Noche número 31:

Salía como de costumbre de clase acompañada por sus dos amigas Yuka y Sayuri quienes animadas conversaban de la romántica película que la noche anterior habían visto. Se recreaban contando las escenas más amorosas del film, detallando besos y abrazos, las veces que habían escuchado un "te quiero" y un "te amo" por parte del protagonista.

Akane no pudo evitar suspirar con cierto deje de tristeza mientras las oía. Llevaba ya tres días sin ver a Ranma y sin saber de él, durmiendo sola pensando todo el rato en si él también la echaría de menos, en cómo estaría, en si habría aprendido alguna técnica nueva o si su padre habría hecho alguna de las suyas y lo habría prometido con alguna pobre chica a cambio de un poco de comida.

Sacudió su cabeza para apartar toda negatividad y creer que su chico estaba bien, y así de paso no ser descortés y prestar atención a sus compañeras que alegres seguían hablando de la historia de amor que ayer vieron por televisión.

—Te fijaste en como él siempre la miraba a ella con ojos distintos, siempre estuvo enamorado de su amiga de la infancia, y aunque las cosas se complicaran y él tuviera que salir con la otra chica por culpa de sus padres, al final el amor venció y pudo ser feliz con su verdadero amor —comentaba Sayuri ensoñadora.

—¡Sí! Ay, cuanta dulzura desprendían las palabras del protagonista, aunque estaba enamorado de su amiga siempre supo respetar a su prometida impuesta, apoyándola y ayudándola pese a no quererla de verdad, era a su vez un poco triste —respondió Yuka jugando con su pelo.— ¿Qué te pareció a ti Akane-chan?

—Ahm sólo vi un rato, no la pude terminar —dijo con una forzada sonrisa.

¿Cómo iba a seguir viendo una película de aquel calibre? El argumento le era tan sumamente familiar que tuvo que cambiar de canal rápidamente para no deprimirse aún más.

—Ahora que lo pienso —intervino Sayuri— la historia se parece mucho a la de Ranma ¿no creéis? Ukyo es su amiga de la infancia, Akane la prometida impuesta y al final… —Yuka le dio un codazo fuerte en las costillas a su amiga y le riñó con la mirada mientras notaba el aura de la joven Tendo enfurecer.

—Qué tonterías tienes Sayuri, la vida de Ranma y Akane es muy distinta, él no quiere a Ukyo, Ranma está enamorado de Akane…

—Oh ni siquiera había pensado en eso jaja —comentó sin querer preocupar a sus amigas Akane.— Tranquilas, no me había fijado en que quizás se parece un poco a nuestra situación, además Ranma y Ukyo tan sólo son amigos, nada más.

—Tienes razón, no hay de qué preocuparse. Por cierto Akane-chan, como te va de camino ¿podrías pasar por el U-chan a dejarle estos deberes a Ukyo? Hace dos días que no viene y temo que esté enferma, Hinako sensei me pidió que fuera a comprobarlo.

—No hay problema Yuka-chan, ahora mismo voy.

Las amigas se despidieron y Akane se dirigió hacia el restaurante de okonomiyakis. Cuando llegó a la entrada su vello se erizó y sus ojos se abrieron de par en par, en su frente apareció una voluptuosa vena que empezó a latir con vehemencia y finalmente dio un puñetazo en la pared haciendo que el cartel que colgaba en la puerta cayera al suelo.

"El U-chan permanecerá cerrado durante diez días debido a un imprevisto, estaré en las montañas con mi amado entrenando. Asegúrense de volver a por más okonomiyakis a mi regreso.

Kuonji Ukyo"

La peliazul entró con furia a su casa y sin decir ni siquiera hola subió a paso acelerado a su habitación. Llenó su mochila con ropa y otros utensilios y se dirigió hacia el comedor donde su hermana mayor la miraba con cierto asombro.

—Onee-chan, me voy con Ranma y tío Genma, Ukyo está con ellos y necesito entregarle los deberes, se lo prometí a Yuka.

—¡Qué bien Akane-chan! Sin pensar que Ranma-kun y tío Genma no estarían para la cena he hecho demasiada comida para todos, por favor, llévate estos salmones y este arroz para dárselo a ellos, seguro que tienen hambre.

—Gracias, dile a papá que regresaré en unos días.

—Ten cuidado.

Ranma llevaba ya dos noches durmiendo solo con su padre y la verdad es que le resultaba muy difícil dormir sin pensar en qué estaría haciendo Akane en su habitación. Se había acostumbrado a velar por ella a todas horas, a asegurarse de que nada le pasaba, a tenerla tan cerca que incluso podía abrazarla, pero ahora, lamentablemente, tendría que esperar siete días más, serían largos y pesados, pero con el duro entrenamiento que estaba haciendo seguro que pasarían rápido.

Por suerte Ukyo se había unido a ellos pues Genma la invitó para que les cocinara ricos platos después de sus exhaustivos entrenos. La joven cocinera lo vio como una magnífica oportunidad para ganarse de nuevo la confianza y el amor de su querido Ran-chan, quien se había estado comportando de manera distante con ella desde su regreso de China y la no finalizada boda con Akane.

Llevaba dos días intentando acercarse al de la trenza sin demasiado éxito; cuando ella fingía tropezarse para que él la sujetara y así abrazarlo de manera indirecta, él simplemente le pedía que tuviera más cuidado, cuando él regresaba molido después de peleas con su padre ella se ofrecía a curarle las heridas, pero él la rechazaba diciendo que aquello también era parte de su entreno, y finalmente cuando se sentaba a su lado durante la puesta de sol para compartir con él un momento romántico, él la ignoraba haciendo visible que sus pensamientos estaban lejos de ella, que Ranma tenía algo o a alguien en la cabeza.

Kuonji debía solucionar aquella situación rápidamente, así que no tuvo otro remedio que trazar un plan después de la cena; aprovechó un momento en que Ranma se fue a su tienda de campaña a ponerse el pijama para ir a hablar con su futuro suegro.

—Oiga Genma, si esta noche cuando Ran-chan se duerma se va de la tienda le daré 1000 yenes.

—¿1000 yenes? Pero ¿dónde voy a dormir yo?

—Puede usar mi tienda, cambiaremos cama.

—No sé Ukyo-san, yo no le haría una jugarreta así a mi hijo, qué clase de padre te crees que soy…

—2000 yenes.

—Lo siento, Soun y yo hicimos una promesa y mi chico y Akane deben…

—5000 yenes.

—¡Hecho! Cuando Ranma se duerma iré a tu tienda, te haré alguna señal y tú podrás ir a dormir con él, luego yo entraré a tu tienda.

—¡Perfecto! Procure que no nos vea juntos o nos pillará.

—Tranquila, soy un genio para estas cosas.

—Este hombre vendería a su hijo por cualquier cosa —susurró la cocinera sacando un fajo de billetes.

—¿Decías algo?

—¡Nada, nada! —respondió Ukyo con una falsa sonrisa.

Hacía ya más de media hora que todos se habían puesto en sus respectivos sacos de dormir preparados para afrontar una nueva noche. Ranma intentaba descansar, pero le estaba siendo sumamente difícil no pensar en la torpe de Akane, ¿y si algo le había pasado? ¿Y si alguien la había raptado? Dio varias vueltas sobre sí mismo, primero su padre se quejó de lo molesto que era, pero después ya cayó rendido y lo dejó en paz. Ranma por otro lado veía imposible la tarea de abrazar a Morfeo, así que dándose por vencido al final decidió salir de la tienda e ir a beber un poco de agua al río.

Ukyo estaba expectante sentada de rodillas en su tienda esperando impaciente alguna señal por parte de Genma, hacía unos minutos había escuchado un ruido proveniente de fuera, pero parecía que el plan aún no había dado comienzo. Sin embargo unos segundos después sintió como si alguien estuviera intentando entrar por la parte trasera de su tienda y creyó que aquella era la señal que había estado esperando. Sin más dilación decidió ir con Ranma.

Entró con cautela y se colocó sonriente al lado de su supuesto prometido, con suma facilidad deslizó su mano hasta agarrar la del chico, que ahora se le presentaba mucho más callosa y menos fina de lo que recordaba.

El pelinegro regresó hacia el campamento a oscuras, intentando esquivar todos los obstáculos que el camino le ofrecía. Cuando creyó que estaba cerca de su destino tropezó con una rama y cayó de espaldas golpeándose fuertemente la cabeza con una roca, aturdido se frotó el chichón y se levantó sin prestar demasiada atención a sus pasos, entrando casi a ciegas en una de las tiendas.

Al introducirse en ella notó como un cuerpo estaba en su saco de dormir, pensando que era su padre lo empujó con desgana.

—¡Oye viejo, apártate de mi sitio!

—¿A quién llamas viejo? ¡Idiota!

—¿Akane? ¿Qué haces aquí? —gritó sorprendido al reconocer la voz de su prometida.

—He venido a entregarle los deberes a Ukyo, quien para mi sorpresa ha venido aquí con su amado Ran-chan —respondió irritada cruzándose de brazos.

—No es lo que crees, mi padre la invitó para que cocinara.

—¡Yo podría haberlo hecho! —reprochó la peliazul.

—¡Oye no soy yo quién la invitó, enfádate con él!

—No es sólo eso. Eres, eres un…—dijo con ojos llorosos la chica.

—¿Y ahora qué he hecho?

—¿Cómo que qué? ¡Esta es la tienda de Ukyo! ¡Ibas a dormir con ella! —gritó golpeándole la cara.

—¡Auch! ¡Cómo iba a saber en qué tienda entré si no se ve nada! No sabía que era la suya.

—No me mientas…

—No te miento, me caí al venir hacía aquí y me he desorientado, creí que tú eras mi viejo… Ya hablamos sobre lo de confiar el uno en el otro, ¿no?

—Sí… —dijo cabizbaja sintiéndose culpable.

—¿Y tú qué haces en el saco de Ukyo?

—Me topé hace poco con la tienda, pero era la parte de atrás, intenté explicarle a Ukyo que era yo, que no se asustara, pero al encontrar la entrada no había nadie aquí y decidí esperarla dentro.

—Uhm, qué raro, quizás se ha ido.

Los dos quedaron callados mirándose sin verse debido a la oscuridad, pero sabiendo que sus ojos se estaban buscando, pues aunque ahora estuvieran discutiendo, sus ganas de estar juntos eran mucho mayores.

—¿Cómo has estado en el dojo? —preguntó finalmente él.

—Bien, todo normal. ¿Tu entreno?

—Bien, como siempre…

—¿Has dormido bien? —dudó ella jugando con sus dedos.

—Me… me ha costado un poco.

—A mi también —confesó la peliazul acercándose a él hasta acariciarle el rostro a su prometido, si no podía verlo como mínimo quería tocarlo. Él respondió rodeando su mano con cariño. Al trazar con sus dedos las mejillas de Ranma notó el relieve de algunas heridas y cortes. —Te has hecho daño.

—No es nada, típicos arañazos del entreno.

—Mañana te los curaré bien, no quiero que se infecten.

—Sí, gracias —dijo calmado al sentirla tan cerca de él. —Te… te… he echado de menos, ya sabes, bueno, estaba más bien preocupado, así ehm, sin poder vigilarte ni saber qué hacías ni…

—Ya sé, ya sé… yo también te he echado de menos. Y enfurecí cuando me enteré de que Ukyo estaba aquí y yo no, me hubiera gustado venir contigo.

—Así admites que lo de venir a entregarle los deberes era una mentira… simplemente estabas celosa…

—No es eso… sólo creí que no era justo…

—Jaja, desde el primer día hubiera preferido que fueras tú la que me acompañara. Mañana, ¿querrás ver la puesta de sol conmigo? Hay un lugar aquí desde donde se ve muy bonita.

—Me encantaría.

Los dos se sonrieron mientras se colocaban encima del saco de dormir, para así no tener que separarse, se acurrucaron y se abrazaron para comenzar a dormir de nuevo juntos, de nuevo con la tranquilidad que el uno al otro se daban.

Los pájaros de la montaña comenzaban a dar los buenos días a todo el mundo con sus melodiosas canciones provocando que Ukyo despertara. No podía estar más feliz, no quería abrir los ojos todavía pues no quería que aquel momento terminara nunca. Notaba los brazos de un fuerte hombre rodear su delicada cintura, su espalda contra el torso del que seguramente sería su esposo algún día.

Decidió dar un paso más en su relación con él y por eso se giró despacio para ver su cara mientras dormía, dispuesta a besar aquellos carnosos labios que tantas veces la habían recorrido en sueños. Los rayos de sol ya entraban imprudentes a través de la tela y por fin podría observar las marcadas facciones del "joven" Saotome.

Cuando sus ojos se abrieron y se encontraron con el rostro de Genma palideció y tuvo que colocarse una mano en su boca para evitar vomitar allí mismo, salió de la tienda como si la vida le fuera en ello y corrió hasta el río para bañarse con pijama incluido.

Continuará…

…..

¡Hola hola!

Perdón por la demora, pero tengo la sensación de que los días tienen cada vez menos horas. No llego a todo lo que querría :( Tengo dos fics empezados, pero no tengo tiempo de terminarlos U_U, algún día.

Espero que os guste este capítulo y que lo disfrutéis. Muchísimas gracias a todos por seguir la historia y comentar, os lo agradezco de corazón y aunque no publique tan a menudo como querría, leo todos los comentarios y mails que recibo con nuevos follows i favoriteds con muchísima ilusión. Así que gracias por todo :)

Mil gracias a: JHO, Elena Bronte, alezi monela, Andy-Saotome-Tendo, SARITANIMELOVE, Ranma84, Fronklon Marin, KarenPin91, Llek BM, Josseline Meja, Ishy-24, Kotoko22, Guest, caro, SakuraSaotome, Akai27, serenitymoon20, AZULMITLA, Ana Maria Vazquez Gomez, Akanita15, Haruri Saotome, Lily Tendo89, Carol FVargas. ¡Sois los mejor s!

¡Un abrazo enorme!