Definitivamente esto es un vicio, aunque es el mejor que he encontrado... el rincón de las escritoras frustradas... Tengo la tremenda prueba el viernes y escribí este capítulomientras "supestamente estudiaba", jajajajajaja. Espero que les guste...
Parte IV: Mentiras piadosas
En un día de junio cualquiera, se sentía el ruido de la loza con cierto desgano, la persona que lo hacía estaba pensando por enésima vez que podía hacer con su matrimonio, ya que había pensado en el divorcio, pero lo seguía queriendo de alguna forma al hombre con quien ha compartido la mitad de su vida. Siempre le pasaba lo mismo cada vez que lavaba la loza, pensaba en cualquier otra cosa para distraerla puesto que odiaba hacerlo, y pensando en otra cosa se le alivianaría la carga. Ese día era el turno de analizar su matrimonio, repasaba todo el camino recorrido de Kaede, recordando incluso el día que lo conoció…
FlashbackHaruko estaba en segundo de secundaria en Kitamura y ya se había acostumbrado a la idea que su hermano mayor se encontraba en preparatoria, aunque todavía lo echaba de menos. Ese día iba a ver un partido entre su secundaria y la de Tomigaoka, y como siempre ha sido tan despistada (y reía cuando se acordó de eso) no sabía acerca del rumor que existía un chico guapísimo recién transferido de Osaka, un tal Rukawa y que además jugaba fenomenal.
Ella sólo fue al partido por considerarse fanática del basketball y porque, para variar, era la manager de su equipo… No tenía muchas ganas de ir, puesto que el trabajo que le dio su profesor de ciencias la mantuvo toda la noche en vela¡al fin terminé este trabajo que no sirve para nada, exclamó de mala gana. Estuvo a punto de quedarse, pero sintió que estar con su equipo, era su deber; así que puso el reloj para dormir un par de horas.
- ¡Me quedé dormida! – gritó al ver que el reloj no sonó porque lo apagó dormida, despertando veinte para las diez. El partido se iba a jugar en veinte minutos más.
Voló a lavarse, cambiarse y peinarse, saliendo de casa hecha un desastre aunque a ella no le importante ya que se arreglaría en el camino. Como conocía tan bien esos lados, sabía muy bien que tomaría un atajo por una cancha que estaba cerca de su secundaria. Cuando estaba pasando por la cancha, se trató de amarrarse el pelo con una coleta, pero se le cae y la recoge.
Al pararse, tomó todo el vuelo que tuvo para correr lo más veloz posible pero tomó tanta fuerza, que no se dio cuenta que se estrelló con una persona, cayéndose encima de él. Lo mira a los ojos, cree que son los ojos más bellos que ha visto en toda su vida a pesar de la frialdad que emanan de ellos, siente ganas de besarlo aún cuando sea la primera vez que lo ha visto… Se quedó embelesada mirándolos fijamente.
- Oye niña ¿no piensas pararte nunca? – dijo el chico apáticamente, que antes que Haruko se tumbara sobre él, estaba practicando tiros.
- Lo siento mucho – dijo ella apenada y sonrojada, parándose inmediatamente ante bochornoso incidente. Ella vuelve a la realidad, pensando que ya debió haber empezado al partido. Así que se disculpó nuevamente y salió corriendo sin despedirse del muchacho.
Respiró aliviada al saber que sólo habían pasado cinco minutos del primer tiempo, sentándose a uno de los extremos del gimnasio. No sabía que le pasaba, no le estaba prestando ninguna atención al equipo (que le estaba ganando a Tomigaoka), sólo pensaba en aquel joven y sus ojos azules rasgados, que encontraba tremendamente encantadores.
- Haruko¿qué te pasa que andas en las nubes? – le preguntaba una amiga.
- Ehhh (con la cabeza mirando a todos lados), no a mí nada – le contesta asustada.
- Has estado todo el rato distraída, cuéntame lo que pasa – le insiste la chica, ya que sabía que era despistada pero no al punto que no fijara la vista en el partido.
Haruko le contó lo que había pasado en la cancha, la otra chica casi lloraba de la emoción al oírla ya que era muy interesante. Estaban a medio tiempo… De repente aparece un chico de piel paliducha, siendo reprimido por el entrenador del otro equipo por llegar tarde, ambas chicas se dan vuelta a mirar, cuando Haruko se da cuenta que es el mismo chico con quien se había estrellado.
- ¡Mentira! – dijo la muchacha incrédula a lo que Haruko le decía.
- ¡Te juro que es verdad! – le contesta ella molesta.
- Está bien, te creo, sólo porque el tipo da para pensar en él como si fuera el aire que una respira. Pero me asalta la duda¿es que acaso no sabes quién es? – le pregunta la amiga.
- No – le contesta como si estuviera arrepentida de un pecado grave.
- Nunca he sabido en qué mundo vives, Haruko – dijo la chica levantando los hombros – Ese chico es el recién transferido de Osaka, Kaede Rukawa, 13 años, 1.76 de estatura, 64 kilos de peso. No tiene posición definida – continúa hablando pero su voz se pone más maliciosa – Sólo piensa en el baloncesto, nunca se le ha visto con una chica, pero sé que hasta las chicas de preparatoria se mueren por él.
- ¡Vaya qué estás bien informada, Hikari! – le dice asombrada Haruko.
- Pues claro, qué esperabas, no soy como unas que yo conozco que tienen la cabeza en cualquier parte menos donde deberían – le dice la otra chica, respondiéndole la pequeña Akagi sacando la lengua con vergüenza.
En el segundo tiempo, Tomigaoka revirtió ampliamente el marcador y todo gracias a Rukawa. Haruko con cada jugada extraordinaria que hacía, alucinaba con el chico, sin tomar en cuenta que había medio centenar de chicas adolescentes en la misma situación que ella. Cuando terminó el partido (ganando el equipo de Ru), Haruko se fue a buscarle, para aclararle el incidente de la mañana pero había desaparecido completamente. Estando su amiga presente, se autojuró a sí misma.
- ¡Juro que Kaede Rukawa será mío, siempre estará a mi lado y me amará eternamente! – dijo Haruko con determinación.
Fin del flashback
Haruko estaba terminando de lavar su último plato, cuando finalizó este recuerdo que era uno de los más bonitos e irónicos de su vida.
- ¡Qué paradoja, si Hikari supiera se reiría a carcajadas de mí – decía por lo bajo Haruko en forma deprimida, ya que Rukawa estaba con ella, pero de amarla…mmm, mejor ni comentarlo. En eso, una voz la interrumpe de su pensamiento, sintiendo un tirón en su blusa beige.
- ¡Mamá, mamá, recuerda que hoy viene Hitomi, mi cuñada linda – le grita Daisuke lleno de alegría.
Ella se ríe – Hablas como si la conocieras de toda la vida, Dai – ella enseguida le pregunta - ¿Y cómo te imaginas a la dichosa Hitomi?
- Sabes mami, no tengo idea como podría ser – le contesta el niño de siete años sintiendo inconscientemente que no conoce para nada ese aspecto de su hermano mayor.
- Me puedes creer que yo tampoco tengo la más mínima idea – se ría Haruko más aún - pero estoy segura que tu padre va a reaccionar pésimo con todo esto. Ella era quien más sabía cuanto adoraba a su hijo, que apenas se atrevía a regañar a Youji, y por extraño que parezca, recuerda muy rápidamente que la única vez que golpeó con vehemencia al chico fue cuando dijo que lo que más odiaba en la vida eran los homosexuales…
- Mira, esto es lo que vamos a hacer – le dice Rukawa a Hitomi, mientras ésta estaba abrazada por Youji – vas a esperar que tu padre llame a tu celular y le dices que estás en la casa de un amigo.
- ¿Está loco, suegrito? – le dice Hitomi – no me gusta mentir, y mucho menos a mi padre. Creo que basta decir que con ese nuevo trato, Hitomi se estaba llevando estupendamente con Kaede, a pesar del percance inicial. Aún así, algo raro le olía a la pelirroja, se sentía algo que no podía explicar, era una cosa similar a la ansiedad que rodeaba el ambiente.
- Es una simple mentira piadosa – le dice Kaede – luego entre Haruko y yo hablamos sobre su relación y lo convencemos¿qué te parece? Hablando entre adultos, no habrá problema (Espero, porque conociendo al torpe, puede cometer cualquier tontería, aunque vale la pena el riesgo, pensó el morocho)
- Si quieres yo también puedo hablar con él, mi pelirroja, y lo convenceré que yo soy para ti – le dijo Youji.
- Veamos que así sea, porque me asusta el hecho de que mi padre se entere que tengo novio, el muy estúpido nos descuartiza a todos – dice Hitomi.
…Si supieras que más asustado estoy yo, pensaba Kaede.
Los tres caminaron más o menos una docena de cuadras desde Shohoku antes de llegar a la casa de los Rukawa. Kaede se sentía algo incómodo cuando veía a ambos chicos besarse felices por la vida, y no sólo por andar tocando el violín sino porque ella era la hija de… Le caía muy bien la muchacha, y a su manera, podría sentir un cariño por ella si fueran otras las circunstancias; pero debía reconocer que si no fuera quien es, jamás la hubiese tomado en cuenta. El moreno treintón pensaba los chicos no podían dejar de ser felices por una tontería de sus padres… y si esto era una coincidencia… tal vez esto era una señal.
- ¿Pero en qué estás pensando, Kaede? – le pregunta su hijo, que le dice por su nombre cada vez que lo nota serio.
- Nada, tengo hambre – en su clásico tono de siempre.
- Ahora vas a conocer a mi mamá, que cocina como una diosa, ya vas a ver – le decía Youji dirigiéndose a la chica – Y si pasaste la prueba con mi padre, y eso si que es difícil; con ella, te vas a llevar de maravilla. Hitomi sólo sonríe sonrojada.
Al poco rato después, llegan los tres a la casa. Era una casa muy normal de color violeta (como odiaba ese color Ru) con blanco y con un antejardín muy acogedor, estando en una de sus orillas una de esos sillones para columpiarse. A la chica le encanto la puerta de la casa, que tenía un rectángulo al centro más o menos grandes, que eran espejos, de esos que se pueden ver desde dentro pero no de afuera hacia adentro.
- Bienvenida a mi casa, mi pelirroja, no es un palacio pero espero que te guste – le dice Youji a Hitomi.
- ¡No digas estupideces, Youji! Que nunca te dé vergüenza quien eres – le dijo Kaede mientras le daba un coscorrón suave.
- Tu padre tiene la razón, además yo te quiero por otras cosas, tonto – le decía ella entre molesta y sonriente, luego de besarle la mejilla.
Entraron a la casa, un lugar acogedor y apacible, era un living con asientos de cuero, era el lugar favorito de Rukawa para dormir. Alguien ya los estaba esperando, se trataba de un niño travieso y juguetón.
- ¿Tú eres mi cuñada Hitomi? – grita el niño.
Hitomi se ríe – así que tú eres el hermanito de Youji¿cómo te llamas? – le dice mientras se agacha para mirarle a la cara.
- Daisuke – le contesta – Oye¿quieres conocer mi habitación, mi papá me acaba de comprar un juguete. Daisuke le agarra una mano a Hitomi y se la lleva a la pieza mientras que miró a su novio con una cara de extrañeza.
- Oye, espérate – le dice Hitomi al niño, pero ya no puede hacer nada para evitar que se queden solos Youji y Rukawa.
- Parece que te quitaron la novia – le dijo Rukawa a su hijo.
- Ja, ja, ja, que gracioso – le responde Youji molesto. En ese momento en el bolso de Hitomi suena su celular.
- Ve quién es – le dice Rukawa con ansiedad.
- Es su papá ¿qué digo? – le dice el moreno menor.
- Dile que está con nosotros cenando… ahh, dile como te llamas pero no tu apellido – le dice Ru, pero el chico ya había contestado.
- A…aló – dijo el chico con nervios.
- ¿Con quién hablo¿dónde está Hitomi? – dice Sakuragi en forma escueta.
- Está en mi casa – le dice el pobre chico prácticamente con el corazón en la mano.
- ¿Y quién eres tú? – le pregunta Hanamichi sumamente enojado.
El chico no supo qué responder. Dile sólo tu nombre – le dice Rukawa que está pendiente de la conversación.
- ¿Por qué? – le pregunta Youji mientras tapa el auricular con la mano.
- Porque así demuestras que tienes más confianza, le daremos una pista – le dice Kaede.
- ¡ALOOOOOOOOOO¿ES QUE NO HAY NINGUN IMBECIL QUE PUEDA CONTESTARLE AL TALENTOSO HANAMICHI SAKURAGI? – grita Hanamichi, quien estaba desesperado y hecho una fiera porque nadie le contestara.
- Aló, discúlpeme Señor Sakuragi, es que se me presentó un problema – le contesta Youji algo asustado.
- ¿Quién eres tú y por qué mi hija está contigo? – le dice con tono de padre celoso.
- Mi nombre es Youji, señor. Y si usted lo desea, también puede venir a mi casa a cenar para que hablemos – le dice el chico.
- ¡Pues claro que no iré estúpido! – Hanamichi gritaba tan fuerte que Kaede podía oírlo.
- ¡Entonces busque a su hija que no le diré nada! – le grita Youji ya exasperado con tanto insulto - Perdón (se acuerda que está hablando con su suegro), y le continúa hablando con una voz más condescendiente – le daré la dirección, la viene a buscar y conversamos¿qué le parece? No se preocupe, Hitomi está jugando con mi hermano menor¿por qué no viene a cenar con nosotros?
- Está bien – dijo el pelirrojo a regañadientes – pero si algo le pasa a mi hija, juro que te mataré desgraciado.
- No se preocupe, anote – le dice Youji.
Mientras Youji le daba la dirección y cortaba, Kaede Rukawa sólo pensaba en algo, cayó en la trampa. Youji se queda muy nervioso por la conversación, al parecer, Hitomi no estaba exagerando acerca de su padre. Kaede trata tranquilizar al muchacho, algún día el tarado lo va a tener que saber, le dijo. Un rato después se siente un ruido estruendoso en la cocina… Ambos corren para ver que había sucedido...
Hitomi estaba muy entretenida jugando con Dai, a ella le encantaban los niños, pero ella se comportaba como uno de ellos. Estaba encantada jugando con el chiquillo que trataba a la pelirroja como si fuera uno de sus juguetes nuevos.
- ¡Pero qué mal educada soy yo, no he ido saludar a tu mamá, Daisuke¿me acompañas? – dice la pelirroja avergonzada y Daisuke sólo asiente como respuesta, tomándole la mano. Bajan la escalera, y el niño le indica donde queda la cocina donde la niña se dirige y observa una señora bajita como de treinta y cinco años con facciones muy dulces, con el pelo tomado llegándole a la cintura, una blusa sin mangas beige y unos pantalones negros; ve que la mujer carga un montón de platos… Disculpe, ¿puedo ayudarla en algo?
- No, gracias, eres nuestra invitada ¿tú debes ser Hitomi, verdad? – Haruko le habla a la chica sin verla, ya que estaba ocupada.
- Sí mucho gusto, señora Rukawa – le dice la chica. En ese momento, Haruko se da vuelta y mira a la niña, quedando en estado de shock.
- ¡DIOS MIO! – Haruko grita y se le caen todos los platos.
- ¿Está bien señora Rukawa? – le grita Hitomi alarmada por lo que acababa de pasar.
Haruko toma conciencia de lo que ha pasado y mira a Hitomi otra vez. Tú eres… – no había alcanzado a terminar cuando tres figuras masculinas se asomaron preocupados por el ruido.
- ¿Mamá, te pasó algo? - le pregunta Youji.
- No, estoy bien, no te preocupes – dice Haruko quien todavía no se recupera de Hitomi - ¿Tú eres la hija de Hanamichi Sakuragi?
- Sí, así es – le contesta Hitomi a Haruko. Pero ésta mira a Kaede que le está haciendo muecas para que no meta la pata.
- Ahh, eres hija del "talentoso" ex jugador de la NBA – le habló Haruko finalmente como si aquí no estuviera pasando nada, pero en realidad estaba mintiendo, quería preguntarle a la chica otra cosa.
- Bah, aquí hay otra que le gusta el juego de la pelotita – dijo Daisuke desanimado.
- ¿No te gusta el basketball¡pero sí es genial! – le dice Hitomi.
- No, es horroroso – le contesta el muchacho.
- Haruko, es mejor que sirvas la cena, yo limpio este desastre y tú, Youji, ayúdame con la mesa – ordenó Rukawa.
A Hitomi le quedó la sensación que esta familia le era cada vez más rara, pero lo que más le preocupaba en ese minuto era la reacción de su padre…
- Charlie, llama a mi abogado, creo que mataré alguien hoy – eso le dice Hanamichi al mayordomo mientras se sube a su Ferrari rojo del año.
- Señor, creo que la señorita Hitomi está enamorada, ya está en edad para esas cosas – le contesta muy cortésmente.
- ¿Qué enamoramientos ni que ocho cuartos, ya verá lo que le voy a decir a esa niña cuando regrese pero no sin antes de partirle la cara al tal Youji… Youji… ¡AHHH¡el muy maldito no me dijo su apellido! – gritó cuando dijo lo último.
- Que le vaya bien señor – eso es lo que dice el mayordomo mientras partía, sin saber, a la casa de Rukawa.
Hanamichi está preocupado, un joven viudo y sin padres, con una hermana que ve poco, da como resultado que la adolescente es lo único que tiene en el mundo; por eso siente que es de él, que le pertenece. Mientras maneja, recuerda lo que le dijo Charlie acerca que su hija se estaba enamorando… No podía ser, ella aún es una niña, su niñita preciosa que todavía no tiene edad para esas cosas; olvidándose que a esa misma edad él se declaraba a diestra y siniestra en la secundaria, y andaba locamente enamorado de ustedes ya saben quien.
- Maldita sea, está muy lejos, el estúpido chiquillo vive al otro lado de la ciudad y yo ya ni me acuerdo de las calles – el pelirrojo conducía en forma casi demoníaca para saber quien fue el desgraciado que se atrevió robarle el corazón a su hija – quién sabe que intenciones tiene – seguía gruñendo. De repente, Hanamichi paró el auto y vio una casa.
Creo que aquí es, linda casa, no está nada de mal…
- Tal como lo había dicho Youji, usted cocina sabroso – decía Hitomi mientras comía todo lo que hay a su paso.
- ¿Quieres más? – le pregunta Haruko, mientras va a la cocina y Rukawa la sigue.
- ¡Ya! – le contesta Hitomi mientras le pasa el pocillo – Eres una glotona, éste ya es tu quinto plato – le dice Youji para molestarla, ella sólo le responde con una cara ridícula, comenzando una discusión de pareja, y Daisuke es el único que se ríe de la escena que protagonizan los muchachos mayores.
En la cocina, las cosas no están mejores; Haruko no entiende nada de lo que está pasando en su casa, no podía comprender qué está haciendo Hitomi Sakuragi en su casa, siendo que no ha visto a Hanamichi desde la muerte de su esposa Camilla, hace diez años.
- ¿Me podías explicar qué esta pasando? – Haruko le reclama a Rukawa por la presencia de la chica.
- Yo no tengo idea, pero lo único que sé es que fue casualidad – le contesta.
- ¿Cómo estás tan seguro? Sé que Sakuragi, no era así, pero la gente cambia mucho y podría vengarse de nosotros a través de ella ¿no has pensado en eso, Kaede? – le reclama Haruko al moreno.
- Ella ni siquiera sabe que alguna vez existimos en la vida de su padre – le dijo Ru con cierta melancolía.
- ¿Cómo¡No lo creo¿No fuimos nada para él? – eso exclamó Haruko enfadada, cuando se oye el timbre de la casa.
- Eso lo comprobaremos ahora – lo dijo muy lento, ya que, con sólo el sonido del timbre, el corazón le empezó a palpitar como si fuera un novio esperando en el altar, le sudaban las manos, el cuerpo tenía un hormigueo que no le abandonaba… Es él, eso fue lo que se limitó a pensar.
- Voy a ver quien es – dice Haruko – ahh, no creo que sea necesario, Youji va a abrir la puerta. Rukawa se bajó de su nube y por primera vez en su vida, se queda paralizado sin saber qué hacer.
Youji también estaba temblando, de nervios porque conocería a su suegro, y a la vez a su ídolo... Podría ver a través de la ventanilla un hombre de treinta y cinco años; de un metro noventa y ocho de estatura; tiene el cabello rojo, corto y despeinado; unos ojos almendrados; vestido de una camisa blanca algo desabrochada y unos vaqueros.
Sin embargo, Hanamichi Sakuragi no se imaginaba que detrás de la puerta se encontraba nada más ni nada menos que el hijo de Kaede Rukawa…
¡Mátenme! Lo dejé en la mejor parte, justo cuando el pelirrojo se va reencontrar con su zorro ¿Qué va a pasar¿Cuál será la reacción de Hanamichi?… Digan ustedes… Cuídense y hasta la próxima. Dejen reviews, por favor…
REVIEWS
Shadir: (¿o Elena?) No sólo porque tiene cara de un zorro lindo se lleva el nombre, si viste el título de este cap. te darás cuenta cuales son los planes del zorrito, que más encima le están resultando. Veamos ahora la reacción de cierto pelirrojo, jejejejejeje.
Khira: ¡Oh my god, la maestra me escribió! (con reverencia incluida), estoy totalmente feliz que te haya parecido buena y original mi historia. Bueno, creo que me superé en cuanto a crueldad, pero a veces hay cosas más importantes que los sueños juveniles y eso es lo que quiere demostrar esta historia. Te agradezco por seguirla.
Marin-chan: Vaya, vaya, espero que este cap. haya sido de tu agrado, pero no quiero que me digas que soy una maldita desgraciada por haber terminado en la mejor parte… Tómalo como un incentivo para seguir viendo este tremendo culebrón…
Nian: Sí, pobre Hitomi que no entiende ni jota lo que está pasando, pero ahora anda Rukawa de celestina, aunque todo el mundo sabe por qué. Y por lo que viene, veamos si Haruko verá sangre por su culpa, porque esos dos se tienen que encontrar como sea, así es la vida. Y agradezco la espera, supongo que haya valido la pena. Oye, a todo esto ¿qué pasó con el grupo?
kaehana9: Creo que el trauma será para el pobre Hanamichi al ver lo que le espera detrás de la puerta (un Ru adolescente)¿o alguien cree que va a reaccionar bien? Hagan sus apuestas…
