Disclaimer: en respuesta a las amenazas y a las cartas bomba que han aparecido delante de la puerta de mi casa firmadas por una tal Rowling(la conoce alguien?) quiero dejar claro que Harry Potter and CIA no son míos. Quienes sí son míos son Sorathan y Kedra, y el día que tenga mi propia historia no pienso dejárselos prestados a Rowling xDD
Wolaaaaa! Después de todos mis intentos (en vano) por hacer bien algún maltido examen, he encontrado finalmente tiempo para seguir escribiendo. Antes que nada quiero dejar claro que este es el último, repito, el ÚLTIMO cap en el que no aparece Snape. Una vez introducidos los personajes necesitaba introducir la acción, y aunque al principio no iba a ser más que un parrafito de nada... pues se me ha ido la mano y me ha salido un cap entero xDD. Pero bueno, juro solemnemente que a partir de aquí Snape va a salir en toooooodas partes. Además, como niña wena ke soy voy a subir el cap 7 en cuanto acabe de subir este (2 en 1 xD), y ahí si que sale Snape.
Gracias de corazón a Helena Snape y a Gaia-drea por los reviews, me alegra que el fic esté siendo de vuestro gusto. Y aprovecho para animar a los que me leen a dejarme algún que otro comentario, sugerencia... aunque sea un simple "Hola", yo acepto todo tipo de cosas xDD.
Capítulo 6
Una vez acabadas las navidades, los alumnos comenzaron a llegar en grandes grupos. Todos parecían haber olvidado ya el accidente de la cámara de los secretos(excepto Filch, quien aprovechaba la mínima oportunidad para castigar a los supuestos culpables de la petrificación de su gata: Harry y Sorathan), así que las cosas volvieron a la normalidad.
Las clases se reanudaron, y los pasillos estuvieron de nuevo repletos de ruidos, risas y voces.
Por su parte, las vacaciones parecieron calmar y serenar a Sorathan, porque a parte de hacer todos los deberes que le mandaban(antes no solía acabarlos) había decidido acudir a clases de Pociones. Desde luego, su situación con el profesor Snape no había cambiado en nada, ya que seguían con sus discrepancias, burlas, sarcasmos y miradas asesinas, por no mencionar todos los castigos que le mandaba cumplir a la muchacha(al menos dos por día, aunque ella aún no había cumplido ninguno por pura arrogancia).
Aquel era uno de esos días en los que estaba tan cansada y con tan pocas ganas de moverse que permaneció en su propia sala común, tan pegada como le era posible a la chimenea mientras leía distraídamente un libro(en aquella ocasión, El unicornio de oro). No muy lejos de ella se oían las voces de sus compañeros, quienes reían con tanta fuerza que no la dejaban concentrarse en su lectura.
-¡Hey, Sorathan!-llamó Draco, sentándose en el sofá en el que ella se encontraba. En apenas unos segundos cerca de una decena de personas se encontraron en torno a la muchacha-. ¿No tendrías que estar ahora limpiando el aula de pociones?.
-¿Y tú no deberías estar haciendo los deberes?-preguntó molesta, cerrando el libro y repasando con una irritada mirada a todos sus compañeros. A pesar de que Draco era muy brusco y un tanto pesado en ocasiones, no dejaba de ser para ella como un hermano pequeño y travieso al que debía vigilar constantemente-. ¿Qué quieres ahora?.
-Alguien ha dejado esto en aquella mesa-dijo señalando hacia un rincón en el que se encontraba una pequeña mesa descolorida y roída por el tiempo, y posteriormente extendiendo la mano y entregándole una carta a la muchacha-. Tiene tu nombre.
Sorathan miró con curiosidad el pequeño sobre, amarillento y cubierto de barro. El nombre de Sorathan Fields apenas podía leerse entre tanta suciedad, por no hablar de la horrible caligrafía con la que estaba escrito. No pudiendo aguantar más su curiosidad, se encargó de recostarse contra una pared lo suficiente como para que sus compañeros no introdujesen las narices en sus asuntos, y después abrió el sobre tan rápidamente que rompió un trozo de la nota que había en el interior. Dicha nota estaba tan amarillenta y sucia como su envoltorio, y su letra era igual de mala o peor que la que habían utilizado para escribir su nombre(tuvo que leerla varias veces antes de asegurarse que lo había entendido todo bien).
En el claro del bosque prohibido a media noche. Sigue el camino junto a la cabaña.
La nota no tenía remitente, aunque era tan breve que en un principio Sorathan pensó que se la había enviado Severus Snape. Sin embargo¿por qué iba él a dejárselo sobre una mesa en lugar de enviarle una lechuza como la otra vez¿Por qué no iba a escribir su nombre indicando que la carta era suya?. Todo aquello era demasiado raro. ¿Quién diablos querría verla a aquellas horas de la noche?.
-¿Viste quién la dejó ahí?-preguntó mirando a Draco lo suficientemente seria como para hacerle entender que quería una respuesta sincera-.
-No-contestó apresuradamente mientras miraba uno por uno a sus compañeros, quienes asintieron para darle la razón-. Estaba ahí cuando llegué de la clase de Transformaciones.
-¡Eso fue hace una hora¿Por qué no me la has dado antes?-de pronto calló y entrecerró los ojos para mirar al niño rubio, comenzando a comprender el porqué de que la carta hubiese llegado tan tarde hasta sus manos-. ¿La has leído?.
-Yo no, pero Crabbe y Goyle sí-contestó tranquilamente, aunque por la cara que estaban poniendo los dos muchachos aludidos Sorathan comprendió que aquello no era del todo cierto-.
-Escucha, Draco, es importante que no le digas nada a nadie¿de acuerdo?.
-Tienes mi palabra-dijo solemnemente mientras se llevaba la mano derecha al corazón. Todos los presentes rieron entre dientes-.
-Más te vale no jugármela, o de lo contrario te convertirás en comida para lobo-una vez se aseguró de que Draco hubo asentido firmemente y un tanto asustado, tomó la capa que había colgado en un perchero cercano y se dirigió hacia la salida de la sala común. Por su parte, Kedra se acercó al muchacho y le enseñó los dientes para recordarle lo que Sorathan acababa de decirle-. Ni una palabra a nadie-añadió antes de desaparecer-.
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Estaba tan inquieta que era incapaz hasta de comer. Mientras removía la sopa con la cuchara repasaba la nota mentalmente una y otra vez, tratando de encontrar alguna pista que le llevase hasta alguien o algo. ¿Quién querría reunirse con ella en el bosque prohibido en mitad de la noche?. Hubo un momento en el que llegó a pensar que se trataba de una broma de Draco, pero cuando le escuchó susurrando con el resto de los compañeros acerca de quién podría haber escrito la nota y para qué, descartó aquella posibilidad. Desde luego, ninguno de los profesores podía haber sido, ya que eran ellos quienes le tenían prohibido alejarse de Hogwarts(incluso desechó la idea de que hubiese sido Snape, ya que no tenía sentido que un hombre tan poco aficionado a andar quisiese reunirse con alguien en el bosque prohibido pudiendo hacerlo en su propio despacho). Ni siquiera pensó en la posibilidad de que hubiesen sido Harry, Ron, Hermione o Hagrid. Pero entonces...¿quién?.
En una ocasión en la que le dio por levantar la mirada del plato, vio que Hermione le hacía señas desde la mesa de al lado. Como no tenía muchas ganas de comer, Sorathan se levantó y marchó hacia la mesa de Gryffindor, donde era siempre bien recibida(era ella quien solía defenderles de las burlas de los de Slytherin).
-Fred, George, gracias por las bengalas que me dejasteis-mientras se sentaba entre Hermione y Neville, Sorathan guiñó un ojo a los gemelos pelirrojos(hermanos de Ron)-. Os habrías reído si hubieseis visto la cara de Snape cuando empezó a quemarse su túnica misteriosamente.
Todos rieron con fuerza mientras escuchaban a Sorathan relatar su última pelea con el profesor de Pociones. Muchos de los presentes lo habían visto con sus propios ojos, aunque los que no pudieron presenciarlo(gente de cursos superiores) no pararon de acosarla a preguntas y de pedir más detalles acerca de la cara de Snape al ver cómo su túnica se incendiaba de repente con un fuego frío y multicolor.
Una vez la muchacha sació la curiosidad de todos los presentes, su mente viajó de nuevo hacia la nota que guardaba en el bolsillo de su túnica. ¿Quién podría haber sido y porqué...?.
-Sora-Hermione habló en un susurro, muy cerca del oído de la joven-. ¿Qué te pasa?.
-¿Qué te hace pensar que me pasa algo?-a pesar de que trataba de ocultar su inquietud era muy evidente que le temblaban las manos-. Bueno... está bien... prométeme que no se lo dirás a nadie.
-Sabes que no lo haré-contestó la niña con una sonrisa-.
-Mira-susurró sacando la nota del bolsillo y mostrándosela disimuladamente. Hermione la leyó varias veces, abriendo mucho los ojos y con un gesto de sorpresa que llamó la atención de Harry y Ron, quienes(con permiso de Sorathan) también tuvieron oportunidad de saber qué era lo que decía aquella hoja de papel tan arrugada y llena de barro-. Draco me la dio justo antes de venir a comer-comenzó a explicar-. Me ha dicho que no sabe quien la dejó sobre la mesa, y por una vez me temo que dice la verdad.
-Deberías decírselo a Dumbledore-aconsejó Hermione-.
-¿Y que doble mi vigilancia?-preguntó levantando una ceja-. ¡Ni hablar! Tengo que ir al bosque y averiguar quien quiere verme a escondidas y para qué.
-Insisto en que es muy peligroso... ¿Y si es una trampa?.
-¿Quién se atrevería a tenderle una trampa con Dumbledore cerca?-intervino Harry-. Yo creo que deberías ir-añadió mirando a Sorathan-. ¿Y si es alguien que te conoce y quiere decirte algo importante acerca de... bueno, acerca de tu pasado?.
-Al menos podrías acercarte y mirar desde una distancia segura-animó Ron-.
-Estoy completamente segura de querer ir. El único problema es que a esas horas de la noche tanto Filch como los profesores vigilan los pasillos. No podría salir al exterior sin que me viesen. Si al menos en mi sala común hubiese una ventana, podría escapar volando con Kedra...
Los cuatro jóvenes se sumieron en el silencio, tratando de encontrar una solución para aquel problema que había planteado Sorathan. Tal y como había dicho, era prácticamente imposible salir de la habitación sin que fuese vista, más que nada porque Dumbledore había ordenado (por motivos desconocidos) que la vigilasen especialmente a ella. No era la primera vez que Sorathan se giraba y descubría que Snape caminaba detrás, simulando leer un libro aunque con los ojos puestos en ella. Y lo mismo podía decirse de McGonagall, quien solía insistir en acompañarla a todas las clases tan solo porque "le pillaba de camino a la biblioteca"(cosa que no era cierta).
-¡Ya lo tengo!-exclamó de pronto Harry, acaparando la atención de más de media mesa de Gryffindor. Tuvo que esperar un buen rato(hasta que todos volvieron a sus asuntos)para continuar hablando-. Podrías fingir estar enferma para que te envíen a la enfermería. Allí las ventanas son lo suficientemente grandes como para que Kedra salga volando, y además, es el único lugar que no está constantemente vigilado. Ya sabéis que a la señora Pomfrey no le gusta que molesten a sus pacientes.
-Muy buena idea, Harry-asintió Sorathan con una sonrisa-. Sin embargo, me temo que se necesita algo más que una buena actuación para engañar a la señora Pomfrey. Se daría cuenta inmediatamente de que estoy fingiendo.
-¿Y si te tomas la poción del descanso?-preguntó Ron llevándose pensativamente una mano a la barbilla-.
-¡Brillante, Ron!-exclamó Hermione, haciendo que el pelirrojo se sonrojase hasta las orejas. A pesar de no estar de acuerdo con que Sorathan se marchase hacia el peligro en mitad de la noche, estaba dispuesta a colaborar para que las cosas al menos no fuesen tan desastrosas-. La poción del descanso duerme durante cinco horas a la persona que la toma, reduciendo el ritmo de su corazón hasta un punto en el que parece que apenas late. No es dañina, pero sí muy difícil de detectar. ¡La enfermera Pomfrey no se daría cuenta!.
-Bien...-murmuró Sorathan, contenta con el plan-. Estoy segura de que Snape guarda un poco de esa poción en sus armarios. Ahora solo falta encontrar el momento apropiado para tomarla. Si sus efectos duran cinco horas... tendría que tomarla a las seis, durante la clase de Pociones-el simple echo de pensar que tendría que "desmayarse" ante Snape llegó incluso a quitarle las ganas de descubrir al personaje misterioso que le había escrito la nota-. Bueno, si no hay otra manera... Tan solo una cosa más.
-¿Qué?-preguntó Hermione, repasando mentalmente todo el plan y asegurándose de que no faltaba nada-.
-Cuidad de Kedra hasta que llegue el momento-susurró poniéndose en pie y colocando al lobo en el regazo de Ron(el pelirrojo se llevaba especialmente bien con el animalillo)-. Dadle las instrucciones cuando salgáis del comedor, él sabrá que hacer. Aprovecharé ahora que todos están comiendo para hacer una pequeña incursión en el almacén de pociones.
Mirando hacia la mesa de los profesores, Sorathan comprobó que Snape estaba concentrado en su comida. Era la ocasión ideal. Apresurando el paso todo lo que pudo, abandonó el bullicio del Gran Comedor.
¿Quién habrá escrito la nota¿Conseguirá Sorathan descubrirlo¿Se comerá Kedra a Draco? Todo esto y mucho más en breves, en cuanto acabe de comer el chocolate que tengo aquisubo el siguiente cap xDD. Sale Snape, lo juro!
Muchos besos
Sorathan Fields
