Termino el fic porque tengo que ponerme a estudiar y no a perder el tiempo :P

ADIÓS MUSTANG

Se levantó del suelo retomando su fría expresión de siempre. No cabía espacio para seguir dudando. Avanzaba hacia la entrada cuando apareció Hawkeye.

-¿A dónde va Coronel?- Preguntó la Teniente sacudiéndose el polvo.

- He tomado una desición.- respondió sin mirarla.- A veces tenemos uqe dejar de lado el corazón y hacer lo que nos dicta la conciencia.

-Entiendo,- dijo Hawkeye sin mirarle.-pero, a veces vence el corazón a pesar de las represiones que le impongamos. Por eso tuve que confesarle lo que siento, porque el corazón ahoga más que la conciencia.

-En eso tienes razón- dijo Mustang poniendo sus manos en el rostro de Hawkeye.-Nada podemos contra el corazón.

Lentamente Mustang cerró los ojos, Hawkeye alzó la vista y ambos se mezclaron en un beso. Suave y tímido beso que era la más grande satisfacción para ambos.

-Lo sabía- dijo Hawkeye al separarse.- Sabía que tras esa coraza realmente sentías algo por mí.

-No puedes negarle al corazón lo que necesita,- dijo el Coronel sin ponerle atención.-pero una vez que lo obtiene, la conciencia retoma su control y haces lo que debes hacer. Espero sepas perdonarme ¡La dejo a cargo Teniente Hawkeye!

Tomó la mano de la Teniente y depositó en ella su arma y su reloj de plata.

Hawkeye, incapaz de moverse, observaba incrédula los objetos que tenía en sus manos hasta que dos lágrimas le nublaron la vista. Cayó de rodillas al suelo mientras sus lágrimas seguían cayendo en sus manos

Su corazón hecho pedazos no se contentaba con morir luego de encontrar la luz al final del túnel. Era él la razón por la que se había hecho alquimista. Durante años le había observado desde lejos ocultando sus motivos tras un muro impenetrable igual que Mustang. Durante los mismos años, había sido junto a Hughes, uno de los pilares en el éxito de Mustang. Gracias a ella y su ayuda Mustang había sido convertido en Coronel y esta era su recompensa. Estaba desesperada. La razón de su existencia, se escapaba. Le bastó sólo un segundo para darle luz y volver a dejarla en tinieblas.

Las lágrimas comenzaban a nublar también sus pensamientos. No había razón para seguir siendo militar si no le vería a diario como antes. No tenía razón para vivir si ya no tenía esperanza de estar con él. Tomó el arma y puso e cañón en su boca, finalmente presionó el botón que cambio la tiniebla por oscuridad eterna.

Winry debía ser trasladada con suma urgencia a Ciudad Central. Los médicos ya la habían estabilizado para el viaje. No podían hacer más que esperar. Mustang apareció tras la cortina de improviso.

-La llevaré personalmente- dijo el Coronel- lo que acontezca en este campamento es mi responsabilidad y estoy dispuesto a asumirla personalmente.

Nadie se atrevió a refutar su orden.

Usaron uno de los vehículos militares para el viaje. Mustang decidió conducir él mismo sin que nadie, ni siquiera un médico le acompañara. Winry fue cargada en la parte de atrás mientras Mustang se despedía de sus oficiales y daba sus últimas instrucciones.

Todo quedaba oculto por la arena del desierto mientras se alejaba. Todo vestigio de ese maldito campamento se desvanecía. Intentaba él también borrarlo de su mente. No quería guardar recuerdo alguno de su paso por los militares. Desde ese momento en adelante, dedicaría su vida a Winry. Pasara lo que pasara, se encargaría de ella. Se transformaría en el brazo que se desangraba para compensar el daño que le había causado. Esa era su desición.

"No podré estar nunca con Winry. Jamás me aceptará después de esto. A pesar de todo lo que pueda hacer, Winry no me aceptará nunca ¿Amor por Winry? Sinceramente no lo creo. Me atrae, nada más. Estando cerca de as dos todo se ha aclarado. HAwkeye es la única mujer con quien podría ser feliz. Lo sé, lo sabes. Sólo espérame amor mío"

FIN