Muchas gracias a quienes le han dado una oportunidad a este pequeño fic. Inuyasha y Hanyo no Yashahime no me pertenecen yo solo tomo prestados sus personajes para entretenerme.
Lamentablemente voy a mantener a Kagome desaparecida durante este fic...o es lo probable, siempre dejo espacio para cambiar de opinión si me nace.
Esperen muchos diálogos en esta parte.
Un relato del pasado
Era una tarde tranquila en el Japón feudal, los niños jugaban, los exterminadores evitaban que alguien muriera de forma horrible, los hombres araban, las sacerdotisas sanaban, las mujeres lavaban en el río y los monjes exorcizaban terribles demonios. Todo perfectamente normal.
En medio de este pacífico día un par de adolescentes algo bajos para su edad inclinaban las cabezas juntas a la sombra de un árbol viéndose bastante sospechosos:
- …Así fue como Inuyasha y Kikyo se enamoraron. Querían hacer una vida juntos, pero él era un medio demonio y nadie absolutamente nadie aceptaría su amor porque ella era la guardiana de la perla, obligada a permanecer sola por siempre para vigilarla y tu padre estaba entre dos mundos y ninguno lo aceptaba…
- Seguro te metes en estas cosas ¿no? _ Moroha apoyo la mano en la mejilla mirando divertida como Shippo parecía muy metido en dibujar trágicas imágenes de amor con corazoncitos y gesticular con toda el alma ante la historia.
- Fue un romance trágico y necesito transmitirlo correctamente_ el niño carraspeó avergonzado pasando la hoja llena del blog para poner el lápiz sobre la siguiente.
- Pero no entiendo…si se supone que nadie absolutamente nadie aceptaría al viejo por ser un medio demonio, entonces como es que décadas más tarde se caso con mi mamá y se quedaron a vivir aquí.
- Porque en ese entonces habíamos matado a Naraku e Inuyasha tenía una reputación un poco mejor…eso y la perla de Shikon ya no estaba.
- ¿Nara qué?
- A eso iba antes de que me interrumpieras. Y así fue como decidieron que Inuyasha usaría la perla para convertirse en humano y poder casarse con Kikyo liberándola de su deber.
- Ahora que lo pienso ¿no se supone que Kagome era la reencarnación de esa tal Kikyo? ¿Y papá se metió con ambas?
- No pienses mucho en eso, créeme es lo mejor. Ahora observa la siguiente parte de la historia.
Moroha lanzo un grito consternado al ver sobre la hoja blanca una imagen bastante perturbadora: la figura deformada de un hombre más allá de lo reconocible acostado en un fondo oscuro con un montón de demonios horribles rodeándolo. Para rematar el efecto por todos lados había sangre o trozos de piel.
Bastante repugnante.
- Que diablos es esto_ demandó apuntando el papel y pasando a la siguiente imagen donde se veía una masa extraña…con cara.
- Esa es mi representación artística de como pienso que se veía Onigumo, un bandido quemado que Kikyo estaba cuidando en ese tiempo. Onigumo era bien feo por fuera como por dentro y un loco obsesivo, además. Quería quedarse con Kikyo, pero ella amaba a Inuyasha así que hizo lo único que se le ocurrió…
- ¿Rendirse con dignidad?
- Dejar que varios demonios se comieran su cuerpo para recuperar su salud, volverse guapo y entonces...
- ¿Confesarse?
- …tramar un loco y enrevesado plan de venganza para que Kikyo e Inuyasha se mataran entre sí, o creo que era matar a Inuyasha y que Kikyo se corrompiera..._ se dio golpecitos en la barbilla pensativo por unos segundos_ como sea, al final se paso a llamar Naraku y nadie sabe como es su cara real porque se la robaba a otros.
- …
- …
- ¿No habría sido más fácil tratar de conquistarla con su nuevo cuerpo sano? roba una cara atractiva, le da algo de dinero...
- Normalmente los hombres regalan flores Moroha.
- Pff ¿flores? eso es inútil, el camino al corazón es la comida y el dinero.
- Naraku no pensó en nada de eso, porque era un obsesivo enfermo narcisista. Ahora tendría que contarte todo el plan que elaboró para que Inuyasha creyera que Kikyo lo traicionó y ella que Inuyasha le robo la perla, pero preferí hacerte un esquema.
Mientras Shippo se echaba su quinta paleta a la boca Moroha observaba un didáctico esquema sobre el macabro plan de Naraku para matar a Inuyasha y hacer que Kikyo fuera suya. Pero el esquema era un poco demasiado colorido y alegre, Shippo le había puesto anotaciones, flechitas, notitas…pero si era justa si que era muy explicativo.
- No sé que es más escalofriante el plan de Naraku o lo feliz que se ve esto.
Moroha siguió mirando fijamente la pequeña imagen donde una versión regordeta de su viejo quedaba pegado a un árbol por una flecha y otra mini y regordeta Kikyo disparándole. Para rematar la obra al final salía Kikyo dentro de un ataúd con muchas llamas coloreadas con brillantes y un texto escrito con letras alegres:
"Y así pasaron cincuenta años"
- Definitivamente, voy a tener pesadillas con esto.
Shippo ignoro el comentario demasiado enfrascado en la siguiente imagen:
- Y así fue como cincuenta años más tarde proveniente de cientos de años en el futuro, viajando a través de un pozo llegó Kagome usando un raro tipo de quimono muy corto que curiosamente jamás se levantaba_ el Kitsune miro hacia el lado para observar si su compañera le estaba prestando atención, sorprendiéndose al verla con una expresión inusualmente seria mirando la imagen donde él había dibujado a la joven.
En ese momento se dio cuenta de que tal vez ella nunca había visto a su madre.
- Moroha…oye…_ suavemente alargó una mano para tocarle el hombro, no queriendo asustarla. Todavía no la conocía lo suficiente como para saber de que manera lidiaba con las emociones y si apreciaba la compañía en esos momentos_ ¿estás bien?
El rostro de la chica estalló en una sonrisa reluciente sin rastro alguno de la seriedad anterior:
- ¡Claro! ¿Por qué no lo estaría? Entonces… ¿ella llevaba esta especie de rara vestimenta del futuro, eh?
Ahí estaba su respuesta: ella lidiaba con sus emociones escondiéndolas detrás de una sonrisa, así como Inuyasha las guardaba detrás de sus gruñidos. Posiblemente siempre las había guardado bajo llave y no iba a apreciar que alguien tratara de inmiscuirse a la fuerza. Lo único que el Kitsune pudo hacer fue fingir que le creía y seguir hablando, dejando que se tragara cuantas paletas de su bolsa de recompensa quisiera:
- Kagome liberó a Inuyasha del árbol, él la salvo de una dama ciempiés gigante que la había arrastrado al pozo…posiblemente pariente de la que te arrastró a ti, y luego…
- ¿Se enamoraron, no? _ los pies de Moroha se balanceaban felizmente tras ella interesada en la historia de amor de sus padres.
- Nope, Inuyasha trato de matarla porque pensó que era Kikyo…aunque creo que también siguió tratando de matarla una vez que se enteró de que no era Kikyo.
- ¿Mis padres se conocieron cuando el viejo trató de matar a mamá?
- Pero luego de que ella lo liberara de su siesta y él la salvara de la dama ciempiés. Una vez que Kagome rompió la perla de Shikon con una flecha y a Inuyasha le pusieron el collar sagrado que lo tira al suelo cuando tu mamá le dice que se siente, ambos se hicieron amigos y partieron a buscar los fragmentos.
La pelinegra parecía haberse quedado en blanco procesando el hecho de que aparentemente su madre rompió la joya más poderosa y maldita del mundo peor que las perlas arco iris y que la historia de sus padres no era tan romántica como Sango la hizo sonar cuando se la narró en una versión muy resumida y omitiendo completamente a la ex novia de su padre.
- Lo sé, puede ser difícil de entender_ Shippo le dio unos golpecitos amigables en la cabeza asintiendo seriamente.
- …mientras todo eso pasaba… ¿Qué hacía Sesshomaru?
- Tu tío andaba por ahí vagando siendo un demonio snob con problemas de papá que estaba muy enojado porque le dejaron Tessaiga a su hermano menor, pero de todos modos Inuyasha se quedó con la espada así que Sesshomaru se fue por ahí a seguir vagando por los bosques, quejándose de que no le gustaba su herencia, molestándonos de vez en cuando, golpeando a Inuyasha en la cara cuando lo veía y adoptando a Rin que es una de mis candidatas mentales para ser la madre de tus primas.
- Seh, yo tampoco sé quien es su madre a Setsuna no le importa y a Towa solo le importa Setsuna. Tal vez sea esta tal Rin, tal vez sea la anciana Kaede.
- No sé porque jamás pensé en eso_ Shippo termino la paleta y fue a por la sexta_ y nunca le digas a Sesshomaru que lo llame demonio snob, no quiero morir tan joven.
Moroha asintió agarrando la hoja, entrecerrando los ojos con duda al ver la representación de Shippo de la pelea por Tessaiga donde su padre y su tío se agarraban de los pelos chillándose unos a otros.
- ¿De verdad su pelea fue así?
- No estuve presente en muchos de estos eventos, así que los represento como creo que fue.
Un ave paso volando y la brisa trajo hacia ellos el sonido de una bofetada posiblemente de Sango regañando a su marido por estarla manoseando en público.
- Después de todo esto finalmente llegamos a lo importante, cuando tus padres se encontraron conmigo. Fui un enemigo formidable cuando nos conocimos.
- ¿Seguro que no solo papá te venció de una patada?
Shippo se ruborizó:
- Fue más como un golpe… ¡pero le costó mucho dármelo!
- Voy a fingir que te creo por el bien de nuestra amistad.
El pelirrojo gruñó arrojándole el palito del dulce a la niña quien lo esquivó sin mucho esfuerzo:
- Después de lograr entendernos los hermanos Relámpago secuestraron a Kagome y entonces Inuyasha los mató.
- ¿Ellos no se supone que eran tus cuñados?
Shippo se atragantó con su séptima paleta:
- ¡¿Qué?!
- Son los hermanos de Soten ¿no? _ Moroha le pincho la mejilla juguetonamente con un dedo_ ¿ella no esa chica que llego a la aldea diciendo que era tu prometida?
- ¡Ella no es mi prometida! Lo siento por ella, pero debe entender que hace mucho que renuncié a las mujeres, ahora vivo para dedicarme totalmente a convertirme en un gran demonio como mi padre y renunciaré a cualquier placer mundano hasta entonces.
- Pobrecita_ la chica soltó una risa burlona_ no solo le rompes el corazón, sino que papá y tú la dejaron huérfana. Aunque, claro, seguro ellos trataron de hacerle daño a ma…
Shippo la interrumpió con una voz seca:
- Ellos me dejaron huérfano primero, Los hermanos Relámpago asesinaron a mi padre y los vi llevar su piel como si fuera un cinturón. Tampoco tenía una madre que me cuidara así que me quede completamente solo hasta que Inuyasha y Kagome me encontraron. No tengo porque sentirme culpable.
La niña guardó silencio de golpe sintiendo como si la temperatura bajara un par de grados. Todo el ambiente divertido se había perdido por completo. Shippo obviamente estaba furioso y Moroha no sabía exactamente como arreglarlo, había dicho algo irreflexivo, pero ella no tenía forma de saber toda la información. Nunca antes había hablado con él sobre la muerte de su padre.
- Oye…lo siento_ murmuró torpemente, sin saber que más podía hacer. La experiencia de tener amigos y lidiar con otras personas era algo reciente en su vida.
- Esta bien, no lo sabías_ la respuesta era amable, pero cortante y fría.
- Tu… ¿quieres que sigamos hablando mañana?
- Creo que sería lo mejor.
Shippo recogió los lápices y el cuaderno olvidándose de los dulces, se puso de pie en silencio, Moroha creyó que se iba a ir sin despedirse, pero sorpresivamente le tendió un dibujo en el que había estado trabajando hasta hace unos momentos:
- Puedes quedarte con esto.
Luego desapareció esfumándose en medio de una nube dejándola sola sosteniendo la hoja entre sus manos.
- Quien es…_ miro fijamente la imagen observando a una mujer joven y hermosa, de largo cabello negro, con una sonrisa dulce. Nunca la había visto pero sus ojos castaños desprendían algo familiar y nostálgico_ podría ser… ¿mamá?
En la parte superior de la página había algo escrito con una letra desordenada:
"Me di cuenta de que probablemente nunca habías visto a Kagome así que te hice este dibujo de ella para que puedas conocerla. Personalmente creo que sus ojos se parecen. Espero que no te moleste"
El labio inferior de Moroha tembló al ver un dibujo tan bien hecho de la mujer que nunca había conocido pero que más de una vez se preguntó como sería incluso si escondió esos sentimientos debajo de capas y capas de rabia e indiferencia para evitar que su soledad le doliera tanto.
Se limpio las lágrimas traicioneras que estaban asomándose con el puño pensando en que tendría que sacar algunos otros dulces de su bolso para agradecerle a su amigo, antes de recordar que él se había ido hace unos momentos bastante enojado.
Doblo el dibujo guardándolo en un lugar seguro poniéndose de pie con decisión: Necesitaba un consejo y si algo sabía sobre los vínculos familiares es que se supone que los padres dan consejos.
Rato después en una cabaña algo alejada de la aldea…
El lugar era humilde pero acogedor, desde hace algunas semanas ella y su padre se habían mudado de la casa de Sango y Miroku donde los invitaron a quedarse a una cabaña propia. La experiencia de tener a alguien cuidándola, consiguiéndole comida y velando por ella era nueva para Moroha, pero sin duda no desagradable.
Actualmente padre e hija se encontraban sentados comiendo alrededor del fuego, Inuyasha escuchando atentamente la charla de la chica quien gesticulaba con una mano mientras sostenía el pescado con la otra.
Naturalmente la versión de sobre que había estado hablando con Shippo cambió bastante dejando igual solo la parte sobre Soten:
- …Y luego me regaló un dibujo y ahora no sé si esta muy enojado conmigo o solo un poco y que tengo que hacer para disculparme si ya le dije que lo sentía y él dijo que estaba bien ¡pero sigue enojado! _ Moroha arranco un trozo de comida con los dientes masticando con las mejillas hinchadas mirando fijamente a Inuyasha.
- …
- ¿Y bien viejo?
El medio demonio gimió rascándose la cabeza, si cuando nació su hija no se sentía preparado para ser padre aún menos se sentía preparado para darle consejos a una adolescente que se había peleado con el chamaco que ahora también era un adolescente.
Pero Moroha estaba confiando en él así que tenía que intentarlo:
- Bueno…_sus oídos se movieron levemente_ creo que el enano esta exagerando, tu no tenías forma de saber nada sobre como murió su padre así que déjalo así, ya se le pasará.
- ¿Eso crees?
Miro hacia abajo viéndose bastante deprimida, era la primera vez que peleaba con un amigo y no sabía que más hacer.
Inuyasha suspiró deseando tener a Kagome en ese instante: ella era buena tratando a las personas, ella era quien podía comprender los sentimientos de otros, quien siempre supo que decirle a alguien cuando estaba triste incluso a él mismo y era quien sabría que decirle a su hija en este momento.
Pero al menos por ahora Kagome no estaba. Ahogo el dolor que le provocó recordar a su esposa desaparecida y se enfoco en pensar que decirle a su niña:
- Bien…Moroha, no he visto al chaparro en mucho tiempo, no lo vi crecer, pero Shippo nunca permanecía enojado más allá de un día o dos y solía ser maduro para su edad, no ha cambiado demasiado por lo que he visto. Déjalo solo unos días, creo que él te va a buscar cuando esté mejor.
- ¿En serio?
- Sí, y cuando lo haga le daré un golpe.
La niña soltó una risa, divertida el imaginar la escena que ya había visto un par de veces.
- Papá…
Inuyasha estaba sorbiendo la sopa, pero sus orejas esponjosas algo inclinadas le indicaban que le estaba prestando atención.
- Gracias…
- Hum…de nada.
Ambos siguieron comiendo en un silencio un poco incómodo, pero aun así cálido. Poco a poco aprendiendo a ser una familia.
Continuará…
Ehh bien esto se supone daría risa, pero luego caí en que Shippo creció, así que aunque puede hacer comentarios graciosos no puede tomarse una situación trágica tan cómicamente, luego empecé a hacer hablar a Moroha ella metió la pata y terminamos con un par de niños enojados e Inuyasha intentando dar consejos paternales.
No me quejo, me gusto como quedo. El siguiente ep debería dar más risa porque a Shippo le toca hablar sobre Miroku y Miroku es comedia XD claro…una vez que se le quite el enojo.
Pero quien no se peleaba con sus amigos en esas edades.
