-Capitán- dijo Gibbs.

-Shh. Estoy durmiendo- respondió Jack entre ronquidos.

-Pero, Jack- intentó éste de nuevo.

-Ah, no grites- se quejó

-¡Jack!- la voz de Elizabeth se escuchaba desesperada.

-Despierta de una buena vez- le dijo un molesto Will.

-¿Pero que…?- cuestionó al abrir los ojos y encontrarse amarrado. (Si bien, una soga)

El festejo de anoche había dejado consecuencias (la terrible resaca) con la captura de toda la tripulación (incluido el afamado perico de Cotton) a manos de Davy Jones (alias: Cabeza de pulpo, aficionado de traer animales en la cabeza)

-Bueno, bueno, que nadie se mueva hasta que yo inspeccione la situación- dijo apenas pudiendo contonearse un poco. Todos acataron las ordenes del capitán (no les quedaba otra, estaban amarrados)

-¿Cuál es el plan capitán?- preguntó Ragetti con interés.

-¿Plan? Yo dije que iba a inspeccionar no a planear- respondió éste.

-Uh, oh-

-¿Qué ocurre Will?- cuestionó Elizabeth

-A Jack todavía no se le ha pasado el efecto del Ron-

-¿Cómo lo sabes?-

-Porque no te esta mirando con esos ojos de lobo hambriento-

-Ah- exclamó Elizabeth un poco confundida.

-No estoy bo-borracho- reprochó Jack; tratando de ponerse de pie (sin éxito).

-Si, si lo estas-

-Que no, o mi nombre no es…-

-¡Jack Sparrow!-

-Ese… creo-

-¿Qué quieres de nosotros?- cuestionó con voz desafiante Elizabeth.

Davy, sin inmutarse (cómo siempre) seguía con su cara de seriedad, dirigiendo sus ojos a Jack.

-Hey, tanto tiempo sin verte. ¿Cómo está la familia? ¿No se te pegaron las ventosas a la almohada?-

-Por lo visto todavía no sé te pasa el efecto del ron, Sparrow-

-¿Lo adivinó porque no está viendo a Elizabeth cómo siempre?-

-No-

-¿Porque trae el sombrero al revés?-

-mmm… no-

-¿Porque no puede mantener el equilibrio ni hablar bien?-

-em… no-

-¿Entonces… Porque aún no se ha escapado?-

-Este, no-

-Nos damos-

-Pues, porque simplemente a él nunca se le pasa el efecto del ron-

-Ah, si, es verdad-

-Y porque en este preciso momento está bebiendo otra vez- todos voltearon a verlo tratando de mantener una botella que acababa de sacar de sus ropas (no pregunten cómo, o por qué).

-¡Jack!- reprocharon todos.

-¿Qué? Tengo sed-

-¿No puedes esperar a que salgamos de este problema?-

-Ja, ja; pues si quieren salir de esta. No tengo nada en contra de ustedes, claro a excepción de el robo de mi corazón, los daños a mi propiedad, mis gastos de recursos y energías, mis terapias de estrés que provocaron, mis espasmos, mis traumas, sin olvidar el ridículo que me hicieron pasar, la perdida de algunos de mi tripulación. Los daños al kraken, no tienen idea de lo que se quejó conmigo; estuvo a punto de renunciar, me hicieron suplicarle. Además de que también arruinaron mis vacaciones en el Caribe… ¿o no muchachos?-

-¡Sí!- gritó toda su tripulación al unísono-

-También la gastritis por los corajes y gracias a ustedes me volvieron las migrañas-

-¿Has probado fomentos de albahaca con un toque de menta?- cuestionó Gibbs

-No-

-Son muy buenos para la migraña. Y el té de… mmm….-

-¿Ginsen?- inquirió Raguetti

-Sí ese, es bueno para la gastritis-

-No, ese ya lo probé y no me dio resultado- dijo Davy decepcionado.

-¿Elizabeth, que tu no tienes un remedio para eso?- cuestionó Will

-Ehm…- meditó un momento Elizabeth insegura.

-¿Has probado con una copita de ron cada 30 minutos 36 veces al día?- inquirió Jack.

-No-

-Pues, no lo intentes, yo sigo haciéndolo y aún no dejo de ver doble- dijo colocando su mano frente a su rostro y moviéndola de un lado al otro.

-Ah, eso lo explica todo.- recriminó Elizabeth.

-Pero ¿Qué pasará con nuestra libertad?- preguntó Will preocupado.

-Mira, te propongo una oferta que no podrás rechazar- (Sí, de El Padrino) –Tú y tus amigos se van, a cambio de que me dejen a Jack…ah, y el remedio de la gastritis-

-Trato he…-

-¡No!- interrumpió Elizabeth.

-¿No?-

-Es que es una receta familiar, ustedes entienden-

-Pero…-

-Vamos, Elizabeth-

-Esta bien, esta bien- Elizabeth empezó a escribir en un papelito.

-Pero… ¿Qué pasará conmigo?- preguntó Jack un poco alterado.

-Nada, sólo sal(d)arás tu cuenta- respondió Jones.

-Ah, menos mal. ¿Dónde está el salero?-

-No, dije: "Saldarás" no "Salarás"-

-Ahm- exclamó él con sus cejas arriba.

-Tranquilo- murmuró Will –Te sacaremos-

-Bueno, pues date prisa que ya se me está pasando el efecto del ron- le respondió éste.

Elizabeth, Will y toda la tripulación (Sí, también el perico) se disponían a irse.

-Au revoir, Arrivederci, Do Vidjenja, So long, Adius- se despidió animadamente Jack. – No olviden escribir-

La tripulación se puso en sus puestos listos para zarpar. Y una vez todo preparado, Will dio una señal e inmediatamente sacaron espadas, tomando a los hombres (moluscos) de Davy por sorpresa. Rápido Elizabeth y Will tomaron a Jack y lo metieron al barco (mejor dicho, lo arrojaron).

-¡Todos, fuego!- gritó Will

-¿Fuego. Dónde?- Preguntó Jack alterado, levantándose de golpe.

-No, Jack- todos los cañones se dirigieron hacía el barco de Davy lo más rápido que se pudo y comenzaron a disparar. El barco de Jones se sumergió y no volvió a aparecer; así que aprovecharon para dirigirse a toda velocidad a la tierra más próxima. (Uff, que suerte).

-Urra-

-Sí-

-Bravo-

Todos festejaban mientras el barco iba a toda marcha.

-Vaya- dijo Jack saliendo de repente (quien sabe de dónde) –tuve un sueño muy extraño- dijo caminando cómo siempre hacía sus amigos (ya se le había "pasado" el efecto).

-¿De verdad?- cuestionó Elizabeth.

-Sí, soñé que Davy Jones, nos atrapaba, y luego se quejaba de un montón de cosas y después me rescataban. Vaya fiesta la de anoche, ¿eh?- dijo colocando media sonrisa, mientras todos rodaron los ojos.

-Bueno, que sueño más interesante. Ahora, si no te molesta tomar el timón. Nos dirigimos a tierra- le dijo Will.

-Ehh, tranquilos, ¿Por qué tanta prisa, dónde está el fuego?- (¬ ¬ hay mi querido Jack).

-¡Porque sí!- dijeron todos al unísono, con molestia, cansancio y desgana. (jeje)

-Bueno, bueno- dijo moviendo las manos y dirigiéndose al timón –Ah, por cierto... Entonces, ¿Quedó Ron?-

-¡¡Jack!-

-¡¿Pero ahora que hice!...En fin,- tomó una postura sobria, y empezó a cantar –Yo-jo, yo-jo; un gran pirata soy…- y así el barco se perdió en el horizonte (Bueno, a tierra. Pero quería agregarle emoción. Jeje)

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