Sombras de la Noche

Disclaimer. Yami no Matsuei es creación de Matsuhita-sama. Los personajes secundarios, distintos a los de YnM, son de mi propiedad.

Advertencia: Contenido de sexo explicito en ciertas escenas (lemon, específicamente). No apto para homo fóbicos. Incluidas, relaciones hetero.


4to. Capitulo – Reacciones

Sentía algo húmedo ser colocado sobre su frente. Estaba envuelto en una agradable oscuridad, la sentía tan reconfortante que deseó estar en ella por mucho tiempo. Sentía su cuerpo completamente relajado…

- Ya esta mejor – oyó una voz, la cuál se oía aliviada. No supo de quien se trataba.

- Que alivio – habló otra voz – Después de perder tanta sangre pensé que moriría

¿De que estaban hablando¿Quién moriría? En verdad no comprendía nada, y por lo mismo pensó que aquello era producto de su extraña imaginación. Bestias gigantes, cuerpos destrozados, sangre… si, lo más lógico sería que todo fuera un sueño…

Un sueño…

…pero… ¿Por qué sentía que se estaba mintiendo?...

-o-

En la habitación, se encontraban Tsuzuki y Oriya, este último poniendo un paño mojado en la frente del joven que descansaba en el futón. Ambos estaban preocupados… más Tsuzuki, porque, de alguna manera, sabía que lo que estaba pasando estaba envuelto con el caso.

- ¿Y la niña¿Ya despertó?- pregunto Tsuzuki, mientras se sentaba sobre el tatami. No recibió contestación inmediata, simplemente un suspiro de alivio.

- Si, ahora debe de estar con Watari-san y Kurosaki-kun tomando el desayuno… - una sonrisa adornaba el rostro del mayor, la cuál desapareció al seguir hablando -… pero me preocupa más el estado de este joven… aún no le ha bajado la fiebre…

En ese momento, el joven giró su rostro en sueños, mientras una expresión de intranquilidad le colmaba. El pequeño paño se deslizo por el puente de la nariz, cubriéndole así los ojos – Tal vez tiene una pesadilla – susurró Oriya, mientras le acariciaba el cabello…

-o-

… de pronto la oscuridad le había rodeado, aquellas voces de pronto habían dejado de oírse, ahora eran sólo ecos lejanos a punto de morir… y eso le asustaba…

Tenía miedo, el frío se estaba apoderando de su ser, haciéndolo sucumbir lentamente. La calidez que momento antes le envolvía había desaparecido, haciéndole sentir desamparado. Pero de entre aquellas extrañas tinieblas, algo se movía… le dio curiosidad ver como una oscura silueta se acercaba a él de forma imponente, que le dio miedo…

Sintió deseos de correr y refugiarse de aquello, pero sus piernas estaban paralizadas por el incesante miedo que le azotaba en esos momentos. Se quedó quieto en el mismo lugar donde estaba.

Aquella prominente figura se acercó lentamente a él, comenzando a mostrar su identidad. La expresión de su rostro se transformó en una de sorpresa. Quién se le acercaba era un joven de largos cabellos azabaches, de finos ojos rasgados que asemejaban al color de la luna llena, plateados. De esbelta figura, cubierta apenas por una delgada túnica negra…

Se sorprendió a si mismo, acercándose hasta el joven, que lo miraba con sus hermosos ojos plateados fijos en los suyos. Sentía que le hipnotizaban, se sentía clavado en ellos…

Una vez cercas, el chico de cabellos negros acercó una mano al rostro del menor y le acarició con suavidad la mejilla. – Eres tan hermoso – un suave quejido salió de los labios del menor al sentir un par de fuertes brazos rodear su cintura y estrecharlo contra el calido pecho de quien momentos antes le hablara. – Eres lo que tanto he buscado – una húmeda lengua delineó sus labios con ansiedad, mientras unas traviesas manos paseaban por toda la extensión de su espalda. Un extraño, y a la vez agradable, estremecimiento le recorrió por completo, sintiendo sus mejillas arder.

Para ese entonces, ya no era consiente de lo que hacía. El desconocido le besaba con ferviente pasión al tiempo que sus manos se ocupaban de deshacerse de sus pantalones y bóxer. – Serás totalmente mío – le dijo al oído con una voz verdaderamente sensual.

Entonces, de un momento a otro, sintió una cálida mano en su miembro, el cual se mostraba excitado por las duras y placenteras caricias que le eran dadas, suaves gemidos escapaban de sus labios haciéndole sentir su dulce y cálido aliento a las orejas del mayor. Sintió que se vaciaba en entre sus manos…

Cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo, se vio a si mismo rodeando la cintura del extraño hombre con sus piernas, mientras este encaraba su erguido miembro en su pequeña entrada. Un agudo dolor lo partía a la mitad, sintiendo las fuertes embestidas contra si. Fue entonces que sintió algo cálido ser derramado en su interior, pero pronto, emitió un pequeño gemido al sentir como el mayor salía de él.

- ¿Q-quien… eres? – logró preguntar el menor, mientras se apartaba algunos mechones cobrizos de su frente, que tenía varias gotitas de sudor. Sentía que las piernas le temblaban al posarse sobre el suelo oscuro.

Notó como una sonrisa maliciosa aparecía en sus labios, al tiempo que se separaba un poco de él – Puedes llamarme, simplemente, Libezleeb… y desde ahora, tu serás mi sacrificio…

-o-

La expresión en el rostro de Oriya se ensombreció al ver como la del joven se contorsionaba en una profunda mueca de dolor. Sus mejillas rojas como una manzana, y sus labios entreabiertos, jalando aire para sus pulmones. La fiebre le había aumentado de pronto.

Le cambió el paño que descansaba en su frente, mientras oía que el joven, Kaeruro le había dicho Watari que se llamaba (la niña le dijo) comenzaba a murmurar entre sueños cosas incoherentes.

- ¿Te ayudo?- oyó que le preguntaban tras de si. Volteó y observó la sonrisa, algo preocupada, pero sonrisa después de todo, del rubio. Asintió en respuesta, para después volver a mirar a Kaeruro. Oyó los pasos de Watari para posarse a un lado suyo. - ¿Pesadillas?- pregunto al ver como estaba el chico.

- En parte – medio sonrió – pero creo que sólo es efecto de la fiebre.

Un quejido de parte del convaleciente les llamo la atención, vieron entonces como sus labios se movían, murmurando algo… Watari se acercó, pero lo único que logró escuchar fue:- Li…Libezleeb…

Y de pronto, se calmó. Como si supiera que le habían escuchado y quitado una carga de encima. Oriya le tentó la frente, incitando a que un pequeño suspiro escapara de sus labios. Watari le sonrió.

- ¿Te tenía preocupado, verdad?- notó como el castaño le sonreía de vuelta.

- ¿Y la niña?

- La dejé con Hisoka – dejó escapar una pequeña risita, que después de unos instantes, fue acompañada con la de Oriya.

-o-

Entre la profunda oscuridad que reinaba en aquel inmenso lugar, sobresalían un par de siniestros ojos rojos que veían con pesar al que fuera su amo, que se encontraba maldiciendo y destrozando los cráneos y huesos bajo sus pies, azotando partes de los cuerpos putrefactos de varios niños que descansaban a pocos metros de él.

La sangre comenzaba a arremolinarse junto a las patas de la bestia, que acostada sobre sus cuatro miembros, parecía burlarse del hombre, que seguía destrozando algunos brazos, cabezas o lo que se interpusiera en su camino, frente a él, sin piedad alguna.

- ¡Tú!- exclamó mientras se detenía en su diversión y señalaba a la bestia. - ¡NO HICISTE NADA PARA DETENERLES!- pero aquel ser no se movía ni un solo apéndice de su posición. Eso encendió la ira de su amo.- ¡Maldita mierda, no sirves para nada!

- No te permito que te me dirijas de esa manera – una profunda voz hizo eco con las paredes de la nada y llegó hasta sus oídos, sintiendo los simientes temblar. Vio frente a él a la bestia, que le miraba amenazadoramente. – Ahora las cosas van a cambiar…

- ¡Tu no…!

- ¡Cállate!- le ordenó de un bramido. Sus enormes fauces abiertas, mostrando las filosas hileras de dientes, aún cubiertas de sangre. – Tú ya no ordenas – la voz no parecía venir de la bestia, que mantenía su hocico abierto, amenazante, mientras se acercaba a aquél hombre.

-Desgraciado –murmuró para si, mientras intentaba tomar la flauta que estaba posada sobre su sitial, ajena a lo que en esos momentos sucedía. La bestia notó las intenciones de aquel ser, y no evitó lanzar una horripilante risa, para después bramar - ¿Intentas dominarme, flautista? – al ser descubierto, se abalanzo sobre la flauta, y victorioso se la mostró - Estas bajo mi control, que no se te olvide…

El sonido de una garra destrozar un cráneo lleno el ambiente, mientras el flautista sentía su cuerpo entumecerse.

- Flautista, me decepcionas – comenzó a decir con un pinchado sarcasmo – los pactos con los demonios no son eternos¿recuerdas? – el cuerpo amorfo de la bestia comenzó a cambiar al momento de pronunciar aquellas palabras. El enorme hocico comenzó a desaparecer, volviéndose un par de labios rosados, las patas delanteras se posaron con suavidad a sus costados, ahora como un simple par de brazos mientras que las traseras se alargaron, y sobre sus hombros, una espesa casada de cabellos negros descansaba. – Y nuestro pacto ya ha terminado – entonces hizo un ademán como de indiferencia.

- Libezleeb, maldito…

El demonio poso un dedo sobre sus labios – Calla – ordenó – No es culpa mía que tu no hallas aprovechado el tiempo… ¡exprimirlo! – cerró su puño, con rabia, frente a la cara del flautista, que veía como su flauta era destruida – Exprimir cada mísero segundo y tomar el poder… usarlo – giro su muñeca para después abrir la palma de su mano frente a la cara temerosa de su antiguo amo. – Tú ya no me sirves… ni siquiera tu cuerpo, que ya esta sucio y carcomido por el mal…

- Pero… el pacto…

- Entiéndelo, el pacto… esta roto – una sonrisa sádica se formo en sus sonrosados labios – Adiós, flautista – y diciendo esto, cerró de nueva cuenta su puño. Apenas hacerlo, la cabeza del flautista salió, desprendida del cuello, y se estrello contra la pared, dejando una asquerosa mancha chorreante, mientras que el cuerpo caía inerte a los pies del demonio.

-o-

En una habitación del establecimiento de Oriya, la luz del monitor de la laptop era lo único que le iluminaba, mientras el sonido de unos dedos al teclear serpenteaba en sus oídos desde hacía varios minutos.

Sobre la cama descansaba el cuerpo de una pequeña de cabellos castaños, con sus manitas cerradas alrededor de una gabardina negra, la cual le cubría, imitando una manta. Junto a ella, Tsuzuki miraba con cansancio a su compañero. Un bostezo salió de sus labios, provocando que el sonido del tecleo cesara, pero solo por un breve instante.

- ¿Cuánto te falta, Soka?- pregunto el mayor, mientras se frotaba los ojos con pereza.

- Ya no mucho – dijo, admitiendo que también estaba cansado.

- Es una suerte que Ritsu-chan nos ayudara dándonos las descripciones de sus atacantes¿no crees?- como contestación obtuvo un pequeño suspiro, que lo hizo dibujar una sonrisa en su rostro.

Un pequeño clic proveniente de la maquina llamo la atención de Hisoka, que parecía querer dormitar sobre el teclado. Sus ojos se abrieron más de lo normal, mientras sus labios se entreabrían. – Tsu… Tsuzuki… - llamó. Al instante, tuvo a su lado al shinigami mayor.

- ¿Qué encontraste?- pregunto mientras le miraba a los ojos.

- Mira – y señalo un punto de la pantalla.

En dicho lugar estaba la foto de un hombre de cabellos plateados y ojos oscuros con expresión seria e intimidante.

- ¿Este es?- Hisoka asintió, mientras continuaba tecleando. En la pantalla entonces apareció una columna de información más detallada acerca del susodicho y la foto un poco más ampliada.

- Su nombre es Nagisa Syun – le informó mientras se estiraba sobre su asiento – Se le consigno por un caso de satanismo hace dos años, y otro hará tres meses, recientemente se encuentra desaparecido. La policía lo busca, además, por otros actos ilícitos, como robo en primer grado a mano armada y asesinato. ¿Tú que piensas, Tsuzuki?

- En que probablemente vendió su alma – su expresión era seria y pensativa, mientras su mano reposaba en su barbilla.

-o-

- Será mejor que descanses, no te ves muy bien, Mibu-kun.

- ¿Tu crees? – pregunto – Tal vez tengas razón, no he dormido muy bien, desde que Tsuzuki-san trajera a Okina-san…- terminó aceptando.

Ambos hombres estaban sentados sobre el tatami, viendo hacía el hermoso jardín que poseía el establecimiento. Con el pequeño estanque con saltarines peces de colores chapoteando, el sonido de la caña al golpear contra la piedra, el canto de los pájaros, lo cuál, por alguna razón, se oía casi muerto, cadavérico; el piso pintado de colores marrones y rojizos a causa de las hojas que le tapizaban.

- Si – se levanto de donde estaba, y posando una mano sobre el hombro del castaño le dijo – Ya no te preocupes tanto – le dirigió una hermosa sonrisa que fue correspondida. Después, simplemente, se fue.

Oriya se quedó en la misma posición en la que estaba, viendo hacía el frente, con su mirada fija en la cristalina agua del estanque. Un suspiro escapó de sus labios, mientras se tronaba con cuidado los huesos del cuello. Watari tenía razón. No se encontraba bien, pero aquello no era reciente.

Hacía semanas que su estado era pésimo.

No podía continuar así.

Encendió, entonces, su pipa, y se la colocó entre sus finos labios, apenas sosteniéndola con sus finos dedos. Después de unos momentos la separó de sus labios para dejar ir una voluta de humo. Mientras veía marchar aquella voluta, pensaba en una forma de librarse del estrés que arremetía contra su cuerpo de forma cruel. Volvió a acomodarse la pipa entre sus labios.

- Oriya – una voz lo sacó de sus pensamientos. Sin reconocer la voz, se giró para observar al que le hablaba.

Sus ojos entonces se abrieron, sorprendidos, al tiempo que la pipa resbalaba de sus labios y dedos para caer pesadamente sobre el piso.

Junto a él, un hombre alto, vestido como un ángel del cielo, con su cabello armonizando con la vestimenta, plateado, y unos hermosos ojos sobrenaturales ocultos tras unas lentillas, le miraba. Sus labios curvos en una hermosa y sensual sonrisa.

- Ka… Kazukata…


¡Cuarto capitulo arriba¡Kya! La acción esta a punto de comenzar w

Etto… perdón ;o; no quise tardarme tanto con el capitulo. La navidad y el año nuevo se interpusieron xD esta bien, ya se, ya se… ya no tengo excusa TT

Espero que les haya gustado el cap nn Yo me entretuve escribiéndolo (ejem… XD) y me gusto mucho (especialmente la parte en la que Oriya se sienta a fumar un rato). Déjenme sus review con sus quejas, comentarios, sugerencias, lo que quieran nn me animan mucho.

Gracias por todos sus review n.n Gracias a Dark-san86 (nisha, gracias por tu review n.n ysigue con tu historia¡esta de lo mejor!), a Caritademanga (no, no es tu imaginación,Watari y Oriya se llevan muy bien 3 Muraki, ten miedo xD) y a Inuyka (gracias 3 y tal parece que mi musa quiere hacer puente, nooo! > ). Muchas gracias nishas hermosas, las adoro. ¡Muchos besos!

Y por lo pronto, me despido. Nos leemos a la próxima.

Feliz navidad atrasadaXDy feliz 2006

Ja ne!

® Copyright 2006 Aliss.chan