A/N: Para referencias a mi estilo y a ciertos aspectos del fic, lean 'Littera Minima' y sus secuelas, de la cuál esta es su última entrega. Por favor, quienes dejan reviews anónimas, dejen un mail de contacto para que pueda responder sus comentarios con más agilidad, dado que no volveré a poner estas respuestas en mi profile.

¡MONTÓN DE GRACIAS A MIS LECTORAS DE PRUEBA! ¡Gracias Firts Ayanami y Sonomi por el tiempo que se dieron para leer y corregir mis locuras!

Saint Seiya, la trama y sus personajes pertenecen al Sr. Kurumada y a quienes han pagado por el derecho respectivo. El personaje de Shiori, pertenece a Rumiko Takahashi y ha sufrido modificaciones para el beneficio de la trama. No estoy sacando beneficio económico de este escrito: nada más hago esto para relajarme y entretener a mi imaginación, eso es todo.

ADVERTENCIA.

Del Manual del Villano Para la Malvada Conquista de la Galaxia, Artículo Decimoquinto: Nunca emplearé un dispositivo digital de cuenta atrás. Si encuentro que es absolutamente inevitable, lo programaré para activarse cuando llegue a 117, justamente cuando el héroe esté poniendo su plan en marcha.

Cualquier coincidencia con la realidad, con situaciones reales y semejanzas con personas vivas o muertas, es una mera coincidencia. Se pide criterio y discreción por parte de los lectores. No me hago responsable de castigos, lesiones, o penas capitales derivados de la lectura de este capítulo.

Capítulo 3:

Por algún lado hay que empezar.

Oficina del Director.

El Señor Tersites Yannos parecía una caricatura. Era bajo, calvo, estaba pasado de peso, y todas sus canas se las debía a sus alumnos. Era histriónico y al hablar gesticulaba en demasía con las manos, motivo que le hacía blanco perfecto de bromas, tanto de alumnos como de profesores. Verle hablar distraía y su mensaje siempre tenía pocas repercusiones en quienes le escuchaban. Era mañoso y gentil, aunque no demasiado, fumador compulsivo, gran negociante y severo en los castigos: en sus 5 años como director de aquél plantel estudiantil, había aplicado tolerancia cero en todas las faltas cometidas. Trataba de hacer su trabajo lo mejor posible, y aunque había cometido errores, éstos no lograban opacarle.

"Estimo y aprecio mucho este esfuerzo que hacen. Sé que lo que los motiva en estos momentos a estar aquí, haciendo estos reemplazos, es porque de este modo podréis proteger a su diosa." Comentó el Señor Tersites. "Y dado que por mucho tiempo nos veremos las caras, espero que mantengamos el respeto debido que exige la situación."

¡Afro De Piscis Estaba Por Atarle Las Manos: el dorado padecía de un levísimo caso de déficit atencional que su maestro había controlado a tiempo en su niñez. Sin embargo, tanta gesticulación del Señor Tersites le estaba complicando las cosas por primera vez en muchísimo tiempo y Afro no estaba captando nada de lo que decía. Los demás santos le escuchaban con aburrida atención, aunque costaba seguirle el ritmo. Cada uno tenía en sus manos una carpeta que les habían entregado hacía poco, en los que se encontraban sus distintas funciones y horarios.

"Los santos están perfectamente concientes de esto." Aseguró el Patriarca. "Saben que su accionar en el establecimiento conlleva algunas condiciones, por lo que actuaran de acuerdo a las mismas." Asintió Shion con gravedad. "En tanto se mantengan los niveles mutuos de respeto no veo problemas. Recuerde, eso sí, que los santos sólo responden por sus faltas ante mi o la diosa."

"Lo tengo muy claro. Sé que en aras de la buena convivencia, todo saldrá muy bien." El señor Tersites suspiró y sonrió, sin dejar de hacer gestos con las manos, para tortura de Afro, continuó. "Creo que es el mejor curso de acción que podemos seguir." El director se quitó los lentes unos segundos y mientras los limpiaba con su pañuelo, continuó, dirigiéndose a los santos. "Entiendo bien que debéis ser discretos y que no podéis ignorar vuestra vocación de servicio a vuestra diosa, por lo que si nos respetamos mutuamente, las cosas funcionarán muy bien, tanto para ustedes como para esta comunidad escolar."

"No pude haberlo dicho mejor." Shion se sentía extraño hablando de este modo. No se sentía en su salsa, pero trataba de salvar las apariencias. Era como si las palabras le salieran en forma forzosa. "Ojalá que ni la diosa ni estos santos den problemas." El Patriarca se volvió a los aburridos santos presentes. Notó que Afro estaba mareado y avergonzado, por lo que se compadeció: Shion supuso que el santo de Piscis no había entendido nada. "Ellos cumplirán con su deber, incluso Argol de Perseo."

"¡Haremos Lo Mejor Posible, Señor Tersites!" Exclamó Alde con entusiasmo. Los demás asintieron con desgano, con un sonido que recordó el mugido de una vaca. "No vamos a defraudar a nadie."

"Me alegra oír eso." El Señor Tersites se puso de pie, mirando la hora en su reloj. "Ya es hora que conozcáis a los demás maestros. Dentro de poco sonará el timbre."

El hombrecillo se puso de pie y tomó dos carpetas que tenía encima de su escritorio. Se sacudió sus ropas más que nada por costumbre y se dispuso a salir de aquella oficina. Shion y los demás le observaron algún rato antes de disponerse a seguirle. El Patriarca tuvo que callar con la mirada a Shaina y a Máscara, que tenían el aspecto de querer perder su oportunidad de quedarse mudos. Afro en tanto, le preguntaba a Alde en voz baja sobre todo aquello que no había logrado captar: el pobre estaba de muerte, desde que era un niño que tal cosa no le pasaba.

Al salir, Saori se puso de pie. Argol y Shura observaron al grupo con desgano. El señor Tersites se dirigió a la diosa e hizo una leve reverencia.

"Es un honor para mi conocerla, Señorita Kido." Le saludó con respeto, sin estar muy seguro del protocolo a seguir. "Supongo que fue advertida que aquí tendría el mismo trato que los demás alumnos."

"El placer es mío… y sí sabía que tan solo seré una alumna más aquí." Respondió Saori algo nerviosa. "Esa es la idea desde el principio." Shura frunció el ceño: no le gustó el director.

"Ojalá se sienta a gusto." El director tomó aire. "Ya que tenemos eso en claro, es hora que se vaya al sector de alumnos. Tenga." Tersites le entregó una de las carpetas a ella y la otra a Argol. "Vayan con esto a la secretaría estudiantil y allí se les dirá a donde deben ir."

"Perfecto… ¡Aquí está todo!" Murmuró Argol hojeando la carpeta. "Gente, no se preocupen, que estaremos bien."

"Ni que fuera una muñeca de cristal." Rezongó Saori, revisando su carpeta. "¡Qué nervios tengo!"

"No los tenga, ya verá que le va muy bien."

"Además estaremos cuidándola." Intervino Shaina con su tono usual. "Que no le quepa la menor duda." Saori se encogió de hombros inquieta.

"Lo sé, lo sé, pero no puedo evitarlo." La diosa dejó escapar una risilla. Shion le palmeó el hombro.

"¿Seguro quiere quedarse? Todavía puedo sacarla si le place o si está muy nerviosa." Le ofreció con genuina preocupación, en un último intento de hacer desistir a la joven de su loca idea de quedarse en el colegio. "No tengo problemas en seguir monitoreando sus avances."

"Estaré bien Shion, además me estarán cuidando." Saori entonces adoptó una actitud humilde. "¿Le recordaste al Sr. Tersites lo de la discreción, verdad?"

"Así es. Sólo él y los santos saben que usted es la diosa Athena." Le aseguró. El Director asintió con lentitud.

"Su secreto está a salvo conmigo, nadie sabe ni sabrá que está en mi establecimiento." Explicó el director. "Puede confiar en mi, con o sin contrato." Añadió. Curiosa, Saori ladeó la cabeza.

"Para estar seguros, nuestros abogados le hicieron firmar un contrato de confidencialidad." Terminó de decir Shion.

"Espero que ese contrato sea a prueba de Seiya." Rezongó Shura. "Y que haya dejado en claro que al menos yo, no tolero a los traidores." Shion casi calcina al santo de Capricornio con la mirada, pero Tersites se echó a reír.

"¡Shura de Capricornio!" Gruñó el Patriarca.

"Algo había leído al respecto." En honor a la verdad, y pese a que el comentario le había causado gracia, Tersites había sudado la gota gorda del susto, tras el comentario de Shura.

"Esos Abogados. ¡Cardumen De Pirañas!" Rezongó Afro para cambiar el tema. Nunca había tenido buenas relaciones con el departamento jurídico.

"Pirañas efectivas al menos." Máscara, que no había abierto la boca desde que habían despertado, por fin hizo acto de presencia.

"Feh. Prefiero que sean abogados excelentes aunque pirañas roñosas, a que sean amables, pero mediocres." Apoyó Shaina apretando un puño.

"Buen punto." Concordó Afro. Alde hinchó el pecho de aire.

"¿Dónde está ese salón de Maestros? Se nos hace tarde." Preguntó con su poco potente vozarrón. Esto espabiló al resto.

"Es verdad. ¡Muchachos! Por favor, vayan a donde les dije y no lleguen tarde." Pidió Tersites, antes de volverse a los demás. "El resto, por favor, síganme."

Al mismo tiempo que Tersites comenzó a guiar al grupo en dirección del salón de Maestros, Shion aprovechó para despedirse y advertirles a todos que no quería problemas. Saori y Argol se encaminaron hacia la secretaría estudiantil, siendo acompañados parte del trecho por el Patriarca. Los demás avanzaron bastante rápido tras los pasos de Tersites.

Salón de Maestros.

Ni bien se cerró la puerta tras Shura, el hasta hacía pocos instantes bullicioso salón, se quedó sumido en el más profundo de los silencios. Shaina abrió los ojos curiosa, dado que todos los profesores estaban pendientes de ellos. De inmediato se dio cuenta que había más hombres que mujeres… los cuáles todas tenían la vista fija en los santos.

"Colegas, Tengan ustedes buenos días y sean bienvenidos de regreso." Saludó Tersites con una sonrisa. Bien poco le escucharon, ya que no era precisamente el centro de atención. "Ojalá que hayan tenido buenas vacaciones para que así comencemos el año con buen pie. Dentro de unos minutos comenzarán las clases, por lo que quería presentarles a los nuevos profesores."

Tersites se dio la media vuelta. Los santos traían una cara que parecía sacada de un funeral… excepto claro, Alde, que no podía borrar la sonrisa de su rostro.

"Bien, les presento al Señor Aldebarán Oruat y a la señorita Shaina Ophiucus: darán deportes para niños y niñas respectivamente." Mientras que Alde saludó con entusiasmo, a Shaina apenas le dio un tic en un ojo.

"¡HOLA A TODO EL MUNDO!" Saludó Aldebarán sin hacer casi esfuerzo. Tersites sintió una gota en la cabeza.

"Bien, él es Afrod…"

"No es necesario que diga mi nombre completo." Gruñó Afro. "Puedo presentarme solo. Soy Afro."

"Tssst. Alguien está de mal humor hoy." Murmuró Máscara para sus adentros. Tersites sintió la gota que tenía en la cabeza algo más pesada. Abrió la boca para seguir, pero…

"Hola, Soy Shura." Rezongó el santo, con los hombros encogidos y adelantándose a las presentaciones.

"Él es el nuevo conserje, reemplazará al señor Constantino de momento. El Señor Afro será nuestro nuevo inspector de pasillos y disciplina. Ambos tienen muy buenas referencias y ojalá que los hagamos sentir como en…"

"Máscara de la Muerte." Gruñó cruzando los brazos y mirando hacia otro lugar, con una cara de tragedia, como si se hubiera enterado que la Juventus había perdido un partido. Interrumpió descaradamente al director: estaba aburrido de tanta parsimonia. Tersites rió nervioso.

"Bien, ellos se presentaron solitos. Gente: espero que les demos una cálida bienvenida y que los hagamos sentir cómodos." Tersites les indicó un mural. "Allí pueden cotejar sus horarios. Comenzaremos dentro de unos minutos." El director sonrió nervioso y se dirigió esta vez hacia Shura y a Afro. "Por favor, señores, síganme y les enseñaré sus lugares de trabajo."

En cuanto Tersites, junto con Shura y Afro, hubieron salido del salón, comenzó la vorágine. Los demás profesores rodearon de inmediato a los santos, pese a la tremenda cara de ajo aplastado de Máscara. Shaina de pronto se vio sentada en una silla y rodeada por las pocas maestras que había presentes, quienes la sometieron a un alegre interrogatorio que logró sonsacarle una deslavada sonrisa. No fue necesario que Alde fuera secuestrado, dado que con su 'pequeño' porte y presencia fueron suficientes para convertirlo automáticamente en el centro de atención. Máscara también fue apresado por brazos y miradas curiosas, pero como el tipo sabe inspirar miedo, y gracias a un par de distracciones inesperadas, logró escabullirse del grupo y consiguió que lo dejaran solo. Con un tic en un ojo, les dio la espalda a los maestros y se concentró en un mural cercano, en el cuál habían varios informativos y en donde pudo cotejar sus horarios.

"Argh… Me toca venir de Martes a Jueves a las 8 de la mañana y el Viernes tengo que dar clase antes de la hora de almuerzo." Máscara puso mala cara. Muy mala cara. "¿EN QUÉ MOMENTO SE SUPONE QUE ENTRENE?"

Si bien de por sí el grito llamó la atención, eso no fue lo que preocupó a Máscara. Es que las furibundas miradas de Shaina y Alde le taladraron la cabeza, y a juzgar por las mismas, el santo de Cáncer estuvo seguro en ese momento que luego Alde le daría un coscorrón y que Shaina le pondría laxante en su próxima comida para que escarmentara. Carraspeó para disimular y bajó la mirada hacia el horario que había en su carpeta.

"Cuando quieras, eso ya no es nuestro problema." Le dijo de pronto Shiori con calma. Máscara intercambió una mirada con ella. La chica había permanecido ajena a toda la conmoción y se concentraba en leer un libro. Le miraba neutral y con una pose casi exótica. Como había estado sentada junto a una gran planta, bebiendo té, no la había visto. Ambos se ignoraron, se encogieron de hombros y regresaron su atención a lo que estaban haciendo.

"Máscara es un nombre muy raro y poco usual. ¿Seguro que es tu nombre?" Preguntó de pronto una voz a su izquierda. Romina, la profesora de Lenguaje, le miraba coqueta.

"Sí, ese es mi nombre. Máscara de la Muerte." El santo de Cáncer apenas le sonrió. Bajo condiciones normales, el dorado habría aprovechado la oportunidad para responderle el coqueteo en menos tiempo del necesario, pero no estaba de humor para esos trámites ese día. Quizás otro, pero no ese.

En esos dos años y medio, Máscara había tenido 4 novias. Desde que Milo se había 'retirado' de la vida de casanova, este santo había ocupado, sorpresivamente, su lugar. Máscara, pese a lo que podría imaginarse uno, tenía tanto pegue y arrastre como Milo lo tuvo en su momento, aunque a diferencia del escorpión, era bastante más discreto y selectivo. El santo de Cáncer era de los que buscaba calidad y no cantidad, sin embargo, no se le conocía ninguna relación de pareja que le durase más de 4 días. Es que como consideraba de debiluchos atarse a ese tipo de cursilerías, el tipo tenía la mala costumbre de asustar de muerte a sus potenciales novias, de manera que dejaban de molestarlo en el acto y nunca más se las veía otra vez.

Eso sí, hacía ya varios años, había habido una chica que pasó la prueba del susto y estuvo bastante cercana a su corazón, el tiempo suficiente como para decirse que Máscara tuvo novia y una relación más o menos estable, pero Saga, estando poseído por (el mugre de) Ares, la estranguló ante sus ojos, sólo para marcar un énfasis.

Aún sí, de tanto en tanto buscaba un momento de ocio… claro que justo ahora no estaba interesado. Apenas guiñándole un ojo a Romina, quien no se arredró, sino que le puso más atención, Máscara continuó con su escrutinio del horario asignado a su persona.

"¿Alguien Me Puede Explicar Por Qué 2º D Está Marcado Con Rojo?" Preguntó de pronto y a viva voz. Se produjo silencio.

"¿Harás clase en el 2º D?" Preguntó Shiori estupefacta, casi dejando caer el libro y su taza, atragantándose en medio de hipos motivados por la sorpresa. No fue la única con esta reacción, dado que se produjo un silencio sepulcral en el salón. "¿Qué materia darás allí?"

La imprevista atención que de pronto recaía en Máscara, causó curiosidad en los santos. Alde cruzó miradas con Shaina y se encogió de hombros. La amazona entrecruzó las cejas.

"Enseñaré Física." Máscara fijó la mirada en Shiori, que le observaba devuelta como si estuviera viendo a un muerto. "¿Tengo algo en la cara que me ves así?"

"¡No se queden callados! También tengo clase con esos críos." Protestó Shaina. "¿Es algo que debamos saber?"

La planta que estaba junto a Shiori se puso a temblar y un aliviado llanto de alegría inundó el silencio, llenando de paso todos los espacios. Geraldo, el profesor que solía esconderse detrás de este vegetal y al que los nervios tenían hecho pedazos, lloraba, pero de alegría. Uno de los profesores viejos, el señor Mateo, de unos 50 años y que enseñaba historia, avanzó hasta Máscara, se quitó su boina negra y le palmeó el hombro.

"Mi sentido pésame, muchacho." Le dijo antes de regresar a su lugar. Máscara ladeó la cabeza, muy extrañado.

"¿Pero en qué lío me metí?" Balbuceó para sus adentros, sin entender nada… hasta que le llegó un feo coscorrón, cortesía de Alde.

"Por Hacer Llorar A Una Indefensa Planta." Gruñó.

"¡Serás Bruto!" Máscara apretó los dientes. "Ya verás lo que te pasa por…"

RIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIING.

Casi por instinto, todos se quedaron observando el histérico timbre que anunciaba el inicio de las clases y el año escolar. Muchos de los profesores tomaron remolonamente sus cosas y comenzaron a dirigirse a la salida. Shiori, con una sonrisa lastimera, le palmeó el hombro a Máscara y se alejó sin emitir más comentario. Alde se puso las manos detrás de la cabeza y se encogió de hombros.

"Ya comenzaron las clases." Explicó Josefa. "Tienen que ir a los salones, mantener el grupo en orden y presentarse a los alumnos. Dentro de 15 minutos está el acto inaugural. Les deseo mucha suerte." Añadió antes de irse. "Y recuerden… los niños HUELEN el miedo."

"Está bien…" Dijo Shaina.

"Los libros de clase y asistencia están allí. Suerte." Señaló Melissa antes de desaparecer. Uno a uno los maestros hicieron abandono del salón, dejando a los santos solos por algunos momentos.

"Mas vale que esto valga la pena." Gruñó Máscara.

"No quería venir." Se lamentó Shaina. Alde les dio un palmazo en la espalda.

"¡Vamos! No me digan que tienen miedo. Son tan solo aprendices, eso es todo." Les animó Alde, mientras se adelantaba, dejando atrás a los dos italianos solos.

"Será un día muy largo." Suspiró Shaina.

Continuará.

Por

Manquehuito (Misao–CG)

Próximo Episodio: Acto Inaugural.

sin estar muy seguro de cómo debía reaccionar, levantó la mano derecha y la agitó en actitud de saludo, pero provocó el mismo efecto que un grano de arena azotado contra una montaña. Entonces, al fondo, se oyó el sentir general del colegio, cuando un alumno anónimo dejó oír su voz.

"¿QUÉ es ESO?"

PS: Hice algunas referencias a Shiori en mi blog, por si gustan leerla. Obviamente, en este fic, la chica se presenta como una adulta… sin embargo, si no quieren que la sorpresa se les arruine, no vayan a ver el blog. Conste que están advertidos. Ojalá esto les haya gustado: los santos están prontos a encontrarse con sus adorables nuevos alumnos y ya sabrán qué fue de Saori, Shura y Afro… Kanon sigue con su pozo de apuestas: el muy mugre no ha apostado nada y está cobrando comisión del 10 por ciento. Faltas de ortografía, de gramática, tipeo y redacción no son intencionales (excepto en el caso de los diálogos de Niké) y si descubren alguna, por favor, sean buena leche y avisen para poder corregir, lo mismo si tienen quejas o críticas respecto de la historia, para ver como lo soluciono (en tanto sean constructivas y no destructivas) ¡GRACIAS POR HABER LEÍDO EL CAPÍTULO!