Capitulo 2

Segundo roce

Sonrió levemente al recordar todo lo que en el despertó en ese momento, sabia que en aquel instante se encontraba algo confundido pero excitado por la nueva sensación que había descubierto, y recordó con agrado el pequeño gemido que arranco de los labios de su"amiga", ese fue el primero y el mejor gemido que había escuchado en su vida, hasta ahora así era, algo lo regreso a la realidad, su esposa se encontraba en frente de el mirándolo de manera preocupada.

- Mi amor, ¿que sucede?- dijo la joven modelo.

- He, no nada solo me encontraba pensando en el trabajo- dijo InuYasha, mientras le sonreía.

- Pero no pienses en eso sabes que dentro de 9 semanas nos iremos de luna de miel, estoy tan emocionada- dijo la joven mientras se sentaba en las piernas de su marido.

- Si, yo también lo estoy- dijo InuYasha mientras le sonreía.

- Bueno... ¿Porque no comemos afuera, es que...se me quemo todo- dijo la joven apenada.

- Jajajaja, tranquila preciosa...de acuerdo, entonces vístete que te llevare a comer en un hermoso restaurante - dijo InuYasha mientras la besaba.

-Bien, ya vuelvo, no te me escapes- dijo la hermosa mujer emocionada.

- Jajaja no lo haré - grito mientras veía a su esposa alejarse.

OH Ayame, si tan solo te pudiera amar, como la ame a ella-pensaba mientras volvía a dirigir su mirada al anuncio.

- Tengo que verte, para probarme a mi mismo que ya no siento nada por ti- susurro mientras miraba la foto de ella. Marco el número que había en el cartel.

- Buenas noches, en que pudo ayudarlo- dijo una voz femenina.

- Por favor es para reservar una entrada a la última función de Drácula- dijo InuYasha.

- Muy bien ¿a que hora, a las 3:30, 6:15 o 9:45?- pregunto la mujer.

- A las 9:45- dijo.

- Muy bien, le entregaran la entrada mañana por correo, que pase buenas noches- dijo le mujer antes de colgar.

- Listo- dijo InuYasha.

- ¡Lista!- dijo Ayame por detrás de su esposo.

- Wo, que hermosa te ves- dijo mientras la miraba de arriba a abajo.

- Gracias...nos vamos- pregunto mientras sonreía.

- Claro- respondió mientras se paraba de la silla y besaba a su mujer.

Ambos salieron en un hermoso auto, tardaron unos 28 minutos en llegar al restauran que se encontraba a las orillas del mar, era realmente hermoso, tenia una hermosa vista al mar, a la luz de la luna llena, con un violinista tocando una canción de amor, amor que hace tiempo InuYasha no había probado de ese delicioso manjar, era verdad se caso con Ayame por estar huyendo, pensó que tal vez al casarse con ella, todo quedaría en el pasado, pero no fue así, todavía lo seguían persiguiendo, porque había cometido un grave, si y ahora lo esta pagando, por herirla, por abandonarla...

Ambos se sentaron la mesa mas cercana al mar, pidieron de comer algo ligero, Ayame empezó a contarle algo, el por su parte no prestaba atención esta mas entretenido recordando, recordándola.

...Flash...

Se separaron estrepitosamente, ambos se encontraban sonrojados, voltearon, y evadieron la mirada del otro. Ella sentía como su muslo radia, sentía todavía el contacto de la mano de InuYasha, en aquella parte sensible para ella, el pequeño cosquilleo que rodeo todo su cuerpo y más que todo aquel ¿gemido, fue algo totalmente desconocido pero delicioso. El, podía sentir como su cuerpo le envía escalofríos al recordar el delicioso roce que hizo en el cuerpo de su amiga, de inmediato se dio cuenta que estaba demasiado "emocionado". Pasaron varios minutos en silencio, ambos tratando de asimilar lo que sucedió, el ambiente era muy incomodo.

- Y...vamos mañana a salir ¿verdad?- dijo la joven intentando romper el silencio.

- Claro...- respondió a muchacho.

- Ya es tarde- dijo ella viendo por la ventana.

- Será mejor que me vaya- dijo el levantándose al igual que ella, ambos bajaron y se dirigieron a la puerta, ella la abrió y lo miro.

- ¡No vayas a llegar tarde!- dijo la joven, para demostrarle que debían olvidar lo sucedido.

- ¡No empieces, estaré aquí a las 3 en punto!- dijo el ya corriendo por la escaleras.

Así pasó la noche, y en la mente de los dos jóvenes vagaba, el más interesante recuerdo, ambos sin darse cuenta durmieron con una sonrisa y secretamente deseando el próximo roce. Al la mañana siguiente la hermosa Kagome esperaba en la entrada del tempo a su impuntual amigo, siempre era lo mismo. Lo vio subir las últimas escaleras y pararse en frente de ella mientras recuperaba el aliento.

- 3:58- dijo la muchacha mientras miraba su reloj para después mirarlo a el.

- Lo siento...me distraje jejeje- dijo el mientras la miraba al rostro notando sus delicadas facciones.

Sus labios- pensó el perdido en ella.

- Y...nos vamos- dijo ella un poco nerviosa.

-He claro- dijo el mientras bajaban las escaleras.

El paseo fue muy encantador y relajante, ambos hablaban animadamente, ninguno toco el tema de lo ocurrido anoche, ya oscureciendo, ambos se fueron a un café, se sentaron en una pequeña mesita, y sin querer sus piernas rozaban de una manera descarada.

-Y... ¿Que quieres?- dijo el joven mientras miraba a la muchacha.

- Mmm...a ti- dijo la joven sensualmente, iban una vez mas.

- Entonces que te parece si nos metes en un baño y...- dijo el joven mientras movía sus piernas y rozaba las de Kagome.

- Jajaja- se rio, aunque su risa no duro mucho al darse cuenta de como están ubicadas sus pierdan, una de InuYasha entre sus piernas, y una de ella entre las piernas de el, era una sensación excitante.

Se miraban fijamente, no sabían en que se estaban metiendo, ni tenían ganas de averiguarlo, pero lo que sabían, era que en ellos empezaba a crecer el deseo, el deseo que siempre estuvo dormido y ahora había despertado.

Continuara...