Capítulo 10: No la beses


Maui recibió una llamada de Daria poco después de que había acostado a los niños. Tener noticias de ella lo había hecho feliz. Estaba por ir a recogerla al aeropuerto cuando notó que, contrario a lo que había imaginado, no era el único despierto en la casa.

—¿Della? —preguntó incrédulo —. ¿Qué haces aquí?

—Sé que existe alguien más que busca tu amor y que es algo normal —cantó Della —, que estás en tu derecho y no lo puedo evitar. Pero no la beses como a mí, pero no la toques nunca así, pues yo nunca beso como a ti te beso cuando me tropiezo por ahí, pero no la mires como a mí, no la acaricies nunca así. Por tu bien lo digo porque si lo haces, te vas a acordar de mí.

Ella le había dedicado esa misma canción años atrás, no recordaba si también había tomado, pero sí que fue antes de que tuviera una salida con un compañero de la universidad. Él estaba convencido de que era lo mejor para ambos, de que no llegarían a ningún lado si insistían en mantener esa relación. No le había dicho el nombre de su cita, pero intuía que ella lo sabía. Della siempre lo hacía y siempre pasaba lo mismo. Sus relaciones fracasaban por su rechazo al contacto físico y sus ex se involucraban con Della por un tiempo tan efímero que lo hacía sospechar que ella lo hacía a propósito.

Solía pensar en Della, pero ese no era el motivo por el que sus citas fallaban. Era esa sensación de terror que lo embargaba cada vez que alguien lo tocaba y la sombra en que parecía convertirse su cita. Una criatura amorfa con grandes colmillos y ojos brillantes que lo devoraba y de la que jamás podría escapar.

Con Della también había sentido ese miedo al principio, pero ella nunca dejó de insistir hasta que un día logró que superara esa aversión. La culpa también se desvaneció y fueron otras sensaciones y emociones las que se apoderaron de su cuerpo cada vez que hacían el amor. Luego conoció a Herneae y ella, con paciencia, logró colarse en lo más profundo de su vida corazón e hizo que la intimidad no se sintiera como una pesadilla.

Della se acercó a Donald y lo abrazó con fuerza. Comenzó a repartir besos por todo su rostro y cuello.

—Daria me espera —una parte de Donald no quería alejar a Della, pero otra, la que amaba a Herneae, le insistía que debía marcharse cuanto antes.

—Pero vida se te olvida que eres mío —cantó Della, acercando a Donald más a ella.

—Hagamos un trato. Si mañana, cuando estés sobria sigues queriendo hacer esto, puede que lo hagamos.

—Puede que los niños te crean eso, pero yo no.

Maui había usado ese truco con sus niños cuando querían dulces o juguetes. Les decía que volverían después a la tienda, pero solían olvidarlo y él no hacía nada para que lo recordaran. También lo había usado con Della y tenía la esperanza de que funcionara una vez más.

—No es ningún truco.

—Quiero estar contigo ahora.

Donald intentó escapar, pero fue detenido por Della. Ella había colocado sus brazos a los costados de su cuerpo a modo de barrera.

—Della...

—¿Donnie, por qué siempre te resistes?

—Ambos sabemos que esto no es correcto.

—Cuando usaste ese nombre falso creí que podríamos estar juntos de la manera en que siempre lo soñamos ¿por qué te aferras en desaprovechar esta oportunidad?

—Un nombre no basta para cambiar el hecho de que soy tu hermano o que tengo novia. Amo a Daria y no quiero hacerle esto, ella no se lo merece.

—Creí que se llamaba Herneae —Della respondió con una sonrisa victoriosa y Donald fue consciente de su desliz.

—Es un nombre cariñoso que le di —Donald mintió, prefería decir eso antes de que Daria era para Herneae lo mismo que Maui para él.

—No puedes decir que no lo deseas, tu cuerpo te delata.

Donald se sintió avergonzado al comprender el significado de esas palabras. Un vistazo fue todo lo que necesitó para entenderlo. Mentalmente se dijo que debía apresurarse a tomar un baño con agua fría.

Della rodeó su cuello con sus brazos y lo besó con la intensidad que era usual en ella. Por unos instantes se encontró respondiendo el beso hasta que el recuerdo de Herneae lo hizo detenerse. Colocó su mano sobre su pecho y con mucho cuidado la empujó.

—Estas ebria y yo tengo novia.

—No estoy ebria y ya te dijo que no me importa si tienes a alguien más. Yo también tenía a alguien más, pero lo que importa es que al final terminamos juntos, como debe ser.

—Lo siento, hermana.

Della lo miró fijamente por unos instantes. Donald estaba preparado para un golpe o un beso, pero no para lo que llegó. Su hermana comenzó a reírse a carcajadas y eso lo hizo sentirse preocupado.

—Te dejaré ir si me besas —Donald se acercó a ella, pero Della lo detuvo —, tiene que ser dónde yo diga.

—¿Dónde? —preguntó Donald inseguro. Conocía lo suficiente a su hermana para saber lo que implicaba aceptar.

—Te lo diré cuando llegue el momento.

—Nos vemos luego, hermana.

—Tal vez crees que estoy loca por pensar así, por dejarte partir y alejarte de mí, pero vida se te olvida que eres mío y que tu partida es solo parte de vivir.

Donald tuvo unos momentos de duda antes de retirarse al baño. No quería hacer esperar a Herneae, pero también sabía que no podía presentarse en ese estado.

No mucho después se encontraba en su carro, acompañando a Herneae hasta su casa. Ella le contó sobre las aventuras que tuvo durante la filmación de la película y todos los planes que tenía. Maui trató de escucharla, pero le era difícil cuando el recuerdo de Della y lo que hicieron hace poco seguía tan latente dentro de él.

—¿Te pasa algo? —le preguntó Herneae, se notaba preocupada.

—Della regresó —Maui hizo una pausa, no creía que fuera justo mentirle —, y nos besamos.

—¿Cómo se lo tomaron los niños?

—Bien, creo, todos estamos pasando por un proceso de adaptación —respondió Maui confundido —. ¿Escuchaste lo que dije?

Herneae asintió. Su rostro no mostró enojo o resentimiento.

—Entiendo cómo te sientes, es la madre de tus hijas, alguien con quien viviste muchas experiencias significativas a quien creíste muerta. Sé lo que sientes por ella, el que esté viva solo cambiará si tú lo quieres.

—Te amo —le dijo Maui y era sincero.

Lo que Maui sentía por Herneae no tenía nada que ver con Della, nunca lo hizo. Con el tiempo había aprendido a amarla sin sentirse culpable o temeroso ante el contacto físico o las muestras de afecto. Ella se había convertido en parte importante de su vida por ser quien era, no porque viera en ella una forma de deshacerse de lo que sentía por Della.

—Pero no te merezco.

—Eres más valioso de lo que piensas y yo no soy tan noble como crees.

Donald colocó su mano sobre la de Herneae. Él sabía de lo que hablaba y ciertamente no le importaba.


Notas:

La canción usada en este capítulo es "No la beses" de Yuridia y es muy importante para el fic. La estuve escuchando varias veces mientras escribía. Sirvió como inspiración para la conversación entre Della y Donald y es una idea que se ha mantenido desde el principio. Una cosa que cambio fue el papel de Daria. Inicialmente ella era un OC y no Herneae del videojuego Maui Mallard, ella era parte de F.O.W.L y engañaba a Della para que viajara en medio de una tormenta cósmica porque quería que Donald estuviera vulnerable y solo. Aquí Herneae tiene un secreto diferente, además su amor por Donald y los trillizos es sincero.