Disclaimer: como seguramente habréis supuesto anteriormente, ninguno de estos personajes me pertenece(exceptuando a Sorathan y a Kedra). Por suerte para Rowling todavía no he puesto en marcha mi plan de secuestro de todos los personajes del mundo de HP Muahahahahaha.
Ola olitaaa! Por fin he conseguido acabar y subir el cap, y no ha sido necesario escaparme de ninguna clase de química xDD
Puesto que una de mis intenciones es ir descubriendo poco a poco el pasado y el futuro de Sorathan, he pensado que estaría bien usar este capitulo para seguir introduciéndola y para describir sus sentimientos. Todo lo que le pase estará relacionado con Snape, asi que de momento me gustaría hablar un poquito más de ella :P. Tambien he metido brevemente algo de La cámara de los Secretos, pero únicamente para situar a los personajes en el tiempo, ya que esto es más bien algo secundario(o terciario xDD). Mi propósito es centrarme en la relación Snape-Sorathan, pero poquito a poco xD
Muchiiiiisimas gracias por los reviews a marissastack, Helena Snape, Laia Bourne Black, Anyeli Cetra, angel sin alas.
Capítulo 4
Hacía ya un mes desde que Sorathan había llegado a Hogwarts, y tan ocupada había estado buscando las clases(desde luego, no acudió a la cita con el profesor Snape para que le enseñara el colegio) y haciendo todos los deberes que le mandaban que apenas había tenido tiempo de salir al exterior. Se encontraban a principios de Diciembre, y el clima era tan húmedo y frío que todo el mundo pasaba la mayor parte del día en las salas comunes(todos excepto ella, que tenía la impresión de que su sala común era aún más fría que la mismísima nieve).
Hasta el momento, las clases habían sido un completo éxito. Los encantamientos eran su especialidad, y el profesor Flitwick estaba tan contento con ella que en una ocasión le cedió una clase para que le explicase al resto de los alumnos las propiedades del encantamiento Confundus(Ron, tan emocionado como siempre con la presencia de la muchacha, se había prestado voluntario para hacer la demostración con ella. Después de aquella clase se pasó dos días enteros preguntando cómo se llamaba y qué estaba haciendo allí). Por otra parte, las clases de Transformaciones eran demasiado fáciles para ella, así que en esa asignatura simplemente se dedicaba a ayudar a Harry y a Ron cada vez que sus ratas se convertían en copas peludas tras un fallido intento de realizar el encantamiento "Vera Verto". Y de las clases de Defensas Contra las Artes Oscuras mejor no hablar, ya que el profesor(Gilderoy Lockhart) utilizaba la asignatura únicamente para hablar de sus estupenda sonrisa(no tan estupenda para Sorathan, ya que aprovechaba esas clases para dormir o hacer deberes de otras asignaturas).
En cuanto a las clases de Pociones, no se había presentado a ninguna desde aquel día en el que había descubierto que el profesor Snape era un hombre injusto capaz de hacer cualquier cosa para que su casa ganase la copa. Aunque, al parecer, aquella era una cualidad de los Slytherin:hábiles y astutos, capaces de utilizar cualquier medio para lograr sus fines. ¿Se supone que ella también era así? Deseó con todas sus fuerzas que no fuese cierto.
Cómo todos los días, Sorathan se encontraba en la biblioteca, tratando de encontrar las suficientes palabras como para llenar cuatro pergaminos con las propiedades de la sangre del los dragones, y como siempre, todas las miradas de la gente que la rodeaba estaban puestas en ella. Era algo a lo que ya estaba más que acostumbrada, y ya no le sorprendía en absoluto cada vez que alguien se acercaba a ella y le pedía un autógrafo(tan sólo Ron había conseguido uno gracias a su perseverancia, y gracias también a que no la dejaba atender en clase de Transformaciones con sus constantes "por favor, por favor, por favor...").
Apoyando la cabeza sobre la mano izquierda(gesto que demostraba que estaba completamente aburrida), se dispuso a escribir sobre el pergamino la primera propiedad de la sangre de los dragones. Fue entonces cuando vio por el rabillo del ojo a la amiga de Harry y Ron, Hermione Granger, quien se acercaba a ella con paso tímido, abrazando sus libros contra el pecho.
-Disculpa-dijo sentándose junto a ella-. Vamos a la misma clase. Me llamo...
-Sé como te llamas-dijo Sorathan sonriente, incorporándose y dejando la pluma sobre la mesa-.
-¿Interrumpo algo?.
-No, tranquila-con una mano apartó hacia un lado el pergamino en el que había estado escribiendo, aunque Hermione estiró la cabeza lo suficiente como para enterarse de qué se trataba-.
-Yo ya lo he acabado-dijo sonriendo-. Me ha ocupado seis pergaminos, espero que no le importe a la profesora McGonagall.
-¿Seis pergaminos?-repitió sorprendida. Ella tan siquiera sabía cómo empezar-.
-Si quieres puedo ayudarte.
-Claro... gracias-era lo único que podía decir. Entornando la vista para acostumbrarse a la semi oscuridad de la biblioteca, que tan sólo estaba iluminada por unas cuantas velas, descubrió que la niña movía nerviosamente las manos bajo la mesa-. ¿Me buscabas por algo?-la invitó a continuar-.
-Sí, verás...-sus mejillas se sonrojaron levemente-. Hagrid, el guardabosques, me ha pedido que te diga que... le gustaría mucho poder ver al lobo blanco...
-¿Hagrid¿No es ese hombre tan alto y robusto que suele sentarse a la derecha de Dumbledore durante las comidas?.
-Sí, es él. Adora las criaturas mágicas y le haría mucha ilusión poder ver a tu lobo más de cerca.
-Bueno, entonces supongo que Kedra y yo podríamos pasarnos un rato por su cabaña.
-¡Eso sería genial!-exclamó dando un salto-. ¿Te parece bien a las seis en el vestíbulo?.
-Claro.
-Muchas gracias, Sorathan-dijo sonriendo ampliamente y levantándose de la silla-. Quizá después de visitar a Hagrid pueda ayudarte con tu trabajo-añadió antes de dar media vuelta y desaparecer-.
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Justo acababa de sonar la campana que anunciaba que eran las seis de la tarde cuando Sorathan vio a Harry, Ron y Hermione bajar corriendo las escaleras que conducían al vestíbulo. Había estado esperando con gran impaciencia, ya que desde que había llegado a Hogwarts no había tenido la oportunidad de volver a poner un pie fuera del lugar, y tal vez fue por eso que aceptó la oferta de ir a hacerle una visita al guardabosques del colegio. Tenía muy presentes las advertencias que Dumbledore le había echo casi a diario indicándole el peligro que podría correr si se alejaba demasiado de Hogwarts(tal vez temía un nuevo ataque del yummus), pero no se preocupó en absoluto por ello. De todos modos, pensó, el único peligro que corría era el de coger un buen resfriado, por lo que se aseguró su bufanda blanca y verde en torno al cuello, se cerró bien la túnica, se colocó la capa sobre los hombros y echó a andar hacia la puerta seguida muy de cerca por los tres jóvenes(Ron caminaba completamente pegado a ella, tal vez intentando presumir ante todo el mundo que era amigo de "la que había llegado del cielo"). No hace falta decir que Kedra había sido el primero en salir, deseoso como estaba de volar en un espacio mucho más abierto que los patios de Hogwarts.
La cabaña de Hagrid, situada en el linde del bosque prohibido, no era ni demasiado grande ni demasiado lujosa, pero a Sorathan le pareció(tan solo con verla desde fuera) un lugar espectacular en el que sin duda le hubiese gustado vivir a ella. Era perfecto: solitario, no muy lejos de Hogwarts pero tampoco cerca, íntimo, de apariencia simple, cálido y acogedor. El guardabosques les esperaba fuera, saludando alegremente con una mano y acariciando con la otra a un gran perro jabalinero que permanecía sentado a su lado.
-¡Hola, hola!-saludó estrechando con tanta fuerza la mano de Sorathan que a punto estuvo de sacarle el brazo de su sitio-. Muchas gracias por venir.
-No hay de qué-contestó una vez consiguió reponerse, aunque tuvo que frotarse la mano durante varios minutos para conseguir devolverle el flujo sanguíneo-. Me llamo Sorathan. Es un placer conocerle.
-¡El placer es mío! Me llamo Rubeus Hagrid, y soy el guarda de las llaves y los terrenos de Hogwarts, además de un gran amante de todas las criaturas mágicas-añadió riendo y golpeándose felizmente su gran barriga con las manos-. ¿Dónde está el pequeñín?.
Sorathan se llevó dos dedos de la mano derecha a la boca y sopló con fuerza, emitiendo un potente y prolongado silbido. Casi inmediatamente, escucharon un pequeño ladrido proveniente del cielo, y varios segundos después pudieron ver con claridad a Kedra bajando de las alturas directo hacia la muchacha.
-¡Es precioso!-exclamó Hagrid levantando una mano y acariciando al lobo detrás de la oreja-. He leído varias veces acerca de estos animales, aunque pensé que ya no quedaba ninguno. Normalmente se atribuían a personas pertenecientes a la familia real y a magos muy poderosos. ¿Dónde lo conseguiste?-preguntó mientras tomaba las alas del animalillo y las miraba más de cerca-.
-No lo se-dijo encogiéndose de hombros-. Siempre ha estado a mi lado. No recuerdo ni un solo momento de mi vida en el que Kedra no haya estado presente.
-Que curioso...-murmuró mirando fijamente a la muchacha, aunque su atención pronto se desvió hacia el lobezno, quien permanecía colgando boca abajo y sujeto por las patas traseras para poder ser mejor estudiado por el gigante-.
-Todavía me acuerdo de el día que llegaste-dijo Harry con un brillo de emoción en sus ojos-.
-Kedra era un precioso destello blanco en el cielo-recordó Hermione suspirando-que huía de las sombras.
-Y fue asombroso cuando te quedaste colgando del lobo con una sola mano-continuó Ron-, y también cuando caíste sobre el tejado. Pensé que no volverías a levantarte-añadió tragando saliva ruidosamente-.
-Pero Kedra apareció de nuevo-esta vez era Hagrid quien se unió a la reconstrucción de los hechos-, te tomó entre sus fauces y echó a volar.
-¿Sabías que caíste muy cerca de mí?-preguntó Harry-.
-No recuerdo mucho de eso último-concluyó Sorathan sonriendo tristemente. Jamás había pensado que aquel día permaneciese grabado en el corazón de tanta gente, y jamás pensó que lo recordasen con tanto... cariño-. Sin embargo, estoy de acuerdo con vosotros en eso de que Kedra estuvo espectacular-dijo acariciando a su blanco amigo, quien le devolvió el gesto dándole un pequeño lametón en la mano-. Sin él no habría podido llegar nunca hasta aquí-bajó la mirada tristemente, sonriendo con un gesto de nostalgia-. Siempre ha estado a mi lado, ayudándome, dándome el cariño que nunca obtuve de las personas. Le he dado la oportunidad de marcharse y de ser libre en incontables ocasiones, pero siempre decide quedarse a mi lado y ayudarme, aunque eso signifique arriesgar su propia vida. Kedra es... es la única familia que tengo.
La muchacha levantó la mirada lentamente, y descubrió que todos la miraban tristemente(Hagrid estaba llorando de la emoción que le había causado aquellas palabras, aunque trató de ocultarlo). Nunca antes había hablado con nadie de aquello, nunca antes le había contado a nadie lo que sentía. Llevaba tantos años viajando, tantos años entre gente desconocida y sin un hogar que se había visto obligada a aprender a suprimir sus sentimientos y a aceptar los rechazos, por muy dolorosos que fueran. Pero esa era la triste realidad de Sorathan Fields: sin familia y sin hogar, había viajado desde que era una niña en busca de su pasado. Y, a pesar de que sus viajes le habían aportado mucha experiencia, conocimiento, fuerza y poderes, seguía sin encontrar lo que buscaba. ¿Qué era lo que buscaba? Ni ella misma lo sabía, aunque estaba segura de que lo reconocería en cuanto se topase con ello.
Sacudiendo la cabeza para alejar todos aquellos tristes pensamientos de la mente, la muchacha levantó una vez más la mirada, pero esta vez para fijarla en el cielo. Estaba atardeciendo, y la brisa era tan fresca y agradable que pronto supo qué era lo que podría alegrarla en aquellos momentos.
-¿Le gustaría a alguien dar un paseo montado sobre Kedra?-preguntó sonriendo. Inevitablemente, y a pesar de que todos(excepto Hermione, quien tenía un pánico tremendo a las alturas) comenzaron a saltar asintiendo fuertemente, fue Ron el primero en pedirlo. Una vez más, Sorathan sonrió, y teniendo presente las advertencias de Dumbledore(e ignorándolas de nuevo), miró a Kedra y asintió lentamente-.
El pequeño lobezno, gruñendo de la excitación ante la posibilidad de poder echarse a los cielos una vez más, dejó de agitar sus cortas alas y se posó en el suelo. Apenas unos segundos más tarde, comenzó a brillar con una fuerte luz blanca que cegó tanto a los tres jóvenes como a Hagrid(Sorathan había tomado la precaución de taparse los ojos), y poco después sus extremidades comenzaron a estirarse, su cabeza y hocico se hicieron más grandes y sus enormes alas se abrieron a ambos lados de su lomo, alcanzando unas longitudes descomunales.
Cuando Kedra dejó por fin de brillar, todos pudieron abrir los ojos para comprobar que en el lugar en el que había estado el pequeño lobezno había aparecido un gran lobo blanco de aspecto fiero, orgulloso y altivo. Sorathan fue la primera en acercarse a él, seguida después por un impresionado Ron(por no mencionar la cara que se le había quedado a Hagrid).
-No me morderá¿verdad?-preguntó el pelirrojo, un tanto escéptico, mientras Sorathan le ayudaba a montar sobre Kedra-.
-Tan solo muerde cuando yo se lo ordeno-rió ella, subiendo sobre el lomo del animal y sujetando a Ron fuertemente entre sus brazos-. Agarrate fuerte y disfruta del viaje-añadió con una sonrisa-.
Sin necesidad de que Sorathan dijese nada, Kedra comenzó a correr a gran velocidad, agitando sus enormes alas y levantando grandes cantidades de polvo mientras empezaba a elevarse lenta y elegantemente en el aire.
-¡Qué pasada!-exclamó Ron mientras se agarraba con más fuerza al cuello del lobo-.
Visto desde aquella altura, bañado por los últimos rayos del sol y punteado por las primeras estrellas de la noche, el paisaje que rodeaba a Hogwarts era completamente hermoso y espectacular. Era... mágico.
Sobrevolaron por entre las torres del castillo, ascendiendo y descendiendo a gusto de Kedra, quien disfrutaba haciendo cabriolas ante todos los alumnos que, de nuevo, miraban hacia el cielo y señalaban fascinados al gran lobo blanco.
Varios minutos después se encontraron volando sobre el lago puro y cristalino. El color dorado de las aguas había comenzado a desvanecerse poco a poco, dejando lugar a un hermoso plateado que indicaba que la noche estaba próxima. La luna llena ya brillaba sobre sus cabezas, y en cuanto Kedra vio su reflejo redondo en el lago descendió hasta él y comenzó a acariciar la superficie del agua con sus patas delanteras, profiriendo a la vez un prolongado y alegre aullido.
-Mira-susurró Sorathan en el oído de Ron-. Kedra quiere tocar la luna.
Ron simplemente rió a causa de la emoción, y la muchacha no pudo más que sonreír satisfecha. Había anhelado aquellos momentos que había compartido con Kedra durante tantos años, aquellos momentos en los que los dos disfrutaban de la libertad que les concedía el inmenso cielo y que tan bien les hacía sentir.
-Suéltate, Ron-dijo de pronto-.
-¿Qué?-preguntó completamente asustado y agarrandose con más fuerza como acto reflejo-.
-Kedra no te dejará caer-sonrió, y alzando los brazos hacia el cielo, dejó que la brisa meciese sus cabellos y despejase su mente-.
Aunque a Ron le costó bastante tiempo atreverse a hacerlo, pronto los dos se vieron sobrevolando sobre el lago con las manos extendidas hacia la luna, sintiendo cómo una hermosa sensación de libertad se apoderaba de ellos. Kedra simplemente aulló con fuerza para unirse a sus dos jinetes en la celebración, y para darle la bienvenida a la noche.
Una vez hubieron montado todos sobre Kedra(a Hermione tardaron bastante en convencerla) y tras asegurarle a Hagrid que era demasiado grande para hacerlo, se dirigieron juntos hacia el castillo.
Cuando llegaron al vestíbulo se sorprendieron al encontrarlo completamente vacío. Cierto que era de noche, pero aún a esas horas tanto profesores, prefectos como alumnos de séptimo curso solían pasar por allí. Alarmados, los tres jóvenes y la muchacha corrieron escaleras arriba, pero no vieron nada (ni a nadie) hasta que llegaron al tercer piso. El suelo del pasillo estaba completamente encharcado, y lo peor de todo, la señora Norris(la gata del conserje Filch) permanecía colgada del soporte de una antorcha, completamente petrificada.
-Oh, no...-susurró Hermione aterrada, dando un paso hacia atrás-.
-Es horroroso-dijo Ron con voz temblorosa y el rostro pálido. Casi instintivamente buscó a tientas algo a lo que aferrarse para no desmayarse de la impresión, hasta que por fin se encontró con la mano de Hermione-.
-¡Ron!-exclamó la niña un tanto molesta, soltándose de la mano de su amigo rápidamente-.
-Vamonos de aquí-suplicó el pelirrojo, ignorando el comentario de Hermione y tirando de su túnica para alejarla de allí-.
Sin embargo, tanto Sorathan como Harry quisieron saber más de lo que estaba sucediendo allí, por lo que caminando lentamente por el suelo mojado se acercaron más a la gata petrificada. Kedra(de nuevo con el aspecto de un travieso lobezno) voló hasta la señora Norris y comenzó a olisquearla cautelosamente, y estaba a punto de morderle la cola cuando un grito de asombro de la muchacha llamó su atención.
Sorathan estaba parada frente a la pared contigua a la que colgaba la gata, mirando con los ojos muy abiertos una inscripción escrita con una sustancia que parecía... sangre.
-La cámara de los secretos ha sido abierta-leyó con voz distante-. Temed, enemigos del heredero.
Justo cuando terminó de hablar, a sus oídos llegaron las numerosas voces y pisadas de gente que caminaba por el pasillo. Segundos después, el lugar estuvo repleto de alumnos y profesores que miraban la escena horrorizados.
Sorathan dio un paso hacia atrás para reunirse con Harry, Ron y Hermione, mientras Filch corría hacia la señora Norris gritando desesperado y con lágrimas en los ojos.
Eso es todo por ahora. Supongo que se notará bastante la mala racha creativa que he tenido esta semana, pero bueno, yo creo que ha sido culpa de las clases de química, que matan mis neuronas xDD
Ya habeis visto que Sorathan se ha acercado mucho al trío Gryffindor, pero supongo que la mayor parte del tiempo ella irá a su bola xD En el próximo cap llegan las navidades, y con ellas Severus de nuevo, así que a ver que tal se llevan en estas fechas taaaaaan bonitas xDD.
Como dato curioso, os pongo aquí las canciones que me inspiraron para hacer este fic: Nothing I've ever Known y Don't let go de Bryam Adams, y Last Goodbye de Alex Band.
Muchos besossssssss
Sorathan Fields
