecho.
El sonido del millar de aves, la electricidad recorriendo el viento, ese momento era tan vivido, tan vivido que no podía sacarlo de su cabeza, tan vivido, y plasmado para siempre en su memoria gracias a su Sharingan.
Dolía. Dolía terriblemente.
Lo que más había anhelado durante tanto tiempo, era su maldición en este momento.
Entonces el no pudo soportarlo más, y sus rodillas cedieron. La sangre chapoteo a su alrededor.
Miro su reflejo en la sangre, y solo pudo ver el rostro de un niño destrozado.
El solo tenía 13 años, a unos pocos meses de cumplir catorce, incluso si él fue considerado un chuunin, al final del día eso no significaba nada.
Cualquier niño que se le diera un kunai, y sea mandado al campo de batalla era considerado un ninja, y luego moriría, y luego de eso.
Nada pasaría.
Su muerte no significaba nada.
La mayoría de los niños que no pertenecían a un clan, eran huérfanos, carne de cañón, enviados a morir en una guerra que ni siquiera entienden, con sus cabezas llenas de la mierda que les inculcaban en la academia.
Volverse héroes, salvar a sus compañeros, convertirse en Hokage.
Solo eran estupideces, Obito cerro su ojo con fuerza, mientras la frustración se acumulaba en su pecho.
Cuando lo volvió abrir, pudo ver su apariencia.
Su cabello era largo, y había picos de color blanco manchados de rojo que lo rodeaban, la mitad derecha de su rostro tenía feas cicatrices, y su ojo estaba inyectado en sangre y las lágrimas seguían fluyendo, del otro lado, su cara era la misma que siempre había tenido, pero su ojo estaba cerrado.
Era la primera vez en mucho tiempo que veía su propio rostro, desde que paso lo del puente kanabi, el había estado en esa oscura y solitaria cueva, solo acompañado por Madara y sus subordinados, si podía llamarlos de esa manera.
Sus labios estaban apretados, y las comisuras de estos temblaban visiblemente. Su cuerpo entero estaba temblando De ira, de impotencia, de dolor y una terrible soledad.
Llevo una mano a su pecho, y apretó la túnica en ese punto.
Con cada latido de su corazón, solo podía sentir dolor.
Porque su corazón estaba latiendo, pero el de ella ya no.
Por qué él estaba vivo, y ella no.
Por qué no pudo llegar a tiempo.
Por qué tuvo que llegar tarde en este momento, cuando era realmente importante.
Por qué Kakashi rompió su promesa. . . .
¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?¿Por qué?¿Por qué?
¿Por qué estaba pasando todo esto?
Entonces su ojo se encontró con algo que flotaba en la sangre, era una máscara de porcelana blanca, mezclada con materiales especiales que usaban los llamados ambus de su aldea, y al parecer también los usaban los ninjas de kiri. Obito aturdido miro la máscara, luego miro a su alrededor, girando lentamente su cuello.
Cuerpos destrozados, sangre por todos lados, miembros amputados, órganos mezclándose con el charco de sangre, el horrible y penetrante olor de la muerte, entrando por sus fosas nasales.
Repentinamente Obito se sintió horrorizado.
El. . . él había hecho esto. . . . ¿Por qué?
Y la razón era obvia. Girando su cabeza una vez más, vio aquello que había estado intentando evitar.
El cuerpo de una chica estaba en medio de la sangre, como si flotara en el mar. Su rostro era pacifico, y sus ojos estaban cerrados.
Pero al igual que él, estaba cubierta de sangre, no solo la suya, sino también la de los ninjas que la persiguieron.
El ojo de Obito viajo al agujero en medio del pecho de la chica, la ropa alrededor de la herida fue quemada, al igual que la piel de ella, probablemente. Desde las esquinas de los labios de la chica, líneas rojas se dibujaron y escurrieron a los lados.
La respiración del chico se volvió errática, mientras sentía como su estómago se revolvía. Pero solo era eso, la sensación.
Todo había terminado, rin estaba muerta.
Frente a él estaba su cuerpo sin vida.
Ella nunca volvería a sonreír, nunca volvería a curarlo cuando por alguna estupidez se hiriera.
Nunca podrían volver a caminar juntos.
Todo había terminado, incluso si el sol seguía saliendo cada mañana, incluso si el mundo seguía girando, para el todo termino.
Recordó el lejano pasado, que ahora se desvanecía lentamente, el siempre gritando patéticamente que se convertiría en Hokage, y ella siempre apoyándolo y creyendo en él, incluso cuando era obvio que él no tenía el talento para ello.
¿Por qué?
Una vez más esa pregunta paso por su cabeza, como un mantra.
¿Por qué estaba pasando todo esto?
Se preguntó mientras apretaba los dientes, y sus puños.
Pero su pregunta fue dirigida al vacío, y nadie le daría ninguna respuesta.
Con el corazón destrozado, él se puso de pie.
Sintió como sus piernas vacilaban, el dolor en su pecho era inconmensurable.
Pero siguió caminando, lentamente.
Obito miro el cuerpo de rin en el suelo.
No había nada que hacer.
Ella estaba muerta.
― Rin . . .
El murmuro con un nudo en la garganta, apretó los puños.
Repentinamente recordó las palabras de rin: (siempre te estaré observando.)
Rin siempre había cumplido con su promesa, siempre lo observo, incluso cuando él era patético, ella creyó en el hasta el final.
Pero él. . . él es un fracasado, rompiendo todas sus promesas, gritando palabras vacías, llegando tarde.
Ahora que rin ya no lo observaría, nada tenía sentido.
Quizás el sol volvería a salir por la mañana. Quizás la luna era hermosa en este momento, quizás en algún lugar hay un niño que sueña con ser Hokage.
Quizás él podría seguir adelante.
Quizás el dolor que sentía en su pecho, pasaría, se haría más pequeño con el tiempo, y podría seguir viviendo.
Quizás. . . Quizás podría volver a sonreír.
Pero su corazón estaba roto.
Además, él no es nada.
Nunca será nada.
Y nunca podrá ser alguien.
Aun con eso, cargo con un sueño ambicioso, cuantos más como el, tienen el mismo sueño, miles sin duda alguna, niños sonriendo y corriendo a su muerte, con el sueño de algún día ser alguien-
Obito miro hacia el cielo.
Los rayos de la luna golpearon su rostro.
En sus sueños fue el Hokage más fuerte, en sus sueños rin siempre estuvo observándolo, en sus sueños todos eran felices.
Pero ahora está convencido, que lo único real en este momento es el dolor.
Fallo en todo.
No había ningún propósito para su vida.
Bajo su mirada y lo único que pudo ver fue sangre y muerte, sangre y muerte es lo único que hay en este mundo.
Cargo con miles de sueños, pero el mundo no es para soñadores, el mundo es para aquellos con el poder de conquistarlo.
Obito miro de nuevo a la chica, lentamente se puso de rodillas.
Acerco su mano cubierta de sangre, a la mejilla de la chica.
Pero, como si fuera un fantasma, paso atravez de ella.
Su mano se retractó inmediatamente, luego, en vez de volver a intentarlo, dejo caer sus temblorosas manos a sus costados.
Rindiéndose por completo a este mundo, y la verdad absoluta de que no había ningún motivo para el dolor, para las guerras, para las muertes, no hay ninguna respuesta.
Las cosas pasan, las personas mueren, nadie recordaría la vida de rin, ella seria olvidada en algún momento, el seria olvidado, no el ya fue olvidado.
Fue olvidado, en el momento en que fue aplastado por esa roca, el murió, Obito Uchiha está muerto.
Miro al suelo, mientras apretaba los dientes, las lágrimas caían por su rostro, mientras sollozaba como un niño pequeño.
Sintió que todas sus lágrimas se estaban derramando en un torrente interminable, su visión incluso, son su Sharingan se volvió borrosa, incluso se preguntó por un momento, si él había muerta de verdad, y este el infierno.
Óbito comenzó a producir un sonido extraño, era como si estuviera tratando de gritar, pero también era como si grito se hubiera atorado en su garganta, era el patico intento de un grito.
Luego el soltó un grito desesperado, era la primera vez en su vida que podía sentir este tipo de dolor.
Algo desgarrador que penetraba en lo más profundo de su ser, que lo llevaba a pensar que un agujero fue abierto en pecho.
El amargo de sabor de la tristeza, de la desesperación, la muerte definitiva de óbito Uchiha.
"Nada en este mundo sale como uno lo planea. Cuanto más tiempo vives, más te das cuenta de que en realidad solo existe el dolor, el sufrimiento y la futilidad"
Las palabras de Madara repentinamente acudieron a su cabeza.
En este mundo, dondequiera que haya luz, también hay sombras.
Óbito miro fijamente la luna mientras las palabras de Madara se repetían una y otra vez en su cabeza, como un mantra, como si por fin estuviera entendiendo algo.
Y entonces se dio cuenta, por primera vez en su vida estaba viendo como era el mundo realmente.
Fue como si una vende hubiera caído de sus ojos.
Como si hubiera estado en la oscuridad todo este tiempo, y ahora podía ver la la luz, y no le gusto lo que vio.
Este mundo donde todos sufren, donde todos se llena de dolor y miseria, donde cumplir las promesas es imposible, este mundo lleno de maldad y futilidad.
No le gustaba nada de esto.
Pero pensándolo bien, este mundo siempre había sido de esta manera, ¿no es así?
Kakashi lo sabía.
Minato lo sabía.
Rin lo sabía.
El único que nunca se había parado a ver cómo era el mundo realmente era él.
Se dio cuenta de su propia estupidez, de su propia ignorancia, había vivido feliz mientras ignoraba todo eso, mientras otros sufrían él se consolaba con pensamientos de auto satisfacción.
No Konoha, ni la aldea de la niebla, ni Madara, ni él.
Ninguno de ellos era verdaderamente inocente en este mundo.
"romper el ciclo de este mundo, un mundo de solo vencedores, de solo paz, de solo amor, construiré un mundo solo con eso"
Recordando las palabras de Madara, él pensó que Era imposible
Óbito bajo la cabeza y miro hacia el cuerpo de rin.
Se preguntó, si realmente era posible un mundo como ese.
Si . . . incluso si era una posibilidad en un millón, incluso si al final del día todo fallaba, incluso si Madara solo lo estaba engañando . . . óbito quería creer en eso, quería creer en ese mundo ideal que Madara había dicho que podía crear.
Miro el cuerpo de rin una última vez.
Apretó sus puños.
Cuanto tiempo había estado llorando, cuanto tiempo seguiría en este lugar.
—Óbito . . . . — una voz molesta y aguda, resonó en sus oídos, era la voz de Zetsu, por un momento óbito no dijo nada, incluso luego de unos momentos el solo se mantuvo en silencio, pareció que Zetsu estaba esperando su respuesta, pero luego de un momento, el solo se mantuvo callado. — óbito . . . al aparecer alguien se acerca hacia este lugar, está lejos, pero llegara en poco tiempo . . .
Zetsu dijo, pero no recibió ninguna respuesta de parte de óbito, el solo se mantuvo un momento mirando el cuerpo de rin, y luego giro sus ojos y miro a Kakashi, que estaba tirado a unos cuentos metros.
—¿es Minato-sensei? — óbito finalmente pregunto luego de una larga pausa.
Si, se mueve muy rápido, lo más seguro es que aparezca en unos minutos.
. . . — óbito pensó que él estaba mintiendo, Minato-sensei tenía esa habilidad de espacio tiempo, si el realmente estuviera viniendo probablemente llegaría en solo un parpadeo, se preguntó por qué estaba pensando sobre esto, y entonces se dio cuenta de algo, en este momento, se sentía vacío, tanto así que lo único que podía hacer era pensar sobre lo que Zetsu estaba diciendo. — . . . bien.
Él dijo con un tono plano, se puso de pie y comenzó a caminar entre la sangre.
No sin antes mirar una última vez a sus compañeros. Apretó los puños y se dio la vuelta ingresando al bosque.
En el lugar desolado.
Donde los restos de las fuerzas especiales de los ambos, y dos Shinobis de Konoha estaban tirados en el suelo.
algo surgió del suelo.
Era como un capullo de color verde, formado por varios picos, luego de un segundo los picos s abrieron revelando una figura de color blanco, tenían una forma muy parecida a la de un humano, excepto que la mirada de su cuerpo parecía no existir, alguien que la mitad de su cara, tenía un solo ojo de color verde, y cabello del mismo color.
La figura examino toda la escena un momento, admirando la brutalidad de la pelea que se había desatado, casi encontró imposible creer que se niño hubiera sido capaz de esto, peor de hecho el mismo lo había visto, así que no tenía ninguna duda. Luego de un momento ser miro en la dirección de cierto ninja de cabello plateado con una sonrisa extendiéndose por su cara.
El ser se movió más cerca de él, luego de examinarlo por un momento, extendió su único brazo hacia la cara del chico, y abrió su ojo derecho.
Su sonrisa se volvió más espelúznate mientras metía sus dedos en la cuenca del ojo, y luego de un proceso que hubiera sido extremadamente doloroso para el niño si estuviera consiente, el ser arranco el ojo de color rojo, con tres aspas de color negro.
La sangre comenzó a derramarse del ojo del chico, pero el ser lo ignoro, mientras el órgano recién extraído, se hundía en su mano como si esta fuera de mantequilla.
Un momento después, la figura se hundió en el suelo y desapareció sin dejar rastro.
Óbito abrió sus ojos.
Dos orbes negros se abrieron y vieron el techo de una caverna, el área era irregular y de color casi completamente negro. Solo había un poco de luz proporcionada por unas antorchas extendidas por todo el lugar, separadas por unos cuantos metros unas de otras.
Cuando tenía su Sharingan activo no eran necesarias, porque incluso con poca luz él podía ver claramente sus alrededores, pero en estos momentos él no lo tenía activado.
Madara le había sugerido que siempre lo mantuviera activada, para su cuerpo se acostumbrara a eso, incluso le comento que en su mejor momento él siempre lo tenía activo, óbito pensó que más que ser algo útil, era una cuestión de orgullo.
Aún así el siguió ese consejo la mayor parte del tiempo.
El ónix se convirtió en escarlata cuando sus pupilas se tiñeron de ese color y tres tomoes giraron.
Óbito miro el lugar una vez más, como siempre la experiencia de activar su Sharingan era aterradora, era como ver un mundo completamente diferente al que veía antes, ahora entendía por que los de su clan estaban tan orgullosos de estos ojos, casi llegando al punto de fanatismo, y menospreciar a aquellos no lo despertaban.
Siempre se imaginó que cuando tuviera su Sharingan se volvería un súper ninja, y que convertirse en Hokage seria pan comido.
Llevo una mano y la coloco sobre su ojo derecho.
Habían pasado algunos meses desde ese momento.
Pero para él, los recuerdos todavía se sentían nítidos, como una pesadilla que siempre podía ver, incluso si ya no necesitaba dormir, era algo que pasaba todos los días.
En cuento dejaba de entrenar, o cuando dejaba de pensar sobre el plan de Madara, los dolorosos recuerdos de esos días volvían a él, como acabaran de pasar.
Gracias a su Sharingan esos recuerdos quedaron grabados profundamente en su memoria, cada detalle, absolutamente todo fue captado por estos ojos.
Óbito entrecerró lo ojos y se sentó en la cama que había estado usando desde hace algunos meses-
Tenía que aceptar algo, y es que él no estaba tan equivocado respecto a sus expectativas sobre el Sharingan, sin duda una vez despertó estos ojos, su crecimiento se disparó, incluso alguien que no era un genio como el, pudo dar pasos agigantados en su desarrollo, ninjutsu, taijutsu, incluso el genjutsu que siempre se le había dado fatal ahora era sencillo de manipular, no era exactamente un maestro en este, pero sin duda incluso podría meter a un jounnin en una ilusión.
Pero la verdad es que esto no se debía únicamente a su Sharingan, la mayor parte de este repentino crecimiento se debió a quien era la persona que lo estaba entrenado, el legendario Madara Uchiha, él tenía una reputación que todos los Uchihas conocían, y óbito tenía que admitir que esa reputación se quedaba corta.
Aunque ahora él estaba muerto.
Luego de enseñarle todo lo que debía de saber, por medio de tsuyomi, óbito solo tuvo que trabajar sobre esas bases durante los últimos meses, entrenando sin descanso, sin dormir, solo se había tomado siestas de vez en cuando, por que notaba que su destreza mental se veía un poco mermada por la falta de sueño.
Aparte de eso su vida únicamente se había basado en volverse más fuerte.
Miro sus manos y las apretó con fuerza.
Su cabello estaba largo, tanto así que le llegaba hasta por la mitad de la espalda, dejaba que un mechón de cabello cubriera la parte de su rostro que había quedado aplastado por la roca.
En estos momentos, solo estaba usando un pantalón ninja de color negro, había varias túnicas colgadas en un estante en la pared, algunas eran de color café, y otras eran de color negro, él nunca las había usado, después de todo no las necesitaba para sus entrenamientos.
Se quedó sentado unos momentos, y no hubo el mas mínimo sonido.
Normalmente era ruidoso, porque Zetsu espiral y Zetsu blanco siempre estaban rondado por ahí, pero ahora ellos no estaban por ningún lado.
Zetsu blanco, junto con Zetsu negro, la llamada voluntad de Madara, se habían ido para realizar una recopilación de información, sobre la persona que poseía el Rinnegan.
Óbito escucho de Madara, que era alguien de clan Uzumaki.
El mismo clan que kushina-san. Óbito se preguntó si esa persona también tendría el color de cabello ónix.
Negó con la cabeza, una vez más solo estaba pensando en cosas inútiles, algunos hábitos son difíciles de olvidar.
—Ya regrese. . — una voz familiar resonó en la cueva, fue estridente y para la mayoría de la gente esta voz seria calificada como irritante, el mismo óbito la consideraba de esa manera, giro sus ojos, y miro a Zetsu espiral. — ¡hola bobito!
El ser de color blanco, y cara de caca dijo mientras lo miraba con ese único agujero en su cabeza. Óbito lo ignoro un poco, mientras se levantaba de la cama y caminaba hacia el área donde entrababa.
Zetsu espiral hizo un puchero, de alguna manera.
Y siguió a óbito.
—¿y que descubriste? — óbito pregunto intentando sonar lo menos interesado posible, en realidad estaba curioso por saber la situación de Konoha, bueno especialmente de kushina, al final del día incluso con ella había rompido su promesa, y al final no había regresado. Óbito entrecerró los ojos y un brillo de dolor apareció en ellos por un segundo.
—Al aparecer la Uzumaki está esperando un hijo . . ..
La mente de óbito quedo en blanco por un momento.
—Ya veo. — dijo luego de una muy larga pausa.
Esta vez otra voz resonó en la cueva, era más grave, menos juguetona y más seria.
—También describí como está organizada la vigilancia, aunque el momento en que podríamos realizar un movimiento seria cuando ella dé a luz, después de todo en es momento el sello será más débil.
Óbito giro sus ojos mi vio a Zetsu estaba colgado del techo, mientras lo miraba con una sonrisa de un lado, y un solo ojo de color amarillento en la otra parte cubierta de negro.
Óbito no dijo nada por un momento, al final se limitó a decir.
—Ya veo. — óbito dijo luego de un momento agrego como una ocurrencia tardía. — también terminaste con tu investigación Zetsu.
Dijo mientras miraba a Zetsu negro, el asintió.
La situación actual del país de la lluvia es muy beneficiosa para nosotros, además al parecer Nagato, el usuario del Rinnegan esta formando un pequeño grupo, al parecer busca conseguir la paz en su aldea, aunque conociendo la naturaleza de hanso de las salamandras, dudo que eso sea posible, por ahora deberíamos de contactarlo lo más pronto posible, y luego podríamos ir por el nueve colas.
Óbito asintió.
—Voy a salir un rato. — óbito agrego luego de un momento.
Hubo un silencio que se extendió por una eternidad.
—Bien, pero que te acompañe Zetsu espiral.
Óbito giro sus ojos rojos, y miro a Zetsu negro un momento, el rojo del Sharingan brillo con sospecha.
Era la voluntad de Madara, ¿no es así?
Entonces Zetsu negro creía que él estaba dudando, y le estaba enviando junto con Zetsu espiral para mantenerlo vigilado, óbito miro hacia delante, y se preguntó lo mismo.
Desde ese día, cuando todo cambio.
Constantemente se hacia la misma pregunto, algo había cambiado, él había cambiado.
Pensó tanto en eso, que al final el mismo no fue capaz de decir si eso había pasado, o era que el mismo que ya no podía saber que era lo que estaba pensando por su cabeza, múltiples pensamientos, la mayoría de ellos depresivos y pesimistas lo habían inundado por completo.
Él nunca había tenido un corazón fuerte, era algo que él sabía ahora.
Y tal vez por eso que cuando todas esas emociones y pensamientos lo inundaron, el simplemente se aferró a lo que sea para no romperse, para no ceder a esa tormenta que amenaza con consumirlo por completo.
Pero él podía decirlo sin pensarlo dos veces.
Algo se había estado rompiendo lentamente.
Desde ese día, algo había comenzado a romperse, aferrarse al plan de Madara, convencerse de que este mundo no valía pena.
Entrenar incansablemente todos los días.
Aferrarse a esa insignificante esperanza de crear un mundo donde todos puedan ser felices.
Pero incluso en este momento, él sabía que todo eso no valía la pena.
La idea de lastimar a kushina, la idea de lastimar a su hijo, óbito lo sabía mejor que nadie todas las dudas que surgieron en su cabeza cuando esos pensamientos llegaban.
No estaba dispuesto a lastimarla, no quería hacerlo, pero era la única manera.
Entonces una cosa era obvia. . .
Óbito dejo de mirar a Zetsu negro, y miro al espiral.
—Está bien. — óbito dijo, Zetsu espiral corrió hacia él y comenzó a abrirse como si fuera un capullo luego de un momento se extendió por el cuerpo de óbito, y lo envolvió por completo, dejando solo visible su ojo de color escarlata. — volveré pronto.
Óbito dijo, mientras miraba a Zetsu negro. Comenzó a caminar fuera por la cueva, pero se detuvo finalmente.
—Por cierto, Zetsu. — Obito se giró y luego enfoco sus ojos en la figura bicolor. — tengo que hablar contigo después, pero siempre eres muy escurridizo.
Los ojos de Zetsu se abrieron con sorpresa y confusión, un momento después a una velocidad imposible, su cuerpo su absorbido por un espiral, la parte negra se había intentado separar del cuerpo, pero fue inútil el remolino los arrastro hasta desaparecer.
Hubo un silencio muy pesado sobre la habitación luego eso.
—Entonces a dónde vamos. — Guruguru dijo con una voz animada como si nada importante hubiera pasado.
Obito sonido ligeramente ante ese infantil comportamiento, y luego dijo.
— A Konoha.
Él dijo mientras tomaba una túnica, y se la colocaba.
luego el desapareció en solo instante, que casi pareció que había usado la técnica del relámpago amarillo.
Óbito se materializo en las afueras de Konoha.
Lo suficientemente lejos como para no ser notado por las patrullas de guardas que realizaban un constante guardia en al área cercana a la aldea.
Óbito se paró en un árbol, y luego de un momento.
—Oye, guíame para entrar a la aldea sin ser notado.
—Bien. — la voz animada de Zetsu espiral resonó en cabeza.
Óbito miro hacia la aldea, incluso desde esta distancia gracias a sus ojos, podía ver con claridad. entrecerró sus ojos, y fue absorbido por un remolino a una velocidad asombrosa.
Óbito se materializo en alguna parte de la aldea, ocultando su chakra y su presencia óbito se ocultó entre las sombras de un edificio.
—Hey óbito, ¿Qué planeas hacer aquí?
Guruguru pregunto en la cabeza de óbito, el no respondió por un momento luego dijo con una voz monótona. Óbito sonrió amargamente, a veces olvidaba que Guruguru era más inteligente de lo que pensaba.
—En realidad . . . quiero hablar con Kushina-san . . . — óbito decidió confiar en Guruguru, él le había brindado su ayuda cuando tuvo que ir para tratar de salvar a rin, sabía que estaba siendo muy infantil por pensar que Guruguru era su aliado. Pero quería creer en el.
—Óbito, yo creo que el plan ojo de luna ayudara a la humanidad . . . — Guruguru dijo con una voz más seria de lo normal, pero luego agrego con una voz menos aburrida y un poco más alegre agrego. — pero está bien, te ayudare a reunirte con ella . . . porque eres un buen chico.
Óbito guardo silencio, y luego de un tiempo finalmente dijo. — gracias . . .
De hecho, eso era todo lo que óbito tenia para decirle a Guruguru, estaba agradecido por todo lo que él había hecho.
Óbito alzo sus ojos, y vio el monumento a los hokages.
Adornado con un cielo azul brillante, cuatro rostros fueron esculpidos en la piedra de esa ladera, tres de ellos eran familiares para él, los había visto incontables veces durante su vida.
El cuarto de ellos era nuevo.
Óbito miro ese rostro durante algunos momentos.
"seremos hokages, ¿verdad? Óbito"
Los ojos de óbito se entrecerraron mientras miraba el rostro de su antiguo sensei. Luego desapareció en un vórtice.
Kushina probo la comida que estaba preparando.
Una sonrisa de trufo apareció en su cara, satisfecha con el resultado, asintió varias veces para sí misma.
Apagó el fuego de la estufa, y luego comenzó a sacar algunos platos de color blanco y colocarlos sobre la mesa de su humilde apartamento, que compartía con su esposo, Minato.
El había estado muy ocupado desde que fue nombrado Hokage de la aldea.
Ese era un sueño que ambos habían compartido desde que eran niños, y aunque al final del día ella no lo logro, estaba feliz de que él lo hubiera conseguido.
Ella dejo de colocar los cubiertos, y llevo una mano a su pecho.
La sonrisa de cierto chico de cabello negro paso por su cabeza en ese momento.
—Idiota . . — ella murmuro mientras miraba la ella debía de haberse acostumbrado a esto, después de todo era una shinobi, incluso si ahora estaba fuera de servicio por su embarazo, ella debía de estar acostumbrada a esta, ella sabía desde el principio los peligros de la guerra, no era solo él, también rin se había ido. — . . . .
Ella se mantuvo en silencio un momento.
Había llorado mucho cuando le llegó la noticia, incluso había llegado a culpar a Minato por eso, pero ella sabía que solo estaba enfada y con el corazón destrozado, sabía que Minato no tenía la culpa, era lo que pasaba en las guerras.
Cuando se enteró que estaba embarazada fue como un rayo de luz en medio de todo el caos.
Ahora incluso si Minato estaba ocupado con los asuntos del Hokage, ella no se sentía sola.
—Naru-chan . . . — ella dijo mientras acariciaba su barriga.
Ella sacudió su cabeza, miro por la ventana de la cocina y logro ver a Kakashi, bueno incluso sin eso ella podía sentir su chakra desde donde estaba, entonces ella estaba a punto de acercarse a la ventana para invitarlo a comer, probablemente él era una de las personas que más había sufrido.
Sus ojos se abrieron con sorpresa, rápidamente se dio la vuelta y trato de golpear a alguien que apareció detrás de ella.
No era una forma de decirlo, literalmente solo aprecio, el sentimiento le recordó a Minato, pero era claro que no era él.
El atrapo su puño.
Kushina trató de pensar en algo, mientras examinaba la figura, tenía una túnica de color negro, su rostro era una espiral, con solo un orificio donde ella supuso que estaba su ojo.
Pudo sentir a Kakashi moviéndose en su dirección.
Pero ella no pudo hacer nada, incluso Kakashi que corrió con todas sus fuerzas no fue capaz de dar más de dos pasos, en solo un segundo su figura se desvaneció en un remolino.
Luego el propio atacante también lo hizo.
Kakashi rompió la ventana, y entro a la cocina con un kunai en sus manos.
Pero no había nada, por un momento se quedó paralizado, luego apretó sus puños con tanta fuerza que sus uñas se clavaron en sus palmas, inmediatamente después realizado una invocación apareciendo un perro en medio de una nube de humo.
Envía el mensaje de que Kushina-sama fue secuestrada ahora.
El grito con urgencia, el perro no lo pensó dos veces y desapareció, Kakashi salió corriendo del departamento, empezó a moverse sin un rumbo dijo, pero desesperadamente buscando señales de Kushina. Convocando a otro perro para que buscara el olor de ella.
Ella no sabía describir esa sensación.
Fue como si su cuerpo fuera revuelto, ondulado, y absorbido y luego es como si ella hubiera sido escupida, cayo de rodillas, un poco mareada por ese repentino salto, era parecido a cuando Minato usaba su técnica, pero al mismo tiempo era diferente.
Ella no tardo ni dos segundos en recuperarse, rápidamente se puso de pie.
Miro a sui alrededor, y se dio cuenta de que estaba en un lugar completamente imposible.
El cielo era completamente oscuro, pero ella podía ver con claridad que este lugar estaba formado por innumerables estructuras rectangulares de diversos tamaños, algunas de unos pocos metros y otras que parecían tan grandes como un edifico entero.
Ella trato de sentir algún chakra cercano, pero no pudo encontrar nada.
Ella miro hacia delante. Y una figura repentinamente se materializo de la nada.
Era la misma que la había enviado aquí en primer lugar.
Ella no espero otra señal y en solo una fracción de segundo cadenas de color dorado aparecieron desde su espalda, y se extendieron tratando de alcanzar a esa figura.
La figura se quedó parada un momento, y luego con una agilidad increíble comenzó a esquivar todas las cadenas.
—No sé quién seas, pero te voy a dar una paliza dattebane . . .
Ella grito, siempre fiel a su filosofía de primero golpear y preguntar después.
La figura continúo esquivando son facilidad sus cadenas, ella no podía darlo todo porque no quería que eso pusiera en peligro a su bebe, Kushina apretó los dientes, y se preguntó por qué Minato tardaba tanto.
—Uzumaki Kushina . . . — la voz de la figura era grave, como la de alguien mayor, Kushina entrecerró los ojos, mientras continuaba atacándolo. — no quiero pelear con usted. . ..
Kushina rio amargamente.
Si quieres hablar, entonces no debiste de haberme secuestrado, idiota.
—. . . — la figura se mantuvo en silencio, pero luego de un momento de contemplación decidió decir algo. — supongo que ya viste a tu alrededor, ¿verdad?
Si ¿y qué?. — ella grito esperando que por la conversación el hombre perdiera la concentración en la pelea y ella pudiera atraparlo.
Esta es mi dimensión . . . así que nadie podrá llegar para ayudarte, incluido el cuarto Hokage . . . . — el hombre dijo, y en ese momento Kushina detuvo sus cadenas, pero continúo mirando al hombre, este también se dejó de mover, y dijo. — si yo muero, no podrás volver y quedaras atrapada en este lugar, así que por favor no haga lo que esta pensado en hacer.
Los ojos de Kushina de abrieron, pero ella todavía lo hizo.
Las cadenas se dispararon desde debajo de los pies del hombre, y lo rodearon por completo, incluidos sus brazos, apretó con fuerza al hombre.
—Entonces solo te obligare a devolverme . . . — ella dijo mientras levanta su puño, feliz de haber atrapado al hombre.
—No tienes que obligarme, solo quiero hablar con usted. . .. por favor.
Cuando Kushina escucho ese "por favor", ella dejo de reír, y miro al hombre con los ojos abiertos, por un momento no pudo producir ninguna palabra, la voz del hombre sonaba tan . . . desesperada. . . ella pudo sentirlo, causando que incluso en estos momentos ella dudara.
Ahora bien, Kushina era impulsiva, un poco cabeza hueca en algunas ocasiones, pero no era estúpida de ninguna manera, aun así, en estos momentos al escuchar a ese hombre suplicarle por tener una conversación con ella, algo se movió en su interior, una punzada de culpa.
No tenía sentido, pero en alguna parte dentro de ella.
Miro al hombre en silencio.
Su rostro estaba cubierto por una máscara de color blanco.
Luego de un momento Kushina pensó que estaba loca por lo que estaba a punto de hacer.
—¿de qué quieres hablar? — ella pregunto, pero sin dejar de sostener al hombre con sus cadenas, si el estaba diciendo la verdad entonces era obvio que ella estaba perdida si mataba a este hombre y quedaba atrapada en esta dimensión, no era aun genjutsu ya lo había comprobado, así que, su única opción era ganar tiempo.
Miro al hombre con los ojos entrecerrados, y lista para que sus cadenas lo convirtieran en pulpa si intentaba hacer algo.
Óbito miro a Kushina a través del orifico de su máscara.
Por un momento se quedó sin palabras.
—¿Qué piensa de las guerras?
Él dijo luego de un momento.
Kushina lo miro con los ojos entrecerrado, óbito sintió una punzada de culpa por tener que ponerla en este tipo de situación, pero pensó que esta era la manera más apropiado, quería mantener oculto el hecho de que el aún estaba vivo.
—. . . las guerras son terribles. — dijo ella finalmente.
Óbito pudo ver la tristeza en sus ojos, incluso si ella lo trato de ocultarlo.
Ya veo. — él dijo, y luego agrego. — qué pasaría si le yo le dijera que puedo crear un mundo donde todos sean felices.
Kushina lo miro un momento, pero no dijo nada.
—Este mundo está lleno de sufrimiento, de miseria y de dolor, ¡Despierta a la realidad!, Nada en este mundo sale como uno lo planea. Cuanto más tiempo vives, más te das cuenta de que en realidad solo existe el dolor, el sufrimiento y la futilidad. El hombre busca la paz, pero al mismo tiempo anhela la guerra. Esos son los dos reinos que pertenecen únicamente al hombre. En este mundo, dondequiera que haya luz, también hay sombras.
Óbito repitió palabra a palabras, lo que Madara le había dicho.
Miro a la expresión de Kushina, ella misteriosamente no parecía impresionada o enojada.
Ella solo lo miro.
—¿Qué piensas de un mundo donde solo hay amor, donde solo haya vencedores, donde todas las personas que amas estuvieran hay?, no sería maravilloso poder crear ese mundo.
—. . . — la mujer lo miro, y el cuerpo de óbito se tensó, ella lo estaba mirando con . . . lástima, Kushina luego de un momento de mirarlo fijamente, dijo con una ligera sonrisa. — sí, sería maravilloso un mundo como ese . . .
Los ojos de óbito se abrieron con sorpresa, no pensó que ella fuera a decir eso, pero sus siguientes palabras lo sorprendieron incluso mas.
—Pero sabes . . . cuando te escucho decir todo eso, siento que ni tú mismo crees en lo que estás diciendo, solo estás haciéndote el duro dattebane.
Ella dijo mientras lo miraba, sintió las cadenas apretarse un poco más, probablemente ella pensó que él estaba tratando de distraerla, pero incluso en esta situación ella respondió con seriedad a sus preguntas, óbito pensó que Kushina era demasiado amable.
—Ah . . . — óbito pensó. — ella se dio cuenta.
El mismo lo sabía, solo repitió las palabras que Madara le había dicho ese día, repitió todo exactamente, pero la verdad era que el no creía en eso.
En primer lugar, el plan en sí mismo requería de extraer el bijju a Kushina, lo cual sin ninguna duda significaría su muerte.
En ese momento óbito había evitado pensar sobre eso, porque la sola idea de lastimar a Kushina parecía demasiado, estaba enojado, furioso, con Kakashi, con Minato-sensei, y en ese momento pensó que estaba bien, porque al final del día Kushina también volvería a estar en ese mundo que el crearía.
Pero mientras más tiempo pasaba, más pensaba sobre eso, y al final del día se dio cuenta que no era verdad.
Él no estaba bien con lastimar a Kushina, o a Minato, estuvo enojado durante algún tiempo, pero se dio cuenta que nadie tenía la culpa, todos fueron usando en esta guerra, en otras palabras, era el mundo el que estaba mal.
Entonces el plan de Madara no parecía tan malo, pero incluso así, óbito sabía que era una vil mentira.
De hecho, él ya había renunciado a ese plan.
Porque el dolor que sentía todos los días era. . . insoportable,
Mientras más entrenaba, mientras más planeaba más se daba cuenta de que el dolor solo se hacía más fuerte.
Sintió que se estaba rompiendo, no quería lastimar a Kushina, no quería matar a gente inocente para conseguir su sueño egoísta, su corazón no podría soportarlo.
Cada día, cada minuto, cada segundo, sentía que ya estaba muerto, que estaba vacío.
Miro a Kushina con su único ojo visible, en realidad el solo quería hablar una ultimas vez con ella.
Quería cumplir con su promesa de volver, incluso si solo fue por un corto periodo de tiempo, incluso si Kushina no sabía que era él.
—No sé qué es lo que hayas pasado . . . — Kushina comenzó, por alguna razón sintió simpatía por este hombre, incluso si la secuestro, ella de alguna manera podía sentirlo, algo que le hace a pensar que él no le haría daño, que de hecho lo único que quería era hablar, pero sus años como shinobi, no le permitieron confiarse. — es verdad que el mundo es como yu dices, pero también hay cosas buenas, todos hemos sufrido en el camino, es parte de la vida no solo de los Shinobis, sino de todos nosotros . . .
Kushina dijo mientras recordaba que muchos de sus compañeros habían muerto. Recordó a ese niño arrogante y gritón, recordó a esa niña amable y considerada con los demás.
—Pero . . . . — llevo una mano a su estómago y lo acaricio ligeramente. — incluso con todo el dolor. . . aún hay cosas por la cuales vivir dattebane.
Óbito se mantuvo en silencio.
—Además. . — Kushina sonrió mientras lo miraba. — las personas que perdemos, no están muertas, porque siempre vivirán en nuestro corazones . . . .
En ese momento Kushina detuvo sus palabras y miro al hombre, podía sentir, podía sentir su chakra agitarse, ella podía hacerlo, podía sentir en su chakra una sensación familiar, tal vez fue por eso que ella estaba hablando con él, porque podía sentir, todo el dolor, toda la tristeza, todo lo que este hombre había pasado . . .
Pudo notar que los hombros del hombre estaban temblando ligeramente.
—¿Por qué . . . parece tan triste? — ella pensó mientras lo miraba, luego de un momento hizo algo que nunca pensó que haría, ella abrió su boca, y dijo su sueño para el futuro, uno que solo le había contado a su esposo, pero que ahora estaba a punto de hacerse realidad, con el nacimiento de su hijo. No había ningún motivo para hacerlo, pero ella sintió que si no lo decía se arrepentiría por el resto de su vida. — yo tengo un sueño. . .
—¿sueño? — óbito repitió mecánicamente.
—Si . . . — Kushina miro al hombre con una sonrisa, por muy antinatural que esto fuere considerando su situación. — quiero que mi hijo sea alguien alegre, que valore la amistad . . . incluso puede ser un poco engreído, y no tiene por qué ser alguien talentoso, incluso puede hacerme enojar algunas veces . . . pero quiero que él sea igual que Óbito Uchiha, él era un mocoso idiota que no sabía medir sus palabras, gritón, ni siquiera podía lazar un kunai bien, siempre caía en las trampas más estúpidas . . . pero él tenía una voluntad inquebrantable, incluso cuando las cosas no salían bien el mantenía una sonrisa . . . quiero que mi hijo tenga esa misma voluntad . . . entonces incluso si óbito ya no está con nosotros, el seguirá viviendo en mi hijo. . quiero que mi hijo sea tan fuerte como óbito.
Kushina dijo mientras acariciaba su estómago.
Óbito pudo ver la esperanza en sus ojos. -
Óbito no podía ver su cara en estos momentos, pero tenía una preocupada, confundida y desconsolada expresión en su rostro.
Las lágrimas caían por sus mejillas.
Lo siento . . .
Obito pensó mientras miraba a Kushina, el . . . él había estado dispuesto a lastimarla.
Incluso si ahora ya no era el caso, no podía negar que en algún momento él había tenido esa intención, cuando esa verdad lo golpeo, como un mazo de hierro, óbito sintió remordimiento.
No dijo nada, porque sintió que, si hablaba en estos momentos, su voz se rompería.
Entonces el sin ninguna explicación de por medio, se desvaneció en un remolino, Kushina reaccionó de inmediato y trato de sujetarlo con mas fuerza.
—Espera. — ella grito con todas sus fuerzas, mientras maldecía a este hombre, pero el simplemente se había ido, cuando se quedó sola en este lugar oscuro y cuadrado, ella frunció el ceño, y sus cadenas se desvanecieron en el aire, soltando un bufido enojado, ella levanto su puño y comenzó maldecirlo en voz alta mientras comenzaba a caminar por este lugar, en busca de una salida.
Óbito se materializo a las afueras de Konoha, y cayo el suelo de rodillas, en cuanto su figara termino de parecer.
Las lágrimas seguían cayendo mientras miraba al suelo, y apretaba sus puños, dejo escapa run pequeño sollozo, y por un momento el solo permaneció tirado en el suelo, revolcándose en su propia miseria.
"quiero que mi hijo sea tan fuerte como óbito"
Obito llego una mano a su pecho y la apretó con fuerza.
—Lo siento, lo siento, lo siento. — el comenzó a repetir mientras su voz se rompía con cada palabra, él no era ese Obito, ya no, le había fallado por completo a Kushina, verla hablar de esa manera sobre el antiguo Obito, hizo que el sintiera como si una daga estuviera perforando los pedazos de su corazón.
Luego de un momento, él se tranquilizó el dolor aún estaba ahí, pero no podía quebrase aun, tenía que seguir con el plan que había pensado.
Luego de un momento él se puso de pie, y con enfoco su vista en un lugar en específico, luego un vórtice se formó en ese lugar, Obito trato de tener cuidado y que Kushina no se lastimara en estos momentos.
La figura de la pelirroja apareció y quedo sentada en el suelo.
Ella pareció desconcertada y luego se dio cuenta de la presencia.
—Hey, idiota que fue eso te conté mi sueño y tú ves, acaso no sabes que es de mala educación dejar a una mujer hablando sola. . .
Ella dijo mientras sus cabellos se alzaban detrás de su espalda.
La situación se había vuelto completamente ridícula en este punto, no había ni un solo rastro de tensión en la mujer, ella examino sus alrededores y noto que estaban cerca de la aldea, ella giro sus ojos y miro al tipo.
—Entonces realmente solo querías hablar dattebane.
Ella dijo mientras lo miraba.
Obito pensó en hablar, pero no lo hizo porque sabía que su voz se rompería antes de completar cualquier oración, solo asintió con la cabeza.
Los ojos de Kushina se abrieron de golpe.
Obito pudo ver un destello por el rabilo del ojo.
—¿Por qué secuestraste a mi esposa? — Obito no se giró para mirar al hombre que repentinamente tenía un kunai de tres puntas apuntando directamente a su cuello.
En vez de eso se mantuvo calmado, y puso en práctica todo lo que Madara le había enseñado, calmo sus emociones, y respiro profundamente.
—Minato namikaze , o mejor dicho cuarto Hokage.
—Responde a mi pregunta, ¿qué es lo que buscas?
Obito pudo notar la inflexibilidad en las palabras de Minato, y el tono que estaba usando, no era el mismo que usaba cuando habla con ellos como un equipo, era el tono que usaba un shinobi, un Hokage.
—Yo solo quería hablar con Kushina-sama . . . y también con usted.
Minato entrecerró los ojos con un brillo de sospecha, movió su kunai mas cerca de la garganta del hombre.
—A que te refieres. . .
Obito dio un paso adelante traspasando la mano del cuarto y su kunai, pero la sangre no broto, como si fuera un fantasma Obito se movió hasta una distancia de unos cuantos metros, alejándose de Kushina y de Minato.
—Solo quiero advertirles algo . . . — el comenzó, y luego miro a Minato que a pesar de haber estado sorprendido por el jutsu tan extraño que acababa de presenciar mantuvo la compostura, y lo miro con esos ojos filados. — hay fuerzas que amenazan y traman desde las sombras, no amenazan únicamente a Konoha, sino a todo el mundo.
Minato entrecerró los ojos, y Kushina también le mando una mirada suspicaz.
—No tengo mucho tiempo para explicarlo, por eso . . . — Obito saco un rollo en el cual estaba escrito todo lo que el sabía sobre el plan de Madara, la localización de la cueva, y otros detalles como la existencia de Nagato, lo lanzo hacia el cuarto, este lo tomo no sin antes darle una cuidadosa mirada para detectar cualquier trampa oculta. — ahí está todo lo que necesitan saber . . .
—Crees que te dejare poder ir, luego de lo que hiciste.
—De hecho, eso hare, lamento haberla molestado Kushina-sama.
El enmascarado estaba dispuesto a irse, pero la voz de Kushina lo detuvo.
—Espera . . . — ella hablo, el hombre se quedó parado. — . . . este . .
Kushina tampoco estaba segura de por qué lo detuvo, no era porque quería que este hombre fuera atrapado, tampoco porque quería una explicación.
Es solo que cuando vio la espalda de esta persona, ella no pudo evitar estirar su mano hacia él.
—Kushina-chan. — la voz de Minato sonaba sorprendida, Kushina no sabía porque, pero en ese momento lo vio, o mejor dicho lo sintió, lagrimas estaban cayendo de sus ojos.
—¿eh? . . . ¿Por qué . . . estoy llorando?
Ella dijo, con verdadera confusión, Minato miro a Kushina desconcertado, pero siempre se mantuvo alerta de ese hombre.
Obito los miro a los dos.
Kushina lo había reconocido, se preguntó si era eso.
Incluso su propio sensei no parecía haberlo notado, pero ella, incluso si no paso tanto tiempo como con Minato, ella lo había notado. Probablemente desde el principio, Obito sintió una pulsada de culpa atravesar su cuerpo.
Se dio la vuelta, no sin antes decir algo de lo que estaba seguro se arrepentiría.
—Lamento . . . — él dijo, se preguntó por qué no simplemente podía desaparecer sin provocar más molestias a Kushina, porque tenía que seguir lastimándola. — lamento no haber cumplido mi promesa.
—. . . ¿eh?. — los ojos de Kushina se abrieron como si fueran platos.
Un remolino apareció y el enmascarado desapareció en solo una fracción de segundo.
Obito cayó en su dimensión y se quedó parado unos momentos.
Guruguru que hasta el momento no había dicho nada, se separó del cuerpo de Obito, y luego volvió a su forma humanoide, y miro a Obito mientras inclinaba la cabeza.
—¿entonces seguirás con todo esto?
Él pregunto mientras colocaba un dedo en su barbilla.
Obito se tomó un momento para recomponerse, se sintió un poco aliviado por el hecho de que Guruguru fuera tan despreocupado, y capaz de aliviar la tensión del ambiente sin esfuerzo.
—Si, ya tomé mi decisión. Lo siento.
—Ah, no te preocupes, después de todo es el plan de Madara, es cierto que siento la necesidad de conseguir ese plan, pero al final del día, Obito es mi amigo, así que supongo que no se puede evitar, solo me arrepiento de una cosa.
Obito lo miro con una media sonrisa.
—¿Qué es? — Obito pregunto.
—Que nunca podre saber que se siente cagar. — Guruguru dijo mientras hacia una pose dramática.
—. . . bueno, yo tampoco lo recuerdo muy bien, sabes.
Obito dijo mientras se rascaba la cabeza, luego miro a Guruguru por una última vez.
Bueno, me voy, tengo de hablar una última vez con la voluntad de Madara.
—¿y luego que harás bobito?
Guruguru pregunto con interés, Obito lo medito por un segundo, y luego dijo.
—Ya no hay un lugar para mi . . . ni en la aldea . . . ni en el plan de Madara . . .
Obito dijo, luego se dio la vuelta y se fue desapareciendo en un remolino.
Guruguru lo miro irse, luego se rasco la cabeza, y pateo el suelo.
—Espera. . . ¿Qué pasara conmigo? — el grito mientras extendía los brazos y miraba hacia todos lados.
Obito miro a la estatua delante de él, seguía siendo igual de terrorífica que la primera vez que la vio, ese día cuando despertó con la mitad de su cuerpo hecho mierda, y un anciano raro mirándolo.
Una mirada melancólica apareció en su cara, se había encargado de Zetsu hace un momento, en realidad la voluntad de Madara le dio muchos más problemas de los que pensó posibles, incluso trato de tomar control de su cuerpo, pero eso fue inútil, y al final Obito logro acabar con él.
También se vio obligado a terminar con la existencia de Zetsu blanco, le dolió hacerlo, después de todo, él lo había ayudado en su rehabilitación.
Una risa seca escapo de sus labios, incluso ahora seguía siendo un niño ingenuo, sintiendo culpa por acabar con alguien que estaba dispuesto a matarlo.
Sacudió su cabeza, y miro la estatua una vez más, según recordaba la única persona en el mundo que actualmente podía invocarla era Nagato, así que él esperaba que la información que le brindo a Minato, le sirviera para evitar que esos ojos cayeran en malas manos.
Pensó en ir el mismo y destruirlos. . . pero eso no pareció correcto, así que no lo hizo.
Coloco una mano sobre la estatua, lentamente la estatua comenzó a ser absorbida por un vórtice, luego de un minuto entero la figura desapareció.
Obito cayo de rodillas, usar su kamui en algo tan grande realmente exigía mucho de sí mismo, comenzó a respirar profundamente en un intento de calmarse.
Luego se puso de pie, y miro la cueva una última vez.
Como si fuera la despedida final, Obito comenzó a caminar por esta misma, había memorizado a cada parte de ella, miro su cama, miro la sala de entrenamiento que tanto había usado, todo era tan nostálgico.
Luego continúo caminando hasta la salida de la cueva, había una enorme roca obstruyéndola, Obito suspiro y camino hacia ella.
Él lo traspaso como si fuera un fantasma, cuando emergió en el exterior vio el enorme y frondoso bosque sé que extendía por cientos de kilómetros, soltó un suspiro, y luego se dio la vuelta.
Un remolino se formó a su alrededor y su figura desapareció del mundo, para nunca más volver a aparecer.
Obito aterrizo en su dimensión, sus pies se pararon firmes sobre este lugar.
Luego el tomo un kunai que estaba oculto entre su túnica, y lo miro un momento.
Obito Uchiha, ya no tenía ningún lugar en el mundo.
Fallo en todo.
Recordó la sonrisa de Kushina.
Sintió un dolor perforarlo.
Recordó las palabras de Madara y luego recordó las de Kushina.
"siempre te estaré observando"
Todo había terminado, rin estaba muerta, le fallo a Kushina, le fallo a Madara.
Frente a él se extendía una dimensión repleta de oscuridad, y vacío, exactamente como su corazón.
Miro el filo del kunai.
—Me pregunto . . . — Obito comenzó, con sus palabras temblorosas. — rin estaría decepcionada de lo que me convertí . . . me pregunto si estaría decepcionada del hecho de que pensé en lastimar a Kushina-san. . .
Frente a las cavilaciones del niño, que estaban siendo escupidas al aire, nadie respondió.
—¿Por qué . . . ?
Obito escupió una pregunta al aire.
—Ojala el sueño de Kushina-san se pueda cumplir . . . aunque me siento culpable por tener que haber dicho eso al último momento, hahaha ni siquiera pude desaparecer sin causarle problemas ha ha ha ha ha . . . realmente soy así de patético. .
El murmuro.
Él se relajó, después de decir eso, el miro hacia el "cielo", que en realidad era un lienzo cubierto de oscuridad.
Las lágrimas ya no salieron de sus ojos, no tenía sentido.
Incluso en este momento cuando ya todo estaba decidió, aun podía sentir ese dolor en su pecho.
Sofocante.
Como si se estuviera ahogando constante, le dificultaba respirar, le dificultaba moverse.
Tomo el kunai, y lo apunto a su garganta.
Miro la hoja del kunai, y se dio cuenta que su pulso estaba temblando, como el de un niño, un genin que ve por primera vez la muerte de cerca.
Obito frunció el ceño.
En realidad, era un cobarde por completo.
Cerro los ojos y apuñaló su cuello.
. ..
Abrió sus ojos, y se dio cuenta que la hoja del kunai estaba a unos cuantos milímetro de su garganta, pero él no podía morir. .. se preguntó que era esta mierda.
Trato de apuñalarse varias veces, pero el resultado era siempre el mismo.
La hoja de su kunai se detenía antes de lastimarlo.
Obito se quedó en silencio, y luego una risa escapo de su boca, luego un grito desgarrador escapo de su garganta con tanta fuerza que parecía que se la desgarraría, con furia arrojo el kunai hacia un lado.
Obito hizo una rabieta como un niño pequeño, comenzó a maldecirse por ser tan cobarde.
—¿por qué? ¿por qué? ¿por qué? ¿por qué? ¿Por qué? . . . ¿Por qué no puedo solo morir?
Obito se preguntó con el corazón completamente destrozado.
Él no pensó en nada, solo un pensamiento vino a su cabeza . . . ahh, es verdad, soy un inútil.
Él pensó, mientras dejaba todo su cuerpo caer al suelo.
El solo quería escapar de todo.
Quería abandonar este mundo.
Quería evitar la mirada de Kushina.
El solo quería . . . escapar de todo el dolor.
El solo quería eso. . .
Su Sharingan se transformó, las tres aspas se convirtieron en una especie de remolinó.
Obito noto algo en ese momento.
Como si su vida estuviera siendo extraída., como su todo estuviera desapareciendo.
Noto que su dimensión se estaba distorsionado, todo comenzó a volverse completamente indistinguible, un remolino de negro, y gris lleno su visión.
Incluso así, Obito solo recibió esa sensación, no lucho, no se alarmo, no se confundió . . . el solo quería descansar.
Y entonces uno de sus ojos de color rojo escarlata perdió su luz.
A la edad de 14 años, Obito Uchiha, desapareció del mundo ninja definitivamente.
Ella corrió por los laberinticos callejones de orario.
Su respiración era aun poco irregular, pero no era tan malo.
Estaba acostumbrada a caminar largas distancias con un peso sobre sus hombros, en estos momentos no pensó que estuviera cerca de llegar su límite, simplemente se limitó a correr, dio la vuelta en un callejo, dio la vuelta en otro callejón, se metió por un lugar estrecho y salió en otro callejón-
Una ligera sonrisa estaba grabada en su cara mientras sus pies chochaban contra el suelo de piedra, se sentía ligera como una pluma danzando con una suave brisa en el aire.
Era la primera vez en mucho tiempo que se sentia de esta manera.
Ella era pequeña, talvez de la misma altura que una niña pequeña, su altura rondaba los 100 centímetros, su rostro era infantil, pero con cierto encanto.
Su cuerpo era delgado, tal delgado que parecía que se rompería con solo un golpe. Una sonrisa estaba en cara, era una sonrisa que podía ser calificada como sincera, el tipo de sonrisa que una niña pequeña haría cuando estaba feliz desde el fondo de su corazón.
Eso es.
Ella estaba feliz desde el dónde de su corazón, tal vez desde el momento de su nacimiento hasta este día, era la primera vez que podía sentir este tipo de emociones.
Antes la vida en su llamada familia, entre infinitas comillas, fue una pesadilla.
Ignorada por todos.
Pisoteada por todos.
Insultada por todos.
Perdió la cuenta de las veces tu lloro desconsoladamente por noches, hasta quedarse dormida, perdió la cuenta de las veces que fue tratada como un estorbo, las veces que nadie, absolutamente nadie le había preocupado si ella estaba viva o muerta.
Esos recuerdos eran dolorosos.
Pero ahora ella se sentia libre.
Había huido cuando su corazón parecía a punto de romperse, y tomo la decisión de vivir como una persona normal.
Estaba usando ropa de una persona común, una falda de color azul, y un gorro de color café sobre su cabeza.
Aunque estaba un poco apurada, porque quería llegar antes de que sus jefes abrieran la tienda de flores, antes ella siempre temía el momento en que tenía que trabajar porque sus compañeros, siempre la trataba mal y siempre pensó que algún día simplemente moriría porque a ninguno de sus compañeros les importaría si ella moría, pero ahora era diferente.
Nunca pensó que podría sentir "Felicidad" por tener que trabajar, pero eso ancianos eran tan amables con ella, pensó que había elegido el mejor lugar para trabajar.
Mientras corría por los callejones, ella tropezó con algo.
Su cuerpo se tambaleo hacia delante, y cayo contra el suelo.
Un ligero gemido adolorido escapo de sus labios, y luego ella lentamente se puso de pie.
Miro hacia tras con una mirada molesta en su rostro.
—¿eh?. — sus ojos se abrieron con sorpresa cuando noto que no había tropezado con "algo", sino más bien dicho con "alguien", inclino su cabeza cuando miro la figura que estaba tumbado solo el suelo húmedo y frio.
La figura estaba encapuchada, mejor dicho, estaba usando una túnica de color negro, su rostro era cubierto por la capucha de color negro, pero podía ver mechones de cabello negro azumándose.
Ella miro hacia otro lado, y luego lo miro con desagrado, pensó que era un borracho que estaba tirado en un callejón, luego de haber bebido más de lo podía manejar.
Aun así, ella en realidad no se fue, mejor dicho, se acercó a la figura, y con curiosidad, levanto la capucha y miro el rostro de la figura.
Ella llevo sus pequeñas manos a su boca y dejo caer la capucha sobre el rostro de la figura, luego de un momento, ella hizo una expresión complicada, al final volvió a levantar la capucha, y miro el rostro esta vez se fijó en más detalles.
Era un chico, probablemente de 13 o 14 años, pero no podía ser mayor de eso, su cabello era largo, muy largo, mechones de cabello de color negro se extendía por su rostro y lo cubrían.
ella movió su mano lentamente, y movió uno de los mechones de cabello que cubrían su rostro, una mirada dolorosa aprecio en su cara cuando vio el lado derecho de la cara del chico.
Había horribles cicatrices que se extendían por todo su rostro, era como surcos, ella las miro, y se preguntó, como se las había hecho., por un momento ella extendió sus pequeñas manos para tocarlos, pero se detuvo antes de hacerlo.
Mirando de cerca al chico no tenía nada debajo de la túnica, excepto por unos pantalones, y unas extrañas sandalias.
Ella lo miro un momento, no podía oler la fragancia del alcohol o del vino, entonces supo que él no estaba borracho, podía ver que su respiración era superficial, y lentamente se pecho se alzaba y bajaba.
Luego de un momento de consideración ella pensó en que debía hacer.
El pensamiento que corrió a su cabeza, fue "no es mi problema y aparte voy tarde para el trabajo"
La primera parte era esencialmente verdadera, este no era su problema, pero viendo a este chico, ella no pudo evitar recordarse a sí misma, y el hecho de nunca nadie le había tendido una mano.
La segunda parte, también era mentira, aún faltaba al menos media hora para que la florería abrieran, así que no debía de haber problema si perdía unos minutos.
Ella movió su cabeza, entre el chico, y el camino que debía de tomar, luego de un momento ella suspiro con pesar, y movió sus ojos hacia el chico de cabello negro.
—Oye. — ella comenzó a sacudirlo tratando de despertarlo de la forma menos violenta posible, luego de unos minutos de hacerlo se dio cuenta que este chico no se iba a despertar, miro el chico, y luego levanto su mano, y entonces, el sonido de un golpe hizo que un gato que estaba cerca del lugar saliera corriendo.
Ella miro su mano, había quedado de un color rojo, al parecer lo golpeo un poco fuerte.
El chico por otro lado abrió los ojos y grito ligeramente.
Llevo sus manos instintivamente a su cara y se la agarro mientras su ojo, si solo uno de ellos se abría y rebelaba un color ónix.
El niño parecía confundido.
Ella no tenía tiempo para eso.
—oye, onii-san, onii-san. — una voz femenina lo llamo el chico la miro directamente, parecía confundido, no parecía completamente perdido, ella lo miro, parecía estar bien, asi que tomo una decisión rápida. — onii-san, no deberías de dormir en la calle, tienes suerte de que Lili se haya tomado el tiempo de ayudarte, ¿entiendes?
La niña, llamada Lili dijo mientras lo apuntaba con un dedo pequeño.
El niño la miro desconcertado.
Ella casi rodo los ojos, pero no tenía tiempo para esto, entonces ella tomo algo de sus bolsillos, y se lo tendió al niño.
Eran 50 Varisu, no era mulco, de hecho, era una mierda de dinero, pero al menos sería suficiente para que el comiera algo, su situación no era la mejor, así que hacer algo como regalar dinero, era absolutamente impensable, aun así, ella extendió el dinero al niño.
El la miro sin entender.
— tómalo, Lili tiene que irse ahora.
El chico todavía aturdido pareció no entender sus palabras, ella cansado tomo la mano del niño, y coloco las monedad en ellas, luego se dio la vuelta sin esperar las gracias.
Se despidió mientras volvía correr.
La pequeña figura de la niña corrió, hasta desaparecer al dar la vuelta en un callejón.
El ojo del niño, miro en esa dirección por unos cuantos segundos.
Sus agudos sentidos podían escuchar el bullicio de la gente en la lejanía, pero solo era ruido de fondo.
El miro su mano, miro las monedas que estaban vertidas en ella, pequeñas.
¿esto era el infierno?
Con su único ojo de color negro, el examino su entorno, no parecía la idea de que él había tenido del infierno, más bien parecía ser simplemente un callejón, sucio y solitario.
El miro sus dos manos.
¿estaba vivo?
Obito miro sus manos, y luego se di cuenta de que en realidad estaba vivo, su corazón seguía latiendo.
Obito apretó sus puños con fuerza, apretó las mendas en su palma.
Luego mientras apretaba los dientes, el levanto su mano para tirar las monedas en un intento de librarse de esa sensación de fracaso.
" tómalo, Lili tiene que irse ahora"
Él se detuvo en el aire, su mano quedo suspendida mientras sentia las monedas en su mano, luego de un momento el apretó los dientes y miro al suelo, incapaz de lanzar esas monedas al suelo.
¿Por qué no estoy muerto?
Recordó ese momento cuando el mundo parecía desvanecerse, cuando pensó que por fin era libre del dolor, pero ahora sentía como si la vida le hubiera dado una bofetada en la cara.
Incluso podía sentir el ardor en ella, ah no, en realidad alguien le había dado una bofetada en la cara, se dio cuenta.
—Maldición, maldición. — Obito maldijo en voz baja, mientras miraba al cielo.
Una risa amarga, una risa vacía escapo de sus labios
Abrió su palma y miro las monedas en ella.
Lo siento, pero creo de desperdiciaste tu dinero. — él dijo mientras dejaba las monedas suavemente en el suelo. Luego miro su palma ahora desnuda, tenía poco chakra, se dio cuenta, entonces el enfoco su chakra en su ojo, y el rojo apareció, Obito no perdió el tiempo y un vórtice se formó en su mano, un kunai se materializo, luego su Sharingan se desvaneció una vez más, se sentía débil, miro el kunai en sus manos, y se tomó un momento para sentir el peso de este.
Luego miro el cielo, mientras de su ojo comienzan a caer lágrimas.
Por favor . . . déjame terminar con esto…
El pidió a cualquier dios que existiera en este mundo.
Déjame . . . morir. . .
El apuñalo una vez más a su garganta.
Pero la cuchilla una vez más se detuvo a unos pocos milímetros de tocar su piel.
El ojo de Obito se abrió con asombro, luego lentamente giro su ojo y la vio.
Primero lo sintió, una mano estaba sosteniendo su muñeca y le impidió moverla.
El agarraré era firme, tan firme que el no pudo mover su mano en absoluto, tal vez era porque estaba débil, pero sin duda la persona que estaba sosteniendo su mano, era más fuerte que él, en estos momentos.
El giro sus ojos, y miro la cara de la persona que lo había detenido.
Era una mujer.
La palabra hermosa podría ser usada para describirla, pero incluso así, ella superaba esa palabra por completo. Pero Obito no se fijó en ese, tampoco en las orejas puntiagudas que salían de entre su cabello que era relativamente largo.
El la miro directamente a los ojos.
Sus ojos eran de un color azulado, y ella no parto la mirada.
La mirada en el rostro de Obito, solo transmitía un único pensamiento.
—¿por qué?
El chico sollozo, y luego su visión se volvió borrosa, y finalmente el mundo se volvió negro.
Cuando volvió a abrir sus ojos.
Se encontraba en un lugar diferente.
Pudo notar que el lugar estaba tenuemente iluminado por una especie de vale, no, no era una vela, era una especie de lámpara que estaba encendida, sin fuego, él no pensó mucho sobre eso de todas formas.
Miro hacia el techo, estaba en una habitación con el techo de madera se veía un poco viejo el lugar, luego noto que estaba sobre algo suave.
Movió sus ojos y noto que estaba en una cama de paja, podía sentirla, no era exactamente la definición de comodidad, pero podía dormir en ella sin problemas si la situación lo ameritara, después de todo la cama que tenía en esa cueva no era mucho mejor que esto.
Debajo de su cabeza estaba una almohada rellena de plumas.
Sobre él estaba una manta de color café, que cubría la mitad de su cuerpo.
Aun con eso, aún tenía la túnica que cubría su cuerpo.
—Oh, estas despierto. — Obito giro sus ojos y vio a un niño parado en la entrada de la puerta, tenía el cabello de color castaño, y algunos rasguños en su rostro el niño lo miro con algo de desconfianza, sin tratar de ocultarla, o posiblemente sin estar consciente de ello, mirando sus ropas podía decir que estaban un poco gastada.
luego Obito pudo ver que más cabezas se asomaron por la puerta, más niñas, algunos de una edad menor que hablo hace un momento comenzó a asomarse.
Pudo escuhcar un poco de alborot proveniente de estos niños.
Obito los miro con un aire de desapego, los estaba viendo, pero de alguna manera no le importaba.
—Les dije que no se metieran en esta habitación, hasta que nuestro invitado estuviera mejor. — escucho otra voz, esta vez la voz era de alguien más madura, una mujer, la mujer entro por la puerta, mientras los niños se hacían a un lado. Ella tenía el cabello de color negro largo, estaba usando un vestido de color gris, y detalles de color blanco.
Ella lo miro con un aire de amabilidad innata, el corazón de Obito se apretó cuando recibió esa mirada, el solo miro hacia las sabanas en sus piernas.
La mujer lo miro un momento, y luego de forma amable insto a los niños para que salieran de la habitación, en solo unos pocos momentos se quedaron solos, la mujer cerro la puerta, y camino lentamente por la habitación, escucho como ella se sentaba en una silla que estaba justo al lado de la cama.
—Lo siento, esto debe de ser difícil para ti, primero que nada, creo que debo de presentarme, mi nombre el María Martel, ¿Cuál es el tuyo?
Ella pregunto en un tono amable, Obito no la miro en ningún momento, pero luego de un tiempo, el dijo.
—¿por qué?. . .
La mujer lo miro sin comprender sus palabras, Obito apretó sus puños mientras miraba con intensidad las sabanas.
Luego dijo, con una voz rota y grave.
—¿Por qué no me dejan morir?
Él dijo.
La mujer quedo anonada por ese declaran que fue dicho por este niño, Obito apretó las mantas con sus puños, y esta vez giro su cabeza y miro a la mujer con una mirada de reproche.
—¿por qué? — el volvió a decir, esperando que ella le respondiera, una solicitud irrazonable, Obito sabía que debía de estar agradecido con ella, por haberlo ayudado, pero no podía estarlo, no cuando el solo quería dejar de sentir el dolor.
Aunque recordándolo bien, esta mujer no fue la que lo detuvo, ¿verdad?, no, la persona que lo detuvo fue una mujer de cabello verde.
Pero eso no le importaba en estos momentos.
Ni donde estaba.
Ni porque estaba en este lugar.
Nada de eso le importaba a Uchiha Obito.
La mujer miro al niño, vio sus ojos, un niño no debería de tener esos ojos, ella se dijo a si misma.
Sintió como sus ojos se nublaban, pero lenta y suavemente coloco su mano sobre la del niño.
El chico se sobresaltó.
—Debe de doler mucho, ¿no?. — ella dijo mientras lo miraba a los ojos. Obito no dijo nada. — debes de sentirte destrozado, sin razones para seguir adelante . . .
Ella dijo.
Obito podía ver que ella no estaba hablando solo por hablar, podía verlo en sus ojos, podía ver el dolor, y la tristeza.
La mujer acaricio su mano, y obito pudo sentir la calidez de otro ser humano, algo que casi había olvidado por completo.
—Se lo doloroso que puede ser, te sientes desconsolado, abrumado . . . te sientes abrumadoramente solo. . — ella dijo con un tono suave, Obito miro hacia el suelo, y evito los ojos de la mujer. — sin esperanza . . . .
La mujer dijo, luego ella movió su otra mano y la coloco en el rostro de Obito, movió los mechones de cabello que caían sobre su rostro, y describió las horribles cicatrices que cubrían la mitad de su cara, los ojos de la mujer se llenaron de lágrimas.
—No sé que cual es el dolor por el que has tenido que pasar. — la mujer admito, mientras tomaba el rostro del niño y hacia que este lo mirara directamente. — pero yo creo . . . que aun tienes muchas razones para vivir.
Obito apretó los dientes, y negó furiosamente con la cabeza.
—No, yo. . yo ya no tengo ningún lugar al cual volver . . . yo . . . solo . . . quiero . . . — Obito se atraganto con sus palabras, pudo sentir como el dolor en su pecho se hacía más fuerte, casi impidiendo respirar.
Quería llorar, pero no tenía sentido, pensó.
Entonces sintió como los brazos de la mujer se envolvía a su alrededor.
Los ojos de Obito se abrieron con asombro.
—Yo . . . les falle a todos . . . — él dijo mientras la mujer lo abrazaba. — yo soy un fracaso . . .
La voz del niño continúo rompiéndose mientras más hablaba.
—No sé sobre eso. — la mujer dijo suavemente. — pero si se una cosa. . . ya no estás solo . . . y tampoco tienes que contenerte, puedes llorar. . .
Obito se quedó en silencio.
"No vayas por ahí de valiente y te cubras las heridas... Te estoy observando"
Las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos, esta era la primera vez, se dio cuenta, que lloraba y alguien estaba para él.
Obito comenzó a sollozar, amargamente, como un niño.
Era patético, él lo sabía, era un fracaso.
quiero que mi hijo sea tan fuerte como óbito.
La sensación amarga en su corazón.
—Sí, no tienes un lugar al cual llamar hogar . . . puedes quedarte con nosotros.
La mujer dijo esas palabras, con naturalidad, y entonces Obito finalmente cedió, derramo su corazón, con esta mujer que nunca antes había visto, pero cuya amabilidad era genuina.
Mientras los sollozos se escuchan al interior de la habitación.
Una elfa con el color de cabello verde, y orejas puntiagudas, estaba recargada de la pared.
La mirada en su rostro era impasible
Miro al suelo un momento, y luego, comenzó a caminar alejándose de esa habitación.
Obito abrió sus ojos, casi salto de su cama.
Su respiraron era irregular, y una capa de sudor se extendía por todo su cuerpo.
Llevo una mano a su cara y la apretó con fuerza.
Una vez más había soñado con ese momento.
Pero esta vez, dejo que su respiración se volviera más tranquila, y finalmente luego de unos minutos el suspiro.
Luego miro el lugar donde estaba.
Una pequeña, pero calidad habitación, una cama y una silla a su lado, una puerta de madera, y una ventana que permitía que un poco de luz entrara a este lugar.
Obito miro el lugar un momento, luego recordó lo que paso el día anterior.
Entrecerró el ojo, mientras miraba sus manos.
Podía sentirlo, la carga que llevaba su corazón de había aligerado.
Pero aun no era suficiente, aún tenía dudas, aún tenía remordimientos . . . pero el quería creer en eso.
Rin había dicho que siempre lo estaría observando, entonces él se dio cuenta que no quería mostrarle este lado patético a ella.
—Ah.— Obito se dio cuenta de algo en ese momento. — entonces a esto se refiera a kushida con que las personas que queremos nunca mueren. . .
Pensándolo bien, él había dicho algo similar cuando le entrego su ojo a Kakashi,
Es cierto, estuve tan cegado . . . que ni siquiera podía recordar algo tan simple. — el murmuro.
Antes de que su mente se pudiera desviar hacia pensamientos más deprimentes.
—Oh, estas despierto. — palabras familiares, pero con una voz diferente, obito giro su ojo, y vio a una niña, por un momento su mente quedo en blanco.
La niña tenía uno años, el cabello rubio y era bajita.
En realidad, el motivo que hizo que Obito la mirara, fueron las dos orejas como de gato sobresaliendo de su cabeza.
Por un momento pensó que tan vez era un accesorio de esos que usaban las chicas, pero luego noto que había una cola pegada al cuerpo de la niña, y esa en realidad parecía moverse cada cierto tiempo.
—Huh. — Obito se tocó la mejilla, y la piñizco pensando que tal vez estaba dormido. Sintió el dolor, y tampoco sintió algo raro en su chakra como para estar metido en una ilusión, el giro sus ojos y volvió a mirar a la niña que inclino su cabeza, mientras lo miraba con confusión, Obito pensó que él era el único que tenía derecho a estar confundido.
Pensó en preguntar, pero luego otro niño, entro a la habitación.
Este tenía el cabello rubio oscuro, y ojos de color azul, que parecían increíblemente aburridos y carentes de emociones, por otro lado, lo que llamo la atención de Obito fue el hecho de que el niño tenía dos orejas puntiagudas.
Obito noto alfo curioso, el niño rubio de orejas puntiagudas parecía increíblemente tranquilo, mientras que la niña con orejas de gato parecía. . un poco nerviosa.
—Syr onee-san nos trajo un almuerzo, deberías de venir con nosotros.
El niño rubio dijo con facilidad, Obito lo miro y parpadeo un par de veces, la niña asintió de acuerdo con eso.
Obito los miro, y luego asintió.
Se puso de pie, noto que la túnica que llevaba le llegaba hasta lo pies.
—Oh, madre María dijo que podías usar la ropa que estaba sobre la silla.
Obito giro sus ojos, y vio que había un conjunto de ropa sobre la silla donde María se había sentado.
Los niños se quedaron parados en la habitación, Obito los miro, y ellos lo miraron, entonces se estaban mirando.
—Oh. Mmm. — Obito llevo una mano a su mejilla y dijo un poco incómodo. — pueden salir un momento.
El dijo, el niño de cabello rubio y orejas puntiagudas asintió, y salió, la niña con orejas de gato lo siguió.
Cuando cerraron la puerta Obito suspiro y tomo la ropa.
Era una camisa de color blanco y un pantalón de color negro.
Obito se miró en el pequeño espejo que estaba colgado en la pared.
—¿huh?. — un sonido de confusión escapo de su boca, cuando se dio cuenta de algo, uno de sus ojos estaba cerrado, movió su mano y lo toco ligeramente, en realidad el podía sentirlo . . . ese ojo había perdido su luz, fue lo que concluyo.
¿como?
Se preguntó mientras trataba de pensar en algo, no es que el ojo ya no estuviera, era solo que ahora era inútil, Obito recordó algo de lo que Madara la había enseñado, la técnica que él había usado para resucitar luego de perder la batalla contra hashirama.
El izanagi.
Según la explicación de Madara era una técnica única del aquellos que tenían el poder de los senju y los Uchiha, sacrificando un Sharingan, transforma la realidad en ilusión, y la ilusión en realidad.
Pero el no había usado esa técnica, el no lo recordaba.
Entonces ¿por que?
En ese momento recordó, cuando estaba en su dimensión y quería huir de la realidad, cuando el mundo pareció disolverse.
Obito llego a una posible explicación, tal vez fue en ese momento.
Entonces el . . . había perdido la luz de uno de sus ojos.
Obito llevo una mano a su cabeza.
Miro por la ventana del lugar, y se dio cuenta del mundo que estaba afuera.
Independientemente de lo que haya pasado, o el motivo, ahora solo tenía uno de sus oíos.
el no se sintió especialmente mal por eso, incluso si antes él había anhelado tanto esos ojos, ahora se daba cuenta que no valían la pena, su para despertar estos ojos tenía que perder tanto. . . entonces hubiera preferido no despertarlos nunca. . .
Obito escucho que alguien lo llamaba, era la niña.
Obito suspiro, una cosa era obvia, necesitaba averiguar que era lo que estaba pasando, pero por ahora, tenía que ir a ver a la mujer que se había preocupado tanto por el, sin siquiera conocerlo.
Termino de vestirse, y dejo que un mecho de cabello cayera sobre el lado de su cara que estaba lleno de cicatrices, luego comenzó a caminar hacia la puerta.
Cuando salió la niña y el niño lo estaba esperando.
La niña parecía un poco más animada en estos momentos, se acercó a él y lo tomo de la mano con entusiasmo.
—Vamos, onii-san, la comida de syr onee-chan es muy deliciosa sé que te va a gustar.
Obito fue arrastrado por la niña hasta salir a una especie de sala principal.
Era muy amplia de al menos 10 metros de diámetro, las paredes de izquierda y derecha estaban llenas de puertas, que óbito supuso conducían a habitaciones similares a la suya.
Mirando el suelo, Obito se dio cuenta que las baldosas que lo componían parecían viejas y las hiervas casi parecían estar a punto de invadir el suelo.
—Todos están afuera, vamos. — el niño con la voz tranquila intervino.
Obito fue arrastrado por el salón principal hasta llegar a una puerta de madera, que crujido cuando la niña la empujo con fuerza.
Cuando salieron Obito fue cegado por la luz del sol. Levanto su mano para cubrirse.
Cuando su vista se acostumbró Obito vio un patio un poco amplio, había una fuente de piedra, que estaba rota, y ya no corría agua por ella.
La niña lo llevo a un lugar en patio donde un momento de niños estaban jugando, y algunos otros comiendo, óbito supuso que los que estaba jugando ya había terminado de comer.
Obito puso una expresión ligeramente incomoda mientras más se acercaban al grupo, pudo notar que entre ellos estaba el niño de cabello castaño que vio ayer, también noto a una chica hablando animadamente con los niños, ella tenía el cabello de color gris, y unos ojos del mismo color.
Estaba vistiendo una blusa blanca y una falda larga hasta la rodilla. También usa un delantal ligeramente largo alrededor de su cintura y lleva un par de botas marrones sobre medias negras.
María también estaba al lado de los niños, pero ella solo sonreía con suavidad, mientras los veía jugar, de vez en cuando ella reganaba a un niño, pero siempre lo hacía con delicadeza, que solo una madre podría tener.
Ellas se dieron cuenta de su presencia y lo miraron con una sonrisa.
Obito trato de corresponder, pero solo hizo una mueca parecida a una sonrisa.
—Veo que te pusiste la ropa que deje para ti, te ves bien. — María dijo con una sonrisa. — lamento que solo tengamos ropa usada.
Ella se disculpó, Obito levanto sus manos y las sacudió delante de el.
—No, esto está bien, enserio . . . gracias.
El dijo mientras miraba al suelo.
Entonces sintió que alguien se acercaba rápidamente, vio un par de botas, luego alzo la vista y vio a la chica de cabello gris.
Ella lo miro con una sonrisa
—. Oh, te ves un poco mejor que ayer.
Obito la miro fijamente, él era un poco más alto que esta chica, pero ella tampoco era exactamente pequeña.
—¿no vimos antes? — el no pudo evitar preguntar.
—Oh, si. — ella pareció recordar algo, y luego dijo con una sonrisa. — puede que no lo recuerdes por que no estabas despierto, pero una amiga mía te encontró en un callejón y te llevo al lugar donde trabajamos, pero o pensé que este lugar sería mejor para ti. Así que ella te trajo hasta aquí.
Ella explico con una sonrisa.
—Ya veo. — Obito supuso que con amiga se refería a esa chica de cabello verde, pensó que tal vez debería de agradecerle también a ella.
Obito miro a la chica de cabello gris que estaba moviendo un dedo frente a él, logro notar que una sonrisa ligeramente maliciosa apareció en su cara, aunque también se podría calificar como una sonrisa juguetona.
—Pero sabes . . . — ella entrecerró sus ojos, y se acercó a él. — tuve que rebelar un secreto a mi amiga por ti.
Obito no entendía de que estaba hablando, y pensó que preguntar sobre ese secreto no sería correcto.
—Así que tendrás que pagarme de alguna manera. — ella dijo con una sonrisa, mientras se alejaba, pero no dijo de qué manera lo haría.
Obito la miro confundido, y un poco incómodo. Luego de un momento ella se giró.
—Ven, me tome un descanso de trabajo para traer buena comida, sabes tienes que agradecerle a yuu ella me está cubriendo ahora mismo.
Ella dijo mientras tomaba una caja de almuerzo y la extendía hacia Obito.
—¿Ryuu?. — Obito repitió el nombre desconocido.
Si, así se llama la amiga que te encontró.
Obito asintió, luego miro a la chica con una media sonrisa, y tomo la comida, no necesitaba comer, pero pensó que sería maleducado de su parte rechazarlo.
Aunque en el fondo de su mente, sentía que se estaba olvidando de algo.
Mientras tanto en la dimensión del kamui.
Guruguru estaba de cuclillas mientras dibuja en el suelo gris una caca.
Tarareaba una canción animado.
Luego miro hacia el horizonte de la oscura dimensión.
― ah. ― soltó un suspiro, incluso si no tenía pulmones para hacerlo, luego se sentó sobre el suelo y extendió sus piernas. ― bobito . . . ¿me pregunto qué está haciendo?
Gracias por leer, agradeceria cualquier comentario o sugerencia para la historia, mi inspiración para esta historia es kamui candy, una muy buena historia.
