SIEMPRE FUISTE TÚ
Hermione había entrado apresurada en la oficina de Harry, pues al Ron haberle dicho lo que había pasado y que él estaba de regreso en su oficina, ella no pensó dos veces y salió disparada.
Al entrar en la oficina, Harry estaba de espaldas a su escritorio, hasta que escuchó la puerta abrirse y se volteó para ver a su mejor amiga, con una expresión de enojo y preocupación a la vez en su rostro, lo que lo hizo llevar sus manos a la cara, sintiéndose avergonzado, pues además sabía que estaba a punto de recibir una reprimenda.
— ¡Harry James Potter! ¡Eres un grandísimo idiota!, — reclamaba ella, mientras sollozando se acercó a él y empezó a golpearlo con sus pequeños puños.
— ¡Hermione! ¿Qué? ¿Cómo? ¿Quién? — exclamó Harry sabiendo ya la respuesta e intimidado por la reacción de su amiga.
— Ron… me lo encontré, me contó que fuiste atacado, ¿Por qué no mandaste un patronus? — le dijo Hermione mirándolo con una mezcla de furia y preocupación.
''Lo sabía, Ron abrió la boca'' pensó Harry confirmando su sospecha un poco molesto, ya vería como reclamarle después.
— Hermione estoy bien… — dijo el ojiverde tratando de calmarla.
— ¡Dios! Estaba preocupada, pensé que estabas grave. — terminó de decir sollozando la castañal, mientras lo revisaba de cabo a rabo en busca de heridas graves, pero solo logró ver unos cuantos rasguños, asegurándose de que estaba bien.
Se abrazaron por un largo momento, en el que ninguno supo cuanto tiempo pasó.
Harry había correspondido a su abrazo. Sintió que pasaron varios segundos, aunque en realidad no estaba consciente de cuánto tiempo duró ese abrazo, lo que si sabía era que los abrazos de Hermione, siempre le habían gustado. Lo hacían sentirse querido, amado.
Se separaron lentamente, hasta que quedaron frente a frente y mirándose fijamente a los ojos por unos segundos que parecieron horas, en los que Harry pudo detectar un brillo en los ojos miel de Hermione.
La castaña sin poder evitar el impulso que su preocupación le causaba, tomó su rostro con ambas manos y lo besó en los labios.
Segundos después de que Harry vio el brillo en los ojos de ella, sintió las manos de la castaña acariciar su rostro y seguidamente sintió sus labios sobre los de él. Lo había tomado desprevenido, sus ojos se abrieron como platos por la sopresa, pero al sentir sus cálidos labios cerró sus ojos y empezó a corresponder el beso. La tomó por la cintura, sintiendo como ella rodeaba su cuello con sus brazos y luego deslizaba los dedos de sus manos, por su negro cabello rebelde.
No pasó mucho tiempo, cuando a ambos los recorrió por todo su cuerpo, una onda de electricidad, que hizo a sus corazones acelerarse y latir al compás del otro, frenéticamente.
El suave beso se convirtió rápidamente en un beso lleno de pasión, haciéndose demandante cada vez más y prolongándose cada segundo, llevando a Harry, a tener una especie de flashbacks en su cabeza.
"¡Caracoles hervidos! ¡Eres Harry Potter! He leído mucho sobre ti"
Una pequeña niña de pelo alborotado y castaño se coló en su cabeza, saliendo de la sombra de sus recuerdos.
Sus pequeñas y coloradas mejillas. Sus grandes y tiernos ojos café. Su aguda voz...
La Hermione de once años estaba parada frente a él de nuevo…
Pero por alguna razón, iba cambiando muy deprisa.
Al principio le costó entender que estaba viéndola crecer a una velocidad alarmante…
Vio cómo aquellos rasgos que la caracterizaban seguían ahí, pero su voz se volvía más madura…
"¡Harry! ¡Es tan bueno volver a verte!". — una Hermione de doce años estaba parada frente a él, a punto de iniciar su segundo año en el colegio, aunque en ese momento, ambos se encontraban en el callejón Diagon.
El tiempo siguió corriendo y podía distinguir a pesar de la gran velocidad, cada momento de ese año que habían vivido juntos. Todas las carcajadas, regaños, sonrisas y lágrimas que ella había producido.
Lo mismo sucedió con su tercer año. Seguía siendo la misma chica, pero notaba cierta diferencia en ella, pues ya no era una pequeña niña, de pequeña estatura que él había visto por primera vez.
Cuando llegó a su cuarto año, los recuerdos comenzaron a parar en momentos específicos…
La llegada a la madriguera, donde ella lo saludó desde el otro lado de la cocina.
El temor que había sentido por ella la noche que atacaron a todo el público en la Copa Mundial de Quidditch.
La furia que sentía hacia Malfoy por insultarla.
Lo mucho que valoró el que ella fuera la única que se había quedado hasta la madrugada para ayudarlo.
Lo hermosa que se veía en aquel vestido azul y como le había quitado el aliento, al pasar junto a él con una pequeña sonrisa tímida.
Su mirada preocupada al escuchar sobre el torneo. El cariño y protección que ella tenía con él y como él quería pasar secretamente, más tiempo del normal junto a ella.
Esa presión que sintió en su pecho, al verla asistir al baile con Viktor Krum.
El beso en la mejilla que ella le había dado al despedirse en la estación de KingCross…
Como ella se había preocupado por las marcas que Umbridge había dejado en sus manos…
La angustia y el dolor que sintió al creer que la había perdido, cuando Dolohov, lanzó su maldición hacia ella…
Cuando ella a pesar de estar en peligro, nunca se separó de él en la búsqueda de horrocruxes…
El sacrificio que hizo con sus padres para poder seguirlo a él, a lo que podría ser su muerte, en la búsqueda de horrocruxes…
El dolor, la angustia y la impotencia que sintió al oir sus gritos, al ser torturada por Bellatrix Lestrange en la mansión Malfoy…
Ella nunca lo dejó solo, ni un maldito segundo, siempre estuvo a su lado, preocupándose por él y cuidando de él…
Su rostro lloroso y el abrazo que le había dado al saber que él tendría que entregarse a Voldemort y caminar hacia el bosque prohibido…
Su intento de no querer soltarlo y decirle que iría con él, cuando supo que tenía que entregarse…
….
Y entonces, lo comprendió todo…
Los recuerdos siguieron invadiendo su mente, hasta que lentamente dejaron de besarse, se separaron y abrieron los ojos.
Hermione miró a Harry y se sintió completamente avergonzada con lo que había hecho. Se había dejado llevar por un impulso, por su preocupación y por el deseo que tenía de probar sus labios. Cuando sus miradas se encontraron, ella asustada llevó sus manos a su boca, sonrojándose, sorprendida por lo que había pasado, mientras lentamente retrocedía y salía corriendo de la oficina de su mejor amigo, mientras él seguía paralizado sin salir de su trance de recuerdos y sorprendido por lo que acababa de pasar.
La verdad cayó sobre él como un balde de agua fría, pues con ese beso se había dado cuenta de que estaba enamorado de Hermione, ella siempre había sido su única constante. Con una sonrisa tonta en el rostro, empezó a caminar hacia la puerta por donde su amiga había salido hace unos segundos y se dirigió a su oficina.
Mientras caminaba, su mente seguía invadiéndolo de recuerdos. Recuerdos de él y Hermione, mientras también pensaba en lo que acababa de ocurrir.
''Había besado a su mejor amiga y le había gustado'', ''Estaba enamorado de ella''…
''¡Por los pantalones de Merlín!, Había probado esos labios, tenía que volver a besarlos, pues iba a ser una tarea difícil alejarse de ellos y de ella''…
''Jamás había sentido algo así al besar a una mujer. Ni Cho, ni Ginny, lo hicieron sentir así''…
''Aunque para ser sincero, nunca había estado realmente enamorado de Ginny, ni de Cho, pues se había dado cuenta que habían sido solamente atracciones. La diferencia estaba en que apreciaba a la pelirroja, ella era su amiga''.
''Pero regresando al presente, el beso que había compartido con Cho o con Ginny, eran NADA, comparado al beso que se acababa de dar con Hermione''…
''iba tras ella. La besaría y le confesaría su amor''…
Mientras tanto, la castaña había entrado en su oficina y empezó a dar vueltas de un lado a otro, tratando de calmarse por lo que acababa de pasar.
''¡Había besado a Harry!''.
''¡Había besado a su mejor amigo!'', ''¡Había arruinado su amistad!'', ¡pero por Merlín que ese beso había superado sus expectativas!. Se sintió tan correcto.
''¡Por Merlín, lo besé!'', ''y en lo único que pienso es que sus labios ya son una droga para mi''.
''Había escuchado a Cho, en su quinto año, hacerle un comentario a su amiga Marietta, sobre lo bien que Harry besaba y también escuchó a Ginny, en su sexto año, hablar de los perfectos labios de Harry y de lo bien que besaba''.
''Pero ese beso que se habían dado hacía unos minutos, no podía ser clasificado solo como, ''bien'' , eso había sido el bendito paraíso''.
''Harry besaba extremadamente bien'', ''quería volver a besarlo, pero no estaba segura de si eso volvería a pasar''…
Daba vueltas y vueltas, agarrándose el pelo ya desordenado, cuando escuchó la puerta abrirse y se giró para ver entrar a su mejor amigo de ojos verdes. Sus ojos se abrieron como platos, dirigiéndole una mirada avergonzada y estaba segura que su rostro ardía, debido a su sonrojo.
— Harry… yo … lo siento — empezó a decir la ojimiel. Su voz temblaba, mientras seguía dando vueltas de un lado a otro.
— Hermione… — trató Harry de llamar su atención, mientras metía sus manos en los bolsillos de su pantalón.
— ¡Lo arruiné todo!, ¡arruiné nuestra amistad!, tienes todo el derecho a alejarte de mi —. decía ella escandalizada.
— Hermione… —
Alzó un poco más la voz, pero Hermione seguía escandalizada, caminando de un lado a otro.
— ¡Me dejé llevar por la preocupación que sentía!, ¡me dejé llevar y lo arruiné, Harry, arruiné nuest…..! — seguía diciendo ella sin parar, hasta que fue interrumpida por Harry, ya desesperado.
— ¡Hermione! — gritó el azabache, haciendo reaccionar a su amiga y que ella lo mirara con sus ojos un poco empañados en lágrimas.
— ¡¿Puedes callarte un momento?! — pidió Harry, mientras se acercaba a ella y sujetaba su rostro con ambas manos, la miraba directo a los ojos con esos hermosos orbes verdes, que le hacían temblar las rodillas y perderse en ellos.
Acariciaba sus mejillas con sus dedos, mientras ella lo miraba confundida y asustada.
Sin poder contenerse más, Harry la besó. El beso era demandante, cada vez más. La besó con todo el amor que ahora sabía sentía por ella. Ella correspondió gustosa y volvió a entrelazar sus brazos en el cuello de él, mientras sentía sus brazos deslizarse alrededor de su cintura. El beso se profundizó aún más.
Al despegarse, Harry volvió a sujetar su rostro y la miró a los ojos, pero antes de poder decir algo, ella se adelantó.
— ¿Por qué ha sido eso, Harry? — preguntó ella aún confundida y con sus ojos todavía llenos de lágrimas.
— Por que con ese beso que me diste, me di cuenta de que te amo, siempre te he amado, siempre has sido tú y realmente he sido un tonto por no haberme dado cuenta antes — aclaró él, mientras ambos juntaban sus frentes.
Hermione sonrió, derramando lágrimas, pero de felicidad. No podía creer que Harry le estuviera correspondiendo y diciéndole que la amaba. Esto era un sueño vuelto realidad.
— Tengo que dejar de hacer llorar a las chicas a las que beso — dijo Harry sonriendo un poco y haciendo reír más a la castaña.
— Tonto … — dijo Hermione sonriendo.
— Creo que pude haber empezado a darme cuenta de lo que siento por ti, un poco antes del beso, pero no estaba seguro aún y no quería lastimarte — dijo el ojiverde — pues fue por un ''pequeño'' ataque de celos con Viktor Krum, me enfadé y necesitaba desquitarme con algo. Así que salí furioso del ministerio, pero con lo que no contaba era encontrarme con unos cuantos mortífagos allí afuera y no me quedó de otra que enfrentarlos — terminó de decir Harry, sonrojándose ante lo que pensó que sería otra reprimenda, pero como vio que Hermione hacía ademán de seguir escuchando, el continuó.
— Hoy por la mañana, Viktor apareció en el ministerio por motivos de trabajo por supuesto, pero al acabar de conversar sobre esos asuntos, él decidió hablarnos a Ron y a mi de que trataría de conquistarte ahora que habías terminado tu relación y en ese instante, mi mente se nubló y no pude recordar lo que habías confesado sentir por mi y solo imaginé verte con él y sin pensarlo, me abalancé sobre él agarrándolo del cuello hasta que Ron, que también estaba furioso maldiciéndolo, me dijo que me detuviera. — dijo Harry, haciendo una mueca de desagrado.
Hermione negó con una sonrisa en su rostro, mientras miraba a Harry con dulzura y todo su amor.
— Harry, llevó enamorada de ti desde que estamos en cuarto año en Hogwarts y esperando a que me vieras como una chica deseable y que podría gustarte. Ahora que por fin lo haces, ¡¿Crees que voy a ir a los brazos de Víktor Krum?! Él podrá ser famoso, estrella de quidditch y todo lo que quieras, pero no voy a ir a sus brazos, ¡Cuando te tengo a ti! — exclamó la castaña, un poco sonrojada ante sus palabras, acariciando la mejilla de Harry, mientras él la sostenía con sus brazos alrededor de su cintura.
— Hermione, ¿Por qué yo? — preguntó Harry algo apenado — me refiero a ¿Por qué yo, cuando tienes quien sabe cuantos magos detrás de ti? —
— Uno no elige de quién enamorarse y después de tantas aventuras juntos, eres tú de quien me enamoré y si tuviera que elegir, te elegiría a ti un millón de veces. Eres un hombre maravilloso Harry, aunque no lo veas, tienes el corazón más grande y generoso que conozco. Amo tu sensibilidad, tu sencillez y tu humildad. Además eres una de las dos únicas personas en las que puedo confiar totalemente. — le dijo Hermione, mirándolo a los ojos con dulzura.
Ella no fue la única que se había sonrojado, pues Harry tenía el rostro ardiendo debido a su sonrojo, causado por las palabras de la castaña.
— Creo que entonces solo tenemos una cosa que cambiar y es la manera de estar juntos — dijo Harry, creando un pequeño gesto de confusión en ella, el cual no tardó en aclarar — ¿Serías mi novia? — preguntó el ojiverde, con una sonrisa.
— ¿En serio me preguntas eso, Harry? — contestó la castaña, levantando una ceja — ¡pensé que ya era obvio que si! — dijo Hermione, con una sonrisa imborrable, mientras él ojiverde con una sonrisa, volvía a juntar sus labios con los de ella.
Se fundieron en otro profundo y largo beso, sin la intención de separarse, hasta que el oxígeno se hizo necesario.
Sus miradas se conectaron atrayéndolos y haciendo que sus cabezas volvieran a inclinarse para volver a besarse, cuando la puerta del despacho de Hermione se abrió y una cabellera pelirroja entró por ella, interrumpiendo su próximo beso y causando que ambos se sonrojaran y se separaran rápidamente.
Ron los miró sonriente, había visto el movimiento de ambos, estaba seguro que iban a besarse, los escaneó notando que ambos estaban rojos.
— ¿Entonces? ¿Qué me perdí? — preguntó Ron, con una sonrisa pícara en sus labios, oh iba a disfrutar aquello.
— ¿Eh? — exclamó Harry buscando que decir.
Hermione parecía estar en una especie de shock, no cabía de felicidad, quería saltar, quería brincar, o inclusive volar a pesar de tener miedo a las alturas.
Ron cruzó sus brazos y se les acercó, la sonrisa en su rostro no se desvanecía.
— ¿Saben? No soy un experto, pero ambos tienen síntomas de una rara enfermedad... ¿Estarán enfermos? Sus rostros están rojos, deben de tener temperatura, Harry amigo, parece que estas a punto de sudar, ambos tienen un poco hinchados los labios, ¿Será intoxicación? Hermione estas ida... si, creo que ambos tienen algo... — empezó a bromear el pelirrojo.
— No, Ron. No estamos enfermos... nosotros... — trataba de decir la castaña, luego de haberse mirado con Harry y darse cuenta ambos de que efectivamente estaban rojos y no lo podían negar más.
— Están enamorados, si, están enfermos de amor — interrumpió Ron.
Sus dos mejores amigos muy sonrojados se tomaron de las manos, se limitaron a sonreír y asentir, mientras el pelirrojo se abalanzaba sobre ellos con un enorme y asfixiante abrazo, felicitándolos.
— ¡Ya era hora! — exclamó Ron, con entusiasmo y una sonrisa imborrable — ¡Felicitaciones a ambos! —
— Oye, se que te dije que no le dijeras a Hermione, por que no quería que se preocupara — Le dijo Harry a Ron, notando que su amiga los miraba a ambos con sus ojos entrecerrados — pero… te lo agradezco, si no le hubieras dicho, esto no habría pasado en este momento — declaró Harry, levantando sus manos unidas haciendo notar que ahora estaban juntos.
— De nada, amigo — se limitó a decir Ron, con una sonrisa enorme — aunque fue ella la que me obligó, con esa mirada aterradora que sabes que me hace hablar — dijo el pelirrojo, un poco sonrojado.
— Por cierto, cuando salgamos y vayamos a casa, curaré tus heridas — dijo Hermione, con firmeza — y no me discutas Harry Potter — protestó la castaña, notando que su mejor amigo iba a protestar, haciendo que este asintiera como niño regañado.
Luego de su momento romántico, habían salido los tres dirigiéndose hacia la sala de juntas, pues Ronald había ido a la oficina de su amiga a avisarle que tendrían una reunión con los aurores y para su suerte, Harry estaba con ella.
Por la noche, los tres se dirigieron al departamento de Hermione, donde decidieron que pedirían una pizza y tomarían algunos tragos, pues al día siguiente era sábado y no tenían que asistir al ministerio, además de que querían pasar una noche entre amigos y Ron había pedido que lo pusieran al tanto de lo que había pasado entre ellos, provocando que Harry y Hermione se sonrojaran violentamente.
Ambos amigos, ahora pareja, le contaron como había pasado todo entre ellos, desde que Ron le había dicho a Hermione lo sucedido y que Harry estaba de vuelta en su despacho.
Luego de ponerlo al tanto, mientras Harry llevaba su botella de cerveza de mantequilla a su boca, Hermione mencionó que después de la reunión que habían tenido, Viktor Krum había ido a verla a su despacho, lo que provocó que el azabache reaccionara, poniendo su botella de cerveza sobre la barra de la cocina, haciéndola resonar por toda la estancia del apartamento y levantando una ceja con total incredulidad y fastidio, mientras Ron casi escupe la bebida que tenía en su boca.
— ¡¿Y que te dijo o hizo?! — exclamó Harry, fastidiado y dirigiendo una mirada de incredulidad hacia su mejor amiga y novia.
— ¿Hizo?... no él… — comenzó a decir Hermione confundida por el tono y actitud que el azabache había empleado.
Harry arrugó el entrecejo y tomando la cerveza con fuerza la interrumpió.
— Ese idiota musculoso … — mascullaba el azabache con su mandíbula tensa, cuando Hermione lo interrumpió.
— ¡Harry! — llamó su atención la castaña, con un poco de burla — ¡No pasó, ni pasará nada con Viktor! ¿de acuerdo? — trataba de dejar claro la chica.
— ¡Ese idiota te quiere a ti! — exclamó Harry, mientras trataba por todos los medios de tranquilizarse y no levantarse del banco en el que estaba sentado al lado de la barra y frente a Hermione.
— ¿Y eso qué? — preguntó ella con un poco de diversión, causada por los notorios celos de Harry.
— ¡¿Cómo que y eso qué?! ¡Nadie va a tocar a mi novia...! — rebatió Harry enojado.
— ¡Harry! ¡Nadie me va a tocar sin mi consentimiento! — declaró Hermione, haciendo que Harry sonriera orgulloso de ella.
— Pero... ¿Y si me cambias? Por él… ¿por ese pelón? — agregó Harry volviendo a estar con los celos por las nubes, al acordarse de Krum.
— ¡Yo estoy enamorada de mi mejor amigo! Y eso no va a cambiar — aclaró Hermione, levantándose de su banco y acercándose al ojiverde.
El azabache parpadeó viendo como la castaña se le acercaba con una sonrisa ladeada.
— ¿Estas segura de eso, Granger? — preguntó Harry, entendiendo su juego y siguiéndolo, mientras se levantaba de su banco caminando un poco hacia ella y cruzando sus brazos, mientras Ron miraba de uno a otro, divertido con su juego.
Hermione, con su mano izquierda, acarició su mejilla y luego enredó sus dedos en el desordenado cabello del azabache.
— ¡Pruébame, Potter! — dijo la castaña, en un tono juguetón y atrevido, para luego atraer la cabeza de Harry hacia ella y juntar sus labios en un ''rápido'' beso que se estaba prolongando, con Harry tomándola de la cintura, hasta que Ron tuvo que carraspear para que se separaran.
— ¡Oigan! Estoy feliz por ustedes, pero ¡No se babeen la cara en frente de mi! — exclamó el pelirrojo, con fingido enfado.
A regañadientes se separaron sonrientes y ambos pasaron su lengua por sus propios labios, saboreando aún los labios del otro.
''Había sido un idiota por no haberse dado cuenta antes, de lo enamorado que estaba de Hermione y de cuanto la amaba, pero estaba seguro de que ese amor crecería cada vez más'' pensaba Harry.
''Se sentía sumamente miserable y culpable por todo lo que le había hecho pasar a su mejor amiga, sin estar enterado de sus sentimientos por él y le tenía más respeto aún, al darse cuenta por cuanto tiempo lo amó y lo fuerte que fue y se mostró frente a él y los demás, cuando su corazón estaba destrozado. Se prometió a si mismo, compensar todos esos momentos en los que la hizo sufrir y hacerla completamente feliz, todo el tiempo que estuviera con ella, que esperaba que fuera el resto de su vida. Le demostraría, tal y como ella le demostró a él por tanto tiempo, todo el amor que siente y sentirá por ella, a medida que pasara el tiempo''.
''Haría cualquier cosa por ella'' se encontraba Harry cavilando en sus pensamientos.
Mientras tanto, Hermione les contaba con desgana, lo que había ocurrido con Viktor después de la reunión.
Flash Back
Hermione había salido de la reunión y entrado a su despacho, cuando escuchó que tocaban la puerta.
— Adelante — dijo la castaña, mientras tomaba asiento detrás de su escritorio.
Cuando la puerta se abrió, vio entrar a Viktor Krum por ella y recordó lo que Harry le había dicho horas antes, sobre que él búlgaro les había dicho a él y a Ron, que planeaba invitarla a salir y conquistarla, cosa realmente imposible.
— ¡Viktor! — exclamó Hermione, con un poco de emoción.
— Hola, Hermione — saludó de regreso el búlgaro, haciendo un gesto de satisfacción al ver a la castaña sorprendida por que había logrado pronunciar bien su nombre, después de tanto tiempo.
— ¿A qué debo el honor de tu visita? — preguntó Hermione.
— Quería invitarte a que vengas conmigo a un partido que tendré este fin de semana. Que me vengas a ver jugar y luego podríamos tener una cita — dijo Krum un poco sonrojado — sigo muy enamorado de ti y me gustaría que me dieras la oportunidad para estar contigo.
Hermione se había quedado paralizada, sonrojada y sin habla ante la declaración de Krum, hasta que él pasó su mano frente a ella varias veces y la sacó de su trance.
La ojimiel sonrió con algo de pena, mientras tomaba su mano cariñosamente.
— Viktor, agradezco tu honestidad y tu invitación, me siento halagada, pero no puedo aceptar, ni corresponderte. Estoy enamorada de alguien más — terminó de decir con tono suave.
Él búlgaro se sonrojó y bajó su mirada avergonzado.
— ¿Sigues enamorada de Pot…? — se atrevió a preguntar Krum con un tono de envidia y odio, hasta que la castaña lo interrumpió, con deje de molestia por el tono que usaba para referirse a su mejor amigo.
— Sigo enamorada de Harry y ahora estoy saliendo con él — dijo ella, con una sonrisa tonta y tratando de aclarar, disculpándose con él por rechazar su invitación.
— Entiendo. Siempre le he tenido envidia y celos a Potter. Lamento esto, Hermione. Ha sido un placer verte y posiblemente nos sigamos viendo mientras estoy trabajando por estos lados. — Dijo Viktor desanimado, levantándose y caminando hacia la puerta.
Fin del flashback
— ¿Ahora si estas tranquilo y seguro? — preguntó la castaña a Harry, mientras él tomaba un trago de su cerveza y la ponía en la barra.
— Hermione, confío en ti y lo sabes, pero eso no evita que me ponga celoso de cualquier imbécil que se te acerque — aclaró el ojiverde.
— Los estoy vigilando a ambos — dijo Ron, señalándolos con su dedo, mientras sostenía su botella en la mano — aunque se que se adoran y que no se harían daño intencionalmente, nunca está demás vigilarlos — aclaró el pelirrojo entrecerrando los ojos.
Estuvieron un rato entre los tres, un rato para el trío dorado, pues habían acordado reunirse también en casa de Hermione, con Ginny, Neville y Luna, que una hora después estaban tocando a la puerta.
Harry y Hermione, estaban en ese momento un poco perdidos en una conversación entre ambos, así que Ron tuvo que ir a abrir la puerta. Cuando llegó a la puerta, recibió a su hermana con Neville y luego entró Luna, quien se lanzó a los brazos de Ron, para saludarlo con un beso en los labios.
Cuando los cuatro estuvieron adentro del apartamento, se quedaron paralizados en la entrada y tratando de no hacer mucho ruido, pues habían entrado y miraron como Harry y Hermione, estaban abrazados y se habían dado varios pequeños besos en los labios. Pero al ver esto, la emoción no les permitió a las chicas permanecer en silencio, a penas los vieron besarse, ellas gritaron haciendo que Harry y Hermione, se separaran un poco sonrojados.
— ¡Por Merlín y Morgana!, ¿Cuándo pasó esto? — gritó Ginny emocionada.
— De hecho, ocurrió hoy por la tarde en el ministerio — aclaró el azabache mientras abrazaba a Hermione por la espalda y depositaba un tierno beso en su cabeza y luego en su mejilla, haciendo a su mejor amiga sonrojarse aún más.
Muy emocionados todos los demás, se las arreglaron para contestar en coro.
— ¡Ya era hora! — gritaron al unísono, Neville, Ginny y Luna, mientras Ron solo se reía de sus amigos y tomaba la mano de la rubia.
— ¡JA!, lo mismo les dije yo esta tarde, cuando los descubrí — declaró el pelirrojo.
Harry y Hermione se miraron compartiendo una sonrisa y bastante ruborizados.
— Me había desanimado un poco, después de que mamá los interrumpió en la cocina la otra noche — dijo Ginny — ¡Pero al final si pasó!, ¡Felicitaciones chicos! Esperen a que los demás compañeros de Hogwarts se enteren. De hecho, creo que todo el colegio esperaba que ustedes dos salieran juntos, al menos después de nosotros Harry, aunque creo que desde antes. — finalizó la pelirroja sin incomodidad alguna.
(La relación que había tenido Harry con Ginny, había durado muy poco, pues Harry había decidido darle la oportunidad cuando ella lo asaltó con un beso en la sala común de Gryffindor después del partido, pero no fue más que eso, ya que el chico de ojos verdes nunca estuvo enamorado de ella y luego de darse cuenta de que la menor de los Weasley estaba más que todo enamorada de su fama, decidió terminar la relación y quedar como amigos. Siempre la vio como la hermana menor de su mejor amigo).
— Soy testigo de eso. Pues escuché a varios haciendo apuestas de que algún día ustedes se iban a juntar, sino preguntenle a George, ya saben que él y Fred, vivían haciendo las apuestas. Incluso yo aposté — Dijo Neville, un poco sonrojado ante su confesión de la apuesta, notando que también Harry y Hermione se habían ruborizado bastante al saber que habían apostado por ellos.
— Al parecer todo Hogwarts lo sabía, menos nosotros — dijo Harry, con un poco de pena.
— Si. También sabíamos lo de Hermione, siempre fuiste bastante obvia — dijo Neville cuidadosamente, viendo a sus dos amigos volver a sonrojarse y competir con el cabello de los Weasley.
— No para mi — aclaró Harry avergonzado — Por idiota nunca me di cuenta. Hoy es otra historia y no voy a dejarte ir — dijo él abrazando a su ahora novia y con una sonrisa en su rostro.
— ¿Recuerdan cuando Harry terminó con Cho, por que ella lo engañó con aquel chico de su misma casa? — preguntó Neville, mientras veía a Hermione abrir sus ojos como plato y sus mejillas enrojecer ante el recuerdo.
— Cuando Harry nos contó a Hermione y a mi, Hermione estaba tan molesta que corrió a buscarla y la abofeteó en medio del gran comedor — recordó Ron, soltando una carcajada ante el recuerdo.
— Luego le dije que como se atrevía a lastimarlo, que Harry es la persona más dulce y fiel que he conocido. Le dije que era una bruja cruel y que no se merecía el amor de Harry. Ustedes dos presenciaron todo detrás de mi, pero no se atrevieron a intervenir y si, acepto que fui bastante obvia — recordó la misma Hermione, con su rostro en llamas.
Harry sonrió ante el recuerdo y abrazó a Hermione.
— Gracias, Hermione — dijo el ojiverde, con sus mejillas enrojeciendo un poco.
Ron, Neville, Luna y Ginny, los miraban con ternura hasta que decidieron cambiar el tema y disfrutar todos la noche.
Luego de esa noche entre amigos, Harry y Hermione habían empezado a irse juntos al ministerio. Harry pasaba a buscar por la mañana a Hermione por su apartamento y se iban juntos hacia el trabajo.
El Lunes, cuando Harry tocó a la puerta de Hermione, esta abrió y se quedó boquiabierta y sin palabras al ver a Harry.
''Por Merlín, había olvidado por un momento, lo extremadamente sexy y apuesto que se miraba con su uniforme de auror, aunque siempre se miraba así, incluso después de sus misiones a pesar de lo maltratado que regresaba. Pero cabe destacar que estando frente a su puerta, a primera hora de la mañana, recién bañado, oliendo a su deliciosa colonia y con su uniforme de auror, era demasiado. Se veía increíblemente apuesto y sexy'' pensó la castaña.
— ¿Qué? ¿tengo algo en la cara? — preguntó Harry, llevando sus manos al rostro, al ver la expresión de su novia.
— ¡No! Para nada, es solo que… te ves muy apuesto y bastante sexy con tu uniforme de auror — dijo Hermione, saliendo de su ensoñación, sonrojándose y mordiéndose el labio, gesto que Harry no pasó desapercibido.
El ojiverde bajó su rostro, un poco afectado por sus palabras, sonrojándose y con una hermosa sonrisa ladeada, que hizo que a la castaña le temblaran la rodillas.
— Tú también te ves hermosa y sexy con tu uniforme, Granger — halagó Harry con galantería, sin borrar su sonrisa — ¿Nos vamos? — preguntó él, ofreciéndole su brazo.
— ¡Oh! Claro — dijo Hermione sonrojada, mientras salía y cerraba la puerta.
Caminaron hasta un punto donde no hubieran muggles merodeando, se tomaron de las manos y desaparecieron con dirección al ministerio.
Al llegar al ministerio de magia, se encontraron con Ronald a la entrada de este y entraron los tres juntos. Hermione caminaba en el medio de los dos hombres con sus brazos entrelazados con ambos. Ellos decían que siempre entrarían así para ser sus escoltas y aunque su amiga se había negado al inicio, finalmente aceptó esto ya que le gustaba caminar escoltada por sus mejores amigos.
Al ingresar al ministerio las personas que los veían entrar así, sabían que era algo completamente natural entre ellos tres. Después de todo eran el trío dorado y los héroes de la guerra.
Bertram Wolfgang venía caminando hacia la entrada, aún venía lejos como para ser notado por los tres amigos, de modo que solo el los vio y también pensó que era algo usual entre ellos tres. Todo se veía bien hasta que se despidieron de Ron, que tomó su camino hacia el departamento de aurores, lo que hizo preguntarse a Bertram, ¿Por qué Potter no se había ido con él?
Unos segundos después, la respuesta a su pregunta se respondió sola al ver a Hermione tirar del brazo de Harry hacia una esquina escondida. Al apuesto auror alemán le ganó la curiosidad y se asomó por la pared para ver a la castaña estamparle un beso en los labios a Harry Potter, quien empezó a responder el beso con entusiasmo, rodeándola con sus brazos en un beso bastante acalorado.
Los vio separarse y quedar ambos sin aliento. Luego Hermione tomó su varita y compuso las ropas de ambos y el cabello aún más desordenado de Harry.
Bertram se retiró antes de que se movieran, de modo que ninguno de los dos se dio cuenta de que el auror los había visto besarse.
Decepcionado, el hombre de ojos azules y pelo castaño caminó por los pasillos del ministerio hacia su departamento, concentrado en sus cavilaciones de que su cortejo hacia la chica de ojos miel, nunca había servido. Supo en ese momento que nunca tuvo una oportunidad con ella, pues Hermione Granger, estaba perdidamente enamorada de Harry Potter. Draco Malfoy tenía razón.
Llegó a la oficina de regulaciones disciplinarias, lugar donde se estaba reportando desde hace unos días, pues luego de que Viktor Krum lo retara en la cafetería y ambos se envolvieran en una pelea, precisamente por Hermione, el ministro los mando a llamar para imponerles un castigo.
Para su mala fortuna el castigo lo tenía que cumplir con ese presumido búlgaro, o sería multado, y el no quería ninguna mancha negativa en su expediente, por lo que accedió a su castigo.
El ministro los guió a ese departamento y les impuso hacer guardias nocturnas por los diferentes departamentos del ministerio de magia, hoy les tocaba la oficina de aurores, así que debía ir a tomar su carnet nocturno.
Desafortunadamente se encontró con Krum quien al verlo bufó, pero entonces el búlgaro notó su estado de ánimo decaído, y sin contenerse preguntó si estaba bien.
Bertram sin medirse le reveló lo que vio, ambos decayeron al saberse perdedores, ya que Viktor también le hizo saber de su pequeño encuentro con Hermione horas atrás, y ambos muy dentro de ellos sabían que nunca iban a tener posibilidades con Hermione.
Al final ambos acordaron llevarse o tolerarse, ya que estarían trabajando juntos como aurores de ahora en adelante.
¡Estamos de vuelta por aquí! Lo prometido es deuda y pues les dejo el 5to capítulo hoy 31 de Julio, cumpleaños de nuestro querido Harry Potter.
Me gustaría contarles que este capítulo es muy importante para mi, ya que contiene una de las primeras escenas que imaginé y escribí. Aquí donde estoy escribiéndoles esto, estoy nerviosa y ansiosa por que lean este capítulo y lo disfruten y amen tanto como yo.
Para no extenderme, quiero agradecerles a los que se han aguantado la espera y todos los que me han hecho saber que les gusta la historia. Siempre me gusta saber que les agrada y sus opiniones acerca de esta historia.
Nos vemos y nos seguimos leyendo pronto, depende de como me trate mi vida muggle.
