Nota de la autora:  Este capitulo contiene escenas que a mi parecer, la podrían describir dentro del rango de Pg-13 dado precisamente al índice de maldad, tenebrosidad,  que debería superar un 175% al permitido.

Hago esta advertencia para que no los agarre de sorpresa. Pero era necesario.  Al menos advierto, no como una autora de cierto libro de magos, que, no advirtió lo que venía por ahí -(llorando a borbotones)-

"The Story about a Prince and a Courtier"

By Crystal.-

Basado en los personajes de Card Captor Sakura, Por CLAMP.

Capitulo 22. "Virtud en las doncellas"

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Por 400 años la Sociedad Hermanos de la Luna, había sobrevivido la cacería y matanza además de exterminio de la cual fue victima por siglos;  Ahora, Sakura la elegida, había llegado a su hábitat.  Muchas cosas aun se encuentran inconclusas: Secretos, planes y sentimientos saldrán a la luz.

Pero por otra parte está la relación entre Clow e Itziar: ¿Ellos previeron este encuentro entre la elegida y el pueblo?  O hay muchos mas designios por revelar.

Solo el destino, les revelará su misión...

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Cuando la joven supo quien era la que abrazaba a su "descubrimiento" como llamaba a Li, Kiddy había dejado de gritarle y Kero en su verdadera identidad salió a su defensa.  Era el día siguiente.  El anciano los esperaba desde su llegada, pero Tsubame recomendó que ellos descansaran. La verdad era que, camino a la vivienda del Líder de los Hermanos de la Luna, Sakura iba al lado de Kero.  Li se había quedado a descansar en la caverna de la curandera y gracias a la insistencia de Sakura, Li se dio por vencido, quedándose, cuya intención era otra en un principio.

Habían niños, notado por Sakura, quienes a la presencia de Kero en su verdadera identidad, los asustaba un poco, escondiéndose.  Llevaban abrigos hechos de retazos de pieles, parecidos a las de los adultos. En verdad, esa vida rustica, los había convertido en hombres de cavernas. Incluso observaban la pañoleta de Tomoyo como algo brillante y llamativo.

Pero una pregunta rondaban las cabezas de ellos, mas no expresaban: ¿dónde estaba la pequeña Urara?

-Así que...- dijo Kiddy al lado de Sakura mientras Tomoyo venía del otro lado. Pero esta ultima, tenía tantos pensamientos de su parte, que poca atención prestaba a la conversación que surgía entre Sakura y la joven a medida que ascendían mas caminos dentro de la boca de aquellas cavernas que servían de hogar a los Hermanos de la Luna.  El camino era iluminado por antorchas y huecos en la parte superior en algunos lugares, en donde se internaba la luz del sol. Kiddy en verdad se sentía avergonzada del escándalo que armó y mas aun, con la figura presente de una leyenda que por cuatrocientos años, formó parte de su gente. Ahora según su pensar, se sentía la menos indicada para iluminar el camino de la llamada "elegida".  Pero ese no era el punto que quería tocar.  - ¿Eres amiga del chico Lindo?

-¿Chico Lindo?- preguntó Sakura sin entender.

-De Li.- dijo riendo.- La verdad que desde que lo vi dormido...- suspirando- ¿Lo has visto dormir? ¿Eres su hermana?

-Hemos viajado todo el camino juntos... no. No soy su hermana.- respondió Sakura.

-¿Eres su novia?

-no- respondió Sakura firmemente.

-Oye ¿Tiene novia? ¿prometida, esposa, o tu y él...- preguntaba ella mas entusiasmada pero el hecho que no fuera su hermana, abría otra posibilidad. Una posibilidad de jugar a casamentera; una de sus tantas favoritas actividades. Después de todo, Tsubame y Xian Hue tenían algo; no algo de lo cual ella gustara hablar. un compromiso si existía por ordenes del abuelo pero algo al fin.  Era mas fácil que ella reuniese parejas en todos lados, antes que ella establecerse.  Pero para Kiddy, aun no era su momento.  Pero por otro lado, Kiddy se consideraba una chica poco común y por tanto buscaba una relación "Poco común". Una condición que ningún hombre mayor, o menor, o en todo caso, de su misma edad, podía reunir.

-Eh... no lo se- dijo Sakura y por alguna extraña razón comentó.- Y no creo que si la tiene, la recuerde... tiene amnesia...

-¿Qué es eso?

-pérdida de memoria...- respondió Sakura. No sabía porque había dicho aquello.  No lo entendía. Porque ponía obstáculos en la conversación ante las preguntas de aquella mujer.

-Pues...- dijo Kiddy al escuchar a la joven y mirándole de reojo comentó.- Es un encanto... algo joven para mi... ¿No crees?

-Disculpa.  Pero no se que responderte...- dijo Sakura deteniendo su caminar y observándole- La verdad es que, no conoce él mismo de su pasado...

Kiddy en esos momentos, no veía a la famosa elegida.  Para ella, era otra chica, tal como era ella.   Ahora esa conversación no rondaba en el destino de la humanidad, de cómo derrotarían a Cho, cuales poderes poseía que le hacían ser la "única entre todos".  Era una mera conversación de "mujer a mujer" y sobre chicos.

-Pero, parecía que eres muy importante para él...- mientras hacía el comentario, sabía a donde iba dirigido, después de todo, ella lo sospechaba: no estaba muy lejos de la realidad; tampoco, era una mentira. Era mas bien, una ayudadita.

-¿Cómo dices eso? ¿por qué lo dices?- preguntaba la joven Kinomoto.

-Mientras estaba inconsciente y Kiobe le suturaba, no hacía otra cosa que mencionar tu nombre... incesantemente... ¿Estás segura que no significas nada para él?

Sakura se detuvo en seco ante esta declaración y miró a Kiddy.  Incluso Tomoyo la observó.  Seguían caminando y de repente se detenían ¿Qué pasaba?

-él... ¿hizo eso?- preguntó atónita la chica. Incluso Kiddy le observó.

-Si...- respondió honestamente la guerrera.- La verdad era que, no hacía otra cosa que mencionar tu nombre...- reiniciando su camino.

Pero Sakura se ruborizó.  Llevándose ambas manos al pecho.  Y era porque sentía que el corazón latía mas fuerte que frecuentemente. Incluso Tomoyo se puso a la par de ella y preguntó - ¿Sakura, estás bien?

Pero ella solo pensaba en el momento que lo conoció y como este, siempre se empeñaba en protegerla; como siempre exigía llamarle "Señorita Sakura" como, sin ella pedirlo, había encontrado un fiel seguidor.  Pero ¿Por qué esos pensamientos llegaban a su mente? Solo pensar en su mirada chocolatada.  Su pelo siendo ondeado por el viento.  Su porte gallardo y masculino...  pero era imposible. Incluso sacudía su cabeza para sacar aquellos pensamientos de su mente.

-¿Sakura?- preguntó Kero sacándola de su pensamiento. Ahí ella le observó,.- ¿Estás bien?

-Si Kero. Lo siento.- mirando a los tres (pues incluso Kiddy, se había quedado observándole).

-Bueno, vamos- dirigiendo el camino la mujer nuevamente- El abuelo debe de estar esperándonos... y Tsubame...

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

Pero mientras, cierto joven pensaba en cierta doncella que se le arrojó a sus brazos. Aun sentía en su figura masculina aquella tibieza que la joven le emitió con su espontaneidad  e inocencia.   No sabía si eso le atraía mas, o le complicaba mas.  Por otra parte, estaba aquel sujeto, Xian Hue. Si sus sentidos no le apuntaban mal, este se sentía atraído por Sakura desde un principio, y la joven desde el primer momento, estaba fascinada con el desconocido "miembro de aquella sociedad". Pero su fruncida mirada fue notada por Kiobe, quien  revisaba sus heridas y cambiaba sus vendajes. Comentó.- Hay que aplicarte la mezcla de hierbas cada par de horas.- mirándole torcer su rostro, comentó con una risilla- Pero vaya que eres todo un valiente.- sonando sarcástica.- No puedo creer que ustedes, bueno...- retractándose.- esa niña, sea la elegida- Atrayendo la mirada de Li.- no es coincidencia entonces, que fueran encontrados por Xian Hue.

-No lo es Kiobe.- interrumpió el sujeto.- Nami te envía esto.- mostrándole una nota doblada y extendiéndosela.- ¿Cómo está?- hablando de Li.

-Ya estoy mejor.- reclamó el sujeto algo reacio.- Pronto estaremos en camino al este...- haciendo énfasis en esto ultimo. Claro, cuando se refería a "estaremos", solo hablaba por Sakura, su prima y él. Pero una sonrisa algo sarcástica de Xian Hue lo hizo reaccionar.- ¿Qué?.

-Bueno, conociendo al jefe, no los dejará ir tan fácil...

-¿a que te refieres?- preguntaba mientras Kiobe leía la nota de la joven.- ¿De que hablas?

-Esos son asuntos que no nos conciernen...- reclamó Kiobe haciendo que el sujeto, tratara de no hablar de mas.

-Si se trata de nosotros, de ella y de la prometida libertad, si nos concierne Kiobe.- discutió el hombre.

-Tan testarudo como siempre.- sacudió la mujer su cabeza mientras volvía a vendar a Li.- se nota que no tienes cultura muchacho.

-Tengo derecho a dudar de su capacidad, Kiobe.  No son solo sus vidas; es la de todos...

-No te culpo-.- dijo la mujer dirigiéndole la mirada a Hue.- Pero tampoco, creas leer la mente de ese anciano...- hablando del Líder de los Hermanos de la Luna.

-él no la dejará ir tan fácil.  De todas maneras, sabes que, cada generación de cada líder, le fue inculcada la gran labor de guiar...

-Si, si, si- dijo la mujer exasperándose pero Li prestando atención a todo ello.- Pero bien sabes que gran suerte tiene de encontrar al elegido, o en este caso, a la elegida.  O que ella haya venido aquí...

-Estaba escrito Kiobe...

-Cada quien hace su propio destino,  no importa quien seas, un rey o un mendigo.  Creo en el elegido pero también creo que, aunque no es coincidencia que estén aquí, si el anciano desea hablar con ella, es por algo muy importante...- apuntándole con el dedo.- Algo que no nos concierne...

-Estoy preocupado—dijo el sujeto cruzándose de brazos y dándole la razón a la mujer. –Querrá entrenarla... instruirla.

-Sakura es muy capaz de enfrentar cualquier desafío.- dijo Li interrumpiéndoles y atrayendo ambas miradas- No importa cual sea... estás equivocado.  Escuché un día decir que, el libro la escogió a ella, no al revés.  Es una de las tantas cosas en las cuales Keroberos confía y le dice. Si es así, entonces no es un error, cosa que "estaba escrito"  o coincidencia. Ella es la indicada.- Poniéndose de pie y tomando su camisa. Pero no evitó hacer una mueca del dolor.

-¿adonde crees que vas?- preguntaba alarmada la mujer.- Aun no te puedes mover tan fácil.... si uno de los puntos que te di, se rompen...- incluso trataba de retenerle para que no caminase.- ¿Qué haces muchacho?

-Tengo que ir con ella.. a ver ese anciano...- reclamaba el sujeto.- ella es tan...- iba a decir tan "complacedora" o "aceptante de desafíos", sin saber en que se metía.  Solo por el placer de demostrar que ella podía. No se daba por vencida tan fácil. -... no aceptará un no por respuesta...- dijo el caminando con dificultad.

Pero Xian Hue se le para en medio de su destino.  – será mejor que regreses a la cama.- Dijo con rostro y voz de pocos amigos.

Pero Li le miraba entre la indiferencia y el desafío.- Apártate de mi camino...

-¿Me amenazas?- preguntó Hue confiado y algo indiferente.  Incluso, rió un poco por un instante para decir.- ¿Bromeas?

-Muévete...- decía Li tratando de pasar por su lado, pero el sujeto le cortaba el paso.

-No lo creo...- respondió él.- Además, deberías descansar.  Si como Kiobe dice, un punto se te rompe, no servirás de nada a Sakura, hasta la primavera...

-¿Por qué la llamas por su nombre?- preguntó él- ¿acaso no sabes respetar a una dama?

-comprendo perfectamente eso. Ella no es solo una dama, es una princesa. Y se como tratar a una princesa. Pero tu... solo eres, su guardaespaldas...

-¡¡Hue!! Muchacho: Cuidado con lo que dices- se escandalizó Kiobe.

Shaoran guardó un silencio obligatorio ante esta declaración.  Era cierto.  Era el protector de Sakura.  Sakura era alguien tan inocente como su prima Lady Tomoyo se refería, que al menos que alguien le dijera claramente sus sentimientos, esta no los averiguaría por si sola. Por otra parte, tampoco se los declararía abiertamente. ¡¡Que estaba pensando!! ¿Declararle a Sakura sus sentimientos??? ¿pero, que sentimientos? Su mente, era un total mar de confusiones, aunque estaba claro en algo: Se preocupaba por ella, y ella le salvó su vida.  Pero... ¿Se habría sentido por alguien así, alguna vez en su pasado? No lo recordaba.  Era su carga; su maldición. Aquella falta de pasado, perjudicaba lo que creía sentir.  O en realidad sentía.

Pues recordaba en esos instantes, a Sakura, abrazada a él en las orillas del río.  Aquel día que insistieron pescar juntos.  La verdad es que, le gustó lo que sintió al abrazarla. Al tenerla en sus brazos. Aunque fue por unos segundos; pero, segundos que se volvieron siglos.

-¡Oye!- gritó Xian Hue para hacerlo regresar a la realidad.- ¡¡Tierra a Li!!- exasperándose exhaló.- La verdad es que, es todo un muchacho...- sacudiéndole y este recobrando la realidad se encontró con la mirada del hombre.- Por un instante pensé que perdiste el conocimiento...- y preguntó interrogante- ¿Por qué estás tan rojo?

Li ante esto se separó del sujeto, Kiobe por otro lado se acercó a tomarle la temperatura, pero Li, gritó.- Estoy bien.- retrocediendo aun mas.- Llévame con ese anciano.  –Hablando con Hue.

-Hue: llévalo.- dijo Kiobe. –No lo sacarás de su testarudez. Es tan cabeza dura como tu...- Kiobe se dirigió a un extremo de la caverna y tomando un gran abrigo dijo.- Toma muchacho.- arrojándoselo a Li y este atrapándolo con una sola mano.-Póntelo o te congelarás...  en las cavernas internas hace un poco de frío... pero frío al fin.

*********

El lugar estaba sumido en profundo silencio. Pensaba  y analizaba cada parte de una narración realizada.  Por lo que parecía y el silencio del lugar, era costumbre.  Habían dos guardias con lanzas mas delante de la puerta, y el sitio estaba con varias digamos fogatas en distintos rincones de aquel salón.  Dándole calor y proveyéndole de luz.

-Tsubame- decía ya la voz gastada de un anciano, incluso con ya la presencia de edad en si. Incluso con sus brazos cruzados, escuchó con lujo de detalles, todo lo ocurrido en su presencia e incluso, lo que otro le había dicho.  .- ¿Tu que piensas?- preguntó a su nieta mientras otra mujer, algo mas mayor que Tsubame pero con su parecido físico, servía al anciano en una especie de copa hecha de madera o tal vez, de resina, lo que parecía ser agua. La mujer después de haberle servido y extendido la copa, se quedó sentada a la derecha del anciano. Estaba abrigada al igual que Tsubame, pero se notaba que era, en efecto, mucho mas mayor que ella.  Incluso ya su pelo lo llevaba no suelto, sino amarrado en un moño.  Guardaba silencio ante la conferencia entre Líder y nieta, quien en algún momento, podría ser la elegida para suplantarle al momento que su vida se agotara. -¿Es ella en verdad?

Las arrugas formaban parte de su físico y además las líneas de su rostro.  Pero a pesar de representar la rectitud y el liderazgo de aquel lugar, su voz era apacible y en cierta forma irradiaba cierta confianza. La joven se encontraba sentada delante del hombre. Ese lugar era cálido.  Se podían observar empotrados en las paredes como aquel lugar, daba a representar una especie de santuario: habían jarrones, ciertas armas desplegadas en las paredes que representaban tal vez, siglos atrás, donde ellos eran libres y su adoración a la naturaleza, los símbolos y la magia, no eran perseguidas.  También habían uno que otra especie de alfombra, desplegada en el suelo.  En esos instantes ocupaba el anciano, unos cojines en el suelo, acomodándole ya su cansado y blanquecino cuerpo abrigado en toda su magnitud dado el frío e incluso, sus manos cubiertos por unos ásperos pero gastados guantes. 

Dudó en contestarle. O tal vez, pensaba. El asunto era que, mordía su labio inferior antes de responderle a media voz.- no lo se, mi señor.  Noto una gran cantidad de magia proveniente de ella.  Y Xian Hue me informó que, un espíritu maligno seguía sus pasos...

-¿Espíritu maligno, dices? – preguntó para comprender mejor.

-Si mi señor- respondió con la voz recatada, seria, respetuosa, y muy distinta a la que usaba alrededor de sus otras hermanas o la que usó con Li en el callejón o cuando conversaba con él. La verdad era que, infundía un gran respeto y homenaje al anciano. No cabía duda de la importancia del hombre en aquel lugar.

-Maligna dices- analizándole.- no cabe duda que la chica si tiene importancia, si alguien poderoso se ha encargado de digamos "seguirle las pisadas"- guardando un silencio de segundos.-Pero mas inexperta es ella, que no se percató de que era seguida. Y por una criatura de magia negra, no para menos...

-¿Qué recomendarás, mi señor?-preguntó la mujer presente. Incluso aun sostenía la copa y el anciano la tomó de sus manos y bebió parte de su contenido.

-Esa si lo dice tu hija, es la elegida, no está de menos que, es una protegida por derecho de la Sociedad... – mirando a Tsubame preguntó.- ¿Xian Hue, que hizo? ¿se encargó de la criatura?

-No mi señor- dijo Tsubame.- Pero se percató que no lo siguiera a los terrenos de entrada a nuestro refugio. – y excusándole agregó.- No tenía los ingredientes necesarios...

-¿Llamas no tener los ingredientes necesarios, el tener a su lado a la "Elegida", Tsubame?- atacó el hombre en respuesta a la excusa.- no debes excusar los errores de otros...- ella reverenció en manera de aceptar la critica delante del anciano. – Pero por otro lado, Xian Hue es hábil, a mi parecer, creyó que, si destruían la criatura, le daría una pista a su amo, de donde buscar.  Muy cerca de nuestra guarida, me temo.- crispando con los labios.- Advierte a los soldados de las entradas principales: debemos estar alerta...- y Haciendo una pausa sonrió para sin siquiera mirar a la puerta y decir- Ya están aquí...

-Mi señor – ingresó un guardia de los Hermanos haciendo una reverencia.- Kiddy está aquí con la criatura legendaria y las doncellas...

Asintiendo con su cabeza aceptó que las recién llegadas, ingresaran.

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El lugar era oscuro y se respiraba el aroma a humedad. Las cadenas que las mantenían inmóviles al piso y los gemidos de las elegidas para tal atrocidad era lo único que se escuchaba en esos instantes. Los minutos, pronto se volvieron horas.  La agonía de la espera era una tortura.  Algunas, eran sirvientas, otras hijas de campesinos, pero doncellas al fin.  Muchas de ellas, traídas de Marmolite y rechazadas inmediatamente por Cho. Pero no por eso, Shu Mei las consideraba material desperdiciable.

Hacían horas que, los soldados las habían depositado en aquel horrible lugar.  Su destino era impreciso para ellas. Pero escuchaban los rumores: quienes entraban al palacio de la capital, debían considerarse afortunadas aquellas que salían.

Había una especie de reloj a un lado.  Decimos especie porque era parecido en su base de cristal a un reloj de arena y una aguja en ver de dar la vuelta como las manecillas de un reloj normal, solo iba de derecha a izquierda, de derecha a izquierda, constantemente. 

Los sollozos era lo único que rompía el silencio. Dejaron de usar los finos trajes de gamuzas para ser colocadas en harapos que parecían ser hechos de almohadones viejos. Y no digamos tampoco del frío que se sentía.  De todas formas, el solsticio de Invierno se aproximaba.

Cho sabía los planes en parte.  Desde la llegada infructífera del hechicero, días antes, se había encerrado en su salón privado. No había permitido la entrada de nadie en el lugar.  Solo acompañado de las pocas ratas del lugar, sus libros negros y el conocimiento de un alma de mas de 400 años, para vencer a sus temibles enemigos.

Pero nada de lo que había utilizado para tratar de derrotar a la "Elegida" había resultado.  En otro caso, estaba que, ella era protegida por las cartas.  Peor aun, por el hijo de Hien Li. Para rematar, Keroberos, el guardián y como si eso no fuera suficiente, por alguien aun mas poderoso.  Alguien que, había permanecido indetectable por todo ese tiempo.  No sabía quien era. No sabía que otro paso tomaría. Lo que si era cierto, es que lo había sentido. Y eso ponía en riesgo todo.

Pero, se le ocurrió algo: Algo arriesgado, si, pero algo al fin que sabía que, cuando el momento llegara, sería útil 100%.

Se abrió una puerta rechinando a un lado y sobresaltando a las jóvenes. Con su voz llena de frialdad, odio y poder dijo- De pie.- con sus poderes pudo levantar, sin ellas querer,  a cada una de las doncellas allí presentes, en contra de su voluntad. Compartiendo sus conocimientos y colocándose en medio de un pentagrama dijo, dándoles a cada una de las jóvenes la cara.- ¿Saben que tienen ustedes de ventaja que no les fue quitado al momento de entrar aquí?- no esperaba respuesta y con una sonrisilla de victoria agregó.- Pureza... ingenuidad, luz, esperanza... y por supuesto, virtud. Cualidades maravillosas de ustedes... algunas no pasan de ¿Qué? Catorce, dieciséis años... tal vez mas.  Muchas de las que hay aquí adentro de palacio, no me sirven...- caminando y tocando a una y otra alzando sus rostros llorosos e implorando la piedad, cosa que no obtendrían. –pero ustedes, incluso poseen humanidad... – dejándoles ir.- Bueno, mis queridas niñas.- no significando la palabra "querida" nada en sus labios.- Serán mas, mucho mas que simples amantes...- dirigiéndose a un lado de aquel lugar y trayendo algo entre sus manos. – créanme, pasarán a la historia... cada una de ustedes... como las salvadoras de la Era Cho... y mucho mas- Sonriendo y con la mirada algo maniática.

Mientras mas hablaba las jovencitas lloraban. No a sabiendas de lo que ocurriría.  De lo que pasaría a continuación.

Por sus poderes y gracias a ellos, sostuvo algo a la altura de la mirada de una de ellas. Ella tembló e incluso gimió ante lo que veía delante de si. Las cadenas daban en contra de su cuerpo y estas resonaban unas contra otras.  Las lagrimas salían de sus ojos incesantemente al ver el objeto, brilloso, de mango plateado, flotar por si solo y amenazando su vida.

-La verdad es muy simple.—dijo sin una pizca de misericordia y sin observarles; solo mirando un pedazo de papel que desdoblaba.- Ustedes morirían- Ahí el  cuchillo que se sostenía delante de la chica brilló con mas intensidad.  A la chica no le dio oportunidad de gritar.  Solo un corte bastó bajo su garganta, para robarle la vida, la sangre brotar y ella caer inerte en los pies de las otras, quienes gritaron.

La cuchilla se dirigió a donde Shu Mei, con la sangre de la inocente y él a continuación la depositó en una especie de jarra de cristal. Esta contenía otras cosas.

Se dirigió con el vaso, al centro del pentagrama y a continuación y con sus poderes, dirigió a cada una de las doncellas alrededor del mismo, cerrando el círculo a la perfección.  El miedo, temor y terror era parte de los gritos, sollozos y el ambiente que se respiraba.  Shu Mei se quitó una manga de la túnica que tenía y dejó ver su brazo.  Un brazo que, comenzaba a notarse que la edad, comenzaba a hacerle efecto. Sin siquiera pestañear, se hizo un corte con el mismo cuchillo y emanando sangre de si mismo para caer en la copa.  Pero contrario a lo que se pensaba, derramó el contenido en el suelo del lugar.

Después tomó la anotación y diciendo a las jóvenes.- Créanme pequeñas: Su sacrificio pasará a los libros de historia.-  tomando una bocanada de aire dijo:

"Sangre de lo oscuro.  Sangre de lo impuro, deseoso de la pureza:

Este sacrificio te presento: De la sangre de la virtud y la pureza, ligada con lo negro.

Reencarna en la tierra Oh te lo suplico.  Tu fiel servidor, llama de ti, para proteger lo que por honor nos corresponde...

¡¡Envíame tu servidor; tu protector, para proteger todo lo negro que nos pertenece!!

Y la sangre correrá por siempre para servirte....

En ese momento un viento caliente se llega a sentir a los pies de ellos.  El pentagrama se ilumina y una extraña energía rodea a las jóvenes.  Esa magia, ese poder, era sentido por todo aquel con  magia del lugar y kilómetros a la redonda. No era bueno. De pronto un halo extraño de luz rodea a cada una de las doncellas allí presentes.  En el centro, donde Shu Mei deseosito la sangre, comenzó a ocurrir algo: la sangre se encontró a si misma, una gota con otra y así sucesivamente. 

De pronto una de las doncellas gritaba. Gritaba con todas sus fuerzas y las lagrimas rodaban por sus mejillas.  Era caliente. Se quemaba de adentro hacía afuera, irradiando una luz, un rayo de luz, que se conectó con la sangre que había en el fondo del salón. 

El físico de la doncella, se volvió nada en instantes. Así continuó otra y otra hasta que el propósito de Shu Mei se vio completo y desnuda como se trajo al mundo recobró el conocimiento y tomó un soplo de aire.

-Muy bien- dijo sonriendo.- Muy bien...

Pero quienes eran especiales en aquel lugar, pudieron sentir aquello.  Algunos se sintieron tristes tal vez porque se sentía así, pero la verdad era que, lo sentían.  A pesar de no saber que era lo que les pasaba, pudieron sentir la vida irse y algo muy negativo y poderoso surgir.  Ahora mas que nunca, debían de tener cuidado.

**************** noche de la fiesta...

--- Palacio---

En ese momento Cho Akiyashi disfrutaba las celebraciones  de las cuales era siempre anfitrión.. tal como hacía cada año, la opulencia era parte de las tradicionales celebraciones dentro de los muros de palacio.

Mientras miles, en todos los rincones de su reino, se morían de hambre o simplemente muchos esperaban sentencias en los calabozos del castillo, este hombre junto a sus consejeros, políticos y demás miembros de la jerarquía disfrutaban de los mejores manjares, cómodos y deslumbrantes salones y los mas finos vinos provenientes de sus bodegas mientras él consumía la suya de su colección privada.

Pero una de las características de las celebraciones en el palacio de Cho era que, todos los invitados eran hombres.  un gran evento ya que Cho siempre desplegaba su orgullo de poseer dentro de su servicio a las mujeres mas bellas del reino.

En esos momentos Cho ingresaba al salón, vistiendo con suma preponderancia y lujo como era costumbre en él.  Los hilos de oro en sus vestimentas eran notables además de los decorados realizados con finas telas.  Todos los presentes reverenciaban al ultimo hombre de la poderosa dinastía que por cuatro siglos, había reinado. Situación que él imperaba en cambiar.

Una vez se ubicó en su trono, todos allí volvieron su vista al hombre mas poderoso en esos momentos. 

Pero la verdad era que, enterado por todas las cosas u eventos paranormales en sus tierras, tenía menos todo ganas de recordarlos. 

El salón por supuesto, tenía soldados colocados estratégicamente. 

todos comenzaban a beber y una esclava le sirvió al hombre en su copa de oro.

-Majestad- dijo el hombre de intensos ojos azules al verle.- Gran fiesta... me imagino que es por la pronta llegada del Solsticio.

-Ah Hiraguizagua...- decía el hombre mirándole con intensidad e interés.- ¿Me tienes noticias? ¿Que han sabido de la pequeña fierecilla?- como denominaban a la joven Kinomoto.

-Aun nada majestad- dijo Eriol seriamente.- No se tienen noticias... incluso, puede llegar a creerse que no está en las tierras...

-Tonterías - dijo el hombre no aceptando esa idea - Has hecho una estupenda labor...- sonriéndole.- Las jóvenes que has recolectado... Son hermosas...

-Todo lo mejor para su alteza- dijo Eriol respondiéndole.

-Pero no estoy complacido Hiraguizagua...- comentó el hombre.- Mujeres comunes todas ellas...

-¿Comunes alteza? ¿a que llama usted de "Comunes"?

-A esas chicas en Marmolite...- dijo respondiéndole.

-¿Estuvo en Marmolite?

-además de las que los instructores han traído a palacio.. ninguna de ellas me complacen... no me satisfacen Hiraguizagua...

-Majestad ¿No cree que está siendo algo exigente?

-Nada es suficiente para Cho Akiyashi - dijo el hombre mirándole.

-¿Que es lo que su majestad espera?- preguntó Eriol.

-Busco a la chica... la chica de mis sueños...- dijo Cho observándole con cierto brillo en sus ojos.- por ejemplo la fierecilla...

-Majestad ¿Está encaprichado acaso con una fugitiva?

-Soy el rey...

-No se olvide alteza que es una hechicera...- dijo Eriol al hombre que  observaba todos los invitados dentro del salón.- Una mujer enemiga del reino...

-Una mujer que si no se cuida, terminará muerta... Shu Mei se encargará de ella y de sus secuaces...- en ese momento concentra su mirada en otros invitados.

Mientras esto pasaba, dos hombres impuestos cerca del trono observaban todo con atención.  Uno que poseía cabellos grises y mirada castaña se quedaba observando al rey intercambiar palabras con ese hombre de poder.

Pero inmediatamente a su lado, su amigo de cabellos café observaba al sujeto, a ambos con especial atención.

-"¿Hiraguizagua?" "¿que demonios hace ese hombre aquí?" - preguntó mirándole.

En ese momento su mirada se fue a la puerta del salón. En ese momento irrumpían al salón lo que parecía ser un grupo numeroso de personas.  Pero no era el hecho de que fuesen mas invitados a la celebración.

Touya y Yukito tenían una vista clara desde donde estaban para observar a la comitiva que recién ingresaba.

Telas de distintos colores y materiales entre opacas, brillosos y translúcidas eran parte de las vestimentas.  Sus peinados con sus cabelleras adornadas en oro y brazaletes del mismo material  colocadas en sus brazos y cinturones de cadenillas puestas estratégicamente en sus cinturas.  Estaban caminando ante la vista de todos los invitados.   Ahí estaba lo que le habían contado: el séquito de las bailarinas de Cho. Las descripciones en los cuarteles de soldados, no los pudieron haber preparado para lo que veían.

Touya y Yukito observaron como  aquellas mujeres muchas de ellas jovencitas, llegaban muy arregladas y con apenas ropas en sus cuerpos, se movían con elegancia y dirigiéndose ante la presencia del rey una, detrás de otra, se arrodillaban delante de él.  cuando la ultima ingresó precisamente llevaba parte de su rostro cubierto por un velo de color verde mar translucido, las puertas se cerraron.

Las jóvenes habían llamado las miradas de todos allí presentes; Eran un total de veinte.  Cho observaba maravillado a cada uno de las jovencitas.

-Ahora ¿Que tal un baile?- dijo Cho dirigiéndose al trono y ocupando su asiento.

casi todas se desplegaron en el centro del salón, haciendo a un lado a los invitados de Cho.  Se notaban que meses y quizás años de entrenamientos como bailarinas era lo que se demostraba en aquellos instantes. Tal como Kagome les había contado a Sakura y Tomoyo.

Hermosas jóvenes danzaban cual la música les inspiraba.  bailes atrevidos y sensuales en donde los movimientos inducían un despliegue de emociones indescriptibles pero que en cada movida expresaban independencia, atractivo y seducción.  

Yukito y Touya observaban esto sorprendidos.  Realmente habían escuchado las historias de las jóvenes danzantes mientras le servían tragos a los guardias de palacio que tenían día libre y pasaban por la taberna; y eso, que la taberna se encontraba en una provincia; pero aun así los rumores siempre se esparcían.

Pero corta era la narración departe de esos hombres. O de parte de los soldados dentro de palacio.  Muy corta de hecho, pensaba Touya.  Pero sabía que, por lo que le habían dicho, esas jóvenes o muchas de ellas, no estaban allí por gusto; Estaban porque fueron alejadas de sus padres, de sus familias, al haber sido notadas por su belleza para formar parte de aquel grupo selecto, que por supuesto, formaban también parte de las muchas que fueron amantes del rey.

Pronto y en pocos momentos, el baile hubo finalizado, Cho estaba sonriente. Descendió de su trono observando a cada una de las jóvenes con sumo interés.

-Magnifico mis queridas- dijo Cho sonriendo y caminando entre ellas. Ninguna de ellas, por ordenes reales, podía mirar directamente al rey. Tampoco se les permitía estar a la misma estatura de su alteza.  Y no podían hablar al menos que no se les pidiera. Estaba por dar la orden que se retiraran cuando se fijó en una de las mujeres en particular.- Tu...- señalándole.  Su rostro era de aquella chica que había estado todo ese momento cubierto por el velo de color verde.  - ¿por qué no bailaste?- viéndole sentada a un lado de uno de los músicos.

-Majestad...- dijo un joven que parecía que era el encargado de los bailes de las jóvenes.- Teníamos algo preparado para usted...- viendo allí todos los demás como la joven hacía una reverencia y las demás se hacían a un lado colocándose a las orillas y dejando el centro libre en donde la joven se colocó.

Con un pie, el derecho levantando de puntilla y el izquierdo detrás.  Las manos a ambos lados de su cuerpo y retirándose parte del velo de cuerpo entero pero quedándose en de su rostro lo que enfatizó la mirada de aquella mujer.  Una mirada algo intensa, brillante y por supuesto, osada.   Esa mirada llamó la atención del rey.

-¿Quién es ella?- preguntó Cho observándole.

-Una nueva bailarina.- dijo el hombre dando la señal a los músicos que tocasen. Vio la sonrisa que Cho tenía en su rostro.  Esperaron a que este tomara asiento en su trono e inmediatamente comenzaron a tocar.

La joven inmediatamente comenzó su presentación.  Su desenvolvimiento en el baile era notorio.  Sus movimientos atrevidos y con sus ojos llamaba la atención del rey. 

La joven se desenvolvía con una sorprendente destreza a la vez que sus movimientos eran mas provocadores y voluptuosos.  el traje parecía haber sido pintado sobre su cuerpo.  Sus manos se desenvolvían en el aire con suma delicadeza que parecían flotar además de sus movimientos a la vez que las tela de su atavío y el corpiño dorado se movían al compás de sus movimientos.

Pero quien estaba maravillado era Cho.  Incluso resbaló de su mente la imagen de "la fierecilla". Antes de que ella terminara la presentación, ya se encontraba delante de ella.  Una vez los músicos dejaron de tocar la lira, la flauta y los tamborines ella se arrodilló delante de él.

-Sorprendente...- dijo Cho - es lo mas sorprendente y maravilloso que he presenciado en años...

-Gracias alteza- dijo el encargado.

Touya y Yukito estaban cerca al trono y observaban toda la escena.  Igual Eriol que estaba a pocos pies de estos dos.  Eriol observó a su izquierda y pudo ver a ambos hombres.  Su rostro se enserió.   No le gustaba la presencia de Kinomoto en palacio; menos del ultimo, dado quien era en verdad.  pero ¿Qué hacían ellos allí? ¿y con uniformes de palacio? pero la mirada de Eriol volvió a Cho y a la joven.

-¿Es nueva, no?- preguntó Cho observando a la jovencita.

-Si majestad- dijo el encargado.

Pero su mirada fue a parar a la jovencita a quien dijo.- Ponte de pie...- ella lo hizo pero aun mirando al suelo.  Cho la tocó e hizo que la chica le mirase directamente a los ojos.  al rey le devolvían la mirada unos impresionantes ojos esmeraldas. 

-¿Tienes nombre niña?- dijo Cho observando con intensidad aquella mirada esmeralda. Ella ingenua ( o lo que aparentaba), asintió.- ¿Cual es?

-Itziar Majestad...- Dijo la joven no usando su nombre verdadero y su rostro parcialmente cubierto por su velo.  El sonido de ese nombre hizo que dos hombres, uno de su vida pasada y su amor verdadero del presente, miraran a ambos a la figura media delante de ellos, vistiendo poca ropa y su atractivos eran notables.

Touya quería en esos momentos y por las miradas que todos allí, dirigían a la joven, asesinarlos. Era demasiada coincidencia que la joven tuviese las mismas cualidades físicas de Itzume.  Sabía que Itzume estaba en palacio. Pero estaba demasiado lejos para confirmar aquello. Sabía además que en la vida pasada de la joven, usó el nombre de Itziar.  No había duda en su mente que se trataba de la joven. Por otro lado, Itzume había sido lo suficientemente hábil y sabia para ocultar su presencia mágica en el lugar.  Touya había hecho lo mismo para evitar llamar la atención de Shu Mei  a quien habían visto llegar el día anterior pero que no había dado señal de vida pues se había encerrado en su torre en el ala Sur.

Mas Eriol le observaba.  Escuchó el nombre y no lo podía creer. aunque acercándose sigilosamente para no despertar sospechas y así observar a la joven perteneciente al nombre de una inolvidable mujer del pasado.

-Quisiera conversar contigo... en privado...- dijo Cho observándole y sonriéndole. Dirigiéndose al asistente dijo a la vez que la tomaba de la mano y la guiaba a los escalones del trono en donde habían unos cojines en el suelo.- te sentarás aquí para poder admirar tu belleza de cerca mi, pajarilla.  después ...- brillándole los ojos al depositarla sobre los cojines-  ya tendré tiempo de conversar con Itziar...- y mirando detrás a Hiraguizagua, comentó.- Es recién adquirida.- dándole la señal a los músicos que tocasen y agregó a las demás bailarinas-. bailen dos o tres veces mas, queridas..- viendo a sus invitados sonreír agregó- Se ven, pero no se tocan...- sonriendo. y dirigiendo su mirada a Hiraguizagua dijo- ¿Que tal? mira lo que vino a caer a Palacio Hiraguizagua... mi propio canario...- señalando a Itzume que permanecía sentada donde el rey la dejó. 

Pero Eriol, hubo reconocerla por el nombre Itziar.

pero ella veía y analizaba todo con sumo cuidado, sin siquiera mirar a Hiraguizagua. No se percataba que era el esposo de la joven prima del dueño de su corazón quien la observaba sutilmente.  Tampoco dio señal de sus poderes.  los mantenía dormidos hasta que fuese necesario el usarlos.  Como Tao Makoto le había revelado cuando la dejaba en palacio, había un hechicero dentro de castillo que detectaba los intentos de asesinato contra el rey. Si era hechicero, pensaba ella, era mejor mantener los poderes sin uso y ocultos.

Cho se sentó en su trono no evitando rozar la cabellera negra de la joven y sin ambos percatarse que detrás y cerca de ellos, había un hombre con lanza en mano y espada en cinto que trataba de mantener la cordura ante las caricias que el rey le daba al pelo y parte del torso semidesnudo de la chica por la cual, él esperaba que apareciese para salvarla del error mas grande que le costaría la vida .  pero Itzume parecía ser el centro de atención del Rey.

Pero mientras Cho estaba cautivado por la apariencia física de la joven, esta no se daba cuenta de la mirada de Touya. 

Itzume mientras, analizaba todos los rincones aunque era difícil con ese hombre de alma negra pasando su mano por su espalda.  Tenía mas ganas de tomarlo y dejarlo sin vida en un momento. pero su muerte no estaba planeada para ser tan sencilla; no... eso sería muy fácil. Primero, sufriría.  Como muchos han sufrido en 400 años; como sufrió Itziar.  Como sufrieron  "Los Hermanos de la Luna" y todo aquel hechicero.

Pero Tao Makoto le advirtió cuales eran las posibles oportunidades y condiciones de poder matar al rey... se lo dijo aquella mañana que les faltaba poco para llegar a la capital.

------------ Flash Back --------------

-Entonces- comenzó a comentar Tao para hacer conversación a la joven.- ¿Eres en verdad prima de Kinomoto?- ella lo miró de reojo y agregó.- Porque no lo pareces...

-¿Por que no? según se, tengo los mismos ojos de su madre y Tukishiro dice que, me parezco a Sakura...

Tao sonrió sarcásticamente a lo que respondió dada la mirada de su compañera de viajes,.- no lo tomes a mal; Eres hermosa si es cierto, pero Sakura tiene esta ternura e inocencia, candidez y amabilidad que no la hallarías en otro...

-¿por que nunca le cortejaste?

-¿Con un hermano como Kinomoto? ¡¡¡Nada que ver!!!- gritó escandalizado Tao a la vez que no evitaba la risa.- ¡¡Si a alguien lo encontraba cortejando o hablando con su hermana, lo mataba!! Además, ...- haciendo una pausa.- Alguien mas ocupa mis sentimientos...- viéndole abrir sus ojos sorprendida.- Tranquila: no eres tu... aunque si me hicieras caso... pero aun así, en corazón no se manda ¿Cierto?

Itzume sonrió y a la vez se sonrojó- si. - Touya puede llegar a considerarla como un tesoro... un tesoro tan preciado. ¿Quién rehusaría a tener tal guardián? Fiel y consciente de tu valor... "de lo que vales... de lo que mereces".

Tao la observó perderse en sus pensamientos.  Cuando jaló las riendas deteniendo ambos caballos y observándole.- ¿Kinomoto no sabe que estás camino al palacio, no?

-No-respondió ella tomando las riendas de su caballo.

-¿El es tu primo en verdad?-preguntó viendo a la joven sonrojarse aun mas. Finalmente ella negó con su cabeza.- ¡¡Santo Cielo!!- gritó el hombre comenzando a temblar.- ¡¡¡NO podré regresar a la provincia!!!

-Bueno... antes de dejarlo inconsciente, si supo que era contigo que me venía... o sea que, te lo recomendaría...- Burlándose de la situación.  –Trata de verle el lado bueno.

-¿cuál lado bueno?- Tal vez, no regresaría.  No lo vería mas.  Pero salvaba su vida ¿no? ¿No era ese acaso la recompensa por preocuparse por el? ¿su vida? Pero Kinomoto sabría apreciarla ¿No?

-Bueno... no creo que se sintiera así contigo... "atraído" después de todo, eres una niña...

-No me llames niña, Tao Makoto... no soy una niña.- dijo Itzume defendiéndose y observándole como si quisiera que el caballo lo tumbase.

-Disculpe mi dama.- Dijo Tao observándole.  - te has molestado... eso quiere decir solo una cosa...- Adivinando los sentimientos de Itzume por el Tabernero. - ¿ me equivoco?

Itzume le observó con los ojos brillándole, las mejillas sonrojadas. Tao solo afirmó con su rostro y observaba adelante.

-Lo sabía... desde el primer momento que lo vi observarte... esa es una mirada, que si le lanzara yo a mi prima, me llevarían a la ahorca...  lo que me sorprende es que, a ti te guste él...- Diciéndolo con cierto acento.- Es decir ¡¡Kinomoto!! Es la persona mas reacia, antipática, impersonal y molestosa en la faz de la tierra...

-Eso no es verdad- discutió ella.- Es tan detallista, tierno, cariñoso, algo celoso y cabeza dura, sí; pero es una persona que llegarías a amar de solo conocerla...

Tao la observó sonriéndole y agregó- entonces eres perfecta para él... mira en todos los años que llevo conociéndolo, ha tenido tantas detrás de él...

-¿Ha habido alguna a la cual le haya correspondido?

-Solo una, creo... una mujer. años atrás.. creo que él tendría 18 o 17 años; recién ingresaba al servicio de los soldados.  A la academia. Nunca la conocí.  Después me enteré que rompieron... creo que ella se fue... no la culpo, con el temperamento de ese sujeto.  Después, muchas lo seguían.  Pero de ninguna se había enamorado.  Había que ser una mujer muy compleja y especial para llegar a entender el corazón, la mente y el alma de Touya Kinomoto.  O mejor aun, que él le abriera su corazón...

------------ fin del flash Back.- -----------

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

Cho Akiyashi la observaba en un momento con atención a la vez que ella observaba a otros lugares.  La verdad, estaba fascinado con ella; demasiado. 

En un momento que las bailarinas aun continuaban deleitando a los invitados, ella observó a Cho. Este le indicó que se pusiera de pie, lo que ella hizo y él extendiendo su mano la acercó a él ofreciéndole vino de su propia copa de oro.  Ella se rehusó.

-¿Piensas usar ese velo toda la noche mi querida canario? - preguntó al verle aun usándolo sobre su rostro. Solo sus ojos eran tan intensos como la tela.

Ella no se atrevía a contestar. El la observaba y con una sutil sonrisa le dijo.- Está bien... puedes responderme...

-No bebo majestad...- comentó la joven.- Soy aun una chiquilla...

-Una chiquilla no creo...- rió él.- Eres toda una encantadora paloma... ya no eres un pichón... - observando sus atributos físicos.

Ella lo observó e hizo una reverencia. Iba a alejarse cuando él la detuvo por el brazo.

-Quiero besarte...- dijo de la nada.- Quiero ver tu rostro... - Ella le observaba con aquellos impresionantes ojos esmeraldas.

-Lo que su majestad desee es un cumplido.- ella se retiró el velo de su rostro dejándolo caer a un lado.

Ahí el corazón de Touya se detuvo por unos instantes.  Mirándola a ella, totalmente diferente a como la recordaba. Ahora vestía como una de las comunes amantes y bailarinas de Cho.  Solo el pensar eso, le repudiaba. Pero por otro lado, la joven se veía demasiado atractiva. Incluso peinada y maquillada con una pulcritud y al mismo tiempo, resaltándole las cualidades de atractivo que ella poseía en un principio, cuando la conoció y mas tarde de las cuales se enamoró.  Pero mas que eso, amaba su interior y su forma de pensar, actuar y desenvolverse.  Reírse, llorar, pelear , pensar, admirar, tocar, besar.  Toda su inocencia.  Inocencia que ahora mismo, no se pensaría que ella era.  Pero si, era su niña, era su joven, era su dama, era su elegida.

Pero ella tocó sutilmente los labios de Cho Akiyashi dejándolo una vez se separó de ella, totalmente admirado.  No podía creerlo.  Ese cerdo tocaba con sus asquerosas manos los hombros y brazos de ella, atrayéndola una vez mas.  Hombre de ninguna moral, o sin siquiera costumbres.  Besos de esa manera no era la correcta forma de comportarse en fiestas.  Pero por otro lado, era una de las tantas fiestas donde despliegues de este tipo, no estaban fuera de lugar.  siempre de una u otra forma, de eso se trataban esas fiestas en palacio.  Al final de la noche, Cho siempre escogía una de las jóvenes. No dudaba quien era su favorita esa noche. 

Touya Kinomoto tenía la lanza empuñada de tal forma que si hubiera sido el cuello de Cho lo hubiera roto en pedacitos. Aquella imagen de Itzume y Cho tan cercanos y con tales despliegues públicos de deseo de Cho,  no era algo que le agradara.

-Cálmate o te sentirán tu poder.. será peor.- dijo la voz de Eriol Hiraguizagua a su lado y bien bajito. -¿Qué haces aquí Kinomoto?

-nada que te incumba.- aun no retirando la vista a Cho quien parecía fascinado por la jovencita y no la dejaba ir de su lado.  Eriol observó allá y nuevamente a Kinomoto y después a las bailarinas del centro del salón.

-¿Es la chica que conocí aquel día, no? ¿Itzume?- dijo fingiendo observar el baile.

-¿Cómo sabes eso?- preguntó él sorprendido.

-Es muy sorprendente que ella desapareciera de tu cuidado.  Después, desapareces tu de la provincia y encontrarte no menos que en la capital, un hombre de tantos ideales, razonamientos y conocimientos que difieren de la política de gobierno de Cho Akiyashi... y ella -señalando a la joven con Cho- viéndole y notándolo, es ella.  Soy muy buen observador Kinomoto. La mirada que le lanzaste es de alguien muy preciado.  Alguien que sabes que Cho puede arrebatarte o lastimar y lo sabes; yo lo se por igual.  Por obvias razones, he visto su rostro... es ella... aunque duerme sus poderes... ha tenido entrenamiento para hacerlo, no duda de ello.

Escuchando, comprendiendo y confiando en Eriol, declaró- Vine a buscarla... está por hacer una estupidez...- Dijo Kinomoto observando al hombre.  Pero simulaban.

Eriol se sonrió y comentó.- Es una hermosa joven no hay duda ¿Pero que pasa Kinomoto? ¿a que vino ella?

-No es de tu incumbencia...

-Lo que sea de Itziar la hechicera... me concierne...- dijo atrayendo la mirada de Kinomoto. - créeme...- Observando a Cho y a la jovencita y frunciendo su mirada.

-¿Qué sabes tu de eso?- preguntó Kinomoto.- ¿Conoces acaso la historia de esa mujer?

-¿Qué? ¿qué aquella chica responde con el nombre de una mujer de hace 400 años? Me concierne... un nombre, que no haya surgido en 400 años y tal cual, no es común,. Quedándose en el olvido; se que ella fue entrenada por un hechicero llamado Clow... se que, tiene poderes mágicos. Claro, si hablamos de la misma mujer... y tu, la miras así, porque no es solamente Itziar... ¿o si? Recuerda aquel día que hablamos: No soy común, tu tampoco y ella no lo es.

-Entonces lo sabes- dijo Touya viendo a Cho ponerse de pie y junto a una comitiva de soldados retirarse del salón con la chica a dos pasos detrás. Sus ojos salían de sus orbitas.

-Tranquilo...- dijo Eriol tomando de su copa y tratando de calmarlo.- No hagas una tontería Kinomoto que podría costarte la cabeza y a ella su vida o su libertad...

-No puedo permitir lo que va a pasar...

-Entonces, usa la lógica y no lo permitas... usa tu razón, no tu impulso... y cree en lo que viniste a impedir.

En ese momento, Eriol se retira del salón.

Pero Touya decide hacerle una señal a Yukito y avanzar al exterior del salón. Escuchaba como los pasos se alejaban por un lado.

Mientras Eriol observó hasta que se perdían y dijo en un momento que sintió a la guardiana cerca.- Busca a Tao Makoto y tráelo contigo... necesito que ambos los saquen de aquí una vez salven a la chica... necesito a Itzume con vida...

-Si amo...- declaró Nakuru antes de desaparecer tan sigilosamente como había aparecido.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

Estaban a solas.  Itziar o Itzume de pie mientras Cho la rodeaba como halcón a la presa.  Ella trataba de mantener la calma hasta que el momento llegase. Trataba de pensar en momentos felices.  Pero en su mente solo llegaba Touya.  pero ella era muy inocente ¿Qué podía saber ella de lo que pasaban en los aposentos del rey?

-Hacía mucho tiempo que no veía a alguien como tu... por estos alrededores...

-No soy de por aquí...

-¿Ah no?- preguntó él fascinado con ella.- Por favor Dime ¿De donde eres?

-De las tierras donde el sol se asoma...- respondió.

-Es un vasto terreno...- dijo no evitando una carcajada y pasando la mano por su mejilla.- No hay criatura mas hermosa que tu... no por aquí, por lo menos...- observándole como hiena a la presa.

-¿Qué tal todas esas que su majestad ha conocido?- preguntó ella no evitando observarle con intensidad.

-Ninguna se compara como tu...- recalcó.- ¿Sabes una cosa? He estado durante mucho tiempo buscando a alguien, alguien digno... una mujer... para que tenga un heredero... un hombre que herede todo lo que tengo, para que la dinastía Cho siga floreciendo por los siglos ha venir... he decidido esta noche, que un hijo... con tu belleza... con una engendradora como tu... sería perfecto y tu como mi amante... por un tiempo.. ¿qué opinas? - besándole en los labios.

 Pero ella enfocó su mirada atrás de él. Se le vio escapar de sus brazos y adelantarse como si la conversación y la declaración de Cho no le interesara. Pero ella observaba un cuadro detrás de él. Se acercó hasta verlo visible.-

él sonrió ante la curiosidad de la joven.  Aquella silueta femenina y estilizada en aquel atrevido atuendo y observando con curiosidad todo. .- es Cho Peing...- respondió a ella.- El primer Cho de la Dinastía... De 400 años antes ¿Fascinante, no? Un solo hombre, dio poder a todo lo que somos ahora...

Pero ella, no respondía.  Solo observa el retrato.  Él aun fascinado por ella preguntó. - ¿Cómo es que Hiraguizagua no te encontró antes?

-No lo se alteza- respondió ella observándole. _Soy muy buena para esconderme.- Dirigiéndose al otro lado y teniendo la puerta detrás de ella..

-Pero eres una niña...-reclamó incrédulo y curioso al mismo tiempo- ¿Cómo una niña puede ser mas inteligente que un hombre?- Tocando su mejilla con deseo. 

Ella sonrió diciendo.- no se alteza...- ahí los toques de Cho eran un poco mas atrevidos.  Nadie la había tocado de esa manera. Solo alguien, solo una persona, le había besado en su vida y era el que ella amaba.  Ahora le repudiaban los besos de aquel asesino.  Y sus caricias en esos instantes le asqueaban.  Después de todo, el hombre era un anciano. Podía ser su abuelo. Pero solo había escuchado los comentarios de las otras del séquito con relación a lo que pasaba en el aposento.

Pero ella, con todo, era una inocente virgen que perdería su vida, su alma y al hombre que ella amaba, en un intento descabellado pero que creía que tendría éxito.

- Tan hermosa- decía Cho despojando una atrás de otra los velos que cubrían parcialmente su cuerpo.- No tengas miedo...

-¿Por qué habría de tenerlo?- preguntó ella cerrando sus ojos y pensar en aquel beso que Touya le entregó aquella noche y evitar la imagen que siempre se repitió en su cabeza.. la muerte de él. Y en si, su propia muerte. La muerte de Asuka y de todos los que ella conoció siglos atrás.

-Eres serena... me gusta eso- con un brillo algo ya oscuro en su mirada- ¿por qué no temes?

- No lo se alteza. No tengo a que temer.- alejándose de él y acercándose a uno de los candelabros a un lado del aposento.-  por la misma razón que vengaré 400 años de injusticias, torturas y muerte...- Dijo en ese momento extendiendo su mano al candelabro encendido y tomando una pequeña llama en sus manos.

-¿Qué haces?- observándole con la llama en mano.- ¿Qué eres? -Cambiando su semblante, Itziar comenzó a notar el temor en sus ojos a lo que sonrió. Itzume, amplió con sus poderes las llamas.

-¿Por qué me teme alteza? Solo soy una chiquilla...- acercándose a Cho con la llamarada en su mano.- Solo soy... ¿Una niña? Una niña.-  mirándole con violencia, odio, rencor y venganza, llevándose todo rastro de inocencia de si.- Un alma esperando 400 años para su venganza... Para cumplir por lo cual nació en este mundo inmundo y con un rey como usted... ahora...- él retrocedía y ella avanzaba - Lo mato y libero a este mundo de usted...

-¿Qué lograrás con ello? ¡¡NADA!!! Solo traer la desgracia a este mundo...- en ese momento, temía.  Lo sabía e Itzume lo sabía, pero jamás lo admitiría.  No a ella. no a nadie.

-¡¡LA DESGRACIA CAY" HACE 400 AÑOS CUANDO CHO PEING NOS ASESINO... NOS EXTERMIN" COMO ANIMALES... NOS CAZ" SOLO POR EL PLACER DE OBTENER EL MÁXIMO PODER... PERO SE TERMINA- Avanzando a su encuentro.-Aquí y ahora.. y con usted - cada vez mas su poder se incrementaba.- y así protegeré a la única persona en este mundo que realmente me importa- pensando en él derramó una lagrima que corrió su mejilla.

En ese momento las puertas se abren con violencia y varios soldados con uno, a la cabeza ingresan.   Muy ágilmente y a la joven voltearse al lanzar su ataque, Cho se le escapa, incendiando solo el cortinaje detrás de él, Pero el soldado que estaba mas cerca de ella y volteándose para volver a atacar, le pega en su juvenil rostro con la empuñadura de su espada, cayendo inconsciente.

-¿Está bien majestad?- preguntó uno de sus soldados.  Él se puso de pie solo, sacudiendo su túnica.

-Si... pero ¿Qué hace esta basura aquí dentro? ¡¡Manden a Ejecutar al encargado de las bailarinas...!!- y observando al soldado que dejó inconsciente a la joven preguntó.- ¿Cómo lo supieron?

-Instinto majestad- dijo el capitán de las guardia de seguridad del hombre- El soldado notó algo bajo la puerta que no estaba bien...

-¿Cómo es tu nombre?- preguntó Cho acercándose mientras otros dos tomaban a Itzume inconsciente del suelo.

-Kinomoto... Touya Kinomoto.- Cho Sonrió.

-¿Kinomoto eh? Bueno Kinomoto; tienes a Cho Akiyashi en deuda contigo muchacho..- y observando a Itzume con repudio dijo.- Llévenla a la torre norte para interrogatorio... tengo la impresión que, no vino sola... y tortúrenla... hasta que hable o muera... lo que venga primero...- dijo indiferente.

Touya se negó a ver como se llevaban a Itzume al supuesto interrogatorio. Se sentía tan culpable, Pero había cumplido su cometido. él sintió cuando Itzume, del otro lado de la puerta, activó su poder.  Sabía que ella mataría a Cho.  tenía que impedirlo para salvarle la vida.

Ahora tenía la oportunidad de sacarla de palacio. pero ¿Como y cuando?

Aun no lo sabía.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

Sakura Kinomoto se sentía desconsolada.  Estaba delante de Tomoyo quien le decía.- Ánimos Sakura...- pero no era suficiente.

Lamentablemente ese anciano de esa sociedad, fue muy duro con ella. Simplemente dudó de su capacidad como elegida y que lo mas conveniente era que, dejara eso a un profesional.  Escuchaba como aun las palabras retumbaban en sus oídos. 

Pero alguien estaba tan decepcionada como ella y era Kero. Este solo se resignó a comer de mala gana, devorando todo lo que le presentaba adelante.  Era su manera de desquitarse con esos cabeza duras e inconscientes de aquellos sujetos. Pero en sus palabras- Se varían mucho de lo que Asuka, 400 años antes, hubiera pensado... ella hubiera aprobado a Sakura.

Pero Sakura, con sus ojos en lagrimas, recordaba esos momentos.

********** Flash Back ***********

-Así que, eres la elegida- dijo el anciano con la mirada fija en Sakura.- No ha habido mas honor en 400 años, que el llegar a conocerle.- Sakura estaba muy apenada.- y al gran guardián Keroberos.- dirigiéndole la mirada al León con Alas. Todos tenían delante de si, vasos y platos con frutas partidas en mitad y frutillas.

-Es un honor que haya decidido recibirnos, señor.- Dijo Tomoyo educadamente.  Incluso estaba al lado de Sakura, sentadas, mientras Tsubame estaba ahora a la derecha del anciano y su madre, a la izquierda.

-Hemos anticipado la llegada...- dijo en un susurro – Desde tiempos después de Clow...- sacudiendo su cabeza- ahora no hay que lamentar... Estas aquí: Eso es lo importante... nos liderarás a la búsqueda del nuevo orden...

-¿Disculpe? ¿Li.... Liderar?- preguntó Tomoyo pues Sakura estaba totalmente sorprendida que no articuló palabra.

-Por supuesto: ella, desafiará a todo el reino...- sonriendo.- Y nos dará lo que por derecho es nuestro...

-¡un momento! ¿Esperan que Sakura, sola, les restaure su derecho? ¿sin ayuda? ¿sola?

-Por supuesto que si.- dijo la madre de Tsubame rompiendo el silencio.- es lo que hemos estado esperando: lo que Clow previno...

-Se equivocan.- Dijo Keroberos interrumpiendo y defendiendo a la chica.- Clow solo aseguró que las cartas, no cayeran en manos equivocadas: Ahora, se encarga ella, de restaurar el balance en las cartas que faltan por cambiar por ser la dueña: no pueden exigirle además de todo, que haga el trabajo ella sola...

-Es su deber- discutió el anciano. – Es su llamado...

-¡no no lo es!!- reclamó Keroberos.- Se los digo...

Los guardias incluso, escuchaban la discusión provenir de adentro.

-Sakura es fuerte, pero no por eso, deben de pensar que Clow, le dejó tal labor... es un suicidio... no creo que haya sido su intención. Mas bien, la guía... le ayuda... y ustedes por tanto, deberían ofrecerle lo mismo...- reclamó Tomoyo en defensa de la joven.

-¡¡Que impertinencia!!- se escandalizó la madre de Tsubame, incluso sorprendiendo a su hija  y a las jóvenes.-¿Cómo te atreves?

-¿Cómo se atreven ustedes, a creer que Sakura, puede sola? ¿acaso no piensan apoyarla?- preguntó Keroberos.- Pensé que era un acuerdo que tenían con Clow: Una promesa. Incluso a Itziar...

-Los escucho a ustedes quejarse- dijo el anciano atrayendo las miradas.- pero no aun así, a ella.- señalando con la cabeza a Sakura.

Sakura ahí le observó.  EL lugar volvió a su silencio.  En el momento que las ideas fueron organizadas en su cabeza, aclaró.- Clow me dijo que mi misión era, ser la elegida para usar el libro de cartas, cambiarlas y equilibrarlas.   En ningún momento dijo que, yo era la elegida, sola para enfrentar un imperio... ustedes, han sufrido las desgracias por 400 años, desde el inicio de la era Cho. Mas sin embargo, esperan que una doncella de 17 años, resuelva sus problemas por usted... – poniéndose de pie- pero ¿Qué harán ustedes? ¿acaso no piensan luchar?

-Por 400 años esta sociedad ha tratado de luchar... y lo ha hecho. Pregúntenle a los padres, madres y hermanos, sin hijos sin padres, sin madres... han perdido sus vidas en una cacería...- dijo con firmeza- ahora, una chiquilla tiene un libro que pertenecía desde un principio, a los Li o a nosotros.

-Pero fui la elegida, por Clow y por el libro.- reclamó firmemente.- lo siento si estoy siendo algo enérgica en eso, pero es vital...

-Al contrario.- dijo el anciano.- no te considero enérgica: te considero inadecuada... – dijo sorprendiendo a Tsubame, a Sakura, Tomoyo y Kero-.- No eres la mejor para el trabajo...

-Clow dijo que...

-Clow no dice nada- dijo el anciano no evitando ahogarse por un instante y toser.- Por 400 años, la sociedad de los Hermanos de la Luna ha prevalecido, inculcando las viejas enseñanzas... enseñanzas que la sociedad exterior ha perdido. Solo hay enfermedades, inmundicia, lujuria y muerte en esas tierras- señalando al Oeste.- Ahora el libro cae en manos de una inexperta...

-Sakura tiene los poderes, la energía y la magia necesaria para enfrentar cualquier reto...

-No sin ayuda- dijo el anciano exasperándose.- Lady Ieran Li, te despacharía de una vez, de regreso a casa, sin el libro;  o su hijo.  O uno de los míos... – señalando a su nieta comentó.- Tsubame... es mi heredera... – ambas jóvenes se observaron entre si.- Ella podría derrotarte...

-¿Acaso ahora piensa desafiar a Sakura? – preguntó Keroberos.- Como guardián del Sol de las Clow Cards, puedo decir que, ella es capaz. No solo eso, derrotar si es necesario a cualquier contrincante que le lancen...- dijo exasperándose y retando al anciano.

-Kero...- dijo Sakura sonriendo sutilmente ante la confianza.

-Yo también...- dijo Tomoyo poniéndose de pie y yendo al lado de su amiga.

-Yo también...- vino una voz de atrás de Sakura, proveniente de la puerta.  La alta figura masculina se acercaba con dificultad pero sorprendiendo a la joven, quien se azoró al verle.

-Li...- dijo ella. Incluso trató de ayudarle.

-Estoy bien.- sonrió y endureciendo su mirada reclamó al anciano.- Llamen a quien quiera... rétela...- avanzando hasta colocarse a la par de Sakura. El anciano lo observaba carente de expresión alguna.- Pero ella no estará sola... la reta a ella, me reta a mi...

-Li...- dijo ella observándole sorprendida. No era la única.  Tsubame no le quitaba los ojos de encima. Parecía que, hablaba en serio. 

-¿Y usted señor, quien es?- preguntó el anciano aparentando inocencia.

-Es Li, abuelo.- salió adelante Tsubame- Es de quien te hablé.

-Te salvó en el pueblo... el herido que estaba donde Kiobe.  No hay duda que, es un ser especial.- sonriendo por tal vez  un segundo por lo que sabía y veía en esos instantes.- ¿Irías en contra de todo muchacho? La sociedad a quien le debes la vida, a Tsubame, Kiddy y Nami y la mismísima Kiobe.- Ahí Sakura notó como el sujeto, Xian Hue, ingresa y se coloca a un lado.- A Ieran Li ¿Por darle la razón a ella?

-Ella es la elegida, créanlo o no. – Dijo Li decidido.- Pero no estará sola.  y si hay que desafiar a Ieran Li, que venga... encontró un contrincante...

El anciano no dijo nada en ese instante ante aquella declaración.  Hizo ademán de ponerse de pie y así lo hacía, con ayuda de la madre de Tsubame y de Hue quien lo sujetó del otro lado.

-Aun no me dan una razón válida por la cual, mi gente... deba seguirle...- volteándose para retirarse.- Es una pérdida de tiempo... y ella aun no me demuestra porque debería de poner a mi gente a su servicio... es débil... – sacudiendo su cabeza- tan débil... – tosiendo dijo mirando a Sakura.- Tienes un día... un solo día, para demostrarme que puedes hacer.  Para demostrarme que, vale la pena poner a mi pueblo de tu lado, para entregarte los descendientes de los Hermanos de la Luna a tu disposición... solo así, lo consideraré... pero tendrá que ser, algo que, sea la máxima prueba.- haciendo una pausa.- por lo menos por esta vez...- dejando de mirarla y dejándole con Li, Kero, Tomoyo y Tsubame.

-Que hombre mas terco.- dijo Keroberos.- lo digo: hubiera sido Asuka, y prácticamente, haría una fiesta.

-El abuelo teme- dijo Tsubame atrayendo las miradas de Li, Kero y Tomoyo.- Hay mucho en riesgo... teme por los que quedamos...

-¿Qué es lo que quiere?

-Quiere seguridad. De que, lo que se planea o al momento de creer y apoyar, estará segura la victoria.- haciendo una pausa.- Con nosotros, en el campo de batalla, moriría lo ultimo de la sociedad...

-¿Acaso ustedes tienen poderes?- preguntó Tomoyo.

-Se ha ido extinguiendo con el tiempo.  En algunos casos, salta una generación... pero habemos, pocos pero con poderes. Otros, tienen dones de detectarlos.  Poderes dormidos.  Pero...

-No puedo...- dijo Sakura en un susurro y atrayendo sus miradas. Ahí estaba, cabizbaja y en ese momento una lagrima caía en la alfombra del lugar.- No puedo hacerlo... ¿Qué prueba quiere? ¿qué es lo que quiere? Meses atrás, era una joven normal... ahora, él quiere que le de una prueba de que, tendremos la victoria... ¿o que?

************** Continuará...

Comentarios de la autora:  ¡¡¡HOLA A TODOS!!! Primero y ante todo, debo disculpas por doquier. Me he atrasado demasiado en las actualizaciones y creo que, no salgo de la misma costumbre T_T.  Primero gracias por los comentarios y Reviews... ¡¡¡Wow mas de cien reviews!!! Muchas gracias a todos ustedes y la razón por la cual continuo la historia, son todos ustedes así que, ¡¡¡no dejen de darme sus comentarios!!!

Este capitulo es el mas oscuro que presento hasta ahora.  Aunque no crean que así se quedará.  Todos tienen un destino que cumplir y no todos verán el día de la liberación.  U_U lo bueno es que, ¡¡¡Hay otro capitulo!!! Así mismo, hay otro capitulo arriba para que no se queden con la duda de Sakura, Shaoran, Tomoyo, Eriol, Touya e Itzume.  Por supuesto, mas sorpresa adelante. 

La prueba será dada en el próximo capitulo y el destino de Yue será revelado...

Saludos cordiales, como siempre a todos mis amigos: a Serv, a Lady Silver Moon, mis cuatachas de siempre (ellas saben quienes son y las tengo siempre en un lugar especial), a Lilika, Barbara y Karenina, quienes son mis artistas para los epílogos de la Princesa, y un saludo muy especial a Rinita_inverse con quien tuve el gusto de charlar el sábado en la noche.

A los demás, que me han escrito los últimos reviews, o me han escrito al correo (ellos saben quienes son) un gran beso y los llevo a cada uno en mi corazón.

Y continuando con la rutina de siempre...

Comentarios, dudas tomatazos a Sakura_journal@yahoo.com

¡¡¡no olviden sus comentarios!!!