Deseo de una Campeona
Alola Cynthia
I
—¡Finalmente! ¡Ya llegamos a Alola!
—¡Pi! ¡Pika Pi!
Ash y sus amigos finalmente bajaron del avión. Los dos primeros en salir fueron Cynthia y Pikachu quienes imitaron a la perfección el entusiasmo del campeón regional para sorpresa de este mismo.
—Se nota que le gusta imitarme—comentó Ash con un poco de pena a la vez que tomaba sus cosas con ayuda de Diantha.
—Sólo falta que se robe tu ropa—agregó la morena a la vez que notaba lo mucho que se divertía Cynthia en compañía del inicial de Ash—. Sabes, esto me trae recuerdos de cuando te conocí.
—¿De verdad?
—Sí—respondió ella—. Por un breve instante estuve a punto de abandonar las batallas Pokémon por culpa de mi apretada agenda, pero entonces apareció el dulce chico de Kanto cuyo sueño era ganar la liga que yo administro. Me retó a una batalla reavivando así la llama que por mucho tiempo creí perdida.
—Diantha-san...
—Así que espero verte luchar por mantener el trono, o de lo contrario me veré obligada a vencerte Ash—declaró ella con una gran sonrisa que transmitía el mismo espíritu de lucha que el azabache—. Por cierto, no quiero asustarte, pero Cynthia nos está regalando otra mirada mala.
—¿Eh? ¿De verdad?
—Sí, pero se ve tan tierna cuando se pone celosa—declaró Diantha con un inusual entusiasmo antes de tomar al campeón de Alola entre sus brazos para ver la reacción de su amiga—. Vaya, está más enojada que antes... Creo que está sacando chispas de sus mejillas.
Ash, quien no se había dignado en ver a Cynthia por temor a recibir su mirada mala, la observó de reojo procurando que el huevo ocultara su rostro. Grande fue su sorpresa al ver como su único ojo brillaba de un color rojo carmesí mientras dos puntos rojos del mismo color se dibujaban en sus mejillas de donde salían chispas imitando a los roedores eléctricos.
Parecía que la ex campeona estaba por liberar más de 10,000 voltios, pero está se calmó una vez notó como Ash le miraba decidiendo así ver a otro lado para no tener que confrontarlo. Esto logró confundir aún más al azabache quien ya sabía lo que vendría después si es que su madre también se percató de lo que sucedió.
—Sabes Ash, puedes decirme que ustedes dos no son pareja, pero ella en el fondo anhela ser la siguiente señora Ketchum—dijo Diantha sin rodeos mientras ajustaba su tacón—. Aún tienes muchos meses antes de tener que trabajar en la Liga Regional, creo que debes tomar este tiempo para explorar las ruinas cercanas con Cynthia y ver si lo que sientes por ella es igual a lo que ella siente por ti.
—Tomaré nota de lo que dices, pero no creo que...
—¡Ash! —el grito de la oriunda de Sinnoh pronto llamó la atención de ambos entrenadores. En un abrir y cerrar de ojos, Cynthia se encontraba tomada del brazo de su compañero mientras dejaba descansar la cabeza sobre su hombro—. Ví un puesto de helados cerca y Pikachu dijo que quería uno.
—¿Pika?
—Sí, Pikachu... Quieres un helado y esperarás con Diantha en lo que Ash y yo vamos por ellos—declaró Cynthia con un tono mucho más serio dejando al pobre roedor mucho más confundido. Su vista pronto se fijó en el nuevo campeón quien apenas y notó el cambio en su voz—. ¿Puedes acompañarme?
Su voz, ahora más dulce, suplicaba por la presencia de su compañero.
—Sí, tan solo déjame pedirle a Diantha que cuide el huevo—contestó Ash casi mudo en sus palabras tras oír nuevamente la melodía que la voz de Cynthia podía ser cuando decidía hablar con dulzura.
Para la campeona de Kalos no era problema alguno cuidar del huevo que se le encomendó al Maestro Campeón. Sabía de antemano que su amiga quería tener más momentos en compañía del primer chico que llamó su atención y esta no sería la excepción.
Sus ojos no tardaron en deleitarse con una escena digna de aquellas películas de amor que ya ha protagonizado. Con algo de pena, pero sin ningún miedo que les impida seguir, ambos entrenadores se tomaron de la mano entrelazando sus dedos de tal forma que nada pudiera romper su agarre.
—¿Lista?
—S-Sí...
Y así, sin tener que decir o hacer algo más, ambos chicos emprendieron su recorrido hasta la zona de comidas donde un gran puesto de helados se hacía notar entre el resto de locales.
Tratándose de un sitio como un aeropuerto era normal que un mar de personas se interpusieran entre ellos y el delicioso postre que tanto ansiaba la rubia. Esos bellos ojos grisáceos pronto quedaron hipnotizados por la gran variedad de sabores tropicales que en su región de origen casi eran un lujo exclusivo de aquellos que podían costearse el tener frutas frescas en casa.
Tomando nota de todo lo que se perdía por culpa de su inmadurez, Ash finalmente logró hacerse un hueco por donde pudieran pasar. El cúmulo de personas parecían una gran pared que se alzó para evitar que ambos llegaran al mostrador. Varios comensales apenas y los notaron, pero como no lograron reconocerlos decidieron mantenerse en sus sitios mientras disfrutaban del bocadillo a base de leche que lograron adquirir mucho antes de que ellos dos llegaran.
—¡Es una pared impenetrable! —exclamó Cynthia ya irritada por la cantidad excesiva de clientes que tenía el negocio—. ¡No puede ser que en menos de cinco minutos llegaran todas estas personas!
Ash no podía estar más de acuerdo con la queja de su amiga. Nunca antes fue testigo de algo como esto, al menos no en un puesto como este. Podía esperar su postre como siempre solía hacer, pero en esta ocasión eso estaba fuera de discusión.
Pasaron los minutos y finalmente la densa masa de personas se fue disipando dejando ver al fin el mostrador donde una bella señorita atendía el sitio en compañía de un Bulbasaur cuyo rostro reflejaba un severo trauma que ninguno de los dos entrenadores supo reconocer.
—Bienvenidos a Helados Mónaco. ¿Qué les puedo servir?
La empleada, lejos de mostrarse cansada por la cantidad de personas que tuvo que atender, veía con curiosidad a la pareja que tenía enfrente suyo.
En un principio no logró reconocer al joven que tenía enfrente, pero de inmediato su mente le trajo los recuerdos de la recién instaurada Liga Regional Pokémon cuyo campeón no era un local como se esperó en un inicio. Sus ojos pronto se abrieron con un asombro genuino tras reconocer a la persona que se encontraba en frente suyo acompañado de una joven cuya mirada decía más de lo que parecía.
—U-Usted es Ash Ketchum... —señaló la joven de cabellera castaña mientras una diminuta sonrisa se dibujaba en su rostro—... Y ella... Ella es la hija... N-No, esa mirada es...
Fue descubierta, de alguna fue descubierta. El miedo una vez más se apoderó por completo de la mente de la mente de la ex campeona quien retrocedió en un intento por evadir la cruel realidad del mundo.
Su cuerpo no podía mentir, aquel temor se propagó en cuestión de segundos logrando hacer que sus piernas perdieran de forma breve su equilibrio. Aquel valor que siempre la caracterizó durante su reinado en la Liga Regional murió al momento en que el Pokémon de los Deseos le concedió aquel sueño que por mucho tiempo anheló dejando al descubierto su verdadero yo.
—¡Debes ser la sobrina de Elesa! —exclamó la empleada tomando por sorpresa a la joven entrenadora—. ¡¿Verdad que sí eres?!
—¿Eh? —Cynthia parpadeó un par de veces antes de soltar algún otro murmullo. ¿Acaso la modelo amante de los Pokémon eléctricos tenía una sobrina que se parecía a ella? —. Y-Yo no soy la sobrina de Elesa—confesó, temerosa de que esto complicara aún más las cosas.
—Que mal y yo que creía que Elesa estaría en Alola para celebrar el triunfo de nuestro campeón—expresó con decepción la joven antes de tomar un cono de helado suave el cual les obsequió—. ¡Por cierto señor campeón! ¡Felicidades por ganar el Torneo de Maestros!
—¡¿Campeón?!
Habiendo pasado desapercibidos hasta ahora, tan sólo el grito de una fanática fue necesario para que el mar de personas que sortearon hace unos momentos los tuvieran acorralados mientras exclamaban a los cuatro vientos la admiración que sentían por el campeón oriundo de Kanto.
Durante más de media hora lidiaron con los fanáticos del joven campeón quienes se mostraron en su mayoría respetuosos con sus comentarios, aunque algunos llegaron un poco lejos al comenzar a cuestionari la relación que tenía con Cynthia quien se mostró algo incómoda por esto. Para su suerte, una oficina Jenny fuera de servicio alertó a la seguridad del aeropuerto sobre este incidente logrando calmar a la pequeña fanaticada que ansiaba saber más sobre el campeón regional y la tan afamada novia que se consiguió tras el torneo.
—L-Lamento mucho lo sucedido... ¡Tomen helado de cortesía! —gritó la vendedora indicándole a Bulbasaur que le pasara unos conos los cuales llenó con el mejor helado que tenían.
—G-Gracias... ¿Cynthia?
—Sí... Gracias.
Con algo de pena tomó aquel bocadillo frío y dulce que tanto amaba. Sus labios se curvearon en una sonrisa que lejos de ser alegre parecía que fue obligada a dibujarse si una emoción genuina de felicidad. Cynthia decidió mantener un pequeño silencio a la vez que veía como el Pokémon le pasaba a Ash el resto de los postres helados por lo que había venido en un inicio.
Tras agradecer la atención y despedirse, ambos retornaron por donde vinieron para reencontrarse con Diantha y los demás. El mundo parecía muy diferente ahora que escuchó de primera mano los comentarios de esas personas que buscaban saber qué clase de relación sostenía con el campeón de Alola, quien lejos de estar preocupado, parecía desinteresado en el asunto por más que a ella le molestara.
Esto comenzó a irritarla y muy en el fondo se preguntaba si eso sentimientos que negó en un inicio serían genuinos o sí sólo se trataban de un capricho que tuvo al conocerlo.
—A-Ash... —lo llamó con un voz suave y casi apagada, pero que tenía una carga de esperanza.
—¿Sucede algo, Cynthia? —preguntó él sin notar el estado de ánimo de la ex campeona.
—¿No te sientes algo incómodo con lo que sucedió? —sin tantos rodeos y esperando recibir una respuesta, lanzó esa pregunta que se formó en su mente y por la que ansiaba una respuesta, una genuina—. ¿No te sientes extraño tras escuchar lo que decían sobre nosotros?
—¿Nosotros?
La forma en que lo dijo y la manera en que se comportaba comenzó a irritarla aún más. Hasta hace poco él y ella apenas y podían tener una conversación normal tras ser molestados debido al curioso cariño que sentían el uno por el otro, pero pareciera que tras tocar tierra esos momentos se esfumaron de la mente del joven entrenador dejándola a ella como la única testigo de todo lo que vivieron desde su batalla en el Torneo de Maestros.
—Ellos en verdad creen que somos novios—respondió—, pero aún no lo somos.
Antes de poder reaccionar con dolor como se imaginó en un inicio, su madura mente golpeó su realidad haciendo que repetiera las últimas palabras del entrenador de forma lenta y calmada orillándola a analizar palabra por palabra en una fracción de segundo.
—¿Aún no lo somos? —repitió ella de forma suave, su cuerpo se agitó un poco. De no ser por Ash quien tomó su mano, aquel helado suave se habría derramado sobre todos el piso—. ¡Ash! ¡Eres un tonto!
—¿¡Por qué?!
Y antes de que el campeón de Alola y Maestro Mundial pudiera defenderse, el peso de un cuerpo delgado y suave se sumó al suyo casi logrando que todos esos helados se derramaran como al que acaba de salvar.
Una vez más aquellos temores que la atormentaron por mucho tiempo se esfumaban ante el cariño y la amistad que forjó hace años con el entrenador de cabellos oscuros. El abrazo con el que sostenía a Ash era un reflejo del regalo que se le fue obsequiado aquella noche donde todo cambió.
Reaccionando con sorpresa, pero lejos de estar molesto, el campeón de Alola correspondió al abrazo de la joven a la que por años admiró y con la que compartía un fuerte vínculo el cual apenas y comenzaban a explorar. De repente, y sin siquiera pensar en ello, el recuerdo del diario que le entregó la profesora Carolina se apoderó de sus pensamientos haciendo que su cuerpo se aferrara con más fuerza al de Cynthia.
"Nunca te voy a dejar sola, Cynthia".
Y así, durante sus primeros momentos juntos en la región insular, un sentimiento de cariño iba tomando forma mientras arropaba ambas almas que buscaban un pequeño escape para poder vivir una aventura.
Gracias por seguir esta historia y esperamos seguir escribiendo más sobre esta inusual, pero linda pareja con el apoyo de ustedes.
