Holain, holain, llegando a un final próximo, ufff que me he demorado, lo siento. Para los que sigan ahí, me encanta tomar los personajes de Harry Potter y hacer lo que a mi me gustaría de ellos. No les parece derrepente, que es la raja cambiar sus personalidades un poco?

La Carta

Draco Malfoy desapareció ese día de la Mansión Malfoy prometiéndole a Hermione que volvería por ella para que porfin pudieran casarse y ser felices muy lejos de ahí.

El tiempo que pasó Hermione viviendo sola en la Mansión Malfoy fue quizás el tiempo que ella con más desagrado recuerda. Tenía que evitar la mirada de Lucius siempre que se lo cruzaba por la Mansión. Por suerte casi nunca topaban durante desayunos o cenas en el comedor, pero las pocas veces que lo hicieron Lucius apoyaba la barbilla sobre sus manos y contemplaba todos los gestos de ella, mientras que Hermione se atormentaba por dentro. Necesitaba pensar, ganar tiempo para considerar y acostumbrarse a la nueva orientación de su vida.

Esperó largamenta las cartas que Draco le prometió mandar, pero esta parecían nunca llegar y ya llevaba casi 2 meses desde que se había marchado y 3 de embarazada. A pesar de la tristeza emocional que la consumía y la hacía sentirse miserable al no tener a quien acudir, Hermione iba sintiendo lentamente las señas del embarazo. De noche le costaba dormir debido a que se tenía que levantar inumerables veces al baño y despertaba con nauseas, el cuerpo sudado y los labios resecos. Tenía cambios de ánimo repentinos y sufría derrepente exaltaciones casi inosportables que la llevaban al llanto y a extrañar a Draco.

Un mes más paso en el que Hermione solo conoció el llanto, la desesperación y la soledad. Derrepente se encontraba hablando sola de las trivialidades de la vida y cuando menos lo soportaba terminaba durmiendo horas seguidas de día para alejarse de su realidad. No entendía como Lucius Malfoy podía ser una hombre tan maligno, sabiendo en el estado que estaba, sabiendo que lo único que tenía era a Draco, lo alejó de su presencia.

Aquella tarde, Hermione se encontraba escribiendo una carta destinada a su madre con la que intentaba mantener correspondencia para mantenerla altanto de sus sintomas y sentimientos. Escucho dos golpes bajos a la puerta y dio un grito para permitir la entrada. Ya se había acostumbrado al gentil golpe de Canopus, por lo que sabía inmediatamente que se trataba de él. Lo inusual era, que al entrar este, se encontraba acompañado. Sonrientes entraron en la habitación Harry y Ron, los únicos que alguna vez habían llegado a ser sus mejores amigos, a lo menos por los primeros 5 años en Hogwarts.

La alegría fue tan fuerte, que Hermione se tambaleó en la cama, sin saber bien si correr a abrazarlos o mantener la cordura. En vano fue su cuestionamiento, pues fueron Ron y Harry los que corrieron a abrazarla apretandola sin poder siquiera dejarla hablar. Después de no tener nadie con quien hablar por meses, Hermione explotó en emociones, en palabras y frases. Les contó desde que habían llegado a esta horrible mansión y lo difícil que había sido hacerlo sin ellos. Fue un alivio poder volver a compartir un momento con sus amigos, extrañaba ver la cara confundida de Ron al perderse torpemente cuando conversaban y las expresiones de Harry al hablar y emocionarse en el relato. Aquella tarde transcurrió como si la pelea que hubo entre ellos nunca hubiera existido, nisiquiera mencionaron el tema, basto con el abrazo y las lágrimas de pena de los dos amigos para saber que la extrañaban y que el tiempo por si solo era capaz de curar cualquier herida. En especial para Ron que había sufrido mucho esos últimos meses, acceptando los hechos y intentando darles comprensión. Cuando los ánimos se calmaron Ron quiso hablar a solas con Hermione y Harry esperando esto, salió sin preguntar. Primero titubeó y hablo de tonteras, comentó la bonita vista y apreció lo bien que se veía ella estando ya 4 meses embarazada. De pronto cambio radicalmente el tema de conversación:

-Hermione quiero que vuelvas conmigo, veo como te tienen aca, sóla y triste y se que yo te puedo ofrecer mucho más. Hasta puedes vivir en el departamento en que vivo con mi hermana y Harry – Hermione recordó que se encontraban en vacacciones. Se imaginaba una salida así de Ron, ya la estaba esperandola.

-Ron, no insistas, porfavor- Hermione tomo asiento al borde de su cama, contempló largamente sus uñas descuidadas, evitando ver a Ron a los ojos.

-Hermione, cuando pase algún tiempo, aprenderas a amarme, yo haré que tu me ames, te lo prometo – dijo Ron con naturalidad. Hermione permaneció sentada, guardo silencio inmóvil.A Ron se le oprimía el corazó de verla. La mente de Hermione dio un vuelco por todos los recuerdos que compartía con él. No sabía si debía dájarlo ir, correr, o pensarlo. El le sonreía y ella simulaba devolverle la sonrisa. No obstante hablo sin pensarlo:

- No actues así por pensar que me amas, no actues así por celos o el odio que sientes por Draco.-

Una radiante sonrisa se dibujo en el rostro de Ron, la miró y volvió a suplicar:

-No es así, yo se lo que siento y lo que siento no es mentira. Te quiero tal como eres.

La voz de Ron ahora era tensa y nerviosa, en sus mejillas se veía un leve rubor y sintió mucha pena al ver la sonrisa de Hermione desaparecer. Hermione lo miraba con un rostro pálido y grave:

-Ron, no voy a traicionar mis sentimientos, todo lo que sentí alguna vez por ti, ha desaparecido y te pediré que no insistas si de verdad quieres mantener nuestra amistad- Ahora Ron la miraba con serenidad, intentando hallar consuelo en su dolor y bajando la cabeza para que Hermione no viera la cara de decepción que traía.

Considerando que ya todo estaba dicho, Hermione fue a buscar a Harry, no queriendo sentirse incomoda por la situación. Había llegado el momento de despedirse, Harry le volvió a invitar a que se alojará en su departamento, esta vez, no como una proposición amorosa y inapropiada, si no como una propuesta sincera y preocupada. El trío al que tuvo que renunciar cuando se fue de Hogwarts, permanecían ahora a su lado.

Sin embargo, Hermione intento olvidar el capítulo con Ron, esperando que el pelirrojo pudiera llegar a comprenderla.

No fue por mucho tiempo que Hermione logró conciliar el sueño y volver a sonreír cuando despertaba por las mañanas. Cuando ya llevaba 5 meses de Embarazada, Canopus

le fue a llevar una noticia:

-Señorita Granger, el Señor Malfoy le ha enviado una carta.- Hermione que estaba aún despertando aquella mañana de domingo, sintió que un escalofrío le recorrio la piel de la emoción. Recibió con la manos temblando la pequeña carta y la abrió cuidadosamente para que el momento durará y pudiera saborear cada palabra que le escribiera su amado. Comenzó a leer.

Hermione:

Te escribo, porque no creo haber sido leal a mis sentimientos, trate de amarte, pero creo que solo estuve buscando algo que faltaba en mi vida y una forma de salir de Hogwarts finalmente. Es compasión lo que siento por ti, y además que más da si fue tan fácil tenerte. Esto debe terminar cuanto antes. Es difícil demostrar amor y amabilidad cuando el odio predomina por detrás.

Malfoy.

Hermione volvió a leer la carta sin entender su significado, porque Draco le escribía estas barbaridades. La leyó quizás 5 veces sin poder acceptar su contenido. La rompió en mil pedazos y los fue tirando al suelo mientras lloraba parada tal cual como había comenzado a leer la carta. Se colocaba el pelo detrás de la oreja nerviosa y intentaba pensar en algo, para darle una explicación lógica a estas palabras. Pero no había, estaba todo claro, Draco nunca la había querido y la había usado. Era de esperar, después de haberse ido tan fácil de la mansión sin siquiera protestar frente a su padre. Lás lágrimas fluían libres por sus mejillas, una tras otra sin parar. Su cara se volvió roja y sus ojos pequeños por la humedad. Se miró al espejoo y no reconoció la Hermione que la miraba de vuelta, tampoco lo era. Estaba embarazada y de un hombre que le tenía odio y desagrado. Lo peor esque había confiado en las palabras de Draco, eran tan reales. Había perdido a sus mejores amigos por él y solo hace un tiempo los había recuperado y lo peor de todo, lo que superaba cualquier parte de la tortura que vivía después de la carta, era que ella amaba a Draco, lo amaba verdaderamente.

Corrió las escaleras abajo con camisón de dormir y chocó en su camino con Lucius Malfoy quien no veía hace semanas y quien no la dejó pasar desapercibida.

- Asique no ha vuelto mi hijo, temo decirle que lo más probable es que Draco la olvide después de involucrarse tanto con su trabajo, es más, él no querrá saber nada de usted. Después de todo un amor semejante es malo, debe entender que es ilógico y ridículo. Además podría causarle inconvenientes para su futuro Granger. - dijo Lucius amenazante.

Hermione tuvo un impulso de ahogar y estrangular al padre de Draco, al parecer Lucius lo notó porque dio rápidamente un paso hacia atrás y con un gesto rápido, sacó su varita del bolsillo. La respiración de Hermione comenzó a ser entrecortada y sintió como su camisa estaba empapada de sudor, solo pensó en Draco.

-Espero que me haya escuchado bien, no se preocupe no la dañare, pero quiero que sepa que no miento, que como puede un hombre de clase desear a una mujer como usted. Se lo estoy advirtiendo.-

Entonces Lucius abandono el campo de batalla y Hermione se quedó temblando.

Las horas después pasaron como una pesadilla. Hermione se encerró en su pieza y botó a la basura todas las cosas que le recordaban a Malfoy, necesitaba escaparse de ahí, de alguna forma comunicarse con Harry y Ron. Los momentos que había compartido con Draco se le aparecían breves y lejanos. Sabía que no había sido un amor repentino y que esas cartas de su amado no tenían sentido, justo ahora. Su futuro se le apareció vacio esa noche y Hermione se aferró a su hijo, pensando que el era todo lo que le quedaba en su vida.