Hola chicas, bueno como les prometí les traigo el capítulo 5. Como les dije en el capítulo anterior a partir de ahora actualizaré cada 15 días para tener tiempo de continuar con mis otras historias que las tengo un poco abandonadas. Quiero darle las gracias a Doristarazona por ayudarme con las correcciones y las faltas de ortografía. Sin su ayuda no podría seguir escribiendo esta historia. Parte de tomarme 2 semanas para ir actualizando es que ya comenzaron las clases en mi país, y los profesores me dejan algunos proyectos. Este capítulo lo escribí prácticamente en 2, ya que el viernes me pasó un pequeño accidente que me permitió salir de clases más temprano y el sábado me puse a escribir bueno sin más por el momento les dejo el capítulo.

Capítulo 5

Malos Entendidos

—Muy bien, los escucho. Díganme qué fue ese vergonzoso espectáculo en los pasillos —preguntó Severus sentándose en su silla, mientras Minerva quedaba a su lado—. Espero que tengan una muy buena explicación, de lo contrario aténganse a las consecuencias —la voz del director se escuchaba realmente enojada.

—La culpa es del idiota de Malfoy que intentó abusar de Hermione, yo solo defendí a mi novia —exclamó el pelirrojo mirando con odio a la serpiente.

Draco, que se encontraba sentado enfrente de Snape, apretó los puños con enojo. Esa maldita comadreja se estaba pasando de la raya. Primero hablaba de sus padres y ahora decía que él intentó abusar de Granger, como si él necesitara de eso para tener a las mujeres a sus pies. Intentó calmarse, no le daría el gusto a Weasley de verlo enojado. Después de todo era bien sabido que el pelirrojo solía perder la paciencia muy fácil, y se aprovecharía de eso para molestarlo. Sonrió de medio lado cuando sintió la mirada de Severus sobre él.

—Señorita Granger queremos saber lo que pasó entre Draco y usted —indicó Severus con una voz fría que hizo que Hermione se estremeciera para luego voltear a verla.

—No tiene caso que le preguntes a Granger. Te contare lo que realmente pasó —Draco miró de reojo a la chica, para luego voltear a ver a Severus quien comenzaba a impacientarse. Lo miraba con seriedad, a pesar de que Draco era como un hijo para él, no podía pasar por alto aquel bochornoso espectáculo—. Granger y yo nos encontrábamos platicando en el pasillo con tranquilidad, cuando el estúpido de Weasley nos vio. Y como es un idiota inseguro creyó ver algo que no era, y empezó a golpearme a lo cual yo respondí. Como te darás cuenta tiene serios problemas de inseguridad, además que no sabe controlar su ira. Yo en tu lugar lo expulsaría, es un peligro para todos, o si no te puedo pasar los datos de una muy buena psicóloga, la cual atendió a Ninomiya con su problema sobre los videojuegos —los cuatro chicos no daban crédito a lo que estaban escuchando. La manera en que Draco relataba esa sarta de mentiras los dejó sorprendidos. El pelirrojo sintió que su sangre hervía por la ira, ¿cómo se atrevía ese bastardo a decir todas esas falsedades? Estuvo a punto de golpearlo de nuevo, pero Harry lo sujetó de los brazos.

—¡Maldito mentiroso! Di la verdad, intentaste propasarte con mi novia, es por eso por lo que te golpeé —el chico forcejeaba intentando soltarse para volver a golpear Draco, quien solo sonreía con arrogancia.

—Detente Ron, no le des el gusto a Malfoy de que te expulsen —le susurró el niño que vivió a su amigo, mirando con el ceño fruncido a la serpiente.

—Mi hermano dice la verdad, ese cretino que tiene enfrente tenía acorralada contra la pared a Hermione. Y si no hubiéramos llegado no sé que le hubiera hecho –Ginny intervino defendiendo a su hermano, poniendo sus manos en su cintura para voltear a ver al rubio—. Y tú maldita serpiente, ni se te ocurra tocar a nuestra amiga o lo lamentaras —lo amenazó caminando a donde estaba la castaña para abrazarla.

Draco sonrió con arrogancia pasando su mano por su cabello. ¿Quién se creía esa comadreja para amenazarlo? Él era Draco Malfoy y no se dejaba intimidar por nadie, y mucho menos por una Weasley, quienes era personas inferiores a él. Esbozó una leve sonrisa para luego dirigir su mirada a ella.

—Pequeña comadreja, ni tú ni nadie me va a decir lo que debo o no hacer. Pero despreocúpate, no estoy interesado en la ratona de biblioteca. A mí me gustan las mujeres de verdad, no las sabelotodo poco agraciadas —miró de arriba a abajo a la castaña manteniendo su sonrisa de superioridad mientras se acomodaba el cabello con sus manos.

Hermione apretó sus puños con rabia, ¿por qué se atrevía ese idiota a expresarse así de ella después de casi besarla? Ella sabía que no era la chica más hermosa de Hogwarts, ese puesto lo tenían las Hermanas Greengrass. Pero ella no estaba del todo mal, ya no tenía esos dientes de castor -como solían decirle-, su cabello tampoco se veía tan abultado, su rostro no lucía ninguna imperfección. No era una gran belleza, pero tampoco era una chica fea. Dirigió su mirada a aquel maltado rubio para dejarle unas cosas en claro.

—Prefiero ser una chica poco agraciada a ser una mujer superficial, seguramente como las chicas con las que sueles salir. A decir verdad, siento lástima de ellas. Tan poco amor propio se deben de tener que salen con un imbécil como tú. También me das lástima Malfoy, intentas llenar el vacío de tu corazón, si es que tienes alguno, saliendo con ellas, pero te apuesto a que solo salen contigo porque eres famoso, simplemente te usan —las palabras de la leona dejaron al chico sin palabras. En cierta manera ella tiene razón. La gran mayoría de las chicas con las que salía eran superficiales, lo único que querían era presumir que habían salido con un integrante de Arashi. Ninguna le preguntaba sus gustos o pasatiempos, simplemente hablaban de cosas tan superficiales. Maki Horikita era algo aparte. Ella, al ser igual de famosa que él, podía entender y compartir cosas en común. ¡Diablos! Esa maldita sabelotodo le había vuelto a ganar. Si había algo que Draco envidiaba era la relación tan duradera que Jun Matsumoto tenía con Inoue Mao, a pesar de llevar muchos años juntos siempre se trataban como la primera vez que salían. Tenían sus problemas como cualquier pareja, pero siempre los resolvían. Ellos eran un claro ejemplo de que el amor verdadero existía y eso era lo que el añoraba. Escuchó como Minerva hablaba y despejó su cabeza para prestarle atención.

—Por la razón que sea, estos jóvenes cometieron una falta grave y se merecen un castigo. Severus, espero que no dejes pasar por alto que el joven Malfoy también estuvo involucrado en la pelea —la jefa de casa miraba con el ceño fruncido a los cuatro Gryffindor quienes mantenían su mirada en el piso. Snape pensaba cual sería el castigo perfecto para aquellos cinco jóvenes. A pesar de tenerle un gran cariño a Draco, no podía pasar por alto su comportamiento. Pese de que Potter, Granger y los Weasley no eran santo de su devoción, tampoco consideraba justo que solo ellos recibieran un castigo. Estuvo a punto de hablar cuando escuchó la manera tan poco educada con la que Draco se dirigió a Minerva.

—Usted debe estar loca si cree que permitiré que me castiguen. Como les indiqué, yo no tuve nada que ver. Todo es culpa del trío de idiotas, además yo no soy parte de Hogwarts —Draco le gritó levantándose de su asiento enojado. No estaba dispuesto a recibir un castigo, ni siquiera pertenecía a esa maldita escuela, si querían castigar a alguien que fuera a Granger y sus estúpidos amigos, no a él.

Severus dio un golpe a la mesa furioso, levantándose de su silla enojado. Los cinco guardaron silencio, sabían que Snape no solía exaltarse de esa manera. El director dirigió su mirada a su ahijado con las cejas fruncidas casi juntas. Draco tragó saliva. Su padrino jamás lo había mirado de esa manera, había pensado que le daría la razón, pero todo parecía indicar que estaba de acuerdo con la jefa de Gryffindor.

—Escúchame bien Draco. No voy a permitir que le faltes al respeto a Minerva, ¿me entendiste? En este momento te vas a disculpar con ella, y la tratarás con respeto que se merece. Ahora bien, creo que fui claro contigo desde que llegaste, tenemos reglas las cuales rompiste, y te mereces un castigo —el chico no lo podía creer, ¿cómo es posible que su padrino se pusiera del lado de aquella mujer? ¿No se suponía que él odiaba a los Gryffindor? Y ahora le salía con esto. Maldita la hora en la que aceptó regresar a aquel lugar. Pero él no se disculparía. Un Malfoy jamás se denigraba pidiendo disculpas.

—Debes estar loco si en verdad esperas que pida disculpas. ¡Eso jamás lo haré! —gritó molesto la serpiente golpeando el escritorio sosteniéndole la mirada a Severus.

Tanto Harry como Ron no podían negar que aquel idiota tenía agallas. Nadie le hablaba de esa manera a Snape y salía bien librado. Ninguno mencionó palabra alguna, tal vez podrían salvarse del castigo si la ira del director caía en Malfoy. Hermione estaba preocupada, sabía que Draco era muy impulsivo, pero hablarle de esa manera a su padrino no le traería nada bueno.

—A mí no me vas a hablar de esa manera Draco. Te recuerdo que no estás en tu agencia, ni mucho menos somos tus empleados. Tal vez a ellos puedas gritarles y se quedarán callados bajando la cabeza por miedo a ser despedidos, pero en este lugar mando yo ¿me escuchaste? Y si te digo que le pedirás disculpas a Minerva eso es lo que harás —la voz del director se escuchaba realmente furiosa, lo que ocasionó que Malfoy se mordiera la lengua para no contestarle. Era verdad, por ser uno de los Idols más importante de la agencia Johnnys solía hablarle de esa manera a los managers, y muchos de ellos se quedaban callados por miedo a perder su empleo. Por lo general Draco era amable, pero era bien sabido que perdía la paciencia rápido, y solía desquitarse con los empleados de su agencia. Sakurai Sho era quien solía calmarlo.

Draco lo pensó por unos minutos le debía mucho a Severus, él fue el único que lo ayudó cuando sus padres lo desheredaron, y de alguna forma se había portado grosero con la jefa de casa de Gryffindor. Luego de suspirar hondo dirigió su mirada hacia ella para disculparse.

—Le pido disculpas. No sé que me pasó, suelo alterarme con facilidad. No fue mi intención hablarle de esa manera —en verdad disculparse no era nada fácil, es más, nunca solía hacerlo. Pero él mejor que nadie sabía que no debía provocar a su padrino.

—Está bien joven Malfoy, pero que no se repita. ¿Entendido? —habló la profesora de encantamientos con seriedad—. Muy bien Severus, ¿cuál será el castigo de estos jóvenes?

El director luego de pensarlo por unos momentos sonrió levemente, lo que no fue pasado por alto los chicos. Se tensaron al ver aquella sonrisa en el rostro de Snape, sabían que no debía ser nada bueno.

—Bueno para empezar se le quitaran cincuenta puntos a Gryffindor por tan vergonzoso comportamiento. Eso no es todo, los cinco tendrán que limpiar el quinto piso del castillo de forma muggle, ¿entendieron? De no hacerlo tanto Potter como los Weasley serán dados de baja del equipo de Quidditch. Señorita Granger en su caso se le quitará el cargo como prefecta y tendrá una gran mancha en su expediente.

Harry intentó protestar, pero Severus lo obligó a guardar silencio. Draco mantenía una sonrisa de burla en su rostro le divertía saber que tanto cara rajada como la comadreja recibieran su merecido, y lo que lo hacía mejor es ver la cara de la perfecta Granger al saber que su expediente podría quedar manchado. En definitiva, era la chica más aburrida del planeta. Pero eso a él le gustaba, debía admitir que la sabelotodo tenía un encanto que la hacía única.

—No se dé que te ríes Draco si el castigo también es para ti. ¿O es que acaso quieres que hable con el mismo Johnny Kitagawa para explicarle tu comportamiento? No creo que a él le guste saber que uno de sus Idols ha dado una mala imagen ¿o sí? —la sonrisa de superioridad que mantenía el chico en su rostro se desvaneció, y ahora lo miraba asombrado. ¿Es que acaso Severus lo estaba amenazando? Si su CEO se enteraba le darían una buena sanción, además que lo último que quería era manchar la imagen de Arashi. No, definitivamente no podía permitir que Mr. Johnny se enterara de aquel bochornoso espectáculo—. Los dividiré en dos grupos: Las señoritas Granger y Weasley junto al joven Malfoy limpiarán los salones que se encuentran en ese piso y los jóvenes Potter y Weasley los sanitarios.

Tanto Harry como Ron no estaban de acuerdo, pero sabían que si decían algo lo único que ganarían era irritar más al director y no podían arriesgarse de que los sacaran del equipo, y más cuando se acercaban a la final contra Slytherin. Voltearon a ver a sus novias quienes con un asentamiento de cabeza les daban a entender que todo estaría bien. No confiaban en el desgraciado de Malfoy, pero sabían que a él tampoco le convenía provocar más a Severus.

—Minerva, te encargaras de supervisar el trabajo de Potter y Weasley y yo el de las señoritas Granger y Weasley —a lo cual la profesora de transformación asintió—. Muy bien ahora lárguense a cumplir con lo que les dije —los cinco jóvenes se dispusieron a salir, pero Draco se detuvo unos momentos para hablar con el director.

—Padrino, quiero pedirte un favor. Necesito un salón para poder ensayar. Como te había dicho dentro de un mes será el inicio del Tour por Japón, se hará un concierto de Aniversario en Hawaii y necesito ensayar —comentó el rubio mientras pasaba su mano por su cabello acomodándose unos mechones—. Lo único que necesito es un piano y espacio suficiente para poder ensayar.

—Está bien, puedes usar el segundo salón que está del lado derecho en el tercer piso. Me encargaré de habilitarte un piano. Ahora si es todo lo que tienes que decirme retírate a cumplir con tu castigo. En la tarde puedes usar el salón —la serpiente asintió para luego salir de la oficina. Se propuso no prestarle más atención a Granger y sus amigos. Después de todo se supone que este viaje era para descansar y relajarse, y eso era lo último que estaba haciendo. Antes de salir escucharon la voz de Severus—. Y una cosa más, después de que terminen de limpiar vayan a la enfermería para que les curen esos golpes —salieron de la oficina al escuchar la última orden del director.

Ron mantenía el ceño fruncido por culpa de esa maldita serpiente. Ahora tendría que limpiar los asquerosos baños del quinto piso, ¡y de forma muggle! Lo único que deseaba era que esas dos semanas pasaran rápido para no volver a ver su cara por el resto de su vida. Al ver que Malfoy los miraba pensaron que les diría alguno de sus comentarios ofensivos, pero se sorprendió al ver que pasó por un lado de ellos sin prestarle atención.

—Creo que es mejor empezar con el trabajo si queremos terminar antes de la cena —Harry y Ron se despidieron de sus novias con un beso en la mejilla para caminar hacia donde les tocaba. No estaban del todo convencidos, pero sabían que sus novias sabían defenderse muy bien.

Draco caminaba por los pasillos, hasta llegar a uno de los cuartos donde habían algunas escobas y cubetas que les servirían para poder limpiar. Suspiró un poco, él jamás había hecho esa clase de cosas. Tanto para su departamento como para el que compartía con los integrantes de Arashi solían tener una persona que lo limpiara, y cuando no era así Aiba se encargaba de aquella labor. Dios, si Jun y Nino lo vieran de seguro le dirían alguno de sus estúpidos comentarios sarcásticos de los que acostumbraban. Vio entrar a Hermione junto a Ginny al cuarto de limpieza, pero prefirió no prestarles atención. Después de todo no quería que su padrino lo volviera a castigar por culpa de esas dos. Tomó la escoba y una cubeta para salir de aquel lugar.

—En definitiva, Malfoy se volvió loco. Primero no pierde el momento para molestarnos, y ahora hace como si no existiéramos. ¿Quién entiende a los hombres? —Ginny fijó su mirada a donde se había ido el chico al igual que la castaña.

—Es lo mejor, ¿o es que acaso quieres que nos vuelvan a castigar? Mejor así, él no se mete con nosotros y tampoco nosotros con él, ahora vamos a limpiar —en cierta manera la castaña estaba decepcionada, Malfoy ni siquiera la había mirado y eso le dolía.

Draco entró uno de los salones, sacó su teléfono que llevaba guardado en su pantalón. Si iba a tener que limpiar porque no hacerlo escuchando música, de esa manera pasaría más rápido el tiempo y el trabajo sería menos humillante. La canción que empezó a sonar era "Love so sweet", dejó puesto su teléfono en una mesa y empezó a limpiar. Hermione y Ginny quienes caminaban por los pasillos las chicas venían conversando sobre la actitud que había tenido el rubio hace unos minutos, pero de detuvieron al escuchar el sonido guardaron silencio para escuchar de donde provenía la música, y al pasar por la puerta de ese salón se llevaron una sorpresa al ver a Draco, quien limpiaba unas ventanas con un paño, y tarareaba la canción.

El chico no se había dado cuenta de la presencia de las dos jóvenes, no lo querían molestar por lo cual cada una se dispuso a hacer su parte del trabajo. Hermione sonreía levemente al escuchar la voz de Draco. No cabía duda de que su idiota serpiente tiene una bonita voz. Aquella canción la había escuchado cuando buscó canciones del grupo al que pertenecía, y esa en particular le gustaba mucho. Malfoy se mantenía limpiando la parte que le correspondía sin prestarle atención a la plática que mantenían las chicas. Había decidido ignorarlas completamente. Era la primera vez en dos años que se tomaba vacaciones, y no pretendía volverlas un infierno por culpa del trío de idiotas y la pequeña comadreja. Llevaban una hora limpiando cuando en el teléfono del chico se dejó de escuchar la canción que estaba sonando para que comenzara a sonar el tono de llamada. Se limpió las manos para caminar a donde tenía ubicado su teléfono. Daba gracias a Merlín por el hechizo que su padrino le había puesto a su Laptop y a su teléfono para que continuara funcionando. Tomó su celular para ver quien le hablaba, una leve sonrisa se formó en su rostro, era el teléfono del departamento. Seguro alguno de esos idiotas que tenía como compañeros le marcaba. Los miembros del grupo se tenían la suficiente confianza para tratarse con apodos, y de una manera informal ya que al tener bastante tiempo conviviendo se había formado un lazo fuerte de amistad.

—Draco, pequeño bastardo, eres un maldito ingrato. No te acordabas de nosotros, ¿verdad? Que mal amigo eres, después de que te salvé de ser violado por las fans así me lo agradeces —Ninomiya al otro lado de la línea le reclamaba en broma—. ¿No ves que por tu culpa no he podido jugar videojuegos por lo preocupado que estaba por ti?

—No seas un dramático enano, apenas han pasado unos días desde que hablamos. Te comportas como una nena —la serpiente sonrió al escuchar el tono con el que su compañero le reclamaba, no había duda de que Ninomiya era el rey del drama—. Y si no has jugado videojuegos no es precisamente porque me extrañes, es porque no te dejé la llave de mi departamento para que pudieras jugar con mi consola maldito enano tacaño, deberías cómprate tu propia consola.

Ginny y Hermione estaban asombradas, no daban crédito al comportamiento que estaba teniendo Malfoy. Hace apenas unos minutos se había comportado como el peor de los idiotas, y ahora se comportaba de una manera diferente, se escuchaba amable e incluso sonreía, y no de la manera sarcástica sino de una manera amable, como si estuviera feliz. Las chicas se miraban sin poder creerlo cuando escucharon los pasos de Ron y Harry quienes querían cerciorarse de que sus novias estuvieran bien. Estaban a punto de hablar cuando las chicas les hicieron un gesto con la mano para que se mantuvieran en silencio, a lo cual ellos asintieron sin comprender que era lo que pasaba. Hermione conjuro un hechizo para que pudieran escuchar y entender la plática que el rubio estaba teniendo. Draco se había olvidado de la presencia de las chicas, y no se había dado cuenta de que habían llegado los chicos, se mantenía concentrado en la llamada sin prestarle atención a nada más.

—¿Cómo puedes pensar eso de mi Draquito? De verdad eres una persona sin sentimientos —Nino fingía que comenzaría a llorar—. La próxima vez que alguna de las chicas intente abusar de ti no haré nada para evitarlo. Es más, yo mismo las dejare pasar al departamento para que te roben la ropa interior.

Hermione se puso tensa, aunque era de esperarse que las chicas intentaran abusar de Draco, después de todo muchas mujeres solían acosar a los cantantes. Ella tenía una prima que una vez se coló en el hotel donde estaban los Backstreet Boys, logró meterse al cuarto donde estaban los pobres chicos e intentó aprovecharse de Kevin, uno de los miembros del grupo. Los guardias de seguridad la sacaron a empujones y lo único que ganó fue que le pusieran una orden de restricción para que no se acercara a menos de 20 metros de ellos. Se preguntaba si en el caso de Draco había llegado a esos extremos. A decir verdad, Malfoy era alguien muy atractivo, debía tener a muchas chicas locas tras de él. Sacudió su cabeza para alejar aquellos pensamientos de su mente y seguir prestando atención a la plática que el chico estaba teniendo.

—Sabes que odio que me digas Draquito, suena demasiado estúpido e infantil —habló Draco con molestia, siempre había odiado cuando Nino y Jun solían usar su nombre en diminutivo con el único propósito de molestarlo—. ¿Estás solo en el departamento o está alguno de los chicos? —le preguntó cambiando el tema, aunque no lo admitiría él también había echado de menos a sus compañeros.

—Están todos. Déjame poner el altavoz, el líder tiene algo importante que decirnos —pasaron unos segundos cuando Nino volvió a hablar—. Bien, ya estamos los cinco, nuestro Ohno quiere hablar con nosotros.

Draco no pudo evitar preocuparse, no era normal que Ohno interrumpiera sus vacaciones para hablar con ellos. Él era de los chicos que solía esperar para poder hablar en persona, se preguntaba que era lo que quería decirles, esperaba no fuera algo malo como la vez que se les notificó que grabarían un programa en África en donde tuvieron que sobrevivir una semana entera en la selva. Tragó saliva para luego hablar.

—Bien, Oh Chan te escuchamos, ¿qué es lo que pasa? —preguntó la serpiente con curiosidad y nervios. Esperaba no fuera alguna de las locas ideas que solía tener el presidente de su agencia. La ultima vez terminaron usando un pijama para una cesión de fotos, y la humillación fue para él ya que le toco usar el pijama con pequeñas fotos de hurones. Maldita suerte la suya fue el hazme reír de toda su agencia por dos largos meses.

—Para empezar, nuestro CEO quiere que empecemos a prepararnos para el aniversario de debut. Nos pidió que cada uno escribiera una estrofa, en agradecimiento a las fans que han estado con nosotros durante el tiempo que llevamos juntos como grupo, cada uno escribirá una parte y será unida en una canción, la cual cantaremos el día del concierto en Hawaii. Lo segundo es cada uno tenemos proyectos aparte, Sho está trabajando en el Noticiero News, además de que es imagen de una marca de ropa, Aiba en su Dorama y programa en Animal Planet, Nino está concentrado en su película y en su programa de radio, y es la imagen de Super Nintendo, Jun está grabando la segunda temporada de su dorama y prepara el estreno de su nueva película, y tú Draco cuando regreses tienes que comenzar a trabajar en tu nuevo drama, además que empezarás a promocionar la película "Full metal", y que estás siendo contemplado para protagonizar el drama "El diablo negro y el príncipe blanco", además que eras la imagen de esa marca de Chocolates Majie, y yo estoy a punto de lanzar mi álbum solista además de que en unas semanas comenzare a grabar mi película —Draco pasó su mano por su cabello sorprendido. Nadie le había notificado que le habían ofrecido protagonizar un nuevo dorama, y no es que le desagradara, pero era verdad que durante todo el año había tenido una agenda tan apretada que pensaba tomarse un descanso de la actuación cuando terminara de grabar su nuevo drama.

—Nadie me notificó que me habían ofrecido protagonizar otro dorama. Diablos, ni siquiera se toman el tiempo de preguntarme si estoy de acuerdo o no —exclamó frustrado —tenía pensado tomarme un tiempo lejos de la actuación. Ya no se podrá porque, diablos, no me notifican sobre los proyectos que se agregan a mi agenda. Este año mayormente he estado actuando en series y películas. Se supone que lanzaría un nuevo álbum como solista, pero he tenido que posponerlo por la actuación —gruñó enojado, odiaba cuando su agencia tomaba decisiones sin siquiera consultarle si estaba de acuerdo o no, simplemente decidían por él.

—Como siempre nuestro Draco con su carácter de los mil demonios —escuchó la voz burlona de Matsu Jun quien se reía de el—. ¿No has escuchado que los rubios son más propensos a tener arrugas siendo jóvenes? Así que si sigues amargándote por cualquier cosa envejecerás más rápido, y cuando cumplas treinta parecerás de cincuenta años.

Tanto Hermione como Ginny sonrieron al escuchar como aquel chico con el que hablaba la serpiente se burlaba de él, diciéndole que si no dejaba de hacer corajes envejecería más rápido, en definitiva, aquel chico les agradaba. No cualquiera se burlaba del príncipe de las serpientes y salía bien parado. Ron se acerco a la castaña y le habló en voz baja al oído para que nadie lo escuchara.

—Hermione, ¿es verdad es que los rubios suelen arrugarse más rápido si se molestan seguido? –el pelirrojo preguntó preocupado después de todo él también era parecido al rubio en lo pálido de su piel, y estos últimos días por culpa del idiota de Malfoy había estado demasiado enfadado.

—No Ronald, las arrugas no tienen nada que ver con que si haces corajes o no —la chica contestó en voz baja mientras sonreía ante la curiosa pregunta de su novio, después de todo Ron era como un niño pequeño que fácil podía ser engañado.

Ambos guardaron silencio para continuar escuchando la plática que Draco estaba teniendo por teléfono, les era difícil ver otra faceta de Malfoy que no fuera la de superioridad, vanidad y arrogancia. Hermione recordaba que el día que llego a Hogwarts y lo escucharon hablando con esos chicos, él se comportó de la misma manera como si se sintiera a gusto con ellos, en confianza. Ni siquiera con Theodore Nott o con Blaise Zabini, que se conocían parciamente desde la cuna había tenido el mismo trato que tenía con sus compañeros de grupo y eso le intrigaba. Continuó escuchando.

—No es mi culpa que tanto tú como el idiota de Nino me saquen de quicio. Parecen dos niños de seis años por la mentalidad tan infantil que tienen —comentó la serpiente con desdén, provocando la risa del líder—. Además para tu información y envidia Matsujun, mi rostro es considerado por 4 años consecutivos como el rostro más atractivo del mundo del espectáculo —habló orgulloso pasando su mano por su cabello despeinándolo un poco. Si existía algo por lo que Draco se sintiera orgulloso era su físico, el cual que era alabado tanto por hombres como por mujeres.

—Bueno, bueno, dejemos ese tema para cuando nos veamos quieren, Ohno nos estaba explicando antes de que fuera interrumpido por Draco sobre nuestra agenda, ya que por culpa del joven príncipe nuestro manager renunció, y la agencia no nos ha encontrado otro —al escuchar lo que Sakurai decía Malfoy se sonrojó. Aún recordaba por qué ese tipo había renunciado. Pero vamos, no fue su culpa, todos sabían que cuando él andaba de mal humor no era bueno que le hablaran, y mucho menos le dijeran lo que tenía que hacer. Realmente odiaba que se metieran en su vida privada, y aquel idiota se había atrevido a cancelar una cita con una linda chica que había conocido en la filmación de un comercial, él se había ganado el ser despedido—. Bueno lo siguiente que les queríamos comentar, es que, por nuestro aniversario del debut, la agencia hará una fiesta en nuestro honor. Se supone que sería a finales de septiembre, pero por nuestros proyectos nuestro presidente ha dicho que será este sábado y todos tenemos que estar presentes.

—¿Pero Mr Johnny se ha vuelto loco? ¿Cómo que este sábado? Solo faltan cuatro días y ni siquiera estoy en Japón —exclamó Draco frustrado. Un día de estos el presidente de su agencia los iba a volver completamente locos con sus ideas. Se supone que él sabía que estaría en Londres por todas sus vacaciones. Y ahora les notificaba lo de la fiesta, realmente va a terminar enloqueciendo.

—Tranquilo, mira él nos comentó que los dos días se te devolverían, alargando a diecisiete días tus vacaciones como compensación por hacerte venir de Londres a Japón. También nos dijo que podíamos invitar a quien quisiéramos. Sería un buen momento para que conociéramos a tus amigos. ¿Qué te parece si los invitas? Si gustas podemos decirle a la agencia que consiga los boletos de avión —Draco se quedó pensando unos minutos. No era mala idea invitar a Theo, Zabini y Pansy. Sería buen momento para intentar recuperar la amistad que tenía con ellos. Sacudió su cabeza para contestarle a Sakurai —está bien estaré el sábado en la fiesta, pero no te preocupes por lo de los boletos de avión, de eso me encargo yo.

Al darse cuenta de que la plática interesante había terminado, tanto Harry como Hermione, Ginny y Ron se marcharon a la enfermería. Severus más tarde pasaría a revisar su trabajo. Draco y los chicos de Arashi estuvieron platicando unos minutos más, Malfoy les contó que por una pelea su padrino lo había castigado de la peor manera, que lo había puesto a limpiar parte de la escuela. Como siempre las burlas de Nino y Jun no se hicieron esperar diciéndole que sus delicadas manos se le iba a maltratar por agarrar una escoba, o que a partir de ahora él sería el encargado del aseo del departamento, como si se fuera a rebajar a limpiar su departamento, se supone que para eso su agencia le pagaba a la mujer de mantenimiento. Aiba, Sho y Ohno lo reprendieron, ya que según ellos lo conocían lo suficiente para saber que de seguro él, en cierta manera, había provocado tal problema.

—Ya les dije que la culpa fue de la maldita sabelotodo de Granger, la muy salvaje se atrevió a darme un golpe, a mí, a Draco Malfoy y no pensaba permitírselo —exclamó realmente irritado al recordar como esa loca lo había golpeado. Había sido humillado por una ratona de biblioteca—. Además, la muy idiota se atrevió a decir que soy un fraude en la cama, que no soy capaz de dejar satisfecha a una mujer —escuchó la risa de sus compañeros, se maldijo mentalmente por haberles comentado aquello, pero estaba muy cabreado como para ponerse a pensar en lo que decía—. Se quieren callar de una buena vez, no le veo el estúpido chiste.

—Bueno, bueno, ya nos calmamos. Pero no puedes negar que esa mujer tiene carácter. Nadie que le diga eso a el señor Draco "Me acuesto con cualquier cosa que tenga faldas" Malfoy, sale bien librado y esa chica te dio donde más te dolía, tu orgullo. Mándale mis felicitaciones —las palabras de Jun y Nino lo único que lograron fue poner de peor humor al chico, quien apretaba sus puños ante las palabras de burla de sus dos amigos.

—Son un par de idiotas. Lo que les acabo de decir no tiene gracia, pero claro ustedes dos tienen la inteligencia de un simio y no saben cuando parar sus estúpidas bromas —la paciencia del rubio había llegado a su fin. Él apreciaba mucho a Nino y a Jun, pero muchas veces sus bromas se pasaban del límite, y más cuando atentaban con su orgullo de hombre.

—Ya Draco, tú conoces como son estos dos. Ahora bien, creo que esa manera de expresarte de una mujer no es la correcta. ¿Por qué no intentas hablar con ella de una manera civilizada? Aclarar las cosas, ya no son unos niños. Deberías madurar un poco, además, según lo que escucho lo que a ti te ofendió no fue el golpe si no que ella dijera que no eres lo suficiente hombre para satisfacer a una mujer. Si tú sabes que no es verdad, ¿por qué te enojas? No ves que lo único que lograste es darle gusto de verte furioso —Draco se mordió el labio. Odiaba admitirlo, pero todo lo que Sakurai le decía era verdad, él era el único culpable de lo que había pasado. Primero al darle el gusto a Granger de verlo infurecido y luego provocando a la estúpida comadreja, pero su orgullo no podía permitir que la sangre sucia se burlara de su virilidad.

—Draco, te preguntaré algo. Dime, ¿qué es lo que sientes por esa chica? —la pregunta de Aiba lo tomó por sorpresa. Hasta hace unos días hubiera contestado que la odiaba, pero ahora ni siquiera de eso estaba seguro. Le daba celos cuando la estúpida comadreja la tocaba o de solo imaginarla teniendo intimidad con él le daban ganas de molerlo a golpes. Realmente se estaba volviendo loco.

—Si te soy sincero, no lo sé. Bueno hasta hace unos días la respuesta era simple, la odiaba. Pero ahora no sé lo que siento por ella. Aún me desagrada, pero también me da celos que el estúpido de la comadreja la manosee con sus sucias manos... creo que estoy loco —Draco pasó su mano por su frente con frustración. No podía aun sentir algo por Granger, no era correcto, no estaba bien, ella lo había engañado de la peor manera, no, realmente estaba perdiendo el juicio.

—Lo único que podemos aconsejarte es que analices muy bien lo que sientes. Habla con ella de una manera tranquila, sin insultos de por medio, como personas maduras. Dejen a un lado los pleitos infantiles. Bueno Draco te veremos el sábado, nos despedimos. Tenemos cosas que hacer, nos cuentas lo que pasó ¿sí? —la llamada se cortó, dejando a un Draco pensativo. Tal vez lo que le había dicho Sho era verdad. Debía hablar con Granger, pero necesitaba toda la paciencia del mundo. La mujer tenía la capacidad de sacarlo de sus cabales con facilidad.

Draco guardó su teléfono dejando las escobas en la bodega, mañana terminaría lo que le hacía falta. Buscó al trío de idiotas, pero no los encontró. Se encaminó a la enfermería para que le curaran sus heridas, para luego ir a darse un baño. Faltaba poco para la cena y no quería que lo vieran de esa manera. Así llegó la noche, luego de comer se dirigió al salón que Severus había preparado para él, al entrar encontró el espacio suficiente para poder practicar sus pasos de bailes y en el medio un piano. Se dispuso primero a ensayar las canciones que tenían coreografía. Luego de una hora de ensayar caminó a donde estaba una botella de agua y una toalla con la cual se limpió el sudor. Algo para lo cual tenía habilidad innata era el baile. Era considerado el segundo mejor bailarín del grupo solo por debajo de Ohno que era el mejor, no solo de Arashi si no de la agencia Johnnys. Luego de descansar unos minutos se puso a ensayar su solo el cual sería una balada en piano. Lo único que podía agradecerle a su padre eran las clases de piano que le obligó a tomar desde pequeño. Gracias a eso había desarrollado su talento para tocar ese instrumento. Comenzó a tocar y a cantar, su voz era dulce suave, pero al mismo tiempo varonil.

Hermione iba caminando en dirección a su torre cuando escuchó el sonido de un piano junto a una voz que le era familiar. Sin poder evitarlo se dirigió al lugar de donde provenía aquella voz. Al llegar a la puerta del salón se quedó quieta escuchando el sonido de aquel instrumento y a la voz tan dulce de Draco. No podía negarlo, el condenado tenía una hermosa voz, capaz de enamorar a cualquier mujer por lo dulce y suave que era. Cuando el chico la vio sonrió dejando de tocar.

—Yo lo siento, no te molestaré más, me voy —la chica estaba a punto de irse, cuando Draco se levantó y la tomó del brazo con cuidado para no lastimarla.

—Granger, si quieres quedarte por mí no hay problema —la castaña estaba sorprendida era la primera vez desde que volvió a ver a Malfoy que él no le hablaba de mala manera. Al contrario, su voz sonaba amable. Asintió sentándose en una silla que había en el lugar. Draco caminó de nuevo a donde estaba el piano y comenzó a cantar mientras tocaba manteniendo los ojos cerrados.

Otra vez lo mismo de siempre.

Te enfurruñas,

Escondiéndome lo más importante.

Como ese lugar es sin duda el mismo de siempre

Iré hoy allí antes y esperaré.

Las estaciones nos traen el sol de por la tarde.

Me encontré con que mi sombra iba creciendo.

Me viste, poniendo cara de sorprendida.

Parecías enfadada y de repente empezaste a mirar hacia fuera.

Te dije "lo siento" y

"Bueno, ven aquí".

Eh, mira, mira,

Nuestras sobras se superponen.

Nuestros paraguas se chocan y eso no me deja caminar en línea recta.

Al verme así, te reíste.

También te haré y te enseñaré

La cara que pones cuando te enfadas.

Mientras te ríes dulcemente

Aquí y ahora

Me dan ganas de llorar.

Eres lo que más aprecio en este mundo.

Puse cara de enfadado aposta

Y tú, sin decirme "lo siento"

Me besaste con dulzura.

A partir de ahora vamos a ser un poco egoístas.

No pasa nada si lo dices,

Pero que sólo sea a mí.

Es porque trae problemas,

Porque no soy sumiso.

¿Por qué no puedo decir que

Te amo?

Son esas palabras tan simples

Que quieres oír de vez en cuando.

Hoy estoy contigo,

En ese día en que compartiremos nombre,

El día en que nuestro amor florecerá.

La...la...la...

El arco iris es bello,

Pero no, tú eres incluso más bella.

A ti, que estás empezando a brillar,

Te doy las gracias. Gracias

La castaña no pudo evitar sonreír al escuchar la letra de la canción era muy dulce, y en cierta manera le recordaba lo que ella había vivido con Draco. Las veces en las que él le llamaba "Cosa" solo para hacerla enojar. El chico caminó a donde estaba ella sentándose a su lado. Ambos se quedaron sin decir una sola palabra, era un silencio incómodo, ninguno sabía como empezar esa plática. Se preguntaban si a estas alturas aún tenía sentido. Él suspiró para luego hablar.

—Granger, ¿por qué? —la chica no entendía la pregunta, ladeó su cabeza para mirar al rubio que mantenía su mirada el frente—. Y no me salgas que por las veces en las que te humillé, porque yo jamás hubiera jugado contigo de esa manera —Draco mantenía su mirada al frente. De verdad quería escuchar la verdadera razón por la que la castaña había jugado con él.

Hermione suspiró manteniendo los ojos cerrados, había soñado con ese momento desde hacía cinco años. Pero ahora le parecía fuera de lugar. Ella estaba con Ronald, de que les servía hablar de eso en estos momentos. Tanto Draco como ella tenían una vida en la que no había cabida para ninguno, pero sabía que Malfoy no la dejaría ir tan fácil si no contestaba su pregunta.

—Estaba furiosa, cansada de tus constantes humillaciones, Draco. ¿Cómo crees que me sentía cada vez que me llamabas asquerosa sangre sucia, impura, fea y todas esas cosas? O peor aún, cuando me metías el pie y me caía, no solo te metías conmigo sino también con mis amigos. Todo tenía un límite, y tú lograste llegar al mío. No se me ocurrió otra manera de hacerte pagar, que atacando donde más te dolía, tu orgullo. Sé que fue muy bajo, y tal vez fui peor que tú. Pero créeme, en ese momento no lo pensé, simplemente quería vengarme —la castaña mantenía los ojos cerrados, intentando calmarse. Aquel tema era muy doloroso para ella, gracias a esa estúpida venganza había perdido al chico que amaba.

—Dime algo Granger, ¿cómo pensabas decirme que era una venganza? O Tal vez, ¿lo harías en la cena de despedida, o ya sé, hubieras esperado que regresáramos para hacerlo enfrente de todos y humillarme? Buena venganza Granger —el chico mantenía los puños apretados, se había prometido a sí mismo no alterarse, pero la herida aún dolía.

—Sí, lo acepto, ese era el plan. Pero ¿sabes algo, Malfoy? Con el trato diario me comencé a enamorar de ti —la leona sonreía con nostalgia —la que terminó cayendo en su propia trampa fui yo. Eras el chico mas frío del planeta, pero al mismo tiempo podías ser el más cálido. Con sólo tomarme de la mano podía sentir la calidez que había en tu corazón. Aunque no fueras capaz de expresarlo, tenía pensado decirte lo de la venganza esa misma tarde que me citaste, quería contarte toda la verdad —Hermione trataba de no llorar, ella tenía la intención de contarle todo al chico, pero lo supo de la peor manera posible.

—¿Crees que hubiera servido de algo, Granger? —Draco suspiró para voltear a verla—. ¿En qué hubiera cambiado que me lo dijeras si de todas maneras te habías burlado de mí junto con tus amigos? Dime Granger ¿Qué hubieras echo si hubiera sido al revés? Que yo te hubiera enamorado por venganza.

Se formó un silencio incómodo. Ambos sabían que las explicaciones estaban de más. Lo hecho, hecho está. Pero, aun así, Draco quería escucharla, y ella quería decirle la verdad, había soñado con poder explicarle toda la verdad. Él se había ido sin siquiera darle la oportunidad dar razones.

—No te hubiera dado la oportunidad de explicarme, simplemente te hubiera odiado como tú me odias a mi —contestó la chica con sinceridad, después de todo ella hubiera actuado de la misma manera que él lo hizo.

—¿Sabes? Hasta hace unos días te odiaba, pero ahora no estoy seguro de eso —la serpiente sonrió levemente mientras la miraba—. Bueno, todavía creo que eres una sabelotodo insufrible, eres terca, y tienes la facilidad de ponerme de mal humor —observó como la chica frunció el ceño enojada, y no pudo evitar pensar lo adorable que se veía de esa manera—. Pero tienes otras virtudes que me hace imposible odiarte. Cuando escuché lo de la venganza estaba furioso, me sentía completamente humillado, pero también sentía dolor. Te confieso que esa misma mañana había tenido un fuerte problema con mi padre. Él me había dejado en claro que si seguía contigo me olvidara de la fortuna familiar. Pero aun siendo un niño de 12 años no me importó, porque sabía lo que quería y era estar contigo. Después de escuchar lo de la venganza fue un golpe muy duro, si no hubiera sido por Severus no sé que hubiera hecho. Él me apoyo y al mismo tiempo fue mi tutor para que firmara un contrato con la Agencia, y eso en cierta manera me ayudó a mantenerme ocupado, y a no pensar en ti, muchas veces pensé en buscarte, pero no podía.

Hermione se sentía como la peor de las peores. Draco siendo un niño de 12 años había enfrentado a sus padres por ella para que estuvieran juntos, a él no le importo dejar todo por estar a su lado. Y ella no pudo enfrentar a sus amigos. Tal vez si hubiera tenido el valor de hacerlo Draco y ella aún estarían juntos.

—Yo tampoco te odio. Eres un tipo vanidoso, estúpido, egocéntrico, arrogante... pero también tienes cualidades que me hacen imposible odiarte. Marcaste parte de mi vida fuiste mi primer amor Draco, y también la pase mal cuando te enteraste sobre la venganza. Quise verte, explicarte, pero jamás regresaste, con el paso del tiempo me fui haciendo a la idea que lo nuestro había terminado —la leona hablaba con tristeza, mantenía su mirada en el piso unas pequeñas lagrimas comenzaron a salir de sus ojos.

Draco tomó su rostro entre sus manos para levantarle la mirada limpiando sus lagrimas con un pañuelo. Si había algo que él odiara era ver a una mujer llorar. Jamás lo había soportado, y menos si era la sabelotodo, de alguna forma lo mataba.

—No llores más, Granger, no quiero verte hacerlo. Jamás me ha gustado que una mujer llore —el chico limpió las lágrimas de la leona dándole el pañuelo —Ya el mal está hecho, no tiene sentido lamentarse de lo que puso ser y jamás será, tú estas con la comadreja.

—Así como tú estas con la chica de la revista —habló la chica conteniendo sus celos, todavía no olvidaba las fotos de Draco y esa chica en una cita.

—La verdad Granger, un comienzo alegre no siempre garantiza un final feliz. Eso fue lo que nos pasó a nosotros —la mirada del chico expresaba nostalgia y melancolía. Sabía que aun tenía sentimientos por la castaña, pero también era consciente de que ella y la comadreja llevaban tiempo juntos, y eran prácticamente la pareja perfecta.

—Me arrepiento de haberme rendido demasiado pronto, de no haber luchado para hablar contigo. Debí preguntarle a Snape por ti, hasta que quisiera decirme dónde estabas. Ahora eso de nada sirve, tenemos una vida aparte donde no hay lugar para el otro.

—Cada uno hizo su vida Granger, y lo mejor será olvidar que una vez sentimos amor entre nosotros. A partir de este momento cada uno ignorará al otro, simplemente seremos como si jamás nos hubiéramos conocido, después de estos quince días regresare a la vida que tenía, no tiene caso pensar en lo que hubiera sido.

La leona asintió, él tenía razón, no tenía caso pensar en lo que hubiera pasado entre ellos. Ella tenía a Ron y tenía que respetarlo a pesar de tener sentimientos por el rubio. No podía lastimar a Ronald, después de todo él la había tratado bien, estuvo con ella en los peores momentos como un amigo y luego como novio. Se levantó de la silla para salir de la sala cuando escuchó la voz de Malfoy.

—Buenas noches Granger —le dijo manteniendo su mirada a la ventana.

—Buenas noches Malfoy —contestó ella manteniendo su camino a la salida, ya todo estaba dicho entre ellos dos.

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Bueno chicas lo prometido es deuda luego de dos semanas traigo el capítulo 5, que es el más largo de todos. Quiero pedirles una disculpa por no actualizar, pero he estado de voluntaria en los albergues, recibiendo comida y agua para todos los afectados del terremoto. Les quiero pedir a todas las que leen mi historia, que si van a donar agua o comida enlatada, chequeen la fecha de caducidad, ya que así nos facilitan el trabajo. Y las que viven cerca del lugar de la desgracia Dios los bendiga y les dé fortaleza. Sobre la canción que canto Draco se llama Niji y la canta Arashi. Les quiero informar que tal vez me tarde 3 semanas en actualizar la historia ya que como saben mi país mexica está pasando por un mal momento con el Sismo que nos afecto hace unos días y bueno yo soy voluntaria en el centro de acopio de mi ciudad al mismo tiempo que pronto comenzaran mis exámenes así que estaré algo ocupada pero les prometo subir el próximo capítulo en 7 de octubre sin mas por el momento me retiro pero no sin antes pedirle que ayuden donando Comida enlatada agua medicinas pero también sean consientes que no estén caducadas recuerden que las tragedias en lugar de separarnos nos une mas como país y México es un país generoso que nos gusta ayudarnos entre nosotros bueno a hora si nos leemos en unos días