MI OTRO YO

Todos los derechos de la serie Neon Génesis Evangelion pertenecen a Gainax. Esta historia fue escrita sin fines de lucro, solo como medio de esparcimiento. No me demanden.

Nota: Shinji tiene dos tipos de diálogos, "Normal" y "Cursivo", esto es para poder diferenciarlos.

Capítulo XXXVIII: "SUICIDE BLONDE"

Eran cerca de las 12:00 de la noche cuando Shinji llegó al departamento de Kaji, luego de estar con Ritsuko desde las 8:30 en adelante. Estaba con una sonrisa de satisfacción, bueno, no era para menos, considerando que Ritsuko le dio el prometido masaje por todo en cuerpo usando sus... ejem, tenía que reconocer que esa mujer era fenomenal en la cama. Disfrutaba plenamente cada uno de sus encuentros con ella. Tal vez ese era el motivo por el cual le seguía el juego cada vez que se le insinuaba. Sabía que tendría sexo del bueno.

Era algo verdaderamente increíble todo esto que le pasaba. Hace unos meses ni en sueños habría imaginado tener algo con una chica, mucho menos con una mujer, pero ahora ya había perdido la cuenta de cuantas veces lo había hecho. Pero de todas sus conquistas, tres mujeres habían dejado su huella en él y nunca podría olvidarlas.

Ritsuko, su maestra, la mujer que le enseñó todo lo que sabía y con la que siempre disfrutaba hasta el último momento. Misato, su tutora y amiga, que le enseñó que el sexo podía ser mucho más divertido de lo que imaginaba, con su forma juguetona de desenvolverse en la cama. Y por último Isuzo, que le enseñó que el sexo era mucho más que algo físico. Con ella sintió algo que no había experimentado con Ritsuko o Misato... ternura.

El corazón se le apretó al recordar a la chica y se llevó una mano al pecho, sintiendo la gema que colgaba del collar bajo su ropa. "Espero que encuentres alguien que realmente te merezca Isuzo" pensó con algo de pesar. Meneó la cabeza para apartar esos pensamientos de su mente, buscó la llave de repuesto en un pequeño hueco en la baranda del pasillo y entró al departamento.

Todo estaba oscuro y callado. Si todo salía como esperaba, su profesora debía estar dormida en los brazos de Kaji. Lo sentía un poco por Misato, pero no tanto, en el fondo no eran novios, además, Kaji siempre la engañaba. No era excusa, pero así eran las cosas. En todo caso, Misato también había engañado Kaji. Y como lo había engañado. Aún recordaba ese día que lo hicieron en el hospital. Si las paredes hablaran...

Dejó caer su mochila en uno de los sillones junto con su chaqueta y se fue directo al baño. Se dio una rápida ducha caliente para sacarse el olor a mujer del cuerpo y se fue a su cuarto con una toalla amarrada en la cintura y con otra secándose el cabello. Ritsuko había hecho maravillas con su masaje, no le dolía ni un solo músculo, pero estaba cansado... muy cansado. Lo único que quería era meterse en la cama y dormir. Lo que no esperaba es que la luz de su cuarto estuviera encendida.

Al abrir la puerta de su cuarto, grande fue su sorpresa al encontrar a su hermosa profesora recostada sobre la cama, con un conjunto de fina y provocativa lencería de encajes de color negro, mientras se leía con interés un tomo de Hellsing.

Pese al cansancio acumulado, ese viejo camarada de tantas batallas, hizo acopio de sus últimas reservas de energía, y se puso valerosamente de pie, listo para enfrentar otra batalla, si Shinji decidía ir a la guerra con esa mujer que tenía al frente.

--Pro... pro... profesora... usted... usted...

-- Shinji. ¿Por qué tardaste tanto? –- dijo Sabrina levantándose de la cama y yendo hasta Shinji, atrapándolo en un fuerte abrazo, enterrándole la cabeza en sus suaves pechos.

Shinji, rojo como un tomate, se apartó un poco de ella, haciendo un esfuerzo sobre humano por no mirar la eróticamente estimulante vestimenta de la rubia.

-- ¿Qué... que pasó con Kaji? –- logró preguntar, más para él, que para ella.

-- Ese amigo tuyo es un estúpido engreído con complejo de Playboy –- gruñó Sabrina con el ceño fruncido y una mirada afilada.

-- ¿Qué pasó?

-- Cuando llegué, él ya estaba aquí, conversamos un rato y luego intentó pasarse de listo.

Si, definitivamente ese era el viejo Kaji.

-- ¿Y que pasó? –- preguntó Shinji, aún atrapado por los brazos de la mujer.

-- Intentó agarrarme un pecho, le di un puñetazo y me vine a tu cuarto.

A Shinji le corrió una gota de sudor por la nuca.

-- Si... bien, hablaré con él mañana, ahora yo quisiera...

No alcanzó a terminar lo que decía, ya que Sabrina sujetó su rostro con las manos y le dio un profundo beso que lo dejó literalmente sin aliento. Se separaron con un sonido húmedo y quedaron unidos por un fino hilo de saliva.

-- ... profesora, yo...

-- Shinji, creí haberte dicho que me llamaras Sabrina.

-- Sabrina... no sé si esto...

Un nuevo beso acalló sus palabras y no pudo evitar el abrazar a la mujer. El sentirla así, tan cerca, hizo que todo el cansancio quedara en el olvido y sus instintos comenzaron a salir a flote una vez más.

-- Te eché de menos durante la tarde –- susurró Sabrina al oído de Shinji –- Quedamos en que me ayudarías a recuperar el tiempo perdido. ¿recuerdas?

Al separarse un poco de ella, vio esos ojos celeste que lo miraban con deseo detrás de los anteojos, su sonrisa seductora y su rubia cabellera que caía por su espalda y los lados de su cara. Era una mujer bellísima, y estaba ahí, en su cuarto, semidesnuda, deseosa y dispuesta a entregarse a él... un simple, pero afortunado chico de 15 años.

Las cadenas que sujetaban a Shinji cayeron desechas y se encaminó a la cama con la mujer. Ella se recostó, haciendo de esa simple acción algo tremendamente erótico. Shinji se quitó la toalla dejando ver una respetable erección, pese al duro trabajo que le dio Ritsuko, y se subió a la cama, quedando de rodillas a los pies de la mujer.

Sabrina sonrió en forma lasciva al ver la masculinidad de Shinji, y levantó la pierna izquierda. Shinji sintió una deliciosa sensación cuando la mujer le acarició el pecho con la punta del pie, gracias a sus finas ligas negras. La caricia fue descendiendo gradualmente hasta llegar a su miembro, donde ella se divirtió estimulándolo. Shinji le apartó el pie, abriéndole accidentalmente las piernas. Pudo ver la entrepierna de la mujer y tragó sonoramente. Le quito la diminuta tanga, dejando expuesta la húmeda intimidad de la mujer. Se sintió mareado, pero pudo controlarse. En eso se fijó en su pulsera y se llevó una sorpresa al verla en azul. ¿Era él?. ¿En verdad era él y no su "Otro Yo"?

No tuvo mucho tiempo para seguir pensando en eso, unos brazos lo sujetaron por el cuello y lo obligaron a recostarse, atrapándolo en un fuerte abrazo, junto con unas piernas que se cerraron atrapándolo por las caderas. Sabrina lo besó con desesperación y deseo, dejándolo nuevamente sin aliento. Al separarse y tratar de recuperar el aliento se encontró con su mirada cargada de deseo.

Recostado y aprisionado sobre esa exuberante mujer, Shinji analizó su única opción ¿Sería capaz de satisfacerla? Al menos una vez si, estaba seguro. Pero ella no se conformaría solo con una ¿Sería capaz de hacerlo más de una vez en el estado en que estaba?... bien, ahora lo averiguaría. Le quitó los lentes a la mujer, los dejó sobre la mesita de noche y la besó.

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Abrió los ojos y se encontró con un techo ya familiar. Era su cuarto en el departamento de Kaji. Al mirar a su costado derecho pudo ver a una hermosa rubia durmiendo acurrucada junto a él. Sonrió con satisfacción y orgullo. Fue capaz. Tuvo que forzar la máquina, pero no falló, lo cual no era una hazaña menor. Sabrina era muy apasionada. Se entregaba por entero y le gustaba recibir con la misma intensidad. Era un verdadero milagro que siguiera con vida después de la pelea que le dio.

Miró su reloj en la mesita de noche y eran casi las 12:00 del día. Era tarde, pero era normal despertar a esa hora después de la noche anterior, sin contar el día. Se levantó con cuidado para no despertar a la mujer. Al verla dormida en su cama, apenas cubierta con las sabanas, su viejo camarada de armas amenazó con volver a la vida, así que apartó la vista, tomó las dos toallas que dejo tiradas la noche anterior y se encaminó al baño. Necesitaba una ducha fría y comer alguna cosa. Estaba muerto de hambre.

-- Al fin despertaste.

Shinji se detuvo al escuchar el tono de voz de Kaji. Parecía molesto. Al verlo, efectivamente estaba con mala cara, pero lo que lo sorprendió fue el ojo amoratado e hinchado que exhibía. Entonces recordó lo que le dijo Sabrina la noche anterior "Intentó agarrarme un pecho, le di un puñetazo y me vine a tu cuarto" Inevitable. Se largó a reír.

-- No le encuentro la gracia -– dijo Kaji, logrando que Shinji dejara de reír –- Ahora siéntate.

Shinji se sentó, aún con una pequeña sonrisa. Kaji por el contrario estaba con el ceño fruncido.

-- Déjame felicitarte Shinji. Tu última conquista es impresionante. Una mujer hecha y derecha, y muy hermosa debo agregar, y hasta te acostaste con ella.

Shinji lo miró sorprendido y con algo de temor.

-- Si te preguntas cómo lo supe, bien, los gemidos de tu amiguita no me dejaron dormir anoche.

Shinji se puso rojo en el acto. Sabía que ella fue un poco escandalosa, pero no creyó que tanto.

-- Shinji, yo no soy nadie para darte discursos sobre moral, pero no puedo dejar de decir que tienes que controlarte. Lo entiendo con alguna chica de tu edad, pero esa es una mujer, y no cualquier mujer, es tu profesora. Lo que hicieron es un delito ¿Lo sabías?

-- Kaji... yo...

-- Está bien Shinji, entiendo. Tienes un problema, un problema serio, y de alguna forma cuando no eras tú, lograste levantarte a esa mujer. Lo cual no es algo menor.

-- Kaji... bien... en verdad no recuerdo muy bien cómo paso esto... estaba un poco ebrio y...

-- ¿Ebrio?

-- Olvida eso. El punto es que... no quería, ni pensé que las cosas llegarían a este punto.

-- Bien, quiéraslo o no, ya llegaste a este punto. Ahora tienes que salir de este lío, porque es un lió, uno muy grande –- dijo Kaji y se asomó a mirar por el pasillo a la habitación de Shinji antes de seguir, casi susurrando –- Esa mujer es tu profesora de inglés. Si se enteran en la escuela, la despiden y luego la meten presa por abuso de menores, no importa que digas que fue cosa de los dos. Así que por tú bien y por el de ella, deja esto hasta aquí. Termina lo que sea que tu "Otro Yo" inició con ella lo antes posible. Si necesitas ayuda solo dímelo.

Shinji asintió bajando el rostro, analizando lo que dijo Kaji, "Abuso de menores". No había pensado en eso, entonces lo de él y Ritsuko podría ser tratado de la misma forma si los descubrían. No era un pensamiento agradable. Tendrían que tener mas cuidado de ahora en adelante.

Shinji abrió los ojos sorprendido al descubrirse pensando así. ¿Significaba eso que ya le estaba cambiando la personalidad? Tendría que hablar con Ritsuko sobre eso, claro, si lograba que ambos permanecieran con ropa y en posición vertical... mala idea, ya lo habían hecho así una vez, apoyados en una pared. Se llevó una mano al rostro en frustración.

-- Tranquilo Shinji. Puedes contar conmigo si pasa algo. Solo llámame. ¿De acuerdo? -– dijo Kaji, poniéndole una mano en un hombro.

Shinji afirmó con la cabeza y sonrió un poco. Esas palabras lo hicieron sentir mejor.

-- Bien, será mejor que me vaya –- dijo Kaji encaminándose a la puerta.

-- ¿Te vas?

-- Si, es lo mejor. No quiero toparme con "Sir Integral Hellsing". Con un ojo amoratado ya tengo suficiente. Voy a molestar un rato a Misato. En una de esas la pillo volando bajo y... tú sabes –- dijo Kaji colocándose unas gafas de sol –- En todo caso... te felicito. Una mujer como esa rubia que tienes en tu cuarto, no cualquiera se la lleva a la cama -- luego de ese comentario, le dedicó una traviesa sonrisa a Shinji y dejó el departamento.

Shinji miró a Kaji dejar el departamento y sonrió. Era sin duda un buen amigo. Lástima que no haya podido ligarse a Sabrina y sacársela de encima... aunque... en el fondo no lo sentía tanto. La noche anterior se había divertido de lo lindo. Se metió a la ducha con una sonrisa en los labios y largó el agua helada para apartar cualquier mal pensamiento.

Al entrar a su cuarto Shinji se llevó la segunda sorpresa del día. Sabrina estaba de pie, desnuda, mirando un papel pegado en la pared con cinta adhesiva. Al sentirlo llegar se dio vuelta y le sonrió.

-- Hola Shinji. ¿Amaneciste bien?.

-- Si... estoy bien -– respondió Shinji tratando de no mirarla.

-- ¿Qué significa eso de ahí? -– preguntó ella, señalando el papel que miraba.

Shinji se acercó y vio el papel. Era un calendario que había hecho en su computadora con el tiempo que le quedaba antes de que su "Otro Yo" tomara su lugar tiempo completo. Decía "Tiempo que queda antes de que EL me sustituya" estaban tachados 12 días de 50. Tomó un lápiz y tachó otro día.

-- Es largo de explicar... por cierto. Hablé con Kaji y... dijo que lo sentía.

-- Mas le vale o le pego de nuevo –- dijo Sabrina un tanto enojada.

-- Si, bien... salió por el resto del día así que no va a molestarte.

-- ¿Eso quiere decir que estamos solos? -– preguntó ella, caminando hasta Shinji, que sintió un escalofrío recorrerle la espalda.

Sabrina sonrió, le dio un beso en los labios y fue hasta uno de sus bolsos, sacó un par de toallas y se encaminó a la puerta.

--Iré a tomar un baño. Nos vemos... tigre –- le dijo a Shinji con una sonrisa pícara y se perdió por el pasillo.

Shinji soltó el aire que sin darse cuenta estaba conteniendo y por fin se relajó. Esa mujer era mala para los nervios. Kaji tenía razón, debía sacársela de encima lo antes posible... pero primero haría algo de comer. El hambre lo estaba matando. Se quitó la toalla con que se cubría y se puso unos pantalones cortos y una polera roja con un dibujo de Minmey en uniforme militar, invitando a unirse a la U.N. SPACY.

Se fue directo a la cocina y comenzó a volar de un lugar a otro preparando una contundente y abundante comida, ya que imaginaba que su nueva conquista también tendría hambre.

La tercera sorpresas del día se la llevó al ver a Sabrina aparecer con una de sus camisas. Eran una blanca con las letras de Citroën en negro y el logo en rojo. La camisa estaba abierta dejando ver unas lindas bragas y sostén rozados con encajes.

-- Espero no te moleste que me ponga un de tus camisas –- dijo con una sonrisa.

-- No...no hay problema, pero... ¿No deberías ponerte algo más de ropa?

-- ¿Para qué?. Solo estamos los dos –- dijo ella con una sonrisa.

Luego de esa contundente afirmación, a Shinji no le quedó más que asentir y seguir preparando la comida... ya no estaba tan relajado.

Tal como había predicho Shinji. Arrasaron con la comida, al punto que parecían dos Saiyajin comiendo. Una vez satisfecho el estomago, levantaron la mesa y lavaron los trastos, después de eso, se dejaron caer en los sillones de la sala para reposar y prendieron el Home Theater. Pero Shinji no pretendía quedarse ahí para siempre. Comprendiendo que esa mujer era un peligro en potencia, decidió salir de ahí lo antes posible. Eso lo hizo recordar que quedó de ir a ver a Asuka.

-- Bien, si me disculpas, tengo cosas que hacer –- dijo Shinji poniéndose de pie.

-- ¿Te vas?

-- Si, quedé de ir donde Asuk...

Shinji no pudo terminar lo que decía. Sentado ante él, estaba una despampanante rubia, con las piernas cruzadas mirándolo con seriedad, y una sonrisa algo divertida. Se veía tan sexy...

-- ¿No pensarás marcharte y dejar sola a tu ama?... vampiro.

Esas palabras fueron como una descarga eléctrica para Shinji. ¿De donde las sacó? ... Claro, el manga de Hellsing. Lo estaba leyendo cuando llegó anoche. Entonces ella ya sabía quien era Integral y la clase de relación que tenía con su vampiro... un momento. ¿Acaso ella quería jugar a...?

-- Te hice una pregunta Alucard... ¡Contéstale a tu ama!

Esas ultimas palabras fueron demasiado para el pobre Shinji, lo hicieron pasar el límite y antes de darse cuenta, se postró ante la mujer, apoyando una rodilla en el suelo mientras inclinaba el rostro.

-- Por supuesto que no... sabes que siempre estaré a tú lado, Sir Integral Hellsing. Soy tu fiel sirviente, el vampiro Alucard... deme ordenes, mi ama.

La mujer sonrió mientras descruzaba las piernas y las dejó ligeramente abiertas. Estiró la pierna derecha y con la punta de los dedos del pie, hizo que Shinji levantara el rostro para verlo a los ojos.

-- Esperando ordenes... Miss Hellsing –- Insistió el seudo-vampiro Ikari con una sonrisa que entre dejaba ver sus dientes, que por una de esas cosas que no se pueden explicar, mostraban unos relucientes colmillos.

-- Hazme el amor, vampiro... hazme el amor una y otra vez, como si no fuera a haber un mañana. No te detengas por nada. No dejes que nada te distraiga. Cumple mi orden sirviente, eso es todo lo que debe importarte –- dijo la mujer, acariciándole la mejilla con los dedos del pie.

-- Como usted desee... mi ama –- respondió el seudo-vampiro, aumentando su sonrisa.

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Asuka se paseaba de arriba abajo por el departamento. El idiota de Shinji aún no llegaba y ya casi eran las 7:00 de la tarde. ¿Le habrá pasado algo?... no, las malas noticias vuelan, si hubiera pasado algo ya lo sabría. Entonces. ¿Dónde se había metido?

En NERV ni pensarlo, Shinji no iba para allá a menos que fuera necesario. ¿Con los dos chiflados?... no. Hikari le comentó que pasaría toda esa tarde con Touji, y había escuchado que las amigas de la Vaca Lechera le dijeron a Kensuke que tenía que acompañarlas de compras al centro comercial, para cargar sus paquetes en penitencia por las estupideces que había dicho.

Solo quedaba una posibilidad. ¿Acaso Shinji y la muñeca...? No, ahora que recordaba, escuchó a Ritsuko decirle a Rei que la esperaba hoy para unas pruebas y exámenes médicos. Entonces quedaba un solo posible lugar donde encontrar a Shinji. Tomó el teléfono y marcó el número de Kaji... nadie contestó.

Cortó la llamada con un regaño y volvió a intentar con el celular de Shinji...

/ Nuestro cliente, tiene su celular apagado, o se encuentra fuera del área de cobertura... nuestro... /

Asuka colgó de golpe la bocina y miró con odio al pobre e inocente teléfono.

-- ¡IDIOTA!. ¡TODOS LOS HOMBRES SON UNOS IDIOTAS!

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-- ¡Atchísss!

-- ¿Hum. ¿Estás resfriado?

-- No que yo sepa. En una de esas, alguien se acordó de mí -– contesto Shinji.

-- Si, debe ser eso. Los vampiros no se resfrían –- dijo la mujer acariciando el pecho de Shinji y se agachó para besarlo con pasión mientras le sujetaba el rostro con las manos.

Shinji devolvió el beso a la mujer, al tiempo que alzaba las manos para acariciar los perfectos y suaves pecho de Sabrina, sintiendo como sus duros pezones presionaban las palmas de sus manos, logrando excitarlo más de lo que estaba. Sin pensarlo mucho, fue bajando las manos hasta llegar a las caderas de la mujer, comenzando a presionarla contra sí.

Al sentir esta acción, Sabrina lo liberó del beso y lo miró con ojos deseosos y una sonrisa traviesa en los labios. Alzó en tronco y comenzó a moverse otra vez sobre Shinji ayudado por las manos de este, que la presionaba con fuerza aumentando el estímulo. Sabrina arqueó la espalda y echó la cabeza hacia atrás mientras comenzaba a gemir por el placer que experimentaba, gemidos que se mezclaron con los de Shinji y que resonaban por todo el departamento.

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-- ¡Atchísss!

-- ¿Hum?.¿Estás resfriado?

-- No que yo sepa. En una de esas, alguien se acordó de mí -– contesto Touji.

Hikari le acercó un vaso con jugo de naranja, y este se lo bebió de un trago, mientras que Hikari solo le daba un sorbo al de ella.

-- Parece que tenías bastante sed. ¿Quieres que te traiga otro? –- preguntó la chica.

Toiji miró a su novia, que estaba de pie, desnuda junto a la cama donde él estaba sentado. Recorrió el cuerpo de la chica con la vista. Piel blanca y suave, caderas insinuantes, una cintura delga y un hermoso para de pechos, que si bien no eran tan grandes, a sus ojos eran del tamaño justo.

Le quitó el vaso de jugo a Hikari, lo dejó en la mesita de noche y la atrajo a la cama, jalándola de un brazo.

-- ¿Qué pretende de mí, señor Suzuhara? –- preguntó la chica con una sonrisa traviesa, subiéndose sobre Touji y haciendo que volviera a recostarse en la cama.

-- Hacerle el amor, señorita Hokari –- respondió Touji y besó a su novia mientras la abrazaba y le acariciaba la espalda.

Al separarse, se miraron a los ojos con pasión mientras recuperaban el aliento. Touji desvió la vista a la mesita de noche y tomó uno de los escasos preservativos que le quedaban, pero Hikari se lo quitó de las manos. Touji la miró extrañado y ella le devolvió una mirada juguetona.

-- Déjalo en mis manos. Yo me encargo de esta... formalidad –- dijo la chica con voz sensual, se llevó el sobre del preservativo a la boca y lo sujetó con los dientes. Luego de eso comenzó a descender lentamente, sin apartar vista de los ojos a Touji, mirándolo con deseo y lascivia.

Touji abrió los ojos como platos al ver "COMO" Hikari pretendía colocarle el preservativo. Hundió la cabeza en la almohada, cerró los ojos con fuerza y abrió la boca en un silencioso gemido, al SENTIR cuando le colocaban el famoso preservativo en su lugar.

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-- ¡Atchísss!

-- ¿Hum?.¿Estás resfriado?

-- No que yo sepa. En una de esas, alguien se acordó de mí -– contesto un sobrecargado Kensuke.

Mouki se encogió de hombros y fue a la vitrina que le señalaba Aya. Ambas chicas se miraron divertidas, luego vieron a su burro de carga y se largaron a reír disimuladamente, antes de asentir con la cabeza.

Kensuke por su parte era ajeno a todo eso. El pobre chico sujetaba una pesada montaña de paquetes con las compras de Aya y Mouki, al punto que lo único que era visible de él, era sus piernas. Esto no era lo que le hubiera gustado para pasar la tarde de un domingo, pero el sacrificio bien valía la pena si podía estar junto a Mouki. Suspiró con resignación.

Se sentía mal al estar junto a la chica que amaba, pero sin poder hacer nada al respecto. A veces ella era tan fría como el extinto polo sur, y otras veces estaba tan cerca... pero a la vez tan lejos, como esa vez cuando volvían de Tokio-2, cuando se recargó en él y le permitió abrazarla. En verdad no la entendía. Parecía que ella jugaba con él... si solo pudiera demostrarle que era más hombre de lo que ella pensaba... demostrarle que era capaz de hacer cualquier cosa por ella...

-- Mi vida es una mierda –- se quejó ya resignado.

-- Kensuke, ven acá. Vamos a entrar a esa tienda –- dijo Aya.

-- Si, claro... ¿Qué tienda? –- dijo Kensueke, desde detrás de la montaña de paquetes que no lo dejaban ver por donde iba.

Mouki suspiró cansadamente y jaló a Kensuke de un brazo dentro de la tienda.

-- Kensuke, necesitamos tu opinión de experto -- dijo Aya.

El aludido logró de alguna forma, poner los paquetes en el suelo sin dejar caer ninguno y al levantar la vista, se llevó la sorpresa de su vida al descubrirse dentro de una tienda de lencería femenina, un lugar prohibido para los hombres. Los colores se le vinieron al rostro, pero no tuvo tiempo de pensar mucho en ello ya que sus ojos de detuvieron sobre Mouki, que lo miraba divertida.

-- ¿Crees que este modelo me quede bien? –- preguntó divertida, sosteniendo sobre su ropa un hermoso sujetador blanco con encajes.

Los ojos de Kensuke casi se salen de sus órbitas y tuvo que llevarse una mano a la nariz para contener una hemorragia nasal, mientras Aya y Mouki se partían de la risa.

-- ¡NO LE ENCUENTRO LA GRACIA! –- logró finalmente gritar un totalmente avergonzado Kensuke.

Mouki se acercó hasta él y le susurró al oído –- Si te portas bien, podría dejar que veas como me queda puesto –- le dijo con voz un tanto seductora, le sonrió y luego se fue junto con Aya a unos vestidores.

Kensuke dio un par de pestañadas al ver alejarse a las chicas, y luego sonrió... su vida no era tan mala después de todo.

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-- ¡Atchísss!

-- ¿Hum?.¿Estás resfriado?

-- No que yo sepa. En una de esas, alguien se acordó de mí -– contesto Kaji.

Misato se recostó de lado y miró a Kaji con seriedad.

-- ¿Por qué siempre termino en la cama contigo? –- preguntó Misato.

-- Porque me quieres... y porque soy un gran amante –- respondió Kaji dándole otra calada a su cigarrillo, recostado junto a la mujer, en la cama de un motel.

Misato miró a su eterno enamorado y por un momento estuvo tentada a decirle que no era tan bueno como creía, ya que había un chico que era mucho más diestro que él en el arte del amor... en todo caso.¿Dónde aprendió Shinji a hacer todas esas cosas?. Era imposible que hubiera aprendido solo, alguien debió enseñarle¿Pero quien?

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-- ¡Atchísss!

-- ¿Hum?. ¿Está resfriada doctora?

-- No que yo sepa. En una de esas, alguien se acordó de mí -– contesto Ritsuko.

Maya se recostó de lado y miró a Ritsuko con algo de preocupación.

-- Si gusta puedo ir a la cocina y prepararle algo caliente.

-- No hace falta Maya. Todo lo que necesito en este momento esta junto a mí –- respondió Ritsuko, observando el perfecto y desnudo cuerpo de Maya, recostado junto a ella en su cama.

Maya se sonrojó por la respuesta de su superior, mentor y amante, pero no tuvo mucho tiempo más para pensar en eso. Ritsuko se fue sobre ella atrapándola en un profundo beso... que ella respondió de inmediato.

Continuará...

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Notas del Autor: Y así termina un intenso y ardiente capítulo de este Fic, tal vez el más subido de tono de todos los que he escrito. ¿Se me habrá pasado la mano?. ¿Debería poner advertencias al inicio del capítulo?. ¿Debería dedicarme a escribir Fics Lemos de EVA?

Bueno, regresando a Mi Otro Yo. Tal como este autor había comentado, Sabrina Legrand (la maestra de Inglés) resultó ser una verdadera fiera, que se ensañó con el pobre Shinji (Para total alegría del Shinji Hentai) y no lo dejará ni respirar en su afán por "Recuperar el tiempo perdido"..

Para finalizar, el título de este capítulo fue sacado de una canción del grupo australiano INXS, "SUICIDE BLONDE". Traducido al español "La Rubia del Suicidio".