Los personajes no me pertenecen son de Nobuhiro Watsuki.
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Este fic está dedicado a mi hermanita bella:
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KaryKC
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un pequeño regalito por todo el apoyo que me das sis, y ojalá que levante tu ánimo, eres muy lista, yo sé que tú lo lograrás! espero sea de tu agrado n_n.
(aunque éste solo es el inicio).
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Por kaoru-sakura
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Capítulo I. Decisión
Kaoru salió con el paquete apretado a su pecho, como una niña pequeña. Su amiga le prometió que eso le ayudaría a darle una sorpresa a Kenshin. Conociendo a Tae y las cosas que se le ocurrían no sabía qué esperar, las mejillas se le tornaron carmesí. Después de todo no podía culparla.
Una tarde comenzaron a hablar de su vida sexual o la ausencia de la misma, pues llevaba unos meses casada con Kenshin, pero las cosas en la intimidad no fluían del todo bien. Parecía que él se contenía por miedo a lastimarla y ella por falta de experiencia no se animaba a hablar ni hacer nada. Así que evitaban el tema y el contacto, solo había besos inocentes llenos de nerviosismo que al final del día evitaba por completo.
¿A todos les pasaba? No, claro que no. Megumi se encargo de contestarle y muy enfadada le había dicho que tenía que conversarlo con Kenshin pues ambos debían saber lo que les gustaba, la forma de acariciar y besar y si no lo llevaba a la práctica, jamás disfrutarían el sexo. Una forma era hacerlo ella sola y otra con ayuda de Kenshin.
Considerar cualquiera de las dos opciones le daba vergüenza provocando que los colores se le subieran al rostro. Sin embargo era algo que quería disfrutar con su amado pelirrojo y no solo escuchar de sus amigas lo maravilloso que podía ser. Así que se había propuesto deshacerse de sus ataduras morales para intentar todo y satisfacer sus propios deseos y los de su amado.
Kenshin era demasiado amable y gentil, se preocupaba por ella todo el tiempo, por eso su primera noche juntos, lo que debió ser mágico se volvió una tortura; de ahí que naciera la reserva de tocarla y el miedo a lastimarla. Cosa que Megumi le explicó con paciencia y comprensión, que eso que le sucedió estaba dentro de los parámetros y que debían tener encuentros lo más seguido posible para que su cuerpo se acostumbrara a Kenshin y que el sangrado la primera vez era completamente normal así como el dolor. Debía haber una lubricación adecuada y ser constantes en el acto, para lograr que su cuerpo aceptara y acostumbrara al tamaño de su esposo.
Pensar en todas estas cosas la atormentaba, no era una chica delicada, pero si muy tímida y desinformada. Al quedar huérfana de madre tan pequeña, y crecer rodeada de hombres, no ayudo a prepararla de ninguna manera. Solo Tae y Megumi podían dirigirla por ese camino, y la joven doctora no se sorprendió de la timidez con que hizo su primera pregunta. Ante toda sorpresa para Kaoru, en ningún momento se burló de ella explicándole claramente hasta lo que no le preguntó. Así que ahora poseía la teoría en su cabeza, ya que Kenshin y Sanosuke habían ido de viaje y aún no ponía en práctica nada.
Con el paquete aún apretado a su pecho, se decidió a empezar ella sola, tenía que estar preparada para darle la sorpresa a su espadachín de ojos violeta, no podía esperar que él tomara la iniciativa cuando era tan precavido y reservado, no era justo dejarle toda la responsabilidad.
Entró a la soledad de su casa, de repente se le antojaba ver correr alguna cabecita pelirroja que la recibiera con los brazos abiertos. Si, eso estaría más que bien. Una sonrisa traviesa cargada de ternura se posó en sus labios, siendo testigo solo el atardecer. Con un suspiro se dirigió a su habitación donde dejó el paquete que Tae le dió, la tentación era grande pero la reprimió. Se bañaría primero y antes de acostarse lo abriría, no estaba preparada aún para ver su contenido.
Estaría sola ya que Yahiko ayudaría en el Akabeko y por su puesto, se quedaría a dormir en la habitación que le prestaban dándole la libertad de tomarse el tiempo necesario para ella sola. Así que se dirigió a prender los leños que se encargarían de calentar el agua de su baño. Una vez que logró encender el fuego, fue por su yukata e ingresó al baño. Nadie perturbaría su paz, salvo por las palabras de Megumi que hacían eco en su mente.
Miró el agua que humeaba invitadora y se dejó abrazar por su calidez, relajando sus tensos músculos. Había entrenado bastante con Yahiko para enseñar una nueva técnica de defensa a sus estudiantes. Sin duda el dojo no llegaba al nivel que tenía cuando su padre lo dirigía, pero tenía una reputación respetable. El ser maestra en otros dojos le ayudó bastante. Agradecía también al compromiso que Yahiko demostraba, ¿en qué momento dejó de ser aquel pequeño revoltoso para convertirse en un joven tan trabajador?
Kaoru dejó escapar un suspiro pues estaba consciente que todo había mejorado gracias a Kenshin. Ese pelirrojo espadachín con su mejilla marcada con una cruz, que cargaba soledad en sus ojos violeta pero toda la bondad en esa sonrisa. Era incapaz de determinar qué la había enamorado tan loca y apasionadamente de él. No se trataba de un amor de juventud, tampoco porque viera en él al hombre que podía cuidar de ella. Sin duda era fácil enamorarse de Kenshin y la única explicación que podía encontrar, era el conjunto; el conjunto de todas esas cosas que hacían único a Kenshin Himura.
Por eso mismo quería entregarse sin reservas en cuerpo también, pues su alma ya le pertenecía. Debía terminar de romper esa barrera física que los separaba, no tenía duda del amor que el espadachín sentía por ella, más necesitaba demostrarlo con cada caricia y beso que aún no sabía cómo dar, era una torpe novata en ese tema.
"Muchas cosas se hacen por instinto".
Se mordió el labio al recordar las palabras de Megumi. Sin duda ella estaba demasiado nerviosa su noche de bodas, había echado a perder el poco avance que realizó el pelirrojo y su temor se hizo realidad cuando no pudo relajarse lo suficiente como para disfrutar de las atenciones que le daba. Claro que el tener la casa llena de invitados, tampoco ayudó mucho pues haber ofrecido hospedaje a los que viajaron de tan lejos y se pasaron de copas, había sido pésima idea, ya que no durmieron ni dejaron dormir.
"Debes explorar tu propio cuerpo, para que le enseñes qué lugares debe tocar".
Sintió las mejillas arder y se hundió en el agua. Tocarse ella misma era algo que jamás había pensado, sin embargo, era más que evidente que dejar todo en manos de Kenshin era egoísta. Él también debía disfrutar de sus caricias y despertar su libido.
"Necesitas quitarte ese pudor y aprender a tocarlo, a los hombres les gusta que los acaricien y besen".
"Si te sientes con el suficiente valor, también puedes besarlo ahí" agregó Tae con una sonrisa sugerente apuntando hacia abajo.
Kaoru la miró confundida sin entender realmente lo que su amiga había querido decir.
"Ella se refiere a que puedes comerte, literalmente el miembro de Kenshin". Disfruto por unos segundos la expresión de la joven maestra que no lograba articular palabra alguna, así que le explicó la teoría con lujo de detalles para que pudiera realizarlo, dejando a la azabache bastante sorprendida con su cara de un carmesí muy intenso.
Por supuesto que Tsubame era la más avergonzada de todas, dirigiendo su atención a ella, Megumi agregó. "Es bueno que tú también escuches con atención Tsubame. Yahiko y tú están en edad de merecer, aprender a dar y recibir amor es un arte que se va perfeccionando con la práctica".
La azabache se bañó mientras recordaba toda la conversación, cuando terminó se envolvió en su yukata y salió en dirección de su habitación sin importar la obscuridad que se extendía sobre ella, la luna apenas iluminaba su camino, más eso no importaba lo sabía de memoria. Encendió las velas que se encontraban a cada esquina de la habitación y cerró el shōji observando la habitación que ahora compartía con su amado pelirrojo. No obstante el cansancio reclamaba su conciencia en cuanto su cuerpo tocaba el futón, tendría que dejar las últimas horas a Yahiko, para así dedicar más tiempo a su matrimonio.
Se preguntaba si sería capaz de hacer cualquiera de las cosas que Megumi y Tae le sugirieron. Se acercó al espejo que tenía en un lado tapado con una manta y lo descubrió, dedicándose a observarse bajo la luz de las velas. Su cabello azabache resaltaba su cremosa piel blanca, era delgada y sus curvas siempre estaban ocultas debido a la ropa de entrenamiento, pero sin ella se podían apreciar. Se fijó en sus rasgos, no era tan llamativa como Megumi, pero ya era una mujer de veinticuatro años que llamaba la atención de los hombres, muchos de ellos sus jóvenes estudiantes.
Dejó su contemplación cuando recordó el paquete de Tae, se acercó al pequeño mueble en que lo dejó y deslizó la cinta que ataba la caja para retirar la tapa. Era una tela de color negro, muy suave al tacto pero bastante delgada. La sacó por completo y una más pequeña cayó al suelo, el resto se abría en cuatro tiras anchas. La vio algo confundida, así que se acercó al espejo y la puso por encima. Las cuatro tiras estaban unidas por una de encaje que suponía iba en su cintura y de está salían dos más pequeñas para atarse al cuello. Era lo que se suponía debía cubrir sus pechos. Se sonrojó un poco al imaginarse con esa prenda puesta, sin duda la delgadez de la tela dejaría nada a la imaginación. Recordó que un trozo de tela cayó y fue por él, lo extendió entre sus dedos, pero solo era un pequeño triángulo unido a otras dos tiras. Parecían ser las ropas escandalosas que traían vueltas locas a las chicas y que provenían de occidente.
Sólo ahora comprendía las palabras de Tae:
"Esto volverá loco hasta al más santo, recuerda usar la parte de abajo también".
De repente se le antojó bastante calurosa la habitación, ¿en realidad podría ella ponerse semejante ropa? Los ojos violeta de Kenshin aparecieron en su mente, recordando la promesa que se había hecho a sí misma, tenía que romper con la barrera que aún los separaba y haría lo necesario para hacerlo.
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¿Cómo ven el inicio de este pequeño regalo?
Me encanta leer y responder sus comentarios, así que no duden en dejarlos, eso siempre me alegra el día.
Por cierto no olvidó que debo seguir con "luchando x el mismo amor" ya estoy en días de actualizar, es solo que me metí de lleno en el ShikaTema, pero no abandonaré ningún proyecto.
akanke: pronto verás la continuación, gracias por seguir esperando!
