Disclaimer: leanse capítulos anteriores, primer párrafo. Gracias. XDD
Cinco minutos y varios segundos después de subir el cap 6, aki toy con el 7!
Espero que os guste.
Capítulo 7
Al despertar, Sorathan tardó bastante en recordar qué era lo que estaba haciendo exactamente en la enfermería. Su cabeza le daba vueltas, como si se hubiese pasado la tarde bebiendo(cosa que no hacía desde que llegó a Hogwarts), y su vista estaba tan nublada que apenas vislumbraba más allá de sus propios brazos extendidos.
Mientras su corazón iba recuperando poco a poco el ritmo normal, ella trató de ordenar las cosas dentro de su mente(al parecer la poción también tenía el efecto de ralentizar el ritmo del cerebro). Por el momento todo había salido bien, tal vez incluso mejor de lo que había esperado en un principio. Ahora le quedaba la peor parte, y la más difícil. Estaba ansiosa por salir de allí y marchar al encuentro de la persona que le había enviado aquella nota tan misteriosa, pero eso no sería posible hasta que no se pasasen del todo los efectos de la poción(según Hermione, quince minutos después de despertar). Le dolía demasiado la cabeza, y no era capaz de levantarse por temor a sufrir un mareo(de echo, ya estaba bastante mareada).
Los minutos fueron pasando lentamente, y con ellos también los efectos de la poción. Sorathan consiguió girar la cabeza y mirar hacia la ventana cercana, donde en unos minutos aparecería Kedra con la forma de un gran lobo para llevarla hasta el bosque prohibido.
Afuera la luna llena apenas era un punto de borrosa luz en la lejanía, ya que estaba cubierta por unas inmensas nubes negras de aspecto imponente, y la fuerte lluvia que había comenzado aquella tarde aún continuaba repiqueteando contra la ventana, produciendo un sonido escalofriante. Sin embargo, la brisa que se colaba por el resquicio de la ventana era agradable, y conseguía despejar la mente de Sorathan, aunque también helar completamente su cuerpo.
Tras estremecerse violentamente, la muchacha descubrió que por fin había recuperado la sensibilidad de todo su cuerpo, por lo que lenta y delicadamente(por el momento no quería presionar demasiado a su corazón), se puso en pie y comenzó a vestirse con la túnica de Slytherin que habían colocado en una silla cercana(la señora Pomfrey disfrutaba mucho vistiéndola con el habitual camisón blanco).
Una vez se hubo asegurado la bufanda en torno al cuello, decidió inspeccionar la enfermería para cerciorarse de que nadie estaba vigilándola. Por suerte, no había ni rastro de la enfermera Pomfrey, quien seguramente se encontraría descansando en su despacho, y tampoco parecía haber ningún alumno enfermo o herido por allí.
-¿Sora?-la voz de un muchacho joven rebotó por todas las esquinas de la aparentemente vacía enfermería, consiguiendo que a la muchacha se le acelerase el corazón en un solo segundo(eso no podía ser demasiado bueno)-.
-¿Quién eres?-preguntó mirando de un lado para otro mientras unas gotas de sudor frío resbalaban por su frente. Aunque en un principio no consiguió ver a nadie, al cabo de unos segundos pudo vislumbrar una silueta entre las cortinas que rodeaban una cama cercana-.
-Soy Harry-dijo apartando las cortinas rápidamente y sonriendo tranquilizadoramente, tal vez en un intento de evitar que a la muchacha le diese un infarto-.
-¿Qué estás haciendo aquí?-preguntó resoplando aliviada y acercándose a Harry-. Me has asustado.
-Me caí de la escoba mientras jugaba a Quidditch-dijo levantando el brazo izquierdo y demostrando que lo tenía vendado-. Me rompí el codo y Lockhart trató de curármelo, aunque lo único que consiguió hacer fue que me desapareciesen los huesos-añadió con un gesto de rabia y frustración-. Está siendo muy doloroso hacerlos crecer de nuevo.
Tras escuchar aquello, Sorathan simplemente se echó a reír. El profesor Lockhart era un tipo bastante peculiar y un tanto extraño, por no hablar de sus habilidades(o más bien de su inutilidad) a la hora de hacer magia.
-No tiene gracia-bufó Harry mientras cogía las gafas de la mesilla que tenía a su lado-.
-Desde luego que no-mintió ella, haciendo un gran esfuerzo para no reírse de nuevo. Lo mejor sería cambiar de tema-. Oye, Harry... ¿le dijisteis a Kedra lo que tenía que hacer?.
-Sí, le explicamos el plan en cuanto dejó de morder la bufanda de Ron-esta vez una sonrisa se dibujó en su boca-. ¿Estás segura de que sabrá cómo actuar?.
-Kedra es más listo de lo que parece-dijo guiñando un ojo-. Ahora solo queda esperar.
Sorathan caminó hasta la ventana, abrigándose bien con la túnica al notar el viento que se colaba por ella. Si alguien la estaba esperando allí afuera no estaba muy dispuesto a dejarse ver, ya que los únicos signos de vida que habían en el exterior eran las luces de la cabaña de Hagrid y unas cuantas lechuzas que salían de Hogwarts a gran velocidad, probablemente dispuestas a pasar una noche de caza en el bosque.
-¿Quién me trajo hasta aquí?-preguntó en un susurro, dejando escapar de entre sus labios un vaho que demostraba lo extremadamente frío que estaba resultando aquel invierno-.
-¿No recuerdas nada?-preguntó a su vez Harry desde la cama-.
-Tan solo recuerdo que nada más beber la poción sentí mucho frío, y en apenas unos segundos todo comenzó a dar vueltas a mi alrededor. Después, oí voces mientras caía al suelo, y lo último que sentí antes de dormirme fueron unos brazos que me incorporaban.
-Fue Snape quien te cogió en brazos y quien te trajo hasta aquí.
-Sí, ya me parecía haber oído en sueños los ladridos de un perro viejo y amargado-dijo con una media sonrisa-.
De repente, un destello blanco y brillante se cruzó en el campo de visión de Sorathan. Al principio pensó que se trataba de un montón de nieve que había resbalado y caído del tejado, pero no necesitó mucho tiempo antes de darse cuenta de que se trataba de Kedra(con el aspecto adulto). El lobo batía fuertemente sus alas, tratando de luchar contra las frías corrientes de aire que le desestabilizaban, y por la impaciencia con la que arañaba el cristal de la ventana daba a entender que no era muy cómodo para él enfrentarse al viento.
-Bueno, será mejor que me vaya-suspiró la muchacha mientras abría la ventana, permitiendo que Kedra se acercase lo suficiente como para poder montar sobre él-.
-Ten cuidado, Sora-dijo Harry con un evidente tono de preocupación en su voz-. No te acerques demasiado, y vuelve pronto. Yo me quedaré despierto para abrirte la ventana cuando llegues.
-Sí, mamá-se burló Sorathan sonriendo divertidamente, aferrándose al marco de la ventana mientras montaba cuidadosamente sobre el lobo-. De todos modos, si lo que hay en ese claro es muy interesante no creo que me veas el pelo hasta mañana por la mañana-comentó tranquilamente mientras aseguraba ambas piernas a los costados de Kedra-.
-Como Dumbledore se entere de esto...
-Dumbledore no se enterará-aseguró firmemente, y aunque no supo realmente porqué, el nombre de Draco Malfoy le vino a la cabeza(las posibilidades de que el muchacho la hubiese delatado eran muy altas)-. Y ahora será mejor que duermas un rato mientras tus huesos siguen creciendo-añadió con una sonrisa, aunque a Harry no pareció hacerle demasiada gracia-. ¡Hasta luego!.
Con un movimiento elegantemente propio de él, Kedra agitó con fuerza sus poderosas alas y se alejó de la ventana de la enfermería, luchando contra el viento y la nieve que una vez más trataban de entorpecer su camino.
Sorathan intentaba aferrarse con fuerza al cuello del lobo, pero tenía las manos tan congeladas que era prácticamente imposible(al menos, pensó, las piernas se le habían congelado en torno al animal, lo que aseguraba su sujeción). La incesante lluvia y los copos de nieve le impedían ver más allá del hocico de Kedra, y golpeaban su cara con tanta violencia que deseó haberse sujetado la bufanda con más fuerza(de echo, iba peleándose con ella para evitar que saliese volando). Además, y por si fuera poco, el frío viento soplaba con intensidad dentro de sus oídos, provocándole un dolor agudo a medida que Kedra aumentaba la velocidad.
Mirando sobre su hombro, Sorathan consiguió distinguir a través de la nieve la oscura silueta de Hogwarts, cada vez más lejana. Todas las luces estaban apagadas, por lo que tanto estudiantes como profesores debían de estar durmiendo tranquilamente en sus cálidas camas, con sus ropas secas y ajenos al frío temporal que azotaba en el exterior. Incluso Hagrid parecía haberse acostado, pues de sus ventanas no asomaba ni un mínimo atisbo de claridad que indicase que aún continuaba levantado.
Al mirar de nuevo hacia delante, descubrió que ya sobrevolaban sobre el linde del bosque, por lo que tirando suavemente del pelo del cuello de su blanco amigo le indicó que comenzase a descender(realmente Sorathan nunca había necesitado las palabras para comunicarse con el lobo).
Pronto se encontraron descendiendo por entre el espeso ramaje del bosque, y unos segundos después Kedra aterrizó(elegantemente una vez más) sobre el húmedo terreno.
Al bajarse del lobo, Sorathan cayó directamente sobre un charco de barro, consiguiendo que su túnica quedase completamente salpicada y manchada hasta la altura de las rodillas.
-Estupendo...-murmuró malhumorada-.
La muchacha comenzó a caminar tratando de seguir el sendero, aunque el suelo estaba tan embarrado y cubierto de nieve que era imposible verlo, por lo que pronto se vio dando vueltas sin sentido, tropezando con las gruesas raíces de los árboles y arañándose la cara con las ramas bajas(junto a la ceja izquierda se hizo un corte bastante grave del que fue emanando sangre durante el resto del trayecto). Le hubiese encantado sacar la varita, decir lumos y marchar con una brillante luz iluminándole el camino, pero si quería llegar al claro sin que nadie (ni nada) la viese debía contenerse las ganas(hubo un momento de vacilación en el que decidió que no le importaba ser descubierta por un hombre lobo si con ello podía al menos marchar sin tropezar con las raíces y sin meter los pies en los charcos).
-Vamos, Kedra-apresuró con un susurro, ya que el lobo caminaba varios pasos por detrás de ella olisqueando entre la maleza y tratando de darle caza a los ratones(eso supuso por los ruidos, ya que no veía absolutamente nada)-.
Cuando pensó que estaba completamente perdida y que no conseguiría encontrar el camino(tan siquiera el de vuelta) hasta que no se hiciese de día, consiguió vislumbrar ante ella una pequeña luz plateada. Corriendo todo lo rápido que sus piernas(y las raíces) le permitieron, se abrió paso entre la maleza y llegó finalmente hasta el linde del claro, iluminado muy débilmente por la luna que en aquellos momentos podía verse a través de un hueco entre las nubes. Allí no había absolutamente nadie, y sin duda ya era media noche, por lo que o la persona que le había escrito la nota había decidido no acudir, le había tomado el pelo o simplemente la esperaba entre los árboles, dispuesta a tenderle una trampa. Esta última idea la hizo estremecerse hasta tal punto que supo que lo mejor sería esperar allí mismo y mirar desde una distancia segura, como bien le había dicho Ron.
Los minutos fueron pasando, y en el claro no apareció ni una sola forma de vida(ni siquiera un pájaro, lo que era verdaderamente triste). Sorathan comenzaba a impacientarse, y el frío que tenía y el dolor que le causaba la herida en la ceja no conseguían reconfortarla. Incluso Kedra parecía inquieto, ya que no hacía más que patear el suelo y gruñir mientras miraba hacia el cielo.
-Como haya sido una broma de Draco le cogeré del cuello y...-sus amenazas se vieron interrumpidas cuando, de pronto, escuchó en la lejanía el ruido que produce la hojarasca al ser pisada-.
Enfocando su vista todo lo que la lluvia le permitió y apartándose el pelo mojado del rostro consiguió vislumbrar una oscura silueta no muy lejos de ella, agazapada entre los árboles que se levantaban a su izquierda. Sorathan no pudo saber si la figura era grande o pequeña, pero de lo que estaba segura era de que miraba hacia el claro, tal vez esperando algo, o tal vez... esperándola a ella.
Tan nerviosa y aterrada estaba que dio varios pasos hacia atrás, con tan mala suerte que tropezó con otra raíz(definitivamente, aquel no era su día de suerte) y cayó al suelo, produciendo un fuerte ruido al chocar su espalda contra la dura corteza del árbol. Tras un sonoro gemido, Sorathan se levantó del suelo frotándose la parte golpeada, y fue entonces cuando descubrió que se había fracturado la pierna con la que se había enganchado a la raíz (el tobillo derecho cedió ante el peso de su cuerpo y la obligó a apoyarse en el árbol para evitar caer de nuevo). Y si parecía que las cosas ya no podían ir peor, la muchacha levantó sus cansados ojos y descubrió que la sombra miraba fijamente hacia ella desde la lejanía, profiriendo un lúgubre y prolongado gorgoteo que indicaba que la había descubierto.
Inmediatamente, Sorathan echó a correr en dirección contraria a la figura, cojeando mientras se internaba en la espesura. Si algo se hacía evidente en aquellos momentos era que la misteriosa sombra que en aquellos momentos corría tras ella no era humana(al menos eso indicaban los gorjeos que emitía). Ni siquiera se atrevió a girar la cabeza para asegurarse de qué o quien la perseguía, porque de lo que estaba completamente segura era de que no tenía intenciones de charlar con ella tranquilamente bajo la luz de la luna(ahora comprendía el porqué de "a medianoche en el claro del bosque prohibido"). Fuera quien fuese había decidido alejarla de Hogwarts para poder atacarla sin miedo a ser descubierto.
-¿Kedra?-llamó de pronto, al descubrir que su blanco amigo había desaparecido de su lado-.
Resignándose con un sonoro resoplido, Sorathan giró la cabeza y miró hacia atrás sobre su hombro. Descubrió no solo que la oscura figura le había ganado terreno, sino también que el lobo blanco había dado media vuelta, y en aquellos momentos se dirigía hacia la sombra, ladrando con furia y aullando amenazadoramente(no eran muchas las veces en las que la muchacha había visto al animal tan enfadado como en aquella ocasión).
-¡Kedra, vuelve!-gritó deteniéndose en seco. Pero el animal(por primera vez en muchos años) no estaba dispuesto a escucharla, por lo que continuó corriendo directamente hacia la figura(que a causa de la oscuridad no seguía siendo más que eso, una borrosa figura en mitad de la noche)-.
Sorathan apretó los puños con fuerza mientras veía a su amigo plantarle cara al extraño. No podía dejarle solo porque, después de todo, era ella la que se había metido en aquel lío. Además, ya estaba harta de que el lobo intentase hacerse el héroe para protegerla. De echo, Kedra llevaba protegiéndola desde que tenía cinco años(su memoria solo alcanzaba hasta esa edad), actuando sobre ella como un padre sobre protector y tratándola como si fuese un débil y travieso cachorro de su camada al que se viese obligado a proteger.
Así que, con el brillo de la determinación en sus ojos y obligándole a su dolorido tobillo a dar media vuelta, comenzó a correr hacia el distante destello blanco que indicaba que Kedra marchaba muy por delante de ella. Sin embargo, no pudo dar más de dos pasos cuando de pronto unos brazos se cernieron sobre ella, arrastrándola fuera del camino y estampándola contra un árbol cercano con tanta fuerza que el aire se le escapó dolorosamente de los pulmones.
Sorathan forcejeó y pataleó, tratando de liberarse de los brazos que la aprisionaban con fuerza contra la corteza del árbol, pero la voluntad del que la retenía era mucho más poderosa que la de ella. Además, estaba tan cansada y dolorida que pronto su cuerpo se relajó hasta tal punto que su captor tuvo que sujetarla por los hombros para ayudarla a mantenerse en pie(al menos, la presión de sus brazos había disminuido y la corteza del árbol ya no se le clavaba en la espalda).
Finalmente, cuando la muchacha encontró fuerzas para levantar la mirada, se encontró con dos ojos más oscuros que la noche que la miraban severamente, desgarrándole la carne y llegando dolorosamente hasta su alma con una expresión de enfado tan grande que no fue difícil reconocerlos. Era Severus Snape.
-¿Qué hace aquí?-preguntó Sorathan débilmente. Estaba casi segura de que él no podía haberle escrito la nota, ya que la sombra que la había estado persiguiendo estaba en aquellos momentos en dirección contraria, probablemente huyendo de un furioso Kedra. Sin embargo, tenía curiosidad por saber qué estaba haciendo exactamente su profesor en el bosque a tan altas horas de la noche-.
-Baje la voz-siseó Snape, mirando de un lado para otro y asegurándose de que nada ni nadie rondaba por allí-. Es una necia insensata, señorita Fields-añadió con un desprecio tan grande que era hasta inusual en él-. ¿Tan poco valora su vida?.
-¿Qué...?-trató de quejarse ella, pero el hombre la miraba con tanta ira que decidió cerrar la boca. Le hubiese encantando recordarle que él también se encontraba en el bosque prohibido, pero habría sido una observación demasiado evidente-.
-Puede estar segura de que será duramente castigada por esto.
De pronto, escucharon en la lejanía un rugido demasiado potente como para tratarse de una criatura pequeña y dócil. Casi al instante, Sorathan sufrió un mareo que la obligó a agarrarse a la túnica de Snape para evitar(por enésima vez en el día) caer al suelo. El profesor apenas prestó atención a la muchacha, ya que miraba fijamente hacia algún punto delante suyo, entrecerrando los ojos para poder ver mejor por entre la espesa cortina de lluvia.
-Ya viene-murmuró entre dientes-. Muévase.
-No... no puedo-jadeó ella mientras trataba de mantenerse en pie-.
Snape gruñó lo que sin duda se trataba de algún comentario referente a la muchacha mientras la tomaba por la cintura y permitía(a regañadientes)que ella pasase un brazo por su hombro. Juntos, comenzaron a caminar apresuradamente hacia el este, y no pasaron muchos minutos cuando por fin consiguieron encontrar el sendero que les llevaría de vuelta a Hogwarts.
Sorathan caminaba encorvada, cojeando de su tobillo derecho, sangrando de la ceja izquierda y estremeciéndose violentamente debido al frío que tenía al llevar su túnica completamente empapada. A su lado, Snape marchaba con el entrecejo fruncido, tal vez debido al esfuerzo de soportar gran parte del peso del cuerpo de la muchacha mientras trataba de seguir el sendero sin extraviarse.
De pronto, un aullido lastimero se alzó en la noche y su eco se propagó por todos los árboles del bosque. La muchacha miró hacia atrás haciendo un gran esfuerzo, y descubrió que un gran destello blanco y escarlata se arrastraba hacia ellos.
-¡Kedra!-exclamó forcejeando con su profesor para volver hacia atrás. El lobo acababa de desmayarse, y su blanco pelaje estaba manchado de rojo por numerosas zonas(sin duda sangre)-. ¡Tengo que ayudarle!.
-Ese estúpido lobo le habrá conducido hasta nosotros-gruñó mientras obligaba a la muchacha a continuar avanzando-.
-¿Conducido a quien?-preguntó desesperada-. ¿Quién me persigue?.
-Muévase-repitió secamente, agarrandola con firmeza por la cintura y tirando de ella hacia delante-. Si no nos damos prisa acabaremos como él.
-¡No puedo dejarle ahí!-continuó insistiendo, tratando de librarse de su profesor con tanta fuerza que por un momento pareció haber olvidado el cansancio y el dolor que había sentido hasta el momento-. ¡Suélteme!.
-No hace más que darme problemas-murmuró mientras soltaba a la muchacha(ella aprovechó para correr hacia donde estaba Kedra) y sacaba la varita de su túnica-. No hay otro remedio. ¡Desmaius!.
Un destello rojo salió de la punta de la varita de Snape, atravesó el aire y golpeó en la espalda de Sorathan, quien cayó sobre el cuerpo del lobo. Lo último que la muchacha pudo ver antes de que sus sentidos se nublasen fue una sombra negra de brillantes ojos ambarinos que la acechaba por entre las malezas, emitiendo un gorgoteo repleto de ira y frustración.
¿Quién perseguía a Sorathan¿Qué hacia Snape en el bosque?(nada bueno, eso seguro xDD). Aunque, ahora que lo pienso, supongo no estaría mal perderse con Snape por el bosque... ejem ejem xD.
Gracias por leer el fic, muchos besos
Sorathan Fields.
