EPILOGO i: LA VIDA CONTINUA...

BASADO EN LA HISTORIA:

"The Story about a Prince and a Courtier"

By Crystal.-

Basado en los personajes de Card Captor Sakura, Por CLAMP.

Este epilogo fue finalmente concluido el tres de agosto del 2004.

Tal vez, el hecho que la historia fue escrita de una manera diferente, es lo que concertó a todos los involucrados en aquel entonces... a todos nosotros... a pensar en el mañana... tantas cosas que pudimos haber perdido; otras que sin poder cambiarlas, habíamos dicho adiós sin querer, y para siempre.

Itzume me dio un mensaje para dárselo a Touya... una simple frase que cuando se le comuniqué a Touya, pensaba en un principio que era imposible. Porque simplemente, no sabía la importancia que tenía la misma en él.

Itzume solo tuvo que mover sus labios. Dijo algo tan simple sencillo y conciso que, no necesitaría Touya de nada mas... algo que, era preciado. "dile que lo amo..." fueron las últimas palabras de Itzume aquella tarde...

Estuve demasiado ocupada en los próximos dos días, para asimilar todo lo que había ocurrido: Sakura... mi mejor amiga... la esperanza de la humanidad y de la restauración... estaba... bueno, no me dignaba a aceptarlo. Pero yo, tenía mis propios problemas...

Shaoran recuerdo que fue muy considerado con el señor Kinomoto. Después de todo y personalmente, perdió ese día figuras irremplazables en su vida.

Recuerdo en aquellos días que, Kiddy se encontraba inconsolable. Por supuesto, la ceremonia de honras de Hue y Tsubame, fueron algo que llevaré en mi mente por siempre. El día era soleado y las llamas de su incineración fueron enormes. Recuerdo que abrazaba a Kiddy con énfasis. Para los Hermanos de la Luna presentes (pues el anciano no podía viajar dado su estado de salud, encontrándose allí solo la madre de Tsubame), ellos eran sus iconos; Sus héroes. Se los tenían bien merecidos.

Los días pasaron y todos comenzamos a superar nuestras pérdidas. Aunque nunca olvidaré la llegada de mi madre (Gracias a la escolta de la gente de Kaho Mitzuki del mismo Touya y del Señor Kinomoto), al palacio de la Capital. Fue a los pocos días del funeral de Hue y Tsubame. Mi madre no creía que estuviera con vida. Lloró recuerdo una hora consecutiva y luego la dejé con Fujitaka Kinomoto. Creo que, después de todo, mi madre no odia del todo al padre de Sakura. Al menos, no en esos momentos.

Me sorprendí grandemente cuando escuchaba los pormenores de todo lo ocurrido en los Ríos por labios de mi madre: Kaho por órdenes de Eriol, fue llevada a su casa para protección: Eriol tiene toda mi gratitud hasta que quede aire en mis pulmones; sabía lo importante que era mi madre y siempre se lo agradeceré.

Pero nada me prepararía para lo que se venía...

-Entonces Akihito Matso...

-Si.- dijo Li.- le daré el reino a él para que instaure la república...

-Entonces ¿eso planean?- preguntó Tomoyo cuando cuidaba de Sakura en compañía de Shaoran. La ultima media hora Shaoran y ella, habían hablado de lo que el sujeto llamado Akihito Matso planeaba.- ¿En vez de una corona...

-Quieren instaurar una república... exacto.- dijo Li con altos conocimientos en el tema- Mi madre me escribió un mensaje que es tan largo como las escaleras principales. – declaró el joven.- Estuve leyendo por espacio de tres horas... entonces, Meiling me contó el resto...

-¿Meiling vino acaso? Supongo que habrá venido...

-Así es- dijo Shaoran con una gota en su cuello- Está aun con su esposo...- suspiró mirando el rostro de la chica de ojos verdes a pocos pies de ellos.- en realidad, le recriminó por haber tomado la decisión en primer lugar de venir... en segundo, por no haberle avisado que estaba herido... y después, me recriminó a mi, porque yo tenía la culpa de lo que le ocurrió.- haciendo una pausa al notar la sutil sonrisa en Tomoyo.- al principio, pensé que me defendería a mi... después de todo, siempre tuvo una debilidad conmigo... ahora, me culpa porque su esposo no tiene poderes y resultó lastimado en combate... ¡ustedes las mujeres no hay quienes las entiendan1

Ambos susurraban sin necesidad; pensaban que el mas sutil sonido fuera de cualquier tonalidad normal – como se sostendría una conversación afable entre dos o mas personas- podría afectar de alguna manera (y por supuesto negativamente) el bienestar de la joven que se hallaba inconsciente en la habitación...

-Creo que el joven Miroku, no quería perturbarla...- declaró Tomoyo.- pero al fin y al cabo, están enamorados...

Shaoran asintió declarando.- Eso me explicó. En realidad, me alegro por ellos ¿Sabes? Miroku demostró ser alguien muy especial y digamos que justo para MeiLing. Me reveló mientras compartíamos durante la toma de los puntos de soldados que amaba a MeiLing. Creo que...- dudando unos instantes- su intervención en la vida de ella, fue que evitó un encuentro no muy amable entre ella y Sakura.- Recordando el pasado como se ponía cada vez que veía a Itzume cerca de él. Un encuentro entre Sakura y Meiling sin la intervención en la vida de esta última de quien era su esposo, hubiera culminado en un desastre de magnitudes catastróficas.- y Meiling rara vez se separa de él. – en ese instante Tomoyo vio como se sentaba no evitando hacer una mueca.

-Aun estás lastimado ¿no?

-es que, me debilité demasiado... – declaró el joven.- Kiobe me explicó que, un golpe como ese, hubiera matado a una persona normal... a mi, después del drenaje de magia por parte de los guardianes, el báculo y Sakura, me ha dejado algo debilitado y me ha tomado tiempo sanar...

Su voz resonaba sazonada con culpa.

-ánimos Li ...- dijo ella tan entusiasta como siempre.- Sabes bien que, Sakura es una chica fuerte... yo lo se... – mirando la figura adormecida en el lecho. Cambiando el tema declaró.- Entonces... ¿Si esto de la republica es instaurada, que pasará contigo?

-Antes de la idea, si Cho hubiera muerto, sería el siguiente al trono...- declaró Li.- Gracias según contó Ruby Moon a Eriol- notando la mirada melancólica de Tomoyo.- él se aseguró durante todo ese tiempo, que Cho no procreara ningún hijo... él sabía mas de lo que dejaba a entender ¿verdad?

-Eriol tenía para cada pregunta, una respuesta.- dijo Tomoyo en un suspiro.- todo tenía una pauta y un orden predeterminado... cada razón, un porque... pero no creo que...- mirando a Sakura.- Hubiera sabido que esto ocurriría de esta forma...- frunciendo su mirada.- con tan desagradables consecuencias... para todos...

Shaoran miró a la ventana en el exterior. Notó como a la distancia se podía observar el paisaje que desde la restauración, se notaba incluso distinto el aire. Mas ligero. Mas pacifico.

Como si se hubiera quitado un peso de encima con quitar a Cho y a Shu Mei del trono.

Pero aun así, habían comarcas alejadas de la Capital que no creían que había pasado lo que se vaticinaba por 400 años.

-No tengo deseo alguno de tomar el poder- dijo sin mirar a Tomoyo. Esta guardó silencio. Shaoran parecía en esos instantes diez años mas viejo que cuando lo conoció. Era lo mas lógico: él coordinaba en parte, la instauración de zonas control en el reino para desarmar a los soldados que seguían fieles a la Dinastía Cho, vivía al pendiente de Sakura, de Itzume, de su casa en el Este (aunque esta era controlada por Ieran) y sobre todo, su propia recuperación. – Mi madre, insiste que, llegue un acuerdo con Akihito Matso al prometerle una gobernación bajo sus teorías... pero que tome la corona... – suspiró largamente.- No deseo hacer tal cosa...

-¿Se lo has dicho a tu madre? – siendo observada por el sujeto.

-Meiling me aconsejó que hiciera lo que decía mi corazón.- declaró – lo que me guía a negarme es pensar en lo que sacrificaré en caso que acepte: hay leyes que ni siquiera un rey puede contradecir... – suspiró.- Cho pudo de cualquiera de sus amantes, convertir en reina... sin embargo, prefirió no amar a ninguna... pero la corona no puede decirme que me ama... una corona no me abrazará en noches frías o decirle cuanto la deseo...- sonrojándose al revelarle todo aquello a Tomoyo.

Pero por otra parte, Tomoyo fue su cómplice por un año. Tomoyo fue, su celestina, su consejera, su amiga.

-Creo que Cho nunca amó.- dijo Tomoyo abrazándose a si misma y trayendo los pensamientos del joven Príncipe a la realidad..- creo incluso, nació sin ese sentimiento que es el amor... hizo tantas cosas horribles... cosas que, me cuesta creer que un hombre fuera capaz de hacer... arrebatar tantos inocentes, destruir vidas, sueños, ilusiones...

-Creo que el amor que pudo tener por el pueblo o por una mujer, fue sustituido por la avaricia...- dijo Shaoran.- Por derecho, la corona pasa a mi madre por ser su única pariente, siendo media hermana y todo... pero el poder, por ley mas antigua que el mismo Cho, pasa a su hijo varón en el caso que mi madre no quiera casarse de nuevo, porque para ser reina, debe contraer matrimonio...

-y tu madre no quiere...- entendió la joven de ojos azules.

Negó con su cabeza- mi madre, amó a mi padre y nadie lo sustituirá. – tosió.- El asunto es que, no quiero una corona... una corona que, está manchada por un horrible pasado... he descubierto lo fantástico que es una vida sencilla; sin tantas responsabilidades y sin títulos de por medio... –sonrió haciendo sonreír a Tomoyo.- hablo por supuesto, de nuestros días de aventuras...

-Cuando creías que eras un ladrón ...- rió ella encontrándole lo gracioso a todo aquello.- Luchando contra Kero por Sakura... ¡Esos eran días inolvidables! – tratando de no exaltarse mucho y mantener la voz baja.

Respondió -Así mismos son para mi. Amo a Sakura. Amo esos días y no pienso dejarlos por nada... ni siquiera por una corona...

--pero Li...

-No voy a aceptar el trono... – sonrió.- Soy mas feliz... como soy... simplemente Shaoran Li. Y ella, será muy feliz a mi lado... lo prometo, Tomoyo...

--------- ocho años después...

Touya miró a la distancia. Miró aquella alcoba que en cierta forma, traían muchos recuerdos de su infancia. Una infancia feliz. Una infancia que, parecía a años luz de allí. Aunque, ya no era la misma alcoba pues la infancia, aquella niñez, había quedado en el ayer.

Habían características propias de él, pero también características propias de la señora Kinomoto. Ocho años es mucho tiempo; tiempo para dejar de lamentarse (aunque de vez en cuando lo hacía). También era tiempo para seguir con su vida.

Tal como había hecho.

Tal como Ella le había mandado a decir que hiciera.

Los cepillos de plata para su larga y abundante melena, junto con el espejo era parte del tocador impregnado con detalles femeninos: un joyero que había pertenecido a su madre, ahora era de ella. Un collar pequeño y fino de perlas y además del frasco de color lavanda que en su interior rebosaba con aquel perfume que podía percibirle cuando le abrazaba o besaba.

Los Kinomotos habían recuperado las propiedades que una vez le pertenecieron a su padre y este había asignado en esos instantes como Senador en la nueva República. Este venía de vez en cuando (en sus días libres) a visitarle; en caso contrario, tenía su casa propia en la Capital.

Miró su alcoba y recorrió toda ella como si fuera parte de un sueño. Finalmente, fue al cuarto de baño a rociarse agua en su rostro; se vistió y bajó las escaleras sin ningún ánimo en particular.

Después de todo, odiaba aquel día. Para todos aquellos desligados totalmente a sus sentimientos o a su pasado, hubieran pasado por alto su sentir.

Como su mente viajó a años atrás, así mismo su corazón nunca fue ocupado por otro amor... nunca continuó con su vida así como mantuvo las esperanzas por casi cinco meses. cinco meses que consideraba un infierno, el infierno del cual finalmente descansó diciendo adiós a su sufrimiento... .

-Buenos días- dijo saludando a la chica de ojos azules y rostro pálido.-Te despertaste temprano...

-El bebé no durmió en toda la noche- dijo Tomoyo mirándole con aquella seriedad que siempre tomaba posesión de ella al igual que la tristeza cuando año tras año, llegaba aquel día.- ¿no lo escuchaste?- preguntó mirándole a los ojos.

-no- declaró Touya Kinomoto no sentándose a su lado.- Odio este día...

-Todos perdimos algo aquel día... uno mas que otros...- notándole serio.- pero de todos los que sobrevivimos, eres tu, quien encuentra que perdió mas que todos...- hablando con aquella tranquilidad impregnada de tristeza infinita. – Cuando sabes que, no es del todo cierto.

-Tu perdiste por igual.- miró a su interlocutora.

-si, es cierto.- dijo mirando el aro de matrimonio en su mano delgado y fino. Entonces miró la mano de su primo para decirle.-personas que, se consideran irremplazables y otros ganamos...- notándole la sortija y tomando la mano de él para mirarla mas de cerca.- creo que odias este día, porque no pudiste hacer nada por ella, entonces. Tomó la decisión sin consultarte y se lanzó a los brazos del río que divide la vida de la muerte... pero ¿Cuando aprenderemos a superarlo?

- no ha pasado mucho...

-ocho años...- declaró ella.- ocho años... – suspiró.- parecería que, fue ayer. No evitando derramar lagrimas.- Quisiera no tener que pasar por esto, año tras año. Me entristezco.

-todos enfrentamos sus muertes a nuestra propia manera... pero ¿cuándo aprenderemos a ser felices en esta vida?

-Otros enfrentamos también, la vida...

Touya sabía que no importaba lo que hicieran o no, no dejaban de sentirse tristes cuando la fecha se acercara, aunque fueran felices el resto del año. Porque ¿él era feliz? ¿cuándo entonces, aprendería a dejar el pasado en el pasado, afrontar el presente y resignarse con su futuro?

Tal vez nunca lo haría.

-Tal vez es el momento perfecto para hacerlo.- dijo atrayendo la mirada añil de la joven.- De decir adiós de una vez por todas.- Ella asintió sonriendo sutilmente.

Se despidió de la mujer, besando su cabeza, como cada vez que podía lo hacia. Esa acción, lo hacía sentir cercano. Y así era; ellos habían aprendido a sentirse cerca, por lo triste que había sido ocho años atrás, aquel día.

Salió a los jardines laterales. Estos permanecieron intactos todos aquellos años en donde los rosales y las hermosas plantas que una vez pertenecieron al cuidado de su madre, ahora demostraban todo su esplendor bajo otras manos. Miró mas allá a la distancia y observó al horizonte aquel enorme árbol de claveles que florecían ya.

Y en aquel lugar, estaba ella enterrada...

Tomó como siempre, flores en botón unas y en todo su esplendor otras.

-¿le ensillo un caballo Señor?- preguntó uno de los sirvientes de la casa Kinomoto.

-no, caminaré...- declaró el sujeto.- Tengo mucho que pensar.- hasta ahí llegaron las palabras que emitió. En los siguiente solo se dispuso a caminar.

-¿Y la señora Tomoyo? – preguntó el sirviente.

-Adentro- dijo Kinomoto mirando atrás a la casona.

Como los años pueden cambiar a una persona. Como los que pasan por tu vida, lo hacen también.

Su apuesto rostro se vio fruncido ante los recuerdos.

-------- Ocho años antes...

Recuerdo de aquellos días que, era todo un caos. La caída del Imperio Cho era una realidad, mientras los Hermanos de la Luna y los demás aliados, tomaban punto por punto, zona por zona, los principales puestos mientras la capital ya estaba bajo el mandato de los Libertadores al mando de los Hermanos de la Luna.

Pero ellos, mientras trataba de apaciguar su mente ante la mortificante imagen que una y otra vez dibujaba en su cabeza, se había ofrecido como voluntario para los controles de soldados y la caída de los principales seguidores de Cho mientras trataban de controlar los mítines y motines en la capital; solo para mantenerse ocupado... solo para olvidar que ella, el amor de su vida, continuaba sumida en el mas profundo de los sueños. Y para empeorar las cosas, su propia hermana aun continuaba dormida, gracias a aquel poder que pudo utilizar junto a Shaoran Li, para derrotar a Shu Mei.

Agradeció a los dioses que no perdió a todas las mujeres en su vida en aquel día. Aun le quedaba Tomoyo consciente. Admitía que todo no estaba perdido. Existía aquella Aunque esta estaba sumida en un estado anímico algo peligroso, según había notado .

Aunque debía admitir que, no estaba muerta gracias a Li Shaoran: le gustara o no, Shaoran fue la otra mitad, como explicó Ieran Li; su complemento para que ella, en la lucha contra Shu Mei no quedara dormida por siempre. Por tanto la esperanza que su hermana despertara de su sueño, era posible.

Pasaba por su alcoba todos los días, antes de dirigirse a la de Itzume. A diferencia de Sakura, cuya aura era tibia y se notaba (para los que podían sentir la magia en ella), poco a poco iba recuperando fuerzas.

Pero no Itzume. Cada día que pasaba, era igual. Parecía una estatua con los ojos cerrados. Tocaba sus manos las cuales permanecían entrelazadas sobre su pecho mientras las suaves mantas cubrían su menuda figura. Aquella imagen parecía hacerla ver como un ángel. Un ángel que permanecía sumida en el mas oscuro y profundo vacío. Un ángel quien prontamente podría ser sacada del mundo.

Kiobe Shang cuidaba de ambas. Así como él iba todos los días para pedir un reporte en las condiciones de ambas. Cuando Li Shaoran o Ieran, no se encontraban en el lugar, él podía pasar horas cuidando tanto a su hermana o a Itzume, incluso cuando Yukito (o su forma Yue), el león con alas llamados Keroberos o los demás le decían que, no era necesario.

Pero la llamada por mensajero que le hizo Kiobe diciéndole que era urgente desde que llegara a la Capital, le hizo temer por la condición ya fuese de su hermana o de Itzume.

Como esa criatura, atravesó con su espada a Itzume haciéndole caer al mismo tiempo que ella le daba el último estacazo que la hizo desaparecer en esa enorme columna de luz la cual fue testigo Tomoyo, y él impotente en ayudarle ya que la puerta estaba cerrada mágicamente. Ante la muerte de Loto, las puertas se abrieron para después al acercarse a ella y tomarla en brazos, no encontrarle herida sino mas bien, sumida en aquel sueño eterno, era aun un mas el misterio.

Pero aun así y a pesar que Kiobe le continuaba diciendo (Cada vez que se aparecía) que posiblemente ella no despertaría, eso no le robaba las esperanzas.

La veía en la noche al despertarse de repente. Como si ella le observara con cierta curiosidad. O tal vez, escuchaba su voz, resonar en la distancia cuando cerraba los ojos y guardaba silencio. Era como si ella, buscara la manera de hablar con él. O tal vez, despedirse.

Fujitaka, quien había ido a las zonas cerca de la frontera con la armada de Kogoro, le preguntaba por Itzume en sus cartas al igual que por su hija.

Aun así caminaba con firmeza, siendo saludado y reverenciado por los que ahora vigilaban y presentaban servicios en el castillo: muchos miembros fieles de la Sociedad Hermanos de la Luna. Muchos que fueron perseguidos por la dinastía Cho ahora estaban bajo órdenes de Shaoran Li y otras personas. Por lo menos hasta que se instaurara el siguiente gobierno, lo que costaba trabajo con la negativa y cierta dudas de los mismos habitantes pero Akihito Matso, no desistía. Pero la distribución de tierras tomadas por los terratenientes que apoyaban a Cho y las propiedades tomadas bajo la dinastía, estaban a punto de ser devueltas a sus habitantes.

Dobló a la izquierda, encontrándose con un pasillo mas oscuro aun. Eran las áreas donde no todos eran aceptados: Era donde Kiobe atendía a los enfermos y heridos y mas allá, estaban los aposentos donde se encontraban las dos armas principales de la caída de la dinastía.

Ahí notó la imponente imagen del guardián Yue haciendo vigilia delante de la puerta donde por dos meses ya, estaba Sakura. Lo miró mientras se acercaba para preguntarle.- ¿Algún cambio?

Yue en silencio, negó con su cabeza.

-¿Dónde está el otro?- preguntando por Keroberos.

-Está con el guardián de Hiraguizagua...- declaró el guardián. en ese momento ve una puerta abrirse a un lado para notar a una joven de cabellos rojos y notó su estado de embarazo.

-¿Eres el hermano de Sakura, no?- preguntó la chica.- Soy Kiddy- bajando el tono de su voz. Salía en esos instantes de la alcoba que ocupaba el cuerpo de Itzume.- espero que recuerdes que, luchamos juntos.

El silencio era inminente en aquel lugar.

-Lamento mucho lo que le pasó a tu amiga... ¿Tsubame? – notando la tristeza en la joven.- y lo que le pasó al padre de tu hijo...

-Este pequeño sabrá lo valiente que fue su padre. Salvó a uno de los elegidos.- dijo con orgullo aunque no evitó entristecerse.- Muchas personas valiosas y amadas, se perdieron aquel día. Pero la vida continúa... ¿No cree? Y amé a Hue tanto así para no sentirme mortificada por su muerte. Me dejó algo en esta tierra- tocando su vientre- que me indica que debo de seguir viviendo... por él.

Touya prefirió no responder. Él tuvo que perder demasiado aquel día. Demasiado.

Kiddy notó la incomodidad del hermano de Sakura y declaró.- Bueno, supongo que estás aquí para hablar con Kiobe.- haciendo una reverencia.- Yo tengo que encontrar a Nami... con permiso...

En ese instante y dándole un ultimo vistazo a la joven, tocó dos veces antes de ingresar a la alcoba.

El lugar estaba como siempre: parecía un santuario en vez de ser una habitación. Muchas de las posesiones del dueño de aquel lugar, habían sido dispuestas para los pobres y necesitados: Los tantos adornos en oro y plata además de seda y lino, fueron dadas a los necesitados mientras solo se conservaba en el lugar, una parte de los muebles. Detrás de un gran lienzo translucido blanco se observaba el lecho que conservaba en su centro, el cuerpo de la chica "que derrotó a la criatura de la oscuridad".

Parecía una muñeca que nadie podía hacer cambiar. Su rostro inconsciente, pálido ante su delicada tez y carente de expresión, contrarrestaba con aquellos cabellos negros intensos que descansaban como cascada en el blanco satín de los confortables almohadones, mientras su cuerpo era cubierto de un batín blanco que llegaba hasta sus muñecas y bajo este hasta debajo de sus pies (y cayendo graciosamente al piso de mármol), estaban las mantas de blanco puro que le cubrían.

Miró a su alrededor y notó una puerta abierta mas allá: era la puerta que comunicaba aquella habitación con la de Sakura. Seguro Kiobe no estaba.

Colocando su espada a un lado, miró a la chica quien parecía que nada podía molestarle. Finalmente como siempre que estaba allí, alzó su mano y se sentó en el lecho, tocando poco a poco las manos de ella que permanecían inmóviles sobre su pecho.

-Hoy ha hecho un hermoso día...- declaró finalmente rompiendo el silencio. Miró las ventanas del lugar que estaban cubiertas por los cortinajes que apenas dejaban reflejar dentro de aquel lugar que, era de día y era por la simple razón que las humaredas y vientos lleno de polvo dado los combates y enfrentamientos entre los enlazados de la caída y los soldados de Cho. Miró nuevamente la figura de la joven que permanecía inerte a su comentario. Su rostro estaba iluminado por las velas y lámparas de aceite del lugar. – me recordó aquella mañana ¿Recuerdas?- observando mientras acariciaba con ternura aquellas manos que permanecían frías.- me dijiste que no importaba que pasara de ahí en adelante, siempre sería tuyo y tu, serías mía, querida niña...

i'm so tired of being here

suppressed by all my childish fears

and if you have to leave

i wish that you would just leave

'cause your presence still lingers here

and it won't leave me alone

My Inmortal – Evanescense

-No se como lo hiciste.- dijo Kinomoto ante el silencio.- En realidad, me curaste chiquita...- tocando su rostro.- Me hiciste volver a creer en el amor... a enamorarme.- haciendo un pausa- y una y otra vez, me hiciste creer en ti...- no evitando acongojarse.- Creo que me escuchas... que oyes todo lo que te digo... porque simplemente, me niego a creer que me has dejado solo... una vez mas.

these wounds won't seem to heal

this pain is just too real

there's just too much that time cannot erase

-Me hiciste sonreír y llorar.- declaró el sujeto mientras las velas permanecían tranquilas porque simplemente, no había viento alguno que las hiciera bailar. Todo el lugar sumido en el mas profundo silencio mientras él revelaba todo lo que llevaba dentro de si.- No he sido conocido por expresarme con nadie... e incluso, eso, provocaste en mi... somos muy distintos y a la vez, creo que tan parecidos... tu no solías llorar. Pero en mis brazos te sostuve mientras sufrías... nada menos que por mi...

when you cried i'd wipe away all of your tears

when you'd scream i'd fight away all of your fears

i held your hand through all of these years

but you still have

all of me

-Ahora vengo aquí, te reclamo, te peleo, te discuto solo con el propósito de hacerte despertar y que te sientes a llevarme la contraria...- sus ojos comenzaron a brillar aun mas.- O a que, bailes, como aquel día...- riendo tontamente.- Aquella mañana... ¿recuerdas? Ya estabas mejor de tu tobillo... fue el día que, Sakura llegó a la casa de tu protectora con Li. Me sacaste de palacio... - frunciendo su rostro.- bailabas hermoso querida... me recordó aquella noche del salón delante de Cho. Simplemente, quería matarlo. Pero a diferencia de aquella noche, noté en verdad lo hermoso que es amarte... me dijiste la ultima noche ¿recuerdas? Antes de embarcarnos a la batalla, no importándote que era un solo destino. pero prometiste que no importaba nada, ni nadie nunca mas te vería bailar mas que yo.-volverías a bailar solo para mi... aunque nunca sería como aquella noche. Esa criatura cuando te lastimó se aseguró de eso.- haciendo una pausa.- Quería en verdad que fuese yo quien la acabara... para que pagara por lo que te hizo y por el atrevimiento de secuestrar a Tomoyo... Solo los cielos saben como quería hacerle pagar... pero lo dijiste: que la elegida para destruirla, eras tu... Pero ¿por eso te entregaste a mi, chiquita? Aunque no lo sabías aquel día que tu inocencia me entregaste- dejando de acariciarle su rostro y exhalando mientras pasaba sus manos por sus ojos. Estaba agotado.- me imagino que lo viste: viste lo que iba a pasar... lo viste... lo que pasaría una vez la enfrentaras y.... y no te importó nada mas... pero a mi me importabas. Te lo demostré aquel día... ahora, lo que mas quiero, es que vuelvas... vuelvas a mi...- guardando silencio.

you used to captivate me

by your resonating life

now i'm bound by the life you left behind

your face it haunts

my once pleasant dreams

your voice it chased away

all the sanity in me

these wounds won't seem to heal

this pain is just too real

there's just too much that time cannot erase

Kiobe ingresó y escuchó el susurro: Siempre era así; Kinomoto entraba a ese lugar, y comenzaba a hablar. Pero en un par de ocasiones en un principio, cuando no creía que ella despertaría, peleaba escandalosamente para lo que él decía, hacerla reaccionar. En ese par de ocasiones tuvo que llamar a los guardias de los Hermanos empotrados pasillo arriba para que lo sacasen del sitio.

Trataba de no escuchar la conversación. Pero aquella petición era siempre la misma: Que volviera a él.

I'd give anything to give me to you

Can you forget the world that you thought you knew

If you want me,

Come and find me

Nothing's stopping you so please release me-

Kiobe no había tenido oportunidad de enamorarse pero sabía por las chicas que había visto nacer, crecer y enamorarse, que era un hermoso sentimiento.

Aunque no conocía la historia encerrada entre la reencarnación de Itziar y este hombre.

Por lo que estaba equivocada en algo: siempre creyó que Lead Clow y ella estaban destinados en una segunda vida, a estar juntos.

Pero uno arma su propio destino. Y cada amor en cada vida, es diferente. Así como les quedó claro a Clow e Itziar.

-Llegaste- dijo finalmente Kiobe interrumpiendo y avanzando mientras su voz resonaba en la habitación.- Pensé que llegarías antes...

-El mensajero me localizó camino aquí-.- declaró Touya dejando a un lado su suave voz para dar paso a una mas reacia y enérgica. -¿Qué pasa? ¿por qué me mandó a llamar? ¿es Sakura? ¿es Itzume? ¿qué ocurre?? ¡¡Deje de mirarme así!!- ante la mirada algo exasperada de recibir tantas preguntas del sujeto.

-Algo que quería discutir contigo...-declaró Kiobe llevándoselo a un lado y dejando la figura de la chica.- Algo muy importante

-¿No me diga que despertó? ¿Despertó cuando no estaba? - viendo como Kiobe negaba con su rostro.

-No – dijo ella a media voz y mirando la silueta de la reencarnación de Itziar agregó.- No. No se si alguna vez lo haga... pero como la situación cambia... algo increíble a mi parecer.

-¿a que se refiere con eso?- preguntó mirando con antipatía a la curandera.- ¿qué ha ocurrido?

Ella lo miró fijamente. No sabía como hacerle esa pregunta a un desconocido. Pero la chica le importaba.

-Hace un par de semanas, mientras revisaba a la joven, me percaté de algo...- declaró con duda en su voz, duda que trató de aislar.- No tengo nadie que me confirme esto, pero tu... tu creo que la amas... - haciendo una pausa.- Además, el sujeto llamado Tao Makoto estuvo aquí y...

-¿Cómo que ese imprudente estuvo aquí?- se escandalizó.- ¿Qué hacía aquí? ¿por qué estaba aquí?

-¡Cálmate por todos los dioses!- declaraba la mujer para que apaciguara el tono de su voz pues revelaba sus celos.- la guardiana aun está algo convaleciente mas adelante y por lo que parece, tiene cierto apego con la falsa identidad... algo traman ellos con Hiraguizawa... la reencarnación del Mago Clow... y él vino a verle...

-Pero acaba de decir...

-¡Se lo que dije!- reclamó la mujer. Como ese hombre la sacaba de quicio.- él vino a visitarla. Me dijo que, era su amigo... preguntó por ti, si la habías visitado. Le dije que si, que venías cuando estabas en la Capital casi todos los días... y pasabas horas... – haciendo una pausa- cuando me dijo que no le sorprendía, porque ambos estaban enamorados- retirándole la vista a la mujer.- ¿Es eso cierto?

-¿Qué, si lo es?- preguntó a la defensiva pero sin mirarle. Solo observaba a un lado.

Por lo menos sabía que no era un error revelárselo y continuó dado que se lo decía a la persona correcta.-bueno, después que se fue, le hice una revisión a Itzume físicamente para ver si había algún cambio, encontrándole en efecto, una variación...

-¿Cómo que variación?- preguntó algo preocupado. -¡hable por todos los dioses! – gruñó el hombre ante su perseverancia por mantener cierta tensión, aunque no lo hacía a propósito.

-Ven- dijo haciéndole que se acercara y tomando su mano agregó ante la cara que este puso- No te comeré.- sonriéndole. acercándose al lecho de la chica, Touya observó como la mujer desarreglaba las cobijas dejando al descubierto el torso de la chica usando el batín, blanco. Junto la mano de él, recorrieron su estomago hasta llegar a un punto. Ahí ella hizo un poco de fuerza para que la mano de Kinomoto sintiera lo que había ahí.

El observó con incredulidad a la mujer. No sabía ( en ese instante) de que se trataba aquello.

-¿sientes eso?- preguntó ella bajando la voz.

- ¿qué... que es eso?- preguntó él aun con su mano tocando el vientre de la chica.- ¿Es acaso irregular? – sintiéndose el temor en su voz.

-cuando te escribí fue el primer instante que sentí esto.- declaró mirando el rostro de Touya pero él solo observando el rostro inmóvil de la chica adormecido.- Ni siquiera le he avisado a la señora Ieran... pensé hablarlo contigo primero...- haciendo una pausa.- eso que sientes, si mi pensamiento no me fallan, es tu hijo... o hija...

Kiobe pudo sentir como un temblor sintió en la mano del sujeto: fue como si una descarga eléctrica recorriera su extremidad y ella la sintiera.

Touya no le respondió.

-Eso que sientes ahí es un bebé... o lo que es ahora mismo, tu futuro hijo o hija.- dijo a media voz.- Por lo que parece, tiene alrededor de cuatro o cinco meses de gestación. Cuando la comencé a atender no tenía porque sospechar de nada... pero ahora... Aun recostada, me fijé como su vientre crece. A pesar de que no come o bebe nada. Solo está ahí dormida.

-Si soy el padre- declaró Touya no creyendo lo que salió de sus labios.- Un bebé...

Kiobe sonrió para decir.- no soy vidente pero creí que era así; Amas a esta chica y eso puedo notarlo por la forma en que la miras, la cuidas y pasas las horas con ella. Horas que no pasas con Sakura...- retirando la mano de la de él. Pero él, aun con menos presión, tocaba el vientre de Itzume.

-¡un momento!- dijo Touya sin mirarle.- ¿Cómo puede este bebé estar vivo? ¿Cómo es posible?

Ella guardó silencio unos instantes para decir.- Creo que este bebé tiene poderes increíbles de curación. Protegió a la madre cuando batalló esa criatura. También tenía en su poder el arma de Clow, pudo ser que eso también ayudara. Creo que, por eso fue que ella la combatió: Porque era la única que al batallarla, sobreviviría...

-Pero ¿el bebé? ¿acaso el bebé morirá? – mirándole aterrorizado ante aquello y tomando a Kiobe por los hombros.- Es decir... ¿Para que nazca ella no tiene que despertar?

-Un bebé ha crecido dentro de ella cuando se supone que debe de estar muerta... un bebé de seguro la protegió durante la batalla con esa criatura y pudo igualar y superar una creación que, no debía de existir en primer lugar... ¿Crees tu que, no podrá traer un bebé?

-Pero... pero...- mirando a la figura menuda de la chica.- Es una pequeña... ¿Cómo podrá hacerlo?

-Tu, tienes fe que ella despierte. Eso se nota porque vienes cada vez que puedes... le hablas. Tienes mas fe que yo...

-Pero ¿y el bebé? – preguntó con la voz entrecortada.

-Por lo que parece- cruzando los brazos.- Puede llegar a termino del crecimiento... faltan unos meses... si llega allá aun dormida, si quieres, puedo sacarlo...- sorprendiendo a Kinomoto.- Pero te diré que, ella posiblemente, no despierte después de eso.

Touya se negaba a eso: perderla. Pero mirando el rostro de Itzume pudo notar como su apacible silueta solo se quedaba inmóvil. Ajena a todo lo que hablaban o decían allí.

-Tienes que, estar abierto a la posibilidad que ella, no vuelva a abrir los ojos. Tienes que pensar en su bebé. No creo que ella, hubiera permitido que muriese con ella.

-Pero... no puedo...- declaró a media voz.- No puedo tomar atribuciones que no me corresponden...

-estás equivocado- declaró ella.- Estos meses he tenido que aprender lecciones: Lecciones bastantes fuertes, pero que son parte de nuestras vidas: Es tu responsabilidad. Eres el padre de la criatura y ella desde el momento que fue tuya, ella es tu mujer. Eso me lo ha enseñado la ultima persona que pensé que, podría enseñarme una lección- hablando de Kiddy.- y además, no estarás solo: tienes a Ieran Li quien no te abandonará porque la chica es como su hija. Tienes a tu padre.- haciendo una pausa en eso.- Y me tienes a mi...- declaró Kiobe tocando su hombro.- Me aseguraré de entregarte tu hijo, Kinomoto. Eso te lo prometo...

Touya no respondió. Tomó la mano de la joven entrelazándola con la de él. Y minutos después, se marchó a la habitación de su hermana.

Yue ingresó con él y se mantuvo alejado. Sakura parecía igual que Itzume, profundamente dormida. Pero notó en su mano cerrada como ella se aferraba a algo: Era una especie de brazalete pequeño en oro. Miró a Yue buscando en su mirada respuesta y este dijo – Fue Shaoran Li- declaró lacónicamente. Touya miraba nuevamente a su hermana.- la ama... y dijo que esperaría lo que fuera necesario por ella.

Touya no quería pensar en eso ahora. Él amaba y cuidaba a su hermana. Sakura no necesitaba mas que a él y a su padre. Pero el motivo de su presencia en el antiguo palacio y además, las circunstancias, hicieron que ignorara aquel detalle que Sakura era amada por Shaoran Li.

-Tenemos que agradecer al nuevo gobierno que hayan respetado este lugar...- dijo Touya.- y por la guardia también.

-la nueva dirección tiene mucho que agradecerles tanto a Shaoran Li, como a Sakura y los demás nombres que, se olvidarán en la historia.

-No comprendo algo: tanto Sakura como Itzume aun...- dudando decir "continúan con vida" para no sonar critico.- Están dormidas... ¿Cómo es eso posible? Kiobe me ha explicado una posibilidad con Itzume. Pero ¿Sakura?

-es su magia. Su magia aun la mantiene en este plano.

-¿Plano?

-En este mundo y posiblemente aun aferrada a su cuerpo...

-Pero... cuando...- dijo dudando continuar. Suspiró largamente no evitando rozar el rostro de su hermana menor y decir.- Sakura: Regresa por favor. No soportaría esta vida si te perdiera después de mamá...

Yue sintió la angustia de Kinomoto. Después de todo, era su ama. Con los ojos de Yukito notó el gran cariño que esta joven tenía por sus semejantes.

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-Aun piensas en ello.- decía una voz detrás de él. Ahí se despertó: se había quedado dormido en la sombra de un árbol cercano, con la vista en la tumba ubicada a distancia de ellos; la tumba que se leía un nombre. El nombre del "Clavel" mas importante en su vida. Su vestido azul cielo era agitado por el viento.- No entiendo porque Touya... ¿por qué?

-Porque no he podido dejarlo ir...- dijo Kinomoto observando su cabellera negra. Su juventud era durable en su rostro y sus ojos verdes observaban igual la tumba.

Ella se sentó a su lado acomodando su vestido. Parecía un ángel que el cielo iluminaba con su sol brillante y la falta de nubes. La brisa suave agitaba sus cabellos – no es justo... que tu sufras... y yo, no. Porque yo lo superé... pero pareces que tu, no... – colocando su cabeza en su hombro. Él la acercó aun mas a si.

-Niñita: casi te pierdo...

Ella sonrió para decirle mirándole a los ojos.- ¡Ay Touya! – acariciando su rostro- Aun no se te quita esa manía tuya de decirme así... – él tomó su mano y le besó con intensidad. Sus ojos verdes se encontraron con los de su amado – me gusta cuando me dices así...- besándole con atrevimiento – siempre... – acomodándose en su torso mientras ambos cerraban sus ojos y se dejaban llevar por el momento.

-------------- En la residencia Kinomoto...

Ella comenzaba a quedarse dormida ante la apacible y fresca brisa que ingresaba por las ventanas abiertas. Su cabeza estaba en su hombro cuando sintió un sutil roce con su mejilla. Levantando su mirada, se encontró con un ramo de azucenas directamente sobre su rostro y sonrió, tomándole con la mano donde tenía su sortija matrimonial.- ¿Nunca se te quitará la costumbre?- retirando el ramo de su rostro para notar la mirada azulada de su marido.

-jamás me canso de hacerlo querida...- besándole corta y pausadamente. - ¿Qué hacías?

-Saliste muy tarde anoche... además, estuve atendiendo a nuestro bebé hasta tarde...

-Lamento que tuviste que cargar con ello sola...- besándole pausadamente en su cuello haciendo que a su esposa, además de sonrojarse, salieran cortas y traviesas risitas.- De verdad que si...

-¡Ay Eriol! Debes de ver a Touya: me preocupa.- declaró la señora Hiraguizawa con pesar.- Ocho años han pasado y él aun se culpa en parte...

-No le culpo... al contrario, agradezco el día nuevo que tengo a mi favor para pasarlo contigo... además, deja a Itzume encargarse de Kinomoto...-brillándole los ojos con cierta picardía.- te puedo asegurar que nuestra Itzume, sabe como sacar esos pesares del cuerpo y espíritu del Kinomoto.- besándole nuevamente.

-¡Eriol!- exclamó su esposa, pero fue lo poco que le permitió decir: ya que le besaba con arrojo y sinvergüenzamente, en el salón.

-¡no me reclames por decir lo mas obvio!- declaró Hiraguizawa no evitando encontrarle la gracia a todo el asunto.- después de todo, esos dos no se dan un respiro antes de tener otro hijo... y ahora parece que tomaron un descanso pero no dudo que nos vendrán un día de estos con la sorpresa- azorando a su esposa, ante sus ideas.- además, cuatro hijos en ocho años, es mucha madera de donde cortar... y mas que todo porque ese Tseo es igualito a Kinomoto: Tiene su temperamento de coraje a cada rato y todo lo demás de él...

-Pero la pequeña Kagome es algo extraña...- dijo Tomoyo riendo sutilmente.- No se parece ni a Touya y mucho menos a Itzume...

Eriol rió pero para si mismo. Era cierto: la pequeña Kagome, era todo un caso: sus ojos verdes como su madre y su pelo café como su padre, era parecido a ambos físicamente. Pero interiormente, era un caso, muy especial: bastante especial.

Eriol se conformó con besar con dulzura y aprovechar todo momento con su esposa, tratando de no pensar mucho en lo que pasó ocho años atrás; pero la verdad era otra: Tomoyo también notó lo cerca que estuvo de perder al hombre de su vida. Como iba a perderlo y como ella no iba a permitirlo...

-Spinel- dijo Tomoyo secando sus lagrimas y mirándole decidida.- Dices que aun no es tarde...

-él está luchando Lady Tomoyo.- dijo Spinel respetuosamente. – él no dejará irse tan fácil...

-Tomoyo: - dijo Fujitaka comprendiendo lo que Spinel decía.- Si él hubiera... bueno, los guardianes se verían obligados a sellarse...

-pero...- mirando a Spinel y este negar con su rostro. Ahí para su sorpresa, las cartas que estaban dentro de la túnica de Eriol, comenzaron a flotar a su alrededor. – Las cartas...

-no. Aun no... incluso las cartas saben que, podría...

-¡Ah por todos los Dioses! – exclamó ella – Vamos... – dándose ánimos a si misma.- Señor Kinomoto...- dijo con decisión al padre de su amiga.- Ayúdeme...- aun las cartas revoloteaban alrededor de ambos.

-¿qué quieres que haga?- preguntó el padre de Sakura.

-Sujételo.- dijo refiriéndose de Eriol.- Sacaré la espada de su cuerpo...

-¡Tomoyo!- dijo Fujitaka acercándose al cuerpo del sujeto. Colocó sus piernas como soporte para su cabeza. Al moverlo, este gimió.- Es buena señal... pero ¿Cómo lo harás? ¿ acaso tu...

-Tengo experiencia con heridas...- declaró la valiente joven mirándole con sus ojos azules llenos de consternación. Las lagrimas se secaban en su rostro.- Kiobe Shang la curandera me enseñó...- escuchándose de mas arriba, un ruido sordo. - ¿Qué fue eso?

-Concéntrate en curar a mi amo.- insistió Spinel. Kinomoto asintió por igual en silencio y sujetó con fuerza el cuerpo de Eriol.

-Bien...- dijo Tomoyo acariciando el rostro de su amado Eriol.- Esto te dolerá un poco...- susurró a su oído.- Pero se que, eres fuerte... solo aguanta...- besándole en su mejilla.

Spinel, cuando vio que Tomoyo tomó en sus manos el mango de la espada, volteó la mirada al otro lado. Solo escuchó el ruido ahogado al sacar la espada, y un gemido proveniente de Eriol.

Al mirar nuevamente (una vez escuchó el sonido de la espada chocar al suelo cuando Tomoyo la soltó), vio el cuerpo de Eriol siendo revisado por Fujitaka y Tomoyo.

-Respira... mejor...-dijo ella aliviada. – Vamos...- indicándole al guardián, mientras ayudaba a Fujitaka con el cuerpo.- Tienes que ayudarme a transportarlo a alguna habitación... hay que atenderle la herida...

-¿Tomoyo?- escuchó la joven ser pronunciado su nombre. Pero no era de Fujitaka. Era proveniente de Eriol.

-ya calma...- decía ella.- no morirás... no puedes morir también...- notando como nuevamente perdía el conocimiento. Ahí fue cuando pudieron montarlo en la pantera negra que era Spinel Sun.

-La verdad es que si no hubiera sido por ti querida... no nos hubiera quedado mucho tiempo juntos... tal vez, este mañana, no lo hubiéramos visto llegar... – Tomoyo permanecía en silencio, aferrada del torso de su esposo mientras observaba por la ventaba escuchando aquellas palabras. – por eso siempre estaré enteramente agradecido contigo...

-y tampoco dos niños...- rió la señora Hiraguizawa.- la verdad es que, estoy contenta... ¡tan feliz!

-Yo también...- besando a su esposa y sentándose a su lado.

- Entre nosotros Eriol... ¿crees que, la instauración de esta República ha sido mas conveniente que si Shaoran Li hubiera sido Rey?

Eriol pensó un instante que respuesta darle a Tomoyo. – Sabes que Shaoran, aunque fue educado fue con el único propósito de convertirse en el siguiente al trono... el fin de la dinastía Cho... pero no creo que le hubiera gustado... me parece que eso fue lo que hizo que, firmara la abdicación al trono del nuevo Imperio y se volvió esta república...

Tomoyo rió para decirle.- Creo que le escuché decir una vez, que prefería la vida de soldado a la de príncipe...- recordando sus hazañas junto al joven príncipe durante los días de convalecencia de Eriol .-Claro que en este entonces, no sabía mucho del asunto de la república... aunque su madre se encargó de informarle... pero él había tomado la decisión, creo que, mucho antes...

-Si hubiera aceptado el trono, no hubiera podido estar junto a Sakura como a él le gustaba... – dijo el sabio hombre.

-Pero no contestas mi pregunta- declaró ella mirándole a los ojos. Desde el exterior se escuchaban los gritos de unos niños que jugaban en los jardines.- ¿Crees que la república es el paso a seguir?

-creo que si – dijo Eriol.- En la república hay mas derechos y mas privilegios y el poder no estará concentrado en uno solo... creía que lo comprendías...

-Pues mas o menos.- dijo la mujer.- Sabes bien que todo este tiempo, mi madre no ha estado muy de acuerdo con todo ese lío de la república... y francamente...

-Tu madre es de una época de costumbres... mira que perdió los privilegios de Dama de sociedad. Ahora en vez de ser Lady Sonomi... es la Señora Sonomi... – Tomoyo rió al igual que su esposo.

-Ella odia ese sobre nombre...- susurró.

Alguien tosió en la puerta del salón para hacerse notar. Ambos miraron y el sujeto declaró.- Disculpen... pero los señores Terada, han venido a visitarles...

-¡Ah que emoción!- dijo Tomoyo y Eriol sonrió por igual.- ¿Ha visto a los Yamasakis?

- fueron a buscar a sus gemelos...- señalando la ventana.- Arrojaron nuevamente al perrito del niño Pai a la fuente- con una gota en su cuello- insisten que por naturaleza, los perros deberían nadar, ya que eran peces...-declaró el sujeto amablemente.

-¡pobre Pai!- dijo Eriol pensando un instante la mentalidad de los gemelos y de quien pudieron heredarla.

-Pues vaya que ese niño es igual a su padre- sonrió Tomoyo hablando de Xian Pai.- Hue tenía ese mismo temperamento pacifico. Contrario a Kiddy...

Y es que, el pequeño Xian Pai, pasaba un tiempo en casa de Tomoyo pues Kiddy tenía mucho trabajo como la nueva líder de la Comunidad de los Hermanos de la Luna y ellos lo llevaron consigo a la casa Kinomoto. Incluso el pueblo Luna de Plata, fundado después de la instauración de la nueva República, estaba bajo la gobernación de Kiddy después de la muerte de su abuelo, tres años antes.

-¡mamá!- gritó un chico ingresando con rapidez. Sus ojos azules como los de Eriol le hicieron notar que era en efecto el primogénito de la pareja. A sus seis años, era tan despierto como Eriol y culto como Tomoyo. - ¡mira lo que Pai me hizo!- señalando lo que parecía ser un bote de madera.- ¡con una especie de cuchilla que era de su padre!- sonreía feliz el niño.

-¡Ah es hermoso! .- dijo Tomoyo sustentando lo dicho por su hijo.- ¿por qué no se lo muestras a tu bebé hermanito?

El chico asintió marchándose con rapidez del lugar.

-Hola – dijo la hermosa Rika Terada de manos de su esposo al ingresar al salón con uno de sus dos hijos, en sus brazos.- ¡que niño mas ágil Tomoyo!

-No como los de Yamasaki- señalando Eriol, a la ventana donde se escuchaban a ambos padres, llamarles la atención a sus hijos.

Los dos pares de parejas se sonrieron entre sí.

-A propósito...- dijo Terada sonriéndoles a ambos y tomando asiento.- ¿Dónde está Li? – mirando alrededor del salón.

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------------ ocho años antes...

-No entiendo...- dice Sakura Kinomoto observando aquel lugar hermoso, pacifico y lejos de todo y todos. Parecía encontrarse echada en un lecho vestido de blanco como todo en aquel lugar. A su lado, había una cama. Una cama que sabía como todos los días que alguien la ocupaba; pero ¿Quién?- no entiendo como tengo la impresión que debo estar en otro lugar... pero al mismo tiempo, es tan difícil el marcharme de aquí.

Miró a su alrededor notando las puertas y paredes blancas. Las dos ventanas que parecían haber allí, estaban cubiertas con cortinas blancas translucidas.

Su vestimenta era como un ángel: vestida de blanco con detalles dorados en su traje e incluso, de su cabeza colgaban finos y delgados hilos dorados que se combinaban con su corta melena y los cuales colgaban de una pequeña corona parecía hecha de flores, pero flores bañadas en oro. Eran doradas como el mismo sol.

No podía comprender cuanto tiempo había pasado ya. Pero sabía que no estaba sola.

Se puso se pie y caminó en toda la habitación. Solo habían dos cepillos en lo que parecía ser un tocador y el espejo devolvía a ella la imagen de una hermosa joven. Su piel estaba sin ningún vestigio de la lucha incandescente por la que tuvo que pasar.

Parecía que todo había sido un sueño.

Girando la perilla de la puerta, salió de aquella habitación encontrándose en lo que parecía ser un pasillo largo e infinito. Comenzó a caminar por el, no notando a otra persona a su alrededor. Creía que caminaría por siempre cuando al final de aquel pasillo notó una bifurcación.

-¿Qué es este lugar?- se preguntó a si misma.- Creo que, he estado aquí antes... pero... ¡¡Es tan confuso!!- llevándose una mano a su pecho.

No sabía que camino tomar. Era notable. No recordaba haber estado allí.

-¡hasta que por fin!- escuchó provenir de detrás de ella. Parecía otra chica igual que ella. Sus ojos verdes eran de una tonalidad parecida aunque en la recién llegada, era una mirada mas intensa y mas fuerte que la de Sakura. Sakura irradiaba dulzura en su mirada y cierta melancolía en estos instantes.- Yo te conozco...- señalándole.

-y... yo a ti, creo...- dudó.

- Es que, estabas dormida a mi lado cuando desperté. Intenté despertarte pero duermes como piedra.- La chica rió y se calló de repente.- Sonrisa... no creo que sonreía mucho. Hasta extraña me encuentro. Extraña pero ¿Feliz?- haciendo una pausa, para decir.- Pues creo que, somos las únicas aquí...- mirando por el otro lado del pasillo.- Todo esto es tan extraño...- llevándose una mano frente a si para mirarla con detenimiento.- Creo que he caminado una inmensidad.

-Pues... yo tengo la impresión de que, no pertenezco a este lugar.- mirando a su alrededor. Itzume le imitó.- como si debería encontrarme en otro lugar... en algún sitio... – Cerrando sus ojos y abriéndolos.- ¿tu no?

-Bueno...- dijo mirando a su alrededor indistintamente.- Seguro, aquí no es. Tengo la impresión que tengo algo que hacer... pero no recuerdo, el que...

-¿Recuerdas quien eres?- preguntó Sakura inquieta.- ¿O si me conoces de antes?

la chica hizo un ademán con sus hombros de indiferencia (porque estaba buscando algo en aquel pasillo).- No se... bueno se que, me llamo Itzume... – sonrió ella.- Pero... –mirando una segunda vez a Sakura y el pasillo.- oye ¿no te sientes como si has estado en este mismo sitio? ¿En la misma situación?- mirando al otro lado del pasillo.

-No lo se Itzume...- mencionando su nombre.- Itzume...- mirándole con detenimiento.- Creo que te recuerdo, pero...- cerrando sus ojos y haciendo un esfuerzo.- me cuesta recordarte...

-Tu eres....- señalándole.- Tu... Sakura...- dijo abriendo sus ojos emocionada- ¡Tu eres Sakura! No recuerdo tu apellido pero tengo la impresión de que, lo tengo en la punta de la lengua...

-Sakura...-dijo ella repitiendo su propio nombre.-Sakura... pues si, creo que es mi nombre...

-¿Seremos hermanas?- preguntó Itzume señalando a una y ella misma.- Es decir, tenemos los mismos ojos... verdes, aunque no son tan iguales.

-No creo...- dijo ella cerrando sus ojos. Se concentró bastante. Mucho. Pero abrió los ojos para notar otra parte del pasillo que no había prestado suficiente atención. – Vamos por allí...-tomándole de la mano y guiándole.

-Ya voy... ya voy...- dijo Itzume alzando un poco su vestido ya que rozaba con el suelo.

Una vez llegaron notaron una serie de pinturas. Pero las pinturas ¿Se movían? Tal vez, después de ella, era aquello lo otro que poseía mas color que blanco.

-¿Quiénes crees que sean?- observando las siluetas de las personas moverse. Parecían hablar pero no entendían nada: Simplemente porque allí no se escuchaba lo que decían.

-no se...- dijo Itzume mirando un cuadro en particular - ¡EY! Yo lo conozco...- señalando con interés e incluso sonriendo a la alta figura de ojos cafés.- Parece alguien dulce...- susurró.

Sakura se acercó a su lado para ver de quien hablaba.- tienes razón...- dijo ella llevándose una mano a su pecho.- Lo conozco... es... es...

-Sakura: aquí estás.- dijo una mujer de ojos verdes como los de ellas. Hizo que ambas jóvenes le observaran. - ¿Por que salieron sin decirme nada?

-Mamá: ¿estabas en la casa? No te vi al salir...- declaró sonriéndole, se acercó a la figura de su progenitora, abrazándole.

-Itzume... – dijo Nadeshiko dulcemente a la joven que se quedaba mirando los cuadros uno por uno. Incluso, iba a tocar uno con sus dedos cuando la voz de la mujer hizo que se arrepintiera.- ¿Vienes?

Pero ella estaba inquieta.

-Yo lo conozco...- señaló uno de los cuadros.

Nadeshiko se acercó a ella y la tomó por los brazos.- Vamos querida... te daré algo de comer...

Pero Itzume no se movía. –él es... – dijo Itzume mirándole fijamente.- Yo lo conozco...- miró detrás de ella los otros cuadros. Los otros tenían igual personas que hablaban entre sí o estaban solos. – A ellos, también... ¡Ven a ver!- dijo a Sakura.

-Claro que los conocen – declaró Nadeshiko nerviosa.- todos los días es lo mismo... estos cuadros han estado aquí siempre mis niñas...- insistiendo.—Vamos... es hora de volver... – llevándose a Sakura.

-Vamos Itzume...- dijo Sakura sonriéndole afablemente.- Vamos...

la chica finalmente sucumbió a las peticiones de Nadeshiko y Sakura.

Pero Sakura se detuvo a mitad del camino.- ¿Pasa algo pequeña?- preguntaba la dulce Nadeshiko.

-si... no pertenezco aquí.- declaró Sakura muy decidida. Miró a Itzume diciéndole.-¡Tu tampoco! No pertenecemos aquí... debemos estar en otro lugar... lo se- mirando a su alrededor.

Itzume no comprendía en un principio de que hablaba.

-Sakura; hija... – dijo Nadeshiko suavemente.- Estás en casa... estás conmigo... donde debes estar. Donde perteneces...

-¿estás bien Sakura?- preguntaba Itzume.

-no. No lo estoy...- cerrando sus ojos.- Me llaman... me llaman a mi...- colocando sus manos en su pecho.- ¿No escuchas eso Itzume?

Itzume miró a su alrededor y luego a Nadeshiko. Esta permanecía seria. Finalmente dijo.- hazlo... concéntrate...

-Pero madre- dijo Itzume –parecería que, Sakura está enferma... pero no yo...

-Cierra tus ojos, querida Itzume- dijo Nadeshiko. – y concéntrate...

Ambas lo hicieron como Nadeshiko les decía. Tanto ella como Sakura, escuchaban voces. Voces del pasado. Voces de un lugar... muy lejano; lejano, y cercano al mismo tiempo.

-Shaoran... – se escuchó en un susurro.- papá... hermano... – abriendo los ojos de repente.

-quieren que regresen...

-¿Qué significa esto?- preguntaba Itzume notándose azorada gracias a las cosas que recordó: Cada risa, cada toque, cada suspiro a su lado.- ¿Dónde estamos? ¿y Touya?- buscando con su mirada.- Nunca he visto un lugar así...

-Nunca han estado en un lugar así—dijo Nadeshiko atrayendo ambas miradas. Ahí fue cuando Sakura notó la presencia de su madre por segunda vez.

-¿ma.. má?- dijo ella acongojada. Ella le sonrió. – pero tu...- señalándole.- Eso quiere decir que, nosotras...- señalando a Itzume y ella misma.

-No pequeña- dijo Nadeshiko.- No están muertas... aun por lo menos, no han cruzado al otro lado...

-Pero ¿cómo es esto posible?- preguntó Itzume. Ahí se miró su cintura. – recuerdo que ella... esa cosa... me clavó...

-Si- dijo Nadeshiko- Pudiste haber muerto ... pero no fue así...

-¿Cuánto tiempo llevamos aquí?- preguntó Sakura abrazándose a su madre. Sintió su cálido roce.

-Aquí el tiempo no se mide igual. Pero en su mundo; en el mundo de los vivos, han pasado meses...

-¿podremos regresar?- preguntó Itzume.

-la única razón porque están aquí, es primero, porque no quieren irse y segundo, porque yo las he aferrado aquí...

-¿Qué cosa?- preguntó Itzume sorprendida.

-¡Mamá! ¿puedes hacer eso?- preguntó Sakura.

-No debería- dijo Nadeshiko con pesar.- Pero es hora que, vuelvan... –tocando a su hija.- solo puedo enviarlas una a cada momento separado...

-Ve Sakura- dijo Itzume decidida.- Dile a Shaoran que fue el hermano que nunca tuve y dile a Touya...- dudando.- Bueno, le mandé el mensaje con Tomoyo... – sonrió azorada- Pero él sabe lo que significa para mi...

Sakura asintió y abrazada a su madre esta le dijo.- Vamos mi querida Cerezo. Tenemos que regresarte a casa...

Así Sakura, sin mirar atrás, se marchaba con Nadeshiko del brazo.

-"amado Touya" – dijo ella en su mente.- "pronto estaré a tu lado".

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-Estás muy pensativa- dijo Touya dejando de besar a su esposa mientras los dos estaban recostados en la hierba. Itzume tenía los tirantes de su vestido a los lados, gracias a los besos y caricias de su esposo. – no me gusta cuando te distraes...- con un brillo juguetón en su mirada.

-pensaba que tu madre hizo tanto por nosotras Touya...- su esposo se retiró de ella con simpleza. – La quiero tanto... y le agradezco tanto...- buscándole de nuevo y acurrucándose en su pecho.

-hasta después de la muerte, ella supo velar por todos... el sacrificio que tuvo que hacer para tenerte a ti y a Sakura, de nuestro lado...- Itzume sonrió.

-ha valido la pena- sonrió la señora Kinomoto.- porque he aprendido a vivir esta vida como no viví otra anterior... y a ti... te amo Touya...

A Kinomoto le encantaba oír aquellas palabras provenir de los labios de su querida Itzume. – Vaya que nunca lo dijiste en ese entonces...

-Deja de quejarte- decía ella ahora, abalanzándose sobre el cuerpo de su esposo.- porque me tienes ahora para ti so-li-ta...- besándole.- y lo escuchas a diario...

-¿Aunque sea mas viejo que tu?

-¡no eres viejo!- dijo ella con su sonrisa costumbre en ella.- por lo menos, no te considero viejo... y si recuerdas... tengo cierta afición por hombres mayores... aunque tus admiradoras en los Ríos digan lo contrario...- frunciendo su rostro. Touya sonrió sutilmente.- Como odio esas mujeres... saben que estoy casada contigo y no se detienen de hablar de tu pasado con ellas-

-pero tienes tu futuro a mi lado querida... – declaró serenamente.- no debe interesarte lo que digan ellas.

-Y no lo hago. Tengo mucho tiempo que ni las veo y mucho menos, voy allá. Y si voy, sabes que es cuando visito a nuestro padre- hablando de Fujitaka.- o cuando voy a visitar a Eriol.

-He ahí algo.- dijo Touya.- Debería sentir celos por él y no lo hago...

-porque sabes bien que, él es el esposo de Tomoyo...- sonrió picaramente y no creyéndole del todo.- Pero hubo un tiempo que sentías celos de él ¿recuerdas?

Touya besó su cuello haciendo que ella temblase al contacto y suspirara. – Deja de recordarme eso... porque tenemos tiempo antes de volver, mi preciosa guerrera- azorándole y ella siendo besada por su marido.

La situación se hubiera puesto mas ardiente sino hubiera sido por la siguiente intervención.

-¡Vaya! – dijo Kagome riendo hasta mas no poder y por fin siendo percibida por sus padres. Ella estaba sobre el árbol a pocos metros de ellos.- ¡Con razón tengo tres hermanos mas!- gritó con picardía.

-¡Kagome!.- gritó Kinomoto molesto (Además de azorado), al haber sido encontrado así. Su esposa estaba con su rostro escondido en su pecho.- ¿Se puede saber que haces ahí Arriba? - señalando donde se encontraba su primogénita.- ¡Baja de ahí en ese instante! –enrojecido fieramente. Pero era mas por las circunstancias "románticas" que fue hallado.

Y no era algo que le gustaba que le tiraran en cara. Era cierto que, esos días, le traían melancolía, decepción y tristeza. Pero también le mostraban en segundos lo que estuvo a punto de perder.

En verdad, Touya no sabía de donde la chica sacaba aquellas ideas que tanto predicaba e incluso sorprendía a los adultos a su alrededor. Parecería mas bien que se hablara con una persona mas vieja que su interlocutor y no una niña... una niña ¡De siete años!

-Ay no es para tanto...- dijo ella desde aquella altura. – Además, acabo de llegar... – reclamó con inocencia. Sus cabellos cafés como su padre mientras llevaba aquellos ojos verdes (que no parecían en nada a los de Itzume, pues Itzume tenía cierta mirada decidida, Kagome, por el contrario, tenía aquella mirada verde brillante, como de burla y picardía; como si supiera algo que los demás, no), portando un vestido de dama pero aun así, no le impedía subir a un árbol de un momento a otro.

-Mentirosa- dijo Kinomoto de mal humor.- ¿qué te he dicho de espiar a los demás? ¡Que no lo hagas!- no siendo esta la primera vez que su hija hacía algo parecido.

-¡Ay Papá!- gritó ella comenzando a sollozar y descendiendo del árbol, mientras sus dos progenitores se incorporaban - No creo...- hipando.—que no me ¡¡¡Creas!!! ¡¡¡mamá!!! – descendiendo.- ¿Ves como es papá? –abrazándose a su madre- papá no me quiere... – llorando a borbotones.

-Claro que tu padre te quiere...- dijo Itzume mirando a su esposo con énfasis, mientras consolaba a su hija primogénita- ¿Verdad, Touya? – mirándole a un molesto Kinomoto dudar y cruzado de brazos.- ¡Touya!

-Si, si...- dijo Kinomoto. Para complacer a Itzume acarició secamente la cabeza de Kagome y esta se aferró aun mas sonriéndole. finalmente, consiguiendo que Kinomoto se soltara un poco. – Solo que no es bueno espiar a los demás...

-Pero sino espiaba...- hipó haciéndose la victima.- Solo que...- ocultándose detrás de su madre.- no son horas para jugar...

Itzume se sonrojó hasta mas no poder. Mirando a su esposo (quien por cierto, hacía ademanes de ¿qué hice yo para merecer esta niña? ), - volvamos a casa...- declaró ella sonriendo.- Además tenemos que estar ahí para el brindis ¿No crees Touya? –tratando de evitar lo que podía venir si Touya comenzaba de nuevo a recriminarle a su hija.

Este asintió. Su azoramiento era notable.

-¡me voy adelante para decir que ya vienen!- dijo la pequeña sonriendo y olvidándose de todo el drama que ocasionó.- ¡Ah! - volteándose a sus progenitores declaró.- yo que ustedes, me arreglara un poco... ¿Mamá?- señalando unos listones sueltos de su vestido y a su padre con la camisa entreabierta. Antes de que Kinomoto gritara algo ella se despidió escandalosamente..- ¡¡ADIOS!!- vociferó corriendo ágilmente.

-¿Sabes una cosa?- dijo Touya sonrojado y que decir de Itzume.- a veces pienso que cuando esa niña nació, esa mujer Kiobe le dio algo demás para picardía... ¿cómo es posible?

Itzume también se lo encontraba extraño esa actitud tan poco vanguardista de la niña.- bueno, estaba muy pequeña para recordar pero ¿no crees que lo habrá sacado, tal vez de mis padres, de sus abuelos?

-Pero...- dijo Touya mientras observaba a su esposa abotonarle su camisa. El aro matrimonial brillaba con la luz del sol que se colaba por las hojas del árbol- alguno de nuestros hijos hubiera sacado esa actitud también...- dijo en susurro, siendo escuchada cada palabra por su esposa.- Saita no es así... es mas bien como tu... recatada y algo atlética y sentimental en ocasiones... Tseo es como yo... – viendo como su esposa se sonreía mas. Era cierto, Tseo celaba a sus hermanas hasta de la sombra del atardecer y que decir de su madre: hombre que se le acercara, que se preparara para perder un brazo: sus ojos eran como los de Touya y su pelo negro como el de ella.- y Maika es como mi madre: premiosa y algo torpe hasta mas no poder...

-Adoro cada característica de nuestros preciosos niños.- dijo ella mirándole con tanto amor. – Además, nosotros los hicimos a cada uno... tienen un poquito de cada quien ¿no lo crees así?- tocando su pecho con juguetona intención. – Que Kagome sea la nota discordante, nos recuerda que en verdad, no fue enteramente creada por ley...- azorándose - ¿O acaso se te olvida?

Pero él le observaba algo sonrojado y asintió en silencio. Ciertamente, que Kagome fue concebida fuera de lo que era un matrimonio por ley o acaso, una noche de bodas, no quitaba que fue toda una sorpresa, incluso para Itzume cuando recobró el conocimiento, encontrándose esperando un bebé, su condición y riesgo no pasó hasta que la nena no nació.

Pero Touya besó cerca de sus labios diciéndole – no importa... esa nuestra pequeña... y eso siempre ha sido claro... – haciendo sonreír a su esposa, mientras nuevamente tomaba sus labios y su figura acercándole a si.

La pasión en esos dos, nunca se esfumaba.

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-¡Abuelo!- gritó Maika al abalanzarse a los brazos del padre de su progenitor, al notarlo salir a los jardines donde se estaba predisponiendo el almuerzo que cada año se llevaba a cabo en la casa de su hijo Touya (Ahora que él la había dejado para formar parte del senado). - ¡Que alegría verte!

-Hola pequeña Maika- sonrió Fujitaka mientras la alzaba ante la risa de la chiquilla.- ¿Dónde está tu padre? –mirando a todas partes buscando a su hijo y nuera. -¿O Sakura? ¿es que acaso andan juntos? – viendo esa posibilidad muy inadmisible.

-Bueno, mis tíos por ahí andarán. Pai dijo que los vio arriba por los cuadros pero aun no bajan y Kagome dijo que mi padre, venía por ahí.- respondió a su abuelo.- ¿Cómo están las cosas en tu trabajo? ¿Ha ocurrido algo divertido?

-Nada de lo que pasa en ese lugar es divertido... mas bien son una partida de vagos que de seguro se quedan dormidos en plena sesión... exceptuando al abuelo.- corrigió un muy maduro Tseo, quien con sus seis años, creía conocer todas las leyes senatoriales. – Son unos insufribles.

Fujitaka sonrió.

Maika le hizo mala cara desde los brazos de su abuelo. – Algunas veces eres mal pensado.- dijo la chica de cinco años recién cumplidos.

Saita vino corriendo de manos con el pequeño Riu Li quien sonrió al reconocer a su abuelo y gritó.- ¡¡¡Llegaste, Llegaste!!- no evitando emocionarse ante su presencia cuando en algunos casos, era tan serio como Tseo, pero no del agrado total de su primo. Mas aun cuando...

-¿se puede saber de donde vienes con mi hermana de manos?- preguntaba un muy enojado y alarmado hermano mayor.- ¡Le llevas demasiada edad!

-Nada mas dos...- declaró.- Además no andábamos haciendo nada malo... –declaró.

-Saita y Riu no son como Kagome hermano—les defendió Maika bajando de los brazos de su abuelo.- por si no te habías dado cuenta...- apuntándole con su dedo.

-ya, ya...- dijo el chicuelo mirándoles a todos en su contra.- Ya, está bien...- vio cuando Pai le hizo señas, teniendo aun el perrito en sus brazos. Sin decir mas nada, salió corriendo a su llamado.

-El único que se lleva con él es Pai... tienen delirios de grandeza- habló Maika mirándoles a ambos marcharse del lugar.

-Abuelo.- dijo Saita llamando la atención de su antecesor.- ¿es verdad lo que dice Tío Shaoran que las chicas antes no tenían derechos?

-Así es... –respondió.

Las chicas fruncieron cada una sus rostros. Maika dijo.- Pues que tontería... – cruzándose de brazos.- Si les ganamos a todos los chicos de una vez.. ¿cierto Riu?- viéndole hacer un ademán con sus brazos.

-¡Oye Li!- gritaron por un lado.- ¿Cómo está mi primo favorito?- abrazó repentinamente Meiling acompañada de Miroku.

-Meiling.- saludó Fujitaka.- Te ves bien...- notándole el avanzado estado de embarazo.

-Usted también senseí...- dijo Meiling alegre al ver al mentor de Shaoran – aunque creo algunas veces que llevo aquí una carreta.- hablando de su ensanchado estomago.

-le he dicho que fue una tontería salir de casa estando ella así; que pudo haber esperado hasta el año siguiente... pero insistió.- reclamó Miroku molesto y preocupado. Aun le aferraba de la mano.- puede tener al bebé en cualquier momento y aun así, vino hasta aquí...

-Ya, ya... que suenas como tía Ieran- sonrió su esposa y pensando que Ieran le dijo la misma cosa en su última carta como respuesta a la idea de la joven de participar en la celebración de cada año, para la misma época. – y deja de recriminarme: Tener a tu hijo o hijos es mas que suficiente por ahora ¿no? Además, después de tenerlos ¿quién sabe la próxima vez que saldremos?

-Meiling hablas como si fuera una tortura- dijo Fujitaka, sonriéndole. Ya los títulos de los Li, fueron por decreto eliminados. - recuerdo que mi Nadeshiko le fascinaba llevar a Touya en si...

-Si eso se debe al temperamento tan irracional que ese sujeto tiene- discutió la chica abiertamente y sin tapujos.- Lo que no decía externamente, lo absorbió ese cascarrabias...

-Meiling: no hables así de Kinomoto... mira que si te escucha.- dijo Miroku algo preocupado.- Esta vez, no impediré que te reproche...

-¡Ah pero si eres mi caballero en brillante armadura!- declaró Meiling sonriéndole a su esposo y haciendo que este se sonrojara.- Dice eso, pero sabe que tengo la razón: Ese hombre debería tomarse algo para cambiar su actitud... es un rabioso, molesto, irritante...

pero su esposo le hacía señas, ante la sonrisa de Fujitaka, de que guardara silencio.

-¡es la verdad! Y para empeorar, ni siquiera se lleva con Shaoran... ¡Shaoran! Quien es un ángel... es un petulante...

-Meiling: si alguien te escucha...- dijo Fujitaka ante la mirada algo aturdida de Ryu.

En ese momento se escuchó un estornudo que llamó sus miradas a pasos atrás. Escucharon como Touya Kinomoto le respondía a su esposa.- No creo que sea resfrío... me siento perfectamente bien...

-Pues será una alergia. Has estornudado demasiado en estos momentos... ¿quieres que mande a hacerte un té? - dijo la señora de Kinomoto. -¡Meiling!- dijo reconociendo a la joven que les esperaba.

-Ah eso lo explica- gruñó Touya al notar a la joven saludar a su esposa.- Explica muchas cosas...

Pero Itzume no escuchó nada yendo a abrazar a Meiling y después a su suegro. - ¡Pensamos que no vendrías ¿Verdad Touya?- mirando detrás vio a su esposo con caras de pocos amigos.- Además... ¡mira lo grande que estás!

-Veo que sigues aun unida al cascarrabias de este hombre- señalando a Touya.- En verdad, Itzume, no se que le ves...

Touya iba a responderle pero la voz de su padre lo trajo a la realidad.- ¿Dónde está Sakura?

-Pues no se- dijo su hijo, - acabamos de llegar...

-¿Acaban de llegar siendo su casa?- preguntó Meiling viendo muy curiosa a Itzume, notando como esta se sonrojaba y Touya se azoraba pero tosió para distraer las miradas y desplegándose una idea declaró.- Ten cuidado o este hombre te llevará al numero Cinco, Itzume...

-¡Ay Meiling que cosas dices!- reaccionó la joven señora Kinomoto.

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-Bueno... creo que debemos de bajar ya...- dijo Sakura abrazada a su esposo.- ya todos deben de estar aquí...- susurró - ¿Shaoran?

-Ah si.- dijo Li distraídamente.

-¿Qué te ocurre?- preguntó algo aturdida.- ¿te ocurre algo malo?

-No Sakura- dijo el joven mirándole con intensidad.- no me pasa nada malo que no sea que estoy aun perdidamente enamorado de ti...

-¿Ah, eso es malo?

-Claro que no...- besó a su esposa.- pero no me gustan estas reuniones año tras año... me traen muy malos recuerdos...

-ah pero eso no puede ser- dijo Sakura sonriéndole.- Si fue todo un cuento de hadas el haber sido despertada como lo fui...- mirándole y con aquellos imaginativos recuerdos...

------------ ocho años antes...

-Ah Li- dijo Kiobe viéndole marchar por el pasillo.- ¿Volviste ya?

-Así es- dijo Shaoran mirándole seriamente - ¿cómo están?

Kiobe negó con su cabeza- Iguales... ¿Sabes? Kinomoto está aquí también...

-Ah ¿Si? ¿Con Sakura?- preguntó ante la idea de encontrarse atrás de al puerta con el hermano de Sakura.

Algo no muy agradable. Cada vez que se encontraban, terminaban discutiendo y casi matándose.

-No. Con Itzume. ¿Sabes? Es una lástima. Hacen tan hermosa pareja... pero el hecho que, ella esté encinta cambia las cosas...- haciendo que Shaoran se volteara a ella de un golpe.

-¿Qué cosa?- preguntó Atónito.- ¿Cómo que encinta? ¿de que hablas?- mirándole incrédulo.- ¡Eso es imposible!

-Acabo de descubrir que ella esta encinta... está esperando un bebé... y no es para nada imposible..

Shaoran se impresionó ante aquello. Ciertamente, sabía de la relación de Kinomoto y la joven Itzume. Pero de ahí ¿a tener un bebé?

-¿y es de Kinomoto?

-¡Claro que es mío! – habló detrás de él la voz gruñona de Touya. Ante aquello Shaoran le miró de mal humor, después de sentirse el corazón salirle de su sitio ante aquel grito..- ¿O Acaso lo niegas?

-NO. No lo niego porque conozco a Itzume y se que, no es ninguna sin vergüenza.; pero no quiero saber que, te aprovechaste de ella... porque ella es una chica inocente...

-¿acaso me llamas degenerado? – apuntándole con el dedo.- Se nota que eres tan idiota como tu prima... esa entrometida boca larga...

La paciencia de Touya estaba llegando a un límite.

-No le faltes el respeto a Meiling- dijo Shaoran molesto.- Si te dijo algo, fue porque lo mas seguro, tiene razón...

-¡Hazme el favor! Si ella es una boca floja... y no soy un degenerado...

-¡Caballeros! Por favor... no es la hora ni el lugar...- imploraba Kiobe.

-Te llamo como me venga en gana. Que Itzume esté encinta y mucho mas sin estar propiamente unida a un caballero, trae consigo mas disyuntivas...- cruzándose de brazos.- disyuntivas que te apuntan a ti, como abusador, pervertido, corruptor...

-¡No soy nada de eso!

-¡Ella es menor que tu!- declaró Shaoran como si se tratara de un hermano molesto.

-¡Con ella no pasó nada que no quisiera ella que pasara! –dijo Touya con decisión. –Ella tomó su decisión y yo también...- no midiendo el contenido de sus palabras.

-¿Cómo te atreves?- dijo Shaoran colocando su mano en su espada.- ¡Deshonras a alguien tan digno como ella!

Touya también tomó su espada.

Kiobe dio un fuerte suspiro.

-¡Por los dioses! ¡Ya basta!- dijo molesta y mirando a uno y otro.- ¡Por favor! Li- mirándole – Kinomoto.- dirigiéndose ahora a este- Traten de comportarse como adultos...

Eran usuales sus discusiones tan prácticas o al menos, insultadoras, cuando se encontraban en los pasillos. Pero nunca había llegado a tal límite.

Pero Touya no lo dejaría ahí.-déjame decirte algo: Héroe o no, sigues siendo un mocoso entrometido.- dijo apuntándole el hijo de Fujitaka. Shaoran le observaba con desafío.- Además, cuando Itzume despierte, resolveremos esto como se debe y admito enteramente mi responsabilidad con ella. No dude que responderé como hombre y como caballero- Shaoran le miraba con furia.- ¿ha quedado claro?

Shaoran no le respondió.

-me avisa cuando haya algún cambio.- dijo Touya a Kiobe, marchándose por el pasillo de mala manera.

-¡Santos guardianes de la Luna!- dijo Kiobe mirando por donde Touya se marchaba.- No había visto en mi vida hombre mas molesto que ese... –mirando a Li declaró sonriéndole.- Vamos: pasa a ver a Sakura...

Li Asintió no sin antes mirar por donde Touya se había marchado. La verdad era que, Shaoran sabía que Touya se preocupaba mucho por Itzume. También que, daba su vida por ella y lo destrozado que estaba por lo ocurrido meses atrás.

Sabía que respondería por ella cuando el momento llegara.

Pero no podía evitar preocuparse por ella.

Antes de ingresar a la recamara de Sakura, tomó un gran respiro siendo observado por Kiobe.

Ingresó solo y miró a su alrededor. Ahí notó al guardián Yue que le miraba de un rincón.

-Estás aquí- dijo Shaoran a modo de saludo.

-No podía abandonarle...

-¿Dónde está la esponja?- mirando a todas partes. Ahí la notó dormido en su falsa identidad en el regazo de su ama.

-Se nota que, le importas mucho...

Shaoran asintió.

-Porque Keroberos te odia- dijo Yue mirándole indiferente.

Shaoran se hubiera caído si le hubiera tomado de sorpresa aquello.

-Es sorprendente que hables conmigo...- dijo Shaoran.- Según escuché, Yue era alguien frío, reacio y calculador...

-Hablé porque creí necesario decírtelo.- dijo Yue. En ese momento, se transforma en Yukito y mira su alrededor.- Parece que no quería hablar mas...- sonrió.

Shaoran sonrió sutilmente al joven.

-Me alegra que, Sakura tenga a alguien tan bueno para ella a quien amar...

-Su hermano no lo piensa así...- dijo Shaoran.

-Ni tengas esperanza que te diré que él cambiará... Touya es así; Cela a su hermana y es su tesoro mas grande...- sonrió.- Y no creas que por tener él a Itzume eso cambiará... será uno de tus retos mas grandes el convencer a mi amigo Touya de que eres el indicado para su hermana... cosa que, no dudo yo. – mirando el lecho declaró.- o a Keroberos.

Shaoran se sentó en el lecho cerca de Sakura estudiando su mirada. Incluso pasó su dedo índice por el contorno de su rostro y sonrió. Recordó en esos instantes la escena cuando se lastimó la pierna.

-Supe que, te encontraste con el señor Kinomoto.- hablando de Fujitaka.

-Así es. Unos días atrás. estuvo aquí ¿no?

-Así es. ¿Sabes? Al señor Kinomoto, le simpatizas... mucho. Y es indudable que, Sakura te ama...

-¿Cómo lo sabes?

-¿Cómo no saberlo? Cuando nos fusionamos a ella, en la batalla con el Hechicero, solo había un nombre y un rostro en su corazón. Para tu mala suerte, Kero también vio aquello y no le gustó.- Sonrió.- En estos momentos, eres la persona mas importante en su vida...

Ante aquellas palabras, Shaoran se sumergió en sus recuerdos. De cómo la conoció. Como entrenaban juntos. De cómo fue su primer beso. De las horas pasadas en la caverna a solas, cuando lograban librarse de Kero.

Momentos después, que Shaoran miró atrás, notó que Yukito no estaba. Miró entonces a Sakura y volvió a sonreír.

-Si tan solo... – dijo siendo escuchado.- si tan solo lo intentaras...- colocando una mano en su mejilla. Él mismo se sonrojó.- Despertarías... ¿No Sakura?

You turned the light on /encendiste las luces

So I could see /para que yo viera

All the love deep inside of me /todo el amor dentro de mi

You hush my sorrow, close my eyes /murmuras mi pena, cierra mis ojos

And I'll be yours /y sere tuyo

'Till the end of time /hasta el fin del tiempo

TILL THE END OF TIME /Hasta el Fin del Tiempo

Lyrics: Isabella Dante

Voz: Jason Scheff and Mica Okudoi

Kero aun dormía y no escuchaba nada de lo dicho por él.

Agachó su cabeza y su torso a milímetros de su cara y a continuación cerró sus ojos y besó los labios de Sakura con dulzura y amor.

Se separó de ella y se entristeció dirigiendo su mirada a la ventana. Miró los árboles agitar sus ramas al compás del viento.

-¿Sh... Shaoran...?- escuchó decir como un susurro.

Miró a la puerta, pensando que era Kiobe o Tomoyo. Pero una mano rozó con su mejilla haciendo que su corazón saltara. De ahí miró al lecho delante de él notando unas gemas brillantes mirarle y una sonrisa en unos labios sonrosados y mejillas rojas.

Entrelazo su mano con la que había en su mejilla y a continuación dijo en un susurro agachándose nuevamente al rostro de la chica.- Bienvenida... – antes de fusionarse en un nuevo beso.

This kind of love/este tip de amor

You can't deny/es innegable

There's no excuse/no hay excusa

There's no decline/no lo puedes dejar

When two hearts as one you find,/cuando dos corazones se encuentran

I'll be yours/seré tuyo

'Till the end of time/hasta el fin del tiempo

Porque ahora si no había duda que, ahora si, su vida continuaba.

Kero en ese instante miraba aun aturdido.- ¿Sakurita? ¡Eres tu!- sonriendo y abalanzándose al rostro de su ama.

You were standing there/estabas de pie

Without a word/sin hablar

And then I knew love was real/y supe que tan real era este amor

If each tomorrow/si cada dia

I find your smile/encuentro tu sonrisa

Yes, I'll follow/si, te seguiré

'Till the end of time/hasta el fin del tiempo

-Si Kero.- mirando de soslayo a Shaoran.- He vuelto... Estoy, en casa...- mirando a su alrededor.

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- Han comenzado la actividad. – dijo para si y extendiendo la mano para la dama que le acompañaba Tao Makoto quien era el capitán encargado de la zona norte del país. Con agilidad la mujer descendió del coche mirando a todos lados. Incluso escuchó las risas de todos- te dije que no debíamos de tardarnos...

Nakuru Akizuki sonrió a su pareja diciéndole.- No fui yo la que se tardó...- discutiéndole- Además, fue tu culpa...

-¿Mi culpa?- preguntó el sujeto - ¿Cómo todo termina siendo mi culpa?- mientras ambos caminaban a la entrada principal de la casa Kinomoto.

-Pues fuiste tu quien me sedujo, temprano en la mañana. - declaró la mujer sin nada de pudor. Mientras que Miroku se sonrojaba intensamente.

-Mejor dejamos el tema hasta ahí...- dijo el sujeto tartamudeando. Ella sonrió y saludó con una cabezadita al sirviente que les recibía.

-La verdad es que no me arrepiento ni un instante de mi decisión...- declaró la joven mirándole con intensidad a la vez que ingresaban a la residencia.

Miroku recordaba claramente la decisión de la mujer. Ocho años atrás... decidió decir adiós a Ruby Moon... para siempre...

El sujeto abrió los ojos y miró un par de veces a su alrededor. Había alrededor de su lecho un biombo blanco que lo aislaba del resto del lugar. se incorporó sintiendo dolor en cada parte de su cuerpo. A un lado, en una mesilla, vio unas flores no tan frescas (probablemente del día anterior) y vendajes limpios para ser cambiados.

-ah despertaste- le atrajo la voz de una mujer. Se notaba madura pero sus facciones eran aun juveniles. Vestía un batín blanco y su pelo recogido en un estrecho moño. – Duraste dormido dos días...

-¿Dos días?- preguntó aturdido.- ¿Quién es usted? ¿Dónde me encuentro?- preocupándose de su localización.

-Tranquilo, calma...- declaró la mujer haciendo ademanes con sus manos.- Mi nombre es Kiobe Shang...- dijo con pausa.- Soy la curandera...

-¿Una bruja?- mirándole con detenimientos. Ella frunció su entrecejo borrando la sutil sonrisa que tenía momentos antes en su rostro.

Hizo un chasqueo con su lengua para decir.- para haber sido uno de los nuestros, tienes una forma algo particular para agradecer, Makoto...

-¿Cómo sabe mi nombre?

-Se lo nombre de casi todos los que han pasado por este salón. – retirando un poco el biombo para que observara- Era un salón de algún tipo.. ahora es, una enfermería... – notó a pocos pasos de allí, una joven que revisaba a otro de los enfermos. Vestía un batín y tomaba el pulso.

-¡Lady Tomoyo!- dijo Makoto atrayendo su mirada (y sonrisa). Kiobe miró a la joven acercarse. -¿Usted está aquí? Quiere decir... ¡¡los demás pudieron salvarle!!

-¿Ah, se conocen?- señalaban uno y otro.

-si. Es el capitán Tao Makoto de los Ríos...- decía la joven.- Era del otro bando y justo a tiempo, se cambió al nuestro...- sonrió.- Se alegrarán tanto de saber que está bien...

-¿cómo están los demás?- mirando a Tomoyo dudar.- ¿y los otros? ¿qué tal Miroku? ¿ O Hiraguizawa, o Li?- preguntaba incesantemente- y estoy tan emocionado que preguntaré por el cabeza dura de Kinomoto.

-Casi todos están bien- suspiró Tomoyo. Kiobe bajó su cabeza pero para darles privacidad (y no pensar en sus pérdidas personales), se puso a revisar a otro enfermo.- Casi todos...

-¿Cómo que casi todos?- frunciendo su mirada.- ¿Qué pasa?

-Bueno... perdimos a Tsubame y a Xian Hue (no lo conociste); Sakura e Itzume están dormidas...

-¿Dormidas? ¿cómo que dormidas?

-Bueno, es que... ellas enfrentaron a Shu Mei y a la criatura...- notando como la mirada de Makoto se endurecía y la retiraba de la joven.- Creemos que en algún momento, podrían despertar... pero...- no terminando de explicar.

-No lo aseguran...- concluyó el sujeto.- ¡Rayos!- dando contra las mantas con su mano sana. –Deseo ir a verlas una vez mejore... ¿Será posible?

-Creo que si... no creo que haya inconvenientes mientras Kiobe lo autorice.

-¿Qué tal Kinomoto? ¿Cómo lo ha tomado todo eso? Es decir, son su hermana e Itzume...

-Touya trata de concentrarse en sus misiones que, en no pensar en la pobre de Itzume- suspiró ella.- La ama tanto...

-lo sé- declaró Makoto.- eso se veía en los días de la toma de puntos y demarcaciones. Tal vez, la única que no se dio cuenta fue Sakura...- sonrió. – pero las escapadas de cada uno a la alcoba de otro, no era noticia nueva... o innovación a otros...- olvidándose que hablaba con una dama exclamó corrigiendo su error.- ¡Ah perdón Lady Tomoyo!

-Calma... no has dicho nada que, no sea nuevo o mentira- sonrió la joven azorada.- la verdad es que, esos dos... era notable la noche del ataque en casa de Ieran Li. Solo espero que su historia tenga un final feliz...

-¿Hiraguizawa?- preguntó por la condición del hechicero.

-Está bien... aun se recupera poco a poco...- señalando con su cabeza unos biombos mas adelante. – Aun duerme... pero siempre lo cuidamos...

-Será mejor decir que mi querida asistente se desvela en atenciones con él...- dijo Kiobe azorando a Tomoyo.- incluso, tengo que sedarlo ya que no deja que me ayude con los otros enfermos...

-¡Kiobe! Por favor... ¿qué pensará de mi el señor Makoto?- declaró una azorada Tomoyo.

-Bueno, no he dicho nada que no sea cierto.- declaró Kiobe inocentemente. – además se comportan en efecto como una pareja comprometida...

-¿Está comprometida con Hiraguizawa?- preguntó Makoto. Ella mostró la sortija que él le dio en un principio. Incluso estaba sonrojada.

-¿Tao?- preguntó una voz detrás de Tomoyo. -¡Despertaste!- se precipitó la identidad de Nakuru Akizuki acercándose con diligencia a su lecho.- ¿cómo te sientes?

Makoto sonrió ante la persistencia de ella. Tocando su mejilla dijo.- Estoy bien...-pero la retiró inmediatamente.

Es que no daba crédito a lo que había venido a su mente: Esa mujer, no era verdadera. Aunque aquellos meses que tuvieron de romances inhóspitos no pasaba desapercibida la atracción que había por ambas partes.

Pero ella, no era normal.

Jamás podría serlo...

-Ehhhh iré a ver como se encuentra Sakura- dijo Tomoyo disculpándose. Fue a donde Kiobe y parecía decirle lo mismo: Quitándose el batín (Y con la aprobación de la curandera), Tomoyo se retiró de la enfermería.

-Lady Tomoyo me contó como está todo... –viendo a la apenada mujer sentarse en la sillita a su lado.- Me contó también que tu amo está herido...

Nakuru detectó inmediatamente el tono sarcástico en la palabra "Amo" porque a Makoto siempre le cayó horrible la identidad de la guardiana desde que la descubrió: desde que la salvó el día del Solsticio en el camino.

-¿acaso no podrás dejarlo ir? – preguntó ella con tristeza.

-Es que, no se que eres ya...- declaró con tristeza y desdén. – desde que lo descubrí... no se como mirarte... no se quien eres...

Ella tomó su mano y declaró.- Sigo siendo yo Tao... soy solo yo... un poco alocada y que no sabía lo que era amar... hasta que me percaté de mis sentimientos por ti... – viendo como él no levantaba su mirada a sus ojos.- Si solo me dieras una oportunidad... por favor...- imploró la joven.

-Tu misma lo dijiste aquel día "Lady Akizuki"- dijo con énfasis.- No es de las que se enamoran...

-¡me equivoqué! A ti yo te amo...- declaró ella molesta- ¿Qué tengo que hacer para demostrártelo?- gritó.

Kiobe se acercaba a ellos pidiéndoles que bajaran su voz. - ¡Van a despertar a los demás!

-Nada porque te amo también- dijo Makoto – pero tu tienes algo que no se explicar... ¡Eres dos personas dentro de un mismo cuerpo! Sin tomar en cuenta que siempre, estará primero tu señor...

-Sigo siendo yo, Tao- dijo Nakuru con lagrimas en sus ojos. – y no puedo traicionar a mi señor Eriol. Él me creó...

-Nunca serás un ser humano...- declaró mirándole con tristeza. Nakuru se quedó estupefacta al escuchar aquello.- Porque un guardián no tiene género...

-¿Quién te dijo eso?

-Pues Lord Hiraguizawa – dijo con serenidad a pesar de la situación.- él me lo contó... elegiste la figura de una mujer porque la encontraste mas atractiva que siendo hombre...- sonrojándose ante aquel punto.- la pregunta es... ¿piensas como quien? Porque no eres hombre ni tampoco mujer...

-¡Soy una mujer!- gritó ella con lagrimas en sus ojos. Incluso despertó a pacientes a su alrededor.- ¡Soy una mujer!- sorprendiéndole al sujetarle con ambos brazos violentamente contra el lecho. Sus ojos estaban fijos sobre los del sorprendido ex soldado. Ella lloraba con intensidad pero no dejaba de discutir aquel detalle que el sujeto sacó a relucir.- Siempre me he sentido como mujer... y nunca me he arrepentido... además, contigo pensé que estaba claro...- sonrojándole aun mas.

-¡Por favor! dijo Kiobe ya molesta- Si no puedes mantener el silencio...- solicitaba a Nakuru por el alboroto que estaba ocasionando.

-Pero no puedo amar a algo que no existe- dijo Tao molesto.- Entiende mi punto de vista...

-Me amas a mi...

-Amo a la dama que un día me llamó la atención... no a quien descubro que no es...

-La que ves y la que amas, es la misma Nakuru Akizuki- interrumpió a ambos Eriol que se acercaba con lentitud a ellos.- Además, siempre te ha querido a ti... lo supe desde el primer instante que ella te eligió a ti como contacto e informante en el ejercito... de todos, te eligió a ti ...

-Amo Eriol- dijo Nakuru mientras le observa con intensidad. Se puso de pie para darle la silla. – debe de descansar...

-Gracias Nakuru, pero estoy bien- respondió Eriol calmadamente y sonriéndole a su guardiana. – lo que ves aquí, es mi querida Nakuru, Tao- dijo Eriol seriamente.- lo que hablamos aquel día es cierto... hasta cierto punto. Los guardianes en efecto no tienen un genero definido o definitivo... pero su alma, su identidad, decide que actitud y aptitud, adoptar. En el caso de nuestra querida Nakuru, ella quiso ser chica... – sonrió.- una chica muy hermosa por cierto...- sonriéndole mientras parecía él saberlo todo.

-Pero... ella está ligada a su libro... – dijo Tao con profunda tristeza- ¿Acaso no me dirá que dejará de ser de utilidad?

-Nakuru y Spinel Sun, han sido mi familia desde su creación- dijo Eriol con serenidad.- pero el tiempo llegará en que, sus presencias no serán necesarias en este mundo... serán sellados...

-¡Jamás permitiré tal cosa! dijo Tao exaltado. Exaltación que hizo que se lastimara sus heridas.

-¡Tao!- dijo Nakuru alarmada – Te lastimas...

-¡Por favor!- dijo Kiobe molesta acercándose.- En serio, si no mantienen el silencio, tendré que pedirles a los tres, que se marchen ¡Heridos o no!- dijo la mujer.

-Discúlpanos – expresó Eriol sonriéndole amablemente. La mujer volvió a sus afanes y Eriol volvió la mirada a Tao.- Es cierto que ella no es normal; Es cierto también que su nacimiento es algo peculiar a como los demás fuimos creados vivimos y respiramos... pero por ese mismo problema fue que Cho Peing quiso crear la limpieza de la raza... eliminando a lo que él consideraba diferente a él.

-No me compare con Cho Peing...- dijo Tao indignado.- no soy como él...

-Me alegro.- indicó Eriol sonriendo complacido.- Porque entonces se que, no tengo que preocuparme mas por él... – mirando a Nakuru agregó,- La verdad es que, hay una manera de que estén juntos...

-Pero...- dijo Nakuru.

-Nada de peros- señaló Eriol.- te amo como mi hermana. Porque créelo o no, eres como mi familia... la verdad es que, Tao tiene razón: es muy injusto que, seas Ruby Moon y Nakuru Akizuki y mientras una, viva a la sombra de la otra, nunca habrá balance o vida normal. Para ningunos.

-¿Qué quiere decir?

-Que Nakuru o Ruby Moon es inmortal...- declaró Eriol.- Lo que habrá que hacer, es extraer o separar ambas esencias, una de la otra...

-¡Amo!

-Oiga ¿no es peligroso?- preguntó Tao no seguro de todo aquello.

-No para ella sabiendo que eso te preocupa. – dijo Eriol.- Pero claro, Ruby Moon después de esto, será sellada dentro del libro... – mirando seriamente a Nakuru – y Spinel Sun también irá al libro... a ser sellados ambos... hasta que Ruby Moon quiera volver... – sonriendo.- Aunque uno no sabe como quien o cuando quiera hacerlo; lo mas posible sea, cuando yo haya partido de este mundo y el libro con las cartas, tengan un nuevo dueño... pero Nakuru como tal, morirá también... Ruby Moon será ingresada al libro.

-Pero... ¿para existir no se necesitan una de la otra?- preguntó Tao sorprendiendo con ello a Eriol. También a Nakuru.

-Es lo que ella quiere... así se hará... aunque, no lo creo. Al crearlos no lo hice para que fueran solo guardianes. También quería personas de confianza... amigos, Familia... no solamente, poder encerrado en un libro para proteger unas cartas mágicas.

Nakuru sin percatarse en un principio nota un tibio roce en su mano para encontrarse con la de Tao entrelazada.

-claro- dijo Eriol prosiguiendo – No será tampoco inmediatamente- poniéndose de pie.- Si lo hago ahora mientras estoy débil, hay riesgo para Nakuru y para mi también... pero estoy mas preocupado por ella.

-Quiero hacerlo Eriol.- expresó Nakuru sonriéndole. – quiero ser un ser humano.—mirando a Miroku.- y vivir como ellos... y tener un final por el que pasan todos... tarde o temprano...

Eriol asintió en silencio y sonrió ante la decisión de la guardiana.

-Oye...- dijo Miroku mirándole.- Tal vez...- pero ella le hizo callar.

-Te amo... cada quien hace sacrificios...- sonrió la guardiana.- Este será el mío...

-¡Nakuru!- dijo Eriol viéndole llegar del brazo de Tao.- ¿Cómo están?

-Muy bien Eriol- dijo la ex guardiana. -¿ya están todos?- Tao saludó efusivamente a Eriol.

Siempre le iba a estar enteramente agradecido.

-Solo faltan los Kinomotos.- dijo Eriol riendo conspiradoramente pues la explicación de Kagome y su mirada, le delató que, estaban rememorando el pasado. - Pero ya Kagome nos dijo que, vienen en camino... y Sakura y Shaoran...- suspirando.- Bueno, en alguna parte estarán esos dos... – guardando silencio al escuchar la voz de Kagome que hablaba con alguien. Volteó para ver, notando a Pai y ella decirle algo para continuar con rapidez su camino.

Eriol se disculpó para seguirle la pista a la mayor de los Kinomotos cuando pasó por un lado de él en los jardines, momentos atrás.

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Entraba por el lado lateral de la casa, lejos de la multitud de personas reunidas para la ocasión.

Le fascinaba sacarle canas verdes a su padre. Después de todo, era lo que hacía para divertirse. Para sobresalir. Después de todo, cada uno de sus hermanos eran un pedacito de sus progenitores. Ella... era... diferente... y eso ¡le fascinaba!

Ya sabía que no era muy común que una niña de siete años saliera con tales ideas y comentarios. Pero hasta ese momento, nadie sospechaba. ¿ o si?

Pero ella, no iba a donde las personas se reunían. Iba con dirección a la biblioteca. Biblioteca que conservaba dos libros en particulares muy importantes. Libros que en su interior conservaban tres de cuatro guardianes.

Ella miró la puerta y frunció su mirada cuando ingresó. Las cortinas estaban corridas y ella fue a una, abriéndole para dejar entrar la luz.

Miró a su alrededor y sonrió al notar los libros detrás de una vitrina para aislarlos del exterior. Sus ojos verdes brillaron con intensidad.

Entonces, alzó su mano un instante, cerrando sus ojos. Abriéndolos nuevamente, notó como había aislado aquella habitación del resto de la casa y la puerta con llave de la vitrina, se vio abierta. Avanzó hasta la vitrina y la iba a abrir cuando una voz la hizo voltearse.

-¿qué crees que haces?- preguntó Eriol mirándole con ímpetu.

-¡ah Eriol!- dijo ella sonriéndole. ¿Cuándo había entrado? ¿no había acaso cerrado la puerta? Bueno, que sea hechicero, no le era difícil. Ahora lo próximo era, mantener la calma. - Nada... – haciendo ademanes con sus manitas pequeñas.- En verdad... esteeeee... quería algo para leer... y la vitrina está abierta... ¿ves?- señalando el mueble.- parece que mi papá la dejó abierta...

Eriol alzó una ceja - ¿Ah si? Itzume no me había contado que, sabías leer con siete años... y esa vitrina nunca está abierta... –discutió teniendo razón.

-¡Eso me ofende grandemente! – gritó ella comenzando a hipar.-¡Claro que se leer!- gritó escandalizada-¿no recuerdas que es la última ley de Akihito Matso? Todas las chicas tienen derechos igualitarios a una educación.- y a continuación agregó.- ¡no debes decir eso Eriol! ¿sabes lo que haces? ¡Me estás diciendo mentirosa!- sollozando, con la misma treta que, utilizaba con sus padres; treta que por lo menos a su madre, convencía; a su padre, bueno era caso aparte: Este accedía para no ver a su esposa, triste.

Él alzó una mano y dijo.- A mi no me ganarás como a tus padres, abuelo o tíos con esas falsas lagrimas... –sonrió – Esas, las usé durante un tiempo...

La chica insistió con pesar fingido. -No son falsas... ¡Estoy herida porque tu..!- señalándole.

Él suspiró profundamente. Mirando a la chiquita dijo.- A mi no me engañas... se quien eres.. – ella dejó de hipar. –porque has usado este y cientos de trucos como ese... – sonrió.

Con una mirada de ovejilla inocente, declaró.- No se que quieres decir- gimió- ... Eriol...

-Lo que haces cada año... desde que tienes sus recuerdos...- dijo Eriol.- Aíslas este salón con tus poderes, para hablar con Yue...

-¿Yue? ¿quién es Yue?- interrogaba con simplicidad e lloriqueando para mantener aquel porte.

-Deja de bromear Kagome... – brillándole su mirada. Kagome se detuvo de llorar... ¿acaso había sido descubierta? -o debería de llamarte...- pero la chica alzó su mano y sus ojos brillaron con la misma chispa que los de Eriol.

Eriol asintió en silencio. Durante dos minutos no se escuchó nada provenir de ninguno de los dos: Solo se conformaban con mirarse con intensidad.

-¿Desde cuando lo sabes?- preguntó ella. Pero su tono de voz, no era de una chiquilla de siete años.

-he tenido mis sospechas cada vez que te veía, pero nunca había hecho publicas mis sospechas porque eran solo eso, sospechas. Desde que pasaste a mi lado un instante atrás... se volvió certeza–dijo el sujeto - y le dijiste a Pai "querido"... – rió ante su confirmación de sospechas.- ¿Quién escucha eso en una niña de siete años? Pero si recuerdo alguien que, usaba ese pronombre con tanto énfasis.

-Bueno, es tan guapo como el mismo Hue lo fue...-sonrió ella.- y me siento como su tía... no me culpes...- alzando sus brazos en señal de interrogante. – además, Yue no sale... y solo lo saco para contarle los pormenores... solo una vez al año. después de todo, la culpa la tiene Sakura...- no diciéndole "tía" como usualmente lo hacía.- ha dejado igual que tu, el libro aquí... y que decir que ha descuidado sus entrenamientos...- hablaba como toda una experta.- Toda maestra de Cartas, debería al menos, entrenar con ellas, cada cierto tiempo... – pero Eriol le interrumpió.

-nadie sospecharía menos de todo, Akihito Matso que el libro está aquí...- dijo Eriol explicándole a la pequeña como a un igual.- Después de todo... Akihito Matso o cualquiera, quisiera tener el libro de cualquiera de nosotros, en sus manos... Akihito Matso es un excelente presidente, pero un hechicero como todos nosotros... querrá el libro... de cualquiera de nosotros...

-y supongo que tienes la aprobación de mi Padre para esto...- viéndole que se arrodilló para colocarse a su altura. – a pesar que mi padre, no es muy seguidor de la magia.

Eriol asintió.- lo acordamos, Sakura, Shaoran, tu madre, tu padre y yo... si, fue acordado siete años atrás.

-Ambos se miraron en silencio. - ¿y bien? ¿qué harás? ¿se lo dirás a mi madre?- preguntó ella.

-No.- dijo Eriol – Será nuestro secreto- sonriendo sutilmente.- Lo último que necesita Kinomoto o Itzume es saber que otra mas ha reencarnado y que eres su hija.. cuando tienes la mente de alguien mas adulto que su madre... – Sacudiendo su cabeza- es demasiado enredado para ellos... ¡además, creo que Itzume me mataría! Aunque no fuera mi culpa... algo de responsabilidad me cargaría. Y después, queda el temperamento de Kinomoto... aunque no dudo que te ama como una hija. ¡Pero los sacas de quicio!

-¡Ay Gracias Eriol!- chilló la chica abrazándole con efusividad.

Eriol solo pudo sonreír sutilmente.

-Pero... – dijo Eriol mirándole con interés.- ¿Cuándo pasó esto? Es decir... Itzume, quedó en coma el día que falleció... bueno... – no dando detalles mas allá.- ya sabes... su embarazo ocurrió mucho antes... ¿no se supone que...?

-NO Eriol.—dijo la chiquilla.- Cuando se concibe un bebé, en algunos casos, este aun no tiene alma... el alma es asignada de acuerdo al tiempo... cuando Tsubame murió, inmediatamente fue reencarnada.

-¿Cuándo te diste cuenta?

-Dos años atrás.- declaró la chica.- Cuando conocí a Kiddy... la gobernadora del pueblo Luna de Plata...- sonrió.- Me pareció conocida... después la veía en mis sueños y comencé a entender... pero a diferencia de mi anterior vida... prefería disfrutar de esta un poco mas...- sonrió entusiasmada – Además...- alzando sus dedos.- ¿Cuántas vidas mas crees que me considerarán en adelante? ¡Tal vez, fui Tsubame en mi otra vida, pero estoy en plan de disfrutarla al máximo como Asuka!- guiñándole el ojo.- o por lo menos, sus teorías...

Eriol solo lamentó por aquellos que eran padres de la mujer mas insolente, atrevida y ligera de toda la historia. -Solo, trata de no ser tan obvia.- dijo Eriol.- Mira que tu padre, no te soporta esa actitud... de sabelotodo. Por lo menos, ten algo de piedad, y déjalo ganar uno que cada cierto tiempo... y además... no seas tan ligera como la vieja Asuka. Al menos que los quieras perder a tan temprana edad... lo último que Itzume necesita, son mortificaciones.

Rió con ganas para decir.- ¡Pero si es lo mas divertido!- sacó su lengua para agregar- ¡porque no sabes que acabo de interrumpir! Además, quiero mucho a mis padres- y frunciendo su mirada agregó.- Extraño mucho a Kiddy o a mi madre o al abuelo...- haciendo una pausa.- él murió y yo... bueno, no sabía quien era en ese entonces...

-Tienes que retomar esta vida como si fuera la primera- dijo Eriol sabiamente.- por tu bien es lo mejor...

-Lo comprendo. Muchas de las cosas que dejé de hacer como Tsubame, fue un verdadero reto; quise castigarme a mi misma por mis errores. Porque cometí errores terribles siendo Asuka; pensé que adoptando una personalidad como Tsubame, añadiría menos errores y ganaría aun mas cosas. ¿Quién puede decir en esta vida que tiene la ocasión de ser líder en dos vidas diferentes? Aquí, trataré de buscar el balance... ¿no crees?

-Creo que siempre fuiste Tsubame y Asuka- dijo Eriol comprendiendo perfectamente cada una de las palabras de la pequeña físicamente de Kagome Kinomoto.- ¿Ahora, que historia me dirías? – preguntó entusiasmado.

Kagome amplió su sonrisa en su rostro y su mirada brilló con perspicacia.

Eriol esperaba ansiosamente la historia que le narraría la pequeña.

Tal como Asuka hubiera hecho.

-¡Oye Hiraguizawa!- preguntaba Touya al notar al hombre acercarse a su esposa y susurrarle algo al oído.- ¿Has visto a mi hija?

-¿a cual de todas?- preguntó Eriol a propósito para hacerle sacar de sus casillas.

Touya fulminaba con la mirada a Eriol, mientras este mantenía una sonrisilla de inocente.

-Kagome...

-Ah... ella. Creo que la vi adentro... ya sabes como son los niños Kinomoto. Saldrá cuando escuche que la comida está lista...

Touya no muy convencido asintió dejando a los dos a solas.

-¿Y bien?- preguntó Tomoyo susurrándole.- ¿Qué le ocultas?

-¿A quien?

-Pues a Touya Eriol... ¿o me dirás que esta respuesta fue para jugar con su inteligencia o paciencia? – sonrió Tomoyo.

-En verdad, que no se te puede ocultar nada... eres muy perspicaz...

-Con un esposo como tu, tengo que serlo.- rió ella.- ¡Ah Sakura!- mirando a la mujer de ojos verdes acercarse- ¡Hasta que por fin!

-lamento haberme tardado...

-Si... no te preocupes...- dijo su prima.

-Si no te preocupes... se que es difícil separarse de nuestro ser amado en contra de nuestra voluntad- dijo Eriol con una sonrisa.

Sakura se sonrojó asintiendo azorada. Su esposo iba a saludar a su padre que se encontraba allí.

-Eriol me iba a contar un secreto que ha descubierto.- dijo Tomoyo para que el rostro de perturbación de su amiga se borrara.

-¿Ah si? – preguntó Sakura. -¿Qué cosa?

-no es buena idea- dijo Eriol buscando con su mirada- por lo menos, que se enteren por ahora.- Disculpen...- marchándose. Ahí notaron ambas jóvenes como se acercó de soslayo y conversaba con Itzume.

-Es sorprendente como nuestras vidas dan tantos giros ¿no? – dijo Sakura calmadamente.- La verdad es que, no comprendo como Itzume puede con alguien como Touya... – mirando a Tomoyo observar fugazmente a su esposo con la señora de Kinomoto.- ¿o me dirás que estás celosa?

Tomoyo sonrió – Para nada Sakura. Nada quedó mas bien demostrado que, Eriol es mío y Touya es de Itzume. Lo que pasa es que esos dos tienen una amistad que va mas allá y jamás pretendo intervenir en ella. Y sobre todo, sabes que, sin Eriol, Itzume jamás se hubiera casado con Touya...

-¡Que si me recuerdo! – exclamó Sakura.- Itzume, según recuerdo que me contó Shaoran, estaba muy confundida aquellos días...

-Pues era normal... despertar después de meses dormida y enterarse...- sonrojándose brevemente.- bueno, que sería mamá...

-¡Y después tratar de poner en su lugar a aquellas mujeres del pasado de mi hermano! Cuando él recuperó las propiedades de mi padre y Akihito Matso, dijo que, tenía todo su apoyo (por ser quien es de su única sobrina, claro que este detalle lo desconocían ambos en aquel entonces), eran notables todas aquellas que una vez tuvieron algo que ver con mi hermano, en línea para ver quien se lo arrebataba... – Mirando a su prima. -¡y poco importándoles a ellas que Touya tenía su mujer y esperando un bebé!- suspirando.- Suerte que no desperté yo con los mismos problemas...- declaró honestamente la señora Li mirando por segundos a su esposo.- porque no hubiera sabido que hacer. Itzume dudaba mucho que hizo lo correcto y entonces, Touya tratando de convencerla que se casara con él... en verdad, entre un hijo y el matrimonio tal vez, con el hombre correcto... estaba muy dudosa de todo.. no me imagino en sus zapatos... o si hubiera tenido los mismos problemas que ella.

-¡Sakura!- exclamó divertida la joven de ojos azules y sonando atrevida, declaró para molestar a la joven de ojos verdes.- No me contaste que la relación tuya con Li había llegado a tanto antes de casarse...- rió Tomoyo- ¡o que habían llegado tan lejos como Touya e Itzume!!

-¿QUEEEEEEEEE??? –gritó y se azoró Sakura negando con su rostro y sus manos, ante las miradas de los demás. Atrajo la mirada de todos los allí presentes, y le surgió una gota en su cuello ante la sonrisa de Tomoyo. Incluso, Itzume y Touya se miraron fugazmente y sonrieron. ¡Sabrían los cielos que dijo Tomoyo para sacarle de sus casillas! Pronto el lugar volvió a su sonido habitual y los demás a sus conversaciones en sus grupos.- No Tomoyo no lo dije con esa intención.... –roja como jitomate mientras su prima se sonreía sutilmente.- jamás... nosotros... es decir... ¡No antes de casarnos!

-Pues suerte para ti que Touya estaba muy ocupadito con Itzume para percatarse de lo tuyo y Li.- dijo ella riéndose aun mas.- No me canso de decirle a Eriol que, si no hubiera sido por ello, ustedes jamás se hubieran casado tan pronto como lo hicieron...- azorando aun mas a su prima.- aunque, la que tenemos que admitir que estaba llena de dudas era ella. No fue sino hasta que mi Eriol habló con ella, que se percató que hacía lo correcto. Y entonces todo ese feo asunto de su familia...

Sakura suavizó su mirada y dirigiéndole al par de amigos de vidas anteriores quienes conversaban alejados de todos, no evitándose ciertas miradas de indignación y desconfianza por parte de Touya.

-Tu marido no me soporta- dijo calmadamente Eriol y sonriendo aun mas, cuando llevándose a un lado a su vieja amiga, este parecía querer partirle con un rayo y encontrándose gracioso todo aquello.-¿Acaso desconfía de ti, o de mi?- haciendo que Itzume se sonriera no evitando hacerle sonrojar.

-él me cela con todos... así como soy algo desconfiada con las mujeres cerca de él...

-Eso he escuchado.- declaró sonriendo divertido ante la mirada que Kinomoto le arrojaba (a pesar que hablaba con su padre: poco escuchaba el hombre).- ¡y tu que estabas dudosa!

-¡Ah Eriol!- se escandalizó la mujer.- Sabes bien que Itziar nunca...- azorándose.- Bueno, nunca se casó. Me daba miedo que ambos cometiéramos un error. Por llevarnos de nuestros instintos... nada mas.. .

-pues no creo que hayan estado muy equivocados ¿Verdad? – rió Eriol. –y lo de tus instintos, los cubriste mucho antes de casarte.- azorando la joven y esta gritando escandalizada a pesar de su risa.- Kagome es el resultado de aquel experimento.- Colocándole casi morada y agregó sin siquiera importarle que el aire de la joven estaba faltándole por sus comentarios.- creo que conquistaste al inconquistable... lo conocí todo el tiempo que habité en los Ríos y tengo para decirte que la reputación del sujeto no era de la mejor y ¡que nunca se establecería! O eso escuché.

-Créeme que tuve que combatir esas mismas criticas- dijo apesadumbrada – y aun lo hago... pero fui la que se casó con él y además, soy feliz... tal vez, Itziar y Clow no lo fueron en aquel entonces, tal vez porque no estaba destinado aunque si se amaron en silencio. Esta vida, tampoco fue así y no estábamos destinados como sus reencarnaciones, pero si para ser felices... cada uno con lo suyo... ¿no Crees?

Eriol respondió la cálida sonrisa de la joven.

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-Cada año que te veo te encuentro mas adorable- decía Kagome ante la frígida figura de Yue quien no le miraba ni extrañado, mucho menos, sorprendido. - ¡casi nunca hablas!- dijo sentándose delante de él.- ¿No te importa que me siente, verdad?- sonrió complacida y este se quedó inmóvil en su lugar. ni tal parecía que, notaba la presencia de la chica delante de él.- Tienes que estarte preguntando ¿por qué hago esto cada año?

Pero el guardián seguía sin siquiera mirarle. Kagome suspiró largamente.

-Si... ya me había adaptado a tu temperamento tan...- mirándole una vez mas- "especial" –mirándole sin ningún interés de hablar.- solo quiero charlar... ¿Es mucho pedir? – declaró- Ahora, creo que podré hablar con Eriol... siendo quien es... pero no muy a menudo... creo que mi padre sospecharía- llevándose uno de sus dedos a su barbilla.- ¿cómo está Yukito? mirándole una vez mas.- escuché a mis papás hablar de él un tiempo atrás... creo que lo extrañan. – suspirando.- No tengo muchos recuerdos de él; Mas bien, sombras borrosas... tal vez porque... como no lo traté mucho...- tomando un manzana del bolsillo de su vestido y puliéndole con su manga sus ojos se dirigieron al guardián diciéndole.- ¿quieres? no esperando respuesta (Porque sabía que no obtendría ninguna), se llevó la fruta a la boca dándole un mordisco. -¿shas...bes... que esh lo peor? Creo que... mi papá lo extraña... ¿No hay manera que venga?- tragando.- ¿O traerlo? Aunque Eriol ha conservado sus guardianes dormidos igualmente... aunque, creo que en ese libro.- observando el estante.- No hay dos guardianes... se siente un guardián pero la esencia de otro. Mis recuerdos aun son tan vagos... no se... – observándole un instante, la duda vino a su mente.- ¿Por qué no quisiste quedarte fuera?

Pero Yue estaba estático en la misma posición y en el mismo gesto.

Ella alzó una ceja. Suspiró largamente, dejando la fruta a un lado.

Agitó su mano diciendo.- Pues vuelve si tanto te molesta acompañarme...- poniéndose de pie.- Hazlo ahora...- sellando su presencia del resto de los invitados en la casa, que pudieran detectarlos.

-Volveremos a salir- dijo Yue serenamente y sorprendiendo a Kagome.- Porque sabes que, nuestra misión es acompañar a los elegidos...

-Si. Pero te llevaste al mejor amigo de mi padre...- reclamó serenamente.

-Veo que aprecias a Kinomoto.- cerrando sus ojos – él lo extraña, pero las cosas debían de hacerse de esta manera... hasta que un nuevo elegido abra el libro... además Yukito no tenía propósito de quedarse fuera. Su amigo, tenía la vida que tanto deseó para él. Es todo.

-¿se encerró en el libro porque se sentía solo?- preguntó aturdida.

Yue no respondió. Ella lo tomó como un "si".

-¡Tiene que haber una forma!- declaró indignada que no hubiera una solución. Guardó silencio unos instantes y finalmente sus ojos se iluminaron.- ¡¡¡AH YA SE!!!- juntando sus manos.- ¡Será el regalo perfecto para papá! Y enmendaré las cosas con él-.- poniéndose de pie apresuradamente y dejando al guardián en su lugar. Justo cuando abrió la puerta declaró volteándose.- Puedes volver ¡¡y gracias!! Y además, creo que tu otro yo, caerá muy bien con una vieja amiga.- brillándole los ojos.- si... esto será perfecto...

Mientras la chica cerraba la puerta, el libro en la vitrina brilló y el guardián emitió un brillo de luz mientras se transformaba en un rayo de luz blanca y rodeaba el libro, ingresando a él.

Se apresuró recorriendo entre las personas (Saludando unas e ignorando a otras) y atrayendo la mirada sospechosa de su padre, fue a donde Hiraguizawa y este le miró agachándose mientras la chica susurraba algo en su oído – ante las miradas de los presentes.- Eriol sonrió.

Porque la historia, tenía que continuar...

And I'll be yours/y seré tuyo

'Till the end of time/hasta el fin del tiempo

Until the end of time/hasta el fin del tiempo

That's how long this love is/así de largo es el amor

'Till the end of time/hasta el fin del tiempo

I'll be yours/seré tuyo

You turned the light on /encendiste las luces

So I could see /para que yo viera

All the love deep inside of me /todo el amor dentro de mi

You hush my sorrow, close my eyes /murmuras mi pena, cierra mis ojos

And I'll be yours /y sere tuyo

'Till the end of time /hasta el fin del tiempo

I'll be yours/seré tuyo

'Till the end of time/hasta el fin del tiempo

------------- Fin del epilogo 1...

Comentarios de la autora: Finalmente después de casi tres meses, escribiendo este final (Así como lo leen ¡tres meses!), entre borradores, comentarios, ideas, bosquejos que ni siquiera mis betas poseían hasta que estuviera presentable, me siento complacida del desenlace.

¡Ah vamos! No ha sido tan malo. Aunque le tengo compasión en estos instantes a Touya e Itzume: tendrán mucha tela de donde cortar con esta hija de ellos ¿no? ¡reencarnación! ¡Y de Asuka! Quien no deja de divertirse con este matrimonio y sus andanzas es Eriol. Si bien le convendría al señor Hiraguizawa, escribir un libro con sus anécdotas ¿Eh? Pero para eso ¡Me tienen a mi!

Espero no haberlos decepcionado con este primer epilogo. Es largo y contiene un poco de todo: Como la vida de todos fue afectada y de que forma; los próximos epílogos, tratarán a fondo cada una de las parejas mas a plenitud y ahí también se notará que tan distinta es la vida de todos desde la caída del imperio de Cho y además uno que otro secretito que ronda las casas y los personajes.

Muchas gracias a todos aquellos que han seguido la historia desde sus inicios. Gracias también a los que la tomaron ya iniciada o en sus finales. ¡Gracias a todos aquellos que sacrificaron su vista, sus momentos libres, sus impresoras y sus permisos de internet para leer esta historia!! ¡¡Claro que leo sus correos con sus anécdotas y hasta me río un rato con ellas!!

Gracias especiales a mis betas queridas: ¡Naiko Li y Serv!! Se que puedo contar con su apoyo siempre amigas.

Gracias a LadySilverMoon quien me mandó el dibujo utilizado en los últimos capítulos (Disponible en el grupo Deuz Amis). Gracias como siempre a Karenina y a Barbara y además a Barbara y Karenina (no he perdido los estribos, es que, hay dos parejas de hermanas que se llaman así; una es la mayor mientras que en la otra, es la menor). Gracias a Misao y Akane quienes siempre me hacen llegar sus comentarios. Gracias infinitas a Lilika quien se que lee las historias siempre. También a Tsuki Lunita y a Perla (nota personal: Se que te debo una escena especial; dicha escena estará en el próximo Epilogo). Espero que les haya gustado el final .

Ahora a responder detalles:

Canciones:

My Inmortal. Es de Evanensence. Me encanta ese grupo y desde mucho tiempo atrás, quería usar sus canciones. Ese momento, me pareció mas apropiado de utilizarlo. La segunda canción es perteneciente al animé futurista Silent Mobius titulada "Hasta el final del tiempo". Muy linda y me pareció apropiada para los personajes y sus sentimientos.

En lo segundo. Como dije mas arriba , ¡¡la historia no termina aquí!! Bueno, es que, quedaron cosas por responder. Muchas lagunas y por supuesto, el complot de Kagome. Estos estarán desarrollándose en el próximo epilogo, el cual anunciaré cuando esté listo.

Avance al próximo Epilogo: El nuevo gobierno, involucra a la mujer en el senado. Sakura enfrenta el temor de madre mas grande y se verá reñida con Shaoran ¿solucionarán sus diferencias? Los recuerdos de su unión incrementan su sentimiento y tratarán de solucionar sus discrepancias. ¿Akihito Matso quiere organizar una academia armada? ¿qué propósito hay en esto? Kiddy volverá por su hijo, notándosele cuanto ha cambiado la heredera al trono de los Hermanos de la Luna y gobernadora del poblado Luna de Plata y los recuerdos que invaden su mente. A Touya le pasa algo ¿Qué puede ser?

Titulo del segundo Epilogo: "Enlaces".

Para no perder la rutina , con tanto tiempo en esto: Comentarios, solicitudes de algún epilogo, dudas, felicitaciones, tomatazos y demás a