"The Story about a Prince and a Courtier"

By Crystal.-

Basado en los personajes de Card Captor Sakura, Por CLAMP.

Capitulo 13: "La jornada inicia".

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De un gran corazón y al mismo tiempo algo rebelde pero compasiva se encuentra Nakuru Akizuki. 

Su relación con su amo es entre el amor y el deber.  Es débil de actitud frente a un guapo hombre (o varios a la vez). El recato y la femineidad forma parte de su ser delante de otras personas de la corte.  Fuera de ella, es una impetuosa joven, conquistadora de primera y acechadora de todo aquel guapo caballero que se cruza en su camino.

Aparentando ser la prima del señor Hiraguizagua, guarda como secreto de su verdadera identidad: Ruby Moon y solo conocida por su amo y por el otro guardián, quien es todo lo contrario a ella.  Adoradora del misterio, romance pero sobre todo los secretos y la seducción de los hombres como entretenimiento.

Sus poderes aun son desconocidos.

Y solo deseando conocer mas acerca de su amo y que este sea feliz...

Pero mas que todo, está dispuesta a dar su vida por él...

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Kinomoto bajaba en esos momentos de su habitación.  Simplemente se encontraba últimamente tan cansado.    Le daba la impresión de que, desde que ha estado ayudando a Itzume para controlar aquellos terribles sueños, no ha conciliado el descanso suficiente y que necesitara.

Situación que en verdad, se la encontraba extraña.  Durante sus años de entrenamiento y después, cuando presentó servicio en el ejercito, siempre era considerado como uno de los cadetes mas sobresalientes en el servicio; Su condición atlética era sobresaliente, incluso podía llevar objetos pesados que entre dos soldados podían llevarse y aun así considerarse como una ardua labor.

Pero lo que no había disminuido era su cualidad y sus dones.  Estaban presentes.  Sentía este rastro de magia en todo su alrededor.

La sentía en el pueblo, la sentía en aquella taberna.  La sentía en ella. Observando en ese momento a quien era conocida como su prima, hablar con Tao Makoto quien en los últimos tiempos, era costumbre verlo hasta tres veces en la taberna.

En cierta forma, había últimamente mas clientela de lo normal.  Muchos soldados y demás afluentes del pueblo habían escuchado de la hermosa joven que atendía en la taberna, no importándole a Kinomoto y no escondiéndose.   Eso, llamaba la atención.  Kinomoto lo sabía, Pero en otro lado, notaba que, Itzume, si quería darse a conocer.

Pero en esos momentos, estaba muy ocupada, conversando con Tao Makoto.  De lejos observaba aquellos susurros entre los dos.  Ella del otro lado de la barra.   Frunció su rostro y en ese momento se iba a dirigir a ellos, pero Yukito le cortó el paso.

-¿Qué pasa Touya?- preguntó con preocupación- Estás algo pálido.

-No dormí bien anoche. Es todo.- Pero Yukito no le dejaba pasar- ¿Ocurre algo?

-Si.- dijo el joven de cabellos grises- Contigo- Observando a Itzume y después a su amigo- ¿debo de enterarme de algo?

-¿de que hablas?

-Te comportas de una manera muy extraña desde que ella está aquí.  La ayudas, no lo niego.  Pero... desde su llegada, estás mas cansado.  Incluso, mas agotado que cuando Sakura estaba aquí y la cuidabas...

-Solo no duermo bien por las noches, es todo- En ese momento los ojos de Itzume y Touya se conectan.  Ella en esos momentos, no parecía escuchar lo que Tao le decía.  Solo observaba a Kinomoto.  Su mirada se dirigía a él pero él tenía la impresión que ella pensaba en otra cosa; En algo mas; probablemente en su amigo, Shaoran Li.

Kinomoto escuchó cuando ella dijo- ¿Me dirás entonces? –Dijo ella sonriéndole y dándole a entender que ella se marchaba.  Él pagándole lo que consumió mientras le sonreía- Necesito saberlo...

-Por supuesto mi querida Itzume.- tomando su mano y besándole.- Todo lo que quieras....

-Muchas gracias- dijo ella sonriéndole también. Una vez el sujeto se marchó, ella se dejó caer en una silla.

-¿Estás bien?- preguntó Yukito acercándose – te noto pálida...

Touya la observaba cruzado de brazos desde el otro lado.  Ella respondió a Yukito- Si gracias... Es que... estoy algo cansada.- De ahí observó a Kinomoto. Pero este notaba que no era lo único.  Ella  se notaba algo ausente. Poniéndose de pie dijo- Tengo que descansar. Con permiso._ Retirándose rápidamente de aquel lugar.

-¿Qué le pasará?- preguntó Yukito.

-No lo se- respondió Kinomoto y agregó- tenemos que trabajar.- al ver la clientela del lugar.

Pero en otra habitación, una joven trataba de agarrar la respiración a la vez que unas imágenes se desplegaban en su mente.  Colocando su mano sobre su pecho tratando de calmarse pensaba "Que no sea cierto.  Por favor que no sea cierto.  Por favor, no él." No evitando que unas lagrimas saliesen al contorno de sus ojos.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-* al otro día *-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

Micashi se dirigía en esos momentos a presentarse ante Eriol.  La verdad algo presentía él, que no estaba bien. Algo notaba fuera de lugar. Estuvo el día anterior en la casa del sujeto, donde pudo observar a la esposa del hombre sentada en una sala mientras elaboraba una costura con la compañía de una doncella que laboraba en la casa de los Dairojij .

Algo él vislumbraba no estaba bien.  Era muy extraño que siendo un Eriol Hiraguizagua, un personaje tan conocido para el ojo publico, con tanto dinero y conocidos dentro y fuera de la corona e incluso con el favor del rey, nadie supiese que contrajo matrimonio.

Pero mas que todo, ¿Cómo era posible que, una personalidad de tal estirpe como Hiraguizagua, se hubiese casado en silencio? Había hecho averiguaciones incluso pagando a personas cercanas en ambas casas.  Ninguno tenía conocimientos de que el sujeto se había casado. 

Pero se ocupó de contactar a cierto personaje.  Si él sabía todas las cosas que se realizaban o se realizarían con antelación en ambas estirpes, ricos o pobres, era él.  Era un ladronzuelo y embaucador de primera. Pero mas que todo, era su mejor hombre en calidad de espía para descubrir todo complot en contra del rey.

Aquel sujeto, quedó en traerle noticias pronto.  En realidad era efectivo en su deber y en su trabajo.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-* ese mismo día.*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

Eriol mantenía un silencio ensordecedor durante aquella cena. Uno sentado delante del otro, Tomoyo consideraba aquel silencio ya como una molestia.  Simplemente el sujeto observaba su cena en silencio mientras ella consumía la de ella con suma elegancia.  Y es que había pasado un día mas.  Pronto tendrían que regresar a la casa de la costa.  Tomoyo aun no sabía de la desaparición de Sakura.  Pero tampoco, sabía todo el secreto que su actual "Prometido" le ocultaba.

Si sus pensamientos la traicionaban.  En un momento que levantó la vista para consumir su vino, las llamas de la chimenea y las velas le daban un aspecto de misticismo a su acompañante. 

Pero este, a contrario de días o semanas que lo llevaba  conociendo, parecía que,  no tenía en el pensamiento la mas mínima intención de hablar en toda la noche.

Pues usualmente el galante caballero era quien colocaba el tema de conversación  en los momentos que compartía con ella. 

Finalmente y olvidándose de todo lo demás, colocó su copa a un lado y se puso de pie caminando hasta el frente del sujeto quien parecía estar en otro planeta.  Su mirada solo se enfocaba al bailar de las llamas.  Cuando se percató de que no observaba las llamas sino el faldón del elegante vestido, dirigió su mirada al rostro de la joven la cual estaba de manos cruzadas pero con un rostro preocupado.

-¿Se encuentra bien?.- preguntó ella.

-Si...- dijo él y pretendió sonreír- solo estaba un poco distraído.

-Ha estado muy distraído.- y observando su plato y copa de vino- Y prácticamente no ha comido nada...

-No tengo apetito- dijo el sujeto.- ¿Usted está bien?

-Si... ¿sabe? He pensado como regresaremos pronto a la casa, que debo llevar la respuesta de Kinomoto a su hermana; a Sakura...- volviendo a su asiento- Tengo que ir mañana...

-La acompañaré – dijo Hiraguizagua siendo observado por la joven Dairojij  – Conocí un tiempo atrás a Kinomoto... pero no nos presentaron formalmente...- dejando de hablar pero nuevamente con la mirada entristecida y preocupada.

-pero noto que, eso no es todo- dijo Tomoyo.- Algo me oculta...- aquí el hombre le dirigió la mirada- ¿Qué pasa?

-Quisiera que, lo que descubrió acerca de mi en mi estudio, no se lo comentase a nadie—Dijo Eriol seriamente y a media voz- es complicado pero necesito saber que puedo confiar en usted Tomoyo.- indicó y agregando- he estado luchando en mi interior; mi corazón me dice que tengo que confiar en usted; que no dirá nada a nadie de lo que ha visto aquí.  Pero por otro lado, mi cerebro me dice que, debo de tomar medidas al respecto.

-¿Medidas? – preguntó ella ante el uso de aquella palabra- ¿Cómo cual? 

Sacudiendo su cabeza respondió- Me disculpo- forzando una sonrisa- es un mal uso de esa palabra... parecería que la quisiera asesinar si habla...- Levantando su mano ligeramente a su rostro- Estoy...- en ese momento, comenzó a sentirse como mareado. 

La respiración le comenzaba a entrecortarse.  Se sentía como si alguien colocara sus manos en su cuello y se le cortara la respiración.

Perdía el conocimiento volviéndose todo oscuro y escuchando algo caerse al suelo y romperse y la voz de Tomoyo diciendo- ¡¡Eriol!! ¡¡Eriol!! – perdiendo el conocimiento finalmente.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

Frente a frente de la casa del señor Hiraguizagua, mientras el dueño de la residencia sufría aquel extraño episodio, dos individuos observaban las inmediaciones.  Mientras uno, revisaba de lado a lado que no viniesen soldados, el otro, observaba con detenimiento al interior: el jardín y mas allá, la casa...

-Tenemos que irnos ya- dijo Kinomoto a media voz a su acompañante. De todas maneras, había accedido por las insistentes declaraciones de su acompañante.  Ya de por si, la consideraba una encantadora molestia en su casa de tantas veces que insistía en lo mismo.

Ambos vestían con abrigos y pantalones; mientras el primero aun observaba todo a su alrededor y preocupado si algún soldado lo descubría, el segundo observaba las ventanas que irradiaban luz al exterior dando a entender que habían personas en su interior.

-Itzume- dijo Kinomoto acercándose a aquella mujer disfrazada de hombre- ya es hora...

Pero ella no se movía.  Algo le impedía moverse de aquel lugar.  Incluso sentía como algo de su interior y del interior de aquella casa, le llamaban.  No sabía que era. 

-"lástima que no puedo entrar"-dijo la mujer para si.  – "Sabría si está ahí... porque es demasiado extraño que, la casa... esa casa sea tan parecida..."

-Itzume- dijo Kinomoto colocando su mano en el hombro de la chica y regresándole a la realidad- Tenemos que irnos ¡¡Ahora!!- dando dos pasos adelante-  No se siquiera para que accedí a esta locura... Si te encuentran será prisión para ambos...

Mientras Itzume se separaba de la cerca, caminaba y alcanzaba a la par con el joven, pero no perdiendo de vista a la cerca de aquella casa hasta que tuvo necesidad de observar nuevamente el camino, las dudas invadían su mente. Finalmente dijo- ¿No dijiste que muchas de estas casas por aquí no tienen mas de tres años?

En ese momento un par de hombres caminaban en vía contraría pero cerca de ellos y observaron al par de jóvenes.

-No hables- dijo Kinomoto llamándole la atención. La verdad era que, ella llevaba si ropas de hombre que podían observarse al finalizar de los abrigos las botas y los pantalones.  Pero su voz y su rostro eran demasiados femeninos- ¡¡ hablas demasiado como una mujer!! ¡¡y mantén tu cabeza baja!!- el mismo atreviéndose a forzar en la parte de atrás de la joven su rostro para que lo bajase.

-Nadie se ha quejado de mi femineidad en el pasado-dijo ella tratando de contener la risa pero con una coqueta voz- Menos pensara esto de ti, Kinomoto.

-Deje los juegos Mi Lady-. Dijo Kinomoto sin poder evitar sonreír pues la actitud de la joven era algo vanidosa en esos momentos que colocaba en duda la masculinidad que debía poseer en sus acciones pues su vida dependía de ello.  –tendremos suerte si nos salimos con esta...- caminando en la penumbra de las calles y pasando entre grupos de soldados.

-Kinomoto y Tukishiro- dijo uno de los soldados desde el otro lado de la calle, reconociendo al primero y suponiendo por la hora, de quien era su acompañante- ¿Tan tarde?- no estaba solo, habían otros soldados allí haciendo vigilia.

-Lamentablemente buscaba un dinero en casa de Meishi – dijo Kinomoto saludando a los soldados – y esperándolo, se me hizo muy tarde.  – Tratándolos con simpatía- ¿Por qué no vienen mañana antes del turno? Les tendré algo guardado...- forzando una sonrisa.,

Todos los soldados murmuraron entusiasmados y vieron al par perderse en la distancia siguiéndoles con la mirada.

-Idiotas- dijo Kinomoto como todo comentario.

Itzume no respondió nada ante su actitud. No quería llamar la atención acerca de su voz.  O que Kinomoto le gritara nuevamente.  Pero sabía que, si aquellas imágenes que ella había visto, eran ciertas, entonces- observando a Kinomoto.- Debía hacer algo para impedirlo... el tiempo, se agotaba.

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Una vez llegaron a la parte de atrás de la taberna, vieron estacionado un carruaje. Debido a la oscuridad no lo reconocían.  Al acercarse Itzume pudo percatarse de una silueta femenina, escondida en la oscuridad y mas adelante, parecían ser, cocheros.

-Kinomoto- dijo la voz acercándose y dejándose ver por la luz de la luna. Llevaba en esos momentos un abrigo bastante sencillo y cubierta por él hasta la cabeza.  Al divisar al joven que se acercaba, se lo retiró para que este la reconociera.

El rostro de Touya permaneció inerte, pero Itzume, que comenzaba a conocerlo, se percataba que no era del agrado del joven la presencia de aquella mujer.  Al ver su rostro, notó juventud pero notaba también cierto parecido con alguien mas que conocía pero ¿quién?

-Lady Dairojij- dijo Kinomoto – No es común verla por estas partes... –haciendo una pausa- mejor aun, no es común verla aquí... ¿Qué desea? Porque si es acerca de mi padre, este aun no llega...de su viaje.

-Por muy poco placentera que encuentra esta visita..., no, no se trata de tu padre...- respondió la mujer.

-un momento- interrumpió él.  Observó la preocupación en la mirada de Sonomi. Percibió que, de algo muy importante se trataba- Usted nunca viene por estas partes. ¿Qué ocurre?

-Preferiría que pasáramos al interior... lo que tengo que informarte es algo delicado.- observándole con seriedad pero mas que todo, Touya Notó que no era aquella mirada que recordaba de ella de cuando era un pequeño y ella iba a visitar a su madre.  Cuando veía a su padre, a Fujitaka en los pasillos de la casa que ocupaba junto a su madre, antes de que ella falleciera.

-Lo que sea que tiene que decirte...- dijo Itzume atrayendo la mirada de la mujer.  Por un instante no se dio cuenta que Kinomoto estaba acompañado de una mujer.  Era lo mas lógico; la chica estaba ataviada con traje de hombre.- Es importante...-observando a Kinomoto y este devolviéndole la mirada- tienes que escucharla...- al ver la reacción reacia del sujeto. En cierta forma, cada día mas que convivían juntos, se conocían.

-No creo conocerla- dijo Sonomi dirigiéndose a la joven- ¿usted es?

-Itzume Monohui...- dijo Itzume- prima de Kinomoto...

-Lo siento- dijo Sonomi creyendo escuchar mal -¿Monohui?

-Así es- dijo la joven – ¿ocurre algo malo?

-No- dijo Sonomi y volviendo al tema que le importaba agregó- ¿podemos hablar adentro? ¿A solas?

Touya indicó el camino abriéndole la puerta a la mujer.  Ninguno de los dos, nunca se habían caído bien.  Touya sabía bien lo que pensaba Sonomi de su padre.  Que robó a su madre de su vida.  Pero no le guardaba rencor por esos pensamientos.  Su madre quería a esta prima mucho.  Por memoria a ella, trataría de comportarse y de mantener un temperamento calmado ante ella y sus comentarios, cualesquiera que pudiesen surgir.

Ya estando a solas y sentados en la cocina, Sonomi dijo- no recuerdo el tener una prima... ¿por qué ella lleva el apellido?

-No es eso lo que la trae aquí Lady Dairojij.  dijo Touya, escondiendo las verdaderas razones- ¿qué es eso tan importante que tiene que decirme, señora?

Volviendo al tema que le importaba dijo- Es Sakura... –haciendo una pausa.- Creo... no, estoy segura de que Sakura, fue secuestrada...

-¿Cómo que secuestrada?- preguntó escandalizado y poniéndose de pie.

-Un hombre... hace unos días, fue rescatado en el bosque por Sakura y mi hija.  El señor Hiraguizagua para complacerlas a ellas, lo aceptó y atendió en su casa.  El buen corazón de ellos tres, nubló sus juicios.  Yo, por supuesto, nunca estuve de acuerdo con aquella locura.  El muchacho, nunca me cayó bien.  Hace tres días, Sakura y el joven desaparecieron de la casa.  Creo que, fue secuestrada por aquel sujeto...

-¿QUE SAKURA QUE????- gritaba el joven lo cual llamó la atención de Itzume y se acercó a la cocina siendo atraída por los gritos de Touya- ¡¡¡ME VOY INMEDIATAMENTE A BUSCARLA!!!

-Muchos soldados buscan al chico- dijo Sonomi – pero mas que todo, está este estúpido concurso de Cho.- Itzume escuchaba con atención- si la ven, será el fin. La señorita Nakuru  llegó conmigo y fue a darle aviso a su primo...

-¿Nakuru? ¿Nakuru Akizuki?- preguntó Touya.

-Así es. ¿La conoce?

-Algo- dijo Kinomoto.- ella me contrató a mi y a Tukishiro para una fiesta unas semanas atrás.    –haciendo una pausa—buscaré a Sakura.

-¿Dónde empezarás a buscarla?- preguntó Sonomi.- Ella está desaparecida y sabrán los Cielos adonde ese sujeto se la ha llevado.  En estos momentos, o pueden estar en un barco en alta mar o en las montañas... Es mucho terreno.

-¡¡Maldición!!- dijo Kinomoto alterando con aquella conducta a Itzume que lo observaba callada desde un extremo.- Era mi deber protegerla. Por eso, la mandé a esa casa ¡¡Ahora fue peor!!

-No se si considerarlo una bendición o una maldición que ese sujeto la haya secuestrado.- dijo siendo observada por Touya- pero cuando nos dimos cuenta que desapareció, soldados irrumpieron en la casa.  Se llevaron a las otras jovencitas. Solo una se salvó...   pero ... ¡¡El joven puede ser peligroso!! 

-Eso no me ayuda- dijo Kinomoto. –mañana mismo saldré a encontrarla...

Una mano se apoyaba en su hombro. Al voltear se daba cuenta de aquellos ojos verdes le observaban con intensidad, a la vez que como si quisiera decir con su mirada "estoy de acuerdo contigo, pero piensa lo que dices ."

Sonomi observaba la mirada que uno a otro se dirigían.     Por lo que se veía, eran bastante cercanos, o esa impresión daban a Sonomi. Un silencio se apoderó de aquel lugar.

Respirando profundo, observó a la mujer sentada delante de él. – Sakura, está bien.  Sabrá cuidarse sola.

Sonomi no podía creer la declaración de aquel sujeto.  ¿Acaso no se preocupaba por su propia hermana? ¿no le preocupaba como o con quien estaba? Ella se puso de pie molesta.

-Por lo que parece, no te preocupa el bienestar de Sakura- observándole con enojo.  De ahí observó a la joven a su lado y aclaró- Por supuesto: tienes entretenimientos en casa...- pensando lo peor de Itzume.

La jovencita de 17 años, comprendió inmediatamente la indirecta de aquella frívola mujer. 

-No le falte el respeto- dijo Kinomoto defendiendo a Itzume y sorprendiendo a ambas mujeres. Decidido agregó- Su problema es conmigo y con mi padre. No la tome con ella.- señalando a la joven- ella, no tiene nada que ver en esto... y usted no conoce las circunstancias para estarla acusando.

-No se cuales son tus intenciones- expresó Sonomi- pero yo pondré todo lo que tengo en mi poder para encontrarla- pasando por su lado le dirigió una fría mirada y agregó-Si yo fuera tu, consideraría a Sakura como lo mas importante para mi- observando a Itzume- mas importante que cualquier cosa... o persona...

Salió de aquel lugar sin mirar atrás.  En ese momento, Touya saca la carta que Tomoyo le había entregado y que iba dirigida a Kinomoto.  La puso en la mesa mientras cubría su rostro con sus manos.

Itzume comprendió que delante de los demás, trataba de dar la impresión de ser alguien fuerte.  Alguien cuya rectitud era exigida y formaba parte de su ser,  para cuidar a su hermana y llevar un negocio como una taberna. Pero por otro lado, estaba el hecho que, amaba a su hermana. 

Izume comprendió que Kinomoto le daba permiso para leer aquella carta dirigida a él. La desdobló.  Parecía haber sido leída miles de veces.  El papel estaba maltratado y las dobleces de la misma, gastadas.  Con un fino trazo observó como las letras desplegaban elegantemente en el papel.

"Querido hermano: Estamos pasando un maravilloso momento en casa de Lord Hiraguizagua. A pesar de estar durmiendo entre sábanas de satín y vistiendo trajes de seda, te extraño un montón.  Extraño nuestra casa mucho también.  ¿Cómo está Yukito? Espero que esté bien.  Dale mis saludos.    Anoche soñé con mamá. Es extraño. No veía su rostro en algún sueño desde que era una niña.   Tomoyo planea casarse con Hiraguizagua; o eso mejor dicho, son los planes de Eriol.  Aunque dice que presiente que el sujeto la conoce.  Espero estar en casa en un par de semanas mas.  Tomoyo va para allá y te mando esta carta con ella.   Tengo tantas cosas que contarte.  Sakura."

-Es una preciosa carta- dijo Itzume.  – tu hermana, debe de quererte mucho- levantando la vista y encontrándose con el gallardo rostro de aquel joven. Pero en vez de encontrarse con una sonrisa (aunque fuese ligera) o un "si" de mirada o de voz, en caso contrario observaba aquella carta como una traición.  Como una declaración contraria a lo que este hubiera deseado.

-Esa carta, todo en esa carta, es una mentira.- señalándola.

-¿A que te refieres?

-Nunca cuenta el encuentro con ese muchacho. Ni una sola línea- poniéndose de pie de manera violenta y toma el papel de las manos de Itzume.

-Bueno... tal vez, no quería que te preocuparas- dijo ella observándole.- Cálmate...

-Lo voy a matar si algo le pasa- dijo Kinomoto comenzando a caminar de lado a lado.- Lo mato a él y después a ella.

-¿Quién dice que algo pasará? No lo conoces a él. 

-¡¡Exacto!! Un hombre es un hombre... ¡¡¡Mi hermana sola con un pervertido!!!

-No es un pervertido...

-¡¡no lo defiendas!! Tu no lo conoces- apuntándole con el dedo. La carta estaba arrugada dentro de su puño.- Cuando los encuentre, los mato.  A ella por irse con él...

-¿Acaso no crees que fue un secuestro?- observando al joven- ¿Crees que ella se fue con él?

-No se- dijo Kinomoto- pero se que, ella podía defenderse... – Observando el rostro de Itzume- Pero eso, ya lo sabes...- no sabía porque pero aquella chica.  Podía percibir lo que ella era.  Lo que podía ocultar.  Todas las razones. 

Itzume llegó a esa casa justo cuando las cosas extrañas ocurrían.  Aquellas presencias.  Y sabía además que ella, era otra de esas razones.   ¿acaso ella le contaría la verdad? ¿toda la verdad?

-No conozco a tu hermana- dijo Itzume ahora ella poniéndose de pie- no se de que es capaz o no... –dirigiéndose a las escaleras y tomando una vela dijo- Me voy a dormir ya.  Buenas noches...

Pero no recibió respuestas del joven.  La silueta del joven Kinomoto era vista mientras ella ascendía y escuchaba un papel siendo desplegado.

Pero Touya volvía a leer aquella carta.  Pensaba que, razones en todo ese tiempo de Sakura vivir con él, le había dado razones validas para que ella nunca le dijera ese encuentro con aquel joven.  Siempre se mostraba frío, reacio ante todo lo que ella expresaba o decía. Pero la verdad era que, ella en esos momentos, era una de las personas mas importantes en su vida.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

Recobró el conocimiento. Se percató que estaba en su recamara y la luz de una vela iluminaba su alrededor. En ese momento, encontró un par de ojos azulados que le observaban con preocupación.

-ha despertado- expresó Tomoyo.- ¿Cómo se encuentra?

-¿Qué ha pasado?- preguntó el hombre.  - ¿Qué ocurrió?

-Se desmayó durante la cena- respondió ella – Pensé en ir a buscar a un doctor. Pero es casi media noche  y hay toque de queda... uno de sus sirvientes lo trajo aquí...

-¿Me ha cuidado todo este tiempo?

Ella sonrió sutilmente y se acercó al lecho de aquel sujeto, sentándose en un lado.  Lo observó por un instante y dijo- Le he tomado estima Eriol.  Me preocupo por usted. 

-Muchas gracias- sonrió él y cambiando el tema agregó.- Me duele la cabeza...

-Cayó al suelo, se trató de poner de pie pero cayó...- haciendo una pausa.- por un momento, pensé que algo raro había ocurrido. Usted se puso muy pálido... tal vez, le dará un resfriado.

-No me enfermo- dijo Eriol preocupado ante esto. Nunca se había desmayado.- nunca me he enfermado...

-Hay una primera vez para todo...- comentó ella.- le dejaré para que descanse... verá que mañana estará mucho mejor...

-Tomoyo: gracias- dijo el sujeto observándole retirarse de la habitación.  Ella le sonrió pero no necesitó decir mas nada.

Pero Eriol, quedándose a solas, sabía que aquel desmayo no era de origen de un resfrío. Algo ocurriría.  Y algo debía él hacer.  

Se puso de pie y saliendo de su recamara se dirigió a la biblioteca.  Después de todo, aquel lugar, era su santuario.  Ingresó y en ese momento, todas las velas del lugar se encendieron al mismo tiempo.

-Amo—dijo Spinel acercándose - ¿Está usted bien?

-No lo se aun... percibí algo.  Me desmayé...

-No es común que usted se desmaye...  – Dijo el guardián..- Pero acaso ¿Usted no se ha dado cuenta?

-¿Dado cuenta de que Spinel?

-Ruby Moon.- respondió la criaturita.- Ruby Moon está cerca...

-Te equivocas- dijo Eriol – Ya está aquí...

-Pero ¿Dónde está metida? – preguntó Spinel.- Ya debería de haber llegado...

-Está en casa de Kaho- sonriendo.- por lo que parece, Nakuru tiene otro plan.

-No debió de darle tanta libertad- dijo Spinel- Tiene que priorizar.  La escapada de la Maestra de las Cartas y su seguridad para el logro de sus objetivos debería de ser su objetivo primordial.

-Lo se.- dijo Eriol.- Pero Nakuru sabe que hay una persona que debe de ser controlada a toda costa...

-¿Quién amo?

-Touya Kinomoto.  La misión de Kinomoto no es tratar de encontrar a su hermana... Tiene otra en sus manos- Observando a aquel guardián- Aunque no tengo porque explicártelo ¿O si?

-No amo- negando con la cabeza.- pero ¿Puede confiar en ese sujeto?

-Sus poderes le ayudan a distinguir lo real de la fantasía.  Lo peligroso de lo inofensivo en cada ser humano. Tiene una intuición sobresaliente además de que su poder es sorprendente.  Cuando el momento llegue de que despierte el segundo guardián, él tendrá un papel muy importante.  Nakuru lo sabe.  Sabe que, Kinomoto debe de quedarse cerca para cuando ocurra.

-¿Qué pasa si no lo hace?- preguntó Spinel.

-Confiemos en que, si lo haga.- dijo el amo.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

-¿Para que me ha enviado a llamar?- preguntaba aquel sujeto mientras en las sombras  que cubría la ciudad y cubriéndose por una columna, hablaba con otro sujeto. Después de todo, eran mas de la una de la madrugada.

Aquel cuya voz era bastante aguda y vestía con harapos, observaba a su alrededor ante todo movimiento.

-Me dicen que eres el mejor en lo que respecta a averiguar información de los lugares mas inhóspitos...  o en todo caso, de todos los que viven aquí...

-Así es mi señor- dijo el sujeto aun oculto detrás de una columna.

-¿Qué sabes de Eriol Hiraguizagua?- preguntó Micashi a ese sujeto- Lo que sea... ¿qué has podido averiguar desde la ultima vez que hablamos?- extrayendo desde el interior de su ropas un pequeño bolsito en donde el sonido de metal chocando uno con otro llamaba la atención del sujeto.

-No ha vivido mucho aquí.  Se dice que viene de otras tierras.  Compra casas y propiedades con el dinero adquirido por sus negocios y tratos con comerciantes. Se rumora que es él quien está a cargo de la recolección de las doncellas...

-¿se sabe si está casado?- preguntó Micashi.

Aquel informante guardó silencio un par de minutos.  En ese momento una carreta pasa a un lado de ellos y al ver el carretero la insignia de soldado del sujeto sigue su camino. Era un carruaje de la corona. 

-No creo... – dijo finalmente.  – nada se rumora de matrimonio... por lo menos nada de lo que me hayas pedido que averiguara...

-¿No está casado?

-Hablé con diferentes personas que podrían estar involucradas.. Nadie sabe si está casado o no.  Si anda pretendiendo a una joven de apellido Dairojij ; eso escuché ¿Pero de ahí, a casarse con ella o alguien mas? – haciendo una pausa- No lo creo.

-Entonces...- dijo Micashi con un brillo especial en su mirada- ¿acaso la trató de salvar del llamado a las doncellas?- arrojándole la bolsita al hombre a sus manos y dirigiéndose a él, agregó- Cualquier otra cosa que te enteres, me avisas...- sonriendo confiado.

-Muy bien – Dijo haciendo una reverencia y así como apareció, desapareció: Entre las sombras.

-Eriol Hiraguizagua- dijo el sujeto dirigiéndose a un carruaje. – Trataste de engañarme... ahora te tengo...

Micashi era muy ambicioso y sabía que, tenía al hombre justo donde lo quería.  Pero todo era parte de un plan. Un plan que, lo beneficiaría justo y solo a él.  Como él creía que se merecía.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

No había avanzado mucho la comitiva de Shu Mei con sus soldados asignados.  En esos momentos, descansaban y esperaban que el amanecer viniera.

Pero Shu Mei concentraba todo su poder.  Delante del tablero mágico y de una vela que le daba una demacrada imagen a su rostro decía: "Poderes Oscuros: Encontrad al elegido y traedlo".- en ese momento la llama de la vela se movía de un lado a otro.  De la mano de Shu Mei surgía una imagen gris y parecía alguna clase de espectro.  Al abrir sus ojos y observar como aquella sombra, incrementaba cada vez mas, dijo- Descúbrelo y  tráelo... lo quiero con vida...

Parecía que, aquella sombra, comprendía lo que Shu Mei decía.  Inmediatamente y ante esto, el tablero se activó señalando con aquella luz, a la distancia en el este.  Shu Mei sonrió victorioso y dijo- Ve.- observándolo avanzar como la noche misma, extendiéndose en los cielos pero avanzando conforme el camino se abría en el horizonte.

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La luna se divisaba entre las ramas de los árboles.  El fuego de la fogata se había extinguido ya. Observó a su lado y pudo observar a una joven dormir apaciblemente cubierta por los abrigos. Del otro lado, una bestia de enormes alas dormitaba al mismo tiempo que su ama.  A pesar de que, les tocaba a él y al joven hacer turno en esos momentos.

-Es todo un dormilón- escuchando algunos ronquiditos provenientes de aquella criatura. –y un glotón también.- A la vez que se introducía unas frutillas encontradas en los alrededores.   Observó nuevamente el lecho (por así decirlo) de su compañera de viajes.

De un momento a otro, sintió como el sueño le vencía.  Toda aquella caminata de aquel día entre valles y bosques del cual aun no salían, le habían agotado.  Sus párpados fueron dándose por vencidos.  Vio imágenes, borrosas en su mente.  Observó como flechas venían en contra de su cuerpo.  Escuchaba voces y una de ellas le hablaban de " es tu destino".  Vio rostros.  Ojos marrones, negros y unos ojos verdes.  Recordaba un enfrentamiento.  Espadas chocando unas con otras.   Veía aquellos ojos desafiándole. 

Despertó de repente, al sentir un frío violento.  Observó a su alrededor.  Sakura aun dormía.  Pero la criatura, Keroberos estaba de pie y observaba en donde antes de quedarse dormido, estaba la Luna.

-¿Qué pasa?- preguntó en un susurro.

-Algo... no está.... bien- dijo Keroberos aun observando las nubes que cubrían la luna.

-¿A que te refieres?- preguntó, pero en un momento a otro se dio cuenta que, por alguna extraña razón, sabía de que hablaba el guardián. - ¿qué pasa?

-No lo se- dijo Keroberos no comprendiendo que el sujeto sentía al igual que él, aquella presencia.

En ese momento, Sakura despierta -¿Qué pasa?- observando donde vio por ultima vez a Li y al guardián- ¿Qué ocurre?

-Tenemos que irnos- dijo Li acertadamente a Kero a la vez que avanzaba a donde Sakura.

-¿No será el clima?- preguntó Keroberos.

-No lo creo- dirigiéndose a Sakura dijo- Tenemos que irnos.- Ayudándole a ponerse de pie.

-Pero es la mitad de la noche- dijo Sakura terminando de avivarse a pesar de que aun se encontraba media dormida.- ¿Adonde iremos a esta hora?

-Sakura ¿No sientes esta presencia?- preguntó ahora Keroberos.

-¿Presencia? ¿presencia de que?- preguntaba la inocente muchacha.

-Algo malo- dijo Li sorprendiendo a Kero y a Sakura.- Se aproxima...- Observando como la oscuridad rodeaba todo.  Cada vez era mas difícil ver a su alrededor.

-¿Qué ocurre? No puedo verlos- Dijo Sakura asustándose y comenzando a preocuparse.- No quiero alterar a nadie- decía con voz temblorosa- pero no me agrada la oscuridad.

En ese momento Kero dice.- Ya es muy tarde.- viendo delante de él como la oscuridad que los rodeaba comenzaba a tener forma etérea de al parecer en un principio, un ser humano. La figura fue cada vez conteniendo materia de alguna clase.  Justo en ese momento, se hizo palpable alguna clase de manifestación mágica delante de ellos.

-¿Qué es eso?- preguntaba Sakura colocándose al lado de Keroberos. Li se adelanta y se coloca delante de ellos dos.  La presencia de la joven, del guardián y del ente podía sentirlas.  ¿Qué significaba todo aquello?

La criatura a la cual se podía observar por un momento, no parecía tener rasgos físicos.  En donde se suponía que tenía que estar rostro, solo había un lado negro y oscuro. Pero parecía observar a Li en un momento, pero su atención se concentró en Sakura.  Solo la observaba a ella.

-No lo se- dijo Li observando intensamente a la criatura.-  Pero algo bueno no trae...

-Hace frío- dijo Sakura dándose cuenta en esos instantes.  Tanto ella como Li o Keroberos, expulsaban un vaho que era visible  de la boca y las fosas nasales.  –No hacía tanto frío.

-¡¡Detente ahí!!- dijo Li al ver que la criatura avanzó dos pasos hacía ellos.

-¿No creen que sea inofensivo?- preguntó Sakura- tal vez, ¿Fan.- tas- ma? (Dándole problema decir esa frase)  inofensivo....- completó su idea no evitando temblar ante esa teoría.

En ese momento, el ente despide de donde parecía estar su rostro, un rastro de algo brillante y plateado.

-¡¡Cuidado!!_ dijo Li tomando a Sakura entre sus brazos y saltando ágilmente a la derecha.  Keroberos esquivó también yéndose a la izquierda.  Soltándole en otro lugar a pocos metros donde estaban momentos antes se percató de algo.- mire:- señalando el lugar donde estaban anteriormente- es hielo...

-¿Hielo?.- preguntó Sakura.- Creo que eso retira la posibilidad que sea amigable...

Li agregó-O que sea del todo, un fantasma.  Un fantasma no puede hacer eso- En ese momento se ven interrumpidos nuevamente ahora Sakura esquivó por un lado y viéndose separada de Li quien saltó a otro lado al ver que la criatura volvía a atacar. 

Enfocó ahora su atención en la maestra de las cartas que había quedado sola. 

-Sakura- gritó Keroberos tratando de acercarse a ella pero la criatura escupió otro chorro al guardián el cual tuvo que esquivarlo.

-¡¡Cuidado!!- gritó Li al guardián.  Pero Sakura no se defendía.- ¿Qué haces? ¡¡Usa tus poderes!!- gritaba a todo pulmón.

La criatura comenzaba a acercarse lentamente.  Sakura sacó la llave de su bolsillo y dijo "Llave que guardas los poderes de la oscuridad, muestra tu verdadera forma ante Sakura; quien ha aceptado la misión: Libérate" – delante de Keroberos y de Li observaron aquel sello desplegarse en los pies de la joven y de aquella llave, convertirse en báculo mágico. –"Salto"- solicitó en ese momento saltó a una rama.  Pero la criatura lanzó un chorro a la rama donde ella se posó congelándola. Así hizo con la siguiente y la después de esa y las demás.

-¿Acaso juegas con él?- preguntó Li molesto.- ¡¡Haz Algo!!- gritó a Keroberos.

-¿cómo que?

-¡¡no se: Pero algo!!... si siguen así, él la atrapará...

- Sakura:- gritó el guardián- es una criatura que usa el congelamiento... el frío...- En ese momento Li se percata que todo en su alrededor está congelado. Incluso la hierba.-Como arma...

-¿Frío? Necesitamos entonces... ¡¡Calor!!- dijo Li, lo suficientemente alto, para que la joven lo escuchara.

Sakura continuaba esquivando la criatura en cada salto. Ya quedaban pocos lugares en los árboles que no estuviesen congelados. 

-Fuego- dijo Sakura llamando en esos momentos a aquella carta destinada para la labor. La Firey card, estuvo rodeando a Sakura y descongelando todo aquello que la criatura congeló.  Después la joven pudo observar como la presencia de aquella brillante entidad obligaba aquella criatura a retroceder cubriéndose donde se supone que estaba su rostro.

-Sigue así Sakura- dijo Keroberos para que mantuviese la carta activada- está funcionado.- Veía como a su alrededor todo se evaporaba y volvía a su antigua forma.

La carta atacó directamente a la entidad rodeándola en un aro de fuego, desintegrándola por completo.  Al ocurrir esto, aquellas nubes que cubrían los cielos, se desintegran, reapareciendo la luna.

La carta volvió a su forma.   Sakura sorprendida recibió la carta en sus manos,  Sonriendo a Keroberos.

-¡¡Kero: lo hice!!- acercando y abrazándole a la vez que se reía.- Lo logramos...- en ese momento, de la emoción y sin poder evitarlo se abalanza sobre Li, también abrazándole a la vez que soltaba una carcajada infantil y dulce-¡¡Lo hicimos LI!!

-Oye ¡¡¡Suéltame!!!- decía el joven a la vez que trataba de tocar a la joven para que lo soltase pero no sabiendo porque, no podía.  Estaba todo rojito y repetía-  ¡¡Suéltame!! ¿qué haces???

-Lo siento- dijo ella aun sonriéndole y separándose del joven- Lo logramos...

-Lo lograste Sakura-dijo Keroberos atrayendo la atención de la joven, del sujeto.   Este aun estaba avergonzado pero no comprendía porque.- Venciste una criatura tu sola...

-Aun no entiendo- dijo Li atrayendo la atención de ambos volviendo a la realidad del momento y tratando de recomponerse- ¿qué hacía aquí?

-Sería lo que dije: Alguna clase de espíritu...- respondió la joven.

-¿Lo crees tu?- preguntó Li a Keroberos.

-No se- dijo el guardián- No es la primera vez que veo ese tipo de entidades.  Las vi una vez, hace mucho tiempo atrás. 

-¿Es normal verlos en los bosques?- preguntó Li.

-No- dijo Keroberos- usualmente son invocados... por hechiceros...

-Será mejor que tomemos turnos- dijo Li- o esperemos el amanecer... es por lo que parece, un bosque muy peligroso...

-Será mejor – dijo Sakura acomodándose a un lado y agregó- Li, Kero:-atrayendo la atención de ellos- Ustedes, duerman.. han hecho parte de la noche en vigilia. Merecen dormir.

-No me culpen si lo hago.- dijo el guardián echándose nuevamente en donde dormitaba mucho antes.

-Oye ¿Pero acaso no estabas dormido?- comentó Li- deberías quedarte despierto...- pero era demasiado tarde.  Parecía estar dormido ya.

Exhalando profundamente observó a la dueña de aquella criatura.  Se quedaba observando a Kero dormir. Pero no parecía molesta.  A decir verdad, parecía tranquila.  Ella le devolvió la mirada, diciéndole.- ¿no dormirás?

-No tengo sueño- dijo Li observándole- Adelante y duerma: yo me quedaré en vigilia...

-No, está bien...

-Duerma Sakura; mañana tenemos que comenzar temprano...- dándole fin al tema- Buenas noches.

-Buenas noches Li- dijo ella acomodándose nuevamente y quedándose dormida observando la silueta del joven en la oscuridad mientras se apoyaba del tronco de un árbol y observaba a todo su alrededor.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

 Escuchaba nuevamente los quejidos provenientes de la alcoba de la joven.  Se puso de pie y caminó como lo había hecho todas aquellas noches. No sabía porque pero en las ultimas noches, eran mas intensos los gritos y la desesperación que notaba del rostro de la chica cuando tenía aquellas pesadillas.

Esa noche no era diferente. Ingresó iluminando con una vela. Ahí estaba ella, cubierta por la manta y usando una ropa de dormir de color turquesa claro pertenecientes a ella.  Su pelo estaba suelto y alborotado en su rostro sudado y en la almohada. 

El sujeto dejó la vela a un lado y como en las otras noches, pasó sutilmente el contorno de su mano en la frente de la joven.  Como las demás noches, ocurrió lo mismo: Podía observar imágenes.  Borrosas en algunas partes y claras en otras ocasiones.  Veía lo que ella veía. Sentía lo que ella sentía.

En esos momentos corría por el bosque. Sentía cada parte de ella, cada centímetro de su cuerpo dolía.  Se cubría entre las sombras.

Escuchaba el sonido de pasos que se acercaban por las inmediaciones.  Escuchaba ladridos. Pero le costaba trabajo avanzar.  Pero aun así, descalza, continuaba corriendo.  Pronto estuvo en lo que parecía era una caverna. Su respiración era agitada y podía sentir que no le quedaban mas fuerzas.

De repente, sintió aquella presencia.  Observaba a su alrededor.  Touya observaba todo aquello como si fuera parte de  Itzume.  No podía observar como era ella.  Como era su físico y porque ella pasaba por todo esto. Siempre como pasaba cada vez que absorbía los recuerdos de la joven para que durmiera mejor.

- No puedes esconderte de mi- dejándose caer en el suelo.

-Aun sabiendo que esto venía, no quisiste mi ayuda- dijo el sujeto apareciéndose astralmente delante de ella. –Déjame transportarte a salvo- observando la figura traslucida de Clow.  También podía sentir su tibia aura.  Ella negaba con la cabeza, cubriéndose la herida- Por favor Itziar.  

-¡¡No!!- dijo ella-  esto tiene que ser así.  Sonriendo a la imagen y agregando- se que te agrado, a pesar de que nunca nos llevamos bien...

-Itziar...

-Vamos y quita esa cara Clow- sonriéndole para aligerar la atmósfera.- De todas, maneras, es nuestro destino. Lo sabes...

El sonido de las personas y los canes, se sentían cada vez mas cerca.

-Es inevitable- dijo Itziar.

-Yo...- comenzó a decir Clow pero ella le interrumpió.

-Calla- dijo ella sonriéndole a su proyección astral- también siento lo mismo- sonriéndole, pero en ese momento, se quejó por su herida en su hombro.- Mas sin embargo, debes esconderlo, Clow- tosiendo – escóndelo, para que exista un rayo de esperanza en la humanidad...

Clow asintió con la cabeza.  Sufría al ver a su amiga, en tales condiciones.  Le quería mucho. Ella sonriéndole toscamente dijo- Ahora lárgate de aquí  -Sujetándose la herida- Y no te preocupes... nos veremos pronto...

-Itziar...-dijo Clow haciendo ademán con su proyección astral de querer acariciar su rostro. Ella a duras penas se puso de pie y acercándose a su proyección, alzó su rostro y besó (Por así decirlo) la proyección de Clow.

-Por aquí está- Se escuchó una voz de hombre provenir de la entrada de la cueva.  Metros y rocas mas allá la vieron.

-¡¡Es la hechicera!!- gritó uno con antorcha en mano.

-Maten a la desgraciada- Escuchó que decía otra.

-¡¡Merece Morir!!- dijo un tercero.

Lo próximo que supo, atravesaba astralmente la imagen de aquel quien había sido su amigo. Había caído mortalmente herida por una flecha.  La imagen de Clow, se había desvanecido, pero él, con sus poderes, podía observar lo que ocurría: los cazadores se acercaron al cuerpo que yacía inerte de Itziar y uno de ellos arrojó la antorcha para que se calcinara, mientras los demás, gritaban extasiados ante su triunfo y gritaban voces al unísono "mueran los demonios".

En ese momento ella despierta y se levanta parcialmente de su lecho pero vaya sorpresa cuando encuentra que está en los brazos de nada mas y nada menos que Kinomoto.

Su rostro estaba sonrojado.  Separándose un momento de él, ambos se observaron por un momento. Ella pudo notar (a pesar de la poca luz) de la palidez en su rostro, además se notaba el sudor en su frente y respiraba con dificultad.- ¿Touya? –pero no pudo continuar sus preguntas.   No necesitaban hablar.  No había necesidad de las palabras. Pero ella, sintió como unos brazos le aferraban en contra del cuerpo del joven.

Después de un largo silencio entre ambos, él lo rompió-¿Por qué alguien tan joven como tu, tiene esas imágenes en su mente? – preguntó a media voz mientras continuaban abrazados.  Itzume podía sentir su agitado respirar, pero también el corazón de ella que parecía salirse de su pecho. -¿por qué tanto odio, tanta crueldad del ser humano? ¿por qué de todas las personas, alguien como tu?

-No sabes quien soy- respondió ella en casi un susurro apoyando su rostro en el pecho del joven pero aun aferrada a él.  Se aferraba mientras sus puños arrugaban la ropa de dormir del joven al estar los puños de ella cerrados, como si no quisiera separarse de él, o verse separada. Con la voz entrecortada agregó- No lo sabes... quien fui... porque estoy aquí, en tu casa...- separándose de él y bajando su rostro.

-Quisiera saberlo- Agregó Kinomoto.- que me lo dijeras.  Y porque cuando te toco, veo y siento todo lo que tu pasas- retirando un mechón de cabellos negros en el rostro de la joven.


Itzume estaba bastante sonrojada.  No era el lugar, ni las circunstancias de aquel encuentro, el momento de su revelación.  Pero en ese instante no recordaba tampoco su misión; lo que la tenía y la retenía en aquel lugar.  Solo y en su mente, se dibujaba era el rostro del guapo joven a quien había aprendido a conocer y a sentir algo por él.  Algo que en esos momentos, era demasiado confuso pero días antes era, un estorbo en su misión.

-Tu .... – dudó en preguntar- ¿tu ves todo lo que sueño? ¿Siempre?

Él asintió con el rostro. No comprendía como aquella joven podía tener ese tipo de pensamientos tan crueles y dramáticos en su vida.-¿Cómo puedo verlo todo, como si lo estuviera pasando? ¿Acaso tu pasaste eso?

-No comprendes... – haciendo una pausa- tener estos sueños toda tu vida.  En un  principio eran borrosos.... mis padres, eran especiales...- haciendo memoria- Recuerdo antes de conocer a la señora Ieran,  mi tutora, que vivía en un lugar donde habían árboles... flores, plantas y una leyenda... solo recuerdo... pocas cosas... mis padres...como eran físicamente, ya no los recuerdo...- bajando su mirada- murieron cuando tenía cinco años... supe después que, mi madre, fue en realidad conocida de la señora Ieran. No se como; Mis padres eran simples personas pero conocían a la pariente de Cho.  Un día, mis padres simplemente no vinieron a casa. Pero Ieran se enteró. No se como.  Vino por mi y desde ese día en adelante, era una hija mas de su familia.  Entrené con Shaoran artes marciales, defensa y demás cosas...

-Tienes poderes mágicos- dijo Touya sintiendo que era el momento de las revelaciones de las confesiones; que ella no sintiera que tenía que cargar todo aquello sola.- Puedo sentirlos...

Ella asintió y agregó, tomando su mano.- se que lo sientes... yo siento los tuyos...

-Pero no soy tan fuerte como tu...

-Podrías...- y continuando su historia agregó- Siempre he tenido estos sueños.  Fue hasta que llegué a la mocedad que, comenzaron a hacerse mas claros... Otras cosas surgieron después... pero confié en Ieran en todo excepto en algo: Aquellos sueños. Eran demasiado reveladores, acerca de un pasado y un destino...

-¿El sujeto de aquel sueño?- preguntó Kinomoto- El de la imagen.- ella asintió.- pero... sentía las heridas en mi cuerpo. Sentí como las llamas me comían la carne... ¿Cómo puedes...

-Soy una reencarnación de alguien llamada Itziar quien vivió 400 años atrás. Ese hombre, es alguien tan importante de mi pasado... – Touya observó aquel brillo que momentáneamente la joven tenía en sus ojos ante la mención de aquel sujeto.-Estuve destinada a reencarnar en este mundo con un propósito... una misión.- separándose de él y observando la llama de la vela, en ese instante, su mirada se volvió fría y distante a la vez que algo decidida y confiada.- Y ahora lo se: tengo que matar a Cho Akiyashi...

Touya la observó sorprendido ¿Cómo aquella chica podría derrotar a Cho Akiyashi ella sola, cuando cientos a través de los años han fracasado en derrotarlo?

En ese momento, ella tocó con sus dedos la mecha encendida de la vela, pero esta no se apagó. Touya observó con sorpresa como aquella pequeña llama ya no bailaba en la mecha. Ahora bailaba en la punta del dedo utilizado por Itzume incrementando y dirigiéndose a su palma abierta justo enfrente de Kinomoto.  Ambas miradas se conectaron a través de aquella llama que ella controlaba.

-¿Cómo puedes decir eso?-. preguntó el joven escandalizado ante la idea.- ¿Por qué?- no dándole importancia y sin siquiera preguntarle ¿Cómo puedes hacer esto? Solo le interesaba que le respondiera si era capaz de cumplir con su cometido

-Vine aquí buscando algo que percibí desde el primer momento que ingresé a este lugar.  Lo percibí aquel día que nos conocimos.- poniéndose de pie y caminando hasta el escritorio de Sakura- un rastro de un pasado. De mi pasado.  Del pasado de Itziar.- la llama no se desintegró. Itzume encendió uno tras otro, las velas que habían en la habitación, iluminándola en su totalidad.  Ahí apagó la de su mano.- Pero... tu hermana se lo llevó consigo. Creo que, esto no es sorpresa para ti.  Sabes de lo que hablo...

-Si- dijo Kinomoto- Claro, No tengo todas las ideas claras, pero como tu, percibí el poder que mi hermana tenía escondido aquí.  Por días lo sentí.

-Lo se- dijo ella sonriendo sutilmente.- Por eso, preferí quedarme aquí.  Pero... ahora con lo que ha pasado con tu hermana.

-Tu querías arrebatarle aquel poder...

-Si- dijo Itzume.

-Para matar a Cho.- completó su idea.- pero ¿Por qué?

-Para prevenir el futuro... Pero por favor, no me preguntes mas...

-¿Futuro? ¿Puedes ver el futuro?

Asintiendo respondió- Uno de los dones heredados de mi pasado.  De mi otro yo... quiero prevenir lo que ha de venir.

-Pero en tus sueños, no veo el futuro, veo el pasado.- Expresó Kinomoto.

-Así es.- respondió ella. – no puedo darte todos los detalles. No puedo revelarte porque.  Tengo confianza en ti.  Pero temo en lo que pueda pasar si te lo digo.- se acercaba y por unos segundos tocó su mejilla.  Pero Kinomoto se echó para atrás.

Ella lo observó con detenimiento y agregó- Supongo que esto para ti, es demasiado impresionante para tu vida tan tranquila y sencilla que llevabas... Lo comprendo.

-no es así- respondió el sujeto.- no lo es.  He temido, durante todos estos años, que el secreto, aquel secreto acerca de mi hermana, se revelara... en estos días, me he preocupado también por ti...- haciendo una pausa- hay tantas cosas a mi alrededor.  Se que no es una coincidencia.

-El poder de Clow.  El poder de la Luna.  Es predecible en todo tu alrededor, Touya.  Está tan cerca y a la vez, tan lejos. 

-¿por qué te quedaste aquí? ¿por qué? Si sabes que el poder lo tiene mi hermana; se lo llevó con ella. 

-Lo se- respondió ella.- Pero... esperando que, Shaoran salga de dondequiera que esté escondido, me mantenía aquí... en un principio, era así-. Sonrojada y mirándole de reojo.

Antes de que ella pudiera hablar, de que pudiera decirle lo que sentía en esos momentos, Kinomoto se puso de pie y dirigiéndose a la puerta sin voltearse a ver su rostro expresó- No debería entrometerme... no es de mi incumbencia lo que hagas o no, pero si necesitas ayuda, puedes contar conmigo.  Siempre.

-Lo se, gracias- viéndole cerrar la puerta al salir de la recamara.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

-Maldición-dijo Shu Mei enojado ante lo que percibió: la derrota de su enviado oscuro- Por lo que parece, no será tan fácil como lo había pensado... pero, hay formas, muchas formas y de una u otra, el elegido caerá... – sonriendo malévolamente delante de una llama.

--------------  Continuará....

Gracias entonces a todos por los comentarios al correo y muchas gracias por el apoyo recibido para esta historia.