Konnichiwa!

Bueno, bueno, aquí les traigo otro cáp. de mi fic, aparecerán personajes nuevos, y tienen más o menos la personalidades de mis amigas, Melethiel(Yoru) y Oniní(Emu), igual, hay algunas partes que exageré….P no sé que más contar, mejor lo dejaré para el final….:P.

Disclaimer: Loveless no es de mi pertenencia, como tampoco sus personajes, solo los utilizo para escribir este fic.

Cáp. 3 .:Un nuevo encuentro:.

Ritsuka llegaba a la Universidad con su bolso colgado en uno de sus hombros, todos aquellos que alguna vez habían hablado con él, o solo lo conocían de vista, se fijaron que sus orejas, aquellas orejas que alguna vez, tal vez, algún hombre de aquella Universidad las había deseado, ya no estaban, habían desaparecido.

Llegó a la sala, no saludó a nadie, solo se sentó al lado de la ventana como era de costumbre y comenzó a observar a la gente que pasaba por el patio o por la calle, todos llevaban su propio afán, todos llevan distintas cargas, todos tienen distintos amores, muchos de ellos aman, otros odian, a otras les da lo mismo y algunos también, solo quieren estar solos.

¿Cómo tanta gente, con pensamientos distintos, con formas de ver la vida distintas, pueden llegar a encontrar a la persona ideal para cada uno, ¿Cómo él llegó a conocer a Soubi y a amarlo, si ni siquiera se acercaba a sus compañeros, ¿Cómo obtuvo a alguien que lo quisiera, si él nunca lo buscó, ¡Cómo puede ser amado si él es Loveless?

Ya era hora de que comenzaran las clases, y como era de costumbre, el profesor de fotografía llegaría tarde otra vez, sacó su cuaderno, lo dejó en la mesa y prendió su celular. Nunca había encontrado tan inservible un aparato así cuando vives con la persona que amas, ahora ya solo era algo molestoso, pero aún así, lo llevaba consigo siempre, porque era un regalo.

-¡Ritsuka-kun!- Gritó una de las chicas de la clase, que se acercaba hacia él emocionadamente -¡Oh, ¡Tus orejas ya no están!- Pronunció la chica llena de emoción.

-Buenos días Megumi-san- Respondió el peliazul amablemente.

-Bien, bien, entonces, cuéntame, cuéntame, ¿Quién te quito las orejas Ritsuka-kun?- Ritsuka la miró algo avergonzado, tarde o temprano se enterarían de la relación que mantenía con Soubi, ya que su trabajo se relacionaba con él. Colocó su dedo índice sobre sus labios –Por ahora es un secreto- Y le sonrió.

-¡¿Ne, Ritsuka-kun, ¡Eres muy malo conmigo, yo que te cuento todas mis cosas, y tú no me cuentas ni siquiera la mitad-

-Bueno, aún no me has contado como las perdiste tú- Declaró el chico observando como el rostro de la chica se tornaba de colo rojo.

-Eh…eh…eso también es mi secreto- Dijo la chica algo apenada.

-Ves, todos tenemos algunos secretos-

-¡Buenos días amunso, tomen asiento por favor- ordenó el profesor entrando a la sala rapidamente y colocando sus textos sobre su escritorio –Chicos, les tengo una noticia, ojala se les haga grata, ¡Adelante!- Pronunció el profesor en dirección a la puerta. esta se abrió lentamente, al paso que se veía la silueta de una mujer, esta entró, era una chica de 18 años a lo mejor, tenía los ojos color miel y sus orejas ya las había perdido y dejaban ver un pelo negro brillante, algo desordenado. Llevaba puesto un abrigo negro muy largo, casi llegaba a los tobillos y muy ajustado, en sus manos llevaba guantes de encaje negros también y de su blanco cuello colgaba una cruz plateada. En la parte baja del abrigo, se le podía ver una falda negra, y unas botas negras con taco, que la hacía ver más alta.

Todos los alumnos del salón se quedaron perplejos viendo a la chica con mirada fría que tenían delante de ellos, se veía tan misteriosa, tan interesante, tan hermosa, realmente parecía como si no tuviera felicidad, a veces, eran los pequeños momentos mientras permanecía estática delante de todos, que se le notaba una tristeza

incomparable, una tristeza que no se le acabaría nunca. Todos se habían quedado sin palabras, incluso las alumnas, todas la miraban, no era por envidiar su belleza, tan solo la observaban por su melancólica mirada y su extraña forme de vestir, tan diferente al resto de las chicas, incluso, llegaban a tener miedo de lo que pudiera ser capaz.

-Bien, ella es Shinomori, Yoru, tiene 18 años y es alumna de intercambio, por favor, trátenla muy bien- La chica miró al profesor y tan solo pensó –No quiero que tengan compasión de mi, así que no lo diga de esa forma- Luego miró a sus compañeros, juntó sus manos delante de ella –Buenos días, soy Shinomori Yoru- Dijo la alumna fríamente y con una voz casi inaudible, otra vez observó a sus compañeros, uno por uno, habían algunos que la miraban con curiosidad, otros con un completo terror, pero, había solo uno, quien no la miraba, se encontraba distraído viendo por la ventana el gran cielo azul, era apuesto, y siempre había sabido que le atraían los chicos que ya habían perdido sus orejas, lo observó por largo rato, le atraía también aquel poco interés por los demás, aquel frío carácter.

-Bien, puedes ir a tomar asiento- La chica avanzó con decisión hacia el peliazul distraído, quería conocerlo, y qué mejor oportunidad que la de sentarse a su lado.

-Buenos días- Pronunció la chica antes de sentarse.

-Buenos días- Pronunció él también, con el mismo tono.

-Bien, comenzó a decir el profesor –Si se recordarán, la clase anterior, les pedí que hicieran un pequeño diaporama sobre alguno de los tantos sentimientos que tienen los seres humanos, así que por favor, pasarán adelante aquellos que yo llame, darán su leve introducción sobre lo que hablará su diaporama- Observó la lista –Aoyagi Ritsuka, pase adelante con su trabajo por favor-

-Sí- Ritsuka tomó sus cosas y pasó adelante, hizo una serie de conexiones en el computador principal y se preparó para comenzar. Yoru lo miró con interés –Así que él es Aoyagi Ritsuka, me imaginaba, quien más podría ser Loveless. Es un chico muy interesante, creo que después me tendré que presentar mejor- Comenzó a mirarlo descaradamente, como si se tratara de un simple muñeco.

-Mi presentación trata del Amor, según la real academia, amor es el sentimiento que mueve a desear que la realidad amada, otra persona, un grupo humano o alguna cosa, alcance lo que se juzga su bien, a procurar que ese deseo se cumpla y a gozar como bien propio el hecho de saberlo cumplido. Mi diaporama tratará del amor hacia otra persona, que puede ser de sexos distintos o iguales- La presentación comenzó y la primera imagen que se pudo observar fue la foto de un chico de aproximadamente unos 25 años, era rubio y muy atractivo.

Todos observaron la presentación sin ningún comentario, pero todos los del salón, comprendieron la verdadera realidad del peliazul, nunca pensaron que Ritsuka fuera así, se veía una persona tan seria, tan tranquila, incluso, todas las chicas lo tenían como un Dios que aún mantenía sus orejas intactas, pero, comprendieron luego, que sus orejas se las había dado al chico d las fotografías, aquel que siempre lo esperaba en la entrada de la Universidad con un cigarro en su boca, y con unos cuantos ya fumados.

-Así que nuestro chico es gay- Pensó Yoru –Qué interesante, mejor para mi, por lo menos ahora sé que su punto débil es su combatiente-

-Bien, muy buena presentación- Declaró el profesor rompiendo el ambiente que se había producido en la sala.

-Muchas gracias- Contestó Ritsuka para dirigirse luego a su puesto.

-Bien, ahora Hikari Naomi, se presentación- Y la clase continuó con el ánimo de siempre.

(--.:Nuestro Único Nombre:.--)

Ritsuka se encontraba en la hora de almuerzo bajo un árbol, tratando de encontrar un poco de tranquilidad, parece como si después de aquella presentación, toda la Universidad se hubiera enterado con quien había perdido sus hermosas orejas. Y tenía razón, sus compañeros se habían encargado de pasar la noticia que él, el pequeño Dios, había perdido sus orejas de la manera más incomprensible.

Cerró sus ojos por un momento y al abrirlos vio a la chica nueva caminando hacia él, se sentó mejor y la miró.

-Hola, ¿Puedo sentarme un momento?- Preguntó la chica.

-Sí- La chica tomó su abrigo con delicadeza y se sentó en el césped- Eres Shinomori Yoru, ¿Verdad?- Preguntó Ritsuka.

-Sí, y tu eres…Aoyagi Rtsuka, ¿No?-

-Llámame solo Ritsuka-

-Y tu a mi Yoru- Dijo la chica sin mirarlo –Me llamó la atención de que fueras el único que no me mirara de forma extraña-

-¿Y por qué debería hacerlo, yo te veo una chica normal- Ella lo miró, en sus palabras no había compasión, solo sinceridad, una sinceridad que tan solo se la había escuchado a una persona, una persona que, sin ella acercársele, siempre estaba a su lado, la acompañaba a donde fuera, y siempre, siempre que ella necesitaba algo o le preocupaba algo, ahí estaba. Cerró sus ojos y en su rostro se dibujó una sonrisa.

-Me siento como si estuviera hablando conmigo misma-

-¿A qué te refieres?-

-A que nos parecemos-

-Lo dudo, cada persona es especial en este mundo, no hay nadie que piense igual que tú, siempre variará algo. Cada ser en esta tierra tiene algo especial, que nadie más tiene, solo hay que encontrarlo-

-Valla, se ve que tienes las cosas muy claras-

-No, tan solo que estoy comenzando con la búsqueda de aquello que solo yo poseo-

Yoru lo miró sorprendida, nunca en su vida le había hablado un chico con la edad de Ritsuka con aquella sabiduría, con tal madurez, pareciera que estaba hablando con un pensador filosófico, realmente le había sorprendiendo aquel comentario.

-Bien, es hora de irme- Ritsuka se paró, la miró un momento y se fue.

Yoru también se paro, pero se quedo estática en el mismo lugar, viendo al chico marcharse hacial la sala, era la primera vez que se sentía confundida, su corazón latía fuertemente, talvez había sido por lo honesto que se había resultado Ritsuka con ella, le había contado su anelo en este momento, su deseo de cambiar, e incluso, el amor hacia aquel chico de la fotografía, se lo había contado a una total desconocida, a, sin saberlo, a su enemiga.

Agachó su rostro, cerró los ojos y apretó sus puños con rabia –No debí haberlo conocido nunca, así se me hubiera hecho más simple eliminarlo. Nunca me había sucedido esto, nunca he tenido compasión de nadie, pero ahora, justo ahora, que conocí a la persona que realmente necesito a mi lado, se irá. Es increíble, solo hable contigo una vez y me cautivaste- Pensó –No quiero hacerte daño- Susurró al fin.

(--.:Nuestro Único Nombre:.--)

Fuera de la Universidad de Tokio, esperaba un chico rubio con gafas de unos 25 años y una chica de 17 aproximadamente, cada uno esperando a diferentes personas.

Era la primera vez que se veía a la chic ahí, se encontraba con su mochila en la espalda parada y apoyada en la pared. Se veía emocionada, como su fuera a ve a su novio al salir de la Universidad, ya que miraba hacia la puerta del gran edificio con mucho interés.

Sus ojos eran de color café oscuro muy brillantes, estaban delineados por una leve franja negra en la parte superior y una roja en la parte inferior casi notoria, su pelo también era de tono café oscuro, era delgada y se veía muy hermosa con el uniforme de su instituto, el cual constaba de una falda corta de color negro con una franja roja casi al borde de esta. Su blusa era del mismo color, el cuello de la blusa era corto y le colgaba una corbata roja con un nudo muy delicado. Llevaba también unas calcetas largas y unos zapatos negros. En el hombro derecho llevaba la insignia del Instituto, la cual era una hermosa mariposa de color rojo.

La chica era hermosa y llamaba mucho la atención de los Universitarios, se veía inocente con aquella faldita y su manera impaciente de esperar, y aunque su actitud fuera esa, sus orejas de Neko ya se habían esfumado.

Algunos chicos se habían reunido para ir a conocer a la chica, pero la chica de un momento a otro sonrió y salió corriendo hacia el interior de la Universidad.

-¡Yoru!- Gritó la chica mientras corría con los brazos extendidos hacia la chica que había llegado a la Universidad en el mismo día.

-Emu…- Pronunció apenas la chica Universitaria. Emu llegó y la abrazó hasta dejarla casi sin aire.

-¡Yoru, te extrañe mucho!- declaró la chica ojicafé emocionada, para luego darle un gran beso en la mejilla.

-Emu, no debiste haber venido aquí- Contestó la chica mirándola sin ninguna expresión en su rostro.

-Pero Yoru…es que no podía estar sin verte ni siquiera por un día, me gusta estar a tu lado, me gusta compartir cada momento contigo, yo…no podría vivir sin ti, ¡me gustas mucho!- Declaró la pelicafé y se lanzó a los brazos de Yoru.

El rostro de Yoru se colocó completamente rojo -¡Emu, ¡Te he dicho que no me digas esas cosas, ¡No ves que me da vergüenza!- La actitud de Yoru había cambiado completamente, era típico que Yoru se comportara diferente cuando estaba con Emu, siempre le alegraba el día, aunque le dijera cosas estúpidas.

-¡Lo lamento Yoru!- Y comenzó a reír descontrolada por un buen rato, hasta que por fin dejo de reír –Yoru, eres mi amor platónico- Y le guiño el ojo.

-¡Emu!-

-Esta bien, esta bien, no diré nada más-

-Emu, ¿Por qué viniste?-

-A verte-

-¿Y no hay una razón de fondo?-

-Sí, si la hay-

-¿Qué es lo que quiere esta vez, ¿No le basta con complicarnos la vida cambiándonos de Institutos?- Reclamó enfadada Yoru.

-Esta vez, quiere verte-

-¿Qué?-

-Quiere verte a ti, a solas-

El rostro de Yoru se descompuso, desde aquella vez, desde aquella vez, hace dos años atrás, no lo había vuelto a ver, siempre sus órdenes eran enviadas con Emu.

-No, no, no, ¡no, ¡no quiero ir!-

De la nada el celular de Emu comenzó a sonar, contestó, habló un par de segundos y le entregó el celular a Yoru.

-Ten, es para ti-

-¿Diga?- Yoru abrió los ojos sorprendida –Sí, entiendo- Cortó y le entregó el celular a Emu.

-¿Qué pasó?- Yoru no contestó, solo comenzó a caminar. Emu llegó a su lado y le tomó uno de sus brazos y afirmó su rostro en el hombro de la pelinegro para caminar junto a ella.

(--.:Nuestro Único Nombre:.--)

-Señor, Yoru llegó- Dijo una voz de mujer.

-Dile que puede pasar- Contestó la voz ronca del hombre que permanecía sentado en el escritorio –Yoru- Pronunció el hombre al ver la silueta de la chica entrar en su oficina, se le acercó y se colocó tras ella –Me da gusto volver a verte, Yoru- y le acarició el rostro de la chica que permanecía estática y tiritando de temor.

(--.:Nuestro Único Nombre:.--)

¿¿¿¿Qué les parecio?

bueno, les pido que dejen reviews, así podré mejorar en la escritura ;)

DATO FREAK!

jajajaja

la parte en donde Emu le dice a Yoru que es su amor platónico, sucedió…jiji, fue divertido cuando lo escuche, y como me habían pedido que las metiera en el fic, no podía dejar de lado la declaración de Oniní hacia Melethiel xDDD.

Oniní: niña! coloca tu fic un ma, yo seré la primera en leerlo n.n….por sierto…jejeje, tenía que poner tu declaración, era necesaria, así se reirían un poquito….o eso es lo que creo yo:P. Cuidate amiita, y no te deprimas!.

Youkosaiyo: Que bueno que te halla gustado el cáp. me alegra mucho saberlo nn, ojalá lo sigas leyendo y ya que estoy en proceso de subir mi fic, pasaré a ver tu fic, y dejare mi review .

Melethiel: si si, ya lo leíste…¬¬ deberías ser como la oni…que se lee las diferentes versiones…por cierto…este cáp. Ojala lo hallas leído desde aquí, por que ya sabes…arreglo muchas cosas :P. Además tú dijiste que este era el cáp. peligroso, así que es mejor que lo revises xD. Ah, por sierto, como -1000 repu si fuera en CZ, esta corto tu review ¬¬.

Cuidense mucho!

Sayo!

.:Weienell:.

Pd: se han fijado que mis fic, van creciendo poco a poco? o seré yo quien note eso, por que cuento las páginas que escribo?.

/Quiero jugar RO/