"The Story about a Prince and a Courtier"
By Crystal.-
Basado en los personajes de Card Captor Sakura, Por CLAMP.
Capitulo 30.- "La sublevación de Loto."
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"Una chica de nombre Itziar 400 años antes a este momento, predijo la caída un día de esos, de un imperio que por cuatro siglos siguientes a su premonición, arrasó con todos los hechiceros, o eso creían ellos; Ahora al cumplirse 400 años, el anuncio se volvía realidad: las personas más poderosas de todos los tiempos, estaban unidas: ya fuera por magia o por el amor, que de por sí, es mágico. Los destinos, llamados, obligaciones y reencarnaciones, unieron a Guardianes, Amos, Hermanos, Sirvientes Príncipes y Cortesanas a un bien común: la restauración y la búsqueda de un balance que su mundo lloraba por muchos años.
Pero la pregunta era la siguiente ¿Podrían vencer ellos a una criatura que no tenía piedad, a su amo y a un despiadado emperador y sobrevivir todos?
¿Acaso Sakura y su Príncipe o la aprendiza y el tabernero o en todo caso, el Lord y la dama, tendrían su final feliz?
Aun ese momento era incierto, incluso para Itzume.
Pero nadie los prepararía para la prueba más grande de sus vidas..."
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Eriol recordaba en ese instante la conversación que tuvo oportunidad de intercambiar con Tsubame. No podía ser posible que todos ellos estuvieran juntos ya. Pero ahí estaban las cosas. Y ahora, Tsubame ha sido secuestrada por Loto, junto a su querida Tomoyo. ¿Qué les tendría ahora deparado el destino?
Quien lo diría, él, quien predijera la caída de la dinastía Cho, pensaba ser solo un observador pero ahora... ahora las cosas cambiaban, no solo él mismo estaba reencarnado como alguna ves pretendió e inmiscuido en ese asunto, sino que alguien mas estaba con él, una vieja amiga y una sorpresa muy agradable que no pudo vislumbrar o previo con anterioridad.
Miró un instante a quien le atendía. ¿Acaso ya ella sabía la verdad de Tsubame? No, no podría saberlo. Pero él si lo sabía ya. Esperaba que, por lo menos le dijera algo. Le comentara algo. Después de todo, ya sabían quienes eran. Pero Itzume ¿Acaso sabía quien era en verdad Tsubame?
Recordaba la conversación aquella noche una vez perdió de vista a Tomoyo. Incluso se había quedado rezagado en los pasillos de la casa Li. Fue entonces cuando notó la figura a su lado. La joven de cabellos negros estaba a su lado.
-Flash Back....
-No somos los mismos que fuimos 400 años atrás- dijo Eriol observando a la heredera del trono de los Hermanos de la Luna.
La reencarnación de Asuka le observaba con paciencia mientras este le observaba desde su silla. Sus poderes eran inminentes.
-Escuché que, eres la reencarnación del mismísimo mago Clow. ¿Es eso cierto?
-Tengo los recuerdos de ese hombre que existió 400 años atrás...
-¿Todos sus recuerdos?- viéndole asentir con su cabeza- Sin embargo, para alguien que, estaba enamorado de una mujer 400 años atrás, terminas en esta vida con otra...
-¿Cómo sabes tu eso? - preguntó intrigado.
-Todos los Hermanos de la Luna saben de la historia de amor entre Itziar y Clow. - haciendo una pausa.- La reencarnación de Itziar está enamorada del hermano de la elegida-sin mirarle aun.- Es notable su atracción... mas aun cuando la encuentras en un pasillo besándole.- Ahí observó a Eriol que tenía la mirada no en ella sino, en la ventana y con el rostro serio.- Para alguien que, está enamorado de otra, pareces ofendido al escuchar tales noticias...
-¿Ofendido? No. - respondió Hiragizawa.- Mas bien, intrigado.- declaró con honestidad- primeramente ¿Quién le informó a usted de esto? No creo que Itzume le tenga confianza para revelarle estos datos Además que Li aun no sabia sobre la verdad de ella- notándole sonriéndole con cierta gracia; como si se lo encontrase todo gracioso.
-Pude percibir su poder cuando llegué. Cuando salió a recibirnos mas temprano. Fui preparada desde muy temprana edad, para detectar la magia en las personas. He enseñado un poco a Sakura... a rastrear por auras mágicas a las personas sin el uso de sus ojos. Además, todo se aprende...
Eriol asintió fascinado ante la actitud, aptitud y poderosa presencia que se encontraba delante de él, presencia que al parecer con anterioridad había escondido la heredera de los hermanos de la luna, agregó-no vi tanto interés en Kinomoto el día que conocí a Itzume. Meses atrás. - sonriendo interesado.- No puedo dejar de pensar ¿qué hubiera pasado si, Tomoyo se hubiera quedado en los Ríos? Tal vez, tan siquiera, Itzume no estaría con Kinomoto... y Tomoyo...
-Esa muchacha te ama cabeza dura- sorprendiendo con
su gesto y el uso de aquella frase a Eriol. Este ahora le observaba con
intensidad mientras ella reclamaba.- ¿Sabes cuanto ha sufrido esa muchacha?
-Que me lleven los dioses...- dijo Eriol finalmente poniéndose de pie y avanzando a la mujer.- ¿será esto, acaso posible?
-He tratado de calmar su entusiasmo y su ansiedad. Es notable que está muy enamorada de ti. ¡Ay su sufrir cuando comenzó a conectar la relación de Clow e Itziar! Es una niña muy inteligente para no tener magia... pero eso es lo de menos... con su inteligencia compensa lo otro (Hablando de magia)
-¿Has reencarnado también? - no pudiendo creer el cambio físico e intelectual en la mujer que vivió 400 años atrás y esta- ¿Cómo...
-Bueno, considéralo una fortuna muchacho...
-Tienes mas o menos mi edad... deja de hablar como anciana.- cruzándose de brazos y adquiriendo confianza para hablar. Era como 400 años y la edad de la mujer, no fueran dificultades para expresarse con claridad.
-Soy una persona muy diferente a la que fui años atrás... creo eso bien lo sabes tu... además soy un poquito más mayor que tu - dijo Tsubame.- Quien me conoció entonces, no tendría idea de quien soy ahora...- retirando su mirada de la azulada del sujeto- Esa niña, no sabe a lo que se atiene...
-Amo a Tomoyo- declaró Eriol seriamente.-Soy Eriol Hiragizawa. Admito que en el pasado Clow tuvo ciertos sentimientos por Itziar, pero eso no...
-¿Ciertos sentimientos? ¡Ciertos sentimientos! ¡Santo cielo: Si casi moriste por ella!
-No exageres...
-Moriste de tristeza- declaró ella exaltada.- Por ella... pero ahora, tienes a otra alma inocente cautiva de tus encantos...
Con una ceja alzada preguntó.- ¿Qué encantos te refieres? Jamás utilicé ningún encanto para conquistar a Tomoyo.
-¿Ah no? Niégame entonces que, usaste la imagen de un hombre de 30 años para cortejarla.- Ahí notó como el sujeto se sonrojó.- Itziar se enamoró de un hombre mayor por igual.
-¡Esa fue ella! ¡Ese fue otro hombre!- escandalizándose.- ¡NO soy yo! ¡Ese hombre, Li Clow, murió hace años ya!
-Pero ¿Eres o no eres su reencarnación?- dando en el punto.
Unos instantes para responderle pero al final lo hizo, declarando.-Soy un hombre con sus recuerdos y la mente y corazón en una mujer de este tiempo. Una hermosa mujer como es Tomoyo.
-Y quien merece todo tu amor...- sonrió ella, notando en efecto la diferencia de sentimientos de una vida a otra..- Sé que, si llegas a perderla como alguna vez, Clow perdió a Itziar, una desgracia caería sobre ti...
-Si algo así pasa, me moriría...- declaró el sujeto por primera vez dando muestras ante una vieja amiga del abatimiento que sentía.
-Abre tu corazón a ella...- declaró Tsubame.- Y no la pierdas por perseguir un pasado que, tu mismo has dicho: No te pertenece, tampoco la mujer que, ocupa los recuerdos de tu pasado amor.- haciendo una pausa agregó.- Nada me daría mas gusto que, fueras feliz... me agrada ella. Es una dulce jovencita y le quiero con el poco tiempo que llevo conociéndole.
Ella es la indicada para alguien como tu.
------------ Fin del flash Back...
La chica de ojos verdes finalizaba de vendar la muñeca de Eriol cuando preguntó.- ¿Te sientes mejor?
Eriol asintió mientras miraba por la ventana con el rostro fruncido y sin mencionar palabra desde horas antes. Ya llegaba el amanecer.
Una de las tantas salas de la casa Li, se convirtió en un inesperado salón de curaciones. Los hombres al servicio de Ieran, quienes fueron heridos por los soldados que venían al mando de Loto, quien les propinó un sorpresivo ataque del que ni siquiera Ieran Li, comprendía y eso se lo hacía entender al jefe de seguridad dentro de la casa en esos instantes en otra parte del palacio.
-Está bien...- dijo Itzume sin siquiera atraer la mirada del hechicero.- ella está bien. No la lastimará; la necesita...
-¿Cómo no te lastimó a ti?- preguntó finalmente escuchándose su voz, pero esta venía sazonada con ironía, ante su imposibilidad de salvar a su amada.
Itzume contorsionó su rostro y recogiendo las vendas y las demás cosas que utilizó para curarle, aclaró.- Es diferente... yo amenacé con la vida de su rey...
-Sabes mas que nadie de lo que es capaz-.- declaró Eriol gravemente. - si la toca... ella no tiene como defenderse de esa monstruosidad. Tomoyo no tiene poderes...
-¿No que está con la heredera de los hermanos de la Luna?- preguntó en un instante Itzume.- si es ella, entonces no tenemos porque preocuparnos; ella le cuidará.
-Si no es que, ella ya está muerta...- declaró Eriol seriamente.
-¡RAYOS DEJA DE HACER ESO. NO PONGAS EL PEOR DE LOS CASOS, POR FAVOR!!- gritó atrayendo las miradas de algunos que estaban conscientes y de las demás personas que atendían a los heridos. Eriol ahí pudo observar por un segundo a la chica de 400 años antes que algunas de sus ideas le sacaban de quicio.- ¡¡Por favor, deja de hacerlo: Deja de poner todos los peores escenarios! ¿dónde está el hombre que siempre pensaba positivo? ¿qué conocí en donde un imperio nacía y él decía que, todo estaba bien?
-Ese hombre, no tenía tanto que perder en aquel entonces- declaró rápidamente.- Ese hombre, no tenía a alguien tan importante; alguien a quien ama con todas sus fuerzas quien, ahora está en manos del enemigo y no tiene modo de defenderse; Esa es la diferencia.
Itzume le miró sorprendida. Entonces fue cuando Eriol se dio cuenta de lo que había dicho: Que no había nadie en ese entonces, alguien a quien amaba. Itzume se puso de pie y terminaba de recoger lo demás.
-Lo... siento...- declaró finalmente Hiragizawa dándose cuenta de su fatal error.- Itzume.. yo... lo lamento... no debí...
-¿Por qué? Ahora y por fin, hablas con la verdad; tal vez, lo que tenías a Itziar era un cariño minúsculo comparado con el amor que sientes por Tomoyo... es todo...
-No... yo... es decir... estoy ahora mismo...
-Si, lo sé- declaró ella sin dejarle terminar.- Olvídalo...
-Pero yo...
-¿ya terminaste?- preguntó Touya Kinomoto detrás de la chica. Se había acercado tan minuciosamente que, ninguno de ellos se percató de su presencia.- Ieran Li requiere de ti en la reunión...- mirando a Eriol agregó.- Y a usted también... -arrastrando esto ultimo entre dientes y dirigiéndole una imperturbable mirada.
Sin responder nada, asintió y fue llevada por los hombros camino a la salida, por Touya Kinomoto, no sin antes, este mirar por ultima vez al convaleciente hechicero (y lanzarle una de sus frívolas miradas de Cuidado con lo que haces refiriéndose a Itzume ¿o a su prima Tomoyo?), conduciéndole al pasillo.
-¡¡Oye Itzume!!- dijo Eriol haciendo que la chica se volteara y así lo hizo Kinomoto también.- Si fuiste importante en su vida...- ella le observaba seria.- Te quiso mucho... no tal vez, como te merecías en verdad.- Y observando a Kinomoto agregó.- Y no como te quieren ahora... porque el ahora, supera diez veces el ayer. Y eso es lo que se merece alguien tan valioso como tu...
Itzume asintió en silencio y le sonrió sutilmente mientras tomaba de la mano a Kinomoto y ambos se encaminaban juntos al salón donde se sostenía la reunión.
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-Dónde quiera y por donde sea que ataquemos nos verán llegar...- declaró el jefe de armada de los aliados a Ieran Li.- ¡Mire que tomarnos por asalto!- condenando la acción de horas antes.
-Y resultó - dijo Keroberos de mal talante.- no nos dimos cuenta y este es el resultado: Secuestran dos y hieren a todos en su camino...
No estaban solos: Shaoran Li estaba allí presente mientras vestía otras ropas, mas cómodas y menos galantes que las que usaba en el momento del ataque. Fujitaka, Yue y Keroberos estaban presentes pero no Sakura. Tres horas antes, la habían mandado a descansar y ha bajar un poco su ira en contra de Loto por haber raptado a Tomoyo y Tsubame.
Cosa que, muy bien Shaoran Li conocía que, no estaba haciendo.
-Tenemos que tomarlos por sorpresa- declaró Keroberos.- Que no tengan escapatoria...- mirando un mapa de todo el reino desplegado delante de ellos.- Pero... con el poder que esa maldita criatura tiene, no nos servirá de mucho tener humanos corrientes en contra de ellos.
-Nosotros podemos ocuparnos de los soldados... que si son humanos como dices- criticó el jefe de los Aliados.- Entonces, podrán ocuparse de los verdaderos enemigos: Shu Mei y su criatura...
-¿Y Cho que?- preguntó Shaoran estaba cruzado de brazos delante de ellos y escuchaba cada una de las estrategias que por las ultimas dos horas, trataban de esquematizar para tener éxito en su misión de rescate que ahora también se adhería al ataque de derrocamiento. - ¿Es peligro?
-Solo cerca de Shu Mei.- declaró Ieran Li.- Tu padre, siempre dijo que era un sujeto peligroso, aun cuando solo era un aprendiz. Ahora que es un poderoso hechicero y sabemos lo que es capaz de hacer...- entristeció su rostro un instante agregando.- No sabemos a lo que se atienen...
-No voy a permitir que Sakura esté en peligro.- declaró Shaoran redundante y sin observar a su madre.- Enfrentaré a Shu Mei...
-Aunque seas mi hijo y me he dado cuenta que, tus habilidades con el tiempo han incrementado, date cuenta quien es el único entre nosotros que, sería capaz de derrotar a Shu Mei... aunque te duela admitirlo...
-¡NO!- gritó molesto.- No. Sakura hay que mantenerla al margen...
Yue estaba impasible a un lado mientras continuaban discutiendo por tercera vez el mismo asunto: quien enfrentaría a Shu Mei.
-Príncipe escuche por favor lo que su madre dice.- declaró Fujitaka- Las cosas ocurren por un motivo...
-¡Es su hija!- declaró Shaoran incrédulo que Fujitaka tomara el lado de su madre y no el de él.- Sakura es muy poderosa. Pero no sabemos que tanto mas sea ese sujeto: Miren lo que su poder creó.
-Sabemos que es un ser despiadado y que no sabe lo que es la muerte...
-Mas que eso.- finalmente Yue habló.- Sabemos que, es tan poderoso que puede absorber las almas... eso sabemos...- hablando de Loto.
-O manipularlas a su antojo...- declaró Fujitaka.- Lo vimos aquel día...
-¿Qué haremos entonces? preguntó Keroberos. En ese momento, llegan Itzume acompañada de Touya y se incorporan al grupo.- Tenemos que idear un plan y pronto. Tomoyo, no tiene poderes... de un momento a otro...- negándose a decir que, podría morir.
-Primero lo primero.- declaró Ieran Li, mostrando un pergamino a los presentes.- esto, fue enviado por alguien... tiene en su casa a los únicos sobrevivientes de la matanza en Marmolite...
-¿Dónde consiguió eso, Lady Ieran?- preguntó Itzume finalmente al lado de ella y Touya estudiaba el mapa desplegado delante de ellos en la mesa. Fujitaka lo observó un instante a él para volver su mirada a la madre del príncipe Li.
-Es amigo de un aliado nuestro... quien con sus viajes como comerciante ha conocido a todo tipo de personas; entre ellas, a muchos pertenecientes a los Hermanos de la Luna. Además, entre ellos está un mentor de Marmolite... entre muchas cosas, le declaró la presencia de esas personas en casa de otro conocido. Nos hizo llegar el mapa...
-Por lo que parece, muchos saben donde venir...- declaró Keroberos reacio- no me sorprende entonces que, supieran donde atacar...
-no es secreto que, Cho no es querido...
-¡pero nos supo donde dar!- opinó Fujitaka.- Estoy muy preocupado por Tomoyo...- dijo esto ultimo susurrando.
-El asunto es que, tenemos el mapa en nuestras manos.-declaró Ieran.- Y por ahora, es nuestra guía al interior del palacio... y nuestros ojos en todo el imperio- olvidándose de que, tanto Yue (como Yukito) y Touya Kinomoto, se sabían sus alrededores dentro del palacio de la Capital.
-¿Qué cosa? - se escandalizó Touya.- ¿Y confía en él?
-Durante todo su trabajo en el palacio de las amantes de Cho, el sujeto se encargó de sacar de sus muros a decenas de jóvenes. Muchas de ellas, eran campesinas y otras, pequeñas niñas que fueron incluso, secuestradas de sus padres y de sus villas, descendientes de las tradiciones iniciales y además, sus padres eran opositores del imperio... tradiciones que, si se percataban de ello, sus vidas corrían peligro... es de fiar. Hasta ahora, mandó esto.- Mostrando otro rollo de pergaminos desplegándolos delante de ellos.- Hizo este mapa. Inclusive están en ellos, todos los puestos de soldados de la Dinastía. Y los puntos que, actualmente y para esta época tienen mas soldados.
-Debemos evadir los caminos principales...- dijo el encargado señalándole en el mapa.- Será un paso fácil movernos por los bosques...
Touya hizo un bufeo con su rostro negándose ante la idea. Su padre le miró un instante.
-¿Tienes alguna mejor idea?- preguntó Ieran Li.
-Usemos los principales...- declaró Touya seriamente.
-¡¡Es suicidio!!- declaró Keroberos. En ese momento, Eriol se presenta en el salón, buscando a alguien con la mirada: a Sakura. Al no verla, termina de acercarse a donde los demás estaban reunidos.- ¿por qué mejor no tocamos a la puerta, todos con cadenas en nuestras manos, para hacérsela más difícil, eh? - preguntó con ironía.
-Si tienes un mejor, plan, soy todo oídos...- declaró Touya discutiéndole.- Admitámoslo: Que esperan que nos escondamos... que no aparezcamos así nomás en los caminos principales... eso nos deja con ventaja y además que, todos le tienen miedo a los demonios... mostrémosles demonios y apuesto que, un poco de entretenimiento como soltar a este- señalando a Keroberos.- Y al otro, -recordando a Spinel- entretendrán a los soldados y a los campesinos, los hará correr.
A Itzume no le sorprendió: Touya no era de aquellos que, se escondían. Enfrentaba los problemas cara a cara. Aunque ella supiera de combates de uno a uno, él era experto en el ejercito y en ataques.
-La locura de ese plan... lo hace mas lógico.- apoyó Eriol y mirando un momento a Shaoran aclaró.- ¿ O hay otro plan mejor?
Shaoran era observado por los presentes: Su aprobación o negación era la definitiva.
Pero ¿apoyaría la idea proveniente del hermano de Sakura?
-No tenemos otra opción.- declaró finalmente Shaoran Li y agregó.- ¿Tienes experiencia como soldado, no? Creo que, Sakura me habló de esto... - Touya asintió.- Bien: Estarás a cargo de una de las comitivas de asalto... - declaró mirando el mapa.-ya que quieres dar la cara, el camino principal estará bien...
-No debemos todos tomar el camino principal- dijo Yue interviniendo.- Podríamos los que volamos...- guardando silencio de repente.
-Excelente idea- declaró Keroberos entusiasta, captando la idea.- En el aire muy difícil que las flechas nos hagan daño... volamos a una altura considerable... y protegeríamos a Sakura...
-Tomando por la azotea el castillo de la Capital.-declaró Itzume atrayendo la mirada de Touya...- es muy buena idea... iré con ustedes.
-¿De que hablas? Tu te quedas aquí...- expresó Kinomoto.
-¡Claro que no!- discutió ella.- Admitámoslo: necesitan apoyo... ¿Quién mejor que yo para ello?
-¡Por supuesto que no!- declaró Touya- No lo voy a permitir.- mirando a Ieran en busca de apoyo reclamó.- Si ella participa, me retiro ahora mismo....- hablando con suma seriedad.
-¡Pues retírate si quieres!- exclamó la chica molesta- Pero iré allá te guste o no...- ya Touya perdía los estribos.
Porque suficiente tenía con que Sakura, su padre y Tomoyo estuvieran en peligro.
El pensar que ella, estaría frente a frente al enemigo le sacaba de sus casillas. Pero que ella, por las buenas no se quedaría de brazos cruzados.
-¡basta!- declaró Shaoran. Touya le observó. - Itzume: es muy peligroso. Mi madre me contó por lo que pasaste con esa criatura...- con su voz seria y su rostro prudente sabiendo de lo que era capaz o no la joven. -¿Estás segura que, puedes cuidarte sola?
-si/no- declararon Itzume y Touya. Ambos se observaron con antipatía pero los demás sabía que era preocupación de él por ella.
-¿Qué crees?- preguntó Shaoran a Eriol un momento. Eriol ante esto se sorprendió pero parecía que, Shaoran Li, respetaba su opinión y su experiencia en el asunto.- ¿debería de participar Itzume?
Eriol era observado con desafío por parte de Touya y decisión por parte de Itzume. Parecía un triangulo de conflictos entre ellos tres.- Si tanto se preocupa Kinomoto, que vaya en el mismo convoy que Itzume.
-¿Qué cosa?- se escandalizó Touya.
-Admitámoslo: Ella por alguna razón, no fue tan afectada por esa criatura la última vez... parece que, está en mayor capacidad de afrontarla...- y agudizó su voz mas para decir.- Y matarla... - porque no estaba enteramente de acuerdo. Pero eran mas las circunstancias de lo que ocurrió horas antes, que su voluntad lo que lo inclinaba a estar a favor que Itzume los acompañase. - Tenemos que tener toda la ayuda posible para rescatar a Tomoyo. Y ella tiene talentos tan o muy convenientes como el control de las flamas... y bien lo sabe...- mirándole con intensidad.
Touya gruñó ante toda aquella situación.
-Está decidido entonces- dijo Shaoran mirando a Itzume fijamente.- Irás con Kinomoto y los demás... por tierra...- ella asintió confiada.- Después, elegiremos quienes irán dirigiendo las demás...
-Recomiendo a Tao Makoto.- dijo Touya sorprendiendo incluso a su padre. - es bueno en estrategia y sabrá actuar si la cosa se pone difícil...
-muy bien.- declaró Ieran Li.
-¿Y yo que haré?- preguntó Sakura sorprendiéndoles a todos. Pensaban que, estaría descansando. Se acercaba a la mesa pero Shaoran se interpuso acercándose y ella dijo.- Tengo que hacer algo...
-Lo que puedes hacer es ir a dormir...- declaró el príncipe preocupado.- ¿no descansaste, cierto?
-NO puedo mientras sepa que esa cosa tiene a mi mejor amiga- declaró ella indignada ante lo ocurrido. -de mis narices la tomaron...
-Pero Sakura...- dijo Fujitaka.
-No deberías...- declaraba Shaoran.
-¡Dejen de tratarme como a una niña!- discutió Sakura al ver que también su hermano iba a negarse a su presencia en el lugar.- ¡¡No soy una Niña!! Creo que lo he demostrado bastante...
El lugar quedó sumido en silencio.
-Bienvenida- dijo Ieran- Es correcto que estés presente...- señalándole un lado del lugar. Cerca de su padre. Sakura se acercó, para pena de Shaoran. Este se incorporó a los demás, y continuaron discutiendo opciones.
-¿Qué me corresponderá a mi?- mostrándose interesada.
-Hasta ahora nuestras prioridades son la criatura, Shu Mei y el mismísimo Cho.
-Yo me encargo de Loto- declaró Itzume a muy pesar de Touya. - Entraremos por la puerta principal...
-Habrá otra comitiva desde los cielos.- declaró Keroberos indignado. - los guardianes según nos informaron...
-¿Dónde está Kiddy?- preguntó mirando a su alrededor. No había señales de la joven.
-la envié a donde su abuelo informándole de todo el problema. Vendrá con apoyo de la guarida y posiblemente respuestas...-declaró Ieran.
-Tenemos poco tiempo... Tomoyo puede estar en gran peligro...- declaró Eriol. Sakura asintió.- ¿No le tomará dos días llegar aquí?-hablando de Kiddy.
-Sino se detiene, así es.- declaró Ieran.- O también podría alcanzarlos ...- señalando el mapa.- por aquí... les saldrá mas corto... y no perderá tiempo. Pero llegar al castillo por los caminos, tomará al menos, cinco días, sin detenerse...
-No olvidemos que, Tsubame también está en peligro... es la heredera de los Hermanos de la Luna...
-Creo que Tsubame sabe cuidarse sola.- discutió Kero.- Nuestra prioridad es, la misión y Tomoyo...
-Sobre estimas a Tsubame, Kero- declaró Li.- Estaría tan indefensa como Tomoyo. Con poderes o sin ellos...
-Es que, hay algo que no saben de Tsubame.- evitando sus miradas.
-¿Que cosa?- preguntó Eriol.- ¿Qué hay que saber de ella?
Pero parecía no querer decirlo.
-¿Qué sabes de Tsubame Kero?
Respondiéndole a Sakura este respondió finalmente.- Tsubame es la reencarnación de Asuka...
Ante esto, Eriol estrelló una mano (la que no tenía lastimada), contra la madera de la mesa. Eriol había olvidado que había conversado aquel detalle a solas cuando la encontró en los pasillos. Ella misma se le había presentado de la forma mas inesperada.
Pero aquella reacción, dejaba a entender a los presentes, que, no eran buenos augurios.
-¿No es una buena señal?- preguntó Ieran mirándoles.
-Peor: - declaró Eriol.- en su otra vida, Asuka siendo anciana era muy poderosa... con los conocimientos que tiene...
-Asuka...- declaró Itzume sorprendida y sonriendo sutilmente ante los hermosos recuerdos que tenía de alguien que en sus últimos momentos de vida, se convirtió en su madre, en su mentora, en su mejor amiga.
-Tsubame es la mejor.- declaró Shaoran recordando sus meses de convivencia en el refugio.- Tiene habilidades que superan al mismo anciano...
-Si es así, y si ella la mata pero absorbe su alma...- declaró Itzume sin querer completar lo que comenzó a decir.
-¿Será inmortal?- preguntó Sakura.
-Trata mejor con difícil de derrotar- declaró Itzume- Pero no imposible...
-Piensa eso...- dijo Touya de mal talante y enojado con ella.- Para que te sientas mejor...
Fujitaka tenía una gota sobre su cuello: por lo que parecía, seguiría peleando con ella, todo ese tiempo. Su hijo estaba en efecto, de mal humor ante como se ha desarrollado.
Itzume le miró dulcemente y no pudo evitar sonreír y mantener la calma. Touya se sorprendió que, esta vez no le abofeteara. En ocasiones anteriores lo había hecho. Los demás se quedaron algo aturdidos.
Sakura no pudo evitar sonreír: su hermano se comportaba con la chica así porque en efecto la ama. Entonces, miró a Shaoran: este tenía rostro aturdido. ¡vaya que Kinomoto tiene maneras extrañas de querer! Observó a Sakura (quien le sonrió) y después observó a los demás. Eriol sacudió su cabeza no evitando sonreír sutilmente.
Alguien tenía que romper el silencio.
-Entonces ¿Te encargarás de Loto?- preguntó Shaoran arriesgándose él.
Itzume asintió. Sakura se sorprendió. Yue continuaba impasible ante todo el asunto.
Sakura ahí fue que se percató de la fría presencia del guardián y le observó de arriba abajo. Era para la joven, casi imposible que esta fría criatura fuese la contraparte de su adorado Yukito.
-Creo que será mejor dejarlo hasta aquí.-dijo Ieran notando la momentánea pausa provocada por la decisión de Itzume- descansemos todos. Colocaré a algunos Aliados en los campos para evitar otro ataque sorpresivo... - notando la ausencia de algunos miembros agregó.- ¿Alguien ha visto a Mei Ling?- mirando a su alrededor.
-Creo que, está atendiendo a su esposo, mi señora- dijo el encargado de la guardia.
-¿Y Nakuru?- preguntó Eriol.
-Pregunta mejor por Tao Makoto.- dijo Touya con cierta picardía e ironía entremezcladas.- Y la encontrarás a ella...
-¡¡Touya!! .- reclamó Itzume, yéndose del brazo con el sujeto.
-Pero si no he dicho nada malo.- declaró el sujeto yéndose del brazo de su querida pero no sin antes mirar dos veces a Sakura, quien era abrazada por Shaoran.
-No te preocupes. Si está con la reencarnación de Asuka, estará bien...- declaró el príncipe Li ante la preocupación notable en la chica.
-¿Lo crees?-preguntó ella esperando lo mejor de aquella horrible situación.
Shaoran asintió. En ese momento, Escuchan la voz de Fujitaka que les dice.- Agradezco la oportunidad que me presta príncipe, para colaborar en esto...
-Las circunstancias requieren de su experiencia. Usted fue mi maestro...- dijo seriamente.- Antes de eso, un confiable soldado y sabe las estrategias, métodos y escapes de palacio...- extendiéndole su mano agregó.- y no fue justa la manera que le traté la ultima vez; cuando decidió marcharse. Pero debe de entender que estaba ofendido.- Viéndole sonreír sutilmente.- Significaba mucho para mi, que se quedara a prestar servicios aquí. Pero contrario a eso, se marchó.
-Tenía deberes, compromisos y promesas que cumplir... -mirando un instante a su hija - ¿Estás bien?
Ella hizo un ademán con sus brazos.
-Se que, te preocupas por Tomoyo; pero preocúpate por ti misma, Sakura.- dijo seriamente.- la prueba mas grande de tu vida, será pronto... no dudo que, por lo que he escuchado salgas triunfante de tu enfrentamiento...- acongojándose.- Pero quiero, que regreses a mi hijita: sana y salva...
Ante esto, Sakura se aferró efusivamente a su padre para susurrarle -Te quiero mucho...
-Yo también mi Sakura...
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-Vamos Touya...- rogaba la chica mientras ambos caminaban por el pasillo.- Di algo...
Pero solo obtenía ásperos suspiros del sujeto. No respuestas. Ninguna palabra. Solo aquellas demostraciones que, le decían "no me agrada lo que haces niña".
-Tennos confianza- dijo ella ligeramente tranquila. - tenemos el apoyo de los demás. Además, Apuesto lo que quieras que, Shaoran irá con nosotros por tierra... - riendo - no puede volar... Eriol también estará con nosotros y además...
-¿No lo comprendes, verdad?- dijo por fin atrayendo su mirada- Sakura, estará arriba... no podré cuidarla... y está Tomoyo...- notándose preocupado.- Si algo le pasa a Tomoyo o a Sakura...
-Sakura no necesita de tus cuidados: es alguien muy fuerte dale un voto de confianza... y además, la reencarnación de Asuka, protegerá a Tomoyo. Por eso no te preocupes...- aferrándose de su brazo.- Estaremos todos "bien"...
-Tu no crees que todo saldrá bien- dijo Touya. - Sakura, tampoco... el príncipe ese no lo cree tampoco...
-¿por qué dices eso?
-Porque gente morirá... - dijo Touya.- Por eso...- miró atrás donde notó que en su mismo camino se desplazaba Sakura mientras era aferrada de su brazo por Shaoran. Se notaba en verdad que ese joven se preocupaba por su hermana.
Grrrr que molesto se sentía.
-¿Dijiste algo?- preguntó Itzume que escuchó su gruñido.
Touya negó con la cabeza. -Oye...- deteniéndole.- Hay algo que tengo para ti...- notándole curiosa.- Algo que tenías en los Ríos y dejaste allá...
-¿Qué cosa?- preguntó ella algo aturdida. No recordaba nada que fuese dejado.
-Ven y te lo mostraré.- guiándole por el pasillo hasta su recamara.
-¿Adonde van mi hermano e Itzume?- señaló Sakura por donde los jóvenes se marchaban aprisa. Shaoran frunció el rostro.
-Quien sabe- declaró el joven consciente de lo que había dicho.- Pero con lo que pasó. entre ella y tu hermano... no me sorprendería nada...
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A solas en la una de las habitaciones del palacio Li, Touya sacó de un bulto un paquete envuelto en sus ropas y mostrándoselo a Itzume, esta abrió los ojos totalmente sorprendida. -¿Es importante?
-Mucho...- dijo ella sonriendo sutilmente mientras tomaba en sus manos aquel cascabel con la insignia de Clow.- Como Eriol me parece que tiene un libro mágico (lo digo por la presencia de sus guardianes), es posible que, este cascabel no funcione con el sello de él...- Ahí notaron ambos el brillo que comenzó a desprender.
-¿Y Sakura?
Negó con su cabeza para responderle.- El sello no se cambió Touya... debió cambiar cuando Sakura cambió el sello...- levantándole y adaptándole a su mano, declaró.- No... existe una razón para esto... una muy fuerte razón...
Touya le miraba con interés mientras estudiaba el instrumento.
-¿Para que sirve?
Itzume sonrió diciendo.- Es un arma mas que todo... mágica... Itziar aprendió a usarla. Creo que, me será fácil usarla...
-¿cómo se usa?
Itzume sonrió para decirle.- No te gustará saberlo.- poniéndose de pie.-Pero voy a estudiar las posibilidades un poco mas.- marchándose por la puerta y siendo seguida por el joven . se volteó un instante viéndole y sonrió para besarle en la mejilla (muy cerca de sus labios)- gracias Touya... se que siempre puedo contar contigo...- dejándole solo en su recamara.
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Yukito caminaba con cierta incertidumbre por los pasillos del oscuro castillo. En un momento a otro, partían a la capital, aunque no comprendía porque cada vez que trataba de ayudar o se encontraba desesperado por algo, perdía la memoria; cuando recobraba el sentido y notaba que habían pasado horas o días. Le había ocurrido cuando en la Capital salvaron a Itzume meses atrás. ahora, eran constantes sus perdidas de memoria y de tiempo también.
Miró a un extremo donde habían soldados vigilando y en un instante cuando volteó, notó que le señalaban. Su rostro compungido lo demarcaba acerca de la confusión que en su ser experimentaba.
-"No te preocupes por cosas sin importancia"- escuchó decir por ahí. Miró atrás y adelante deteniéndose de caminar, buscando al dueño de aquella voz.- " no tiene importancia"
-Claro que si la tiene...- dijo él en susurro y dándose cuenta que le veían mas extraño, opto por tomar un camino apartado.- la tiene porque ... creo que me estoy volviendo loco...
-"No estás volviéndote loco".- dijo la voz calmada que parecía provenir de alguna parte y que ciertamente, no era la de él.- "Solo tienes que tener paciencia. Es difícil ser, alguien como tu..."
-No quiero paciencia... quiero que me dejen de hablar en mi oído. Quiero dejar de oír cosas que no existen...
-"yo existo... existo y convivo contigo... soy tu y tu eres yo" - dijo la voz para tranquilizarlo.- "La locura es un estado de la mente... no es quien eres. Y ciertamente, no estás loco."
-¿Entonces que es lo que me pasa? ¿por qué escucho cosas que no debería? ¿por que hablas conmigo? ¿O me respondes? preguntó con temor.
-"ten paciencia... todo te será revelado..."
Yukito guardó silencio unos momentos. hola... ¿hola?
Pero nadie le respondió.
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--------- Unos días después...
Loto ingresaba en esos momentos, mientras se despojaba sus guantes negros y caminaba con confianza y auto suficiencia por los pasillos principales. Los sirvientes temían a su imponente, fría, inocente y peligrosa mirada.
Ella fue reverenciada una vez llegó a las puertas del salón del trono. Un guardia abrió la puerta, pero no esperó a que le anunciaran. Sus cabellos largos y verdosos estaban amarrados y paseaban por delante de ella mientras sin hacer reverencia escuchaba el reclamo de su rey, quien estaba acompañado de Shu Mei.
-Llegas tarde...
-Lo siento...- declaró con cierta voz sarcástica e inocente mirada. - Se me hizo tarde...
-¿Dónde está?
-¿Qué cosa?- preguntó ella fríamente.
-¡El Libro!! ¿Dónde está mi libro?
Ella no parecía querer decirle. Mas bien, disfrutaba la intriga que mantenía sobre el soberano del Imperio.
-¡Habla condenada!- atrayendo solo su atención. Ella continuaba impasible.
-Decidí traer algo mejor...- dijo ella sonriéndole no a él, sino a su padre.- ¿Por qué conformarnos con un libro cuando podemos tener algo mas?
-¿Algo mas dices? - preguntó Cho curioso desde su trono.- ¿Qué pueden tener ellos algo mas importante que mi libro? ¿una arma poderosa tal vez? ¿una criatura de diez metros que pueda matarnos a todos?
-No.- dijo ella y alzando su voz dijo.- ¡Tráiganlas!- solicitó. Ante aquella orden, cuatro soldados, traían con violencia dos jóvenes. Una de ellas, vestida como dama de sociedad. Sus ojos azules y cabellos plomizos atrajeron la mirada de Cho. Incluso se levantó del trono pensando que era, la elegida.
Descendió los escalones, acercándose a donde estaban las chicas amordazadas y aferradas con viveza. Tomoyo permanecía calmada y con una mezcla de temor y desafío en su mirada. pero Tsubame observaba a su captor como si quisiera partirlo ahí mismo en mil pedazos.-¿Quiénes son?- preguntó tocando el rostro de Tomoyo pero esta, volteándole con violencia. - Vaya fierecilla...
Loto sonrió - Esa es la "prometida o querida" de Lord Hiragizawa...- sorprendiendo a Cho que, tuvo que, mirarla de nuevo. Incluso, adoptó una postura de "¿Acaso es una broma?"- y esta es una mujer... creo que es importante... a diferencia de esta- señalando a Tomoyo.- Tiene poderes... muy fuertes...- ahora señalando a Tsubame.
-¿Qué tanto?- dudó Cho.
-Suficiente para haberse aliado con los demonios que ayudaron a su hechicera a escapar aquella noche...- Sorprendiendo a Cho.- Lo vi así que, lo identifiqué...
-¿por que no los mataste?.- mirándole a ella y después a su creador, agregó.- ¿Por qué no lo hizo? Tiene el poder de haber acabado con todos ellos.
-Pero ¿qué tendría eso de divertido?- preguntó ella incrédula y con cierto tono infantil de consentimiento.- Nada, eso creo...
-¡ESTO-NO-ES-UN-JUEGO!- alzó la voz Cho. Ella le miraba indiferente.- ¿Cómo te atreves niña? ¡¡Te dije que fueras allá a buscar MI LIBRO! Regresas, con las manos vacías y con dos muchachas que no servirían para nada...
-Al contrario alteza- dijo Shu Mei defendiendo a su hija.- Debo decirle que, mi hija hizo lo correcto. Con dos menos, son menos...
-Yo no lo hice por eso...- declaró ella con ingenuidad aparente.- Lo hice para que vengan por ellas...- asombrando a Cho. Ahí volteó a ellas y tocando a cada una agregó.- Créame: vendrán...
-¿En serio?
-Si- declaró Loto.- Y con ellas, vendrá el libro, la elegida y dos personas con quienes tengo asuntos por concluir....- sus ojos brillaron con demoníaca intención.
-Si ella...- dijo Cho señalando a Tsubame que le miraba con rostro de odio inminente, - Es poderosa ¿por qué no ha podido escapar? ¿Qué la retiene?
-Ella tal vez, podría escapar- dijo Loto sonriendo ante su sabiduría.- Puede hacerlo.- caminando hacía ellas y mirándole agregó. - Yo se que así es...- mirando entonces a Tomoyo agregó mientras le tomaba por violencia por su pelo (haciéndole gritar a través de la mordaza) y enfureciendo a Tsubame (Quien fue aferrada por dos soldados para que no atacase a Loto).- ... Pero la vida de esta, le importa demasiado...sabe que cualquier cosa que intente, es la chica quien saldrá lastimada o algo peor...- sonrió viendo a su padre y al rey.- Es así como ellos se entienden. No harán nada para poner el otro en peligro... además ambas son importantes para la elegida...- mirando a Cho.
Shu Mei intercambió miradas con Tsubame. La mujer en verdad, era muy poderosa; demasiado para sus planes. Pero cuando acabara todo como su hija había dicho, le sacaría del medio. Así solucionaría todos sus problemas.
-puedes retirarte- dijo el rey.-Y llévense a esas dos... donde no ocasionen problemas... - así lo hicieron ambos guardias. Retirándose Loto finalmente dijo a su creador.- Magnifica criatura... tiene astucia...
-Gracias majestad- agradeció inminentemente Shu Mei.
-No estoy felicitándote por eso.- declaró con preocupación.-es un fuerte defecto. Las mujeres no tienen que decidir por ellas mismas; mucho menos, los demonios. Tomando decisiones por ella misma; le pido que, me traiga el libro y a cambio, me trae dos chicas inservibles...
-¿Majestad?- preguntó Shu Mei algo aturdido.
-Tu la creaste- dijo como si no hubiera escuchado aquella interrogante.- Deshazte de ella.
-¡no puedo hacer tal cosa!- dijo sorprendido.- No puedo...
-¿Cómo que no puedes?- preguntó Cho incrédulo.- Tu la creaste... seguro puedes destruirla...
-Majestad. - dijo Shu Mei con respeto pero no temor. - Esa chica... esa criatura, es poderosa- señalando la puerta- la creé así. Para destruirla hay que estar loco...
-¿ah si? preguntó incrédulo.- ¿cómo es eso?
-Esa mujer es como... ¿Cómo le explico? - dudando un instante. -Si es destruida por alguien, no muere como nosotros.- arrastrando sus palabras.- Es mucho mas que, una simple muerte... si llega a morir, matará con seguridad a quien sea su asesino.- Sorprendiendo a Cho con ello.- no le miento para protegerla... es mi creación alteza y la he hecho así.
-¿Por qué creaste un ser indestructible para nosotros? - preguntó alarmado.- ¿Y cuando se alce en mi contra?
Shu Mei no respondió. Cho declaró.- bueno, bueno... hay solución para todo problema...- analizando unos segundos.- la habitación donde esa demonio fue mantenida...- pasando su mano por su barbilla.- Absorbe la magia ¿no es así?
-Pero no debilita a Loto como a los demás alteza- declaró Shu Mei.- recuerde que, la demonio fue torturada por Loto en la habitación...y apenas Loto, sentía los efectos.
-Solo porque pasó unas cuantas horas...- declaró el rey.- Pero la otra. El demonio, apenas podía moverse...
-Después de las torturas, cualquiera...
-no, tonto- declaró Cho. es la habitación que preparaste... si la amordazamos... dejamos inconsciente allí, solo unos días bastarán ¿no?
Shu Mei parecía sonreír sutilmente al momento de declarar.- Lo que su majestad desee- haciendo una exagerada reverencia. Así y presentándole sus respetos, Cho pasó por su lado, trasladándose al exterior de la habitación. Una vez se marchó, Shu Mei borró la sonrisa de su rostro.- Veamos quien podrá con ella "Alteza"...- tomándose el atrevimiento de ascender los escalones y sentándose con pomposidad en el trono de su rey.- De todas maneras, el Imperio fue creado por mi. ¿Quién mas que yo acompañado de mi querida hija, para llevarlo por el camino correcto, siempre?
No le preocupaban las notas y reportes que decían que sus poblados estaban siendo tomados por las fuerzas aliadas a cargo de Shaoran Li. No era noticia nueva que, los fieles súbditos del reino comenzaban a ponerse nerviosos ante la idea de perder todo el poder, respeto y soberanía en caso de que los Aliados invadieran la capital.
Nada de eso le interesaba. Después de todo ¿Quién podría derrotarles?
Pero se daba cuenta de algo: Cho Akiyashi estaba convirtiéndose en un estorbo. Nunca pensó despreciar a un familiar suyo. O mejor aun: A un descendiente de él.
Sus ojos brillaron con la idea que se le acababa de ocurrir. -Si eso pasa...- comenzó a pensar en voz alta.- el pueblo no tendrá otra opción que dirigirse a mi... "Shu Mei... rey"- sonrió aun mas ante aquel titulo auto impuesto.- O mejor aun "Shu Mei, Emperador"- riendo aun mas.- Y dueño de las cartas... de Clow...
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-¿Qué pasa?-preguntó la enigmática figura de Yue a la joven que en los últimos diez minutos se limitaba a observarle mientras volaba a su lado. Su mirada fría hizo que la chica tuviera un respingo.
-No es nada....- dijo ella apenada de ser descubierta mirándole tan fijamente. No sabía que lo hacía con tanto ímpetu.
-Si te preocupas por él...- hablando de Yukito.- está bien. Algo confundido, pero bien...
-Es que Yukito es...- no encontrando palabra que lo describa.- Y tu eres...
Yue alzó una ceja. La verdad era que, lo ultimo que se imaginaba era que tendría a Sakura como ama. Pero las cosas se dieron de esa manera.
Ahora como dueña de las cartas, tenía que obedecerla, aun que el juicio no fue hecho, ella ya era su nueva dueña y dio muestras de su poder... lo que hizo imposible su duelo.
-¿Qué es Yukito?- preguntó por simple curiosidad.
-alguien muy dulce y comprensivo...- notando lo dicho agregó.- No es que tu no lo seas... pero es que... es... tan... diferente...
Yue no respondió nada a Sakura y decidió avanzar adelante, dejándole a ella algo aturdida, detrás.
-no le hagas caso a Yue- dijo Kero finalmente interrumpiendo los pensamientos de Sakura. - siempre ha sido un amargado...
-Pero como él puede ser Yukito...
-A mi no me preguntes...- mirando debajo donde el convoy se movía.- Pregúntale a Hiragizawa... - gruñendo.- él fue quien lo creó... o mejor dicho, Clow lo hizo ... - suspirando.- ¿Pero que se le va hacer?
Sakura guardó silencio.
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El tiempo avanzaba y no era desapercibida la presencia villa por villa en su camino de Shaoran Li y los demás. Sakura iba siempre con Kero, Yue y Ruby Moon en los cielos. Touya, Itzume, Eriol y los demás (Acompañados por Spinel Sun) iban en la tierra.
La verdad era que, hasta los mismos aldeanos, apoyaban la sublevación de los aliados y demás. Ya no soportaban la persecución por la cual eran victimas.
Ieran Li, coordinaba los nuevos puestos sublevados y vigilancias desde el Este, hasta la frontera, pero el trabajo mas difícil lo tenían Itzume y Tao Makoto con los demás.
La verdad era que, hasta Touya trataba de
no pensar en que pasaría si la perdiera a alguna de ellas.
su vida, toda su vida estaba envuelta en las dos jóvenes mas importantes de
sus vidas, y su joven prima atrapada y solo los dioses sabían como estaba en
esos momentos.
Pero aquella tarde, mientras terminaba de ser atendido (pues tenía una contusión en su cabeza gracias al ultimo ataque en un puesto de vigilancia, caminaba por la construcción de madera y piedra mientras pensaba en muchas cosas).
-No entiendo como comprendes a alguien como él...- escuchó la voz proveniente de una de las habitaciones del complejo. Era de su hermana.- Es decir es tan... molestoso...- declaró con cierta incredulidad.
-Te equivocas...-declaró la voz que reconoció como la de Itzume. Miró a su alrededor notando que, no había nadie en el pasillo. Observó por el picaporte notando que, ambas jóvenes estaban sentadas con confianza en lo que parecía ser un salón de reuniones de los soldados de aquel puesto.- es una persona amable, comprensiva, diligente y perseverante... y no neguemos que es muy guapo también...
A Touya aquel método que utilizaba para enterarse de aquella "reunioncita" era mas o menos, Inusual en él. Pero últimamente, su vida había dado un giro tan radical, que cometía las tonterías, locuras o idioteces mas grandes de la historia. O de su vida.
Quien dice que "El amor cambia al ser y al corazón", sabía bien de que hablaba.
Continuó escuchando ahora la voz de su hermana. -Pero... - dijo Sakura algo incrédula.- Es tan...- dudando decirlo.- Mayor para ti... - dijo finalmente.- Aunque tengo que decirte que, su adultez no tiene nada que ver con su madurez de pensamiento...- declaró sorprendiendo a su hermano quien escuchaba sin ser percibido.- Es un cabeza dura... dominador... molestoso...
-"Condenada Sakura"- dijo Touya para si escuchando todas las cosas negativas que decía a Itzume.- "Ya veras cuando te atrape"
Escuchó como Itzume se reía. Era extraño: Desde días antes, desde una inolvidable tarde a su lado, no la había escuchado reír así: algo distraída y por primera vez, sin preocupaciones en su cabeza. Incluso, Sakura se notaba mas desenvuelta, menos inquieta. Parecían disfrutar una de otra de su compañía.
-Tienes razón...- Declaró Itzume sorprendiendo a Touya. ¿Qué era todo lo que su hermana decía de él? Sacudió su cabeza incrédulo. ¿Cómo se atrevían a hablar de él de esa manera?
¡ya lo escucharían!
Tomó el picaporte en sus manos con el plan de interrumpir la "Charla de chicas" Cuando escuchó lo siguiente.
-Pero tu hermano, supo ganarse mi corazón de una manera.... ¡¡¡Oh Sakura!!!- declaró ella sonando soñadora. - Este sentimiento que tengo por Touya, jamás en la vida lo he experimentado...- suspirando y haciendo sonreír a la joven Kinomoto.- Es mas que todo lo que he visto en dos vidas juntas...
-¿Lo amas?- preguntó Sakura. A Touya el corazón se le detuvo por ese momento.
Estaba a punto de escuchar la respuesta ante aquella pregunta. Aquellas palabras que Itzume se negaba a responderle a él mismo. Nunca en todo ese tiempo, había escuchado de sus labios "Te amo" no es que fuera un requisito indispensable, pero quería saber si lo amaba en verdad o solo lo usaba como protección ante la relación de la nueva encarnación de Li Clow y su prima. Cuando creía que, escucharía la respuesta definitiva ante aquella pregunta, una mano, apoyada en su hombro, hizo que se sobresaltara y se volteara apenadísimo.
¡¡un hombre de su edad, espiando a su hermana y su novia!!
Nada podía ser peor si notaba que eran o Tao Makoto y esa pesada de Ruby Moon o en todo caso, Shaoran Li.
Pero en todo caso, se encontró con la mirada entre traviesa e inquieta de su mejor amigo.
-¿Qué haces Touya?- preguntó no evitando ocultar un dejo de risa ante la situación.
-Nada...- declaró Kinomoto notando que, su amigo no le creía nada. Incluso un pequeño sonrojo ante la vergüenza de encontrarse en tales fachas de espía, se posó en sus mejillas.
Yukito se agachó un instante notando las voces de las jóvenes en el interior de aquella habitación.- ¡Touya! ¿espiabas a Sakura e Itzume?- preguntó ya sonriéndose ante lo rojo del rostro de su amigo.- ¡No lo hubiera creído de ti!-Tengo derecho...
-¿Cuál? Que sepa, el espionaje no es derecho, es intromisión...
-¡ya calla que nos escucharán!- exclamó abochornado. Si saben que estoy aquí fuera...- haciendo que su amigo, guardase silencio.- Ven: vamos a otro lado...- llevándoselo a otra parte.
-¿Y bien? ¿qué querías preguntarme? - preguntó Kinomoto.
-Touya... - dijo su amigo algo inquieto y Kinomoto se sorprendió en su actitud. Sin mirarle directamente a sus ojos preguntó.- ¿Qué soy?
-¿Qué?
-¿Qué soy? preguntó como si temiera la respuesta de aquello.- Desde que, salimos del castillo en la capital, siento como si no lo supiera todo... como si hubieran huecos o misterios a mi alrededor...- mirándole ahí. - noto como me miran casi todos... excepto Itzume y Lord Hiragizawa... pero los demás...- exhalando.- me miran como si de un momento a otro, saliera otra cabeza de mi cuello...
-Es tu imaginación...
-no lo es Touya...- declaró Yukito.- Incluso, creo que, escucho voces...
-¿Voces dices?
-Es que... ¡¡no creas que estoy loco!! Pero anoche... me quedé hasta muy tarde tratando de comprender porque, perdí memoria desde la salida del Castillo en la capital hasta aquí... hay lagunas... muchas cosas que no entiendo... otras de las cosas es ¿Qué hace Sakura aquí también? He escuchado rumores pero...
-Yuki, Yuki: Escúchame, no pasa nada. -declaró Touya.- Se que estás muy confundido... hay cosas que ni entiendo... y otras, quiero que me expliquen... pero las cosas son como son....
-Entonces ¿Hay otra cosa además de mi? - preguntó directamente.- Es otro "yo".
-No exactamente.- escucharon provenir de detrás de ellos. Era Hiragizawa.- Kinomoto ¿Me permites hablar con Tukishiro a solas por favor?
-Si, por supuesto...- declaró Touya marchándose inmediatamente.
-¡y deja de espiar a Sakura!- gritó Eriol haciendo que se volteara.- Te vi cuando pasaba por allí. No creo que le agrade a ninguna de las dos, que las espíes...- sonriendo con un brillo travieso en su mirada.
Touya le gruñó, avergonzado y mas aun con la risa burlona proveniente del hechicero. ¡Lo ultimo que le faltaba: que alguien mas lo hubiera visto en tales condiciones!
Al fin y a solas, Eriol declaró.- Supongo que, estás muy confundido...
-Son muchas lagunas...
-Muy bien...-declaró Eriol seriamente y tomando una bocanada de aire declaró.- Te lo explicaré... espero que, comprendas...
El atardecer comenzó a caer en sus espaldas mientras la voz de Hiragizawa era lo que se escuchaba en todo aquel alrededor.
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Loto ingresó mirando a su alrededor con desinterés. Notó como el rey estaba sentado cenando cuando le vio llegar.
-¿Qué haces aquí?- preguntó con acidez el rey.
Loto sonrió con cierta ironía. Miró a su alrededor y notó los soldados empotrados cerca de la gran mesa que le servía de comedor en esos momentos.
-Te he preguntado que haces...
Loto sin explicación, sacó su espada y el filo fue a dar a la garganta del rey. Este ni siquiera se inmutó ante aquello. -Es hora de tu juicio...
Su voz sonaba calmada, tranquila y por supuesto contrario a cuando enfrentó a Eriol, muy madura.
-No intentes algo que te arrepentirás...- declaró el rey. Los soldados le acorralaron en segundos.- Que no vivirás para contarlo...
Pero ella permanecía calmada. Cuando Cho dirigió su vista a la puerta, notó la presencia de Shu Mei, portando una especie de báculo y vestido con sus mejores galas.
-Te lo hubiera dicho...- declaró Shu Mei avanzando. Cho sonreía nerviosamente hacía él pero solo, en principio.,- Te hubiera dicho lo que pasaría si te colocabas en su contra... - ahí cuando Cho notó que no hablaba de su "hija" sino de él y hacía él, un sudor frío comenzó a correr por su cuello.
-No podrían...- dijo nervioso mientras el labio inferior temblaba de rabia o de miedo.- No se ... atreverían.... - mirando como Loto avanzaba ante la señal de su "padre" y activaba su poder.
Los soldados se colocaron delante del rey pero en un pestañeo, todos estaban muertos en el suelo, no evitándose escucharse gemidos de dolor.
Cho observó esto estupefacto.
-La gente se revelará ...- declaró Cho con persistencia.- ... No aceptarán a un demonio como tu, como su gobernante...
-La gente estará demasiado contenta de que mueras...- dijo Shu Mei avanzando a él.- ... para preocuparse de quien los gobierne o no...
Mas soldados ante la conmoción y los gritos dentro del salón, ingresaron portando sus armas en mano y dispuestos en un principio a defender a su rey.
-Eres débil- declaró Shu Mei borrando la sonrisa de satisfacción de su rostro.- Débil e ineficiente... 400 años debilitaron mi sangre...- observando a Loto.- nuestra sangre... eso, no debe de pasar de nuevo...
Cho observó con contrariedad como los soldados; aquellos soldados cuya labor era defender su vida, su poder, su mandato, se quedaban observando con cierto temor la presencia de Loto. No era secreto los pasillos manchados de sangre que dejó en Marmolite. Todos en verdad, le temían a ella.
Pero temían aun mas el poder de Shu Mei.
Cho miró nuevamente a su guardia gritándoles- ¡¡¡Acaso no piensan hacer nada!!! ¿Se quedarán ahí??? ¡¡¡Les ordeno que los detengan!!!
Pero era en vano. Loto dijo con satisfacción.- ¿Es que no comprendes nada cierto? - avanzando a él- Son cobardes... tanto como su rey.... -ahora observándole con despecho. -Un débil hombre... con una corona...
-Creé este imperio no para verlo caer en tus manos...- declaró Shu Mei.- ... hice el camino una vez subí como Hechicero para no verlo caer... menos que todo, por ti... ¡¡mi propia Sangre!!
-¿De que hablas? ¿cómo que tu propia sangre? No tenemos la misma sangre...
-No verdaderamente, tienes razón... no somos familia...- Caminando hasta colocarse detrás de él.- Pero lo seriamos...- sacando un objeto filoso del interior de su túnica y aferrando sorpresivamente el cuello de Cho: este se movía tratando de liberarse; pero la juventud, la fuerza y el temor que Cho en su corazón sentía en contra de Shu Mei, se volvieron sus enflaquecimientos para poder liberarse. - ... no vi nacer este imperio para que un tonto como tu, lo dejara caer... pero es hora...- mirando a Loto sonreír y con un brillo de ansiedad ante el acto que su padre cometería delante de sus ojos, - de volver a establecer las rígidas columnas que 400 años atrás, lo vio nacer...- y susurrándole cerca de su oído para que escuchara sus palabras.- no por menos soy, fui y siempre seré... el primer Cho...-
Ahí y en los pocos segundos que le quedaban de vida, Cho Akiyashi comprendió quien era su verdugo: al momento que, el filo del cuchillo, cortó su cuello, supo que, fue asesinado por la reencarnación de Cho Peing.
Los soldados observaron con estupor lo que se había cometido allí, sin siquiera levantar un dedo. Pues notando los cadáveres de quienes fueron sus compañeros, notaron como el rayo arrojado por una tormenta que se asomaba en sus cielos, le daba un aspecto mas tétrico a la escena.
Loto miró una vez mas a los soldados y después a su padre diciéndoles.-¿Qué esperan? Saquen ese anciano decrepito de aquí...- mirando con desprecio la silla donde ocupaba el cadáver de Cho.- Mancha el tapizado...- mirando como Shu Mei, tomaba el control del reino.
-Y llamen a los cortesanos y demás... manden mensajeros a todo el imperio.- diciendo complacido todo aquello mientras el cielo se oscurecía mas y mas.- Tienen un nuevo gobernante... - sonriendo con satisfacción ante las miradas de terror entremezcladas con obediencia, proveniente de los soldados.
Una vez se encontraron a solas Loto cerró sus ojos para segundos después decir.- Se aproximan... puedo sentirlos...
-Si, lo se- declaró Shu Mei.- lo se querida mía... vienen a acabar con lo que me tomó tanto construir...- mirándole con cierta ironía y dulzura.- Solo espero que seas capaz de cumplir con tu cometido....- le hablaba con cierta infantilería. Como si hablara con una niña de cinco o seis años.- Necesito que me ayudes a deshacerme de ellos...- suspirando con melancolía.- ¿Quién me diría que, en todos estos siglos, volvería para terminar mi trabajo?
La puerta se abrió abruptamente revelándose la entidad de Micashi quien observaba incrédulo la silla bañada en sangre y las gotas en parte de la mesa y del suelo de mármol.
-Ah justo a tiempo...- dijo Shu Mei sonriéndole.- Tu antepasado fue el mas fiel a mi... espero que, tu lo seas también...
-Mis antepasados sirvieron desde un principio del imperio al Mismísimo Cho Peing. -corrigió Micashi con confianza y envergadura en sus palabras.
-Pues ahora, te toca servir nuevamente muchacho...- dijo pero aun así se notaban que, eran mas o menos la misma edad.- Tu enemigo se aproxima a palacio.- no dando nombres. Micashi se arrodilló delante de Shu Mei comprendiendo que ahora, como le habían informado, él era el Soberano del reino. Loto observaba al lado de su padre la veneración del soldado.- Es tu oportunidad de reivindicarte con tus enemigos... - brillándole la mirada- Con ¿Hiragizawa?- mirando a Loto y esta asintiendo con su mirada.
-mi señor... es un hechicero.- declaró Micashi con profundo respeto.- si usa su magia...
-Es un caballero.-declaró Loto respondiéndole.- No hará nada incorrecto o mágico si quiere a su amada con vida...
-¿Su amada dice?-
-Lady Tomoyo...según escuché...- declaró Shu Mei respondiéndole. Micashi miró con interés al sujeto.- Derrota a Hiragizawa... y te daré toda la gloria y el control total de las armadas...
Micashi se puso de pie comprendiendo y absorbiendo el significado de aquel premio si derrotaba a Eriol. Confiaba en efecto que Eriol era un Caballero primero y un hechicero después; lo había demostrado en todos aquellos meses bajo su servicio.
-Si lo derroto...- declaró Micashi sonriendo con satisfacción.- Quiero a Lady Tomoyo...
Shu Mei asintió complacido ante su petición. Una vez mas, presentó sus respetos y se marchó del lugar.
-Es tal cual recuerdo su antepasado-dijo Shu Mei.- Fiel, mortífero y ambicioso...
-¿Le darás todo lo que dijiste?- preguntó Loto algo reacia.- ¿Acaso no me darás a mi lo que quiero?- preguntó como una chiquilla malcriada y consentida. Hizo por ultimo un puchero buscando convencer con aquella mirada, a su padre.
Shu Mei rió ante ella para decirle.- ¡¡acaso querías a los soldados!!
-Si. - declaró confiada- Quería el control de los soldados...
-¡¡Mi niña!! Conmigo en el trono, tendrás el control si quieres del mundo.- haciéndole sonreír. - Destruye a la dueña de las Cartas y a sus asociados...- viéndole asentir.- Y te daré el mundo... ¡¡Es la hora de un nuevo despertar!!
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era muy tarde ya. No se encontraba en alguna manera en condiciones de dormir. Dejó a Sakura a su lado por fin dormida y sonrió al tomar sus zapatos y dirigirse al exterior de la habitación.
Los ultimos días habían sido de tensión para todos. Pero lo necesitaba a él. Despertó de sus sueños, pensando en él precisamente.
Nunca había tenido una persona en su vida que pudiera considerarlo como familia. Siempre había sido criada en entero conocimiento que, no habían personas que pudiera llamar "mamá" "papá" o "hermano o hermana" ahora, por primera vez, quería ver el mañana.
Tocó la puerta y no hubo respuesta inmediata. Tocó por segunda vez y ahí escuchó movimiento en la habitación. Se encontró cara a cara con Fujitaka Kinomoto.- ¿Itzume? ¿Qué pasa? ¿ocurre algo?
La joven se abochornó grandemente. Dijo en un susurro y no mirándole a los ojos (y roja sus mejillas) –busco a Touya...
-Está dormido...- declaró en un murmullo. Ella asintió apenadísima. ¡Que pesará en esos momentos el padre de Touya!- yo estaba trabajando con los mapas...- mirándole con dulzura.- le dolía la cabeza... – ingresando y tomando unos mapas en sus manos. Kinomoto padre comprendió inmediatamente lo que se jugaba entre su hijo y la muchacha. Lo había notado días antes. Ella no era una niña y su hijo, ningún muchacho.
Y para la misión que todos tenían, su tiempo juntos estaba contado.
-Tengo que irme ... se me olvidó que, tenía algo que hacer...- Itzume asintió apenada. Ciertamente, no era la primera vez que Fujitaka hacía eso, sin siquiera preguntar nada. Agradecía en silencio su comprensión. Salió pasando por su lado y declaró.- Asegúrate de cerrar la puerta con seguro...- sonriéndole sutilmente y marchándose por el pasillo.
La muchacha lo vio marcharse por el pasillo y miró al interior. Efectivamente, Touya estaba en su catre echado y solo veía su cabello pues estaba volteado a lado contrario a la puerta y a la luz donde su padre trabajaba con los mapas.
Fue a su lecho sin hesitar y sentándose a su lado, acarició sus cabellos. Él se despertó a su contacto y medio dormido, se enderezó. Itzume sonrió sutilmente.
¡Que adorable se veía medio dormido y con sus cabellos revueltos!
-¿qué pasa? –preguntó incorporándose medio preocupado.- ocurre algo malo...- ella le retuvo con sus manos.
-nada malo pasa-declaró calmándole.- ¿Cuánto tiene que pasar algo para que venga a visitarte?
Miró detrás: su padre no estaba. El seguro de la habitación echado y la mujer que mas amaba en su vida, estaba frente a él.
Efectivamente, no necesitaría mas nada esa noche.
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Sakura gritó al despertar de aquella pesadilla. Notó a su alrededor que, nadie a diferencia de ella, había despertado o eso pensaba en un principio.
Pasando sus manos por su frente, notó el sudor frío que corría por ella. Era un sueño terrible. Demasiado horrible y nunca lo había tenido. Nunca... ¿por qué venía a ella ahora?
¿Qué significaba? Ver muerte... tanta muerte... un hombre morir en manos de otro.
Sacudió su cabeza notando que, la cama de Itzume estaba vacía. Miró al otro lado, esperando ver a Tomoyo allí, notando un escritorio en su lugar.
Se entristeció. Después escuchó los ronquidos y murmullos de Kero y sonrió. Kero peleaba en sus sueños con alguien. Escuchaba toma esto. Que esto te enseñe, tonto de pacotilla pero su mirada se entristeció al pensar que, Tomoyo estaba en peligro. En manos de aquella criatura de la que escuchó horribles cosas que ocurrieron en sus manos. ¿cómo alguien con vida podía cometer tales atrocidades?
Se puso de pie y saliendo de aquel lugar, encontró a un par de personas en el pasillo haciendo vigilia.
Pensó un instante ir a donde su hermano. Pero lo pensó mejor: Touya a lo mas seguro, se burlaría de ella. Siguió caminando encontrándose con mas personas que, les acompañaban en el convoy. Muchos de ellos, le señalaban a su paso. Nada cambiaba en su condición desde su salida de la guarida de los Hermanos de la Luna.
Pensando en ellos, se encontró a Kiddy quien salía en esos momentos. - Hola Kiddy.- notándole algo pálida dijo.- ¿Qué pasa? ¿estás enferma?
-Hola Sakura.- declaró la chica mientras se ajustaba su abrigo a su cuerpo. -¿Cómo estás? ¿no puedes dormir?
Sakura negó con su cabeza y preguntó.- ¿No te sientes bien?
-No, para nada...- declaró la joven sonriéndole nerviosa.- Es que, he pasado unos días terribles... creo que, tengo un resfrío...
-¿Tienes fiebre?
-No creo...- declaró Kiddy - Pero no como casi nada... se me ha quitado el apetito...
-¿Quieres que llame a mi padre o alguien? - preguntó preocupada.- Debes atenderte...
-Estaré bien para la mañana.- Declaró Kiddy mirando detrás a los otros hombres que les miraban de soslayo.- Tal vez es que, extraño a mi gente...
-Extrañas a Hue... ¿no?
Kiddy sonrió notándose apenada al responder.- Mas que todos... no lo he visto en meses... ¿dónde será que está Sakura?- preguntó ella con rostro melancólico.- es que, el abuelo lo habrá mandado a las confines del mundo... -sacando su propia conclusión.- Todo para no dejarlo a mi lado... o de seguro, Tsubame lo sugirió...
-Sabes que no es cierto.- declaró Sakura- Tsubame te quiere mucho. Como a una hermana...
-Vaya forma de demostrarlo...
-Mi hermano, siempre me anda molestando... lo sabes...
-Algo nos contaste...- y sonriendo aun mas declaró.- tienes razón: Ella me quiere como una hermana. Le quiero mucho también y estoy preocupadísima por ella...- viendo a Sakura asentir y notándole preocupada (a lo mejor por Tomoyo), dijo para hacerle pensar otras cosas.- Oye, por lo que parece, tu hermano tiene algo con Itzume... ¿No?
Sakura caminó y Kiddy se le aproximó y le seguía a la par. - Eso parece... le pregunté su sentir por mi hermano y anda enamorada de él.- respondió con un susurro y sonriendo.- en verdad, se nota que es una buena chica...algo joven...
-Bueno, eso si...- declaró Kiddy y agregó.- Pero se nota que, le interesa mucho...- y riendo aun mas aclaró hablando de Touya.- A cada rato la venía vigilando con guardias y mandando mas soldados para que la protegieran... vaya discusión que tuvieron cuando tomamos este cuartel... ella se arriesgó mucho y él le estuvo peleando como por media hora. Tu padre tuvo que intervenir pero después los vi muy abrazados en el patio detrás. Claro que, no me quedé espiando mas... tu hermano me encuentra...- saliéndole una gota- con ese temperamento que tiene...
Pero Sakura no pensaba en eso. Pensaba en lo que pasaría una vez llegaran a la capital. El plan estaba predispuesto para que, al momento de llegar a las inmediaciones ella y los demás se vieran separados.
Shaoran iría por tierra, mientras ella con los Guardianes irían por los cielos. Le preocupaba aquello. En todo ese tiempo y desde que se conocieron, una sola vez, se vieron separados. Cuando fueron descubiertos por Hue y los soldados les perseguían. Pero no por su voluntad se separó de él.
Pero ahora, mas que nunca había algo de por medio en su relación: Una corona y una responsabilidad. Si derrotaban a Cho y los demás, Shaoran sería Rey. Aunque le aseguró que nada entre ellos cambiaría, ¿Qué ocurría si nada se daba tal cual se había planeado? ¿qué pasaría entonces si ellos, se vieran separados, por los títulos, las circunstancias o la muerte misma? Era obvio que, sacrificaban incluso sus vidas para derrotar al imperio. Para restaurar el antiguo reinado, el que se extendía en los vastos territorios 400 años antes y en donde no habían persecuciones.
Pero ahora, no eran tomados los poblados con sencillez. No. Había muerte. Mas que toda, por los soldados de los puestos de vigilancias y algunos fieles al reinado de Cho. A un reinado de terror y de poder.
Pero ¿Ahora ellos tenían el poder para derrotarles?
En ese instante, nota a alguien que se aproxima al pasillo diciendo.- ¿Aun despiertas?
-¡Papá!- dijo Sakura interrumpiendo sus pensamientos y Kiddy se aproximó igual que ella.- nosotras no podíamos dormir, pero ¿Cuál es tu excusa?
-Recuerda Sakura que, tengo que coordinar la marcha de mañana... en cuestión ya de días estaremos en el palacio en la capital...
-¿Cómo van los reportes de avanzada? - preguntó Kiddy muy interesada. Después de todo, era una guerrera primero y después, una chica.
-Van bien... a cada momento, un poblado mas cae en poder de los aliados...
-Pero ¿no crees que, han permanecido muy tranquilos en la capital?- preguntó la menor Kinomoto.- Es decir, no han hecho nada para impedirlo...
- a esta altura, deberían de estar rodeándonos... -completó Kiddy.
-Lo que pasa es que, no es sorpresa que nos dirigimos a ellos.- escucharon la voz de Hiragizawa quien se aproximaba al punto donde estaban reunidos.- Saben que vamos a la Capital...
-¿Guardan sus reservas? preguntó Kiddy.
-Para de seguro atacar cuando entremos...- declaró Eriol con seriedad- Los que vayan en tierra, tendremos la labor mas difícil...- notando a Kiddy y su palidez declaró.- ¿Se siente bien?
-Si, solo estoy algo enferma, es todo...
-Tal vez entonces, debería reconsiderar el acompañarnos a la Capital...- dijo Eriol preocupado pero ella negó con su cabeza.
-no. Vine aquí a presentarles mi apoyo y eso hago...-sonriendo confiada agregó.- para mañana, estaré como nueva...
Eriol asintió y dirigiéndose a Sakura dijo.- ¿Está todo bien?
-Si, - no convenciéndolo del todo. Fujitaka también notó que su hija, estaba algo preocupada.
-Creo que, no hemos tenido oportunidad de hablar querida Sakura...- dijo Eriol atrayendo su mirada esmeralda a sus ojos añiles.- Creo que, es el momento de hacerlo ¿no?
-Creo que debemos coordinar un poco mas a los aliados...- dijo Fujitaka con el propósito de dejarlos solos y agregó.- ¿Quiere ayudarme?- dirigiéndose a Kiddy.
-¿A mi? ¿me pide ayuda?- confirmó sorprendida la joven.
Asintió con una sonrisa para decirle.- Así es. Noto su gran capacidad en combate y en estrategia... nos sería muy útil escuchar su punto de vista...
Kiddy se sentía como si fuera su cumpleaños y estuviera delante de montones de regalos: al fin alguien además de Hue, se daba cuenta de sus capacidades.
-¡¡SI!! ¡Claro!! Yo encantada- respondió la chica. Fujitaka le mostraba el camino a la sala de juntas.
-Pues vamos...- dijo sonriendo.- Sakura...- dirigiéndose a su hija.- Estaré esta noche en la sala de guerra por si quieres hablar...
-¿Eh? - preguntó la chica algo confundida.- ¿No irás a dormir? Pensé que, compartías tu habitación con Touya...
Una gota resbaló por la cabeza de su progenitor cuando le respondió.- Eh... si. Pero tu hermano está ocupado ahora mismo y pasaré la noche en un catre que hay en el salón...
Viéndole marcharse miró a Eriol aun sin comprender. Pero Eriol sonreía sutilmente pensando en con que (o mejor dicho quien), estaría ocupado el hermano de la elegida.
Al fin y quedándose a solas, Eriol inició diciendo.- no va a ser fácil para ti... para ninguno de nosotros...- comenzó a pasear por los pasillos.- Y creo que, para la vida que llevabas un año atrás, debes de estar aturdida por todo esto... lamento mucho que, haya caído la responsabilidad en ti. El mago Clow, no previno que sería una mujer la dueña de las cartas...
-No. Me encanta ser la dueña: quiero mucho a Kero. Y Yue, es algo reacio pero creo que, le importo y adoro a Yukito. Es una persona invaluable para mi. Los tres lo son.- declaró ella sonriéndole.- Al principio, me quejaba de que, era una persona normal que no podía llevar tanta responsabilidad. Después, me quejaba de que, siendo mujer, fuera capaz de ser todo aquello que el mago Clow querría de la dueña de sus cartas... ahora, no daría mi destino, por todo el oro del mundo...
Eriol sonrió con orgullo inminente declarando.- Así me gusta. Las cartas querida Sakura, no son simplemente cartas: Son criaturas mágicas que viven dentro de un sello y un propósito en particular; aquellas cartas, Clow las creó con una formula que se encuentra perdida. - y entristeciéndose pensando en su amada Tomoyo aclaró.- Incluso, mi querida Tomoyo descubrió esto: Que la creación de cartas es un arte perdido que no puede ser enseñado... mas bien, debe de salir de cada uno de nosotros...
Pensando en su querida prima, comentó-Tomoyo... no quiero pensar que algo malo le haya pasado...
Eriol miró al suelo. Observaba el pisar de sus zapatos mientras pensaba en sus momentos con la joven de mirada azulada. Si algo le pasaba...
-¿Crees que, podamos triunfar?
Eriol fue atraído de lo mas profundo de su memoria con aquella pregunta. Miró a su lado a la joven de ojos verdes diciéndole después de un momento.- ¿Tu crees que no?
-Creo que podemos triunfar, Eriol- haciéndole sonreír.- aunque, creo que, muchos perderán sus vidas... - pensando en los días que tomando puestos de vigilancia, soldados morían por su afán de no darse por vencidos.
-Una vez, Cho sea derrotado, los soldados no pelearán mas... ten fe.
-La tengo... créeme... pero es que, - llevando sus manos a su pecho.- No quiero perder a mi padre, o a mi hermano, o a Shaoran o Tomoyo; a Kiddy o a Tsubame o a ti...- declaró atrayendo la mirada añil.- Son importantes todos... son mi familia.
Eriol la tomó por los hombros sorprendiéndole y declaró a continuación- Shu Mei y su poder se concentra en oscuridad Sakura. Oscuridad, que solo puede vencerse con la Luz. Pensé en un principio, que el elegido tenía la responsabilidad de luchar solo, a pesar que tenía las armas, los instrumentos y el poder para ayudar, pero aun así, prefería mantenerme al margen. Pero cuando comenzaste a hacer la diferencia, noté que, no era cosa de dejarte hacerlo solo: Era responsabilidad de todos... Tienes un poder sorprendente; una magia que proviene de lo mas profundo de tu ser y este poder, te conducirá a la victoria...
Sakura escuchó aquellas palabras que la llenaron de confianza y calidez en su corazón. Pensó en todo lo que se ganaría si se tenía éxito: los días no serían tan amargos. Los caminos no estarían manchados de sangres de inocentes y por fin se vería a lo máximo la verdad en todas partes. La maldición que supuestamente Clow arrojó al mundo 400 años antes, sería levantada. Pero parecía que, Eriol se imaginaba lo que la chica pensaba, pues le atrajo de esos pensamientos cuando habló.- No fue una maldición...- sorprendiéndole ¿Acaso Clow sabía leer mentes? - ... la que Clow dejó en el mundo. Era que, el balance fue perdido Sakura: la magia blanca fue tratada de exterminarse del mundo... era notable que el mundo perdiera su balance. Además, la medicina era considerada como brujería... muchos debían de morir. Y Cho y sus terratenientes, se apoderaron de las propiedades de los demás, siguiendo el autoritarismo y el abuso, sobre la humanidad y la humildad. Es notable que, se volviera un mundo, oscuro, interesado y vacío. Cho y su gente, ocasionaron lo que se vive ahora. Cosa que con el tiempo (no te digo que, inmediatamente), pueda ser enmendada.
-¿Qué pasará con las almas de aquellas que están atrapadas dentro de la criatura?-preguntó Sakura. Conocía la historia como su padre le había contado.
-Supongo según he hablado con Itzume y lo ocurrido hace un tiempo ya en el palacio de los Li, creo que adquirirían el descanso eterno...
Sakura guardó silencio un instante y Eriol le observaba fijamente. Finalmente y después de un largo suspiro- Eriol: Te prometo que, salvaremos a Tomoyo y destruiremos el Imperio de Cho y por supuesto, derrotaremos a Shu Mei...
-No tengo duda de ello Sakura- sonrió Hiragizawa ante la decisión de la joven.
-Pero... si algo me pasa...- Eriol iba a discutir y ella le calló.- Por favor escúchame: Si algo me pasa, trata de prevenir que Shaoran se culpe. Tampoco mi hermano o mi padre. - mirándole con intensidad- los quiero a cada uno de ellos...
-Sakura...
-Es posible que, alguno de nosotros no lo logremos.- sonrió ella algo irónico.- se que mi padre y Touya sobrevivirán. Yue protegerá a Tomoyo... ya le he dado instrucciones y se que, sin decirle, protegerá a mi hermano y a mi padre. Kero, puedo contar con él siempre... pero Shaoran... no quisiera que... - dudando decírselo con sus propias palabras. - Shaoran aun no quiere que vaya sola a enfrentar a Shu Mei. Se culpa de no ayudarme porque tiene que vencer a Cho. Pero... dile que no tiene que culparse. Que siempre estaré en su corazón...
Eriol asintió en silencio pero ninguno de ellos se percató que el joven príncipe, los había escuchado de cerca y claro. Apretando sus puños y frunciendo su rostro.
--Sakura...- dijo este en un susurro.- "no fallaré... te lo prometo"
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Itzume despertó con inquietud. Su sueño... el sueño que por un tiempo abatió su mente, ahora era diferente. Menos inquietante para ella, pero sueño premonitorio al fin y al cabo. Pero sueño que, si Touya presintiera que Itzume tenía, se atrevía a encerrarla en un armario hasta que acabase la rebelión.
-"no puedo quedarme sentada sin hacer nada" pensando en la opción de contarle de aquel sueño. Lo recordaba en ese instante como su pasado, como Itziar (o quien ella fuera en un pasado), le extendiera la mano y le dijera que su misión estaba cumplida en este mundo. Que era hora de marcharse.
Pero notaba detrás a Touya. Touya abrazado a algo en el suelo blanco y que reflejaba con pulcritud su figura arrodillada. No entendía pero tenía la impresión de que había estado allí antes. no entendía lo que le decía, pero imploraba prácticamente.
Miró a su lado el rostro apaciguado del joven y recorrió su silueta con un dedo y sonriendo sutilmente.
No había conocido en sus dos vidas amor mas intenso que en los momentos que estaba con él. Agradecía a Sensei Kinomoto que comprendía su necesidad de estar al lado de su hijo en esos momentos en donde su vida, estaba contada por los días que, restaban hasta su encuentro con Loto; conocía el significado de aquel sueño a la perfección:
Tenía que Morir.
Aunque no había necesidad de expresárselo a Fujitaka con palabras. Él entendía el enorme sacrificio que les estaba impuesto a Itzume y a todos los demás, pero mas a ella, pues sabía y había notado que Loto era un reto en verdad. Pero ¿se habría ofrecido si era dudosa su victoria?
La derrotaría era seguro. Aseguraría un futuro para venideras generaciones, pero con un precio: todo en esta vida tiene su precio.
Besó la mejilla de Touya acurrucándose nuevamente a su lado y olvidándose de los sueños para concentrarse en su realidad: lo feliz, amada y protegida que le hacía sentir; aunque sus momentos, estuvieran contados por el destino. Pasó su mano por su torso y él se movió un instante, rodeándole amorosamente y sin percatarse, abrazándole con tibieza, delicadeza, ternura y sencillez.
Itzume volvió a quedar dormida dentro de aquellos sentimientos, olvidándose de todo lo demás.¿Pero acaso llegaría a decirle lo que Touya impacientemente le ruega escuchar de ella?
No sabía si aquel momento se vería venir. Al menos, pensaba ella, no en esta vida.
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Miroku y Hiragizawa, observaban colina arriba como estaba la capital desde aquella distancia: para ser día de mercado, estaba pacifica. No se veían carruajes con mercaderes ni nada parecido. A las distancias, se veían una especie de neblina grisáceo que provenía de las partes mas densas de montañas.
-Por lo que parece no toman medidas- dijo Miroku observando a la distancia.- No parecen preocupados...
-Esto me inquieta- declaró Eriol notando la tranquilidad extrema del lugar.- deberían haber soldados resguardando... supongo que, saben que sus puestos, están siendo tomados...
-Pero no han hecho nada...- declaró Miroku.
Eriol frunció mas su rostro notado por Miroku. Ante su rostro de inquietud, el joven de mirada azulada aclaró.- Cho es muy receloso con sus territorios... me sorprende que, no haya mandando soldados para proteger sus propiedades... pareciera que, espera que le tomemos pueblo por pueblo...
Su caballo relinchó inquieto. Eriol acarició su torso con lentitud.
-¿Acaso lee algo mas?- preguntó Miroku. Eriol cerró sus ojos para abrirlos nuevamente.
Negó con su cabeza diciendo.- No son buenas noticias... hay un poder que se levanta. Mas poderoso de lo que contábamos...
Miroku miró a la distancia donde estaba el palacio y declaró.- Avisaré a los demás que se mantengan alerta.- Volteando su corcel para dirigirse al extremo opuesto de donde estaban Sakura y los demás.- Les deseo buena suerte...
Eriol asintió notando a un kilómetro mas o menos, parte de los Aliados que cabalgarían y tomarían la capital con mucha suerte, por el lado oeste.
Eriol avanzó detrás dejando la colina a sus espaldas para dirigirse a la comarca que estaba mas abajo. Una vez llegó allí, las palabras que salieron de sus labios, selló los puestos en aquella batalla de todos. Kero, Yue, Sakura, Spinel Sun, Shaoran, Nakuru, Tao Makoto y los demás, escucharon como la reencarnación de Clow declaró.- Es hora... estamos a una hora mas o menos de la Capital.
Shaoran miró a Sakura y viceversa. Esta le miró con ternura acercándose (y no importando las miradas de Touya).- ya escuchaste...-dijo la joven elegida.- Es hora.- sonriendo nerviosa. Este solo se percató cuando la rodeaba con sus brazos.
-no digas nada por favor. -declaró tomando su rostro luego entre sus manos diciéndole - Volveremos a estar juntos...-sonrió confiado.- prométeme que no te darás a las circunstancias y volveremos... volveremos a estar juntos...
Sakura sonrió pero no respondiéndole. Shaoran lo Sabía: Ella no respondería a algo que no estuviera segura...
-Tienen la misión de protegerla en todo momento-dijo Eriol seriamente a sus guardianes.- Shaoran y yo trataremos de llegar lo mas pronto que podamos a auxiliarles...
-Amo ¿Y si algo le pasa? ¿si está usted en peligro???- preguntaba Spinel.
-Esperemos que no lleguemos a eso -declaró Eriol- Además, tengo mis aliadas- mostrando el mazo de cartas de dorado y negro.- Adelante... confío en ambos.
Spinel asintió y también Ruby Moon.
-Spinel: Sabes tu misión. Si llegas primero que yo a encontrarla...- dijo Eriol seriamente.- Sácala de allí.
Por supuesto, hablaba de Tomoyo. Spinel asintió con confianza y su amo acarició su cabeza no evitando sonreírle.
Ruby Moon observó atrás a Tao Makoto mirándole rencoroso (mientras estaba montado sobre su caballo) y ella se acercó tímidamente. Incluso tomó su caballo por las riendas atrayendo la mirada del hombre y esta sonrió diciéndole.- Triunfarás... eres valiente.- declaró ella nerviosa- A los valientes, nunca nos pasa nada...
-Si te arriesgas de mas y algo te pasa...- dijo Tao Makoto tomando las riendas de su corcel de su alcance y mirándole desafiadoramente - Jamás te lo perdonaré...- dándole a su corcel para que avanzara y dejando a Ruby Moon mas confundida aun.
¿Obedecería a su amo en proteger a Tomoyo a toda costa o a su corazón en cumplir aquello que Tao le pedía?
¡no sabía a quien escuchar!
Spinel se percató de todo lo ocurrido.
-Li- Dijo Eriol atrayendo la mirada de Sakura y Shaoran quienes se abrazaban. Li se notaba compungido.- Es hora...- mostrándole el caballo del sujeto amarrado atrás.
-Si- dijo Shaoran notándose que era la decisión mas difícil que tomaba en su vida. No quería separarse de Sakura. Lo que escuchó de la conversación entre esta y Eriol, le hacían entender que tal vez, Sakura no haría hasta lo imposible por salvarse.
Y aquello lo volvía loco.
Llevó sus manos a su rostro notándose que en verdad, era lo mas dificultoso con lo que se había encontrado en su vida.
-Te amo...- dijo Sakura atrayendo su mirada.
Shaoran sonrió confiado y llenando de calidez su corazón al decir.- Te amo igual Sakura...- la joven sonrió.
-¡maldición!- dijo Touya gruñendo ante aquella melosa expresión (Según él) de afecto.- veré como me encargo de esos dos cuando terminemos...
Itzume sonrió sutilmente ante aquello. ¡¡le daba risa quien era que estaba en contra de la "Expresión abierta de sentimientos"!!
Finalmente, Sakura le dio un beso en la mejilla, marchándose donde los guardianes le esperaban.
Touya e Itzume observaron toda la escena.
-Mantente detrás de mi todo el tiempo- decía Kinomoto seriamente y sin mirarle a los ojos.- Si ves que estás en aprietos, hazme una señal y te ayudaré.
-Cálmate Touya...- sonrió Itzume halagada ante las indicaciones. - Mejor concéntrate en ti y cuídate mucho...
-No bromeo.- declaró de mala gana Kinomoto.- Si algo te pasa... ¡juro que te buscaré en tu otra vida y te lo haré pagar!
Itzume notó aquella amenaza como venía mezclada con aquel amor que le profetizaba y aquella preocupación por alguien amado.
-Touya: por favor...- dijo ella desde su corcel.-no.- Dijo ante aquella promesa de Kinomoto.- No me digas eso... no quiero en mi otra vida, tenerte como enemigo... y nunca digas eso.- recordando su sueño.- Estaremos bien...- mintió para calmarle.- pronto...
Eriol dio la señal en la cual, Sakura invocó a su Vuelo y con alas en su torso y espada en mano, se alzó seguida por sus guardianes. Yue desde arriba miró un instante a Touya y este asintió con la cabeza, Pronto y ante las miradas de los presentes, se dirigían por los cielos, la elegida y los guardianes.
-Ha llegado nuestro turno- dijo Eriol seriamente a los demás. - Miroku fue a darle aviso a Kinomoto.- hablando del padre de Sakura.- Y nos alcanzará...- escuchando en la distancia el trote de corceles.- terminaremos antes que nos demos cuenta...- mirando un instante a Itzume y esta asintiendo con el rostro fruncido.
-------------- Los Ríos...
El alboroto de la calle, no cesó en el amanecer. En ese momento, los sirvientes de la casa de Sonomi, se habían marchado a sus casas, por el temor de que la ciudad fuese tomada como muchos otros pueblos. Por lo que parecía, la ciudad estaba siendo tomada sin el mas gran interés de palacio. Muchos de los grandes señores de los Ríos comenzaban a notar que, el Rey parecía no importarle lo que ocurrían con sus comarcas y demás territorios.
Sonomi estaba inquieta, preocupada y sobre todo, se notaba que la falta de su hija le afectaba de manera física: unas grandes ojeras cubrían su delicado rostro. No estaba como siempre, bien arreglada y conservadora. Ahora mismo, usaba un sencillo vestido campestre y no tenía su pelo como siempre arreglado.
Su mirada estaba sobre el piano de su hija. El lugar, estaba en sombras. Las ventanas estaban tapiadas con maderos para que no fuera atacada durante las peleas en las calles. Fue una de sus ultimas indicaciones a sus sirvientes antes de estos marcharse.
Ellos insistieron que no se quedara sola; que fuera con ellos, pero Sonomi se explicaba que su hija, tarde o temprano volvería a ella. Aun se aferraba a que, Tomoyo aparecería en un momento a otro.Tocó dos teclas escuchando sus tonadas. Entonces su atención fue a la puerta, que escuchó que tocaba alguien.
Estaba sola en la casa y la zona de los Ríos estaba siendo tomadas por personas muy violentas ¿Quién tocaba en esos momentos a su puerta? Nadie que ella conocía se arriesgaría tanto, al menos que fuera...
-¡Tomoyo!- exclamó ella, corriendo a abrirle a quien pensaba era su hija. Incluso, el deseo era tal que unas lagrimas escapaban de sus ojos. Pero al abrir la puerta chocó con la realidad.
-¿Señora Sonomi?- dijo una mujer de ojos cafés observándole, llevando una nota apretada en su mano. Ella iba acompañada de varios hombres mientras portaba un abrigo sobre si que le cubría hasta la cabeza. El humo de distintas partes de los Ríos le lastimaban los ojos y las narices.
Sonomi miró con desprecio y confusión a quienes acompañaban a la mujer. Eran hombres portando arcos, flechas y espadas. Dos de ellos, estaban lastimados en sus manos y brazos pues tenían cortadas que aun no cicatrizaban.
Soldados no eran. Lo que mas preocupaba a Sonomi era que, le fueran a saquear su hogar... o peor aun: matarla sin ver a su hija por ultima vez.
Kaho notó la preocupación en su mirada y su observación atenta a los hombres.
-Soy amiga de Eriol Hiragizawa...- dijo atrayendo la mirada sorprendida de Sonomi.
-¡Eriol! ¿qué le pasa? ¿se encuentra bien? ¿acaso ha dado con mi Tomoyo?- imploraba por información.
Kaho negaba con su cabeza y declaró.- La ciudad está siendo tomada por los Aliados...- dijo seriamente.- Me solicitó por un comunicado que, la lleve a mi casa...- sonriéndole amablemente.- estará a salvo allá...
-E... ¿Eriol... le pidió eso?- preguntaba sorprendida.
Kaho asintió declarando.- Puede llevar a primera instancia pocas cosas, las valiosas si lo prefiere... pero tenemos que irnos, ahora...-señalando detrás donde estaban los hombres agregó.- Estos caballeros nos llevarán a mi casa...
Sonomi le dio un segundo vistazo a quienes Kaho describía como "Caballeros"; ciertamente su porte en esos momentos y vestimentas, contradecía su concepto de caballeros. - lo único que tengo valioso, es mi hija... - mirándole con los ojos llenos de lagrimas.- y eso, ni tengo...
-Son buenas personas...- declaró Kaho para convencerla. - no le lastimarán...
-Entonces ¿has tenido noticias de Eriol?- preguntaba Sonomi esperanzada por noticias de aun conocido, pues no podía olvidar de su sobrina la pequeña Sakura, sí Nadeshiko supiera ¡Dios no podía con la incertidumbre! Kaho asintió mostrándole la carta- Pero... ¿Ha sabido algo de Tomoyo? Su prima, vino aquí mucho tiempo atrás... diciendo que, ella escapó de los soldados.- no evitando que mas lagrimas escaparan de sus ojos.- Pero es imposible escapar ¿no?
-Para algunos sí. Otros, no... confíe en Eriol...- sujetándole una de sus manos.- él sabe lo que hace...
-pero mi hija...
diciéndole para tranquilizarle -Me escribió para decirle cuando este momento llegara, que no se preocupara... para estos instantes, no dudo que estén juntos...- haciendo que Sonomi se calmara un poco.- confíe en él... ama a Tomoyo...
-Pero... no comprendo... ¿Acaso esa carta no es reciente?- señalando el papel.
-No. Es de un mes atrás... quizá mas... hace apenas dos días me llegó pero con las vigilancias que hay en los puntos de inspección, el mensajero tardó mas en llegar a entregármela... -y persistiendo agregó.- Por favor: Si nos vamos, tiene que ser ahora...- señalando el coche atrás de ella.
Sonomí asintió yendo al interior de su casa. Unos minutos después, salía con un chal sobre sus hombros, una maletita pequeña y un pequeño joyero en su otra mano.
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------------ En otra parte....
La casa, llena de voces alegres y jovencitas mientras preparaban parecía pasteles para vender en el pueblo, era lo único que interrumpía el silencio de la humilde morada.
De pronto la risa de Naoko se escuchó en el aparador, donde dos hombres conversaban con afabilidad. Al lado de la puerta, se notaban dos espadas que estaban asentadas contra la pared.
Esa zona no era menos para lo que estaba ocurriendo en el imperio en los últimos días. Por los mercaderes y demás además de la activa participación de Terada con los aliados, estaban al tanto de la movilización de aquel grupo tomando los puntos de vigilancia y las casas de soldados y gobernadores que controlaban las distintas zonas pertenecientes a la dinastía Cho.
-Es la primera vez desde que la conozco, que la escucho tan feliz- dijo Terada no evitando sonreír. – Es increíble, incluso que, estuvo a punto de morir...
-pero no fue así...- dijo el hombre que le acompañaba.
-gracias a ustedes y su amigo...
Daijoro sonrió a su felicidad. La verdad que él mismo se encontraba contento ante la presencia de las jóvenes en su casa. Su visita se había postergado y ahora no se imaginaba su hogar sin la presencia de tan agradables y educadas jóvenes. Pero sabía por igual que, en algún momento los padres de aquellas niñas, vendrían por ellas. Aunque para la historia de aquellas doncellas, de seguro sus progenitores pensarían que estarían muertas.
Todo por aquel fatídico día que aquella criatura entró con soldados a Marmolite y se deshizo de todas.-Nos iremos tan pronto sepa que estamos a salvo- dijo Terada trayendo sus pensamientos a la realidad.- No quiero que, ellas corran peligro y ciertamente, lo harían si soy buscado por la ley...
-Nadie debe de saber de tu trabajo en Marmolite...
Terada lo observó para responderle.- No estamos cien por ciento seguros... además, mi colaboración con el señor Mischio en la cruzada, pondría en riesgo la vida de las niñas...- en esos momentos tres de las jóvenes cruzan a toda prisa por en medio de ellos, sobresaltándoles pero solo escuchaban las risas de ellas. Atrás, Kagome avanzaba con aire abatido y lleno su rostro de harina.
-¡Pero mujer: mira nada mas!- señalándole con cierta risa.
-Así estuvieras tu también...- miró con enfado a su esposo.- Te quedas ahí, sentadote y rezagado mientras somos nosotras que hacemos los pasteles...
-fue idea de ustedes, ponerse a negociar ahora con pasteles.- Dijo Daijoro aun riendo ante la condición de su mujer y notándose en esta un sonrojo que sobresalía incluso con tanta harina en su cara. – y según recuerdo, nos dijiste que no querías vernos ni de broma en la cocina.
-¡De alguna parte hay que conseguir dinero!- dijo Naoko atrayendo las miradas de los hombres.- Además, aun esperamos respuesta de Chiharu y nuestros padres...
-Los pasteles están en el horno- dijo Rika apareciendo de la cocina y limpiándose las manos.- hay que darles treinta minutos...- saliendo por la puerta de enfrente. Naoko se quedó mirándole por donde se fue.
-¿Aun sigue triste?- preguntó Daijoro seriamente a Naoko. Esta se sentía apenada y entristecida por su amiga.
Y es que, en los últimos meses, Rika había enviado mensaje tras mensaje con los contactos de Daijoro y Mischio a los Ríos para sus parientes; había enviado mensajes a su tía en la misma ciudad de los Ríos. A donde su abuela en las afueras y a sus padres. Pero hasta esos momentos, no había respuesta alguna.
Pero era notable el sentimiento de Daijoro y su mujer por aquellas niñas. Las cinco niñas, habían entrado a su corazón de una manera distinta y a la vez, maravillosa y les sería muy difícil decirles adiós. Sabían que tres de ellas, habían quedado ya sin parientes cercanos. Sus familias habían muerto en un incendio meses atrás; meses en que aquellas jóvenes, habían superado sus perdidas. Además, tanto Kagome como Daijoro, les hacían sentir tan queridas y les proporcionaban un hogar cálido y sin falta de lo necesario.
-Sin noticias de sus padres, la comprendo.- dijo Naoko notándose triste por su amiga.
-Sin embargo, usted no luce triste...- dijo atrayendo su mirada.
-Mi padre es simpatizante de Cho... es un poderoso hombre en los Ríos...- frunciendo su mirada.- No deseo que le pase nada malo, pero tampoco hizo mucho para salvarme de Marmolite... ¿Sabe? Además, cuando vuelva, regresaré con mi madre o mi abuela...- sonriendo mas animada.- No creo que nada pase hasta ese entonces...
Terada, salió de aquel saloncito.
Kagome observó a la joven como se expresaba y sonrió. Daijoro dijo.- Es como tener a Kinomoto aquí ¿No?
-Me contó su esposa que, Sakura y Tomoyo estuvieron aquí...- dijo Naoko mirándole asentir. - les agradezco que las cuidasen mucho...
-Sakura es una joven muy especial- dijo Daijoro sonriéndole.- no dudo que, sabremos de ella pronto...
-y valiente, no se te olvide- dijo su mujer. Sonriendo aun mas agregó.- ¿Te imaginas si lo que presentimos de ella y Li sea cierto?- atrayendo la mirada de la joven Naoko sobre ellos. - terminaran juntos...
Daijoro sonrió agregando.- ¡Pero si se le notaba algo a Li desde ese entonces!- rió alegre.
-Dijo que iban al Este- dijo Naoko.- ¿a hacer que? ¿Usted lo sabe?
-Solo que necesitaban llegar a la casa Li- dijo Kagome sonriéndole amablemente.
-Pero... ¡Mischio mencionó ese nombre noches atrás!
-La casa Li en el Este, después de la montaña, es que dirige la conquista de los puntos... no dudo que, esto acabe pronto...
Pero Naoko pensaba en lo confuso que estaba todo aquello.
------------ en el exterior....
-Una moneda por tus pensamientos.- dijo la voz masculina detrás de la jovencita. Ella no se molestó en voltearse. Miraba lo poco que quedaba del invierno en el paisaje: las montañas mas allá aun con nieve en su ascensión y los árboles recuperando su verde y notándose ya en el paisaje muchas flores.
-Sensei Terada- dijo la abochornada chica a modo de saludo. Mientras se mantuvo mirando el horizonte.
-Ellos... están bien.- dijo él a modo de iniciar conversación.
-¿Quiénes?- preguntó ella sonando acongojada. Parecía que, hasta momentos antes, lloraba.
-Pues tus padres- dijo como lo mas obvio.
Ella le miró interrogante. Se notaban sus ojos rojos y sus mejillas pálidas. - No lloro por mis padres...- dijo ella negando con su cabeza.- no por ellos... lloro por mi...
-¿Por ti dices?
-Si- dijo ella a medida que asentía con su cabeza.- por mi... por mi debilidad...
-¡no eres débil!- discutió.
-Claro que si. Estoy aquí en este hermoso lugar, a salvo, sin nadie que me lastime... con amigos. Con Naoko y estamos vivas y sin embargo...- hipando.- sin embargo....- derrotándose a llorar.
Pero se detuvo un instante de llorar cuando sintió unos tibios brazos que le rodeaban confortándole. El apoyaba su cabeza sobre la de ella y le pedía que no llorara. Esto puso a la joven azorada en cuestión de segundos, pero detuvo su llanto.-Eres alguien valiente...- dijo Terada.- no te negaste una sola vez y en ningún momento vi duda cuando abandonamos Marmolite... eso es ser valiente... una dama como tu, acostumbrada siempre a lo mejor, no se ha quejado una sola vez...
-Es mas de lo que merezco.- dijo ella.
-Es muy poco a lo que mereces...
-Siempre lo tuve todo de niña... todo, excepto la atención de mi padre... mi padre siempre vivía metido en los asuntos de política, leyes y dinero; siempre para donde Cho a la capital. - dudando. Notaba que estaba aferrada a él. Era un sentimiento de cercanía que notó desde un principio entre ellos, a pesar que poco hablaban o poco se acercaba a él. Pero aquel hombre, le salvó la vida en dos ocasiones: Una al sacarla del castillo y otra, cuando enfermó su mejor amiga Naoko, jugó el todo por el todo por salvarle..- He tenido aquí mas cariño y estima que en toda mi niñez con mi padre... - mirándole con los ojos llenos de lagrimas.- Usted se preocupa por mi tanto... ¿por qué?
-¿por qué no?
Ella sonrió ante aquella respuesta y colocó su cabeza nuevamente en su pecho. Se sentía en las nubes; notaba como su rostro ardía pero no le importaba. Ya nada importaba.
-Siempre te protegeré... no te preocupes... nadie te hará daño nunca...- dijo Terada en un susurro.
-Le quiero mucho...- dijo ella tartamudeando. Él besó sutilmente su mejilla sonrojada.
Pero el galopar de un caballo que se aproximaba a gran velocidad, hizo que se separaran un poco.- Es el señor Mischio - dijo Rika observando al sujeto que bajo a gran velocidad del caballo. Terada notó entonces la humareda que subía mas allá de la colina. Parecía venir del pueblo.
-Ha llegado la hora.- dijo Mischio falto de aire. Ahí notaron unos bultos amarrados en el corcel.- Los Aliados han tomado la ciudad...- ahí salieron los demás habitantes de la humilde vivienda.
-¿Qué te ha pasado en la cara?- preguntó Daijoro notando la fina línea de sangre que salía de su cuero cabelludo.
-un altercado con un soldado que trató de matar a un aliado...- mirando a Terada dijo.- ya falta poco... ya deben de haber llegado los elegidos a la Ciudad...
Nadie allí sabía en verdad la identidad de los elegidos ni que tan cerca estaban de haberlos conocidos.
El secreto se revelaría en su momento.-------------- La capital....
Touya miraba con interés desde la colina a pocos metros de la entrada a los solados empotrados en la muralla. Frunció su mirada porque sabía que, algo pasaba. Algo muy extraño. Siempre habían alrededor de 12 o 15 soldados en toda la muralla. Hasta ese momento, había contado siete.
Muy mínima para lo que se notaba que era una rebelión.
Su caballo se agitó y notó que desde atrás, dos pares de galopares mas que atrajeron su mirada. Ambos jinetes, no descendieron de sus caballos.
-La guardia está demasiado ligera- dijo Tao mirando mas adelante con preocupación.- Los demás están listos... la entrada está pautada para mañana...
-Iré con ustedes- dijo Miroku mirándoles con interés.- No me quedaría en el Este haciendo nada... a sabiendas de lo mucho que está en juego...
-¿estás seguro?- preguntó Makoto al sujeto.- Mira que, no sabemos si regresaremos ... - mirando los muros.- Alguna vez...
-No voy a quedarme sin hacer nada... - dijo Miroku otra vez- No soy cobarde...
-¿Qué pasará con tu esposa?- preguntó Tao.- ¿te despediste de ella?
-le dije "hasta luego" porque estoy decidido a no morirme...- declaró mirándoles.
En ese momento, Yue desciende de los cielos, espantando a los corceles y sorprendiendo a Miroku y a Tao; pero no a Kinomoto.
-Está todo listo...
-¿Sakura?- preguntó Touya mirándole con intensidad.
-Yue señaló los cielos...- mas allá se notaban unos puntos (Casi no visibles para quien intentara ver a distancia).
-Ve allá y dile que baje...- declaró Kinomoto.- Entraremos divididos. Eriol y el príncipe entrarán por un lado de palacio... nosotros por otra entrada... - frunciendo el entrecejo.- mañana... será la hora final...
Yue no asintió pero volvió a ascender para notificárselo a su ama y a los otros guardianes.
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El joven ingresó a la residencia esperando ver con ganas el rostro de su prometida, encontrando solamente la cara de los sirvientes que fieles a él y a su familia, quienes se habían quedado a rendir servicios a pesar que, la Capital era un hervidero de rumores acerca de una rebelión ocurriendo en las poblaciones lejos de allí.
Era la casa de sus padres y antes de ellos, de sus abuelos. El ambiente era muy aristocrático y perteneciente a años en que, sus progenitores y antepasados, se nutrieron por ser dueños de grandes propiedades y campos que producían ganado para venderse al rey.
-Bienvenido señor...- dijo uno de los sirvientes.
-¿Dónde está mi prometida?- preguntó Yamasaki preocupado por la joven.
-En el salón...- declaró el sirviente. Pero antes de que pudiera ir allí, Chiharu salía aturdida del salón con una carta en su mano y rostro perturbado.
-¿Qué te ocurre?- preguntó Yamasaki consternado ante su condición.
-Es de mis padres...- lloró la chica.- un tío mío que era capitán en el puesto de vigilancia cerca de la frontera murió... en mano de los Aliados... dice que, trató de defender su puesto... y ellos...- llorando finalmente.
-Ay Chiharu... te dije que eso pasaría...
-¡Que será de los demás! ¿Qué será de nosotros? ¿ o de mis amigas?
-Todos estaremos bien... nosotros estaremos bien...- abrazándole con ternura.- Calma... -mirando a su sirviente dijo.- Toma dos caballos con provisiones y vete por la entrada norte de la ciudad...- sorprendiendo a Chiharu con ello.- Allá encontrarás a aliados... entrega la comida al encargado de nombre Xian y vete...- el sirviente asentía.
-¿Tu los apoyas?- preguntó con cierta sorpresa, viendo al sirviente marcharse a las cocinas.- ¿apoyas a los aliados? ¿por qué? - decía no comprendiendo su acto.- Ellos matan a personas... son animales...
-no lo son Chiharu- dijo Yamasaki sorprendido ante su conducta.- Son personas... personas que lucha por lo que es correcto.
-Pero si ellos toman el mando, nos matarán a todos los nobles...
-Es lo menos que nos merecemos por tener 400 años haciéndonos de la vista gorda; beneficiándonos del dolor y la falta de otros. Permitiendo a alguien como Cho Akiyashi gobernase...
-¡¿Acaso no me entiendes?!- gritó desesperada.- ¡Nos matarán a todos!!
-¡Cálmate por los dioses! -Gritó Yamasaki ya aturdido; ella le observó sorprendida.- Si no te calmas, no te podré explicar...- llevándosela al salón. - Lamentablemente tu crianza entre capitanes, militares, soldados y demás, te han vuelto ciega...
-¿A eso me trajiste a la capital?- preguntaba ella molesta- ¿A morir?
-No, no ...- dijo Yamasaki negando mientras le ayudaba a sentarse en un sofá.- Te traje porque se lo prometí a Hiragizawa- asombrándole con esto.- recibí un comunicado un tiempo atrás en donde me decía lo que estaba pasando... en realidad, Eriol no ha estado muy de acuerdo con lo que ha estado pasando.- Frunciendo su entrecejo aclaró.- La captura de Tomoyo, tampoco ayudó mucho. - tocándole la mejilla.- ¿no lo entiendes? Por Cho casi te pierdo... no me quiero imaginar lo que hubiera pasado si no digo lo que dije aquel día...
Parecía que Chiharu finalmente lo comprendía. Ellos habían sido los victimarios por tantos años mientras que, personas inocentes fueron las victimas, hasta que la crueldad de su Rey los alcanzó también a ellos.
Asintió en silencio, aceptando finalmente la declaración del sujeto.
Amaneció con chubascos en la capital. El día parecía muerto y las calles estaban en su gran mayoría desoladas. No habían mercaderes comercializando. No habían sirvientes comprando... tampoco carruajes.
La zona parecería desierta.
Y era porque todos sabían lo que pasaba. Lo que ocurría en todas partes.
Pero aquellos que habitaban en palacio, parecían indolentes a lo que ocurría en otras partes. Los soldados en pequeños grupos, patrullaban las calles desiertas sobre sus caballos y a pies.
Un sonido de avanzada a pie y en corceles, atrajo la atención de los soldados en distintos puntos de la ciudad.
Ya los aliados habían ingresado.
En el palacio, no les costó trabajo a los demás entrar. Unos soldados (pocos para los cuanto que eran ellos y sus habilidades, pensaba Touya). Por supuesto que era una trampa, una trampa en la que todos los involucrados corrían apresurados.
-Tendremos que dividirnos- dijo Eriol preocupado por su compañero. Shaoran luchaba con unos soldados que al igual que a Lord Hiragizawa, trataban de llegar a su destino: Donde se sentía el poder oscuro mas grande: Donde Shu Mei, tenía a Tomoyo y a Tsubame.
-¿Izquierda o derecha?- preguntaba el príncipe por encima del ruido y el choque de espadas delante de ellos y los que provenían de otros lugares.
-Tu toma la derecha- dijo Eriol conociéndose los pasillos del palacio en el tiempo que sirvió a Cho Akiyashi.- Yo seguiré a la izquierda- terminando de herir a muerte a un soldado.- Con suerte ambos coincidiremos después en alguna parte... -finalmente quedando ellos.- Sakura, necesita de ti- atrayendo la mirada del joven.- Pero necesito salvar a Tsubame y a Tomoyo...
Li asintió confiado y saludó de la mano a su aliado. No sabían porque pero presentían tal vez por instinto, por el momento o por las circunstancias que posiblemente, era la última vez que se vieran.
Pronto, sus caminos se vieron separados...
Pero un momento que Eriol observó mas adelante como el alto oficial (gracias a un aumento de rango, pues para trabajar con Eriol, fue dado de baja por ser considerado "el mas apto para la labor", ahora lucía un mucho mas alto rango para sus 51 años) y vistiendo su uniforme, le esperaba apoyado en la pared con cierta ironía y presuntuosamente.
No parecía sorprendido al ver a ese jovenzuelo de 19 años portando báculo delante de él.
Después de todo, no era la primera vez que se veían. Ya Eriol, le había hecho una visita que no diríamos "social" pero al cual le pegó tremendo susto.
-Tu amante está aquí...- dijo Micashi aun sin mirarle. Continuaba entretenido mientras se escuchaban los ruidos de combates dentro y fuera de palacio- debiste dejarla ir a Marmolite...- mirándole ahí con ira- ahora me pertenece... o morirá.
Sacó su espada pero Eriol se quedó con su báculo en mano y preguntó.- ¿qué me dio a revelar? - no molestándose a primera vista (físicamente del pronombre usado por Micashi al referirse a Tomoyo).
-Tu ira conmigo aquella tarde... era demasiada la coincidencia. Aunque sus parecidos físicos eran sorprendentes- desenfundando su espada.- ¿Qué eres? ¿hombre o demonio?
-¿Por qué habría de contestarte? Creerás lo que quieras...- dijo tranquilamente la reencarnación de Li Clow.
Micashi rió para decir.- Vamos a ver si eres acaso, caballero.- colocándose en posición de combate.- ¿O en verdad necesitas de artilugios y encantos para defenderte?
Eriol sonrió sarcásticamente, Como usualmente hacía ante una situación que se encontraba confiado o complacido. Su báculo en un agitar de su brazo, se transformó en una magnifica espada con empuñadora en oro y su mismo filo era por igual dorado.
Micashi sonrió con esto para decir.- Estás muerto...
-No...- dijo Eriol sintiéndose ahí toda su furia.- TU primero.- antes de abalanzarse a él y comenzando el duelo.
----------- en otra parte....
Corrían a gran velocidad: Touya Kinomoto iba delante al igual que Miroku y Tao defendiendo el camino de la joven reencarnación de Itziar. Esta mientras, buscaba indicios en su camino de la criatura.
A Touya la idea de que Itzume enfrentara a la criatura mientras estos eliminaban y derrotaban a los seguidores de Cho no le agradaba para nada.
Pero ese había sido el plan: tal como ella le dijo "lo haría con o sin él" él prefería al menos, estar allí que sentarse a esperar que ella y Sakura, intentaran una descabellada idea y perdieran ambas sus vidas en el intento.
Pero Itzume combatía igual (y algunas veces) mejor que el mismo Miroku y Tao (y eso que ambos eran hombres). Era notable los casi tres años de entrenamiento con su padre, Fujitaka.
Pero la pregunta que se hacía Touya en su mente era.-"¿acaso Itzume podría derrotar esa criatura cuando casi mata a la supuesta reencarnación de uno de los magos mas poderosos de todos los tiempos?"
Pero la verdad era que, Sakura tenía el deber mas difícil: imponerse sobre Shu Mei, antes de que este se volviera mas poderoso.
-¡No tenemos tiempo! decía Itzume después de abatir un soldado hasta dejarlo inconsciente.- El tiempo se acaba...- avanzando delante de sus protectores.
-Itzume: espera- dijo Touya avanzando y adelantándose a ella.- Debemos ir todos juntos ¿Recuerdas?
-No es tiempo de esto...- en ese momento ella siente como aquella fuerza le empujaba a caminar. Sabía de quien era. Sabía de quien se trataba. Sabia que la estaba llamando y desafiando.
Era un llamado a ella. Solo a ella. Su mirada se desvió a mas adelante, olvidándose que Touya le reclamaba. Escuchaba como decía.- Ven... ven que te estoy esperando.
-¿Qué pasa?- preguntó Touya y ella le observó fijamente. Como sus ojos esmeralda reflejaban desconfianza e incertidumbre.
-Por favor...- dijo ella tocando su mejilla. No importando como Tao y Miroku enfrentaban soldados para protegerlos a ellos. Olvidándose bajo que circunstancias momentáneas en que ambos se encontraban. Ella solo agregó diciendo.- Cuídate mucho Touya...
Antes de que él pudiera reaccionar a su sonrisa, la chica se iba velozmente por el pasillo. Iba a seguirla cuando Tao gritó del dolor; al voltearse a él, lo observó: veía la espada de uno de los soldados atravesándole su torso cerca del hombro y como la espada salía de su cuerpo, cayendo Tao, abatido a un lado y sosteniéndose en la pared.
Kinomoto se abalanzó sobre los soldados sirviendo de respaldo a Miroku (quien estaba también lastimado en su brazo pero aun continuaba luchando) y a Tao.
-¿Estás bien?- preguntó Touya enfrentando soldados.
Pero no recibió respuesta del sujeto...
Ella, mientras corría los pasillos demasiado aprisa. Algunos soldados no se molestaban en verle dos veces. Algunos de ellos (ya heridos) corrían dirección contraría a la que ella se dirigía. Sabía por la ruta que tomaban ( y gracias a sus heridas y nefastas condiciones físicas) que, los guardianes habían cumplido su cometido acompañados de Kiddy, Nami y Hue. Ya estarían en las azoteas del castillo. Ya de seguro iban bajando los niveles. Pronto el castillo estarían a su control.
En esos momentos que, se preguntaba si Eriol habría llegado a donde Cho para solicitarle su absoluta rendición, se detuvo delante de una puerta.
No era muy distinta a las otras lujosas puertas del palacio. Solo que, aquella sensación recorrió su espina dorsal de arriba abajo y frunció su rostro.
Si ese no era el lugar, se dejaba de llamar Itzume Koshibe.Tocó la puerta, empujándoles ambas y notándose un enorme salón. Era el mismo salón de fiestas donde ella se presentó ante Cho como bailarina.
Pero ahora, no eran los sonidos de flautas y otros instrumentos que se escuchaban allí. Tampoco las risas y aplausos de invitados: solo era silencio. Silencio antónimos de los ruidos que provenían del exterior del palacio y de aquel salón.
La luz era muy poca. Pero solo por unos segundos. Una vez estuvo en medio del salón, sintió los pasos provenientes de detrás de ella y cerrándose las puertas. Volteándose encontró la mirada inocente de la chica de pelo verde. Una mirada inocente y una sonrisa burlona.
-¿Dónde están?- preguntó Itzume alzando su espada y colocándole en medio de ella y de Loto.
-¿por qué te preocupas por ellas?- señalando detrás de ella. Ahí las vio: Tomoyo y Tsubame estaban atadas de manos y pies y sentadas en unos enormes sillones mas allá del pulpito del rey.- Necesito testigos de tu muerte...- sonriéndole.- No son tan divertidas de jugar ¿Sabes?
-Suéltalas- dijo Itzume. Su poder era eminente.
Loto le miró con incertidumbre para decir.- ¿Es acaso una orden?
Itzume no respondió a su interrogante.
Pero las chicas (Tomoyo y Tsubame) forcejeaban con sus ataduras, a pesar que eran mágicas.
Tsubame trataba pero no podía. Siendo la reencarnación de aquella poderosa mujer, líder 400 años antes de los Hermanos de la Luna, ahora eran mínimos sus poderes. Eso provocó encerrarle en aquella habitación que le mareaba.
Pero sabía que, una vez esa criatura estuviera débil, las ataduras desaparecían solas. Pero las lagrimas y respirar agitado de Tomoyo la trajeron a la realidad y al mismo tiempo a los recuerdos cuando enfrentó a Eriol, días atrás.
Sabía que, Eriol debía estar dentro ya. Lo conocía como Clow y no dejaría que Tomoyo o ella muriese. Miró adelante a Itzume con un objeto que reconoció mientras lo portaba en un cinto de su ropa y luchaba con espada contra la criatura.----------------------
-"Protegeré a Tomoyo... cueste lo que me cueste".- pensaba la mujer mientras forzaba sus ataduras mágicas y viendo a Itzume y Loto debatir. -" porque a él le importa".
-Que fácil fue hacerlos venir aquí...- dijo Loto surgiendo aquella espada de energía en su mano. - Solo tuve que traerme a ellas dos... que no son nada para ti... quería jugar contigo de nuevo...
-Eres una estúpida- dijo finalmente Itzume de mala gana- ¿Crees acaso que, ahora, podrás conmigo como pudiste aquel día mientras estaba atada? Es distinta la situación... este no es un salón que absorberá mi magia...
-¿Crees que quería jugar contigo de esa manera? ¿en esas condiciones? Fueron exigencias de mi padre...
-¡El no es tu padre! gritó Itzume molesta- él es un asesino... mató a inocentes para que nacieras...
Loto sonrió para decir.- ¿Qué eres tu que mataste a cientos por consecuencia de una idea de matar a Cho? Buena idea por cierto... pero en la cual no pudiste tener éxito... te mataré...- cerrando los ojos.- Y mataré a tu amante... a....
-¡NO tomes su nombre en tu boca!- dijo Itzume arrojando una ráfaga de fuego de su mano libre mientras en la otra, empuñaba su espada.
La bocanada de su ataque fue fuerte. Tan fuerte que, hizo retroceder a Loto. Pero esta lo rompió después de unos segundos.
Loto sonrió suspicazmente y llamó nuevamente a su espada de energía. - Cuando lo encuentre... jugaré con él... y lo mataré... tal como te mataré a ti...- antes de embestirse en contra de la joven.
Pero Loto se daba cuenta de algo: El nivel de magia en esos instantes en su contrincante eran mas fuertes que la ultima vez que la enfrentó en el salón. Pero Loto no dudaba. La mataría.
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Sakura buscaba con sus poderes alguna señal de Shu Mei. Llevaba recorriendo mucho tiempo desde que descendió con la carta vuelo en la azotea, resguardada por los guardianes.
Ya se imaginaba que Shaoran estaría en camino también.
Cerró sus ojos mientras trataba de sentir la energía de Shu Mei. Era tanto el poder que sentía. Pero ambos poderes eran de sitios opuestos.
Uno de ellos era de Shu Mei; otro de aquella criatura que le decía "hija".
-Concéntrate Sakura...- dijo la joven maestra cerrando sus ojos.- Acabemos con esto y pronto estarás con Shaoran...
-¡Ataquen! - escuchó delante de ella: Eran soldados. Con un hábil movimiento (Pues no tenía mucho tiempo), gritó-Congelación.
Por supuesto era una de las cartas. La carta del Hielo que provocó que todo ser vivo sin poderes mágicos se congelara inmediatamente. Tal como se abalanzaban a ella se habían quedado.
Sakura pasó entre ellos y corrió a gran velocidad no evitando dejar de resbalar en el piso: Este por igual se había congelado.Siguió corriendo hasta dar con un salón. Su mirada la frunció al notar la puerta abierta y decir.- te estoy esperando...
Era la voz de Shu Mei.
Una vez ella ingresó (con cierta mezcla de timidez, confianza y osadía), fue vista a cuerpo completo y delante del sujeto.
Vestía una túnica de color rojo intenso. Su juventud era sobresaliente: igual como su nivel de poder oscuro.
Detrás de él y en el trono estaba Cho Akiyashi; o lo que quedaba de él.
Sakura empuñaba con ambas manos su báculo.-Así que eres, la famosa Elegida.- Dijo con desdén que hizo fruncir aun mas su mirada. su desprecio por Sakura y todo lo que representaba era inminente. - NO veo porque tanto alboroto: una chiquilla cualquiera. Aunque no cualquiera- sacando un papel viejo de su túnica - Clow, te eligió...
-¿Qué sabe de eso? Estoy aquí para derrotarle...
Shu Mei sonrió desconfiando de la palabra de la chica.- ¿A mi? ¿a derrotarme? ¿por qué?
-Porque es necesario para restablecer el orden...
-¿Quién crees que restablecerá el orden? ¿Acaso, tu?- sus ojos le brillaban irónicamente dirigiéndole su mirada a Sakura y acercándose. Sakura alzó su báculo y él hizo ademán de extender su mano: pero se contuvo. - Niña tonta: el poder está en todas partes... donde quieras que veas... ¿Crees que una vez me derrotes, podrás traer paz a este mundo?
Sakura no respondió. Él continuó.- Mientras exista ambición, codicia, egoísmo, ira, infelicidad, agravio, enfermedades, inmundicia, existirá la guerra...- alejándose.- Es un mal común que existe... y mientras exista el hombre, ella existirá...
-Algo tiene que hacerse- dijo Sakura llamando a la carta de la espada.- Y estoy dispuesta a detenerte...
-¿Bajo el riesgo de tu propia vida?- declaró Shu Mei dando cortos pasitos delante de ella.- Debo de admitirlo: Me han dejado impresionado.
Sakura guardó silencio.
-Todo lo que te mandé para que te destruyera, supiste usarlo; Mataste a mis mejores creaciones. Todas excepto una.
-Ella usaba mi prima como escudo...- declaró Sakura.
Shu Mei sonrió descaradamente.
-Esa es mi niña.- Mirando a Cho.- Este enclenque nunca confió en las mujeres... nunca. Pensaban que eran débiles. Pero ¿Adivina que? Nunca creí eso. - riendo.- ¿Por qué crees que, mi mejor obra, "mi hija" es una mujer? Porque son poderosas. Las mujeres, tienen cada una dentro de sus almas un arma. Un arma tan poderosa que, puede ser usada a tiempo, o caer en desuso. Por eso, mi pequeña es hecha de las mejores almas y un poco de tu servidor.- haciendo una reverencia.- ¿Acaso estás impaciente por morir?
-No voy a morir...- sonando segura.
Seguridad que él pretendía robar. Después, robaría las cartas.
Shu Mei sonrió para decir.- Si lo harás...- declaró haciendo una pausa.- ¿Acaso tu compañero no te contó? ¿Clow no le dejó dicho nada a la elegida con los demonios creados? La elegida morirá...
-Eso no es verdad...- declaró Sakura negándose.- Clow no dijo eso... trata de confundirme... ¡Espada!- llamó la joven para tener en su mano la elegante arma que brillaba intensamente.
-¿Así es ese el mágico poder dejado por Clow?- preguntó con cierta ironía.- Nada, si me permites decírtelo - Cerrando sus ojos. Depositó una de sus manos en el interior de su túnica para sacar un puñado de un polvo negro.
Abriendo sus ojos esparció ese polvo a su alrededor en el suelo. A continuación, Sakura retrocedía mientras delante de ella y con el movimiento del polvo negro, comenzar a salir de las mismas entrañas unas extrañas figuras mientras Shu Mei las invocaba.
-Creo que conoces a mis bebés... son primos de los que tu destruiste...- retrocediendo con habilidad.- espero que lo disfrutes.-Mientras, sin Sakura percatarse, sacaba del otro bolsillo, un polvo pero ahora plateado, reteniéndolo en su mano.
Las extrañas criaturas hechas de parecer nada, medían tres metros, avanzaban a Sakura y esta trataba de estacar su espada pero era imposible.
Era como, luchar contra nada. Sakura, embestía con la espada, tratando de herir a sus atacantes pero estos, no eran lastimados. Mas bien, la embistieron de una bofetada contra una pared.
Shu Mei rió con descaro- ¡¡Pobre muñequita! Las mujeres no están hechas para el combate. Mucho menos para ser "Elegidas". Ríndete chiquilla... y tal vez te de una muerte rápida...
-Eso jamás pasará- dijo Sakura confiada y poniéndose de pie nuevamente. Así mismo sacó una de sus cartas, llamando a Shield.
Shu Mei sonrió al ver como la chica trataba infructuosamente de salvarse del agarre de sus criaturas al llamar una carta como la de "Escudo". Carta que por mucho tiempo, no le sería muy útil....
-Ha llegado tu hora...- dijo el sujeto con una sonrisa de triunfo sobre su rostro.
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Touya terminaba de luchar con los soldados que restaban. Había terminado con algunas heridas, entre ellas destacaban mas una cortada en su brazo, un hombro y una herida profunda en un muslo. Pero su rostro tenía mas sangre de sus contrincantes.
Los demás que estaban con él, no aguantarían mucho. Miró atrás notando el cansancio de los que le acompañaban.
Pero su poder le permitió percibir a cada uno de sus seres queridos (que tenían poderes) y donde se encontraban; fue entonces, que notó también una presencia. Una presencia que tenía mucho tiempo (meses sin notar)
El cansancio era palpable y cualquier otro hubiera creído que era obra de su imaginación; pero él. Tenía experiencias de ese tipo, casi todos los días de su vida; desde que ella, murió.
Aquellos ojos verdosos, de quien su hermana los heredó le observaban con una tristeza muy notable. Ella miraba con curiosidad mas que todo y caminaba entre los cuerpos y las espadas manchadas de sangre.
Pero a pesar de ocasiones anteriores cuando se presentaba ante él, era siempre como un hermoso ángel; pero no esta vez.
Por primera vez desde que murió la notó como si estuviera viva. Y también como todo aquello Le daba profunda tristeza. Todo lo que pasaba a su alrededor.
-Hola hijo...- dijo el espíritu de Nadeshiko con desgane. Parecía una figura corpórea. Tal y cual recordaba su rostro cuando murió. Tal cual era su rostro cada vez que aparecía delante de él. Como si el tiempo no hubiera pasado sobre ella.
-Madre...-dijo atrayendo la atención de los jóvenes allí presentes.
-¿Ahora hablas con tu madre Kinomoto?- preguntó Tao algo irónico. - Pensé que solo estaban las almas de esas chicas en pena...- Miroku observaba aquello sorprendido, a pesar que no veía a nadie mas.
-Algo pasa...- dijo él - para que aparezcas así...
-Me necesitas... ahora mas que nunca...- notándose aun mas triste.- O por lo que va a pasar...
-¡no!- dijo Touya negándose a escuchar lo que ella tuviera que decirle.- NO, no...-
-¡Aunque no quieras!- Enfatizó ella.- Se necesitarán unos con otros...
Los ojos de Touya comenzaron a humedecerse. Solo significaba una cosa que su madre estuviera presente en aquel lugar.
Algo muy triste, muy doloroso o muy difícil para ellos.
Nadie mas que ellos.
-No nos puedes hacer eso.- dijo Touya amenazándole. Ella mantenía su serenidad a pesar de la ira que demostraba su hijo.- ¡¡NO puedes!!
-Lo siento tanto Touya...-dijo Nadeshiko.- Pero está predestinado mucho antes que todos nosotros... es la vida de cada uno. Destino que, no puede cambiarse...- mirándole mientras Touya aun tenía su espada en mano.
-No.- dijo Touya discutiéndole.- Tómenme a mi....- señalándose a si mismo y abriendo sus brazos - A mi... dile a ellos, quienes deciden esto... todo lo que hacen... que me tomen a mi... pero no a ninguno de ellos... no a ellos...
negaba con su cabeza diciéndole.- no puedo hacer eso. Ellos tampoco... si fuera así, sacrificaría mi alma, con tal de no verte a ti o a tu padre sufrir... pero tienes que enfrentarlo... será la prueba mas grande impuesta a todos nosotros. Prueba, que, tendrán que demostrar ser merecedor de la victoria. Pero para llegar a la victoria, son imperiosos, ciertos sacrificios...
-No lo aceptaré...- dijo Touya.- Ahora mismo, prefiero enfrentar mil muertes... que perderlos... a alguno de ellos...
-Hijo Mío.- dijo Nadeshiko tocando su mejilla y sintiéndose tibia, tierna, y por supuesto, sólida contrario a cada vez que aparecía a su hijo.- Alguien tiene que morir hoy... - enfatizando en sus palabras.- No queda otra opción...
Touya cerró los ojos sintiendo aquel contacto que por años soñaba recibir de ella. Pero a su mente vinieron aquellas imágenes que llenaban aquel corazón que estuvo parcialmente vacío: como admiraba a su padre siempre; el recuerdo de su uniforme de ejercito y que por aquella imagen, él mismo había ingresado en las filas de la armada. El nacimiento de su hermana y las palabras de su madre Esta es tu hermana, Touya... se llama Sakura Sakura, cuando era pequeña.. cuando era adolescente. Vino a su mente sus cumpleaños; la presencia y voz de su mejor amigo. Su prima Tomoyo: hermosa, delicada, tan parecida a Nadeshiko, su madre y el gran cariño que le tenía. La mirada de Sakura enojada, sonriendo, feliz, triste, acongojada, quien aun mas le recordaba a su madre en su mirada. Después, vino a su mente Itzume: su pensar, su sentir. Como se ponía cuando le abrazaba; le aferraba, besaba. Pensaba en Yukito y en Yue: Dos caras tan distintas pero al mismo tiempo, familiares a él.
¿Acaso podría él resistir a perderlos a uno de ellos?
-¿quién supuestamente morirá?- preguntó Touya mirando con firmeza a su madre. Tao y Miroku además de unos cuantos que ya estaban a su alcance escuchaban a Touya al parecer hablar con el aire. - ¡Dime quien morirá!
Las palabras que Nadeshiko le comunicó hizo que el poco color en su rostro lo perdiera por completo. Miró detrás donde estaban Miroku y Tao diciendo con temblar en su voz (primera vez escuchado por alguno de ellos)- controlen toda esta área... no maten a sirvientes inocentes... díganle al resto que se mantengan alejado del área oeste del castillo... -Marchándose por el pasillo a toda prisa.
El tiempo se acababa...
----------- Continuará....
Comentarios de la autora: ¡¡¡SI DAMAS Y CABALLEROS! FINALMENTE EL CAPITULO TREINTA LO TIENEN DELANTE DE USTEDES...
TENGO QUE AGRADECER A TANTOS DE USTEDES, QUE NO SE NI POR DONDE, ni por quien EMPEZAR. ¡BUENO, UN BESO A TODOS Y TODAS!! MUCHAS PERO MUCHAS GRACIAS POR SUS CORREOS Y MAS AUN POR SUS REVIEWS...GRACIAS POR SEGUIRME EN ESTA HISTORIA QUE SALI" MAS LARGA DE LO PREVISTA PERO AUN ASI NO TERMINAN POR ABANDONARME...¡¡Bien Merecido lo tendría por hacer una historia con tanta trama!!!
Gracias especiales a mis dos betas. Gracias especiales a Lady Silver Moon. Por supuesto a Barbara y Karenina (¡No he sabido en siglos de ustedes!), esperando que estén bien. Gracias a Misao y Akanne que, siempre se ponen ¡Presente! Para los comentarios de la historia. Gracias por supuesto a Perla, quien como siempre, me deja unos comentarios que, me encanta leerlos junto a los de todos ustedes; Nota personal a ella ¿Recibiste mi correo? O.o Espero que si.
El capitulo treinta y uno es el gran final de "The Story About a Prince and a Courtier" para aquellos que están afiliado a Deus Amis., habrá una carpeta en la sección de archivo justo para estos últimos capítulos y los epílogos que podrán bajar con las imágenes cortesía de mi gran amiga Lady silver Moon, quien sacó tiempo para dibujar y me han encantado tanto que hay para todos los gustos.
Para los que no están afiliados pueden hacerlo (Está en mi perfil de Ffnet bajo page en la parte superior bajo mi nick), los que no, soliciten el archivo, por y trataré de responderles lo mas antes posible.
Para comentarios, dudas, Eriol o Touya a
