Parte XXV: La última palabra

Lo había dicho… nunca creyó que iba a ser tan fácil y, a la vez, tan difícil decírselo…

La cachetada no se hizo esperar, Hanamichi no le iba a aguantar a su hija que lo recriminara de esa forma. Además le pegó porque los nervios se le habían escapado de las manos en menos de un segundo ¿Cómo era eso que su hija sabía toda la verdad? El corazón del pelirrojo se disparó de la angustia, sobre todo porque ésa era la principal razón por la que no quería volver a Japón.

Finalmente ella había cumplido su palabra…

Ella había averiguado todo…

- ¿Quién fue? – preguntó casi fuera de sí – ¿quién fue? – repitió la pregunta cada vez más alterado.

- "…" – no respondía, todavía se sobaba la mejilla y estaba asustada, muy pocas veces había visto a su padre así.

No era una rabia con ella, seguramente con el maldito o maldita que se lo haya dicho…

Si supiera…

- Dime quién te dijo eso…

- Eso no importa… ¿o me vas a decir que todo es una mentira? – se notaba que estaba probando a su padre.

- Dime quién fue – Hanamichi cada vez estaba más perdido en la furia.

- ¿Me vas a decir que no es cierto? – ya estaba siendo mordaz.

- ¡Sí es cierto y qué! – lo admitió el pelirrojo – ahora dime quién fue…

- No te lo pienso decir…

- Hitomi…

- Ahora entiendo tanta oposición a vivir en Japón y a mi relación con Youji… yo te dije que iba averiguar todo…

- ¡Pero tú no tenías derecho a saberlo! – la voz de Hanamichi cambió a una de desesperación – esto es sólo entre él y yo… sólo entre él y yo… - la segunda vez fue más bajito.

- Sí lo tengo… su hijo es mi novio… ¿ahora me puedes decir cómo salgo de esto? – ella también se estaba poniendo furiosa, sus ojos estaban al borde del llanto – si no hubieras cometido en este estúpido error, esto no estaría pasando.

- Hitomi, por favor… dime quién demonios fue… fue Rika¿verdad?

- ¿Mi tía también sabe?... O sea, yo siempre seré la última en enterarme de todo… ¿Lo publicaste también en el periódico?

- Entonces…

- No fue ella… ¡no sé cómo puedes dudar de tu hermana! – le gritó.

- Te lo repito una vez más – trataba de calmarse – ¿quién fue el maldito desgraciado que te dijo todo eso?

Ante la sorpresa de Hanamichi, su hija se comenzó a reír, era una carcajada irónica que se derivó en un ataque de risa histérico. Esto nada más consiguió que el corazón del pelirrojo se sintiera más herido, no sólo había sido rechazado por Kaede sino también estaba siéndolo por su hija…

- El maldito desgraciado, jajajaja… el mejor chiste que he oído, jajajajaja…

Se quedó clavado en el piso… no podía ser…

Todo calzaba.

Ahora entendía todo… era lo que temía…

Fue él…

Pero necesitaba oírlo…

- ¿Fue Rukawa?... – preguntó temeroso, todavía tenía una pequeña esperanza que no había sido así, Hitomi vio algo en su padre que no pudo mentir más.

También lo necesitaba… liberarse…

- Sí… él fue tu 'estúpido maldito' – fue mordaz.

Ni siquiera el presentimiento lo pudo preparar… si Kaede había planeado vengarse, fue un excelente plan, ni él lo habría hecho mejor. Su corazón se partía hasta tenerlo como simple granitos de arenas. El era un maleducado, antisocial, engreído y callado… pero era incapaz de hacerle eso. No podía ser…

"¡Kaede!"

¿Lo había perdido todo?

Pero si todavía tenía una esperanza que no era demasiado tarde, ver otra vez ese rostro enamorado que alguna vez lo negó. Se sentía impotente quería gritar, quería romper todo a su paso, golpear al primer idiota que estaba en su camino… tenía odio… tenía tanto odio, un sentimiento que nunca había sentido por nadie salvo por él…

Su amor, su odio… su zorro…

Tenía ante su hija los puños empuñados, ni el dolor que le provocaban sus uñas clavadas en las palmas de sus manos le hacían olvidar la traición de Rukawa.

- Ahora andas enfadado… ¿cómo crees que se sintió después de lo que le hiciste? – su hija mostraba demasiado enojo - ¿cómo crees que me siento yo?

- Hitomi, eso es entre…

- Ya sé que vas a salir con el que es 'entre Kaede y yo'¿verdad?... no es tan así… quizás preferiste vivir en un mundo de apariencias y utilizaste a mi madre para eso… tal vez, hasta yo soy parte de la fachada – se pregunta cómo habrá sufrido su madre, se nota cuando uno quiere pero no ama a una persona. Y tanto que se reía de Haruko… ¡Maldita sea!

Otra vez Hanamichi no pudo responder de sus actos… le dio otra cachetada a su hija, nadie le había dicho cosas tan horribles. No podía, no tenía que llorar, tenía que mantenerse fuerte… pero le dolía tanto, tanto… nunca había visto a su niña así.

¿Qué iba a hacer?

Nadie le había enseñado a ser padre... y la mayor parte de la tarea le tocó solo…

Y pensó que al menos, en esto, lo había hecho bien…

Pero se equivocó…

- H-Hitomi yo… yo quiero que te quede claro una cosa – Hanamichi miró profundamente a su hija y le tomó del rostro desesperadamente – tú eres lo más que quiero en esta vida, eres lo más importante para mí… debes entender que yo haría cualquier cosa por ti… quizás no he sido el mejor padre del mundo, me he equivocado muchas más veces de lo que te imaginas pero siempre he pensado en ti… siempre para mí has sido lo primero…

- Pa-pá – la chica tartamudeó un poco, su padre nunca le había hablado de esa manera.

- No soy perfecto, lo sé… no quise que anduvieras con ese chico porque yo sabía que esto pasaría, que ustedes dos acabarían inmiscuyéndose en lo que pasó hace tantos años y tal vez terminarían su relación por nuestra culpa… no lo evité de la mejor manera, pero tenía tanto miedo de que esto pasara… - después de haber aclarado un poco y ya más tranquilo, está dispuesto a irse del cuarto de su hija.

- ¿Adónde vas?

- Hablar con el mal nacido de Rukawa…

- Pero sí fui yo… - siente que ha traicionado a Kaede… ¡pero es su padre, su vida!... no se podía quedar más callada. Sin embargo antes que pudiese escucharla, Hanamichi se había ido.

Se había dado cuenta demasiado tarde, ser joven te hace cometer muchos errores.

Y acababa de cometer uno muy grande con su padre…

Ella no es nadie para juzgarlo…

Mientras tanto, Hanamichi ya no sabía qué pensar ni mucho menos qué sentir por él, por más que trata, no puede odiarlo… ¿qué es lo que tiene ese hombre para que incluso le cambie todos los esquemas? Por su culpa, ni sabe cuál es su verdadera orientación sexual… a estas alturas, no tiene idea de quien es en realidad, su vida es un completo desastre y no tiene ni la más puta idea por dónde puede volver a empezar. Desde el primer momento que lo vio supo que ese tipo no le era indiferente, pero de ahí sentir amor era casi risible… que te rechacen cincuenta y una mujeres, y que aparezca el tipo que más odias besándote como si fueras lo más valioso del mundo… si hubiera tenido más madurez en ese momento, si hubiera sido más consciente en las consecuencias, si sabía que existía el futuro, si él no hubiera dejado embarazada a Haruko…

¡Basta!

Sus pensamientos se esfumaron para sacar su móvil y marcó el número del moreno, quien se demoró en contestar; se imaginó que estaba indeciso de contestar y, tan lejos no estaba.

- Rukawa… - su voz era muy cortante.

- ¿Qué quieres, Sakuragi? – no le hacía mucha gracia oír la voz del pelirrojo, presentía que algo no iba bien.

- ¿COMO ES ESO DE ANDARLE DICIENDO A MI HIJA LO QUE HUBO ENTRE NOSOTROS? – gritó enfurecido, pero no menos directo.

Kaede quedó estático, sabía que esto pasaría, nadie podía aguantar tanto tiempo con ese secreto, ahora sí que había hecho enfadar a Sakuragi, no podía emitir palabra alguna. Ni su frialdad habitual lo sacaría de ésta.

- ¿No vas a decir nada? – hacía mucho tiempo que Rukawa no oía a Hanamichi así, tan violento – claro, eres incapaz de decírmelo en la cara, pero a Hitomi te salió más fácil¿verdad?

- Sakuragi… tenemos que hablar…

- Claro que vamos a hablar… y me importa un rábano lo que estés haciendo, en veinte minutos en tu departamento.

- Pero, Saku…

- En veinte minutos – y cortó antes que el pelinegro pudiera decir algo más

Tomó su chaqueta y salió, otra vez le tendrá que inventar a Haruko una buena excusa por ausentarse otra vez. Si tiene suerte, esta vez, no se agarrará a golpes con el pelirrojo…

Si tiene mucha suerte…


Quedó angustiada, la forma tan abrupta como se fue Hanamichi la dejó temblando. El no es la persona más consciente de sus actos y seguramente no le iba a dar una grata visita a Kaede… Lo que le dijo no la deja aún mejor, solamente hace que reflexione que su padre también está sufriendo.

Se pregunta a sí misma quien se ha creído para ser el juez de su padre… quizás no era el mejor del mundo…

Pero sí estaba segura de algo.

Si ella cometiera un error… su padre no le daría la espalda…

Hitomi se sentía a morir.

Esas palabras le dijeron muchas cosas…

Soledad… Desesperación… Necesidad…

Pero por sobre todo… amor…

Ese amor que no se expresan muy frecuentemente entre ambos en palabras, nunca lo creyeron necesario. Pero sí lo era. Ahora que todo había estallado, se siente lo peor del mundo… ¡no porque tu papá sea mayor significa que sea perfecto!

Toma lo primero que ve y lo tira lejos con coraje… el reloj despertador queda hecho añicos…

Ya ni tiene idea de qué es exactamente lo que pasa… son tantas cosas… y sin poder hacer nada…

Ha enfrentado a su padre, pero siente que ha perdido el rumbo…

Ahora toma otra cosa y la tira… toma otra y otra, necesita sacar lo de adentro…

Esta llorando…

Pero no le importa, todo lo que tiene encima lo bota al suelo… esta desesperada… es más de lo que sus dieciséis años pueden aguantar.

Ya no tiene nada que tirar.

Está de pie sin mover un músculo con su mirada vacía, perdida…

Se lanza a la cama y se echa a llorar…

Se quedó un buen rato así… llorar y no pensar en nada. Su pieza era un desastre, mandaría al infierno a Youji y que su padre se metiera con quien se le dé la gana… no le importaba nada.

Lloró un buen rato hasta que alguien tocó la puerta

- Hitomi – grita Yukime de la puerta – ¡tu galán de telenovela te busca! – no tenía idea la morena que era la última persona que la chica quería ver.

"Es hora de actuar… happy faces, Hitomi".

Se siente extraña, era uno de esos días que no sabe ni en qué planeta anda… es que estaba tan sumergida en sus cosas… estaba muy conciente que él no la estaría abrazando en este preciso instante si supiera todo, seguramente la mandaría a freír rábanos si supiera que su padre andaba loco detrás del suyo ya hacía veinte años y, tal vez ahora se están matando.

¡Qué cosa más extraña es el amor!

Y eso que le quedaba mucha vida por recorrer…

- ¿Te sientes bien? – le preguntó Youji de repente.

- ¿Yo?

- Sí¿a quién más? – le hizo gracia el comentario de la pelirroja – estás callada.

- Nada…

- Hitomi yo he hablado más que tú y eso es decir mucho – el moreno alzó una ceja dándose a notar.

- Son ideas tuyas – trató de disimular, riéndose muy a lo talentosa, quizás la carrera de actriz no sería mala idea.

- No sé porqué no te creo – la miraba juiciosamente – eres un lorito parlachín.

- ¡You! – la chica protestó con una mueca graciosa, su novio simplemente sonrió, la pudo hacer sentir mejor.

- ¿Qué te pasa ahora? – ahora más parecía su padre que su novio, desearía que fuera más maduro en otros planos – lo entiendo… quizás no puedas contarme, quizás en otro momento…

Lo que acababa de decir era como un "cuéntame ahora mismo, que ya me tienes desesperado, pero mejor me hago el comprensivo antes de que me frías con aceite hirviendo" en una forma demasiado sutil, si no conociera ella a los hombres¡ja!

Por suerte suena el teléfono le había salvado la campana. Ella misma lo contesta.

- ¿Aló? – Hitomi se quedó callada un rato, con una cara que no presagiaba nada bueno, Youji también estaba intranquilo al ver sus facciones – haber… tranquilízate un poco… relájate, dime qué pasó, que no te entiendo nada…mmm… ¡qué!... ¿qué dijiste? – estaba muy angustiada y ya le estaba costando hablar - ¿y cómo está?... ¿en el hospital central?... voy inmediatamente para allá – cortó el teléfono – vámonos –le toma la mano a su novio apresuradamente para llevarlo al auto.

- ¿Qué pasó? – preguntó el moreno con preocupación - ¿le pasó algo a tu papá?

- Vamos al auto, te explico después…

Casi se fueron corriendo al auto, Hitomi estaba temblando… ¡Qué día más largo ha sido este!

Sin embargo, ese no era su mayor pensamiento, todo lo referente a Rukawa y su padre había pasado inmediatamente a segundo plano.

Es que… le encantaría decirle 'te lo dije'… pero eso era lo de menos…

No tenía certeza que podría hacerlo alguna vez.

¿Cuántas veces ya se lo había advertido? Sabía que esto más temprano que tarde sucedería y ya ven… Apostaba que ese cerdo otra vez se iría con las suyas, pero al parecer, la mayoría de los adultos sólo piensa vivir en el hoy y no mucho en el futuro

- Hitomi¿qué pasó? – preguntó Youji muy alterado mientras iba manejando, no sabía porque estaba a toda velocidad.

- Mako… – fue lo único que la pelirroja comentó con la voz algo quebrada.

- ¿Mako? – el chico no entendía absolutamente nada, pero no quiso ahondar en el tema, se notaba que ella estaba muy afectada

Y podía decir sin miedo a equivocarse, que estaba así desde antes que recibiera la dichosa llamada. Youji repasaba en su mente quien podría ser 'Mako' ¿Algún o alguna amistad de la preparatoria? No… él supuestamente las conocía a todas. También podría ser algún mote, porque tiene la misma manía que su padre para poner apodos a todas las personas, pero era la primera vez que lo había oído.

¿Quién será?

Que la cabeza le diera vueltas… no llegaría muy lejos que digamos…


- ¿Se pondrá bien, doctor? – preguntó un niño muy ansioso.

- Tu mami tiene algunas heridas, pero pronto estará bien – el pequeño lo miraba muy detenidamente, las explicaciones de parvularia no le servían de mucho, ya había 'aterrizado a la realidad' para que le vengan con esas cosas.

- Doctor… quiero la verdad…

El médico vio que se notaba que ese chiquillo vivía la violencia intrafamiliar… era muy maduro para sus nueve o diez años. No creyó cuando le dijeron que él hizo todos los trámites.

- Ella no está bien, hay cosas de medicina que no entenderías – fue lo más simple posible – pero tu mamá tiene muchas heridas, no creo que se recupere rápidamente.

- ¿Puedo ir a verla?

- Tío…

- "…"

- ¡Tío! – gritó una voz por segunda vez, sacándolo de su ensoñación

- ¡Hitomi! – Mitsui se puso de pie a penas vio a los dos chicos.

"Hitomi y Mitsui… ahora esto si que es raro, esto sí que no tiene ni pies ni cabeza", pensó el pelinegro mirando a ambos interlocutores,

- ¿Cómo está Mako? – preguntó agitadamente sin saludar.

- Bueno, e-ella – comenzó a balbucear.

- ¡No estoy para que me inventes cosas! – Hisashi sintió en ese minuto un deja vú.

- Esta bien… ella tiene varias fracturas, pero aún estaba consciente cuando llegó al hospital… el doctor me dijo que por lo menos se quedaría unos cuatro meses… lo peor de todo fue la fractura en la columna vertebral – el peliazul lo contaba muy afectado y los chicos estaban horrorizados – ahora mismo está en pabellón y no sabemos qué secuelas tendrá del accidente.

- ¡Yo sé lo dije! – empezó a encarar al mayor – ¡yo se los dije!... pero no… ¡eres un maldito idiota, Michi!

- Cálmate Hitomi… - a pesar de que Youji no lograba deducir cual era la situación, trató de al menos apaciguar los ánimos.

- ¡Maldición! – pegó una patada con todas sus fuerzas a un basurero que ahí se encontraba, logrando captar la atención de todos.

- Escúchame… – el peliazul decidió ser firme ya, o esto se le iba de las manos – primero, esto es un hospital y tenemos que respetar si no quieres que nos echen a patadas; segundo, tú sabes mejor que yo que Mako decidió correr el riesgo, a ella no la podíamos obligar a hacer algo que no quiere; y creo que si armamos un escándalo no ayudaremos en nada – su voz fue clara, dura y precisa.

- Pero… - trató la pelirroja de replicar.

- Tranquila… confiemos en la voluntad de Mako y de Kami-sama para que todo salga bien, no tenemos opción – hablaba de forma más dulce.

- No nos queda de otra… bien hecho, señor 'yo tengo el control' – aún seguía la chica muy nerviosa pero se sentó sólo para lo que podía hacer… esperar.

Mitsui le pidió que le comprara algo a Hitomi para que se le calmaran un poco los nervios. En un principio, la idea era que se la llevara con él, pero esa niña era tan testaruda que no la pudieron mover de ahí. Y mejor no dirigirle la palabra a la chica, que tal vez le dé un ataque de histeria otra vez. En ese rato de silencio, Hitomi lo aprovechó para calmarse. No solucionaría nada si andaba lloriqueando, provocaba más problemas de los que ayudaba.

Ya más tranquila, su mente pudo trabajar y la primera pregunta que se le cruzó por la cabeza fue cuál era el motivo por el cual su tío se preocupara tanto. Esto ya estaba trascendiendo el 'ámbito profesional' y esa preocupación de 'amigo' no era muy creíble.

Sin contar con la tremenda falta de respeto y metida de pata que acababa de cometer, sin duda, su boca era un peligro público.

- Lo siento…

- Eh… – Hisashi sólo arqueó la ceja al oírla hablar tan de repente.

- Lo siento… pero esto… b-bueno… y-yo… ehhh…

- No te preocupes, también siento que es mi responsabilidad…

- Pero Makoto decidió…

- Debí haber insistido más, haberme apurado en la investigación… no sé, yo…

- Oye… espero que no sea inoportuna para preguntar… pero así, pareciera que estás enamorado de Mako… te preocupas demasiado por ella… – Mitsui abrió los ojos como platos al oír eso – si mi tía está rehaciendo su vida, no vería mal porqué tú no… Mako es muy bonita y bastante más simpática de cuando la conocía, no harían mala pareja.

- No estoy enamorado de ella – le respondió con sinceridad, ambos miraban hacia el frente – me gustaría, pero todavía no estoy listo para tener otra relación…

- Bueno, no lo reconoces… pero en un tiempo más… ya te dije, se te nota demasiado…

- Quizás es cariño… - la nostalgia aparece en su rostro – ella me recuerda a mi mamá…

- ¿Qué?

- Eso… me recuerda mucho a mi mamá… creo que sé con sólo mirarlas cuando pasan por estas cosas… eso de maquillarse más de la cuenta, hacerse chasquilla de repente, vestirse de manga larga en verano, la tristeza de sus ojos, el temor en sus ojos cuando las tratas… son todas esas pequeñas cosas que nadie las ve salvo quien lo ha vivido…

- Tío…

- Nah, para mí es sólo pasado… creo que me estoy haciendo aficionado a nuestros secretillos – sonríen ambos levemente – espero que me guardes también éste.

Quedaron otra vez en silencio, pero esta vez sumidos en sus pensamientos. Hitomi se da cuenta que está aprendiendo que las personas nunca se les termina de conocer nunca, al parecer, esa confesión no se la esperaba para nada. Comprendía perfectamente a Mitsui que actuara a veces en función de sus traumas, ella aún no puede superar el suyo, aunque su padre la mandó a un sicólogo por varios años, aún no soporta los autos cuando van muy rápido…

- Mejor cambiemos de tema – ese tema le deprimía demasiado – ¿y cómo está Hanamichi?

- Sin comentarios… me acabo de pelear con él… y lo peor de todo es que puede cometer una locura.

- Hanamichi es una locura – recalcó – pero en el fondo… tú sabes que es inofensivo…

"Si claro… bien pero bien en el fondo…"


Lo estaba esperando en la puerta con la furia en la cara… tenía la razón no debió haberle contado nada a esa chiquilla aunque lo hubiera amenazado de muerte; tarde o temprano sabía que se lo recriminaría a su padre, aunque lo más que le pidió fue eso, ése no era su asunto. No hablaron ninguna palabra, al parecer, esto ya era mutuo eso de que este asunto sólo se trataría a puertas cerradas.

- Pasa – dijo Rukawa una vez que abrió la puerta, ni siquiera la había cerrado cuando el pelirrojo comenzó a discutir con él.

- ¿Cómo me pudiste hacer esto? – le reclamó – ése fue un golpe bajo… – lo tomó de la ropa, estaba furioso – estúpido de mierda… maldito miserable despechado… si querías vengarte, lo hiciste muy bien…

Quería golpearlo, esto no podía perdonárselo, esto no… tenía el puño empuñado, listo para golpearlo como lo había hecho en tantas otras ocasiones. Pero algo lo frenaba, Rukawa nunca lo había hecho enfadar tanto… sin embargo… no podía… ahora que sabía que lo amaba no podía pegarle, su puño tiritaba de la rabia pero no podía tocarlo. El moreno estaba esperando en cualquier momento el golpe, mas no llegaba, sentía la mirada de odio de Hanamichi sobre él, casi al borde de las lágrimas por la impotencia por no poder descargarse.

- Ni siquiera puedo golpearte – desvió la mirada al suelo y murmuró bajito, igualmente el pelinegro lo escuchó.

- Fue ella la que me pidió que le contara, torpe… – le aclaró Kaede, tratando de soltarse del amarre.

- Qué amable eres… ¿y no pensaste que era mi hija, imbécil?

- ¡Yo no quería!

- ¿Te amenazó con dispararte? – fue sarcástico.

- Con algo peor…

- Seguramente – al fin Hanamichi lo soltó – no sé cómo pudo creerte… porque yo no creería el primer rumor que se me cruce por delan…

- ¡Ella nos vio, tarado! – exclamó enfáticamente, el pelirrojo abrió los ojos con horror.

- ¿Q-qué nos…vio? – tartamudeaba ante tal afirmación.

- El día que tú y yo nos besamos por primera vez en tu casa.

- N-No puede ser… no-no…

- Sí y que si no hablaba con ella, me dijo que me encararía en mi casa… te acusó de ser mi amante – se comenzó a desesperarse – ¿qué mierda esperabas que hiciera?

- Dime qué demonios voy a hacer ahora – cada vez el tono del pelirrojo aumentaba el volumen, no le importó en absoluto la réplica del moreno – ¡ella me odia! – se tiró a sentarse en un sillón de manera muy ofuscada.

- Sakuragi – dijo el pelinegro tranquilizadoramente, sentándose junto a él, era necesario apaciguar a Hanamichi – ella no te odia… simplemente está confundida, yo creo que no tomaría muy bien a la primera que mi padre ande con otro hombre y eso que soy homosexual… – ambos se miraron a los ojos.

- ¡Tú no entiendes nada! – el pelirrojo todavía estaba algo alterado – no sabes cómo me gritó, me dijo que yo le daba asco, ella nunca me va a perdonar lo que pasó, que yo era un manipulador por haber utilizado a su madre, que no me importaban los sentimientos de nadie… y todo por tu culpa… – y esta vez, no evitó ponerse a llorar, aunque fuera ante él, cubriéndose su cara con sus manos.

Kaede por primera vez se dio cuenta del daño que había hecho, por eso no quería decirle nada a Hitomi, sabía que esto lo destrozaría, quizás hubiera sido mejor si le hubiere aceptado sus promesas... pero no podía perdonarlo así como así. Sin embargo, ver a su torpe tan vulnerable, que todo ese dolor lo había resistido solo en todo este tiempo. Ignoraba que, en ese instante, su hombro resultara tan tentador… Hanamichi solamente quería apoyarse en él en busca de consuelo, todas las cosas que le había dicho anteriormente no las sentía… lo único que quería era tirarse a sus brazos para recibir únicamente un abrazo suyo… sentir ese calor.

- Sakuragi... lo de Hitomi es solamente un arrebato, tú eres lo único que tiene – el rostro del pelirrojo seguía aún cubierto, la manos Rukawa ahora dudaba para ver si la apoyaba o no en la espalda de su torpe – ella simplemente no se esperaba esto – su mano iba a ponerla, pero apenas rozó la espalda, la sacó como si le hubiera dado la corriente – estoy seguro que si hablas con ella, todo saldrá bien...

- Ella no entiende razones... cuando se lo propone, es igual de cabeza dura que yo - rió con tristeza.

- Es verdad – sonrió – 'de tal palo, tal astilla'…

- No me perdonará nunca…

- No tiene nada que perdonarte, habla con ella… quizás está tan confundida como tú – su orgullo no pudo más, atrajo la nuca del pelirrojo para que la pusiese en su hombro, Hanamichi no dejaba de sollozar – perdóname por habérselo dicho, sé que a mí no me correspondía, pero tu hija es muy inteligente.

- Igualita a su padre – se miraron los dos y sonrieron, Kaede se sentía satisfecho ya que el pelirrojo estaba mejor, no se preocupó de la posible 'posición comprometedora' que significaba tener su cabeza en su hombro.

Se sentían ambos bien, quedaron en silencio, disfrutando aquel momento. Hacía tiempo que Hanamichi no se sentía esa protección, el trabajo de tener todo a su cargo se le ha hecho muy pesado. Todo lo que tenía pendiente, se ha dejado para después, ese momento… ese sólo contacto era casi mágico…

"Cursi", se reprimía con una mueca de alegría en la cara y con lo ojos semi cerrados.

- ¿Sakuragi? – una voz lo sacó de sus pensamientos.

- Ehh…

- Es la tercera vez que te llamo – la situación ya le parecía incómoda, su corazón latía desbocadamente y no quería que él lo notara – lo siento, pero tengo cosas que hacer.

- No, soy yo el que lo siento – una sonrisa melancólica – no debí haberte molestado ni mucho menos haberte gritado de esa manera.

- No te preocupes, yo también soy padre… tal vez hubiera actuado igual…

- No eres tan idiota como yo – no se daban cuenta lo adolescentes que parecían con esas excusas y explicaciones – además no sé que le voy decir cuando vuelva – se había acordado de la que le esperaba.

- ¡Ay, Sakuragi, por Dios! – suspiró, "y yo pensé que lo había superado", el torpe era más duro que una roca – dile la verdad… no ha sido fácil saber que su padre tenía un pasado…

- Es que no es eso – había un jadeo de nervios en su voz - ¿y si me dice que no me quiere ver más?

- No digas eso…

- Es que tú no entiendes… ella es lo más importante de mi vida – su nerviosismo aumentaba.

- No te anticipes a las cosas…

- Pero…

- Después de todo… tú la conoces mejor que yo…

- Tengo miedo… - lo confesó el pelirrojo.

- Sé que todo saldrá bien…

- ¿Es que tú no entiendes? – casi gritaba.

- No, no entiendo, sólo veo que eres tan testarudo – "¿es que no podremos hablar alguna vez sin siquiera un poco de tensión?"

- Es que…

- ¿Pero qué? – Kaede lo miraba fijamente como desafiándolo, éste no se percataba que estaba presionando a Hanamichi… ni lo siguiente que lo diría…

- Yo…

- ¡Déjate de sandeces! – ya no le quedaba mucha paciencia – habla con ella y déjame en paz.

- No quiero perder a mi hija¿te cuesta mucho entender?… ¡Ya perdí el amor de mi vida por mi estupidez! – se desahogó sin pensar en un grito y con una mirada tan intensa que dejó perplejo al moreno, cuyos ojos estaban parpadeando al oír tal afirmación.

Silencio…

Mientras tanto, Sakuragi se dio cuenta de la tontería que había hecho… ¡Maldita bocota suya que habla antes de pensar! Si hablaron de esto fue una excepción y no para insistir como un muchacho con las hormonas alborotadas que no se resignaba a un rechazo… Tenía que irse y ya…

- Yo no dije nada, yo no hablé nada… tú sabes que esto de juntarnos fue una idiotez mía – Hanamichi habló de repente, tan rápido que no se le entendía lo que decía, su corazón no lo estaba haciendo mejor – creo que lo mejor es que me vaya.

- Sí… - fue apenas un murmullo, no podía procesar las palabras del pelirrojo ni mucho menos con la convicción con las que lo había dicho.

Hanamichi empezó a tomar su mochila inseparable para irse… Kaede sólo lo observaba…

- ¡Qué tarde es! – miró su reloj – bueno, Rukawa, yo también tengo muchas cosas que hacer…

El moreno ya no lo oía…

Su mente estaba en otra cosa mientras lo miraba con nostalgia…

Se sentía voces de niños, que jugueteaban despreocupados por la vida. Nunca sabrían el gran amor que se esconde a través de sus abuelos… sólo un buen observador se daría cuenta de las miradas furtivas llenas de frustración y amor que se esconden tras de ellos… buscan el roce, un simple cruce de miradas… saben que más de eso no puede pasar, pero cada roce, cada mirada, cada palabra es el paraíso… o el infierno… no puede besarlo, no puede sentirlo, no puede tocarlo… Cada vez que se encuentra con ese hombre, reinan los "y si"… "¿Y si Youji no lo hubiera tomado tan mal?"… "¿Y si Hanamichi realmente se había enamorado de él?"… "¿Y si hubieran probado al menos?... "¿Y si hubieran estado juntos una vez más?"

¿Es ese el futuro que quería Kaede Rukawa?

¿Quería conformarse por el resto de su vida con miradas, roces y discusiones que no llevan a ninguna parte?

No… no lo quería… porque a pesar de todo, lo amaba… amaba a ese torpe desde siempre…

Sakuragi ya había dado el primer paso… ya no daría ninguno nunca más…

Al menos que él se lo permitiera…

- H-Hanamichi… – lo llamó muy nervioso, estaba convencido que ésta sí sería la última vez que Sakuragi le diría eso.

- L-lo siento… haz que esto nunca pasó… nunca más te diré nada, te lo prometo – el pelirrojo estaba tan perturbado que no atendió que Rukawa lo había llamado por su nombre, se giró con intenciones de irse.

- Hanami…

- No, lo siento, yo me iré ahora…

- Hanamichi, no te vayas…

- Rukawa…

- Yo aún… te… amo… – lo dijo en un acto de último recurso para que le prestara atención; y lo logró, el aludido inmediatamente se dio vuelta, incrédulo de lo que acababa de oír – yo t-te quiero… – Kaede lo repitió con las mejillas levemente sonrojadas y con una pequeña sonrisa en su cara.

- ¿Qué fue lo que dijiste? – fue a lo único que atinó a decir, la emoción inundaba todo su ser, lo que más ha querido en el mundo era escuchar eso – yo… yo…

- Que aún… tú y yo…

- Nosotros… - o se peleaban o hablaban como un par de bobos… ambos se sentían así, esa risilla nerviosa lo evidenciaba.

- Podríamos… tener una oportunidad… claro, si tú quieres…

- Yo… pero… nuestros hijos… tú mismo dijiste que ya era tarde, que nuestras vidas ya estaban hechas, que ya no teníamos posibilidades… que tu amor se había muerto – era tan maravilloso para Hanamichi que le estaba poniendo peros.

- Quiero pensar por una sola vez en mí... por una vez en nosotros… algún día ellos harán sus vidas y nos quedaremos en el 'si nosotros hubiéramos hecho esto o dicho aquello'…

- Pero… tú ya no me amas… - volvió a repetir la idea, no estaba convencido.

- Mentí cuando te dije que ya no te amaba porque creí que era lo mejor para todos… pero no ha sido así… yo no puedo sacarte de mi mente ni mucho menos de mi corazón…

- Kaede…

- Creo que no fue bueno mentirme a mí mismo, lo hice por ellos… ¿pero nosotros cuándo? – lo preguntó con cierta rabia – los amo a ellos… pero también te quiero a ti…

- No podemos tener todo en la vida…

- ¡Joder, Hanamichi! – se molestó el moreno – no me lo digas eso a mí, que he tenido que renunciar a todo por los demás… démonos una oportunidad…

- ¿Y nuestras familias? – el pelirrojo vio que Rukawa se impacientaba y como suspiraba.

- Hana… si no resulta, será un lindo recuerdo… ¿ y si nos va bien?... estoy más que consciente que esto no será nada fácil pero es mejor que arrepentirnos por algo que no hicimos¿no crees?…

Hanamichi estaba comenzando a emocionarse, pero no precisamente por lo que Rukawa le estaba hablando, sino más bien, que sentía que su zorro lo había perdonado definitivamente. Inesperadamente, se lanzó a sus brazos y se puso a llorar.

Fue un abrazo muy largo, Kaede tampoco pudo evitar que un par de lágrimas se cayeran y aferrarse a la cintura, del que ahora sí podía considerar, su torpe. Era como si no se hubieran visto desde hace mucho, al mismo tiempo, se sentían libres… sin rencores, misterios ni dudas.

- Yo también – dijo Hanamichi oculto en el cuello de Kaede.

- ¿Qué?

- Te amo…

- Hanamichi…

El silencio los hipnotizó, ya no pudieron concentrarse en otra cosa que no fueran en los ojos del otro... sus rostros se acercaron hasta que rozaron sus labios... un simple roce... pero bastó para encender ese amor que estaba escondido. El zorro se dejo embriagar por la lengua de Hanamichi que lo invitaba a disfrutar lenta, pero al mismo tiempo, apasionadamente el beso. Sus lenguas se exploraban con fuerza, con una fogosidad, que podía contrastar con esa suavidad que estaban logrando. No sabían lo que sentían, no podían describirlo, esta sensación los superaba, esa desesperación por el otro era lo más cercano a ello... los brazos posesivos de Kaede en su cintura daban prueba de ello, algo que al pelirrojo no le desagradaba en lo absoluto, su cuerpo estaba vibrando con ello, lo único que podía hacer era tomar de sus mejillas para profundizar ese beso, deseaba hacer eso a rabiar…

Cuando se separaron, se miraron a los ojos otra vez… no querían hablar, no querían arruinar ese momento, las palabras estaban de más. Ahora fue Kaede quien se apoyó en el hombro del pelirrojo, mientras que éste acariciaba su cabello. Se quedaron un buen rato así, hasta que el pelirrojo bostezó, demasiadas emociones había vivido en muy poco tiempo.

- Estás cansado… ¿por qué no te recuestas un rato? – sugirió el moreno, acariciando una de la mejillas de Hanamichi – yo preparo la cena y te quedas a comer¿te parece? – le cerró un ojo.

- De acuerdo, este hombre tan fuerte y atractivo necesita descanso – bromeó.

- Tonto – le siguió el juego - ¿quién dijo que eres atractivo?

- Zorro tonto, yo mnh… - antes que dijese algo más, el pelinegro lo acalló con un beso.

- Ahora descansa… - Hanamichi le hizo caso.

- Hana… – lo llamó y el pelirrojo se dio vuelta antes de que entrara a la habitación.

- Mmm…

- Te queda mejor el pelo rojo – le estaba coqueteando con una sonrisa.

- Gracias – hizo el mismo gesto coqueto y entró bajo la atenta mirada de Kaede.

El pelirrojo se tiró en la cama con una tremenda sonrisa, quería pegarse un tremendo cabezazo para saber si estaba soñando, quería saltar como un niño por toda la habitación. Era mejor de lo que había imaginado… esos labios sobre los suyos, su lengua enredándose con la suya, sus fuertes brazos recorriendo su espalda; pero por sobre todo oír ese 'te amo'… no sentía merecedor de tanto, no cabía de tanta felicidad.

Tenía la esperanza que al despertar, se diera cuenta que no es parte de un sueño… uno de los tantos que ha tenido…

Al mismo tiempo, Rukawa no estaba menos contento. Hasta esa mirada fría que trae consigo se había desarmado, estaba sonriente y todos los cuestionamientos sobre su familia los ha postergado por el momento, era demasiado bueno lo que le estaba pasando para invadir su mente con eso. Tenía miedo, una cosa es que lo haya perdonado, pero igualmente sentía esa inseguridad…

Había muchas cosas de las que tenían que hablar…


Ya han pasado más de tres horas desde que los chicos llegaron al hospital. Salvo por cruce de palabras momentáneos, esperaban en silencio a que un médico les dijera alguna información, sin embargo, nunca ocurrió, así que los chicos decidieron comer algo, Mitsui se quedó para ver si había alguna novedad.

Youji, mientras estaban comiendo, estaba pensando quién demonios era la tal Makoto o, como cariñosamente le decía su novia, "Mako"; pensaba que conocía a todos los cercanos de su chica, pero se equivocó, a esa mujer no la había oído nombrar ni en pelea de perros.

- ¿Quién es Makoto? – preguntó Youji, superado por su curiosidad – ¿es una amiga tuya?

- Sí y no…

- Cada vez entiendo menos… no sé que hacemos aquí… - protestó el pelinegro.

- Su nombre actualmente es Makoto Izawa… la conocí en los Estados Unidos, era una amiga de papá – comenzó a explicarle Hitomi – después se pelearon, ahora él la mataría, la odia.

- ¿Qué hizo?... además chiquilla loca – reía con cierta malicia mientras tomaba un sorbo de bebida – ¿qué haces tú con ella si tu padre no la quiere ver ni en pintura?

- Es una historia larga… eso sí, por la cara que pones – se ríe levemente – te aclaro que no llevaban la 'amistad' que tú piensas… yo que sepa, ellos no tuvieron nada – "aunque a estas alturas, ya nada me sorprende" – la cuestión es que ella se casó con un empresario muy importante, de las más altas esferas de este país, pero por ese tiempo estaba radicado en Norteamérica… algún tiempo después, Izawa quiso volver para hacer negocios en forma más independiente y competir con las grandes empresas tecnológicas…

- Todavía no entiendo – bufó Youji - ¿qué tiene que ver el tal Izawa con que ella esté en el hospital?

- Mucho, y no te impacientes – dijo molesta – hace más o menos seis meses me encontré con ella… en compañía de mi tío Michi, pensé que era su amante o algo por el estilo, así que fui a reclamarles porque creí que eran amantes… pasé la vergüenza de mi vida – estaba más roja que un tomate y su novio no aguantaba la risa, no era necesario que le contara más; pero la cara de su chica lo hizo callar de una vez – sin embargo, vi que ella no era la misma… bastante más dulce y humilde de lo que era antes, se maquillaba más de la cuenta, y eso que envidiaba a la condenada porque tenía muy buen gusto.

- Qué interesante… - "mujeres", ironizó

- No es eso… creo que era mejor maquillarse de esa forma a que todo el mundo supiera que la golpeaban en su casa – esa fue sorpresa para él, Hitomi hablaba muy enserio – sabiendo como es ella, prefería eso ante la humillación pública…

- Y porque amaba a ese tal Izawa… siempre ese tipo de mujeres piensa la misma estupidez…

- No, ella se casó con él por amor… pero al tío Sam, si te digo que ha cambiado y mucho, Makoto era una mujer muy ambiciosa… ella misma me contó al tiempo después que se casaron, se cayó su cuento de hadas, el tipo hacía fiestas en que las drogas, el alcohol y el sexo predominaban… comenzó a serle infiel, a golpearla y todo eso… fue entonces cuando encontró a mi tío y se ofreció ayudarla.

- Qué caritativo él… eso no me cuadra…

- Yo tampoco… pero hay un no sé qué que me dice que ellos no tenían nada porque aparte, él trabaja para la corporación de Izawa… además mi tío la conoció a raíz que el desgraciado ese está especulando en la bolsa y está dejando sin dinero a la compañía, robándole a los accionistas…

- Eso es grave… lo hubieran denunciado, se hubieran ahorrado problemas…

- No es tan fácil, cariño… esa gente es poderosa y si saben que alguien los denuncia, les puede costar sus cabezas, además es muy difícil probarlo; además, como te dije, Mako es más terca que una mula, y ni muerta querría aparecer en un escándalo, ella misma le estaba ayudando a mi tío para que Izawa cayera en su propia red sin que aparecieran sus nombres… y por supuesto, mi tía Rika no tiene idea…

- ¡PERO EN QUE ESTAS PENSANDO! – gritó el moreno de repente – el idiota de Mitsui está poniendo en peligro a todo el mundo y tú te quedas callada… ¡TORPE!

- Pero si hablo es peor… incluso me ofrecieron dinero, que prácticamente me hicieron aceptar a la fuerza, necesitaban mi silencio como diera lugar... gracias a eso pude hacer que mi tío me ayudara con algo… como podríamos decirlo mejor… pude chantajearlo…

- Hitomi – dijo antes de pagar la cuenta – esto no es un juego… - le toma la mano y la mira fijamente, él estaba preocupado.

- No te preocupes… sé lo que hago… además no puedo dejar sola a Mako después que ese maldito la empujó de un balcón…

- Ahí lo descubrirán y listo… asunto arreglado y que te sirva de lección para que no te metas donde no te llaman – la reprendía como una niña.

- Ya oíste a mi tío… uno dinerito por aquí y unos amigotes por allá… por maltrato familiar, a Izawa no lo condenarán nunca, mi tío me lo dijo, ese tipo tiene demasiado dinero y contactos, que ni el mejor abogado del mundo lo meterá preso, todos tenemos un precio… pero si se enfrenta con otros tipos tan poderosos como él en un juicio, lo meterán a la cárcel, es mucha la presión y el dinero en juego, por eso mi tío y Makoto estaban planeando todo esto.

- Sigo diciendo que esto es peligroso… ¿por qué a todos ustedes les gusta meterse en problemas? – reclamaba bastante molesto.

- No te preocupes, You… yo no estoy metida con ellos en esto… sólo estoy guardándoles el secreto – en ese momento, los chicos se besaron – además sé cuidarme sola.

- Pero igual… no me importan ellos, pero tú sí – la miró tan penetrantemente que Hitomi se sonrojó.

- Mejor subamos… quiero saber como está Makoto…

Los dos volvieron a ver donde estaba Mitsui. La mujer aún no había salido de la sala de operaciones y estaban preocupados, hasta el mismo Youji, quien no la conocía. Sin embargo, Hitomi no podía apartar de su mente otra preocupación. Ha llamado tres veces a su casa y otras cuantas al celular de su padre, y ninguna noticia de él... Y ya eran más de las nueve…

Esperaba que no hubiera cometido otra locura… más encima por Rukawa… porque con ellos, todo podría pasar y más…

Juguetea con sus pies en señal de nerviosismo…

Estaba preocupada por él también… quería hablar con él, más que reprocharse, necesitaba aclarar muchas cosas…

"Papá… ¿en dónde te has metido?"…


Hanamichi se asustó en un principio, mirando para todos lados, esa cama no era suya, pero la habitación le era conocido… ese aroma le era familiar, era de él. Se acordó de que estaba en el departamento de Rukawa y lo que había pasado antes de dormirse. Se sonrojó un poco y sonrió. Sonaba tan bien eso… 'Kaede y yo'… Desde que enviudó, no había hablado tan serio de una pareja, todavía no es tarde para tener una relación formal; hasta sus problemas le parecían secundarios…

Era un idiota sin remedio… y lo sabía…

Pero nunca lo admitiría… y menos frente a él…

Le dio risa al pensar en eso.

El sonido de sus tripas y un exquisito olor le hicieron recordar que tenía hambre, se levantó y se dirigió a la cocina. Sonríe al ver a ese zorro cocinando, no se lo imaginaba verlo tan hogareño; es un desafío saber que aún no conoce a ese zorro como quisiera… pero no le apura. Tienen mucho tiempo para conocerse, saber que hay detrás de esa postura seria y fría.

- Despertaste – le dijo el moreno apenas lo vio.

- Tengo hambre – mirando la olla puesta de reojo, Kaede sólo levantó una ceja.

- ¡Qué romántico eres! – bufó, con lo que le sale después de reconciliarse… bueno, que no se queje, es un torpe.

- No sabía que te gustaban las relaciones empalagosas – se burló.

- No… pero no me salgas con eso… ¿por quién me tomas? – estaba falsamente enojado.

- Es que te imaginaba más… indecente… - se le salió y Kaede estaba aguantándose de la risa.

- Creo que mejor vayamos a comer, torpe y, más encima, pervertido…

Esto sí que les estaba siendo difícil, parecían dos adolescentes que le costaba entablar un tema… Era fácil agarrarse a golpes o enredarse en la cama pero porqué no lo era mantener una conversación civilizada; sin contar los tartamudeos y algunos silencios incómodos, la cena estuvo de maravilla. Terminaron de comer y ya habían tenido su primera discusión por quien iba a fregar los platos, ganó Rukawa…

- Oh… oh – el pelirrojo miró su reloj – se me ha hecho muy tarde, Hitomi me va a matar.

- A veces pienso que ella parece más que tu madre que tu hija – al pelirrojo no le gustó el comentario y el zorro le causó mucha gracia – pero me gustaría que te quedaras un poco más conmigo… yo… - el moreno empezó a dudar lo que quería decir.

- ¿Qué? – el pelirrojo pensaba muchas cosas, si a final de cuentas, era un hombre…

- Ya me oíste… quiero que te quedes un poco más conmigo, pero no para eso – había adivinado sus pensamientos, Hanamichi iba a replicar pero Rukawa le puso un dedo en la boca antes que hablara – creo que es muy pronto y si estamos juntos, es porque es algo serio. Sé que es estúpido que un tipo a mi edad quiera las cosas lentamente, porque hace rato que ya no somos vírgenes…

- No tienes que explicármelo, me gustaría… bueno, tú ya sabes… - se viene una risita nerviosa – pero también te quiero y eso es más importante – lo tomó de la cintura y lo acercó más hacia sí para un contacto más cercano – no quiero forzarte a nada… además necesitamos conocernos más… si alguien nos hubiera visto en la mesa – su voz y la mueca en su cara eran bastante graciosas por lo que Kaede le dio risa.

- Creo que hasta Hitomi y Youji hablan menos nerviosos que nosotros – siguió con la sonrisa a flor de labios – pensaba que estaba haciendo el ridículo.

- Agrégale lo sonrojados que estábamos… yo parecía chiquilla de preparatoria tartamudeando…

- Te verías exquisita con faldita… como de esas admiradoras que yo tenía…

- Mira zorro tarado, cómo me compararas con ellas, voy a castigarte como se debe – le plantó un tremendo beso que los dejó sin aliento y se miraron por algún rato.

- ¡Hana! –exclamó finalmente divertido, pero la mirada de Sakuragi no quería más bromas y retomar el tema.

- Ahora hablando en serio… también creo que lo mejor es que las cosas vayan a su ritmo, que suceda cuando tenga que suceder… no quiero que esto sea que, cada vez que nos veamos a escondidas, nos revolquemos en la cama y eso sería todo… Kaede, sé que pasará mucho tiempo antes de que el pasado quede cerrado completamente…

- Un momento, el pasado no se borrará nunca… – el pelirrojo reflejó cierta tristeza en la mirada y Rukawa se percató de eso – es parte de nosotros pero eso no significa que no construyamos algo a futuro – le aclaró y le acarició la mejilla para que se le quitara esa pena – lo que tenemos que hacer es empezar de nuevo… aunque no haya cosa que me guste más que discutir contigo, creo que lo mejor sería que congeniáramos… ¿crees que podamos?

- Mejor dicho… ¿lo intentamos? – el pelirrojo lo miró muy seguro de lo que estaba hablando.

Kaede lo besó otra vez como forma de sellar el trato, descubriendo que discutir no era la única forma de disfrutar juntos… bueno, no podían negar que su química fuera arrolladora y que sus bocas eran poderosos imanes, pero esto de estar juntos era más que un desafío por el 'qué dirán' sino por el 'qué se dirán'. No sería fácil para nadie, pero estaban dispuestos a luchar y eso era lo más importante.

- ¿Qué haremos con Haruko? – preguntó el pelirrojo que quería todas las respuestas inmediatamente.

- Tendrá que entender algún día que esto nunca tuvo sentido, creo que ella también tiene derecho a tener a alguien a su lado que la quiera y sea feliz, yo no la he hecho vivir en el paraíso precisamente.

- Pero se va a enterar que tú andas con un hombre… ¿cómo crees que reaccione?... más encima yo… ay, Dios, no me quiero imaginar…

- Por el momento, no se va a enterar… no sólo quiero que lo hagamos lento por nosotros sino porque esto es una situación muy delicada¿de acuerdo?

- Está bien…

- No quiero decirle nada a Haruko hasta ver la manera de que los chicos lo acepten sin que se quieran cambiar de apellido – si tenía una relación con él, ésa sería la preocupación número uno de Kaede Rukawa.

- No sé porqué, pero creo que el enano de Daisuke va a ser el que mejor reaccione de los tres – aunque les pareció divertido el comentario, tal vez era lo más cierto – mi hija se va morir cuando se entere que estamos juntos.

- Hitomi me dijo que pensó mucho y que lo más importante para ella era tu felicidad, sin importar si era al lado de un hombre o una mujer… por eso, si le aclaras las cosas mejor, se arreglará todo… si no es tan difícil, Hanamichi.

- De sólo pensar en volver a casa, me dan escalofríos – Sakuragi es abrazado por el pelinegro en señal de apoyo. Este sólo le susurra.

- Sé que podrás…

Hanamichi piensa lo idiota que ha sido… ¿Cómo no se fijó en él antes?... hasta miedo daba hacerse más y más adicto a ese zorro, que demostraba que era mucho más que alguien que era alguien callado que sólo sirve para recrear la vista, podía ser comprensivo y ser la estabilidad que siempre ha buscado en una pareja; aparte su pelirroja traviesa lo adoraba y lo respetaba, no había encontrado una "mamá" convencional para ella, pero era lo que ambos necesitaban.

Y eso era perfecto…


¡Holas! Después de mil años he vuelto… y en qué forma… Espero que no haya hecho llorar a nadie, jajajaja. El verdadero motivo de mi retirada temporal (no es mucho tiempo, pero saben que si no actualizo un fic actualizo otro con cierta frecuencia) fue que nada de lo que escribía me gustaba, estaba tan deprimida que incluso pensé seriamente en dejarlo definitivamente, si no fuera por mis amigos, hubiera sido así… Quiero dedicar este capi en especial a dos personas: a Verito (aka tours Truly) y a Francis (aka Marion Mayfair), besos para ambas. Muchas gracias a todos los que me han apoyado y espero que no me vuelva a dar una de esas depres… Ya deben pensar que soy una chica propensa a las depresiones, jejejejejeje. Ya saben donde están respondidos los revis, aunque está de más decirlo.

En cuanto al fic… sin comentarios… entre Hana y Ru ha pasado de todo… rabia, odio, llanto, reconciliación y amor ¿Qué les pareció? Creo que es muy pronto para el lemon, hubiera sido bueno para las hormonas pero no para el fic, jejejejeje… Hitomi al fin entendió algo a su papá, pero ese tema quedará más cerrado en el próximo capítulo, dejemos que se quieran un poco este par hasta entonces; lo que no quedó para nada claro es la relación que hay entre ella y Makoto, cuyo pasado no se aclarará aún, por lo menos ya se entendió de donde provino el dinerito que la misma pelirroja afirmó que había recibido por Michi y que tanto preguntaron en ese cap. Quiero incursionar en un aspecto sicológico delicado y espero que me resulte bien, así como profundizar un poco en lo que es el mundo corporativo y las esferas de poder… espero no decepcionar a nadie ¿Qué pasará ahora con Hana y Kae que ahora han decidido el camino difícil?

Besitos para todos y cuídense mucho…

Paulyta.

PS: Mmm…si llegó a los 200 reviews… lo celebramos… Pero… ¿cómo?... se aceptan sugerencias… ya estoy tan emocionada con la idea…