DESPERTARES DE OLVIDO
CAPÍTULO 5
EL DESPERTAR DE VENUS
Unos días después de reencontrarse con Luna, Serena notó una leve mejoría en su estado físico que le permitía permanecer más tiempo fuera de la cama, por lo que en compañía de su antigua mascota, se dieron a la tarea de comenzar a planear como se acercarían a las ex Sailor Scouts; así que decidieron comenzar por aquella de la que les constaba tenían más cerca: Minako Aino.
—¿Cómo se supone que podremos acercarnos a ella? — Preguntó Serena— Esa rueda de prensa estará llena de fans, periodistas, y ni hablemos de sus guardaespaldas que no la deben dejar ni a sol ni a sombra.
—Yo entraré como reportera y tú como mi asistente.
—¿Cómo se supone que hagamos eso sí la pluma de transformación ya no funciona en mis manos?
En ese momento, por un lado iba pasando una mujer de treinta y pocos años cargando una cámara. Luna pegó un salto, encajándole los colmillos en el cuello, y al poco tiempo, el cuerpo de la gata cayó inerte al piso.
Serena estuvo a punto de pegar un grito, pero entonces escuchó la voz de Luna salir de la boca de la mujer.
—Tomé prestado el cuerpo de la reportera. No hagas escándalo.
—Eres… ¿Eres tú, Luna?
—Sí — Respondió Luna mientras tomaba el cuerpo felino del piso.
—Guarda mi cuerpo en tu bolsa.
—¡No voy a guardar un cadáver en mi bolsa! — Chilló Serena mientras la miraba horrorizada.
—¡No es un cadáver, tonta! — Refunfuñó Luna— Es mí cuerpo. En dos horas inevitablemente dejaré de poder estar dentro del cuerpo de la reportera, y si mi cuerpo gatuno fallece olvidate de recuperar tu salud, tu belleza, recuperar a Rini y el amor de Darien.
Serena no dijo más, sin embargo, le dieron arcadas cuando Luna metió su verdadero cuerpo dentro de su bolso.
—Carga mi cámara. Diré que eres mi ayudante.
Luna le echó un vistazo al gafete que colgaba de su cuello para aprenderse el nombre de la reportera, y después, seguida de Serena, caminó con porte seguro a la entrada del auditorio.
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Makoto bajó emocionada del asiento de copiloto del auto de Nix, y juntas, se dirigieron a la esquina para cruzar la avenida y llegar al auditorio, en cuya entrada ya se aglomeraban muchos fans de Minako Aino y Kouta Nakari.
—¡Está demasiado lleno! — Se quejó Nix— ¿No preferirías ver a Aino por televisión? — Cuestionó— Si revendes los boletos seguro les sacarías más dinero.
Makoto puso los ojos en blanco al escuchar las quejas de Nix. Aquel era su día de descanso, así que podía hacer lo que le diera la gana, sin embargo, Nix parecía estar empecinada en sabotearle la diversión aquel día para que no acudiera a la rueda de prensa de Minako Aino y Kouta Nakari.
—¡No! Nix— Dijo Makoto— Quiero ver al sabroso de Kouta Nakari de cerca y pedirle un autógrafo, pero si no quieres perder dos horas de tu vida, aún puedes irte, no me molesta ir sola
—Yo no dije que no quiero ver a ese rubio insípido. ¡Vamos!
Makoto, cual si fuera una adolescente, se adentró seguida de Nix al auditorio, pues estaba dispuesta a conseguir el autógrafo del rubio actor del momento que estaba haciendo suspirar a las japonesas.
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Darién sonrió cuando entre los pasajeros que viajaban de Dublín a Londres, vio a Rei arrastrando una maleta, así que inmediatamente se acercó a donde estaba ella y la recibió con un cálido abrazo que fue correspondido por ella.
—¡Mi pajarillo de fuego, te extrañé tanto! — Le susurró al oído
—Yo también — Respondió ella antes de que sus labios se unieran en un amoroso beso.
Sus dos años de noviazgo habían sido a distancia, aunque por fortuna, ser herederos de familias acaudaladas les permitía tomar vuelos de Londres a Dublín; y de Dublín a Londres cada semana para poder verse.
—Por cierto. ¿Ya desayunaste?
—Dormí en todo el vuelo— Respondió Rei
—Lo supuse, así que te llevaré a almorzar a un lugar que te encantará.
Minutos después de que abordaron el auto de Darien, él la llevó a un restaurante cuya fachada se asemejaba a la entrada de un templo sintoísta, aunque no sólo era por fuera, pues en el interior, meseras asiáticas vestidas en elegantes yukatas tomaban la orden de los clientes además de llevar la comida y las bebidas a las mesas.
—¡Esto es maravilloso! — Exclamó Rei fascinada— Es como estar en casa
—Sabía que te encantaría.
Dado que Darien había hecho reservación tres días antes, no tardó en ser conducido por una mesera a un cuarto privado cuyas paredes eran de shoji como se acostumbraba en Japón, y al centro, una mesita pequeña con cojines para sentarse en ellos.
—¿Te gustaría un poco de música ?— Le preguntó Darien a Rei después de que la mesera se retirara
—Por favor
Darien encendió el televisor, y entonces, lo primero con lo que se encontraron fue un canal de la televisión japonesa de espectáculos en el que estaban transmitiendo una entrevista en vivo a los actores Kouta Nakari y Minako Aino.
—Espera— Pidió Rei
Darien sabía que a su novia le gustaba la música de la famosa actriz y cantautora, aunque también sabía que odiaba ver televisión, por lo que extrañó que quisiera ver ese programa.
—A veces me parece como si hubiera visto a Minako Aino en algún lugar antes— Comentó Rei
—Supongo que en las revistas que te llegan de Japón ¿Verdad? Es demasiado popular allá y te la pasas escuchando música de ella— Comentó Darien
Rei guardó silencio, y de pronto, cuando quien quiera que fuera el camarógrafo que estaba grabando el evento enfocó la cámara en el público, a Rei le pareció tener un deja vu al ver entre las personas a una chica de cabello castaño y ondulado; pero cuando entre el público sus ojos se posaron en una joven de largo cabello rubio peinado en dos odangos, sintió una punzada en el corazón, así que tomó el comando y le cambió de canal.
—No quiero ver eso
—¿Pongo algo de música?— Preguntó Darien
Rei asintió, y poco después, Darien tecleó el número de un canal donde solían transmitir música de su país natal.
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—¡Mako-chan!— Susurró Serena cuando en los asientos vip, que estaban al otro extremo de donde Luna y ella se encontraban, vio a la ex guardiana de la tormenta.
—¿Qué? — Susurró Luna
—Allá. En el área vip
Luna volteó hacia aquella área, y al reconocerla, sintió ganas de ponerse de pie y llegar hasta donde estaba Makoto, sin embargo, había un hombre de seguridad impidiendo el paso, y por desgracia, Luna carecía de poderes de ataque.
—Yo creo que habrá cambio de planes
—¿Cómo? — Preguntó Serena
—Es más fácil llegar a una fan que a la celebridad.
Luna estuvo atenta vigilando a Makoto en espera de que aquella rueda de prensa terminara para en cuanto Makoto saliera, ir tras ella.
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—¡Makoto, me siento mal! — Susurró Nix con voz temblorosa—¿Nos podemos ir, por favor?
Makoto, quien hasta entonces estaba embelesada con la sonrisa de Kouta Nakari volteó a ver a su amiga con extrañeza y preocupación, pues Nix era una persona que aunque se sintiera enferma era incapaz de reconocerlo por no querer mostrarse débil.
—¿Qué tienes?
—Me está faltando el aire. Necesito…
—Tal vez si te bajaras la mascarilla
—¡No! — Exclamó Nix— Tenemos que irnos. Necesito… creo que necesito ir a un hospital.
Makoto, preocupada por la salud de su amiga, se puso de pie, aunque no le pasó desapercibido que para no sentirse bien, su amiga caminaba muy apurada y tiraba de su brazo con fuerza.
—¿Qué me estás escondiendo, Nix?
—No soporto la cabeza. Creo que es la migraña menstrual
A Makoto aquello le desconcertó, pues hacía menos de una semana su amiga había tenido el periodo, sin embargo, la siguió y no dijo nada; pero tan pronto como salieron del área vip, Makoto y Nix fueron interceptadas por quienes creyeron que eran una reportera y su ayudante.
—Señorita ¿Puedo hablar con usted un momento?
—Ahora no. Llevo prisa y…
—¡Es importante!— Insistió la desconocida.
Makoto sintió como las uñas de Nix se encajaban en su brazo, y supuso que debía sentirse muy mal
—Lo siento, ya le dije que llevo prisa, pero le regalo los pases vip— Dijo Makoto.
Después, quiso quitarle las llaves del auto a Nix para ser ella quien condujera, pero su amiga rápidamente subió al asiento frente al volante y arrancó a toda velocidad.
—¿Qué carajos te pasa, Nix? — Cuestionó Makoto desconcertada
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—Luce tan distinta— Comentó Serena cuando Makoto se fue en aquel auto.
—Al menos tendremos los pases vip y eso hará que sea más fácil llegar a Minako. De Makoto nos encargamos después.
Luna se dio media vuelta, y seguida de Serena, regresaron al auditorio, pero esta vez no tomaron asiento junto con los reporteros de los distintos medios de comunicación, sino en el área vip de fans
Cuando la rueda de prensa terminó, Minako y Kouta Nakari se dirigieron al área vip para saludar, dar autógrafos y ser retratados por ese selecto grupo de fans que habían adquirido los carísimos boletos Vip.
—Sabes lo que le tienes que decir cuando se acerque. ¿Verdad? — Le preguntó Luna
Serena asintió.
Cuando Minako Aino llegó a su mesa reservada, está les sonrió con aquella cálida sonrisa que siempre tuvo, y entonces, Serena le ofreció una libreta.
—¿Para quién es el autógrafo?
—Pará Serena Tsukino. ¿No me recuerdas?
Minako Aino la miró por un momento y negó moviendo la cabeza de un lado a otro. Después, fijó su mirada en la libreta para estampar su autógrafo.
—¿Nos conocemos de algo? — Cuestionó Minako
—Sí — Respondió Serena— Nos conocimos a los catorce años. Tú ibas a la secundaria Shiba Koen y cuando te graduaste te inscribiste a la preparatoria Juban y fuimos compañeras un año y medio hasta que abandonaste los estudios.
Serena notó como Minako palideció ante el comentario. ¿Acaso estaría frente a la traidora?
—¿Qué? — Cuestionó Minako— Ni siquiera terminé la secundaria porque me escapaba de clases. Apenas hace dos años conseguí el certificado de secundaria y el de preparatoria hace menos de dos semanas. Creo que esta confundida, señorita.
—No lo estoy— Respondió Serena— Se también que en Inglaterra amaste a un joven llamado Armand y que él se casó con tu amiga Catherine.
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Cuando Minako Aino escuchó de boca de aquella fan que se había graduado de la secundaria Shiba Koen y que había entrado a la preparatoria Juban, además del amor juvenil por Armand; supo que aquella fan podría tener la respuesta a todo lo ocurrido desde sus trece hasta sus diecisiete años y que ni los mejores médicos le habían ayudado a recordar, así que después de que el evento terminara, la invitó junto a su acompañante a su camerino.
—Señorita Tsukino. ¿Cómo es que usted sabe que en el tiempo que viví en Londres me enamoré de un joven llamado Armand? — Preguntó Minako sorprendida, pues aquel tema no era algo de lo que hubiera hablado ante los medios.
—Yo tengo las respuestas— Respondió la reportera que acompañaba a la señorita Tsukino.
Minako estuvo a punto de pegar un grito cuando en la frente de la reportera vio aparecer una luna creciente que comenzó a emitir un brillo dorado que la encandiló, pero entonces, los recuerdos que habían desaparecido de su mente en el lapso de los trece a los diecisiete años comenzaron a llegar uno a otro.
10 años antes…
Aquella mañana de domingo, el padre de Minako encendió el televisor para poner el noticiero de las mañanas más popular de Inglaterra, y Minako, al ver que aparecía una grabación de ella enfundada en su traje de superheroína, a punto estuvo de escupir su trago de leche con chocolate.
—La superheroína Sailor V, salva a niña extranjera que estuvo a punto de ser secuestrada por la banda criminal The Firm— Comentó la conductora
—Me preguntó que es lo que motiva a esa jovencita enmascarada a hacer justicia— Agregó el conductor
—Se especula que podrían pagarle, aunque también se rumora que puede tratarse de una adolescente con ganas de fama y poca atención en casa.
— Pues si quería fama, lo está logrando, porque ya son conocidas sus hazañas en todo el globo terráqueo, y además, en Japón lanzarán un videojuego y un manga basado en ella.
Minako no pudo evitar esbozar una sonrisa. Ser una superheroína no había sido su sueño como si lo era llegar a ser una actriz y cantante reconocida, pero cuando aquel gato blanco apareció para darle poderes propios de la ficción que la hacían más fuerte y veloz que cualquier humano al transformarse, se puso muy feliz, pues eso además la estaba llevando a ser famosa y admirada como siempre lo deseó.
Fin del flash back
9 años antes…
—¡No puedo, Artemis! — Exclamó Minako entre lágrimas— ¡No puedo seguir con esto! No sabes el miedo que tuve
—Es tu deber— Intervino el otro felino parlante que acababa de conocer.
—Una cosa era pelear con delincuentes que no tienen poderes, pero lo que viví ayer me asustó mucho— Respondió Minako después de su primer enfrentamiento donde peleó en Tokio contra personas con superpoderes.
—¿No te da vergüenza? — La regañó la gata negra— Tienes más preparación que las otras cuatro chicas y ninguna lloriquea como tú.
—Luna, no le hables así — Intervinó Artemis
—Minako, eres la líder de las inner senshi— Le dijo Luna más tranquila— La segunda al mando después de Serena. Además, acuérdate que ser una leyenda de la justicia es lo que te está abriendo camino a la fama.
Fin del flash back
6 años antes…
Había pasado un año de la última batalla que habían librado, y Minako no podía estar más feliz, pues luego de tres años de luchar contra enemigos, por fin estaba disfrutando de tener un largo tiempo de paz en el que su mayor preocupación era que sus padres no se dieran cuenta de que probablemente tendría que repetir álgebra y química, pues de lo contrario, la obligarían a dejar su puesto como capitana del equipo femenil de volley ball de la preparatoria, además de salirse del grupo de música donde era una de las coristas; sin embargo, su vida volvió a dar un revés cuando Artemis, una tarde cualquiera después de ir de clases, le dijo que debía ir con urgencia a la mansión de las Outher a una junta de Sailor Scouts. Minako, al saber que las Outher estaban en Tokio y que había junta, temió que de nuevo tuviera que volver al campo de batalla cuando en su vida todo marchaba de maravilla, sin embargo, al estar en la junta, la noticia que recibieron ella y sus compañeras fue peor de lo que imaginaba.
—Debemos fundar Tokio de Cristal en un mes— Dijo Luna
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—¿Tan pronto? — Preguntó la pequeña Hotaru sorprendida
—Así es
—¿No se supone que eso sucedería en cinco años? — Preguntó Minako
—Si, pero los científicos especulan que para el año 2000 el mundo colapsará, y sólo podemos revertir que eso ocurra si fundamos Tokio de Cristal.
—Esos que dicen eso no son científicos. Es pseudociencia— Comentó Ami— El deterioro del Planeta no es algo que vaya a ocurrir de un día para otro.
—No he visto nada de eso en el fuego— Comentó Rei
—Tampoco en mi espejo— Agregó Michiru
—Aún así no podemos esperar a que los problemas se nos vengan— Añadió Haruka— Yo estoy dispuesta.
—¿Y que procederá hacer, Luna? — Preguntó Setsuna.
—Primero, nos teletransportaremos a las ruinas de lo que quedó del Reino de la Luna. Una vez ahí, cada una de ustedes, tanto inners como outhers, harán voto de lealtad a los futuros reyes, y después, Serena y Darien contraerán matrimonio en una ceremonia Lunar— Dijo Luna— Después, se procederá a congelar todos los rincones de la Tierra; lo segundo será restaurar los ecosistemas y los mares dañados por la humanidad; después, borrar de la mente de cada habitante la historia del mundo como lo conocen y eliminar toda arma creada por el ser humano, finalmente , proceder a descongelar todo para el nuevo despertar en una nueva Era de paz donde la humanidad será joven por el resto de su vida.
Tras el discurso de Luna, todas se quedaron en silencio viéndose las unas a las otras, hasta que la pequeña Hotaru habló.
—¿Papá Tomoe me olvidará? — Preguntó con voz llorosa.
Haruka se inclinó ante la pequeña Hotaru y limpió sus lágrimas.
—Es por un bien mayor, Hotaru. Además, ahora yo soy tu Papá.
Hotaru rompió a llorar, y Minako también sintió ganas de hacerlo junto con ella. No quería que sus padres y amigos ajenos al grupo de Sailors la olvidarán. ¡Estaba aterrada!, sin embargo, al ver que ninguna de sus compañeras decía nada, no fue capaz de ir contra corriente.
Fin del flash back
6 años antes…
Aquella mañana, Minako inició su rutina como cualquier otro día en que se vestía para ir a la preparatoria, aunque saliendo de casa en realidad no iría ahí, sino que se reuniría con el resto de Sailors para teletransportarse a La Luna; sin embargo, al salir de su recamara y ver a sus padres sentados en el comedor, los ojos se le humedecieron.
—Buenos días, hija. Te hice hot cakes de chocolate— Le dijo su madre cariñosamente.
Minako caminó hacia el comedor y le dio un fuerte abrazo a su madre.
—Eres la mejor mamá— Susurró con voz llorosa
—¿Qué sucede, Minako? — preguntó su padre desconcertado, pues ni él ni la señora Aino estaban acostumbrados a ver deprimida a su alegre y alocada hija.
Minako se dio media vuelta y tiró del brazo de su padre para que se uniera a aquel que se transformó en un abrazo de tres.
—Son los mejores— Susurró mientras en su mente se debatía entre su deber como Sailor y su deseo por no ser olvidada por sus seres queridos, pues una parte dentro de sí le gritaba que traicionara a la corona y que se priorizara.
Fin del flash back
—¿Recordaste? — Le preguntó Luna
Minako asintió; sin embargo, la conmoción era evidente en su rostro, y las lágrimas eran la prueba de ello.
—¿Eso fue lo que ocurrió en cuatro años? — susurró con un hilo de voz
—Alguna de tus compañeras senshi traicionó al resto, y el resultado fue que no pudiéramos fundar Tokio de Cristal, que perdieras tus recuerdos desde los trece a los diecisiete años y que quienes conociste en ese lapso de tiempo te olvidaran— Dijo Luna
—¡Fue horrible! — Exclamó Minako con los ojos anegados en lágrimas.
—Imagino que debió ser horrible despertar sintiéndote desorientada— Comentó Serena— Yo enfermé a raíz de eso. Suelo tener días en que el dolor no me deja salir de la cama.
—Pero ahora has recordado, Minako— Dijo Luna aún en el cuerpo de la reportera— Y juntas podemos reunir al resto del equipo y fundar Tokio de Cristal. Aquí tengo tu cristal Sailor— Añadió Luna ofreciéndole el cristal anaranjado de su planeta regente.
Minako, al ver el Cristal que tantas veces portó, dio dos pasos atrás.
—¿Mina? — Susurró Serena
—Me gusta mi vida tal como es— Dijo Minako— No quiero ir al campo de batalla nunca más ni quiero ser olvidada por mis padres ni la gente que quiero. Tampoco estoy dispuesta a guardar castidad después de haber probado el sexo.
—¡Minako! Es por el bien de la humanidad— Le reprochó Luna
—Estamos en el año 2001 y el mundo no se acabó — Respondió Minako
—¿Será que tu fuiste la traidora? — La cuestionó molesta Luna
Minako sintió un vuelco al corazón, pues no tenía claro si había sido ella, pero antes de que pudiera responder, Serena se desvaneció.
—¡Serena! — Exclamó Minako aterrada, y a punto estuvo de gritar, cuando de la bolsa salió el cuerpo gatuno de Luna que comenzó a moverse, pero lo que más le impresionó, fue ver a "La reportera", tomar el cuerpo del felino y salir de prisa, dejándola a solas con una desmayada Serena.
—¡Ayuda! — Grito asustada
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Horas después, Minako se encontraba en la sala de espera de uno de los hospitales más caros de la ciudad en espera de que le dieran noticias de Serena.
Dado que en la actualidad era una celebridad, pronto se corrió la voz de que una fan se había desmayado en su camerino, y que ella, en un gesto de generosidad, la había llevado a uno de los hospitales más caros del país, lo que provocó que el lugar se llenara de reporteros que la esperaban afuera.
—Señorita Aino— Escuchó de pronto la voz de Luna, y al girarse se encontró con una de las afanadoras del hospital que cargaba un contener de basura.
—Soy Luna.
—¿Por qué apareces en distintos cuerpos?
—Los tomó prestados— Le respondió— Necesito hablar contigo a solas.
—Lo veo difícil con los reporteros afuera
—Sígueme al baño.
Minako siguió a la "afanadora", y cuando se encerraron, la "empleada del hospital" sacó el cuerpo gatuno de la bolsa de basura. Poco después, la afanadora cayó desmayada y el cuerpo real de Luna recobró la conciencia.
—¿Qué le hiciste a esa pobre mujer? — Reclamo Minako cuando vio caer al piso a la afanadora.
—No dejan entrar animales, así que tuve que usar su cuerpo. Despertará en media hora. Méteme en tu bolsa y vamos a un lugar más privado.
Minako Aino metió a Luna en su bolsa. Tras salir, dio aviso de que una empleada del hospital estaba desmayada en el baño, dejó la cuenta de la atención hospitalaria de Serena pagada, y después, con ayuda de sus guaruras salió del hospital y se fue al departamento que había comprado y sólo utilizaba para hacer fiestas o cuando quería llevarse a un hombre a la cama, pues seguía viviendo con sus padres.
—Lindo departamento— Comentó a Luna— Con la fortuna y los contactos que debes tener seguro te debe ser fácil localizar al resto del equipo.
—Ami está triunfando en Alemania, Rei probablemente en Irlanda con su padre, Mako y las outher quien sabe, pero podría apostar que tienen vidas más interesantes que ser sailors— Respondió Minako
—Mako es tu fan. Estaba en la sala Vip, pero se me escapó.
—Suertuda ella.
—Minako, la fundación de Tokio de Cristal no es importante sólo para detener el deterioro del planeta— Dijo Luna— También para salvar la vida de Serena que está muriendo.
—¿Qué es lo que tiene? — Preguntó Minako preocupada
—Una enfermedad que la está matando lentamente y que ningún médico ha podido curar— Respondió Luna— Su cuerpo se regeneraría fundando Tokio de Cristal, pero para fundar el Reino necesitamos la voluntad de todas las Sailor Scout y que tomen sus lugares como guardianas.
—¡No! — Exclamó Minako— Seguro debe haber otra opción. Estoy dispuesta a pagarle los mejores especialistas de Japón o de cualquier lugar del mundo, pero no voy a convertirme en Guerrera ni renunciar a mi vida tal como es ahora.
Minako y la felina se miraron a los ojos, retándose la una a la otra.
—¿Sabes que a causa de lo que sucedió ese día que iban a hacer sus votos Artemis murió?
Minako sintió una opresión en el pecho al recordar al gato blanco que más que un mentor, fue un amigo; sin embargo, sus sentimientos eran confusos, pues con veintitrés años, veía abusivo que siendo una niña de trece la hubieran engatusado para asumir el cargo de Sailor V.
—Lo lamento.
—Podríamos traerlo a la vida si dejaras tu egoísmo de querer conservar esta vida.
—¿Tendría que volver al campo de batalla y aceptar que mis padres y amigos me olviden?
—Es por el bien de tu princesa.
—Entonces discúlpame pero no quiero
—Me voy, Minako— Respondió Luna— Pero reclutaré a tus compañeras, y ellas te harán pagar por haber traicionado a la corona.
Minako iba a decir algo en su defensa, pero la felina saltó por la ventaja dejándola con la palabra en la boca. Cuando se quedó sola, las manos comenzaron a temblarle ante la amenaza de Luna, pues temía haber sido ella quien ocasionó esa explosión y que sus ex compañeras se fueran contra ella.
¿Había sido la causante? No estaba segura, pero si tenía presente que cuando se postró frente a los reyes, algo dentro de su mente le pedía a gritos detenerlo todo al precio que fuera.
¡Hola!
¿Qué tal?
Como pueden ver, este capítulo está dedicado a Minako. ¡Y ya recordó!
¿Cómo les pareció su reacción?
En fin. Espero les guste y sólo les adelanto que el que viene esta dedicado a la Sailor de las aguas.
Ahora sí, respondiendo a sus reviews :
Abel Gregov : Entiendo que hasta ahora desconfíes de la gata. Razones hay por su actitud, y ya verás más adelante quien es la traidora.
Hospitaller Knight: Pues como puedes ver, a todas les he dado algo que siempre deseaban y que no tenían por mala suerte o el deber. Ami al fin en Alemania, Minako triunfando como celebridad, Rei tiene a Darien y una buena relación con su padre, y Mako una familia. Cosas a las que se supone deben renunciar si asumen su cargo de Sailor, así que le diste al clavo comparándolo con La Última Tentación de Cristo.
Vientoaguamarina: ¿Qué te pareció Mina y la pequeña escena de Rei?
Rei-Videl: Obvio iba a emparejar a Rei y Darien porque los adoro juntos. En cuanto a Mako, ya vas a ver lo que planeo para ella. Gracias por leer.
Irais Celis: Me alegra que te haya enganchado el capítulo.
Marijo San Lucar: ¿Qué te pareció la reacción de tu sailor favorita?
En fin. Gracias por leer también a los lectores fantasmas, y antes de irme les comento que el día cinco de diciembre subiré un one shot por el cumpleaños de Makoto, el cual será spin off de CARTAS A LADY JUPITER, el cual espero les guste.
¡Saludos!
Edythe
