Gracias por amar el capítulo anterior! Me costó escribir cada fragmento así que me alegra que haya sido bien recibido. Tengo un Oneshot con material Sessrin/familia de Sesshomaru con Towa y Setsuna por si lo quieren leer, está ambientado en el universo de este fic pero lo hice aparte.
En este episodio voy a comenzar con una pequeña escena del pasado cuando Inuyasha aún no aparecía y Miroku y Sango fueron a hablar con Jyubei para saldar la deuda de Moroha. Es una idea que me pareció linda. Destaco que mucho de mi "desarrollo de personaje" es un conjunto del cannon más ideas mías así que a futuro se puede contradecir y no importa, en realidad para eso están los fanfics pero lo pongo de todos modos…solo que Riku por favor no sea Shippo disfrazado porque ahí si se me descalabra cualquier posibilidad de hacerlo coincidir con la serie jajaja.
El encuentro de Moroha e Inuyasha no pensaba ponerlo porque…no me lo imagino como muy dulce…hay un episodio flashback planeado donde ya se conocen y Miroku y Sango tratan de ayudar a que se acerque más a Moroha. Es un relato que escuchará Kagome. Por lo demás la reacción bastante mala de Moroha podrán imaginársela cerca de los episodios finales donde hay otro flashback de cuando se encontró con Shippo que fue el primero en toparse con ella, hay una pista divertida en el episodio anterior en uno de los pensamientos de Moroha de como pasó eso. No va a ser lindo XD. Sus personalidades son tan divertidas que me resulta fácil trabajar con ellos…al menos en este fic me gustaría saber como será un Shippo crecido en el cannon si aparece capaz sea don depresión o Miroku 2.0
Manu, espero que tengamos segunda temporada de la serie para poder ver más interacciones e intercambios entre los personajes, sin duda la serie no mostró mucho de como creció Moroha con Koga, sinceramente sería bueno si, ya que la serie esta enfocada en las hijas de Sesshomaru al final al menos nos den una película de Moroha.
Si escribes un fanfic podría leerlo si tengo tiempo y no es muy largo. Digamos que tengo varias cosas que hacer y saco tiempo para escribir XD.
Meses atrás…
El comerciante de cadáveres observó la bolsa de oro que tenía en frente con genuina sorpresa, tras él Takechiyo estaba en idénticas condiciones. Ninguno de los dos había esperado que su mañana completamente normal se viera interrumpida por un monje y su esposa trayendo con ellos tamaña cantidad de dinero dispuestos a pagar la deuda de Moroha. Por lo que ambos sabían esa niña era huérfana y nunca tuvo a nadie que se preocupara por ella aparte de su maestra (que la vendió) y el líder de la tribu de los lobos que fue lo suficientemente tonto para confiársela a esa mujer.
Aunque no podía culparlo, ser el líder de la tribu solo significaba que tenía que mantenerlos felices y bajo control al mismo tiempo que cuidaba a una niña cuarto demonio, una intrusa en su manada que difícilmente sería totalmente aceptada.
- Esto es el total de su deuda ¿verdad? Moroha dice que es la cantidad que le debe.
Miroku se estremeció al escuchar la frialdad y la furia en la voz de Sango, aunque lo comprendía, la felicidad de saber que la hija de sus queridos amigos estaba viva y bien se vio ensombrecida por su situación actual: poco más que una sirvienta continuamente estafada por su jefe, obligada a hacer cualquier trabajo que le ordenara a pesar de su corta edad.
Podía entender la molestia de su esposa, y sin embargo…tenia cierto presentimiento, algo que a Sango tal vez se le escapaba en medio de su furia.
- Con esto la deuda de Moroha ya está saldada y no tiene que seguir trabajando para usted. Esperamos que tampoco vuelva a buscarla_ la voz de Miroku sonaba más calmada, más comercial.
No había sido alguien totalmente honesto ni amable de joven y comprendía que con tipos como este era mejor andarse con cuidado, cortar lazos limpiamente, no hacerlo enfadar. La futura tranquilidad de Moroha valía más que el placer de dejarse llevar por un ataque de furia. Su mujer lo estaba intentando, pero notoriamente con mayor dificultad.
Jyubei acercó el oro y comenzó a revisar la bolsa, asegurándose de que fuera la cantidad que había pagado por la chica tiempo atrás.
- Sí, es el total del precio de Moroha.
Las manos de Sango se volvieron puños sobre su falda, ¿Cómo podía hablar así de una persona? ¡Moroha valía mucho más que esa mugrosa bolsa! No importaba que fueran sus ahorros de hace tiempo, ninguna cantidad de dinero debería ser capaz de comprar a alguien. Miroku puso una mano sobre la de ella, apretándola y ayudando a calmarla.
- Tienen razón con esto ya no la buscaré_ Jyubei le paso la bolsa a Takechiyo indicándole que la guardara.
El tanuki miró con curiosidad a la pareja unos momentos antes de irse arrastrando el oro. Estaba acostumbrado a meterse con Moroha, sus primas y esos dos chicos molestos que habían aparecido en la choza el último tiempo, pero estas personas eran adultas y tenían un aire intimidante que le decía era mejor mantener la boca cerrada.
Además…ese hombre no lo conocía personalmente, pero recordaba su apariencia…fue la que tomó prestada su padre hace mucho tiempo cuando lo dejó con Jyubei. Hachi le dijo que a ese monje no le molestaría, que era un viejo amigo y debió ser cierto porque le envió tal mirada de tristeza cuando entraron que probablemente lo conoció alguna vez.
¿Él sabría…sabría que le pasó a su papá?
- ¿Qué te pasa? Date prisa y ve a guardar eso.
- Ah… ¡sí, voy!
Nuevamente reinó el silencio en el lugar.
- Su excelencia_ Jyubei se inclinó levemente en su sitio fijando sus ojos en Miroku_ creo que nos hemos visto antes ¿no?
- Me temo que no es así, ¿Qué podría haberlo llevado a creer eso? _ y el monje se puso a rezar porque su esposa le estaba enviando una mirada francamente aterradora en ese instante y como el mal entendido durara iba a tener problemas en casa.
- Hace años alguien muy similar a usted, diría que casi igual trajo a Takechiyo a mi para que lo cuidara. Estaba seguro de que era usted, pero con el cabello más corto.
- Ya veo… ¿esa persona habló con usted?
- En realidad, no, solo se limito a responder mediante gestos.
Sango y Miroku se miraron sorprendidos, solo conocían a dos personas capaces de copiar la apariencia casi exacta de alguien, que ese alguien prefiriera no hablar significaba que no sabía imitar la voz muy bien o que prefería escapar de cualquier posibilidad de ser descubierto.
Shippo era una alternativa, pero no había razones para que el joven kitsune hiciera algo así, él no tenía tratos personales con Hachi y su hijo, tampoco sabía nada de lo que pasó con Inuyasha y Kagome quienes de forma sospechosa habían estado hablando demasiado con el Tanuki mayor días antes de desaparecer.
La única otra opción era el mismo Hachi…pero no sabían nada de él desde hace años, pensaban que tal vez corrió el mismo destino que sus amigos. Pero parecía que antes dejó a su hijo en un lugar que debió considerar seguro y usó un disfraz para que no supieran que era él.
Si esa fue su voluntad no podían decir nada:
- Debió ser otra persona. Los parecidos extraordinarios existen.
- Ya veo…
- Si no tenemos nada más de que hablar….
- Espera_ Sango sujetó la manga de su esposo_ antes de irnos me gustaría hacerle una pregunta.
Jyubei asintió, viendo el odio en los ojos de la mujer, sabiendo que es lo que probablemente ella iba a decir:
- No pediré que devuelva todo el dinero que le debe a Moroha porque dudo que lo haga.
- No puedo desmentir eso, ya usé ese dinero y no me arrepiento de no habérselo dado.
- ¡¿Por qué?! ¿Por qué la estafo así? ¡si se trataba de pagar la deuda pudo darle sus ganancias honestamente en lugar de quitarle lo que se merecía! ¿Por qué uso un truco como ese? ¿mantenerla trabajando para usted? ¡estoy segura de que pudo conseguir otros cazarrecompensas más efectivos que una niña!
- Sango_ Miroku le rodeó los hombros, intentando consolarla_ sinceramente también me gustaría saberlo, aunque no espero que vaya a responder.
- Responderé_ Jyubei suspiró y por un segundo la mirada fría y calmada que siempre tenía mostró que debajo solo había un hombre anciano y cansado_ tiene razón señora, pude encontrar mejores cazarrecompensas, tengo otras personas mayores y de mejor nivel que Moroha, desde ese punto de vista el beneficio que obtenía de ella era mínimo. Pero si la dejaba terminar de pagar su deuda e irse ¿Qué habría hecho esa niña? Su maestra me dijo que en la tribu de los lobos no la aceptaban bien, casi los únicos que la protegían eran la pareja alfa y unos pocos más, nadie más se preocupaba por ella, no sé donde estaban usted y su marido, pero Moroha nunca hablo de nadie que pudiera pagar la deuda por ella.
Sango lo encaró totalmente ofendida:
- ¡No sabíamos que estaba viva! ¡jamás la hubiéramos abandonado!
- Hace pocos días nos encontramos con ella.
- Veo su excelencia, pero no quita que en ese entonces nadie la cuidaba. Si Moroha terminaba de pagar su deuda se habría quedado sin un lugar al que ir, sin un sitio al que volver, su maestra la vendió como a un objeto, no tiene familia, es solo una adolescente flaca cuarto demonio con algunas habilidades decentes con la espada y poderes espirituales. No sería bien recibida entre humanos, tampoco entre demonios y hay pocos seres de sangre mixta que sobrevivan mucho o siquiera tengan familia y si lo hacen no tienen finales felices, mire a los padres de esa chica.
El matrimonio se tensó, sintiendo ambos un dolor sordo en el pecho que antes fuera mucho más fuerte pero los años y la aceptación volvieron más suave.
- No me mire de esa forma señora, no tengo la vida más limpia pero no soy un monstruo. Manteniendo a Moroha endeudada podía mantenerla cerca aunque ella no quisiera y seguirla vigilando mientras fuera joven, rechacé a cada persona que se ofreció a comprarla porque una chica tan joven y sola es presa fácil de algo peor que ser obligada a trabajar como caza fortunas. Debe saber a qué me refiero.
El asco recorrió a Sango, ¿Cómo no lo pensó? A pesar de todas las tragedias en su vida creció en un ambiente seguro, luego comenzó a viajar con Inuyasha y Kagome e incluso si encontraron dolor y sufrimiento en varias de las aldeas donde pasaron solía ser dolor causado por algún demonio. No el tipo de depravación a la que se refería este hombre.
O tal vez solamente no miraron lo suficiente.
- Moroha escapó una vez, no fui por ella, si quería huir no iba a perseguir a una adolescente rebelde. Regresó a los pocos días bastante herida y golpeada, si nunca trató de escapar es porque probablemente se dió cuenta de que trabajar para mi no era un mal trato, afuera solo iba a encontrar rechazo. Podía dormir aquí cuando hiciera mal tiempo y permanecer bajo mi mando hasta que pagara su deuda y se hiciera más fuerte. No me reclame que no la tratara mejor, esa niña debe prepararse para vivir en un mundo donde va a ser odiada, donde difícilmente va a encontrar amor, protegerla de esta manera es lo que mejor que se puede hacer.
Sango bajó la cabeza y un par de lágrimas se deslizaron por sus mejillas, su ira disolviéndose poco a poco porque, aunque no estaba de acuerdo con los métodos de este hombre, con su visión terriblemente pesimista de la vida para las personas como Moroha, como Inuyasha... no podía negar que hubo bondad detrás de su aparente estafa.
Miroku le dio al anciano una sonrisa triste:
- Veo que aunque no eligió la forma de protegerla que habríamos elegido, su corazón estaba en el lugar correcto. Le agradecemos que tratara de cuidarla a su manera.
Jyubei volteo la cara hacia un lado, incómodo:
- Si eso es todo pueden irse, pronto va a llegar otro de mis empleados para recibir su próxima misión. Si Moroha aún quiere su dinero puede venir en unos meses más a ver si hay algo, realmente no tengo nada para darle ahora.
- ¿No preferiría que ella sepa que en el fondo se preocupaba por su seguridad? _ Sango tomo la mano que su marido le ofrecía para levantarse, saber que a fin de cuentas no solo fue usada podría ser bueno para Moroha.
- No, como dije debe hacerse a la idea de que va a vivir en un mundo duro, es mejor que piense que no me debe nada, dejen que siga creyendo que solo la estaba utilizando como empleada. Pero…_una pequeña sonrisa asomo a sus labios por un segundo_ pueden decirle que no fue una mala empleada, fue más útil de lo que pensé.
- Lo haremos.
La exterminadora hizo una reverencia seguida de su esposo y salieron de la tienda con sentimientos encontrados.
Los pequeños pasos de un niño los siguieron:
- ¡Esperen!
Takechiyo venía tras ellos, corriendo lo más rápido que sus cortas patas se lo permitían:
- Usted…usted era amigo de mi padre_ jadeó señalando a Miroku con un dedo_ ¿sa…sabe que le pasó? ¿Dónde está?
El monje lo observó con pesadumbre, se agachó para quedar a su altura:
- No, lo siento, no sabemos que le pasó a Hachi, desapareció al mismo tiempo que los padres de Moroha.
El pequeño tanuki se quedó en silencio, incapaz de hilar correctamente sus pensamientos…los padres de Moroha quien siempre creyó era huérfana ¿conocieron a su padre? ¿él tuvo algo que ver con ellos?
- ¿Te gustaría venir con nosotros?
Observó asombrado a la mujer quien con voz amable y maternal le estaba tendiendo una mano.
- ¡¿Por qué?! ¡ustedes son amigos de Moroha, y ella y yo no nos llevamos bien!
- Eso se puede arreglar, además tu papá fue un fiel servidor de mi esposo, puedes venir con nosotros si así lo quieres.
El niño negó lentamente con la cabeza:
- No, papá me dejó aquí por alguna razón, me voy a quedar.
Un fuerte llamado desde la cabaña lo sobresaltó obligándolo a voltearse y regresar hacia su jefe.
- Moroha lo describió como un pequeño tirano y sin duda Shippo era más agradable a su edad, pero no parece algo que un poco de educación no pueda arreglar. Tal vez Jyubei cuida a la gente a su modo, pero no es muy bueno criando niños.
Miroku soltó una pequeña risa divertida, abrazó a Sango por la cadera apartando su mano de cualquier parte de su cuerpo que pudiera llevar a un pellizco por estar tocando en público:
- Querida, creo que ese niño es presa de dos desafortunadas circunstancias: crecer diciendo todo lo que quiere…y no saber tratar con las niñas.
- Espera no estás insinuando que…
- Creo que Moroha no se va a librar de él tan fácilmente. Es probable que la siga buscando con alguna excusa.
Meses después Inuyasha iría a recuperar parte del dinero que el comerciante le debía a su hija y solo el hecho de que sus amigos le contaran la conversación que tuvieron con el hombre impidió que echara abajo la cabaña y ahorcara al anciano.
Pero Takechiyo no se salvó de recibir un buen golpe en la cabeza.
Hasta aquí el flashback, puede ser un poco cursi, pero siempre me ha gustado la idea de que Jyubei en el fondo no sea tan malo…lo que insinué con Takechiyo usaré eso como comedia a futuro jajaja si alguien se dio cuenta de que fue, sé que es un tropo de ficción un poco tóxico pero ¿francamente? pasa, me pasó, con varios chicos cuando era niña.
Por otro lado he estado investigando sobre cultura Japonesa para este fanfic, allí al parecer es mal visto que las parejas hagan excesivas demostraciones de afecto en público.
Ahora si el ep. Inuyasha y Hanyo no Yashahime no me pertenecen yo solo tomo a sus personajes para que se vayan de fiesta.
Advertencia: menores borrachos.
Sentimientos y verdades
- ¿Así está bien?
Moroha se mordía la lengua en tanto escribía sobre un pequeño pergamino los carácteres que le dijera su madre.
- Déjame ver_ Kagome se acercó, tomando suavemente el papel_ sí, es correcto. ¿Pero, porqué le quieres poner un sello espiritual a tu mochila?
Moroha soltó una risita traviesa levemente empañada por una pizca de maldad:
- Es una lección para Shippo, ese zorro necesita aprender algunas cosas. Ah, ¿estás segura de que esto no le va a doler demasiado? Solo quiero que reciba una pequeña molestia cuando trate de quitarme algo, no quemarle la mano.
- ¿Para Shippo? _ Kagome ladeó la cabeza observando a su hija seguir con el trabajo_ ¿no puedes simplemente pedirle que te pida permiso para tomar algo?
- No, créeme no hay forma, ese idiota hace lo que quiere.
Una vez que acabó Moroha estampó el sello sobre su bolso sintiendo como el poder espiritual rodeaba la bolsa.
- ¡Bien!
Ya habían pasado algunas semanas desde que Kagome se enterara de la verdad y tuvieran su primera conversación. Luego de eso Moroha iba a verla todos los días para conversar y acostumbrarse a la presencia permanente de su madre, ya que para ambas era obvio que Inuyasha quería que pudieran vivir todos juntos en la cabaña lo antes posible.
Moroha ya no se sentía incomoda, aún había cosas que no sabía de su madre y en ocasiones Kagome parecía un poco perdida con los cambios en quienes eran sus amigos (como Shippo no atendiendo a peticiones y haciendo lo que se le venía en gana) pero a pesar de los problemas que podía acarrear el tratar de ser una familia luego de su infancia perdida el hecho era que todos querían cooperar. Inuyasha deseaba que sus dos chicas se llevaran bien y quería protegerlas a ambas con todo el corazón, el mayor deseo de Kagome era conseguir alguna normalidad para ellos, darle el amor que le debía a su niña poco a poco y de una manera en que ella no se sintiera ahogada al mismo tiempo que con paciencia y calma estaba consiguiendo que Moroha se acostumbrara a ser corregida en ocasiones a causa de varias de sus costumbres que, por desgracia, eran las mismas que las de Inuyasha: sacudirse el cabello mojado salpicando por todos lados en vez de usar una toalla, no lavarse los pies antes de entrar y la preocupación mínima por el orden, la limpieza y la modestia luego de bañarse en el río.
Sin embargo, la realidad era que Moroha estaba dispuesta a habituarse a ver a Kagome y a lo que significaba tener una madre, las dos anhelaban una buena relación con la otra y eso hacía que pusieran su mejor esfuerzo en el proceso de adaptación.
Además, por mucho que la cuarto demonio se quejara cuando Kagome le pedía ayuda para limpiar, le secaba el cabello luego de bañarse, la obligaba a lavarse los pies o insistía en ayudarla a hacerse la coleta por las mañanas dejándosela en un estado demasiado ordenado y lindo que normalmente no era como la llevaba el hecho es que estaba feliz, feliz de poder quejarse como lo haría cualquier otra niña sobre tener una madre que insistía en corregirla, en arreglar su cabello y enseñarle modales. Creció viendo como otros niños recibían estas atenciones que al parecer les resultaban tan molestas, sintiendo un dolor agudo en el corazón al saber que ella nunca tendría padres de los cuales quejarse por tonterías y ahora que por fin los tenía le gustaba cada pequeña cosa de ello porque todo era parte de ser amada y cuidada.
A veces ni siquiera tenía ganas de quejarse realmente, pero refunfuñar a la vez que le pasaba un paño húmedo al piso de madera acompañada de su madre que hacía exactamente lo mismo junto a ella, la hacía sentir como una niña normal, como si nunca hubiera tenido nada más de que preocuparse.
Kagome no podía estar más agradecida del ajuste fácil, Moroha estaba tan ansiosa de ser amada y ella de ser una madre amorosa que los días transcurrieron de forma tranquila y si en alguna ocasión aparecía algún tema que trajera a sus mentes los catorce años perdidos, de forma irónica las dos parecían más preocupadas de cambiar de tema para evitar la depresión en Inuyasha que de borrar la sensación triste en si mismas.
La sacerdotisa sabía que gran parte del estado actual más suave y feliz de Moroha se debía a su encuentro previo con Sango, Miroku e Inuyasha. Su esposo le dijo que cuando se toparon ella era mucho más arisca y menos dada a cooperar en su relación familiar, en el fondo, en ese entonces Moroha estaba asustada de ser lastimada y atreverse a sentir cosas que siempre guardó. Pero una vez que se dió cuenta de que podía confiar y dejarse llevar todo fue mucho mejor.
Shippo…él también había ayudado, pero a medida que pasaba el tiempo veía que probablemente de una forma diferente. El Kitsune no podía desempeñar un papel de adulto con Moroha porque no lo era, ambos tenían edades físicas y psicológicas cercanas así que dejando de lado el asunto de la edad cronològica eran amigos de edades similares con una disposición parecida a meterse en problemas por el temperamento un poco explosivo, la dosis de descaro y el amor a las travesuras. El pequeño zorro posiblemente estaba más en el equipo de quienes le enseñaron a Moroha lo que era tener amigos junto con sus primas e Hisui en vez de las figuras adultas que pudieran enseñarle lo que era tener al lado a alguien que te cuide. Shippo no era exactamente en lo que había esperado que se convirtiera al crecer su pequeño amigo, él siempre tuvo dos lados bastante marcados en su personalidad: uno era dulce, amable e inocente y el otro bromista, descarado y con cierto amor por el engaño. Ahora veía que cuando durante su embarazo vió al en ese entonces dulce Shippo sonriendo y comentando lo mucho que ya quería ver al bebé había estado esperando que al crecer la balanza se inclinara más hacia el lado dulce, pasivo y maduro, pero en esos años que estuvo ausente y el zorro entrenando había acabado en todo lo contrario: el lado más ácido y descarado tomo el control dejando la dulzura y la madurez mucho más escondida y solo dispuestas a salir en ocasiones.
Sinceramente lo que había estado esperando de Shippo era un poco más similar a la personalidad amable y pasiva de Hisui que al Shippo actual. La amistad tierna, pacífica y sincera que su hija mantenía con el retoño de Sango donde él siempre actuaba con impecable caballerosidad aconsejándola para que no se metiera en problemas es lo que pensó hace catorce años que Moroha tendría con su pequeño amigo Kitsune en vez de la relación bastante…divertida que le tocaba ver ahora donde la mitad del tiempo en vez de sentirse aliviada porque andaban juntos comenzaba a rezar para que si veían un problema se apartaran de él en lugar de trotar felizmente en su dirección con los pobres Towa e Hisui llorando detrás mientras Setsuna los ignoraba.
Sin mencionar que las pequeñas batallas tontas de Inuyasha con el pelirrojo que siempre detuvo durante su adolescencia ahora eran peleas campales que la mitad del tiempo terminaban con ella sentando a Inuyasha y regañando a Shippo o con ambos en la mesa de la casa jugando a la guerra de pulgares, vencidas o cualquier cosa que les sirviera para terminar con sus peleas tontas…eso cuando lograba atraparlos, cuando no las cosas terminaban con Inuyasha ayudando a "entrenar" a Shippo, dejando al chico con algún bonito golpe y refunfuñando con toda el alma a su vez que el medio demonio por el otro lado agitaba el puño triunfante pero tenía el cabello lleno de ramitas, señal que de antes de asestarle el golpe había tenido que perseguirlo por todo el bosque esquivando sus ilusiones y ataques.
Era terriblemente molesto y no sabía cómo arreglarlo porque ninguno quería poner de su parte, la única cosa positiva que sacó de la situación fue aprender que Moroha podía tener bastante sangre fría, porque ya podían estarse gritando fuera de la cabaña o en la misma mesa ella seguía comiendo, leyendo, o ayudándola a clasificar hierbas recogidas esa mañana, encogiéndose de hombros y murmurando "ya se cansarán en un rato". A falta de la habilidad de poder detener a uno de ellos a la fuerza aprendió a ignorarlos como si fueran dos moscas zumbando a todo volumen.
Viendo esta actitud Kagome no podía hacer otra cosa que felicitar a su hija, Moroha tenía un lado muy maduro que no había visto hasta entonces. Cada día descubría más cosas de ella, lo cual no podía hacerla más feliz estuviera su marido poniéndose a la altura de un adolescente irreverente o no.
Pensando en ellos, el dúo estaba ingresando a la cabaña en ese momento, afortunadamente acompañados por Hisui quien siempre impedía cualquier pelea con cierta facilidad. La imagen se había vuelto bastante familiar, algunos días eran Towa y Setsuna quienes aparecían para saludar y buscar a Moroha, pero no siempre. Moroha amaba a sus primas y ellas amaban a Moroha, las tres eran mejores amigas aparte de familiares, pero su unión de gemelas en algunas ocasiones dejaba fuera a su niña y Moroha sentía que sobraba, en esos casos ella correría hacia Shippo e Hisui para pasar el rato o ellos irían a verla cuando sabían que no se fue con sus primas ese día. El zorro siempre deambulaba entre su casa, la casa de Sango y la de Kohaku donde se quedaba con Hisui, pero el exterminador recientemente comenzó a frecuentar su casa o la de la anciana Kaede porque su tío estaba haciendo algunas ampliaciones en su propia vivienda para recibir a su nueva esposa.
Kohaku anunció hace pocos días que se iba a casar, la novia era una mujer de cabello esponjoso que Kagome recordaba como la hija de una pareja amable de aldeanos, no era una exterminadora sino una de tantas jóvenes que pasaban sus días cuidando de la casa y ayudando en la cosecha, pero su carácter animado la hacía la pareja perfecta para el hombre serio y un poco adicto al trabajo en quien se había convertido Kohaku.
El trío pasó por la puerta, saludando a su manera:
- ¡Kagome, volví! ¿Cómo te sientes?
- Estoy bien Inuyasha, no tienes que preocuparte. Ya estoy casi totalmente recuperada, unos pocos días más de descanso y podré comenzar otra vez con el trabajo de sacerdotisa_ respondió, a la vez que seguía revolviendo la comida.
- Estos dos chamacos parecen querer quedarse a molestar otra vez.
- No seas así, Hisui y Shippo son amigos de Moroha y también nuestros. Estaremos felices de que se queden a comer chicos.
- Gracias señora, es usted muy amable_ Hisui hizo una pequeña reverencia, para sentarse junto a ella a continuación y preguntar en que podía ayudar.
- ¡Gracias Kagome! ¡Mira recogí estas! _ Shippo le paso algunas manzanas con una gran sonrisa_ también traje moras.
- Ah, gracias, las podemos usar para el postre.
- ¿Y a mi no me trajeron nada? _ demandó Moroha cruzándose de brazos poniendo toda la apariencia de estar ofendida.
- Lo lamento Beniyasha, pero lo único que tengo ahora en mi bolsillo son estas tres monedas de…
- Las acepto humildemente_ Moroha le arrebató el dinero a Hisui corriendo de regreso hacia el rincón de la vivienda que le pertenecía para guardarlas.
- ¡Moroha regrésale su dinero a Hisui! _ reclamó Kagome colocándose las manos en las caderas_ ¡esos no son modales! No abuses de la buena fe de tus amigos.
- ¡Pero así hacemos las cosas! _ la niña hizo un puchero viendo como su mamá le arrebataba el dinero para regresárselo a su dueño.
- Pues ya no. Hisui, no seas tan blando con ella.
- No es que sea blando, solo que Moroha es demasiado rápida en estos casos_ el sonrojado joven guardó nuevamente su dinero con gesto avergonzado.
- ¿Y así me acusas de ladrón? _ Shippo se arrodilló junto a la chica poniendo una sonrisita irónica.
Moroha le sacó la lengua como respuesta.
- Vamos no te molestes, mira yo sí te traje un regalo.
- ¿Uh? _se volteó notoriamente interesada.
- ¡Ya deja de traerle mierda a Moroha chaparro!
- ¡Es la mierda que le gusta Inuyasha!
Shippo le paso una cabeza de Kappa disecada la que ella recibió con una gran sonrisa y luego de canturrear un "gracias" la dejó junto con todas las otras piezas curiosas que recibió de regalo o ella misma había encontrado, allí también estaba la pata obsequiada por su abuelo. Pero esa era especial, la iba a conservar, el resto era para vender.
Las primeras veces que Moroha recibió regalos tan raros de parte del kitsune, Kagome alzó una ceja extrañada, pero la niña no tardo en explicarle que todas esas cosas le eran muy útiles, puesto que podía venderlas a buen precio y ahora que su dinero sería de ella y no de Jyubei podría guardarlo para gastos personales…o la vejez. Idea con la cual la sacerdotisa no sabía si estar orgullosa o preocupada de que su joven hija de catorce años ya estuviera pensando en el invierno de su vida que llegaría en unos cuantos cientos de años más. Bueno, con suerte tanto ahorro la haría ser una anciana rica para ese entonces.
Una que vez que Moroha terminó de organizar su nueva adquisición todos se sentaron alrededor de la olla juntando las manos para agradecer la comida comenzando a servirse:
- ¿Cómo te sientes respecto del matrimonio de tu tío? Su esposa comenzará a vivir con ustedes una vez que se casen_ Kagome le tendió el cuenco a Hisui sugiriendole que tuviera cuidado de no quemarse.
- Me agrada la señorita Akiko, es muy amable y divertida. Estaba un poco preocupado de que estorbara en su vida matrimonial, pero ella dijo que tenerme cerca le servirá de práctica para cuando tenga hijos. A pesar de que ya no soy un niño.
- Ya veo, me alegro_ a veces era fácil que olvidara las diferencias entre épocas, en el Japón moderno Hisui apenas habría sido un chico graduado de preparatoria hace poco, buscando alguna universidad a la que entrar, pero en la era feudal era ya considerado todo un hombre_ espero que Kohaku sea muy feliz.
Después de todo el dolor de su infancia y el corazón roto que le dejó Rin en la adultez temprana, si alguien se merecía amor y una familia cálida era él.
- Gracias por sus buenos deseos, se los diré.
- Si que debe estar enamorado para casarse tan rápido_ comentó Shippo_ por lo que sé no comenzaron su relación hace mucho.
- Pero se conocen de toda una vida, además, mi tío es bastante mayor y todos sus amigos se casaron hace mucho. La señorita Akiko tampoco es demasiado joven, si quieren tener una familia numerosa deben apresurarse.
- Ah, entonces se apresuran porque ambos están viejos según estándares humanos_ Moroha fruncio el ceño curiosa, solía olvidar que según las ideas de la sociedad ella ya estaba en edad de casarse cuando en la tribu de Koga siempre fue vista como poco más que una niña.
Eso solo la hacía sentirse más curiosa sobre como Koga con sus cientos de años se enamoró de su madre cuando ella tenía quince años. Moroha miró de reojo a Kagome detectando sus suaves curvas y recordando los comentarios sobre como se veía mucho más pequeña que ella siendo solo un año menor que cuando viajaba con su padre.
Posiblemente ya tuviera su respuesta de que razonamiento siguió Koga. Kagome no lucía como una niña a los quince.
Se encogió de hombros y siguió escarbando felizmente en su cuenco, ese tipo de cosas realmente no le importaban, no es como si quisiera tener a una tropa de sujetos pidiéndole matrimonio ni interesados en ella: que dolor de cabeza.
En ese momento Inuyasha que había estado demasiado ocupado comiendo con bastante apetito decidió intervenir en la conversación:
- Je, por lo que he visto que hacen esos dos en el bosque durante mis patrullas tengo una buena idea de por qué se están casando tan pronto.
Su esposa estalló en un rojo brillante:
- ¡Inuyasha, no hagas suposiciones tan groseras!
- ¡No son suposiciones mujer, dije que es lo que vi!
- ¡Estamos frente a los niños!
- ¡Tsk, no es como si no supieran de que hablo! y de todas formas ya están bastante mayores para que no sepan como se hicieron.
- En…efecto señora no se preocupe, he visto a mi tío besándose con su novia_ Hisui también estaba de un tono rojo encendido.
- Y vaya que lo disfrutaban_ remató Moroha sin una pizca de vergüenza.
- En realidad, lo que vi fue…
- ¡Inuyasha no te atrevas a terminar esa frase!
El medio demonio fue presa de un enorme escalofrío al ver el rostro enojado de su esposa, no importaba la cantidad de tiempo que pasara esa siempre sería una de las vistas más aterradoras para él.
- Tranquila Kagome, pase bastante tiempo en mi infancia viendo mucho peores ejemplos que Kohaku.
- ¡Tú, mocoso del demonio!
- ¿Eh? No estaba hablando de ti Inuyasha, si te sientes aludido no es mi culpa…
- ¡Vas a ver!
- ¿Ah de verdad? ¡pruébame!
Ambos se pusieron de pie agitando un puño, pero un fuerte golpe en la mesa los silenció:
- ¡CÁLMENSE LOS DOS!
Shippo e Inuyasha se estremecieron al mismo tiempo viendo el aura oscura y peligrosa que estaba despidiendo la dueña de casa, Hisui sudaba tratando de seguir comiendo en impecable calma sin lograrlo del todo cuando sus instintos le gritaban "peligro", Moroha por su lado se dedicaba a llevarse los mejores trocitos de carne de la sopa aprovechando que todos estaban distraídos.
- SI VAN A PELEAR LLEVEN SU PELEA FUERA_ la sacerdotisa remarco su punto apuntando hacia la entrada_ ¡No voy a soportar que desordenen la casa por sus idioteces! ¡ambos van a controlarse!
Los dos hombres se encogieron en su puesto temiendo que la enfadada mujer frente a ellos decidiera dispararles una flecha sagrada en el trasero.
- Sí, Kagome_ las orejas de Inuyasha bajaron con humildad.
- Sí, señora_ Shippo se dedicó a comer callado sin atreverse a comentar sobre la desaparecida carne.
Extrañaba los buenos viejos tiempos cuando podía salirse con la suya solo porque era pequeñito y adorable.
- Pss mamá.
- ¿Eh? ¿Qué sucede? _ la expresión aterradora de Kagome se convirtió en una sonrisa amable al voltearse hacia su hija.
- Creo que en realidad Shippo estaba hablando de Miroku.
- Lo sé_ ella suspiró_ pero Shippo no debió hacer ese comentario, especialmente si no puede aclarar que no se refería a Inuyasha con Hisui aquí.
Miraron brevemente al joven que habiendo terminado de comer estaba ayudando a repartir la fruta.
- Y tu deberías regañarlo más cuando le falte el respeto a tu padre. Sus respuestas solo enojan más a Inuyasha.
- ¿Sabes que el viejo tampoco ayuda, no?
- Sí, pero llevo regañando a Inuyasha por su actitud desde hace muchos años y no creo que cambie pronto, confio en que Shippo puede mejorar en menos tiempo.
- Si tu lo dices…_Moroha saco una mora de su plato_ pero a las únicas dos personas que ese zorro realmente teme es a ti y a Sango cuando se saca las sandalias_ se tragó la mora encogiéndose de hombros_ él y papá son un caso perdido, no creo que importe mucho mientras se quieran en el fondo y no destruyan la casa.
Desgraciadamente toda la profunda reflexión de Moroha se le escapo a Kagome porque su mente quedo anclada en una frase en específico:
- ¿Qué quieres decir con Sango quitándose las sandalias?
- ¡Ah! ¡Hisui cuéntale a mamá sobre Sango y sus sandalias voladoras! Lo vi una vez y fue divertido.
Shippo e Hisui se ruborizaron chillando al mismo tiempo:
- ¡No tiene nada de divertido!
- Je, ahora estoy interesado en escuchar eso.
- ¡Inuyasha no busques pelea otra vez! _ Kagome le envió una clara advertencia a su marido para regresar a ser una dulce madre al siguiente_ ahora cariño porque no me cuentas que es lo que hace Sango ¿es un método de disciplina?
Moroha complació a su madre con gusto comentándole alegremente las técnicas de la exterminadora para exterminar la indisciplina de los chicos en su casa.
La comida siguió sin más incidentes notables.
Dos semanas después…
Towa se encontraba sentada a la entrada de la cabaña de la anciana Kaede, el mismo sitio donde en su tiempo de juventud vivió su madre biológica según le explicara la antigua sacerdotisa.
Recientemente no solamente su prima había tenido cambios importantes en su vida, sino también ella y Setsuna…quien ahora estaba tomando una siesta.
Todo sucedió porque Towa por fin obtuvo información sobre donde podría estar la mariposa de los sueños a través de Riku, en razón de que aparentemente nadie sabía exactamente donde estaba el monte Musubi. Cuando creyó haber llegado hasta él se topo con que era otro monte con un nombre muy similar. Luego de hablar con Riku sintió que estallaba de alegría ¡por fin podría ayudar a su hermana gemela para que volviera a dormir! Por desgracia nadie parecía tan emocionado con la idea como ella. Setsuna era casi totalmente indiferente a su problema y prefería dedicarse con toda calma a cumplir su trabajo en lugar de perseguir la mariposa, pensó en discutir el problema con Kohaku o Hisui las dos personas que en cierta medida parecía escuchar su hermana aparte de Moroha, pero no sabía si Setsuna lo consideraría una falta de respeto que comentara su situación con ellos cuando ella misma no lo había hecho así que descartó el plan.
Moroha ya no trabajaba con Jyubei pero aún así quiso ayudar en un principio, pero en cuanto sus padres lo escucharon rápidamente quedo descartado e incluso trataron de detener a la misma Towa. Sus tíos consideraban que Riku era un tanto sospechoso ¿cómo siempre obtenía información? ¿Por qué aparecía en los momentos adecuados? ¿Towa estaba totalmente segura de que él era de confianza? Ante lo cual Moroha retrocedió levemente avergonzada por haber estado demasiado ocupada pensando en pagar su deuda antes como para dudar del jefe de su ex jefe. Tampoco ayudó que Shippo sin maldad, pero con bastante franqueza le señaló que el chico era un pirata y los piratas son tan engañadores y moralmente grises (o completamente malos a veces) como podían serlo muchos Kitsunes, ¿Cómo Towa estaba segura de que Riku era confiable y no tenía planeado algo extraño? ¿nunca hubo nada sospechoso en él?
Nadie parecía muy de acuerdo con que ella siguiera con su plan, todos estaban a favor de conseguir más información de algún sitio y esperar, de hecho ¿no era mejor no tener nada que ver con piratas en absoluto? Y Towa se ruborizó porque tuvo que admitir para sus adentros que nunca le había dado demasiada importancia al significado de la palabra "pirata" Riku no parecía alguien cruel y malvado solo un bribón encantador que siempre estaba atento a los rumores, no confiaba totalmente en él pero el único daño que le había hecho fue causar de forma indirecta el incidente con la espada que tuvo que sufrir cuando se conocieron.
Haciendo caso omiso de todos decidió escuchar a Riku e ir con él hacia el sitio donde se suponía estaba la mariposa de los sueños, pero una vez en el lugar una niebla extraña los separó dejándola sola y desorientada. Luego de vagar un rato pensando que hacer terminó venciendo a Konton, pero con bastantes heridas, estuvo peligrosamente cerca de que su trasero fuera pateado totalmente y se arrepintió de no haber ido con nadie más para que la acompañara. Riku y Takechiyo no sabía de que tanta ayuda habrían sido, pero en ese momento no se veían por ningún lado.
Su mala suerte no mejoró porque en semejantes condiciones tuvo la fortuna de encontrarse con Kirinmaru quien podría haberla acabado con un movimiento de dedos de no ser porque recibió una ayuda inesperada: su padre, Sesshomaru.
Se congeló absolutamente por un momento, viendo como ambos poderosos demonios se batían en duelo hasta que un pequeño tirón en su ropa la hizo ver hacia abajo donde un ser con leve aspecto de rana se presento como "Jaken" el fiel servidor de su padre, quien la apuró para que corrieran lejos de ese sitio lo más rápido posible. Quería decir muchas cosas, hacer varias preguntas, increpar al hombre en el cielo por lo que le hizo a su tía, pero no había tiempo así que siguió a la pequeña ranita que insistía en llamarla "ama Bonita mayor", pero había perdido bastante sangre y la vista se le estaba nublando. Tropezó, pero antes de su cabeza impactara contra el suelo unos brazos fuertes la atraparon.
Despertó un día después con varias vendas y sorprendentemente con Setsuna a su lado totalmente dormida, estaban en la cabaña de la anciana Kaede con Jaken y Moroha cuidándolas en ese momento. Jaken fue quien se encargó de explicarle que había puesto una barrera alrededor de la aldea como protección para que estuvieran seguras por ahora. Luego Moroha pasó a narrar que Setsuna y ella preocupándose por Towa habían decidido ir a buscarla, pero su prima tuvo el buen juicio de recordar que ya no era huérfana así que le fue a avisar a su familia, trataron de interrogar a Jyubei que por desgracia no sabía mucho sobre la información que le ofreció Riku así que se acabaron dividiéndo en grupos. Kagome estaba en buenas condiciones para una vida normal pero no aún para pelear así la enviaron junto con Hisui y Kirara a buscar hacia los lugares que parecían menos sospechosos y tuvo que aceptarlo a regañadientes.
Shippo se fue solo en otra dirección encontrándose con Takechiyo quien se echó al suelo llorando al verlo porque el kitsune había decidido pasearse por el monte sospechoso adoptando su forma de zorro mucho más intimidante y disuasiva que la humanoide y aparentemente para el pobre tanuki fue demasiado infartante ver aun zorro del alto de un caballo y bastante largo mirándolo con mala cara. El niño acabó escupiendo toda la información sobre como Towa se había perdido en la niebla mientras que Riku se quedó fuera y luego de eso le ordenó que regresara donde Jyubei. Shippo se fue corriendo felizmente con Takechiyo entre los dientes hacia la dirección donde estaban Inuyasha, Moroha y Setsuna quienes tuvieron la suerte de pescar a un Riku aparentemente preocupado por Towa.
Siguiendo el olor de su sangre que su hermana y prima conocían lograron verla a lo lejos e Inuyasha fue quien la atrapó antes de que se desmayara.
Lo que siguió fue correr hacia la aldea, donde Kagome e Hisui ya habían regresado, atenderla, revivir al desmayado Takechiyo que ahora había quedado con un temor permanente a Shippo y Setsuna y Moroha teniendo que escuchar el rapapolvo de Inuyasha sobre porque carajos habían estado tanto tiempo confiando en ese sujeto de cara bonita altamente sospechoso quien desapareció inmediatamente después de que encontraran a Towa.
Esa misma noche hubo otra conmoción cuando Setsuna se desmayó y la única explicación que ofreció Jaken fue que "el amo bonito ha terminado el trato con la mariposa, ahora que Kirinmaru las ha visto ya no sirve de nada". Si algo aprendieron las gemelas fue que Jaken era quien se encargaría de explicar las acciones de su padre porque el demonio no se dignó a aparecer más allá de estar sobrevolando el cielo de vez en cuando sobre la cabaña siempre que ni Inuyasha ni Kagome estaban a la vista. Posiblemente presintiendo que se armaría una pelea si lo veían.
Setsuna comenzó a recuperar su capacidad de dormir, luego de ese desmayo no sufrió otro, pero tenía un sueño muy pesado de noche y sentía la necesidad de echarse varias siestas durante el día por lo que no pudo ir a trabajar. Kohaku le dijo al resto de los chicos que estaba enferma luego de que le explicaran la situación real para que dejara de hacer preguntas, a Hisui no le dijeron nada porque con sus sentimientos hacia la chica habría estado acampando afuera de la casa de Kaede buscando en qué manera podría ayudar y Towa no estaba aún muy segura sobre cual sería la reacción de Setsuna hacia eso, no parecía saber sobre lo que sentía el joven exterminador, pero su gemela no lograba descifrar si lo consideraba un amigo, un colega de trabajo simpático o uno totalmente molesto. Era difícil de precisar.
Jaken…al inicio sospecharon de él, pero rápidamente se dieron cuenta (y fue confirmado por el resto) que el pequeño ser nunca tuvo ni voz ni boto en lo que hacía Sesshomaru y que de hecho le era totalmente leal y lo admiraba, por lo que era un caso perdido pedirle que fuera demasiado crítico con su amo, así que aceptaron que se quedara a servirlas para evitar sus lloriqueos y porque a Towa le daba lástima como no dejaba de disculparse por "no poder protegerlas hace diez años". Pero le pidieron que se mantuviera apartado de Inuyasha y su familia, ya que el medio demonio tenía bastantes ganas de ahorcarlo independientemente de quien fue el autor intelectual de lo que les sucedió a él y a su esposa y las gemelas no pensaban pelear con su tío.
Lo que la llevaba a su situación actual, sentada a la entrada de la casa esperando a que Setsuna se despertara o llegaran Kin'u y Gyokuto a ayudarlas con su arreglo para la boda de Kohaku. Lo que sucediera primero.
Tras ella Jaken se sentaba junto a Setsuna vigilando su sueño en el que a veces murmuraba palabras o de forma inaudita lloraba: ella estaba recuperando sus recuerdos perdidos a medida que dormía. Su padre ya no se había visto desde hacía unos días en el cielo, posiblemente porque se estaba encargando de cuidar a Rin, su madre biológica quien debería estar recuperando sus fuerzas en la misma medida que su hija recuperaba sus recuerdos y capacidad de dormir.
Se sentía culpable…nunca pensó demasiado en esa mujer que por lo visto se estaba sacrificando para cuidar de su hija. Pero ella amaba a Sesshomaru, un ser frío, que no se molestaba en dar explicaciones y cuya manera de proteger a su familia no era nada similar a lo que ella viera en su papá Sota.
Suspiró.
- ¿Sucede algo? _ la anciana Kaede se sentó a su lado tendiéndole una taza de té caliente_ pareces pensativa.
- Me dijo…que el corazón de los demonios no es como el de los seres humanos, que por eso a veces no podemos entenderlos y ellos hacen las cosas de formas que no nos gustan, pero por más que lo pienso_ sus dedos apretaron fuertemente la taza_ me parece solo una forma de excusar a Sesshomaru.
- No lo es Towa…es una manera de decirte que no le exijo más a Sesshomaru porque no puede actuar de otra forma. Así es como muestra su amor y preocupación, incluso si nos parece fría. Kagome lo sabe, por eso, aunque está enojada no guarda rencor en el fondo. Sabe que no se le puede pedir más.
- Pero aún así tío Inuyasha no es de esa manera, Shippo es un demonio completo y tampoco lo es y ¿Qué hay del señor Koga quien crió a Moroha de niña? Ella dice que tampoco se parecía a Sesshomaru.
La anciana Kaede miró al frente, viendo como la suave brisa mecía la hierba antes de responder.
- Towa, en primer lugar, debes saber que ninguno de ellos fue criado como un demonio noble como sí lo fue Sesshomaru, en segundo lugar, hay cosas que se te están escapando. Inuyasha es un medio demonio, él comparte formas de sentir humanas pero aún así, si lo ves en su noche de luna nueva se vuelve más abierto y emocional, tu eres naturalmente abierta con tus emociones porque creciste entre humanos pero seguro que habrás notado alguna diferencia en esa noche…tal vez tus sentimientos son más intensos, no lo sé.
Towa guardó silencio comenzando lentamente a sorber su té.
- Shippo…él creció rodeado de humanos, sus padres murieron cuando era muy joven, no tuvo oportunidad de recibir una educación demonio apropiada, muchos de sus comportamientos y formas de expresarse de formaron de esa manera: él copió la forma de relacionarse humana y nuestro sistema moral, y sin embargo en su especie no son todos amigables, muchos Kitsunes son engañosos, malvados, poco les importan los sentimientos humanos y no le ven sentido a la moralidad, si hubieras conocido a Shippo de niño verías que ha cambiado bastante y no es solo el resultado de crecer o vivir experiencias tristes, es porque comenzó a interactuar más con zorros de su especie. De hecho, si lo observas bien hay veces en que parece no comprender algunas actitudes humanas, por eso siempre es tan crítico, tan rápido en encontrar las fallas. Más, a pesar de ello hay kitsunes que han amado a humanos…los engañan, fingen ser humanos también, camuflan las características de medio demonio de sus niños mediante ilusiones, hay veces que su pareja nunca llega a saber la raza real de su familia y solo lo descubren los otros familiares luego de la muerte del esposo o la esposa engañada, pero aun así es una forma de amar.
- ¿Con engaños? ¿sin completa confianza? Es casi tan horrible como la forma de amar que dices tiene nuestro padre…sin dar explicaciones, sin estar allí, solo priorizando que sobrevivamos…
- Pero es una forma de amar Towa…y de todos modos ¿vas a negar que tú y Setsuna a veces no comprenden a Moroha? Las escuchaba quejarse de que era demasiado sensible, a veces pegajosa demandando ir a todas partes con ustedes cuando no era necesario. Todas esas son emociones normales perfectamente comprensibles para cualquier humano que desee compañía, pero ustedes no lo entendían sabiendo como fue su vida, es porque Moroha aunque tiene sangre demonio su corazón es casi totalmente humano. Y Koga…bueno, él es un demonio lobo, su sistema de vida es velar por su manada, vivir en grupos eso puede hacer que tenga ciertos comportamientos similares al humano, pero él no está exento de haber matado humanos, dejando que sus lobos se los comieran…su manada fue la que mató a Rin por primera vez.
- Es decir…que la persona que crió a Moroha es en parte responsable por lo que le pasó a nuestra madre en su infancia.
- Me temo que sí, pero aun así…y aunque te parezca mal difícilmente pensaría que Koga tiene mal corazón, tampoco pienso eso de tu padre ni lo creía de Inuyasha aunque me dió varias razones.
Towa dejó que sus pensamientos vagaran, analizando la información, todo lo que le decía la anciana Kaede era difícil de entender, más confuso aún porque podía ver que los seres humanos y los demonios eran muy diferentes comenzando por el hecho de que no compartían su tiempo de vida, no podían envejecer juntos y los hijos de ambos siempre estaban destinados a tener una vida difícil o ser rechazados si no encontraban un grupo acogedor que los amara por quienes eran.
Y aun así…¿Por qué había tantas historias de amor entre razas en apariencia incompatibles? Su abuelo el gran demonio perro y su abuela una simple humana, Inuyasha y Kagome, Rin su madre y Sesshomaru su padre.
Por primera vez se planteó que tal vez su incomodidad en el Japón moderno no era solo por un disgusto hacia la actitud de las personas que tenían ideas muy rígidas acerca de como tenía que ser una mujer, no porque la siguieran sujetos problemáticos pero débiles tratando de pelear con ella una y otra vez, podría ser que una parte de ella siempre sintió que no encajaba totalmente porque vivía entre humanos. Porque a veces no entendía del todo sus sentimientos ni su familia los de ella, por eso fue que en cierta medida siempre siguió añorando a Setsuna.
- Usted quiere que le de una oportunidad a nuestro padre.
- Yo nada más quiero que pienses en lo que te acabo de decir, la decisión es de ustedes dos y podrían decidir cosas diferentes. Setsuna ha recuperado algunos recuerdos donde está con sus padres en la infancia luego de que tu desapareciste.
- Me lo ha dicho…creo que ella esta más abierta a hablar con él. Si al menos…él crió a Setsuna tal vez pueda perdonarlo un poco solo por eso.
Las dos continuaron sentadas en un silencio cómodo hasta que las hijas de Sango llegaron a la cabaña ya arregladas para la boda, cargando con ellas dos kimonos hechos de telas demasiado lujosas para que realmente fueran compradas por sus padres. Towa detectó un aroma un poco similar a aquel que impregnaba a Jaken pero no era propio de él, un aroma ajeno…el aroma de Sesshomaru.
Posiblemente esas telas las había enviado él especialmente para ellas, pero no se las entregó personalmente porque sospechaba que las rechazarían.
La chica se mordió el labio revolviendo en su cabeza la conversación con la anciana Kaede, los recuerdos perdidos de su hermana y el hecho de que el poderoso demonio perro había comprado telas especialmente para que ellas asistieran a una boda humana. ¿Podría ser que no fuera solo por ellas, sino que esa boda le importara, aunque fuera un poco porque era la de Kohaku? Él había acompañado a su padre siendo en adolescente después de todo.
Iba a tener que interrogar a Jaken sobre ello más tarde, por ahora lo importante era despertar a Setsuna y alistarse para la ceremonia y por esta vez aceptaría los kimonos racionalizando que lo haría nada más por Setsuna y porque, aunque la tela la regalara Sesshomaru las costuras estaban hechas con cariño por Sango y sus hijas.
Sí…nada más que por eso.
Cabaña de Inuyasha…
Moroha se quedó quieta dejando que Kagome terminara de ajustarle el obi. Se sentía extraña en ese tipo de vestimenta, sus pies no estaban acostumbrados a calzar sandalias, pero se las puso debido a la ocasión formal, su cabello no estaba arreglado en su clásica cola de caballo sino que la melena negra caía suelta por los hombros y la espalda y el lazo rojo que siempre usaba estaba sosteniendo unas finas hebras en la parte de atrás de su cabeza dejando que dos mechones enmarcaran su rostro. Era diferente pero no se sentía mal, solo un poco extraña y al mismo tiempo surrealista porque siempre vio este tipo de escenas a escondidas espiando desde lejos a una madre arreglando a su hija, la forma en que las peinaban, las ayudaban a ponerse el bonito atuendo y las niñas reían un poco tontamente cuando les decían que estaban lindas.
Ahora podía entender porque lo hacían, no únicamente la vanidad, sino que había algo especial en tener a una madre ayudándote a vestir el kimono que ella misma había hecho con amor especialmente para ti.
En realidad no lo esperaba. Sabía que una de las cosas que hizo su madre los primeros días que llegó a casa fue entretenerse buscando telas y ropa para ella y su padre porque no le pareció tan buena idea como a ellos que se bañaran en el río con la ropa puesta o se la quitaran para volver a ponérsela totalmente húmeda solo porque no tenían nada para cambiarse. Había arreglado eso en Inuyasha años atrás, pero si ella no estaba él regresaba a sus costumbres.
Su padre lo consideraba una pérdida de dinero y recursos tener más ropa para él, al final nada era más resistente que la túnica de rata de fuego, pero pareció encontrar razonable que Moroha necesitara algo más de ropa para sus días de descanso o cuando su traje tuviera que lavarse así que consiguió algunas telas bastante bonitas y apareció con ellas en la casa dejando que Kagome decidiera que diseños eran más adecuados para ella y su hija, (aunque de todas formas su madre siempre usaba el traje de sacerdotisa). Cuando Moroha señaló que las gemelas de Sango ya le habían dado algunos atuendos de reemplazo con anterioridad, siendo yukatas o kimonos que ellas usaran a su edad, Kagome le dijo que era necesario que tuviera su propia ropa y que además necesitaba algo en que entretenerse mientras terminaba de recuperarse porque Inuyasha no la dejaría realizar ninguna labor extenuante dentro de la casa o fuera de ella.
Su madre era mucho más terca que Sango, la exterminadora le había preguntado si no le gustaría tener un bonito kimono o un yukata, pero una vez que Moroha dijo que no estaba interesada y prefería la vestimenta práctica lo dejó. Kagome pensó que era necesario que primero tuviera algunas cosas especialmente hechas para ella y luego podía rechazarlas.
No miró demasiado las telas así que no se dio cuenta cuando el bonito género en degradé rojo a rosa con flores amarillas desapareció del montón. Paso las siguientes semanas ayudando a Kagome a coser algunas prendas simples y algunas camisas interiores nuevas para Inuyasha, también un pequeño Kimono naranja que su madre dijo era para Mei su pequeña sobrina por si podía volver a ver a su familia ahora que Towa encontró una manera de viajar a través del tiempo que no fuera usando el pozo.
Si miraba hacía atrás era obvio que su padre había estado distrayéndola, llevándola con él a algunas misiones fáciles o a pescar para que Kagome pudiera coser tranquila. Pero nunca se dio cuenta de nada así que de todos modos se asombró cuando su madre extrajo la prenda de entre sus trajes de sacerdotisa esa tarde preguntándole si le gustaría ponérsela para la boda de Kohaku. Ella había trabajado tanto, sin saber si a Moroha le gustaría o aceptaría ponérselo.
Pero lo hizo, por supuesto que lo hizo, más que porque fuera bonito (y lo era), porque cada costura y terminación fue hecha por su madre con amor y cuidado así que dejó que la peinara de una forma distinta a la habitual y la ayudara a vestirse, aunque nunca pudo recordar que alguien la ayudara a vestir excepto cuando era muy pequeña y Ayame tuvo que encargarse de ello.
Kagome terminó de ajustar el obi y sonrió:
- Te queda muy bien ¿quieres verte?
Moroha asintió, Kagome rebuscó en la mochila amarilla enorme sacando un espejo:
- ¿Hay algo que no hayas traído del futuro? _ dijo divertida, ella era mucho más relajada que Towa con todo el asunto de "objetos del futuro pueden arruinar la historia" no le importaba mientras no se hiciera masivo o alguien abriera una tienda.
Cuando observó su reflejo para Moroha fue como si estuviera mirando a una chica distinta…aún era ella, sus ojos castaños, su cabello negro, su rostro un poco redondo, pero el primer golpe de vista ya no le recordaba a Inuyasha, tampoco era una copia de Kagome, era solo ella…vestida de una forma que no la hacía parecer una guerrera o una luchadora, parecía una niña normal, criada por una familia, cuidada por personas que la protegían, alguien que podía darse el lujo de andar con ese tipo de vestimenta porque no tenía que sacar una espada en cualquier momento para defenderse ni estar pendiente de que su ropa fuera resistente para soportar las batallas y dormir al aire libre.
- ¿No te gusta? _ la suave voz de Kagome la trajo de regreso a la realidad.
- ¡No! quiero decir ¡me gusta! Gracias mamá_ y le dedicó una sonrisa brillante que alivió el corazón de la mujer.
- Bien, en ese caso estamos listas_ sacó su carcaj y su arco acomodándoselo en la espalda.
- ¿Uh? ¿no te vas a cambiar de traje?
- No, soy la sacerdotisa de la aldea, la sucesora de la anciana Kaede cuando se vaya, asistiré como tal.
- Oh, bien.
Sabía que muchas sacerdotisas dedicaban su vida a su deber, no consideraban correcto casarse o tener una familia, no podían ser mujeres normales, pero su madre era la legendaria sacerdotisa que purificó finalmente la perla de Shikon, algunos aún le agregaban a ese apelativo "la reencarnación de Kikyo" y a Kagome no parecía importarle demasiado, aunque prefería el anterior. Pero sea como fuera que la conocieran ella era importante, así que nadie se atrevería a decir que la poderosa sacerdotisa no podía casarse con el poderoso medio demonio que también ayudó a purificar la perla y a vencer a Naraku cuyas fechorías habían afectado a muchas personas, y que ambos no podían tener hijos si se les venía en gana. Así que se casaron, los rumores se extendieron y ahora había una plaga de jóvenes sacerdotisas queriendo casarse considerando que su labor no era incompatible con el amor.
Salieron de la cabaña donde las esperaba Inuyasha, las manos metidas en las mangas de su haori, una sonrisa suave y cálida de esas que solo tenía reservada para ellas dos apareció en sus labios al verla:
- Te ves hermosa chiquilla_ sacó las manos de sus mangas mostrando que estaba sosteniendo una flor rosa y otra roja.
- ¡Ah! ¿para qué son?
- Una es para ti_ con cuidado Inuyasha enganchó la flor rosa en el cabello de Moroha cerca de su lazo.
- Gracias viejo.
- Y la otra ¿Para quién será? _ Kagome se acercó hacia su marido colocando las manos tras la espalda, su expresión de duda escondiendo un rastro de coquetería_ ¿podría ser para mi Inuyasha?
- Keh, si lo sabes para que preguntas_ él se ruborizó levemente y apartó la mirada.
No importaba que como matrimonio tuvieran todos los niveles de intimidad física existente, él aún era fácil de avergonzar con cosas simples.
- ¿Me la colocas?
Inuyasha apartó el largo cabello negro suavemente y enganchó la flor roja sobre la oreja de Kagome, ella le sonrió mostrando esa expresión dulce llena de amor que a veces aún le maravillaba pudiera dirigirse hacia él. Su esposa se puso de puntillas para tocar sus labios por unos segundos antes de apartarse divertida como si hubiera hecho una travesura, porque si alguien más en la aldea los viera se avergonzaría o pensaría que eran una pareja incapaz de controlarse.
- Gracias, es muy bonita.
- Hum…
Entre tanto Moroha estaba mirando hacia cualquier otro lado: las abejas, los árboles, las aves, porque ahora podía entender cuando Hisui le dijo que ver a tus padres amándose era una mezcla entre lindo, incómodo y a veces desagradable y empezó a escupir algunos improperios para el estúpido zorro que justo decidía no venir a molestar cuando le habría venido bien una distracción entre que sus padres se amaban allá atrás a su espalda. Pero Shippo era como un tonto gato callejero que vagaba de casa en casa entre la gente que lo quería pidiendo comida y alojamiento y otras veces se perdía y se iba a dormir solo al aire libre.
Así que iba a tener que acostumbrarse a un poco de incomodidad…pero en realidad era una buena incomodidad.
- Moroha ¿no vas a llevar tu espada o tu arco? _ la voz de su padre sonaba extrañada.
Se volteó hacia su familia quienes parecían haber terminado con su momento amoroso, Kagome se había tomado del brazo de su esposo.
- Ah, no_ el rostro de la niña adquirió un pequeño tono rojo_ solo por hoy pensaba que podría dejarlos en casa…es una fiesta, quería…_ su voz bajó hasta ser casi un susurro inaudible_ ¿puedo confiar en ustedes para que me protejan por hoy?
Las orejas de Inuyasha se movieron captando los sonidos que los oídos humanos de su esposa no podían:
- Siempre puedes confiar en nosotros para que te protejamos Moroha.
- ¡Lo se! Es que quería…ser una chica normal… ¿por hoy? _ ¿era un deseo tonto? ¿sus padres se iban a reír de ella? ¿era demasiado mayor para pedir algo así?
- Ah, esta bien_ Kagome se mordió el labio equilibrando sus emociones porque podía adivinar el trasfondo detrás de la petición de su hija_ es una fiesta solo ve y diviértete hoy, nos encargaremos si algo pasa.
- ¡Bien!
La familia de tres se encaminó con calma hacia el lugar de la ceremonia topándose con otras personas en el camino quienes iniciaron una breve conversación e Inuyasha recibió un pellizco en el brazo cuando su garganta amenazó con emitir un gruñido poco amistoso porque algunos chicos no le podían despegar los ojos a Moroha.
En su mayoría la etapa previa a la ceremonia y la boda salieron bien.
Al llegar al sitio Towa y Setsuna aparecieron vistiendo kimonos de diseño similar, pero con colores diferentes: azul claro y verde agua para Towa y violeta con azul oscuro para Setsuna, quien se había peinado el cabello de manera diferente, ambas llevaban flores en el pelo al igual que Moroha pero las de ellas fueron regaladas por Jaken en medio de lágrimas por no poder acompañarlas porque debía obedecer las órdenes de sus amas de mantenerse lejos de Inuyasha.
Intercambiaron cumplidos con su prima y un tono rosa adornó las mejillas de Setsuna al ser halagada. Miroku y Sango tampoco ayudaron porque se dedicaron a decir aún más cosas a favor de la apariencia de las niñas que solo hizo ruborizar aún más a la normalmente inexpresiva gemela y que Towa y Moroha recibieron con sonrisas y menos timidez. Luego Shippo e Hisui sufrieron un empuje bastante fuerte por todos lados para cumplir con su deber de decirles cosas lindas a sus amigas y el pelirrojo supo que le estaba llegando el karma por lo mucho que le solía gustar picar a sus amigos hace años para que fueran galantes con Sango o Kagome, ser el receptor era un dolor especialmente porque Inuyasha no tenía una cara de felicidad mientras los observaba.
El medio demonio recibió una mirada de su esposa que auguraba muchas represalias y poca diversión en el futón como no dejara en paz a los niños y arreglara sus malos modos de padre celoso, así que una vez que la bestia fue aplacada Shippo puedo decir con seguridad que todas se veían muy bonitas, Hisui por su lado lo hizo bastante bien también, hasta que el zorro y la cuarto demonio decidieron que empujarlo y darle de codazos y guiños sospechosos para que fuera especialmente galante con Setsuna es algo que los buenos amigos hacían así que el resultado fue que ante la pregunta "¿no crees que Setsuna esta especialmente linda hoy?" de Moroha y la afirmación entusiasta de Shippo se congelara, su cerebro se hiciera puré y no supiera que decir porque Setsuna estaba más allá de lo hermoso y no encontraba un halago adecuado y cuando lo encontró era demasiado vergonzoso para compartirlo.
La chica le envió una mirada fría al ver que no decía nada y luego de comunicarle que no tenía que mentir si no lo pensaba así, se fue del lugar dejándolo con deseos de que se lo tragara la tierra, Miroku vino en rescate de su hijo empujándolo de una forma no tan sutil para que moviera su tímido trasero y fuera a reparar el desastre con la chica que le gustaba y con quien siempre acababa quedando mal porque el pobre hombre ya veía que su hijo no iba a tener hijos con nadie como no lo ayudara. Tal vez debería considerar comenzar a preguntarle a las jovencitas elegibles si querían tener un hijo de su hijo…o si querían ser sus nueras…o darle nietos, ya encontraría una buena forma de pedirlo.
Luego de eso se llevó a cabo la ceremonia y todo fue bastante bien, no había forma de saber lo que pasaría en la recepción.
Todo fue un desastre, pero al menos fue un desastre divertido según la flamante nueva esposa de Kohaku.
La familia de la novia resultó tener algunos invitados de otros pueblos tan pintorescos como los invitados del novio, no porque fueran algo más que humanos sino porque todos tenían personalidades un tanto especiales.
Se les ocurrió dar discursos emocionales y muy vergonzosos para la pobre chica, ante lo cual Miroku no se quedo atrás con algunas anécdotas sobre Kohaku, cuando Shippo se paro porque quería hablar Hisui le insertó un panecillo en la boca para que se callara y no fuera a decir nada comprometedor.
Luego cuando comenzó a correr el licor varios invitados se achisparon rápidamente por ambos lados, Kin'u entre ellos, siendo abandonada por su hermana gemela quien fue a charlar con un educado y guapo joven primo lejano de la novia. Sango estaba demasiado ocupada tratando de sacarse a su marido de encima quien con un poco de sake ya quería llevarsela a un rincón para comportarse como adolescentes. Por su lado los propios adolescentes de la fiesta estaban ocupados intentando abordar a las gemelas medio demonio que no tenían encima a un padre raro con mala cara vigilándolas como la prima y las chicas tenían que deshacerse de ellos con educación porque nadie estaba siendo grosero así que no podían golpearlos. Hisui se fue a deprimir a una esquina mientras comía dejando desatendido a su amigo pelirrojo quien encontró la soledad ideal para ir a convencer a Kin'u de que le dejara probar el licor, lo cual consiguió pero salió terriblemente mal cuando demostró ser débil a la bebida, siendo incapaz de mantener sus colas escondidas así que acabaron a plena vista mientras Shippo se transformaba en un borracho depresivo que comenzaba a contar las penas de su vida y a tratar de rogarle perdón a Hisui por ser un cabrón la mitad del tiempo. Una vez que Moroha se dio cuenta no tardó en escabullirse de la vigilancia de sus padres que estaban saludando a la pareja de recién casados y pasó de tratar de ayudar a mantener a Shippo a raya a convertirse en otra borracha cuando no pudo evitar rechazar el reto del zorro ebrio sobre si ella sería más resistente al licor o no.
Acabaron ambos llorando a los pies de Hisui rogando su perdón y manifestando cuanto lo amaban, lo que en el caso de Moroha fue una desgracia porque Inuyasha escuchó y pensó que era una confesión de amor, así que fue hecho una furia a interrogar a Hisui sobre si la correspondía y cuales eran sus intenciones con la niña.
Quien se dió cuenta del estado ebrio del par fue Kagome al verlos riéndose mientras intentaban mantenerse en pie mutuamente y luego Shippo volvía a llorar y Moroha se convertía en una borracha reflexiva que divagaba sobre la naturaleza de la vida.
Kagome los sostuvo a los dos buscando la ayuda de Sango y Miroku quienes estaban ocupados arreglando lo que sea que pasara entre su hijo e Inuyasha. Cuando el medio demonio entendió rápidamente fue a ayudar a sostener a su hija repartiendo palabras enojadas entre ella y Shippo, Moroha se echo a llorar y Shippo decidió que era momento de retar a Inuyasha a un duelo por respeto por lo que el hombre decidió que necesitaba frenar al zorro antes de que hiciera algo tonto con sus poderes y lo venció en una épica guerra de pulgares lo que hizo que Shippo regresara a sus problemas existenciales.
La familia de la novia al ver esto pensaron que era una buena diversión y se organizò un torneo de vencidas del cual Towa fue declarada ganadora entre medio de grandes ovaciones.
- Lo siento por esto_ suspiró Kohaku con un fuerte rubor escondiendo sus pecas.
- ¿Por qué? Mi familia esta tan loca como la tuya_ Akiko sonrió_ ahora si me disculpas tengo algo que hacer.
- ¿Qué cosa?
- ¡Ir a tratar de vencer a esa chica! ¡tal vez no sea un medio demonio, pero pasé años ayudando en la cosecha, puedo intentar!
Akiko corrió a desafiar a Towa entre los vítores de su familia y Kohaku decidió que si no puedes contra ellos únete y fue a animar a su esposa para pasar luego a tratar de vencer a Miroku entre que una Sango confundida no sabía a quien animar y acabó gritando "¡vamos ambos!".
Rato después…
- No vas a salir de casa en una semana, olvídate de pensar que vas a ir a divertirte_ gruñía Inuyasha cargando a Moroha en su espalda_ ¡y tu Shippo no pienses que vas a entrar en mi casa esta semana! ¿oíste?
- ¿Eh? _ el zorro con voz desorientada y la lengua dormida levantó la cabeza desde la espalda de Hisui, sus colas caían hasta el suelo y sus oídos humanos fueron reemplazados por dos orejas de zorro sobre su cabeza siendo incapaz de mantener su transformación impecable por el licor_ ¿Qué?
- No puedo creer que los dos fueran tan irresponsables_ resopló Kagome_ hay una razón por la que los niños no beben, es dañino.
- ¡Pero mamaaa! _ Moroha también sonaba medio dormida y con la lengua traposa_ ¡las chicas de mi edad que se casan beben! ¡nadie me dijo que no!
- ¡Pues ahora te lo digo, nada de bebida hasta los veintiuno! ¡y tu Shippo no deberías beber hasta…_ comenzó a sacar cuenta con los dedos.
- ¡Los cien años! _ remató Sango con idéntica cara enojada.
Lamentablemente el estado mareado de Shippo le impedía contestar, un pie se destransformó dejando ver una enorme pata de zorro.
- Sango deberíamos apresurarnos, si Shippo se convierte en un zorro total no vamos a poder moverlo, al menos dejémoslo frente a la casa de la anciana Kaede_ repuso Miroku ayudando a Kin'u a caminar.
- Esperemos que los aldeanos no se asusten al ver a un zorro gigante mañana… ¿podemos dejar una nota que diga que es Shippo? _ Hisui ajustó a su amigo en la espalda haciendo una mueca por el peso.
- ¡Tengo una ideaaaa! _ Moroha alzo una mano como si estuviera en la escuela tambaleándose hacia atrás, Kagome rápidamente la acomodó otra vez en la espalda de Inuyasha_ ¡mamá dispárale una flecha! ¡así lo dejas congelado en el tiempo hasta que lleguen a casa y no se destransforme!
- Moroha…eso le dolería a Shippo.
- ¡Pero quiero que le duela! Él…_comenzó a olfatear y las lágrimas anidaron en sus ojos_ ¡dijo que era un bebé feo cuando nací! ¡me dolió!
- ¿Qué? ¡el chaparro ni siquiera estaba ahí cuando naciste! ¡estaba entrenando!
- ¿Uh?
La cara de la niña quedo en blanco unos momentos antes de encenderse en un tono escarlata profundo.
- ¡Cambio de planes! ¡yo le disparo, yo lo hago! ¡pásame el arco mamá! ¡te voy a patear el trasero zorro idiota!
Moroha apunto amenazadoramente hacia Shippo o lo que pensaba era Shippo, pero resulto ser un gato naranja que pasaba, Shippo solo comentó "que bonito día hace" a pesar de que era de noche.
- ¡Deja de moverte niña! Kagome deberíamos irnos Moroha es una borracha inquieta, se puede caer en cualquier momento.
- Pensé que alguna vez íbamos a tener a nuestra hija adolescente ebria pero no tan pronto. Nos vamos, a pesar de todo fue una buena fiesta.
- Sí…bueno, la mayoría de los adolescentes hacen cosas como esta de vez en cuando_ bromeó Miroku.
- ¿Lo dices por experiencia? _ picó Sango haciendo reír a Gyokuto quien estaba totalmente sobria por fortuna.
- Tienes demasiada buena memoria querida esposa.
Las familias se despidieron y caminaron hacia sus viviendas, Hisui quejándose porque Shippo en cualquier momento iba a ser incapaz de soportar la transformación e iba a quedar aplastado por su forma de bestia. El pelirrojo le iba a deber una grande. Towa y Setsuna sugirieron que mejor lo llevaran arrastrando para salvar la espalda de Hisui.
Moroha aún seguía quejándose a bordo de Inuyasha pero poco a poco el balanceo de su caminar la fue adormeciendo.
- Va a tener una jodida resaca mañana_ resopló él al sentir la respiración regular de la niña_ pensé que estarías más enfadada.
- Oh, lo estoy, pero es cierto que nunca le prohibimos expresamente beber_ la mujer junto sus dedos con cierta aflicción_ todo está funcionando tan bien que olvidé que Moroha no sabe muchas de las reglas básicas que deberíamos haberle dicho.
- No es tu culpa, yo tampoco nunca le dije nada, tiene mi olfato y asumí que odiaría el licor por el olor que tiene.
- Vamos a tener que ponerle unas cuantas reglas.
- Tenemos tiempo Kagome. No pienses cosas innecesarias.
Caminaron en silencio por un trecho acercándose a su cabaña lentamente.
- Ahora que recuerdo_ un colmillo asomó en el costado de la boca de Inuyasha cuando le dio una sonrisa ladeada a su esposa_ alguien tiene que retractarse de lo que dijo cuando estaba embarazada.
- ¿Uh? ¿Qué dije?
- "Shippo va a ser una gran influencia" "él es tan buen niño" "va a mantener a Moroha fuera de problemas" ¡keh! ¡siempre dije que la bola de pelos iba a ser un problema!
Una carcajada se le escapó a Kagome:
- ¡Bien, tu ganas! Amo a Shippo pero creo que es mejor que mis esperanzas de que Moroha tenga un amigo que la vigile vayan a Hisui o Towa, ellos pueden cuidar a esos dos cuando ningún adulto los esté viendo.
- No es una mala idea.
- ¿Eh? ¿no vas a entrar en modo padre celoso?
- No, por lo que conseguí de mi interrogatorio, ese niño va a ser el dolor en el culo de Sesshomaru no el mío.
Inuyasha se tensó al ver que se le había escapado el nombre de su medio hermano, observó a su esposa viendo si había una reacción:
- Kagome…
Ella tocò su brazo:
- Esta bien, no podemos fingir que no existe y estoy tratando de entender porque hizo lo que hizo. Estoy furiosa pero no lo odio Inuyasha, no creo que lo hiciera por maldad, él no es así.
- Pues yo odio al maldito y no creo que algún día lo perdone_ gruñó en voz baja.
El ambiente se volvió pesado, llegaron a la cabaña, Inuyasha dejó suavemente a Moroha en el futón, ella murmuró algo en sueños y se hizo un ovillo.
- Enciende el fuego, me encargare de desvestirla_ Kagome se arrodilló junto a la chica retirando la flor y depositándola con cuidado a un costado para ponerla en agua más tarde y deshaciendo el peinado primero antes de quitarle la ropa cuando la casa se calentara.
Inuyasha comenzó a trabajar y Kagome conociendolo como lo hacía, supo que estaba teniendo pensamientos oscuros sobre Sesshomaru, no quería dejarlo así, quería decir algo para distraerlo:
- ¿No crees que Hisui es tan divertido como Miroku a su edad pero de una manera totalmente diferente?
- Quien diría que el monje pervertido tuviera un hijo tan tímido_ Inuyasha sonrió y Kagome se felicitó mentalmente.
- ¿Verdad? ¿uh?
- ¿Pasa algo?
Los ojos de la sacerdotisa escanearon unos segundos las marcas en la piel de la espalda de su hija, pequeñas cicatrices que tenía en diferentes partes del cuerpo. Moroha tenía sangre demonio como Inuyasha, sanaban rápido y sin marcas, algo tenía que causar un daño serio para que quedara rastro por eso podían rasgarse la piel todo lo que quisieran para atacar con sus garras de sangre.
Se tragó las lágrimas a la fuerza obligándolas a no salir…Koga… ¿tan difícil era evitarle cualquier daño a una niña por catorce años? ¿sabía de esto? Tal vez Moroha nunca le dijo, tal vez fueran de después de que abandonara la tribu.
- Nada Inuyasha, vi un insecto, es todo.
Hablarían de eso en algún momento, cuando Moroha estuviera despierta y pudiera contarles. No ahora.
Continuará…
Amo a Moroha de verdad la amo, pero soy tan incapaz de escribir un fic totalmente oscuro y triste sin nada de luz como de dejar cualquier dosis de realidad fuera si el programa está planteando que Moroha tuvo una infancia trágica, creció sintiéndose sola y la paso tan mal como su padre. Soy así…pero en este fic ella tiene felicidad al menos y muchos momentos esponjosos con familia y amigos por si la serie escasea en eso. Towa y Setsuna tal vez también tengan sus momentos aquí.
Este ep tiene una mezcla enorme de cosas, aunque el otro tuvo drama y comedia a ratos…aquí viene de todo, a veces las cosas me salen contrastantes.
Las escenas Inukag no estaban planeadas, pero para los que no sepan me gusta en su mayoría el romance y escribir romance así que se me escapó…XD no puedo poner un matrimonio en escena sin que actuen como matrimonio.
Nos vemos en el prox. Ep ¿alguien más había detectado la mentira de Shippo ya? le mintió por una razón no solo por ser troll ;)
