"The Story about a Prince and a Courtier"
By Crystal.-
Basado en los personajes de Card Captor Sakura, Por CLAMP.
Capitulo 24. "Romance en el Invierno".
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Tsubame llevaba consigo toda la carga de ser la futura líder de los Hermanos de la Luna y mucho mas que nunca revelaría a nadie. En su silencio, envidiaba a Kiddy por su dejo en las responsabilidades: Envidiaba a Nami porque nunca tendría que pasar por todas las responsabilidades que conllevaba ser la nieta mayor del anciano. Envidiaba a Xian por el amor que tenía a la vida y en sí, lo fácil que hablaba acerca de vivir para uno y para los demás sin sacrificar su juventud. Pero mas que todo y en esos instantes, admiraba a Sakura Kinomoto, por ser la sucesora y responsable de un poder y un destino tan grande que nunca fue impuesto en sus manos...
Pero sobre todo la envidiaba por los corazones que ganaba en su camino por su sencillez, positivismo y alegrías de vivir.
Pero poco o nada era lo que los Hermanos de la Luna conocía de este trío de extraños que ahora convivían con ellos.
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-Majestad- dijo Shu Mei presentándose ante el rey y sonriendo satisfecho. - ¿Cómo está usted el día de hoy?
-Shu Mei: tengo poco tiempo y no todo puede ser para ti ¿Se te ofrece algo?- dijo el sujeto desde su trono al hechicero de palacio.
-Como su majestad sabe, gracias al infortunado percance que sufrió con la joven bruja.- refiriéndose a Itziar,.- Y las consecuencias que eso ha acarreado, es posible que, la joven nos haya servido de algo...
-¿De que hablas?
- Hablo de Marmolite mi señor.- respondió Shu Mei con arrastre en su voz. En ese instante el consejero que acompañaba al rey es mandado a retirarse del salón del trono.- Como su alteza debe sospechar y creer, pueden haber mas brujas escondidas. No dudo que, muchas de ellas, intentarán lo que esa horrible demonio casi hizo...
-¿Crees tu? –temiendo por su vida y con tono preocupado.
-¿por qué su alteza no ha permitido compañía femenina desde ese momento?- preguntó seriamente. Cho se puso de pie cansadamente descendiendo los peldaños y observando de cerca de Shu Mei quien sonreía sutilmente.- Si... puede ser posible que, hayan mas...
-¿Qué sugieres?- preguntó con cierta ronquera en el tono de su voz.
-Que me permita hacer lo debido en Marmolite alteza...- declaró el hechicero.- Limpiarlo de inmundicia... – agregó.- He mandado un comunicado ya a la encargada... iré allá con mi querida "hija" ... entre ambos, nos encargaremos de lo que haya allí; sea lo que sea...- con los ojos fijos en la mirada del rey.
Cho no lo pensó mucho. Tal vez diez segundos de silencio para decir- Como quieras... – haciendo un ademán con sus manos.- Es mejor que, el Imperio sea de nadie que de alguno de esos asquerosos demonios... – suspiró largamente.- ¿Qué vamos a hacer Shu Mei? Si la amenaza de los hechiceros incluso, se encuentra entre las mujeres... ¿Qué haremos con el asunto del heredero?
-Majestad- arrastrando esa palabra y diciéndolo con cierta hipocresía- Deje que yo me preocupe de ese punto cuando vuelva de Marmolite...- irradiando confianza al rey.- Yo me encargaré de ese detalle. Confié en mi ...
Cho no sabía desconfiar en ese sujeto. Pero no sabía que ideas se le ocurrieron por mucho tiempo a Shu Mei.
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-Hola.- dijo Kiddy ingresando con una pequeña canasta a la "habitación" que ocupaban los extranjeros en esos instantes. Sakura aun no despertaba y ya pasaban tres días desde aquella prueba del anciano. Shaoran estaba sentado con la vista fija en las llamas encendidas y de cuando en cuando, observaba al lado del lecho. Kero estaba con la mirada fija y en su falsa identidad, recostado sobre el estomago de Sakura. Tomoyo estaba al lado del lecho de su mejor amiga con la vista en la recién llegada. – Son panecillos.—extendiéndoselo a Tomoyo y esta tomándolos.- No han salido de aquí en tres días... ¿Hay algo que pueda hacer?
Se notaba preocupada. Muy preocupada. Ahí su mirada fue a dar en las cartas colocadas a un lado del lecho de la joven adormecida- Esas cartas.... son poderosas- mirando a Tomoyo – peligrosas también... ¿no?
-Supongo que si- dijo Tomoyo con tristeza en su voz- Mira lo que le han hecho a mi amiga...
-Ánimos... pronto despertará...- sonrió Kiddy a la joven y agregó.- Pronto el efecto pasará... está muy agotada; es todo...
-Sakurita- dijo Kero lamentándose.- Te dije de los riesgos...- su voz era apesadumbrada y triste. Muy triste.
Pero quien no decía nada, era Li. Su mirada solo se enfocaba en el baile de las llamas delante de él.
-Deberías descansar- reclamó Kiddy a los allí presentes- Todos... no lograrán nada en pasar día y noche sin descansar como se debe... ¿Qué pasará cuando ella despierte y los vea tan agotados? Se sentirá mal...
Pero Li, se puso de pie de repente y observando a cada uno de los de allí, dijo serio.- Vuelvo ahora.- saliendo al exterior.
-Supongo que ella es especial para él ¿no?- sonrió Kiddy sutilmente observando por donde el joven se marchó.
Pero Tomoyo no le respondió. Tampoco Kero. Solo se quedaban observando detenidamente el apacible rostro de Sakura sumida en aquel profundo sueño.
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Las miradas para Shaoran mientras caminaba los pasillos de aquella montaña no pasaron desapercibidas. Pero él, no les prestaba atención. Solo en su mente, recordaba a Sakura cuando estaba alegre, triste, desafiante, molesta, entusiasta, apesadumbrada, pero mas que todo, era su sonrisa la que recordaba.
-"si no dejo de pensar en ella, me volveré loco".- pensaba el joven en esos instantes. Incluso tropezó con alguien y hasta que escuchó su voz, no le dio importancia.
-Lo siento... ah eres tu- dijo la voz y observó la mirada verdosa de Xian Hue. Shaoran, ni tenía ganas de discutir.- ¿Cómo está Sakura?
Por la forma en que preguntó por Sakura, lo hizo salirse de sus casillas diciendo.- Está dormida ¿qué crees?
-Ella es muy fuerte...- sonrió el sujeto amistosamente.- Saldrá de eso en un dos por tres... lo se...
-No tienes que decirme lo que ya se...-dijo con la vena en su cabeza y apuntándole con el dedo aclaró.- Pronto nos iremos de aquí... no te hagas ilusiones con Sakura...
-¿Ilusiones? ¿qué ilusiones?
-ya sabes...
-No. No se.- respondió Xian Hue algo aturdido.
-Si, lo sabes...
-¿Qué rayos te pasa?- preguntó desesperándose ante las indirectas del joven.- ¿De que hablas?
-De ti y Sakura...
-¿De mi y Sakura? ¿a que te refieres?
Shaoran no respondió. Se sentía demasiado enojado para responder. Ahí tal vez por la mirada del sujeto que Shaoran retiró de él, este finalmente dijo.- Ah "Sakura y yo"... – no evitando soltar una risotada contenida.
-¿De que te ríes? ¿Que te causa tanta gracia?
-por lo que veo, mucho...- y haciendo una pausa preguntó.- ¿Quieres hablar en otro lugar?
-¿por qué querría?- Preguntó reacio ante todo aquello como el sujeto se comportaba.
-Porque te revelaré algo que te interesará...- tomándolo por los hombros y guiándolo por el otro lado del camino.- y te dará una tranquilidad y paz ... en ese corazón tuyo...
Y dicho esto, se llevaba al sujeto (en parte, en contra de su voluntad), por el pasillo.
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La mirada de Tsubame era perdida y muy distraída. Estaba en esos instantes recolectando unas cuantas cosas en su casa. Decidió que, como las festividades del solsticio se aproximaban, saldría esta vez con Nami a revisar los alrededores de la entrada.
Su pensar era, muy lejos de allá. Demasiado lejos, incluso para una persona normal. Tuvo que sacudir su cabeza para despertar. Porque parecía que soñaba despierta.
La voz de Kiddy quien ingresó al lugar fue la que le sacó de sus pensamientos.- Hola.- dijo incluso palmeándole la espalda- ¿Adivina que?- sentándose en el lecho de Tsubame sin siquiera ser invitada a sentarse. Esta le observaba preparar una especie de bulto con lo necesario.- Sakura aun no despierta... Kiobe dice que, lo hará pronto...-mirando lo que empacaba su amiga.- ¿Cuánto tiempo te ausentarás?
-Un par de días, quizás mas...- respondió con desánimo la heredera del liderazgo de los Hermanos de la Luna.
-Me sorprende que no vayas con Hue...- dijo la joven no mirándole y jugando con las cobijas de piel del lecho de su amiga. Esto incluso hizo que Tsubame detuviera mecánicamente lo que hacía para observar a su compañera.- Creo que, él deseaba ir contigo...
Observó su mirada y su piel un poco mas oscura que la de ella. Su melena pelirroja que en esos instantes era sujetada sus mechones mas largos por un listón.
-Si te preocupa tanto lo mío con Hue ¿por qué quieres que vayamos juntos? – atando la boca de su bulto y levantándose agregó.- Deberías decirle lo que piensas Kiddy...
-¿LO que qué? se escandalizó poniéndose de pie y gritó.- ¡¡Por favor! – haciendo ademanes de impaciencia y riendo nerviosa.- Hazme el favor: que tu cabeza no haga planes de matrimonio con Kiddy. Menos que todo, con uno de estos infantiles...
-¿Infantiles? Xian Hue te lleva cuatro años...
-Solo es un hombre común, Tsubame...
Tsubame exhaló. Si ella no se daba cuenta, no sería ella quien se lo diría. No en ese momento al menos. Tenía cosas mas importantes de que preocuparse. Si quiera le respondió a su amiga y agregó.- Bueno, mantén el orden y obedece al abuelo en todo lo que te pida hasta mi regreso...- sonriendo delgadamente- y no causes problemas.- revolteándole sus cabellos al pasar a su lado.
-Ey: mi peinado. –reclamó la chica.
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El anochecer había caído ya. La nieve que caía conjunto con el viento frío y helado, mantenía recogidos a los soldados en los caminos. Alistados en caballos Kinomoto montando uno ,mientras en otro estaba Tao quien aun y a pesar de haber pasado tres días, estaba algo impactado a como los hechos se desarrollaron; en una carreta techada parecida a una de comerciantes, viajaba su padre y dentro de la carreta y bien abrigada la figura que casi no hablaba pues pasaba la mayor parte de su viaje sobreviviendo, era Itzume y de su lado la figura magna mica que poseía alas las cuales guardó para no llamar la atención, cabalgaba un corcel con un abrigo que robaron al dueño del mamífero. No miraba mucho a su lado. Por tres días incluso, había guardado un silencio sepulcral.
Pero Kinomoto aun recordaba como los hechos se desarrollaron a su salida del castillo y huída. Una vez se vieron separados de aquella extraña mujer de cabellos estrafalarios; pero claro, que él sabía de quien se trataba.
----------- Flash Back ----------
Una vez llegaron a las afueras de los terrenos aledaños al castillo. Yue seguido por Ruby Moon descendieron y los jóvenes aminoraron la marcha de sus corceles.
-Ya no puedo seguir con ustedes...- declaró la guardiana con voz apacible y la nieve cayendo sobre si.- Es muy arriesgado... y además, algo me ata aquí...
Yue pasó delicadamente, de sus brazos a los brazos de Kinomoto la delicada y lastimada figura de la joven diciendo.- Ella se arriesgó mucho... y me despertó. Algo mas me despertó desde hace un tiempo...- mirando a los ojos a Touya- pero no era mi momento de salir ¿Sabías que era ella, no?
Kinomoto asintió y Tao interrumpió el silencio mirando a atrás declarando.- No es por quejarme, pero si nos vamos a ir, tiene que ser ahora... o tendremos a muchos guardias detrás de nosotros...
-Iremos al Este- dijo Kinomoto observando a Ruby Moon agregó.- Muchas gracias... y dale las gracias a tu amo.
Ella asintió en silencio. Incluso observó a Tao un instante para luego decir.- Es hora de irme. Pero creo que, nos veremos muy pronto... – y observando a Yue agregó.- Cuídalos... ahora que saliste, necesitarán de tu ayuda...
-No es ese, mi deber - reclamó el guardián seriamente.- Mi deber es proteger a mi amo... – Cerrando sus ojos y abriéndolos nuevamente. – las cartas han cambiado a un nuevo dueño... que necesita de mi...
-¿Acaso no irás con nosotros al Este?- preguntó Touya.- creí que, ella te importaba...- hablando de Itzume.
-Le importaba a Clow.- declaró a Touya.- pero lo que vi con los ojos de Yukito, ella le importas tu... y a ti te importa. –meditándolo un instante, tomó una decisión.- Pero le importas a Yukito. Ella también. Muy bien. Te acompañaré al Este...
A Touya no le gustó aquello. " Le importaba a Clow" ¿Qué tanto ella significaba a Clow? Y si es así, ¿Qué tanto le importa ahora a la guardiana o a su amo que ella fuese rescatada. Que esa criatura los ayudara a sacarla a salvo de palacio. Pasaría mucho antes de que, esa respuesta le fuese dada.
-Yo también – dijo una voz sobresaliendo de las sombras y sobresaltándolos al punto de Yue activar sus poderes, y Tao sacar su espada. Touya a la defensiva con la joven en brazos. Pero mientras la silueta se hacía mas clara, reconocía al autor de sus días.
-¿papá?- dijo el mayor de los Kinomoto al identificar al hombre, abrigado de los pies a la cabeza.- ¿Qué rayos haces aquí?
Yue bajó la guardia e igual Tao. Ruby Moon estaba sorprendida de la presencia de Fujitaka en el lugar. ¿Cómo había llegado allí?
-Los he seguido paralelamente desde su salida tan ruidosa de palacio. Cosa no fácil con la carreta que me prestaron en el pueblo. – con voz seria y mirada preocupada se acercó a su hijo y él mostró con dolor en su mirada a la chica que llevaba en sus brazos.- ¿Está...
-Aun vive- dijo Touya suavizando su voz con su padre. – Pero... si no hacemos algo...
-Coloquémosla en la carreta y vayamos a unos conocidos míos. Ahí podré prestarle atención a sus heridas y golpes...- y mirando a su hijo agregó.- Tranquilo. Ella es madera dura de roer. Créeme; lo se. Estará a salvo, una vez pasemos la frontera...
Fujitaka miró detrás de su hijo: ahí notó al sujeto Makoto, A dos mas: la mujer con unas enormes alas y el enigmático semblante de otro: blanco y pálido como la nieve. Pero no era el momento de, hacer preguntas. Era el momento de marcharse todos o sería muy tarde.
Asintió en silencio y colocó el corcel en marcha a la carreta aun con la chica en brazos y siguiendo a su padre.
Ruby Moon escuchó todo esto. Sin despedirse de ninguno de ellos, ascendió a los cielos, perdiéndose en la distancia. Mientras Yue les escoltaba en los cielos y ellos, retomaban su camino por el otro lado a la carreta de Fujitaka.
Los caminos estaban casi desiertos, pero aun así, un hombre con alas, volando sobre ellos era demasiado notorio. Tao se metió en una granja de un gran terrateniente seguidor de Cho y bajo su insignia, pudo engañar y "tomar" un caballo prestado, algo de pan y abrigos. Pronto se encaminaban al Este.
Solo en El camino principal tomaría cuestión de días. Aunque habría que pasar por algunos puestos de vigilancia.
---------- Fin del Flash Back ---------
La noche había caído. Ahora estaban mas cerca de lo que parecía al Este. Hasta ese momento, pasaban los puestos de vigilancia sin percances. También aprovechaban sus pasadas por pueblos para pasar las noches en posadas, en donde decían que la joven en la carreta, estaba enferma. Así lo habían logrado. Igual, disfrazando a Yue. Pero este por mas pedido que Kinomoto hiciera que, adoptara la forma de Yukito, este, le respondía con una indeferencia nada oculta.
Las horas que pasaban en las posadas (no las mejores, cada una empeoraba a otra, en camas y la comida) tardaban siglos; pero por Itzume, cada quien hacía el sacrificio.
Touya compartía su habitación con Tao. Mientras su padre cuidaba de Itzume. Aunque, Touya pasaba mas sus noches de espaldas de la puerta de la habitación de Itzume que en su propia cama. Fujitaka a veces, tenía que echarlo del lugar a mucha insistencia para lavarle las heridas y curarle los moretones que estaban en todo el cuerpo de la chica.
-"No es una imagen que a uno le da alegría de ver en un ser amado. Por favor, hijo, te conozco y se lo que significa para ti." – era la frase usada en todo momento que Fujitaka le pedía que se marchara para limpiar los vendajes y las heridas de la joven.
Pero después que le limpiaba, su padre descansaba mientras él hacía vigilia. Observaba las velas danzar en su cirios y escuchaba en su imaginación, las risas, los sonidos, los gestos y por supuesto, aquella noche de baile. Aquella noche que, ella bailó delante de todos. Como ella bailó para captar la atención de Cho. No lo negaba: se veía demasiado atractiva. Sensual y muy provocativa. Pero sus pensamientos se nublaban ante la imagen de Cho, mancillándole con esos toques a su blanca y delicada piel; aquella piel que ahora, lucía morada, sin vida, que no parecía ser de Itzume. Aquella noche que, la entregó a sus captores. He ahí el resultado.
En la segunda noche desde su liberación, todo cambió. Cambió pues lo inesperado, ocurrió...
-------- Flash Back ---------
-Aguanta un poco mas- se escuchaba provenir en un susurro mientras le observaba arrojada en el lecho sin siquiera moverse. Incluso, buscó su mano en un instante, tocándole con tanta delicadeza y ternura como si temiera romperla.
Pero se maldecía. Se maldecía porque por él, por su intromisión, ella estaba así. Pero aun así, mas aun, se lamentaba pues, no pudo intervenir y sacarla del castillo antes. Antes de que la torturaran como lo hicieron con quien él sabía que no se lo merecía. Nadie merecía tal castigo, no importando el crimen.
-Touya...- dijo la voz de ella en un susurro que solo podía ser escuchado por alguien que estuviera en silencio profundo y en el lugar solo se escuchara sus respiraciones.- ... Touya...
Ahí el sujeto le miró su rostro. Sintió como su mano se llenó de tibieza y calor. Lo notó. Porque en los dos días anteriores, era fría. Tan fría. Su rostro, aun estaba muy amoratado pero sus ojos verdes, sobresalían por esos párpados entre abiertos. Aquellos cristales algo opacos dada su condición y las circunstancias, le miraban reflejándole tristeza y melancolía.
-Itzume...- dijo él saliendo de su silencio; de su culpa. De aquella culpa que le carcomía. – Itzume... – ella miró a su alrededor. Unas lagrimas comenzaron a salir por el contorno de sus ojos y su respiración se volvía agitada. Estaba llorando.- ¿Qué te pasa?- preguntaba acercándose mucho mas y revisándole.- ¿Qué te duele? ¿quieres que llame a alguien?- miró al lecho contiguo. Su padre estaba dormido.
Ella negó con su cabeza y tocó con su mano vendada el contorno de su rostro. Él no pudo evitar que sus ojos se mojaran. No podía. La emoción. La solo emoción de que ella, no permaneció dormida. No durmió por siempre. Que, recuperó la conciencia era suficiente. Que ella, lo llamara por su nombre, una vez mas.
-¿Por que? ¿por qué tu? – él no comprendía que ella le decía. De que hablaba. Ahí la mirada de ella cambió: cambió a una total y pura decepción. Cuando dijo lo siguiente fue que Touya no tuvo duda de lo que ella hablaba. El tal vez, tenía la esperanza de que ella, nunca, jamás de los jamases, descubriera su secreto. Pero se equivocó. Ella lo hizo-- ¿por que me entregaste?- sus ojos se estremecieron ante aquella pregunta. - ¿por que tu? De todos... ¿Tu?
-Touya.- dijo Fujitaka al notar que la chica estaba despierta. Pero la notaba llorando. Alterada. Se acercó a la joven y cuando tocó su frente dijo.- Tiene fiebre... muy alta...- empujando a su hijo agregó.- Consígueme agua... la mas helada que puedas... tengo que bajarle la fiebre.- Pero él no quitaba la mirada de Itzume.- ¡¡Touya: por favor!!- atrayendo la mirada de su hijo.- Será mucho peor si la fiebre sigue subiendo... consígueme el agua...- viéndole ante esta orden, marcharse por la puerta.
------------ Fin del Flash Back ----------
Después de esto, ni él le hablaba a Itzume. Preguntaba por ella y le miraba. LE cuidaba. No le hablaría al menos que ella, no lo hiciera. Simplemente, aquella mirada que recordaba y aquella pregunta retumbaban en sus oídos y en su cabeza que, no le dejaba dormir en las noches.
Aunque pensaba su padre que fue efecto de la fiebre. Que deliraba, Touya no lo creía así. Ahora la pregunta era ¿Cómo ella lo supo?
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---- Al otro Día...
Ella abrió sus ojos pesadamente. Pero al final despertó. Su pequeño guardián no se sobresaltó ante su movimiento. Lo vio dormido sobre su estomago e incluso balbuceaba. Ella sonrió. Miró a un extremo y notó las cartas una sobre otras. El báculo aun conservaba su forma de estrella.
Tampoco sabía, cuanto había dormido. Pero se encontraba con ánimos. Muchos ánimos. Sin despertar aun a Kero, se puso de pie y caminó todo el lugar. Aun Tomoyo, dormía. Miró el otro lecho que parecía que alguien había dormido allí, estaba en esos momentos, vacío.
Encontró un panecillo dulce en la mesa y lo tomó. Incluso salió comiéndolo con avidez. Se moría de hambre. El único lugar que pensó para comer, era con Kiobe. De todas maneras, en su cabeza, para haber pasado un día, solo conocía el santuario del anciano y la casa de Kiobe.
Caminó diez o quince minutos tanteando caminos y preguntando direcciones. Pero era tan distraída que se perdía nuevamente. La mayoría de las personas parecían estar en sus afanes y veía a niños jugar cerca de la casa de Kiobe. Cuando reconoció el lugar, ingresó sin pedir siquiera permiso.
Vio a la mujer de espalda en lo que parecía preparando algo. Machacándolo en lo que parecía un pozuelo hecho de madera. Su curiosidad le ganó mas a su voluntad y se acercó colocándose a su lado.
-¿así que despertaste ya?- sorprendiendo a Sakura. No sabía que esta mujer tuviera una intuición tan aguda.
-¿Sabías que era yo?- provocando la risa de la mujer.
-He tenido que soportar las visitas entre tu prima, el león de alas y el chico demasiado estos días... – Sonrojando a la joven y guiándole hasta una silla.- Esos tres... te quieren tanto ¿Sabes?
- Si... lo se...- bajando su mirada apenada.- Yo también les quiero mucho...
-Venían a molestarme hasta seis veces al día. Incluso Kiddy y Xian Hue se les han unido al coro... ¡¡que decir de Urara!! Me tenían loca... suerte para mi que Hue, ha encontrado distraer a ese muchacho – y con su mirada de incomprensión de la chica agregó.- Pensaban que, yo podía despertarte con una de mis medicinas... de mis pociones...
-Ah... es que soy algo pesada para dormir...- y pensándolo un instante dijo.- ¡¡Un momento!!- mirando a Kiobe con duda- ¿Cómo dice que "días"... "Seis veces al día"? ¿Cuánto tiempo he estado dormida?
-¿Bromeas? ¿Acaso tu prima no te dijo? ¿ o el guardián?
Negando con su cabeza afirmó.- cuando desperté, los encontré dormidos...
-El sueño los venció...- riéndose.- Kiddy les dijo que durmiesen... parece que el sueño al fin les ganó y tu despiertas... ¿Y el chico?
-¿Li?- azorándose- No... no estaba ahí cuando desperté... ¿El duerme allá también?
-al día siguiente de la prueba, le di de alta. Decidió compartir el lugar con ustedes.. aunque claro, no duerme... se preocupa mucho por ti... ¿Sabe que estás aquí? ¿qué despertaste?
-No... no estaba cuando desperté...
Riendo dijo.- Ya me imagino el ataque que le dará...- y cambiando el tema ante lo azorada que estaba Sakura- ¿Quieres algo de comer?
-Si... para eso vine.- avergonzada.- me muero de hambre...
-Yo también lo haría.- río encontrándose todo aquello gracioso y sirviéndole mas pan dulce, frutas secas, y pan normal con queso. Se lo colocó todo delante de la chica que estaba famélica – Dormiste por casi cinco días...- ante esto, la ahogó con un pedazo de pan y comenzó a toser. Pasándole un vaso con agua se recuperó.
-¿Cinco Días??? ¿habla en serio?- una vez recuperó el habla después de toser.
-Así es- respondió asintiendo.- Dormiste mucho... me sorprendiste. Sorprendiste a mucho: pero lograste lo que querías...- frunciendo su rostro.- El anciano ha enviado mensajeros a distintas partes... incluso, envió al emisario de la Lady Ieran...- sorprendiendo a la joven.- Está muy impaciente por conocerlos... la misma noche que, pasaste la prueba, el emisario partió. Llegó anoche.
-¿Estamos tan cerca de ellos?
-Así es.- respondió ella.- Pero, estás aun muy débil chica- pasándole mas comida.- a unos dos días sin detenerte... pero, hay que cruzar la montaña en su totalidad. El frío es muy fuerte. No soportarías con tan bajo nivel de magia... mi recomendación es que, se vayan a la primavera...
-¿QUEEEEEEE? ¿PARA LA PRIMAVERA??? ¿POR QUÉ TAN LEJOS?
-Calma.- haciendo ademán para que se sentara.- De todas maneras llevas meses en esto ¿Qué importan unos mas?- la chica se sentó y ella prosiguió.- la verdad es que, te conviene estar aquí. Aprenderás lo mejor querida. Los Hermanos de la Luna es la cuna de la enseñanza a base de la naturaleza. De los elementos. He ahí la naturaleza de que las cartas son basados en los cuatro elementos: Tierra, fuego, aire, agua. Son las regentes y las mas fuertes, luz y oscuridad...- recordando lo que la chica hizo.- lo que hiciste, sorprendió incluso fuera de la Sociedad...
-¿lo que hice?- preguntó extrañada.
-Mi niña- dijo la mujer enseriando el tono de su voz.- Diste una señal del Ocaso del Imperio de Cho, uniendo el día con la noche...- sorprendiendo a Sakura.- No tienes ni idea del Apocalipsis que acabas de originar... daría mi alma por haber visto la cara de Cho. Aunque no presencié el fenómeno. Pero muchos que vivían fuera del santuario, narraron lo que pasó. No se ha hablado mas nada en estos días, que lo que hiciste.
----------- Mientras, en otra parte...
-mantén tu postura firme y tu mirada siempre en los movimientos de tu oponente.- decía el sujeto de mirada verde mientras ambos tenían ropas de entrenamiento del hombre. Ambos incluso llevaban espadas de madera en mano.
-Ya se todo esto... no tienes que repetírmelo.- decía Li algo renuente. Hue se sonrió. Sacudió su cabeza y le interrumpió diciendo.
-¿Quieres que te enseñe el movimiento o no?- reclamó.
-Llevamos dos días en esto... ya te he soportado lo suficiente... ¿no? Quiero que continuemos...
Y es que, Li y Hue se habían vuelto muy compinches desde que Hue le reveló un secreto: un secreto que involucraba a Sakura y a otra joven de la sociedad. Un hecho que le dejaba en claro a Li que, él no se encontraba interesado en Sakura mas allá de una amistad. Ante esta revelación dada por Hue y confiada a Li, este incluso, había dejado a un lado un poco su antipatía por el sujeto. E incluso, Hue le reveló un método para canalizar toda su energía en un simple golpe de espada y este se aplicaba como catalizador para que esa energía concentrada en su interior, saliese, dándole una ventaja frente a sus enemigos.
Pero para Li, todo aquel entrenamiento le resultaba conocido. Igual la mirada de Hue. Aquella mirada verdosa. De desafío, activándole por segundos su memoria pero perdiéndole. Sabía ya, que él recibía instrucciones de alguien. Un hombre. Le daba instrucciones para combate. Habían mas personas allí. Escuchaba el sonido de espadas. De nuevo esos ojos verdes salían de su memoria, para esconderse nuevamente en lo mas profundo de su ser.
-Es simple- dijo Xian Hue interrumpiendo sus pensamientos.- Te doy la pauta. Después de un tiempo, aprenderás a hacerlo sin esfuerzo, sin siquiera pensarlo mucho. Con solo tomar una espada...- cerró sus ojos. – Cierra tus ojos. Concéntrate. Piensa, en la sangre que corre por tus venas...- Ahí sin darse ninguno de los dos por enterados, Kiddy ingresa para informarles algo, pero al notar la concentración en ambos decidió callarse y escuchar.-Piensa en la sangre corriendo. Siente como circula... como se mueve... un río interminable. Siente tu corazón latir... una y otra vez... una y otra vez... – repitió.- piensa como quieres hacerlo... como aplicar el golpe. ¿Sientes escuchar a tu corazón?
-Si...- dijo Li bastante concentrado. Sin pensarlo mucho, levantó su espada. Sentía como la sangre, tibia paseaba por su cuerpo. A cada fibra de su ser, de su espíritu.
Xian Hue y Kiddy sintieron como la magia de Li se incrementaba; su presencia era mas y mas palpable.
-es solo... cuestión... de canalizarla. Siéntela como llega a tu mano. Como quieres que salga. Como quieres que, se produzca... –Hue abrió sus ojos, agitó su espada en un ademán, transmitiéndose a través de ella, su magia interna. De su filo, salió aquella onda que viajó hasta una especie de maniquí, encendiéndole en llamas. Pero ni siquiera lo que había pasado, sacó al sujeto de su concentración.
Kiddy se apresuró a apagarla.
-Ahora tu...- anunció Hue.
Ante esto, Li se concentró mas aun. Con sus ojos aun cerrados, sintió como todo aquello que Hue decía se palpaba. El silencio mas profundo se estacionó en su mente. De un momento a otro y cuando se sintió preparado y canalizado, agitó la espada de madera, surgiendo de ella una onda muy fuerte. Incluso, mas de la que Hue emitió. Esta incluso rebotó en el concreto de la pared de piedra y tuvieron que bajar sus cabezas para que las llamas no se las llevaran consigo. Ante el efecto resultante, Hue y Kiddy abrieron sus ojos aun mas, sorprendidos.
-Vaya Li- dijo Kiddy aplaudiendo entusiasmada.—No sabía que podrías superar a Hue... solo él y Tsubame son los mejores...- acercándose- Aunque, claro, Tsubame no usa su habilidad.
Li sonrió por un instante ante el cumplido de la joven. Mirando a Hue, ella agregó.- Si sigue así, podría retarte y reemplazarte Hue...
Él le observó un instante en silencio. Ambos se observaban.
Li interrumpió el sepulcral silencio diciendo.- Bueno, Hue, nos vemos...- dándole la espada de madera.- Iré a ver como está Sakura...
-Si... buena idea- dijo Hue retirándole la mirada a Kiddy .- Iré contigo...
-¿Ah pero no lo saben?.- mirando a uno y otro.
-Saber ¿Qué? preguntó Hue mientras acomodaba sus cosas.
-He ido a su habitación... Sakura no estaba...
-¿Cómo que no estaba?- preguntó Li algo extrañado.- ¿Qué te dijo Tomoyo?
-No quise despertarla... está profundamente dormida... igual Keroberos – Li se incorporó con mirada preocupada.- tranquilo; debe de estar por alguna parte...
-De seguro está donde Kiobe.- dijo Hue no equivocándose.- O donde el anciano...
-¿Bromeas? – dijo Kiddy soltando una risotada- Ella debe de estar algo molesta con lo que pasó con el abuelo...
-No conoces a Sakura- dijo Li – Ella no se enoja con nadie...- marchándose del lugar dijo.- Gracias Hue, nos vemos luego... – corriendo a toda prisa ante las miradas de compresión por parte de Hue y de pícara, por parte de Kiddy.
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El frío era fatal fuera del interior de la montaña. Ambas jóvenes estaban abrigadas de los pies a la cabeza. Pero solo se notaban sus sonrosadas narices por encima de esos anchos abrigos de piel.
-¿Debemos de regresar?- preguntó Nami observando a su compañera analizarlo y estudiar todo. Miraba suelo, ramas de árboles, todo en busca de indicios de que alguien o "algo" estaba en las cercanías de aquel santuario.
-No hasta estar seguras- dijo Tsubame seriamente. Nami suspiró y complació a su amiga, ella también verificándolo todo.
Pero para Tsubame, algo no estaba bien. Algo y el presentimiento que incluso Xian Hue comunicó. Buscaba en los alrededores alguna ave que resultara sospechosa. Pero solo habían ramas secas de los árboles y en el suelo, solo sus huellas marcadas en la nieve.
Veinte minutos después Tsubame dijo.- Bien. Es hora de volver a casa...- sonriéndole sutilmente a Nami quien sintió un alivio en su corazón de volver a su hogar: su tibio, seguro y para nada lleno de nieve hogar.
Fue entonces cuando lo sintió. Fue como un presentimiento. La piel se le puso engrifada ante aquella sensación.
Miraba a su alrededor. Nami decía.- ¿Qué pasa? ¿Tsubame?- pero esta le hizo señales con sus dedos que guardara silencio.
No se escuchaba nada. Solo los pasos de ellas en la nieve. La crispada que ocurría en la nieve al ser pisada. Miraban por doquier y no notaban nada. Tampoco a nadie. Pero Tsubame llevaba su arco preparado. Nami sacó su cuchillo, siguiendo a su líder.
Tsubame caminó un poco mas percatándose que aquella sensación, provenía de alguna parte. Arriba. Cerró sus ojos concentrándose. Igual Nami. En el momento que lo hizo, Nami incluso sintió lo que ella percibía: magia negra. Extendió el arco y con sus ojos cerrados y su intuición detectaba lo que sus ojos, no. Algo se escondía. Muy cerca de ellas. Atrás de ellas. Ahí lo vio: una poderosa energía negra, hacía la silueta de algo. Algo tan inteligente que, había aprendido a parecer desapercibido. Sabrán los cielos de que momento esto estaría allí, observándoles, estudiándoles, espiándoles.
Nami se percató pero abriendo los ojos, no veía nada en ese lugar. Pero la sensación, prevalecía. Pero Tsubame, de un solo flechazo, hizo que lo que fuera, chillara de dolor, lastimándole y esta viéndose descubierta, cayó al suelo, soltando un liquido verde de su interior y chillando sin parar.
-¿Qué rayos es esto?- dijo Nami señalando el liquido verde y agachándose con el propósito de tocar la sangre.
-No lo toques- ordenó Tsubame con la mirada muy seria y preocupada. Nami obedeció.- Es magia muy fuerte...- frunciendo aun mas su mirada- y peligrosa...
-¿Qué crees que era esto con forma de ave?
-Un señuelo...- dijo Tsubame – y una especie de seguidor que pasa inadvertido... buen truco. – mirando a Nami agregó.- Tenemos que irnos de vuelta a la caverna... estamos en peligro aquí afuera...
-Un momento ¿De quien es esto?- señalando a la criatura.- alguien la envió Tsubame... no podemos dejarla así nada mas... ¿Quién tiene el poder suficiente para crear algo tan negro y oscuro?
-Alguien que lucha con magia negra, Nami..- respondió Tsubame.- Alguien que no tiene vergüenza o arrepentimiento alguno de vender su alma por poder...
-¿Qué hacemos entonces? ¿Usaremos la entrada?
-No sabemos que tanto vio... que tanto informó...
-¿Crees que fue eso? Alguien lo envió para localizarnos...
-No a nosotros Nami... a la elegida...
-¿a la chica? ¿por qué?
-Hue lo vio. Lo sintió. Estaba en lo cierto. Ella era seguida. Es muy importante... ¿no lo comprendes? Es que ella, con ayuda de Li, podrán con el desafío y derrocar el imperio.
-Entonces ¿Estás de acuerdo con el Abuelo? – preguntó Nami sorprendida.- Ella sola...
-Para nada. – dijo Tsubame.- yo también tengo cosas que defender y a quienes. La señal de lo que todos hablan, es ella... – viendo la mirada de Nami confundida.- Olvídalo. Tienes que poder predecirlo, para saber... para saber que, ella es un peligro para las fuerzas oscuras, fuerzas que no quieren que el imperio caiga... – Mirando una vez mas la criatura, tomó el cuchillo que Nami tenía en su mano y no lo pensó dos veces, degollando la criatura y manchando el filo del cuchillo con aquel liquido verdoso. Incluso se lo pasó a Nami, abriendo un agujero entre la nieve con sus manos y tirando la criatura con el pie y luego cubriendo el hueco.
-¡¡Espera!!- dijo Nami con cara de pocos amigos y arrojando al agujero su cuchillo diciéndole.- ¿Por qué no usaste el tuyo? Pero ah no...- criticando la decisión de su líder.- Tenías que usar el mío... justo el mío...
-le diré al herrero que te haga uno nuevo... deja de llorar y quejarte...-incorporándose al lado de su amiga.- Tenemos que volver...
-hasta que por fin; no quiero perderme las fiestas de Solsticio...
Pensando que, estaban a salvo. Y su sociedad, lo estaba... por ahora...
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Desde que las cartas mas poderosas del mazo de Clow, se transformaban en Sakura Cards, Eriol Hiraguizagua se sentía mucho mejor. Demasiado bien a pesar del gran riesgo que tuvo al ser descubierto noches atrás, por proteger a su Ruby Moon, a Kinomoto, a Yukito, Tao e Itzume. Pero los pasillos de palacio estaban mas vigilados y confinados que nunca.
Pero quien tenía un humor de los mil demonios era Cho Akiyashi. Él no daba crédito al hecho de que hubiera sido traicionado por gente de su propia guardia. Por "Touya Kinomoto: El captor de la bruja".
-"¿Como es posible que el captor de la hechicera, fuese su salvador? " "¿cómo era posible que, teniendo a alguien tan poderoso como Shu Mei en palacio, este no se diera cuenta?" Cho no daba crédito a todo esto.
Pero por supuesto, este no se descuidaba. Así como era mujeriego y el hombre mas poderoso de palacio, era cobarde. Desde el intento de asesinato de Itzume, no había aceptado otra mujer en su alcoba. Aunque no lo admitiera, comenzaba a temerle a las mujeres. Incluso, a aquellas que eran viejas amantes de él.
El encargado de las chicas, fue ejecutado. Eriol se salvó, pues como dijo Cho:-" él no la había buscado".
Suerte para Eriol que, Cho pensó aquello. La verdad era que, desde el escape de Kinomoto, incluso comenzó a torturar y ejecutar gente de su propia guardia. Gente que, de una u otra manera, pensaba que, tenían algo que ver con Kinomoto.
Mandó soldados a los Ríos a la casa y taberna del sujeto. No encontraron a nadie en el lugar e incendiaron el sitio. En los Ríos, la cabeza de Kinomoto y Tukishiro, tenían un precio.
Pero según Ruby Moon o Nakuru Akizuki le anunció a su amo, ellos huirían al Este para llevarla a la casa de los Li. Como Eriol se percataba, su hora de partir, también estaba cerca. Una vez la conversión de poderes de ellos, fuesen unidos, derrotarían incluso a Cho y Shu Mei.
Pero algo le preocupaba: Algo que ocurría. La presencia en el palacio era una muy fuerte. No lograba saber de que se trataba. Pero Nakuru también la sintió mientras era Ruby Moon. Por suerte, la entidad de Ruby Moon o Nakuru, no fue descubierta, aunque si, el palacio era un mar de confusiones aquella noche y también de mucha revisiones en las distintas habitaciones por parte de la guardia y de Shu Mei, aunque con menos energía. No encontraron nada.
Pero si esa energía o entidad incrementaba con cada momento que pasara ¿Acaso sería capaz de derrotarlos? ¿de intervenir y echar a borde los planes?
Para empeorar, no había podido hacer conexión con la mente de Tomoyo. Lo que le preocupaba mucho mas. La activación de aquel fenómeno días atrás, no dudaba que eran los poderes de Sakura, pero también detectó los de alguien mas. No sabía de quien era. Pero no dudaba que, estaban de su lado. No dudaba que donde Tomoyo se encontraba era un sitio que, estaba protegido para que, la magia no pudiera atravesar ni ser sentida. La ultima vez fue semanas atrás. le preocupaba que, no pudiera saber nada de ella; era Tomoyo, su amor y además la conexión que tenía con Sakura con quien tampoco, había hecho conexión.
Ahora, no podía ser negativo. No era el momento. Trataba de sacar la negatividad de su mente. De que, les hubiera pasado algo. Pero Cho, aunque se sentía algo cobarde por su vida, aun tenía planes de celebrar la fiesta de Solsticio. Era tradición.
-Amo.—dijo Nakuru interrumpiendo sus pensamientos mientras él terminaba finalmente con los listados. Sus dedos manchados de la tinta estaban con un tapeteo constante sobre la madera del fino escritorio.- ¿Está usted bien? Le noto preocupado.
-Estoy bien...- respondió sacándolo de su trance.
-Amo: estoy preocupada...- dijo ella colocando unos libros sobre el escritorio de su supuesto "primo".- usted lo noto aunque mas mejorado, creo que le preocupa esta entidad que se encuentra aquí...
-No te equivocas querida- dijo Eriol con su mirada enigmática sobre la joven.- Puede darnos, problemas...
-Debió de notar como estaba la pobre Itziar amo...- reclamó la chica repitiéndoselo como por enésima vez desde aquella noche. Eriol frunció su rostro: Claro que se preocupaba por ella. Ella, fue en su otra vida Itziar. Amó a Itziar... esta, se infiltró en el palacio con el propósito de matar a Cho. Pudo haberlo logrado. Pero ¿Cómo Kinomoto se atrevió a entregarla? ¿cómo él, quien decía que la amaba, pudo ser capaz de tal atrocidad? No lo comprendía. Pero Touya se lo dijo: "Algo debía de hacerse" Ese algo ¿Era lo correcto? Pobre Itziar. Pero ahora, había escapado, con ellos y como Nakuru le refirió: al Este.
Nakuru Continuó.- Estaba toda amoratada y casi la vida se escapaba de ella...
-Me lo dijiste...
-Kinomoto se encontraba furioso...
-¿Cómo pudo entonces si estaba furioso entregarla en primer lugar?- preguntó Eriol molesto. Se notaba molesto. Tan molesto como cuando Tomoyo fue hecha prisionera por aquellos guardias. Con Micashi, quien de por cierto, no sabía nada desde semanas. Algo extraño pasaba. Micashi fue dado de alta de sus obligaciones con Eriol y reemplazado con alguien mas. Pero fuera de los Ríos era difícil saber. Nakuru lo observaba con extrañeza.- ¿Cómo pudo dejar que eso pasara?
-¿Qué quería?- preguntó Nakuru molesta.- ¿Qué le pasara lo mismo? Créame amo: Si estuviera en mis poderes, en mi habilidad lo hubiera matado también... – siendo observada por su creador mientras sus ojos delataban tristeza, dolor, aflicción,- Pero usted, por usted... no lo hice aquel día...
-Pude detenerlo Nakuru—dijo Eriol acercándose y tocando su mejilla.- Lo hice. Y antes de que hicieras algo...
-Por usted, creo que, no lo ha intentado de nuevo...- sonrió ella cambiando su mirada por completo.- usted siempre será mi padre...- abrazándole.
-Y tu... mi pequeña niña.- dijo Eriol orgulloso de su forma de ser. De todo lo que ella era.
Porque Nakuru y Eriol, compartían un oscuro secreto. Un secreto, que también los hacían cómplices de Cho. Claro que Cho, no recordaba esto ultimo.
----- Flash Back ----
Eriol recién era parte de la corte de Cho y como costumbre luego que la casa de los Ríos fue terminada por completo, aun habitaba la de la costa. Fue visitado por Cho al pasar unos días al palacio de los Takashis (quien su hijo era mas de lo que aparentaba) , y por supuesto, la bella presencia de Nakuru no pasó desapercibida.
Cosa que fue notada por Eriol, quien incluso, mandaba a Nakuru a nunca estar cerca de los aposentos de Cho y la excusaba con mil y un pretextos para que no estuviera ahí. Lo ultimo era que, la mandaba a los Takashis para que llevara unos documentos de propiedades.
Pero aquella noche, Nakuru salió de su alcoba antes de lo prevenido. Pero de todas maneras, suponía que, Cho se marcharía: de todas maneras a la mañana siguiente, se iría aquel rey.
Caminaba con una de las doncellas que le servían a ella. Llevaba su pelo en un elegante moño y un vestido que le hacía ver muy linda y atractiva. De todas maneras, era muy joven.
-Buenas noches- dijeron detrás de ella, saliendo de un pasillo por el cual no se había fijado que había gente. Ahí y al voltearse, se encontró con la figura del rey que podía ser su padre y hasta su abuelo.- Mi Lady: usted si se escabulle...
-Alteza- dijo Nakuru y su doncella haciendo una reverencia. Y poniéndose de pie inmediatamente respondió.- Voy a donde mi primo a llevarle una documentación a su biblioteca... si me disculpa...
-No la disculpo.- dijo Cho mirándole como lobo a la presa. No ocultaba para nada sus intenciones. Su séquito de sirvientes y guardias sabían de que era capaz: llevársela al palacio de la capital a la mañana siguiente. – usted... me ha estado evitando.- no dudó decir con cierta gracia oculta el hombre.
- No alteza; tengo muchas ocupaciones, que es muy distinto...- comenzó a disculparse con aparente pena, la joven.
-Excusas, excusas...- dijo el tomando su mano y besándole.- La verdad mi querida es que, no le diré rodeos ni excusas: usted es una exquisitez...- sorprendiendo a Nakuru.- Y no le negaré que muy atractiva también...
-Su majestad gasta sus halagos en mi... – respondió ella.- ahora, si me disculpa...- tratando de zafarse del rey. Pero este, no le dejaba ir su brazo.
--Pueden retirarse- dijo a su séquito.- deseo hablar con la joven...- señalando a Nakuru.
Ella sabía que estaba en problemas. Nadie le decía que no al rey.
Ahora si estaba en problemas. ¿Cómo saldría de aquello? Cuando vino a reaccionar, ya estaban a solas. Nakuru aun llevaba los papeles consigo.
-¿Vamos? – señalando a un lado.
-"Ay Amo Eriol ¿Dónde rayos está cuando lo necesito?"- rezó la guardiana con una gota en su cuello.
Ese hombre era cruel, despiadado y muy malo. Nakuru no le simpatizaba lo que sentía de él y todo lo que Eriol decía y contaba del sujeto.
Ambos caminaban en silencio. Ella era alta. Y él, era estatura media. Pero le gustaban las mujeres y Nakuru le atraía demasiado para pasar una ultima noche en casa de Eriol, sin pasarla a su lado. La había visto; en la distancia, pero una que otra cosa, le había impedido acercarse y cuando lo hacía, la chica misteriosamente desaparecía.
-¿por qué no nos sentamos por allá?- señalando un rincón muy oscuro del jardín.
Nakuru ni tonta ni perezosa le respondió con astucia.- Hay mosquitos... muchos... bandadas de ellos alteza...
Miró y notó que aun llevaba los papeles en sus manos. Preguntó de la nada- ¿Sabes leer, no?
Nakuru le miró sorprendida y observó sus manos: llevaba aun los papeles. Tal vez, porque tanteó dijo el sujeto.- Tranquila. Cho Peing creó esa ley... por ti y por tu precioso rostro y entre nosotros, no te pasará nada.
-Lo siento alteza- respondió ella.
El sonrió con un brillo malicioso en su rostro diciendo.- Nada de que disculparte... pero- atreviéndose a acercarse y tomarla por la cintura, murmuró.- Pero hay una manera de que salgas de esto, sin problemas. Tu y tu primo... mi querida ...- tocando su mejilla- Querida joven...
Nakuru no comprendía. O su mente no lo entendía. Tal vez por su nerviosismo o por su inquietud.
Sus papeles cayeron de sus manos a medida de que Cho forzaba su rostro a bajar a su altura. Ella en fines comprendió que pasaba. Lo que el sujeto estaba tratando de hacer. ¿Acaso lo iba a permitir?
Podría transformares en Ruby Moon: usar sus poderes, y enviarlo al otro mundo. Así liberaría al Imperio de ese horrible sujeto.
No podía. No podía exponerse. Exponerse a revelar su identidad indicaba al instante, a revelar la de su amo. No lo iba a hacer. Apreciaba a Eriol. Lo haría. Haría lo que el rey intentaba por Eriol.
Pero sus labios juveniles y carnosos, rozaron sutilmente con los secos y ya gastados de aquel anciano. Pero Cho no se detenía. Incluso ella quería impedirlo pero él la tenía aferrada estratégicamente por su cintura y aun le aferraba por el rostro. Ella mantenía sus puños cerrados mientras el sujeto profundizaba mas y mas en sus intenciones y sus deseos carnales se hacían mas y mas palpables.
Pero de un momento a otro, sintió como el cuerpo del hombre le liberaba y caía aturdido al suelo. Detrás de él la figura de Eriol se hizo presente.
-¿Amo?- preguntó Nakuru mirando a Eriol. Él tocó las mejillas de la joven y ahí ella lo notó: lloraba. Ella estaba ¿Llorando? Pero ¿Por qué?
El dijo.- Borraré su memoria...- dijo bajando hasta la figura del rey. Le observó con ira al decir mientras colocaba su mano sobre la frente del sujeto y activaba su poder.- ¿Cómo se atreve a tocarte? Y sin mi consentimiento... es un monstruo. Lo que había escuchado no es nada comparado con la realidad... – Mirando a Nakuru sollozar agregó.- Tranquila... no pasó nada...
-¿Por qué hizo eso? – preguntaba ella.- sin mi consentimiento...- Activando sus poder y enojada. Pretendía transformarse y Eriol notó por su mirada, sus intenciones.- lo voy...
-NO.- dijo Eriol decididamente y sorprendiéndole.- No Nakuru. No es la manera, no es el lugar ni la hora... él no recordará...
-Pero ¿Qué pasará entonces? Si estoy en tu familia, si soy tu prima ¿No crees que, él sabrá y lo intentará de nuevo?
Eriol lo pensó unos instantes. Nakuru tenía razón y sonriéndole al encontrar una solución, dijo- vamos a hacer esto: - bajando y activando su poder.- Nunca tendrá tentación de ti... nunca mas... para él, solo para él, serás repugnante.
-OIGA – gritó molesta- ¿REPUGNANTE? ¿ACASO ESTA FIGURA, ESTE ROSTRO ESTE ENCANTO DE DAMA ES REPUGNANTE? ¡¡¡Amo: Me ofende!!
Eriol sabía en esos instantes que, Nakuru Akizuki tenía un poco mas de autoestima y sentido de orgullo y capricho de mas.
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- Tienes que aprender muchas cosas que solo nosotros podemos enseñarte...- decía y explicaba Kiobe a la chica de mirada esmeralda.- Tienes muchos talentos, no lo dudo. Pero Keroberos te guió aquí... y en nuestra sociedad, aprenderás a no depender de las cartas solamente a la hora de defenderte...
-No solo se defenderme con las cartas- reclamó Sakura. Ya se había comido todo lo que Kiobe le había servido.- Li me ha enseñado mucho con la espada... es un buen maestro.
-Y tu me imagino, eres una buena estudiante... no dudo que te haya enseñado. Un sujeto como él, es instruido desde su infancia con ataques y defensa...- dándose cuenta de lo que había dicho.
Pero, Sakura también se percató.- ¿Un sujeto como él? – preguntó la joven.- ¿Qué sabes de Li?
Una gota surgió en el cuello de Kiobe. Porque sabía quien era. Lo descubrió cuando las mujeres que lo llevaron inconsciente y aquella extraña y peculiar espada. Espada que luego y ante su presencia se convirtió en amuleto. En esos instantes no recordaba donde había visto articulo igual. Pero con el tiempo, fue recordando. Y el parecido del muchacho era también muy peculiar. Ahí y después de consultarlo con el anciano y este confirmarle sus sospechas, especuló de quien se trataba.
Pero había prometido no decir nada. ¿ahora se le zafaba aquel detalle? ¿cómo saldría de aquel problema ahora? La mirada verdosa de Sakura y su rostro interrogante ponían cada vez mas a la mujer nerviosa.
Finalmente y con una gota en su cabeza dijo.- Pues claro que así debe ser...- ocurriéndosele.- Soy la curandera de aquí... lo curé cuando llegó. Sus manos y su cuerpo, tienen marcas. Marcas de entrenamiento intenso. Tiene que ser así ¿no?
Sakura lo pensó un instante y dijo.- Supongo... supongo que si...- dijo calmando a Kiobe.
-¿Sakura?- dijeron detrás de ella y provenía de la puerta. Ella al escuchar su voz, se volteó para mirarle falto de aire y aun tratando de recuperar el aliento.
-¡¡Muchacho!! ¿viniste corriendo? – preguntó Kiobe ante lo que veía.
-Fui a la casa del anciano y bajé aquí... ¿Estás bien?- preguntando por Sakura.
-Si estoy bien...- sonrió ella algo azorada- Deberías descansar- notando su agitada figura.- No te ves nada bien...
-Es que estaba entrenando con Hue...- respondió. –Me alegro... que....- dudando. Incluso sus manos estaban en puños. Aun se encontraba en el umbral del lugar- bueno, ahora que despertaste... – mirando a otra parte.- Estás bien...
-Estoy bien...
-Bueno...- dijo solamente.
-Bien...- respondió ella.
No dijo mas nada. Ninguno de los dos. Kiobe observaba uno que otro rostro. Li miraba el marco de la pared y Sakura miraba a sus manos y la base de la mesa; algo miraba. Pero ella notaba aquello.
Li se marchó en silencio. Sakura exhaló profundamente y Kiobe opinó.- fuera todo mas fácil con las cosas claras ¿no?
-No... se a que te refieres...
-Cualquiera con dos ojos, mi niña, se da cuenta... – azorando a Sakura.- ¿Te gusta, no?
Sakura asintió apenadísima. Kiobe ahora parecía que el espíritu de Kiddy se le había metido.
-¿Y tu crees que le gustes a él?
-No lo se... prácticamente nunca dice nada...- respondió Sakura. No podía creer que hablaba todo eso con una extraña.
-Pero lo importante es que a ti te gusta...- tomando una de sus manos.- Reúne valor y confiésaselo...
Pero Kiobe no pudo continuar aconsejándole. El grito de - ¡¡Sakura!! Despertaste- atrajo sus pensamientos y sus miradas a la chica de pelo grisáceo no pasaron desapercibidas y mas aun cuando esta se abalanzó para abrazarle- Y que no había dormido esperando a que despertaras y mira ¡¡Momento que me duermo!!
-Está bien Tomoyo.- defendiéndola de si misma y sus criticas acerca de los momentos que escoge para dormir.- Estoy bien... ¿Dónde está Kero?
-Aun dormido... ni siquiera me atreví a despertarlo. Cuando vi a Li por aquí cerca, irse por el otro lado, el me confirmó que estabas aquí... ¿Te sientes bien?
-Si, estoy bien...- sonrió la chica.
-Me alegro.- dijo ella con una sonrisa. – Te noto algo pálida aun....- conociendo a la chica como la palma de su mano e incluso tomándole la temperatura con la palma de su mano.- ¿No te irás a enfermar?
A Sakura le surgió una gota. La verdad era que, Tomoyo siempre había estado al pendiente de ella. Siempre, demostrándole aquel inagotable amor que ambas compartían por la otra.
-Hablábamos de ella y de Li- dijo Kiobe atrayendo las miradas: una de curiosidad (Tomoyo) y de vergüenza (Sakura).
-¿Ah si?- sonrió la chica y sentándose preguntó.- ¿Qué hablábamos en especifico?
-Que a Sakura le gusta Li...
Sakura no sabía donde esconderse. Porque la verdad era que, no pensaba que Kiobe lo iba a decir así no mas y a su mejor amiga.
-¿En serio? ¿de verdad Sakura?.- preguntaba Tomoyo emocionada (y mas de lo que podía ocultar),- ¡Es fantástico!! ¿Qué piensas hacer?
-De por si, enterrarme bajo tierra- dijo la chica como comentario chistoso.- Es que Kiobe me pregunta si Li se siente igual, pero tu lo conoces Tomoyo. No dice o habla casi nada. Y yo que sepa, no ha demostrado que yo le guste...- respondió azoradísima.
-No que te des cuenta, Sakura- respondió Tomoyo-admitámoslo: Eres un poquito despistada... y si a Li le gustaras no te darías cuenta; segundo, Li si es callado, pero, sus sentimientos en la mayor parte de los casos, es notable...
-Es que nunca le he gustado a ningún chico... no se como actuar alrededor de ellos...
-Eso es imposible: con ese rostro de ángel y esos ojos que parecen joyas... –dijo Kiobe como cumplido y sonriendo.
-Es lo que te digo: ¿Por qué crees que la taberna de tu hermano siempre tiene clientela tan abundante? – ante la interrogante de Sakura ella agregó.- ¿Acaso crees que soldados puestos y mercaderes que ni pasan cerca de esas calles y habiendo mas tabernas en los Ríos, pasan por ahí solo por pasear? Es por ti...
-¿Qué cosa?
-Y los soldados que te saludan en la calle.. ¿Acaso tengo que recordarte a Tao Makoto? Tu le gustabas, mucho... pero nadie se atrevía a declararse contigo por miedo a Touya...
-¿Touya?- preguntó Kiobe.
-El hermano mayor de Sakura- respondió Tomoyo.- Es un ex soldado. Odia al ejercito imperial y todo lo relacionado con ellos. Los soldados saben que, no pueden ni siquiera acercarse a mi amiga, o se las verán con Touya...- sonriendo.- Y esa si es madera dura de roer...
Kiobe estaba de la risa que no la aguantaba. Las anécdotas de la vida de Sakura en los Ríos, de su hermano, de la vida de Tomoyo y además todas las vicisitudes que pasaron hasta llegar a manos de Hue, fueron las intrigas que alegraron aquel día en casa de Kiobe.
Incluso Keroberos (cuando le dio hambre) despertó, no se preocupó mucho por Sakura. Pues vio el lecho de Tomoyo vacío. Lo que si hizo fue que en su falsa identidad, recorrió todos los pasillos internos no evitando atraer miradas en todo su trayecto.
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Daba una y otra vuelta en su salón. Su mirada preocupada, no pasaba desapercibida a sus ayudantes. Ellas observaban como aquella mujer de aparente paciencia, despreocupada y líder máxima en Marmolite, ahora se encontraba perturbada.
La carta del hechicero Shu Mei, no había sido mucho que había llegado por medio de un mensajero. Esa no era, buena señal. Tampoco, los rumores que corrían por los pasillos entre los soldados. Rumores del intento de asesinato al rey.
Cuando la puerta se abrió y por ella ingresó su segundo en mando ella le miró seriamente. Haciendo una señal a sus ayudantes, estos se retiraron.
-¿A que se debe que me llames? Nunca llamas por mi...- declaró Terada.
-Debido a ciertos acontecimientos, me he visto forzada a llamarte...- dijo seriamente y dirigiéndose a su silla- Juegas con fuego. Lo sabes...
-No se a que te refieres- declaró el sujeto observándole con indefinida paciencia. No así Makki. Estaba en efecto, molesta.
-Cumplimos una labor aquí, no placentera, pero labor al fin y al cabo...- declaró ella. – fuimos encomendados a una labor en donde la confianza del rey está sobre nosotros... y tu... – señalándole.- Pones todo en riesgo...
-Makki, con todo respeto ¿de que diablos hablas?- preguntaba el hombre algo extrañado.
Tal vez aquella curiosidad o impresión de sorpresa de aquella declaración de Makki hubiera pasado por honesta con cualquier otro, fuera de Marmolite.
Ella tomó unas listas que estaban guardadas en una gaveta y las sacó. Señalando aquellas listas exclamó.- Aquí faltan chicas...hay chicas que no se presentan a las evaluaciones.
-¿En serio? ´- preguntó Indiferente.
-En los carruajes que han venido de palacio e incluso en el conteo hecho cuando aquel hombre horrible, Shu estuvo aquí, faltaron chicas... – él tomó las listas en sus manos y comenzó a revisar.- Pero ahora, verificando con las ultimas me doy cuenta de algo... hay una fuga... hay alguien que está jugando sucio...
-¿Alguna pista?- preguntó Terada mirando las listas aun.
-Aun no.- dijo Makki manteniendo la calma.- dime que me equivoco.- aquí el sujeto le observó.- Dime, que lo que no es cierto lo que estoy pensando...- bajando su voz y hablando con firmeza, con la mirada fija en el sujeto.- Dime que, tu acaso... no tienes que ver con esto...
-Makki, por favor.- dijo Terada dejando las listas a un lado.- Fue un conteo erróneo dado por alguno de tus asistentes... no he visto ausencias de jovencitas...
-Pero lo que mas me sorprende es que, hay algunas que, no aparecen Terada. Hay 10 ausencias en estos últimos dos meses...
-¿Qué ganaría yo con eso Makki? – preguntó Terada - ¿Qué cosa? Esas chicas, son solo campesinas, muchas de ellas. No tienen un centavo para caerse muertas... no me sirven de nada. Cumplo mi labor, no estoy de acuerdo con ella, pero la cumplo. ¿Ahora me acusas de armar escapes y fugas?
-No lo estoy haciendo.- se defendió la elegante mujer.- Me aseguro que no estés cometiendo estupideces...- recalcó.- O a punto de...
-¿De que hablas?
-Tengo oídos Terada—dijo la mujer confiadamente.- Ten cuidado lo que haces... sabes que, tengo personas aquí... de confianza... ándate con cuidado.
-¿Me amenazas Makki?- preguntó poniéndose de pie.
-Te aclaro las cosas- señalándole la puerta y dándole a entender que el tema había llegado a su fin.- Aclaro las cosas: aléjate de las jóvenes. Sabes de quien hablo y bajo que condiciones. En dos días, llegará Shu Mei nuevamente aquí. Ha sido anunciado. No se que pretende ni con que intenciones, pero vendrá. Te pido por favor, que permitas hacer nuestro trabajo; gracias a esto es que, no nos estamos muriendo de hambre... Buen día...- bajando su mirada a sus papeles.
Se retiró en silencio y con su mirada enseriada caminó por los pasillos y escaleras principales no evitando encontrarse con soldados y doncellas escoltadas que se dirigían a distintas partes del lugar. Una vez llegó a su destino, tocó dos veces e ingresando sonrió a la chica de mirada castaña al decir- ¿Cómo estás?
-Muy bien Sensei-respondió ella sonriéndole.- Hemos hecho lo que nos dijo...- dirigiendo su mirada a donde la figura de Rika Sasaki se encontraba sentada- Pero ha estado muy deprimida...- bajando su voz.- No quiere comer aun...
Su palidez era notable, lo que preocupaba al sujeto. Meses antes era una vivaracha aunque tímida jovencita; Ahora, aparentemente, su tristeza se reflejaba en su porte débil y algo melancólico.
-He evitado su presencia en las listas- dijo Terada explicándole a Naoko. – dije que, las ayudaría a salir de aquí pero Makki sospecha de mi...- robándose con ello las esperanzas de la muchacha de que en algún momento, salieran de aquel lugar. – Tendré que evitar verlas por algún tiempo...
-Usted hace mas de lo necesario...- declaró la chica. –Nos protege, cuando no lo hace con otras de aquí...
-Tengo algo que confesarle Lady Naoko-. Dijo el hombre.- No son las primeras que ayudo.- Sorprendiendo a Naoko.- De un tiempo a acá ayudo a unas cuantas jóvenes a salir de aquí. Aquellas que me lo piden; aquellas que, no son felices... ustedes no lo son y por eso pensaba que, es hora de sacarlas de aquí...
-¡¡Pero Sensei!! Podrían arrestarlo...- se escandalizó Naoko. Y es que el hombre, se había convertido para ellas en un padre protector. Tal vez, para ella. Para Rika, era alguien mas. Alguien que desde que lo conoció significaba algo. Algo que, por peligro, era mejor esconder.
El silencio de Rika era notable. Los observaba en silencio. Pero al menos, prestaba atención a lo que hablaban.
-Es posible. hay guardias del exterior que facilitan su salida. Yo les pagaría...
-No es necesario- declaró Naoko. –usted, nos ha salvado de un destino atroz en la Capital. Le agradecemos...
-No es eso.- dijo Terada preocupado.- Shu Mei, se dirige aquí... no se que planea pero hay rumores de que, algo pasó que involucra al rey... parece que, alguien trató de matarlo pero falló.- sorprendiendo a Naoko y atrayendo aun mas la atención de Rika al sujeto.- Nada bueno se trae esta visita y tan cerca del solsticio...
-¿Qué recomienda?- preguntó Rika confiando en él y hablando por primera vez.
-Tienen que salir de aquí... – habló el sujeto.- Y mientras mas antes mejor. Tengo muy mal presentimiento de la visita de ese hombre aquí...
Continuará...
Comentarios de la autora: para que no mandaran a fusilarme, aquí estoy, antes de tiempo y con el capitulo 24 de Prince. ¡¡¡muchas gracias por todos sus comentarios!!! Estoy feliz que la historia este captando la atención. ¡¡¡ Mas de 110 reviews!!! Me sorprendí mucho y por supuesto, agradezco el apoyo.
Gracias y saludos especiales a Misao y Akane quienes he compartido esta semana en el MSN de YAHOO y este ultimo capitulo se los dedico a ustedes dos especialmente. A quienes por supuesto siempre mando saludos: a Lady Silver Moon, y a Serv, con quienes mantengo una bonita y especial amistad; Saludos y gracias, además a aquellos que, siempre escriben sus comentarios. A Barbara y Karenina gracias infinitas además de Lilika quienes tienen encargadas el art en el epilogo tres de "Princesa del Cerezo" ¡¡Gracias por poner a mi disposición su talentos chicas!!
Antes de todo, muchas gracias a quienes han tenido paciencia hasta ahora con esta historia. Se que es larga. Aunque algunas me animan mucho diciendo que aunq sea larga es entretenida. Ya por fin y dedicada a las admiradoras de la pareja SS el capitulo siguiente será de romance Sakura/Shaoran para que disfruten al máximo.
Próximo capitulo: "Un beso y algo mas..."
Si no hay mas nada que decir: Comentarios, dudas, tomatazos, a mi Adorado Eriol... a Sakurajournalyahoo.com
