14º CAPÍTULO
LA PÉRDIDA DE UN AMIGO-UNA NUEVA RESPONSABILIDAD PARA MEGAMAN
Los dos robots estaban entre la espada y al pared, no podrían salir de allí con vida y, menos poder salvar a Kaitlin del virus que había convertido la ciudad en una de las más mortíferas trampas.
El Hunter se abalanzó hacia Cutman, pero Gutsman, en un rápido movimiento, agarró del brazo a su amigo, y, con todas sus fuerzas, lo lanzó hacia la puerta de cristal del edificio, haciendo que Cutman lo atravesase y se viese en la calle.
Cutman, un poco conmocionado, miró hacia la puerta del hospital ya rota, justo en el momento en que el Hunter cayó sobre Gutsman y los dos luchaban a muerte. Cutman intentó acercarse, pero de repente las bombas explotaron al mismo tiempo en medio de una luz cegadora y de llamas ardientes, que hicieron que Cutman se viera impulsado hacia el otro lado de la calle mientras una nube de polvo y escombros llenaba todo el lugar y el hospital se derrumbaba en medio de un ruido ensordecedor.
Pasó casi media hora cuando Cutman despertó en el mismo lugar en que le dejó la explosión, cuando salió de la confusión, corrió hacia el hospital...o lo que quedaba de él.
De aquel edificio solo quedaban metales y piedra reducida a escombros.
Cutman desesperadamente empezó a retirar piedras y polvo ya entre esos restos se encontraría Gutsman. Escuchó un ruido procedente de debajo de sus pies, se apartó y retiró los escombros, cuando de entre estos surgió una horrible garra que se movía e inmediatamente apareció el Hunter que antes les había atacado. Cutman cayó al suelo del susto, y se preparó para recibir a la criatura con la escopeta, pero en cuanto esta salió, rodó escombros abajo plantándose a los pies de Cutman, estaba muerta; pero al poco rato los escombros volvieron a moverse y a levantarse, cuando de repente algunos salieron despedidos como si algo los hubiera golpeado; y de entre ellos a pareció Gutsman.
Cutman corrió hacia su amigo, pero nada mas dar unos pasos, el enorme robot se desplomó completamente agotado y sin fuerzas. Cutman se acercó a ayudarle pero lo que vio al llegar junto a su compañero no le dio esperanza alguna; el cuerpo de Gutsman estaba atravesado por varias barras de afilado metal, había perdido un brazo y en la espalda tenía un profundo zarpazo del cual brotaba sangre a mares.
-Cutman: Guts...Gutsman...háblame...por favor responde-suplicó.
-Gutsman: Uggh...vaya un derrumbe...-dijo con sentido del humor.
-Cutman: Gutsman aguanta...te sacaré de ahí-dicho esto empezó a retirar algunos escombros.
-Gutsman: No...no hay nada que hacer...es tarde para mi...
-Cutman: Qué?...Que quieres decir?...NO!... TU NO VAS A MORIR!...
Gutsman con esfuerzo sacó el brazo que le quedaba de debajo de su cuerpo y lo extendió hacia Cutman. En su mano estaba el frasco de la vacuna, intacto.
-Gutsman: He conseguido que no se rompa...toma...dáselo a Kait...
-Cutman: La...la vacuna...La has salvado!-dijo Cutman con cierta alegría, a la vez que tomaba en sus manos el frasco
Cutman pudo ver como las fuerzas abandonaban a Gutsman poco a poco, intentó darle ánimos para que resistiera, pero era inútil.
-Cutman: Gutsman...no nos dejes... ...No puedes morir ahora...estamos casi al final...No nos dejes amigo...
Gutsman puso su mano en el hombro de Cutman con las pocas fuerzas que le quedaban.
-Gutsman: Cutman...has sido el mejor amigo que he tenido...si he luchado hasta ahora...ha sido por vosotros...gracias...por todo.
El brazo de Gutsman quedó inmóvil y cayó haciendo un ruido seco entre los escombros. Cutman sintió tal dolor al ver el cuerpo inerte y sin vida de su amigo, que de sus ojos empezaron a salir lágrimas, y con desesperación e impotencia se tiró sobre el cuerpo de Gutsman y empezó a llorar desconsoladamente encima de este.
Su llanto se vio interrumpido por un extraño ruido procedente de la parte de arriba de los escombros. Cutman miró hacia arriba y vio que de ellos bajaba un Licker. La criatura, al verle, se le echó encima y ambos cayeron escombros abajo. Una vez en el suelo, Cutman se percató de que había perdido la mochila que llevaba, la escopeta y la vacuna. El robot intentó desesperadamente buscar el frasco con la esperanza de que no se hubiera roto, ya que entonces el sacrificio de Gutsman no habría servido de nada; pero vio una sombra que se le acercaba desde el aire a gran velocidad, se apartó lo mas rápido que pudo, pero esa sombra le hizo un desgarre en el brazo, el cual empezó a sangrar; Cutman se dio cuenta de que ya había visto a ese Licker antes, al ver que éste tenia la lengua cortada.
El robot no perdió tiempo, se levantó, y antes de el Licker se le echase encima de nuevo, intentó encontrar la vacuna, hasta que consiguió divisarla; estaba cerca de la callejuela que conducía a la puerta de la torre e intacta, así que, como una centella, corrió hacia ella, la tomó fuertemente en su mano, y emprendió la huida hacia la puerta, que estaba tan cercana, pero a la vez lejana. Cuando estaba a dos pasos, Cutman sintió un golpe, y a su vez un gran peso sobre su espalda que le hizo caer al suelo; la horrible criatura le había saltado encima. Cutman se vio impotente, lo único que podía hacer era proteger con su cuerpo la valiosa vacuna.
El Licker estaba listo para degollarle, cuando, desde el aire, sonaron una ráfaga de disparos, pero no disparos de ningún arma de fuego normal, sino de un arma plasma; la horrible criatura cayó abatida sobre Cutman, sobre el que derramó buena parte de sangre.
Cutman se vio libre, y se quitó a la criatura de encima; miró hacia arriba, donde provinieron los disparos, pero no pudo ver más que una sombra que desaparecía de allí y salía corriendo por el callejón atravesando una puerta cercana.
Cutman intentó alcanzarle, pero un ruido estrepitoso procedente de la torre le hico volver hacia lo que era su primer objetivo, abrió la puerta y oyó una ráfaga de disparos en la sala de los relojes. Justo cuando se dirigía a ella, una garra atravesó la pared que estuvo a punto de cortarle la cabeza, fue cuando el robot se dio cuenta de que Kaitlin había atravesado de algún modo la barrera y había atacado a Megaman y a Elecman.
Ellos por suerte aún estaban vivos. Cuando vieron a Cutman le indicaron que fuera a la biblioteca con ellos y este obedeció.
La Tirant estaba demasiado ocupada intentando sacar su garra de la pared como para evitar que los tres escaparan de la sala.
Una vez los tres reunidos en la biblioteca Megaman se percató de la ausencia de Gutsman.
-Megaman: Cutman, dónde esta Gutsman?
Cutman miró a la vacuna que tenia en su mano con mirada triste.
-Cutman: ...No pudo salir con vida...-fueron sus únicas palabras.
-Elecman: Eso que tienes en la mano…Es esa la vacuna?
-Cutman: ...Si. Kaitlin tenía razón...
Cutman no pudo continuar ya que Elecman se la quitó de las manos y pudo distinguirse una sonrisa en su cara.
-Megaman: Perfecto, ahora sólo queda dársela a Kaitlin.
-Elecman: Si, pero...
-Megaman: Pero, qué?
-Elecman: Cómo vamos a darle la vacuna sin que nos corte la cabeza?
Esa pregunta parecía que no tenía respuesta, pero fue Megaman el que rompió el silencio.
-Megaman: Lo haré yo
-Elecman: Estas seguro? Recuerda que si te ves en dificultades tendrás que dispararle, o incluso matarla.
-Megaman: …
-Cutman: Entonces lo haré yo.
-Megaman: No, tú ya has hecho demasiado.
-Elecman: En eso estamos de acuerdo, pero lo haré yo.
Elecman se armó con el lanzagranadas, pero Megaman lo agarró y se lo quitó de las manos.
-Megaman: Ya estoy harto de seas tu el que tome las decisiones, ahora me toca a mí ser el héroe.
-Elecman: Siempre lo has sido durante todo estos años cuando trabajábamos para Wally. Ya va siendo hora de dejemos de jugar a los héroes y centrarnos en la realidad. Crece de una maldita vez.
Elecman agarró el lanzagranadas otra vez, y disparó al techo.
-Elecman: Será mejor que os apartéis de las paredes, puede atravesar una y a vosotros con ella.
Megaman y Cutman se apartaron todo lo que pudieron de las paredes quedándose en el centro de la sala, Elecman se apartó un poco de la puerta y volvió a disparar.
-Elecman: EH! KAITLIN, O LO QUE SEAS! SI QUIERES MATARME AQUI ME TIENES! VEN A POR MI!-Gritó Elecman con todas sus fuerzas para que ella le oyera.
Como si hubiese atendido a su llamado, la criatura apareció derrumbando la puerta, pero Elecman estaba preparado.
La Tirant atacó con gran furia, pero el robot la recibió con un disparo que impacto en su hombro, esto la enfureció mucho más, y, a pesar de su enorme tamaño, se movía muy rápido, demasiado rápido para un espacio tan reducido como el de la biblioteca y mucho mas al estar Megaman y Cutman que tenían que cambiar de lugar ante cualquier indicio de peligro. Elecman por suerte mantuvo a la criatura a una distancia prudencial, tanto para él como para ellos.
Pero el combate empezó a desequilibrarse ya que la munición del lanzagranadas se acabó mas pronto de lo que Elecman esperaba, por lo cual tuvo que prescindir del arma, y utilizar sus ataques eléctricos.
Parecía que esos ataques mermaban mucho más las fuerzas de la Tirant, pero el combate fue demasiado largo como para que Elecman mantuviese por mucho más tiempo sus ataques. Tras unos minutos, el robot estaba ya cansado y casi sin energía; sus pasos eran mas cortos y sus movimientos mas lentos y torpes. Hasta que, ya sin la energía suficiente para continuar luchando, cayó al suelo completamente indefenso y a merced de la criatura.
Megaman y Cutman intentaron ayudarle, pero la Tirant derrumbó algunas de las estanterías contándoles el paso. Elecman no podía apenas moverse, ni siquiera opuso resistencia cuando la criatura lo agarró por el cuello y lo levantó en aire, mientras que con el otro brazo preparaba la garra para atravesarle el cuerpo o para arrancarle la cabeza en un rápido movimiento. Los ojos azules y brillantes de Elecman no parecían apartarse de los de Kaitlin, ahora inyectados en sangre y con la mirada perdida en destrucción y muerte; en ese momento le pareció ver la cara y la sonrisa de lo que fue esa criatura antes, una chica-robot alegre y sin preocupaciones; con la mirada hacia la vida y la esperanza y con una sonrisa sincera; sin saber cómo, unas diminutas lágrimas brotaron de los ojos de Elecman, que se deslizaron por sus mejillas y cayeron sobre la gigantesca mano que le sostenía el cuello y casi no le dejaba respirar, justo en el momento en que la garra se adelantaba a gran velocidad hacia su cabeza.
Elecman cerró los ojos, pero, sorprendentemente, la garra se había detenido a pocos centímetros de su frente. Al no sentir nada, el robot abrió sus ojos poco a poco, dirigiendo su mirada hacia la criatura y dándose cuenta de que la respiración de esta se había vuelto mas lenta y tranquila.
La mirada de la Tirant, increíblemente, se había vuelto mas clara, su cuerpo temblaba ligeramente, cuando de su boca surgieron unos sonidos que se pudieron entender con claridad, aunque mezclados con rugidos sordos.
-Tirant: E...LEC...MAN…
Megaman y Cutman, que pudieron abrirse paso por entre la estantería, se quedaron sorprendidos ante los acontecimientos, al igual que Elecman, que se vio libre cuando la criatura le soltó suavemente en el suelo. Parecía que el virus no había destruido del todo el corazón de Kaitlin.
Ella, se mantuvo inmóvil y se inclinó hacia el suelo. Elecman vio la oportunidad perfecta para darle la vacuna. Reuniendo las fuerzas que le quedaban, recogió el frasquito del suelo y cuando se disponía a inyectarle la vacuna en el brazo, del salón principal se oyó un horrible rugido, pero terriblemente conocido: Némesis.
Todos se estremecieron al oír el amenazador rugido; tenían que salir de allí cuanto antes, pero cómo?
Pronto obtuvieron una respuesta. La Tirant se levantó y como un caballo desbocado, arremetió contra la puerta que daba al salón, destrozando con ella la pared, y se abalanzó contra Némesis; iniciando una encarnizada batalla contra él.
Cutman y Megaman ayudaron a Elecman a mantener el equilibrio, pero no podían irse sin Kaitlin, lo único que podían hacer por el momento era esperar al resultado del combate; de alguna forma, sabían que su amiga, atrapada en el cuerpo de un monstruo, les estaba ayudando.
El combate fue de los más cruentos que habían visto hasta ahora, la Tirant arremetía a cuchilladas a Némesis, este la golpeaba o trataba de estrangularla con sus tentáculos; no hubo momento en que uno de los dos no derramara sangre; aunque el combate estaba a favor de ella, todo gracias a su garra.
Pero la balanza de la victoria no tardó en inclinarse hacia Némesis, ya que cuando la Tirant se disponía a hacerle otro corte, Némesis se agachó esquivando el ataque, la agarró por la cintura, la levantó en el aire y la lanzó con una fuerza terrible hacia una de las columnas de la entrada, haciendo que esta cediera y se derrumbase encima de la criatura, que perdió en conocimiento en ese momento.
Megaman, completamente furioso, no soportó ver tal desenlace. Salió corriendo con el lanzagranadas en la mano, lo cargó con algunas granadas pirotécnicas y comenzó a disparar contra Némesis. Sólo bastaron dos disparos para que el ser se viera envuelto entre llamas y con un grito de dolor huyese de la torre saltando por la ventana y desapareciendo por uno de los muros que rodeaban el jardín. Por fin el peligro había pasado.
Megaman corrió a ver cómo estaba la Tirant que aún estaba viva, pero estaba demasiado herida. Segundos después, Cutman y Elecman llegaron a donde estaba Megaman, este tomó la inyección con la vacuna, levantó un poco el brazo de la criatura, clavó la fina aguja en su piel e inyectó su contenido.
La criatura empezó a respirar con serenidad, y al rato su cuerpo empezó a encogerse poco a poco. El color de la piel volvía a recuperar un color melocotón, las heridas que tenía se cerraron al igual que los reventones de la piel sintética que recorrían su cuerpo, y su cabello empezó a volver a tener textura fina y color castaño. Cutman salió corriendo hacia la biblioteca y volvió con una de las cortinas que había en una ventana de la misma sala, y cubrió a la medio-Tirant con ella.
A los pocos minutos, aquella horrible criatura, volvió a ser la Kaitlin que todos conocían, pero para más alivio y alegría, ella comenzó a moverse y a levantarse del suelo como si hubiese despertado de un corto sueño.
Todos, incluyendo Elecman, ya recuperado, la abrazaron con inmensa alegría.
-Megaman: Kaitlin...gracias al cielo que has vuelto-dijo a punto de llorar de alegría.
-Kaitlin: …Chicos...lo siento…yo…no se cómo explicarlo…
-Cutman: No tienes que disculparte de nada...Ojalá Gutsman estuviera aquí para ver que todo ha salido bien...gracias a él.
Kaitlin al oír el nombre de Gutsman, empezó a buscarle con la mirada, al igual que a Bombman, pero no les vio por ninguna parte. Muy asustada se colocó bien la cortina para que no se le cayera.
-Kaitlin: Gustman...Bombman…Dónde están Gutsman y Bombman?
-Cutman: Kaitlin…Gutsman...murió en el hospital. Cuando salíamos, alguien colocó unas bombas y el edifico explotó...el me salvó, a mi y a la vacuna...
-Elecman: Bombman…explotó junto una de sus bombas para matar a Némesis, pero...ha sido en vano.
Kaitlin al oír eso se derrumbó, y empezó a llorar desconsoladamente.
-Kaitlin: Por qué nos tiene que pasar esto?...Todo ha sido por mi culpa...todos estáis muriendo uno por uno...primero Iceman, después Fireman, ahora Bombman y Gutsman...quién será el siguiente!
-Megaman: Nadie! Ahora ya sabemos como escapar de esta ciudad! Kaitlin…al fin vamos a salir de este infierno.
-Kaitlin: Puede que sepáis como salir, pero…no lo conseguiréis si yo voy con vosotros. No soy mas que un estorbo...eso es...Sólo soy un estorbo!
Una vez dicho esto recogió una estaca de mármol afilada que había en el suelo, y la alzó al aire.
-Kaitlin: SI YO MUERO NO TENDRÉIS MÁS PROBLEMAS!- dijo la ya perturbada robot con ojos llenos de lágrimas, desesperación y odio a si misma.
Todos, con mucho horror, estaban contemplando la tétrica escena, pero en un rápido movimiento, Kaitlin dirigió la estaca hasta su pecho.
La mano de Kaitlin se vio detenida por otra que le apretaba la muñeca. Le apretaba tanto, que no pudo sostener por mucho tiempo la estaca, y la dejó caer al suelo, rompiéndose en varios trozos.
Al poco rato, dos manos la tomaron por los hombros y la giraron hacia un lado. Kaitlin se vio cara a cara con Megaman, quien evitó la tragedia. Éste la miraba con tanto enfado que levantó su mano y le dio una fuerte bofetada.
-Megaman: NO VUELVAS A HACER ESO NUNCA MÁS!
Kaitlin comenzó a llorar mientras se tocaba la mejilla, nunca antes Mega le había pegado, y menos gritado de esa manera. Muy triste, se puso a llorar sobre su pecho desahogándose del gran dolor que sentía, no en su mejilla, si no en su corazón; Mega no pudo evitar abrazarla.
-Megaman: No digas cosas tan horribles Kaitlin, no ha sido culpa de nadie…No…Toda la culpa es de Umbrella, ellos han sido los que han matado a nuestros amigos. Si tú mueres no habrán servido de nada sus sacrificios, ellos te querían mucho, y nosotros te queremos demasiado como para perderte ahora. Además, si no fuera por ti, no habríamos podido hacer nada contra las criaturas, nos enseñaste como vencerlas. Demostrémosle a Umbrella que no podrá vencernos.
Kaitlin seguía llorando en el pecho de Megaman, mientras este le abrazaba cariñosamente. La pobre robot tenía demasiados conflictos en su mente y en su corazón como para pensar en venganza y de supervivencia.
-Kaitlin: Yo...yo no puedo seguir Mega...tengo miedo...no de los zombies ni de las demás criaturas, ni siquiera de Némesis...tengo miedo de perderos a vosotros...he intentado salvaros a todos...pero no lo he conseguido...Qué he hecho mal!
-Cutman: No has hecho nada mal, lo has hecho muy bien, pero ya te hemos dicho que hay cosas que no se pueden evitar. Ademas, tú me salvaste de Némesis, y casi te conviertes en un monstruo para siempre por eso.
Elecman se puso en pie, después de beber una lata de energía que le recargó de todo, y se dirigió a los demás.
-Elecman: La situación se agrava cuanto mas cerca estamos del final. Kaitlin no puede continuar liderando el grupo en estas condiciones. Tenemos que salir de aquí cuanto antes-dirigió su mirada a Megaman-Megaman, qué te parece si tu eres el líder a partir de ahora?
-Megaman: … De acuerdo! Haré lo que este en mis manos para sacaros de aquí.
-Cutman: En primer lugar...Kaitlin no puede salir así a la calle...no creéis?
-Megaman: …Tienes razón, pero…por aquí no hay ropa.
-Elecman: Eso es lo que tú crees. Esperad, ahora vuelvo.
Elecman salió a patio, al poco se oyeron unos disparos. Pasaron algunos minutos y Elecman volvió con unas ropas llenas de sangre y toda desgarradas.
-Elecman: No es un Prett a Porté, pero no hay ninguna tienda cerca-Dijo irónicamente
Cuando Kaitlin vio las ropas, se le quedó patitiesa.
-Kaitlin: No pretenderás que me ponga esa porquería!
-Elecman: Eh! Agrádeseme que tienes ropa para ponerte. Además es lo mejor que he podido encontrar.
-Kaitlin: Pero cómo quieres que me ponga esa ropa! Esta asquerosa!
-Elecman: Bueno, pues ve por la calle desnuda si quieres, de todas formas nadie de la ciudad te lo va impedir. Todos están muertos.
-Kaitlin:...Trae acá eso.
Kaitlin se cubrió con la cortina de cabeza a pies para que no le vieran. Al poco se quitó la tela ya luciendo el "modelito".
-Kaitlin: Me queda bien? No se me ve nada, verdad?-preguntó Kaitlin.
-Elecman: Así estas bien...bueno si pretendes tener una cita con un zombie-dijo riendose.
Kaitlin miró con enfado a Elecman un buen rato, pero se le pasó al rato; cuando ya estaban camino de la sala de los relojes.
Por fin salieron de la torre por el mismo camino por el que Cutman había salido y vuelto del hospital; el cual estaba ya en ruinas, y fueron por las mismas por las que pasaron. Cutman se paró un segundo.
-Megaman: Cutman, estás bien?
-Cutman: ...No está...
-Elecman: No está, qué?
-Cutman: Gutsman...ha...desaparecido...
Cutman tenía razón. El lugar en el que Gutsman cayó estaba vacío. Ya su cuerpo no estaba allí.
-Megaman: Puede que haya quedado sepultado por más escombros.
-Cutman: No...Gutsman murió en la parte más alta...no puede haberse desvanecido…Y si...y si él...se ha…-dedujo Cutman muy asustado.
-Kaitlin: Que no se te pase por tus circuitos Cutman. Si se hubiese convertido en "lo que todos sabemos" aún estaría por aquí.
-Cutman: ...
-Megaman: Vamos, será mejor que nos vayamos de aquí.-dijo mientras empujaba suavemente a Cutman.
Elecman entró por una puerta cercana, que llevaba a la caseta del guarda del parque. Sólo estuvieron unos minutos para abastecerse de munición u otra cosa que pudieran encontrar allí y que le pudiera servir. Al poco ya se encontraban en el parque: Un bello y peligroso parque.
