ficción

Historias de Albert y Candy

presenta

Quédate Conmigo

Por Mayra Exitosa

La llegada al pent-house de New York, fue algo inesperado para la rubia, quien recibía en esos días atenciones constantes de su marido, mismas que deseaba no acostumbrarse, más él la cuidaba para no tener que contratar una enfermera, ya que afirmaba que era de su gusto estar a solas con ella, y casi por un instante deseaba creerle la rubia, comprar el vestido para la boda de su supuesta hermana, ver de nuevo a los Legan, era lago que debían enfrentar, a sabiendas que no eran su familia, más ella se había hecho a la idea de tener a alguien que al menos la quisiera, pues su marido por mucho que deseaba estar con ella, era solo atracción, o eso es lo que ella creía sentir. Mientras que para Albert escuchar todo lo que Johnson le confirmaba de sus sobrinos los Cornwell, así como de Brown, lo tenía serio, y a la vez, sentía que pronto les presentaría a su esposa y los haría tragarse sus palabras, aunque había cierta probabilidad de que Anthony se encontrara con ellos antes que los Cornwell en la boda de Elisa y Terry.

- Cariño, ese vestido te queda muy bien. Candy giraba frente al espejo, viendo que si estaba fingiendo por decirle algún cumplido, no estaba exagerando, el vestido le quedaba hermoso, pues lo único que ella buscaba era que el corte disimulara su vientre, no iba a poder continuar ocultándole a su esposo, su embarazo, por lo que se retó a investigar si es que ya lo sabía, - Supongo que me queda bien, tomando en cuenta mi estado. - ¿tu estado? - Sabes a lo que me refiero ¿cierto? - ¿A la falta de vitaminas? - No hubieras llegado a encontrarme si no fuera porque estuve en el hospital. ¿Cierto? - Candy… te busque mucho y aunque no lo creas, pensé que había ingresado por haber sufrido un accidente. - Pero sabes que no fue un accidente. - No… fueron tantas veces y tan seguido que no podemos seguir ocultando lo obvio. El rubio lo hizo con un tono pícaro en su lenguaje, mismo que la hizo ruborizar al saber a lo que se refería su marido, pues en la luna de miel, ambos se habían entregado siendo desconocidos y tantas veces, que nunca pudo rechazarlo, por el contrario, se sentía atraído a él, tal como le continuaba sucediendo cuando estaban cercanos.

- Entonces, ya lo sabes. - Si. Esperaba que me lo dijeras, no quería arruinar el momento. - Si no fuera por el hospital aun continuarías con Susana. - ¿Susana? ¿Qué tiene que ver ella en esto? - No me harás creer que durante casi cuatro meses no podías encontrarme… estas aquí conmigo por mi ingreso para recibir atenciones medicas. Sé que colocaste un dispositivo en mi equipaje, así que… - No era un localizador, Johnson se equivoco y solo puso un micrófono, recuerda lo que hablamos. - ¿un micrófono? - No estamos casados legalmente, sospechaba que Legan tramaba algo contra mí, ¿recuerdas que lo comentamos? - Y por eso tardaste cuatro meses en ir a buscarme. - No, realmente si estuve persiguiéndote, eso es por una razón muy distinta a lo que piensas, pues debes saber que con Susana todo termino, - ¿ah sí? ¿Por eso la buscaste cuando supiste que fue tras el actor?

El rubio se sintió descubierto, pensando que ella sabía algo de su salida a New York luego de haberla dejado en aquel departamento; mientras que Candy solo lo había dicho como para saber si continuaba viéndose con la actriz, aun cuando Annie le había dicho que Susana estaba tras el actor, novio de su supuesta hermana, Elizabeth Legan. Albert ya no pudo ignorarlo y la cuestionó inmediato, - ¿Quién te dijo que fui a buscarla?

Al decir esto, Candy no respondió solo giro para cambiarse le vestido, esa pregunta le confirmaba que su marido si se había ido con Susana y que a pesar de que su familia se oponía a esa relación, él continuaba con ella, más el rubio se quedaba en espera a que saliera para mostrarle otro vestido, pero eso ya no sucedía, Candy se quedo en su habitación y no regreso al salón principal.

Albert temía que alguien le hubiera contado sobre él y su salida a New York, luego de haberla abandonado en aquel departamento, por lo que deseaba buscar una forma de asegurarle que no había ido tras Susana, cosa que ella había dado por hecho que la había ido a buscar, al cuestionarle quien se lo había dicho, para colmo Candy lo había interpretado como una afirmación por lo que se había delatado. Ese mismo día al tratar de ingresar a su habitación se hallaba cerrada, notando que su esposa no iba a dejarlo ingresar a su habitación, le había confirmado una infidelidad con esa cuestión y no estaba para hacerla molestar, menos en su estado, ahora que se lo había asegurado, pues aunque no le dijo que iba a ser padre, supo que él ya lo sabía, ahora creía que solo la estaba buscando por el bebe que yacía en su vientre.

- Candy, por favor abre la puerta. Necesitamos hablar. - No, ahora sé que solo estás conmigo por un motivo, ¡obligación! Así que no tienes que continuar fingiendo que debes estar a mi lado, elige otra habitación, o puedes irte con ella de nuevo. - ¡Candy! No estaba con ella, ¡abre la puerta! - Necesito descansar y con las formas que tienes de hablar, lo mejor es que no abra la puerta, eres capaz de sacar mi equipaje, quitarme el celular y… bajar el calefactor. - ¡Candy!

El rubio no tuvo más remedio que regresar al salón principal, donde tomaba una copa, meditando que estaba molesta y alguien le había dicho que él se había estado viendo con Susana, lo cierto es que nadie lo sabía, por lo que meditaba su conversación una y otra vez, todo habían sido conjeturas, tenía que contentarse con ella y convencerla de legalizar su matrimonio, por lo que la dejaría descansar, y hacía algunas cosas por medio de su celular, entre ellas compararle rosas como lo había hecho su sobrino, prepararle una cena romántica como lo hizo Stear y para variar, hablaría con ella haciéndose su amigo, como lo había estado haciendo Archie, al final, tenía que asegurarle que Susana había pasado a la historia y que no le importaba ni en lo más mínimo.

Continuara...


Gracias por continuar leyendo esta historia, deseando tener más tiempo para continuar esta y las demás pendientes.

Agradecida también por no tomar mis escritos, ni adaptar ni utilizar por ningún medio auditivo o plataforma alternativa, en parte o completa ninguno de estos.

Con sincero aprecio,

Un abrazo a la Distancia

Mayra Exitosa