N/A De nuevo, gracias por leer, podéis dejar comentarios como visitantes sin necesidad de tener un perfil en Fanfiction, os lo agradecería enormemente para conocer vuestra opinión sobre esta historia, ya que tengo futuras ideas para fanfics de esta misma película y agradecería consejos de narración y reseñas. Disfrutad de la lectura.
El cochero no pudo articular palabra, su hija estaba muerta, no podía explicarse lo ocurrido, sus ropas estaban empapadas de sangre y su rostro golpeado con brutalidad.
Los dos agentes de policía lo acompañaron de vuelta su casa, le dieron el pésame, uno de ellos se fue a continuar su trabajo, el otro se quedó esperando, el cochero se quedó mirando la fachada de su casa por unos momentos, no se atrevía a entrar, los policías no le habían comentado nada sobre su mujer, ¿tal vez ella no lo supiera? Seguramente, si no, nunca habría permitido salir a Emma a esas horas de la noche. Cómo Iba a decírselo no podía pensarlo claramente. Respiró intentando hacer que la pena lo abandonase pero era inútil, se armó de valor y agarró el picaporte de la puerta principal preparándose para lo que podría ocurrir una vez entrase.
Desde dentro su mujer esperaba sentada en la mesa del comedor a la luz de una vela sostenida en un candelabro de hierro, se giró rápidamente y con nerviosismo al escuchar la puerta abrirse con la débil esperanza de que su hija apareciera sana y salva y se entristeció al ver a su marido de quien pensaba que no conocía la noticia aún.
- Querido, ha ocurrido algo terrible. -
-Lo sé, me han informado debidamente. - respondió el cochero al oír las palabras de su mujer.
-Emma ha desaparecido y no puedo encontrarla, por favor ve con la policía a ayudar a encontrarla. -.
El cochero abrió los ojos por la sorpresa, su mujer aún no sabía nada de lo que habían encontrado.
-Será mejor que los deje a solas, - respondió el policía que lo había acompañado. - Cuéntele lo ocurrido, es más fácil así. - pidió al cochero antes de marcharse y cerrar la puerta principal.
-No entiendo, ¿qué tienes que contarme?. - preguntó acercándose a él. - ¿Qué ocurre? -
- Valentina escucha, siéntate por favor... -
Ambos se sentaron y el hombre agarró las manos de su mujer, notando como temblaba por los nervios y la angustia.
-Han encontrado a Emma. -
-Pero... Es... es fantástico, - dijo con esperanzas la mujer. - ¿está bien? ¿Dónde se encuentra? -
El cochero notó como un par de lágrimas comenzaban a caer por sus redondas mejillas.
-Valentina... Emma... No va a volver. -La cara de la mujer se puso pálida. - Encontraron su cadáver en un callejón. -
-¡No! - dijo negando con la cabeza. - ¡No puede ser! Deben de haberse equivocado. - dijo apartando las manos de las de su marido.
-No sé han equivocado, lo he visto Valentina... - respondió con profunda tristeza. - era Emma, no sé cómo ha ocurrido, pero alguien la ha atacado y ha fallecido. -
-No, es imposible que sea ella, está en su cuarto, durmiendo.-
Valentina se levantó de la mesa y se dispuso a subir las escaleras, el cochero siguió con cautela a su mujer quien se dirigió a la habitación de Emma y abrió rápidamente la puerta. No había nadie, la vela que ella había estado utilizando para leer casi se había consumido por completo aunque todavía emitía una leve llama con luz naranja que iluminaba el dormitorio sólo para verificar que estaba vacío.
-No... No... No es posible. - dijo ella dando un par de pasos hacia atrás antes de chocar con su marido.
Valentina se dio la vuelta con los ojos inundados de lágrimas antes de notar como su marido la abrazaba contra su cuerpo en un intento de calmarla mientras escuchaba los sollozos de su esposa.
- No sé lo que ha ocurrido, pero Emma se ha ido. - dijo el hombre intentando razonar con ella.
-Pero no lo entiendo. - dijo Valentina. - Emma era una buena chica, no saldría de noche y mucho menos sola. - lloró. - Lo sabes perfectamente, era obediente y responsable ¿por qué haría una cosa así? -
El cochero debía admitir que su esposa tenía razón, no lo entendía, su hija nunca se habría escapado de casa así sin un motivo, pero no lo había, y no podía deducirlo, no tenía motivos para irse, no había festividades del pueblo aquella noche, ni tenían reuniones con algún vecino esa noche... Entonces ¿qué la había hecho salir de casa?
-No lo sé Valentina. - respondió con una absoluta sinceridad. - Realmente no lo sé. -
