Perdónenme por la actualización relámpago. Creo que las musas se apiadaron de mí y me dieron inspiración para redactar este nuevo capítulo, es algo corto pero da pie al próximo, que es algo que me imagino que esperarán con ansias… Espero que les guste y que me manden un review, eso me sube el ánimo y contribuyen a mi pobre imaginación.
Parte VIII: Llamado
Han pasado dos meses desde Kaede y Hanamichi se habían reencontrado…
Y en apariencia todo sigue igual…
- Ya era hora que llegarás, que yo sepa, los tribunales no funcionan a estas horas – le dice Rika a su marido enfadada, ya que son más de la una de la madrugada.
- Lo siento, pero se me hizo un poco tarde con el cóctel que ofrecía Microsoft Japón a su personal y abogados – le aclaró Mitsui
- Pudiste haberme invitado – le replicó la ojimiel.
- Pero a ti te aburren todos esos eventos – le decía su esposo - ¿por qué nosotros hacemos algo más entretenido? – le sugería entrecortadamente mientras le besaba el cuello y comenzaba a desabrocharle la camisa de dormir.
Hace algún tiempo ya pensaba que su esposo ¿le era infiel, así que el sólo pensar que otra estuvo antes que ella, la hacía sulfurar.
- Lo siento, ahora soy yo la que no quiero – dice Rika, cortando todo el romanticismo y abrochándose la camisa, se fue a dormir…
Por lo menos, si algo le quedaba, era la dignidad …
A Hitomi, la vida comenzaba a sonreírle, de cierta forma. Después de la conversación con su tía Rika, Jones se apiadó con ella y dejó que se viera con su zorrito favorito, con la única condición que él estuviera presente para no levantar sospechas en Hanamichi. A Youji no le agradó la idea en lo absoluto, pero después se fue acostumbrando al negro y hasta después de un tiempo, hacían bromas, haciendo reír a carcajadas a la pelirroja.
También la recibían con los brazos abiertos en la casa de los Rukawa, aunque lo más extraño para Hitomi era que Kaede siempre le preguntara por su padre, a pesar de todo. Este siempre tuvo la esperanza que cuando viniera la chica a su casa, estuviera acompañada de su padre, pero en vez de eso, grrrrr, venía ese negro que no dejaba a la chica ni a luz ni a sombra.
Pero el que la pasó peor en estos meses era Hanamichi. No había visto más al zorro desde esa vez pero todo le recordaba a él…
Maldita sea la hora que le dio dinero a Hitomi para que se comprara algo; a ésta no se le ocurrió nada mejor que comprarse un zorro negro de ojos azules de peluche¡pero gigante, y casi la mató cuando le dijo, "pero como tú no me dejas verlo, necesito algo que me lo recuerde".
Luego se compró un auto nuevo, con tantas posibilidades, la maldita patente era KR-1011, recordándole cada letra y números que significaban. No pudo reaccionar mejor que pateando el auto. Su primera inversión al auto le costó un millón de yens de la pateadura que le dio en el parachoques.
Lo peor fue cuando transmitieron por televisión el campeonato interescolar de basketball, estaba que demandaba a la televisora porque pensaba que mostraban demasiado al técnico de la preparatoria Shohoku. Averiguando a través de sus influencias, se enteró que la productora estaba enamorada de Kaede y aprovechaba todo lo posible para mostrarlo en pantalla, y sin saber por qué, le desagradaba de sobremanera la idea.
Más encima estaba obligado a verlo, Hitomi no se perdía un solo partido de Youji y hacía porras desde el televisor, que se oían por toda la casa. Cada vez que Hanamichi veía a Kaede, algo le pasaba era como una especie de incomodidad pero no podía dejar de ver la televisión.
Creía que el maldito zorro le salía hasta en la sopa y que comenzaba volverse loco…
Aunque ya había alguien que ya estaba más demente que él… Haruko. Después de esa noche llena de pasión, Rukawa se puso más frío y distante que antes. Ya parecían más extraños que conocidos y siempre notaba que Kaede estaba en otra parte, como ausente. Como padre seguía igual que siempre, pero como marido estaba peor que nunca, con suerte le dirigía la palabra.
Si había una mujer que podía declararse insatisfecha, ésa era ella, hace dos meses ni siquiera la besaba y esto estaba afectando completamente su humor y sus pensamientos. Sin querer, cada vez se acordaba de la declaración de Hanamichi hace muchos años atrás y lo mucho que hubiera cambiado su vida si le hubiera dicho que sí.
Así que hizo algo que nunca pensó que haría alguna vez… llamarlo. Entre las cosas de Youji pilló, el teléfono de la casa de Hanamichi y marcó los números lentamente, como dudando si debía hacerlo o no. Cuando empezó a marcar decidió colgar, sin embargo, ya era demasiado tarde.
- Aló – contestaba una voz desconocida.
- Disculpe¿se encontrará el señor Hanamichi Sakuragi? – preguntó muy tímidamente.
- ¿De parte de quién? – le dijo Charlie.
- De Haruko Rukawa, una amiga suya – le contesta - ¿me lo podría comunicar, por favor?
- Por supuesto, espere un momento, por favor – le contesta Charlie.
Para Haruko, la espera se le hizo eterna; no sabía exactamente si estaba haciendo bien o mal hablar con él, pero últimamente mostraba con una urgencia imperiosa hacerlo. En tanto que Hanamichi, al oír que su Haruko estaba en el teléfono, prácticamente corrió para atender; su corazón latía rápido, albergando aquella esperanza que había guardado por muchos años, por muy estúpido que sonase.
- Ha.. Ha… Haruko – habló casi tartamudeando, no creía lo que estaba pasando.
- Hola Sakuragi¿cómo has estado? – Haruko pregunta muy contenta.
- Bien ¿y tú? – "que respuesta más estúpida, después de tanto tiempo sin verla", pensaba el pelirrojo.
- Yo más o menos – Haruko respondió, dejando a Hanamichi algo intrigado – por eso quiero hablar contigo.
"¿Conmigo¿pero de qué?"
- Juntémonos en el mismo parquecito de siempre y allí hablamos con más tranquilidad, en tres horas más – le propuso Haruko - ¿te parece?
- Por supuesto que sí – dijo Hanamichi, que a pesar de sus treinta y tantos, estaba muy ruborizado.
Adiós Sakuragi
Adiós Haruko.
Y ésta colgó el teléfono. La cabeza de Hanamichi, estaba igual que el teléfono, con un pito; boquiabierto por lo que acaba de pasar¿para qué quería hablar con él¿y en un sábado? Subió a la habitación y se cambió de ropa, quería verse lo mejor posible pero no dejar de parecer casual. Se puso unos jeans azul marino que hacían notar claramente sus caderas, una camisa negra y sus zapatillas; sin olvidarse de su mochila negra, una costumbre que agarró en los Estados Unidos en su juventud y que aún no se le ha podido sacar. Su humor cambió drásticamente y antes de irse, le dio un beso en la mejilla a las tres mujeres que estaban en la casa, preguntándose entre ellas qué demonios le había pasado.
Para su sorpresa, llegó media hora antes de la hora acordada. Y hay que decir que ya no fantaseaba con las mismas estupideces de sus años en la preparatoria sino que tenía las típicas fantasías de un hombre de treinta y cinco años… y efectivamente eso pasó por la cabeza en su mente, aunque a los quince minutos las tuvo que dejar de lado, su cuerpo ya estaba reaccionando a aquello y no quería que Haruko lo pillara en ésas.
Para su suerte, Haruko, llegó un poco atrasada a la cita. Quedó embelesado al verla con ese vestido con tirantes color beige que le llegaba a las rodillas. El encuentro comenzó con el mismo abrazo que se dieron en la casa de Rukawa, Haruko podía sentir perfectamente los latidos del corazón del pelirrojo y por primera vez se dio cuenta de lo atractivo que era, aunque estaba totalmente consciente que nunca llegaría a amarlo como a Kaede.
- Estas bellísima – fue lo primero que dijo Hanamichi después de ese abrazo y ella se sonrojó.
Comenzaron a caminar por el parque conversando plácidamente, mientras veían a unos niños jugar. Hanamichi se sentía muy feliz estar cerca de Haruko, y la miraba de reojo cada vez que la mujer se lo permitiera, y eso era bastante seguido por lo distraída que era la castaña. Hablanron de muchas cosas, de los recuerdos, de los amigos, de los tiempos de la preparatoria, del gorila y finalmente, de sus hijos.
- ¿Por qué no dejas que Hitomi ande con Youji? – le pregunta Haruko.
- Es el hijo del maldito zorro – le contesta.
- Pero también es mío – lo dijo molesta y ofendida - ¿es qué no somos suficiente para ti?
- No quise decir eso – le contesta muy urgido con la pregunta.
- ¿O es tu forma de vengarte de nosotros? – le pregunta Haruko con más fuerza.
- No, al zorro lo odio pero jamás me vengaría de la mujer que a… - no había terminado de hablar, pero era más que claro lo que Hanamichi quería decir.
El pelirrojo nunca se imaginó que la conversación tuviera un giro tan rápido e inesperado, recién se había dado cuenta que se estaba declarando nuevamente.
La mirada de la mujer se endulzó, a pesar de tener muchos años casada, el único hombre que le ha dicho que la amaba era el que tenía frente a ella. Es cierto, sabía perfectamente que esos son los que se denominan "sentimientos de despecho" ¿pero qué se le iba a hacer? Los labios del hombre se dirigían hacia los suyos y ella no hacía nada para evitarlo.
- Si yo me hubiese quedado contigo, todo hubiese sido distinto – se lo dijo a modo de susurro.
Sus labios se aproximaban inexorablemente, ninguno de los dos sentía algún remordimiento de conciencia porque ella estaba casada, Hanamichi comprobó de esa forma que ella nunca había sido feliz con Rukawa.
Sus labios casi se rozaban…
Cuando sonó el celular de Hanamichi.
- Maldición – dijo éste al separarse de Haruko, estando ambos muy sonrojados – voy a contestarlo, lo más probable es que sea Hitomi.
Al ver su celular, vio en su pantalla un número desconocido, pero aún así decidió contestar para que pudiera desahogarse de la rabia que le provocaba ese llamado tan inoportuno.
- Aló¿quién es? – preguntó Hanamichi bastante enojado.
Vaya, vaya, te sigue gustando andar con mujeres ajenas…Hanamichi miró a todos lados ante la mirada de Haruko, esa voz podía ser sólo una y él se encargaría para que ella no supiera que su marido estaba al otro lado del teléfono.
- ¿Qué quieres? – le pregunta el pelirrojo en tono neutro.
- También necesitamos hablar, me lo debes – le dijo Kaede desafiante – es mínimo después de haber tratado de besar a mi mujer.
Ya no le quedaban dudas. Rukawa los estaba espiando.
- ¿Por qué tú… - dijo el pelirrojo.
- No tengo por qué darte explicaciones – le responde – otro ya te hubiera golpeado por lo que acabas de hacer, o mejor dicho, por lo que no acabaste – esto último se los dijo con tono de burla.
- Maldito – le dice Hanamichi bastante enojado.
- No sé como lo harás, pero te deshaces de Haruko y en una hora nos juntamos en la cancha que está dos manzanas más abajo – le dio las instrucciones – además quiero hablarte de Hitomi y Youji – agregó.
- Yo no tenga nada de … - otra vez al pelirrojo no lo dejan terminar.
- Nos vemos – le dice Rukawa y corta.
Se notaba que el rostro de Hanamichi estaba bastante ofuscado, el zorro había hecho de las suyas otra vez. Haruko lo miró con cara de preocupación
- ¿Quién era? – le pregunta la castaña.
- Un amigo que necesita que le haga un favor urgente – le dijo el pelirrojo – lo siento mucho, pero debo dejarte.
- No te preocupes, por mí está bien – lo disculpa Haruko – mañana es domingo, me gustaría que fueras almorzar a mi casa.
- No – le responde el pelirrojo en forma rotunda, no aguantaría verle otra vez la cara del maldito zorro y cree que mucho menos, después de la conversación.
- Entiendo, cuídate mucho Hanamichi – se inclina y se va camino a su casa.
- Adiós Haruko – le dice con una voz de haber quedado con gusto a poco.
La castaña se fue a su casa caminando analizando lo que había sido esa tarde ¿santo cielo, qué estuve a punto de hacer, se preguntaba ante el remordimiento de conciencia que tenía metido en su pecho. Aunque Kaede se mereciera eso y mucho más, ella no tenía por qué serle infiel y mucho menos con alguien de corazón tan noble como Sakuragi, que más encima, aparte de lanzársele, terminó tratándolo por su nombre…
Mientras tanto, Hanamichi estaba con ganas de partirle la cara al zorro. Ya le había arruinado la vida para que también fuera a negarle ese momento tan especial¿qué demonios estaba diciendo? Haruko era una mujer casada y eso iba contra sus principios. Aunque pensó rápidamente que no iba a ser la primera vez que los paraba por alto, y que esa tampoco ésa sería la última.
La hora, sin quererlo, pasó volando y un hombre de zorruna mirada se dirigía a la cancha, donde se encontraba el pelirrojo.
Bueno¿y de qué quieres hablar, zorro apestoso?
Jejeje, como las clasificatorias al mundial terminaron hace poquito, hablaremos como en el fútbol: Kaede 1 – Haruko 0. Parece que le arruinó la fiesta al pelirrojo y éste está furioso ¿Qué le tiene que decir Kaede? Bueno eso se los dejo para el próximo cápitulo.
Cuídense mucho y un besito
REVIEWS
Shadir: Me gustaría hacerte una sugerencia… que tú escribieras un fic de humor, siempre tus reviews son entretenidos y me matan de la risa. En cuanto a lo que me comentaste, no es tan así, sólo es que todos tenemos una piedrecilla en el pasado ¿Cuál será el de Hana? Un besito.
HIPOLITA: Que mujer más ansiosa, la historia se llama "la chica que amé", y que por el momento, está en total abandono.
Miguel: Esos puntos suspensivos, como los llamas, aparecerán de a poco. En cuanto a Rika, como ya viste sospecha que le es infiel, pero alguien por descuidado tendrá su merecido. Me alegro mucho a que estés deseoso de leer mi historia. Cuídate mucho y un besito.
Nian: Rika le gusta decir lo que piensa, igual que su hermano, sólo que es más "diplomática". Bueno no te puedo adelantar nada sobre lo otro, sólo te dejo con las ganas de que Ru y Hana quedaron de verse. Y, por último, éstas serán mis últimas actualizaciones hasta fines de noviembre puesto que comenzaré con los exámenes finales y adiós ff, amor-yaoi, slasheaven, etc, etc, etc… ¡snif! Un beso, guapa.
