Harry Potter, pertenece a J.K. Rowling.

Tokyo Ghōul, pertenece a Sui Ishida.

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Fem-Harry (como siempre).

Será convertida en una Ghōul, de forma igual a Kaneki.

Iniciará desde 1991 y no desde 1993. No tendremos a Fem-Harry (Artemisa), viajando atrás en el tiempo, como en el otro Fic.

Harem: Lily Potter (de una línea de tiempo alternativa), Hermione Granger, Daphne y Astoria Greengrass, Padma y Parvati Patil, Susan Bones (¿alguna otra Hufflepuff que se les ocurra, por favor?), Tōka Kirishima.

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Artemisa: Una Ghōul en Hogwarts (Versión 1.5) (O versión 1, pero modificada)

Capítulo 6: Primer Día.

Gracias a que Lily logró comerle el oído a Fudge, con esas acusaciones a Dumbledore, entonces el Ministro él estaría predispuesto a muchas ideas nuevas, que ella podría darle, para así otorgar otra cara a Hogwarts y al Mundo Mágico. Y, puesto que todos seguían en el salón, entonces la pelirroja de ojos verdes, decidió hacer el próximo movimiento. —Creo, Sr. Ministro —el hombre tuvo un espasmo, en ese momento. —Qué quizás lo mejor sería, otorgarle a la profesora McGonagall, el puesto de Directora y al profesor Flitwick, el de subdirector.

—Sí, por supuesto señora Potter —dijo Fudge, asintiendo. —Entonces, ¿tomará usted, las clases de Defensa y Pociones, hasta que se encuentre a otros maestros?

Lily asintió. —Así lo haré, si tal es su voluntad, señor Ministro. Pero creo que necesitaremos, de un Auror para las futuras clases de Defensa o me volveré loca.

—Sí, claro que sí —dijo él, para luego mirar a Amelia. — ¿Quién crees que desearía, tomar el puesto de Defensa, Amelia? Tu puesto, está en ser la jefa del actual Jefe de Aurores —bromeó, un poco.

—Quizás Dawlish pueda tomar el puesto —pensó Amelia. —Dumbledore se lo negó, al menos dos veces y por eso, se centró totalmente en su carrera de Auror.

—Hablaré con Dawlish, para aclararle lo ocurrido aquí y que se necesita, de un nuevo maestro de DCAO —dijo Fudge asintiendo. —Ahora, con permiso, pero necesito volver al Ministerio —y con eso, se despidió.

Cuando Pomona colocó su mano, en el hombro de Minerva, fue como si ella se reiniciara y entrara en acción. —Prefectos, por favor: lleven a los de primer año a sus nuevas Salas Comunes. Pronto, les enviarán la cena. Creo que cenar en el Gran Comedor, será demasiado para todos. —Los alumnos se despidieron y los alumnos de cada una de las cuatro Casas, salieron en fila.

—Por cierto, Minerva —comenzó Lily. —Debemos de desmontar, las trampas del sótano en el tercer piso y devolverles a los Flamel, su piedra, ¿no?

Minerva, Pomona y Filius, abrieron los ojos. Pero fue la nueva directa, quien habló. — ¿Cómo diablos tu...? —negó con la cabeza y soltó un largo suspiro. —Estaba orgullosa de ese ajedrez encantado, gracias al Engorgio, ¿sabes?

—Eran trampas de porquería, un niño podría haberlas atravesado, si lo piensas bien —Lily habló con la verdad. Cuando Filius lo pensó detenidamente, se dio cuenta de que era verdad y cerró los ojos, con aire culpable —todo porque Dumbledore sabía, que Quirrell había sido poseído por Ryddle y quería poner a mi hija a prueba, para ver si ella lucharía por "la Luz". El mismo lado de la luz, que mató a su padre. —Los maestros, hicieron una mueca ante esa realidad innegable. —El mismo lado de la luz, que protegía a Pettigrew y a Severus, quienes son Mortífagos.

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-/-/Sala Común de Hufflepuff/-/-

— (...) Por ese camino —señaló un Prefecto, a los niños de primer año que lo seguían. —Quedan las cocinas. —Se detuvo junto a unos barriles. —Ahora: deben de tocar este tercer barril del fondo, con un ritmo musical, usando sus Varitas Mágicas. —Al hacer la demostración, tres de las tapas de los barriles, desaparecieron y todos pudieron ingresar por un corto corredor, hasta el otro lado, encontrándose con una Sala Común.

Artemisa y Tōka abrieron los ojos, maravillada con el lugar. Estaba adornada con sillones, plantas redondas (como cactus que bailaban, dándoles la bienvenida a los nuevos Hufflepuff), estanterías acomodadas en las paredes, llenas de cachivaches y libros, alfombras mullidas, donde había algunos alumnos sentados o acostados. Toda la mueblería y el equipamiento están conjugados con los colores amarillo y negro.

Los alumnos en el suelo, saludaron a los nuevos, y pronto se escuchó un suspiro de alegría, haciendo a los alumnos girarse, encontrándose con una bruja de pelo corto, canoso y ondulado. Llevaba un sombrero de remiendos y desgastado. Su ropa se notaba que estuvo cubierta de tierra, al igual que sus uñas sucias. Recibió a sus nuevos alumnos, con una sonrisa en su rostro. — ¡Sean bienvenidos a su nuevo hogar, mis nuevos tejones! —enseñó sonrisas a los alumnos nuevos, quienes tenían sonrisas nerviosas en sus rostros. —Siempre es maravilloso, poder tener alumnos nuevos, a punto de descubrir tanta magia nueva. Quiero que recuerden los dos principios más importantes de Hufflepuff: El trabajo duro y la lealtad. ¿Entendido? —todos asintieron. —Por favor: siéntense en las sillas o en la alfombra, la cena... —agitó su varita, y los platillos aparecieron, todos se acercaron a los platillos —está servida. Hoy, tenemos como invitadas especiales, a Lady Potter y a Lady Bones, pues Lady Greengrass, ha vuelto a la Sala de Slytherin. —Amelia y Lily, saludaron a los alumnos, y se sentaron junto a sus hijas o sobrina. La cena transcurrió, con los alumnos de segundo a séptimo, contándoles muchas experiencias y atajos a los salones de clase y todo tipo de cosas, a los nuevos de primer año. —Ahora: si miran detrás de ustedes, encontrarán dos puertas redondas de madera que los llevarán a los dormitorios.

Niños y niñas, se retiraron por un mismo camino y los Prefectos, indicaron a los alumnos de primer año, su habitación compartida, la cual también estaba adornada con objetos de colores amarillo y negro, como los doseles de las camas, la alfombra y algunos colgantes.

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-/-/-/A la mañana siguiente/-/-/-

Artemisa fue la primera, en abrir los ojos. Miró su habitación y una sonrisa se dibujó en su rostro. Estaba junto a Tōka y Susan. Además, estaban Hannah Abbott y Sally-Anne Perks.

Volvió su mirada a la derecha y vio a Tōka despierta. Su amiga la miró y ella le sonrió. Artemisa caminó de puntillas, hasta la cama de Tōka, sonriéndole. — "Tienes hambre, ¿verdad?"

Tōka lo pensó, por un instante. — "Sí" —Sin borrar su sonrisa, Artemisa fue hasta su baúl, extrajo una heladera de icopor, extrayendo una bolsa de tiras de carne de ladrones y asesinos. La carne humana, les calmó la ansiedad a ambas.

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La profesora McGonagall era siempre diferente. Artemisa había tenido razón al pensar que no era una profesora con quien se pudiera tener problemas. Estricta e inteligente. Les habló en el primer momento en que se sentaron, el día de su primera clase. —Transformaciones es una de las magias más complejas y peligrosas que aprenderéis en Hogwarts —dijo—. Cualquiera que pierda el tiempo en mi clase tendrá que irse y no podrá volver. Ya estáis prevenidos. — Entonces transformó un escritorio en un cerdo y luego le devolvió su forma original. Todos estaban muy impresionados y no aguantaban las ganas de empezar, pero muy pronto se dieron cuenta de que pasaría mucho tiempo antes de que pudieran transformar muebles en animales. Después de hacer una cantidad de complicadas anotaciones, entendieron que así, sería la primera semana y probablemente, varias de las que vendrían por delante.

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El profesor Flitwick, el de la clase de Encantamientos, era un brujo diminuto que tenía que subirse a unos cuantos libros para ver por encima de su escritorio. Al comenzar la primera clase, sacó la lista y, cuando llegó al nombre de Artemisa, dio un chillido de excitación y desapareció de la vista. Cuando volvió, les pidió leer la introducción y el capítulo uno del libro y entonces, les dio una indicación importante. —En la pronunciación de los hechizos, deben de estar totalmente seguros. Pronunciación y movimiento de la varita. Esos dos, serán los más importantes, cuando realicen un encantamiento. —Les decía. —En su primer capítulo, está el ejemplo del mago Baruffio. No se olviden nunca del mago Baruffio, que dijo "ese" en lugar de "efe" y se encontró tirado en el suelo con un búfalo en el pecho.

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La clase que todos esperaban era Defensa Contra las Artes Oscuras. En la cual, tendrían a la profesora Lily Potter. —Bienvenidos a DCAO: Aquí, aprenderán sobre hechizos oscuros, hechizos malvados. —Especificó. Se giró hacía el tablero y agitó su varita mágica, y en el tablero, las tizas escribieron algunas palabras. Pero en cuanto su maestra, comenzó a hablar, olvidaron lo escrito en el tablero. —Las artes oscuras, también conocidas como magia negra, se refiere a cualquier tipo de magia que se utiliza principalmente para causar daño. Las artes oscuras abarcan muchos hechizos y acciones que van desde el uso de las Maldiciones Imperdonables, de pociones dañinas o venenosas a la cría de seres oscuros, como el basilisco, y su práctica es generalmente ilegal. A los profesionales se los conoce como Magos Oscuros o Brujas Oscuras, el más prominente y poderoso del Siglo XX, es Tom S. Ryddle, un mestizo, hijo de una Squib y un aristócrata Muggle. Sus seguidores, conocidos como Mortífagos, también practican las artes oscuras. —A Lily le alegró mucho, ver como todos estaban tomando apuntes. —Los tres tipos de Magia Oscura, más típica, son las Maldiciones —agitó su varita, y esa palabra fue escrita en el tablero, por las tizas, sin que su profesora las tocara, sino que parecía ser escrita, por alguien invisible. —es una herramienta de las Artes Oscuras y uno de los siete tipos de hechizos conocidos, siendo el peor tipo de Magia Oscura. Las maldiciones son usadas con la intención de hacer daño, controlar, o incluso matar a la víctima. —Todos anotaron las palabras de su maestra. —Después, están los Maleficios: la segunda de las tres. Estos suelen ser más oscuros que un embrujo, pero no tanto como una maldición, y generalmente causan un sufrimiento moderado a su víctima. Y, por último, pero no menos importante, está el Embrujo: se distingue por sus efectos negativos usados principalmente para el disfrute de los observadores y la incomodidad de su víctima. —La clase siguió de manera calmada. Y Lily no pudo evitar sonreír para sí misma. Ser maestra, fue algo inesperado y ahora, tenía dos materas por cubrir, en las cuales era una autentica genio, así que no le costaría mucho lograrlo. —Profesora Potter... suena bien.